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¿Qué hacer para solucionar conflictos?

En principio, parece que solucionar conflictos es algo difícil ¿verdad? Pero no es tan difí-
cil. Mirad qué es necesario:
IDENTIFICAR EL PROBLEMA: ¿Cuál es el problema? Lo primero es tener claro cuál es
el problema, por ejemplo, que no os gustan sus nuevos amigos y amigas, y os preocupa
que se relacione con ellos porque creéis que toman drogas.
BUSCAR SOLUCIONES: ¿Qué posibles soluciones? Ante esa situación qué se puede
hacer: ¿que deje de verlos?, ¿que los vea? ¿que solo los vea entre semana? ¿que ven-
gan a casa para que conocerlos?...
EVALUAR SOLUCIONES: ¿Qué soluciones son las mejores? De todas las ideas que
se os han ocurrido ¿cuáles creéis que son las mejores? Es importante ser sinceros y ver
qué ideas son imposibles de hacer.
TOMAR DECISIONES: ¿Qué solución elegimos? Después de haber analizado las posi-
bles soluciones, elegid una, la que creáis más conveniente. APLICAR DECISIÓN: Poner
en práctica. ¿Ya habéis tomado la decisión? Pues manos a la obra.
EVALUAR DECISIÓN: ¿Ha funcionado? Si estáis contentos con el resultado ¿estupen-
do! Si no… pues pensad en otra posible solución. Seguro que os ha valido para aprender.

1. Estar preparado
“Para resolver un conflicto es necesario negociar. Además hay que tener claro que los
problemas no tienen una única solución y que la única solución posible no tiene por qué
ser la nuestra”, señala la técnico en AFA. Así, se presentan diferentes alternativas para
escoger la solución más adecuada entre las partes.

2. Manejar las emociones


Aunque se tenga pensado lo que se va a hacer o decir ante un conflicto, llegado el mo-
mento, las emociones pueden superar a la persona. Manejando las emociones, se trans-
mite este autocontrol al resto de miembros de la familia. “Así, es mucho más fácil la co-
municación, aprender a escuchar y a ser flexible y terminar, si es posible, con acuerdos
claros. La educación emocional empieza en casa y es una herramienta básica para
afrontar con tranquilidad una discusión familiar”, afirma la pedagoga.

3. Pensar cómo lo vamos a solucionar


Una habitación desordenada, pasear al perro, poner o quitar la mesa, qué se ve en la tele-
visión y otros motivos, son habituales causas de una riña familiar. “Hay que tener pensado
antes de que entren en juego las emociones, cómo lo vamos a solucionar. Si no se tiene
claro qué hay que hacer ni se ha explicado qué consecuencias va a haber, es compli-
cado que se resuelva bien”, apunta de la Torre. Es importante haber negociado previa-
mente con los familiares una serie de pautas que ayudarán a la resolución del conflicto
sin acabar a gritos.

4. Yo gano-tú ganas/ yo pierdo-tú pierdes


“Si no se tiene claro que las dos partes involucradas tendrán que ganar y perder en igual
medida, quedarán flecos, resentimientos o reproches”, explica la experta. Hay que tener
claro que solo hay una forma de resolver los conflictos: positivamente. Por esta ra-
zón, identificar intereses comunes ayuda a poder encontrar una solución que beneficie a
las partes involucradas.

5. Sacar el lado positivo


Hay que ser capaces de ver un conflicto como una herramienta y oportunidad para me-
jorar las relaciones entre los familiares, ya que “es conveniente no dejar de resolver
ningún conflicto. Eso sí, de la manera adecuada, de forma positiva”, según de la Torre.
Que no se observen conflictos no es síntoma de una familia ajustada o equilibrada. De
hecho, la experta señala que “puede indicar un problema de fondo relacionado con
una comunicación familiar deficiente, provocando que algunos miembros eviten hablar
por ahorrarse las discusiones y retardando la resolución del problema”.

Significado de Raza

Qué es Raza:
Como raza se denomina cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies bio-
lógicas, cuyas características diferenciales son transmitidas genéticamente, por herencia. La pa-
labra, como tal, proviene del latín radĭa, de radĭus.
En la Biología, la palabra raza llegó a ser adoptada, incluso, como categoría taxonómica, equi-
valente a subespecie. Sin embargo, en los últimos tiempos, el término ha sido considerado inváli-
do por la comunidad científica y ha quedado relativamente relegado al lenguaje común para refe-
rirse a los diferentes grupos humanos y ciertos animales domésticos.
No obstante, también para la especie humana se rechaza el uso de raza como una categoría taxo-
nómica válida para referirse a los diferentes grupos humanos existentes y, en su lugar, se ha op-
tado por la denominación más apropiada de etnia.
Raza, por otro lado, también puede emplearse con el significado de casta o calidad del origen:
“Es un caballo de raza”.
Asimismo, como raza podemos denominar a una grieta o una hendidura, o al rayo de luz que
entra por una abertura.
Finalmente, raza puede utilizarse también para referirnos a la calidad de algunas cosas, en con-
sideración con ciertas características que las definen: “Era un goleador de raza”.
DEFINICIÓN DERAZA
Una raza es una subdivisión de una especie de la biología que se forma a partir de ciertas ca-

racterísticas que diferencian a sus individuos de otros. Dichas particularidades se transmiten me-

diante los genes que se heredan.

Qué es Etnia:
Una etnia es una comunidad humana que comparte un conjunto de rasgos de tipo sociocul-
tural, al igual que afinidades raciales. La palabra, como tal, proviene del griego ἔθνος (éthnos),
que significa ‘pueblo’.
Los grupos étnicos tienen, en general, un origen común, así como una historia y una tradición
que los unen como pueblo. Trasmiten de generación en generación su lengua, sus costumbres,
usos, valores, creencias e instituciones, así como el conjunto de expresiones artísticas que forman
parte de su acervo cultural (música, danza, poesía, etc.).
Por lo general, suelen ser los habitantes originarios de determinados territorios, por lo que en oca-
siones se ven obligados a declarar o exigir su soberanía sobre ellos para evitar ser desplazados o
aniquilados por otros grupos étnicos invasores.
Hoy en día, muchos países en el mundo, sobre todo en Latinoamérica, se autodefinen multiétni-
cos, pues el Estado reconoce expresamente la coexistencia de varios grupos étnicos en su seno.
Tal es el caso de países como Bolivia, México, Ecuador, Argentina o Venezuela.
Por su parte, la etnología es la ciencia que se dedica al estudio de las causas y razones de las
costumbres y tradiciones que distinguen a las etnias, mientras que la etnografía es la disciplina
que se encarga del estudio descriptivo de las costumbres y tradiciones de los pueblos. Como tal,
tanto la etnología como la etnografía son ramas de la antropología.
Es incorrecto, no obstante, usar el concepto de etnia como sinónimo de raza, ya que la raza es
determinada por factores biológicos, mientras que en la etnicidad intervienen factores de índole
sociocultural.

Etnia y raza
Etnia y raza no son conceptos equivalentes. Etnia se refiere a una comunidad humana que
comparte una serie de rasgos socioculturales, como la lengua, la cultura, la religión, las institucio-
nes, los valores, usos y costumbres, así como afinidades raciales.
La raza, en cambio, hace referencia a los grupos en que se subdivide una especie. Considera úni-
camente aspectos de tipo biológico, así como de índole física, asociados a las características fe-
notípicas de los individuos.
Las etnias, en este sentido, se diferencian de las razas en que son un hecho humano y cultural,
mientras que las razas son un hecho biológico y natural que se puede verificar en otras especies.

DEFINICIÓN DETRIBU

Del latín tribus, una tribu es un grupo social cuyos integrantes comparten un mismo origen, así

como ciertas costumbres y tradiciones. El concepto permite nombrar a las agrupaciones forma-

das por algunos pueblos antiguos o primitivos.

La tribu, en el sentido tradicional, surge a partir de la asociación de varias familias que habitan

un determinado territorio. El grupo social queda bajo el liderazgo de un jefe o patriarca, que suele

ser una persona mayor y respetada por el resto de los integrantes.

Las primeras tribus aparecieron en el período neolítico. Cuando distintas tribus comenzaron a es-

tablecer alianzas y a fusionarse, se desarrollaron las primeras civilizaciones.


El aparato psíquico hace referencia a la mente humana desde la teoría psicoanalítica propuesta
por Sigmund Freud. El famoso psicólogo utiliza este término para referirse a una estructura psíqui-
ca capaz de transmitir, transformar y contener a la energía psíquica.

Según la primer teoría freudiana (1900), el aparato psíquico está divido en tres niveles, el cons-
ciente, el preconsciente y el inconsciente. Esta estructura está compuesta por tres instancias que
coexisten y se interRelacionan entre sí, integrándose a los diferentes niveles.
Estas instancias son el Ello, el Yo y el Superyó, las cuales son descritas desde la segunda tópica o
teoría propuesta por Freud en 1923 para comprender el funcionamiento de la psiquis.

De este modo, el aparato psíquico está constituido por sistemas que poseen características pro-
pias y diferentes funciones. Interactuando entre sí y generando las distintas elaboraciones psíqui-
cas.

El aparato psíquico tiene como función principal mantener la energía interna en constante equili-
brio, siendo el principio de homeostasis la regla bajo la cual trabaja.

Su objetivo es mantener lo más bajo posible los niveles de excitación, es decir la creciente de la
energía psíquica que puede ser producida tanto por factores internos como externos.

Para Freud, el aparato psíquico es el resultado de la elaboración del complejo de Edipo por medio
del cual se producen en el niño, las identificaciones con los progenitores.

Se denominara cuerpo psíquico, al sistema de integración de la vida de relación que adopta el


individuo a su medio y que asegura su autonomía. Es decir, a la organización de todos los ele-
mentos del psiquismo, de todas las fuerzas de la vida psíquica de forma integrada para media-
tizar el organismo con su medio.
El término "Aparato psíquico", fue utilizado por la teoría freudiana para subrayar ciertos carac-
teres que esta atribuye al psiquismo, tales como su capacidad de trasmitir y transformar una
energía determinada y su diferenciación en sistemas o instancias.
Los distintos sistemas que forman el aparato psíquico no mantienen una organización anató-
mica, sino que su coexistencia implica únicamente que las excitaciones deben seguir un orden
fijado por el lugar que ocupan. La función del aparato psíquico consiste en mantener a un nivel
lo más bajo posible la energía interna de un organismo, y su diferenciación en subestructuras
ayuda a concebir las transformaciones de la energía (elaboración psíquica).
Freud define el aparato psíquico comparándolo con los aparatos ópticos; de esta forma inten-
ta, hacer inteligible la complicación del funcionamiento psíquico, dividiendo este funcionamien-
to y atribuyendo cada función particular a una parte constitutiva del aparato.
El psicoanálisis ha intentado valorar, en el funcionamiento de la psique, la importancia del in-
consciente, y especialmente la de los impulsos (primordialmente los sexuales), elaborando una
nueva teoría de la psique desde un punto de vista dinámico, en términos de conflictos, de inte-
racciones y oposiciones de las fuerzas existentes: impulsos sexuales e instintivos y desde un
punto de vista económico, según la cuantía de las fuerzas, fuerzas de impulsos y contraimpul-
sos, energía de los impulsos o energía de la carga afectiva, etc. Utilizó algunos de estos princi-
pios tanto desde el punto de vista teórico como clínico o técnico; el principio de la constancia
(tendencia del organismo a reducir tensiones a su más mínimo grado y permanentemente po-
sible), el principio del placer-displacer, el proceso primario, el principio de la realidad (o de con-
cordancia con las necesidades impuestas por el mundo exterior) y el impulso de repetición
(tendencia a repetir las experiencias fuertes), prescindiendo de si los efectos de la repetición,
que estarían más allá del principio del placer, sean favorables o nocivos.
El aparato psíquico estaría así constituido por tres elementos:
Consciente.
Preconsciente.
Inconsciente.

Consciente
Se trata de la parte del aparato psíquico más próxima al mundo exterior y se encuentra entre
este y la memoria.
Su función es fundamentalmente perceptiva, registra la información procedente del exterior y
también la del interior. Propias de este sistema son también las funciones del pensamiento, ra-
zonamiento y rememoración. Es a él también a quien le toca el dominio y control de la motili-
dad. Sin embargo, el consciente no memoriza nada, esto le corresponde a otro elemento que
es el preconsciente, del cual hablaremos más tarde.
Según esto vemos que la conciencia es el carácter imprescindible de lo psíquico, sin embargo,
los procesos intelectuales más complicados y correctos, a los que no se les puede negar el
nombre de procesos psíquicos, pueden desarrollarse sin intervención de la conciencia del indi-
viduo.
El hecho de que para llegar a la conciencia tengan que pasar las excitaciones por una suce-
sión invariable, esto es, por una serie de instancias, hecho que nos fue revelado por las trans-
formaciones que la censura les impone, nos sirvió para establecer una comparación especial
con el siguiente elemento.

Preconsciente
El sistema preconsciente aparecería como una pantalla entre el sistema inconsciente y la con-
ciencia. El sistema preconsciente no sólo cerraba el acceso a la conciencia, sino que domina-
ba también el acceso a la motilidad voluntaria y disponía de la misión de una carga de energía
psíquica móvil, de la que nos es familiar una parte.
Comprende los pensamientos y vivencias que en un momento dado no son conscientes, pero
que pueden convertirse en tales, mediante un esfuerzo de atención, a diferencia de lo incons-
ciente que indica los procesos y los contenidos psíquicos activamente rechazados de la con-
ciencia por fuerzas intrapsíquicas, como la censura y la represión.
Por lo tanto aunque sus contenidos no se encuentran en el campo de la conciencia pueden es-
tarlo en cualquier momento. Sus contenidos son accesibles a la conciencia, sin que para ser
parte de ella tengan que superar una censura represiva, sino más bien una censura de tipo se-
lectiva ya que no caben todos los contenidos del exterior en nuestra memoria. Así pues cual-
quier información que llegue a nuestro sistema perceptivo, aunque luego sea reprimido, dejará
de estar en el campo de la conciencia para pasar al preconsciente, al mismo tiempo que con-
tenidos del preconsciente pueden pasar al consciente sin ningún esfuerzo.

Inconsciente
Es la parte más arcaica y originaria del psiquismo y al mismo tiempo la parte más próxima a
los confines somato-psíquicos, a las fuentes pulsionales.
Se considera como el habitáculo de tos impulsos innatos, los sentimientos, los deseos, los re-
cuerdos reprimidos, etc; y se caracteriza porque, en general, sus elementos son inaccesibles a
la conciencia, solo pueden acceder a esta a través del preconsciente, que cumple la función
de censor o filtro, por medio de la crítica o represión, excluyendo los elementos inconscientes
que pueden dañarle. Es un concepto derivado de la cura psicoanalítica y pone de manifiesto
que el psiquismo es más que lo consciente y que ciertos contenidos solo se vuelven conscien-
tes cuando en el proceso curativo se superan las resistencias.
Los contenidos del inconsciente son contenidos reprimidos cuyo acceso al sistema precons-
ciente y consciente les ha sido negado por la acción de la represión. Estos contenidos son de
origen filogenético y de la vida del individuo concreto especialmente en su infancia. Estos con-
tenidos se rigen exclusivamente por el principio del placer.
Se ha podido considerar el inconsciente como un lugar psíquico, como un sistema con un con-
tenido, con unos mecanismos y quizá con una energía específicos. Entre lo consciente y lo in-
consciente se halla una barrera energética llamada "censura". Así, como comentábamos, se
distinguen dos tipos diferentes de representaciones no conscientes: las preconscientes, que
fácilmente pueden convertirse en conscientes, y las inconscientes, positivamente rechazadas
pero eficientes, determinantes de la elaboración de los sueños, por ejemplo, de los actos falli-
dos o de los síntomas neuróticos o psicóticos.
Durante mucho tiempo se quiso identificar lo inconsciente con lo rechazado. El rechazo nos
lleva al representante psíquico del impulso, de suerte que la función del rechazo no es suprimir
la representación nacida del impuso sino mantenerlo en el estado de representación incons-
ciente. El mantenimiento del rechazo precisa, por consiguiente, un permanente consumo ener-
gético. Lo rechazado ejerce una presión constante en la dirección de lo consciente, y éste, por
una contrapresión equivalente, ha de mantener el equilibrio. El rechazo es el causante de la
amnesia infantil, según lo cual, el olvidar los recuerdos de los primeros años no obedecería a
la falta o abolición de una fijación de los recuerdos, sino que sería la consecuencia del recha-
zo; también tiene que ver con el paso a lo consciente de algunos impulsos de la libido, de los
impulsos sexuales.
El inconsciente constituye el fondo de toda vida psíquica cuyos fenómenos conscientes no son
sino simples manifestaciones. Los fenómenos conscientes no son sino la parte más superficial
de la vida psíquica.
En su libro "La interpretación de los sueños", Freud llegó a la conclusión de que un sueño es
la expresión consciente de una fantasía inconsciente o deseo que es fácilmente accesible a la
vida en la vigilia. Según Jung disentía de Freud en su concepto del inconsciente como molde
original de la personalidad y no únicamente de la parte reprimida. Este autor introdujo el térmi-
no de inconsciente personal" para referirse a las actitudes, impulsos y sentimientos que han si-
do reprimidos como incompatibles con el yo ideal de la persona y que aparecen en los sueños
y fantasías del individuo.
Este modelo que consideraría el aparato psíquico desde un punto de vista tópico (espacio) se
abandonó por otro más dinámico que considera la personalidad formada por tres instancias
activas que tienen intereses diferentes y que pueden entrar en conflicto (Modelo estructural de
la personalidad). Sobre esta base se pueden estudiar las instancias del Ello, Yo (Ego), y Su-
peryo (Superego). Aún cuando en los nuevos componentes advertimos las características del
inconsciente de sus primeras descripciones, se les reconoce un origen y una parte conscien-
tes.

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