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HILDA SABATO PUEBLO Y POLITICA: Capitulo 2

El pensar en voto nos lleva relativamente a pensar en antes de la revolución, cuando España
decide mandar representantes a las cortes que actuaban como gobierno en ausencia del rey. Este
podes se planteó de dos formas: el primero sería por estamento, el cual luego se convertiría, en
diputados, representantes de la nación y que debían ser nombrados por los ciudadanos.

Representante y ciudadanos no se resolvió tan fácil, si no que existía la dicotomía de quienes eran
aquellos que serían esos representantes y quienes lo elegirían.

Primeramente, esto fue representado por los cabildos abiertos, en los cuales los vecinos, los
cuales eran jefes de familia, personas que estaban insertadas y reconocidas en la sociedad, en
esto, quedaban excluidas mujeres, esclavos, niños y en algunos lugares o periodos eran excluidos
aquellos hijos solteros, sirvientes y domésticos. Esto componía a una especie de democracia.

De allí en más se fueron fijando, de a poco, criterios más concretos de aquellos los que serían los
ciudadanos. Hacia 1815 el Estatuto Provisional fijo que el ciudadano elector sería aquel hombre de
25 años, nacido y residente en el territorio el cual no debía ser un domestico asalariado. Más
adelante fueron confirmadas por el reglamento de 1817 y se aplicaron hasta 1820, año en el cual
se produjo una crisis de poder central y las provincias asumieron autonomía y regían sus propias
disposiciones electorales. Buenos Aires implico la ley 1821 la cual mostraba una amplitud de
quienes votaban, pasaron a votar “todo hombre libre, natural del país o avecindado en él, desde la
edad de los 20 años…” y ya no había restricciones para los “domésticos asalariados”.

Hacia 1853, el resto del territorio argentino se regía con la Constitución Nacional, en la cual no se
encontraban especificaciones del derecho al voto, quedo establecido ese derecho para todos los
hombres adultos nacidos o naturalizados argentinos, las regulaciones de sufragio quedaron a
cargo de la legislación nacional o provinciales.

Ya hacia febrero de 1912 aparece la novedad de la Ley Sanz Peña, en la cual se establece el voto
obligatorio, es decir que todos los varones debían votar obligatoriamente, es allí donde se fijó
claramente los alcances de ciudadanía. También rige el secreto del voto, la cual antes el voto
publico facilitaba en control y manipulación del voto, esto no sería así a partir de esta ley.

En cuanto a quienes serían los representantes, se establecieron mayores requisitos como la edad,
el ingreso o la propiedad y con respecto a la capacidad, es decir aquella clase propietaria y letrada,
que puedan defender el bien común. No debían tener ideales a algún grupo o sector. Para
elegirlos se implanto un proceso de selección, en la cual los ciudadanos elegían electores los
cuales a su vez eran los encargados de elegir al gobernador.

Esto fue cambiando cuando a finales del siglo XIX empezaron a cobrar fuerzas la idea de que la
política debía ser también un espacio para la confrontación y negociación de los distintos intereses
de la sociedad.

Gareca Cointte, Romina Marisol.

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