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Fondo Rotatorio de Publicaciones FAES.

Comité Editorial: Jaime Ja:ramillo Uribe, René Uribe Ferrer, Germán Colmenares,
Daría Jaramillo, Juan Manuel Ospina.
Editor: Moisés Mela y Fundación Antioqueña para los Estudios Sociales.
Diserw de Alberto Sierra.

Impreso y hecho en Colombia por Lealon, Medellín.


Printed and made in Colombia. A la memoria del doctor
© Fondo Rotatorio de Publicaciones, FAES. Horacio Ramírez Gaviria
Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier sistema de impresión y
con cna1quier finalidad comercial o académica, incluídas las lecvuras universitarias.

Simposio los Estudios Regionales en Colombia : el Caso de


Antioquia ( 1979, Agosto, 6-ll : F AES).
Memoria del Simposio los Estudios Regionales en Co-
lombia : el Caso de Antioquia, realizado en Medellín del 6
al l l de Agosto de 1979. - Medellín : Fondo Rotatorio de
Publicaciones F AES, 1982.
308 p. - (Biblioteca colombiana de ciencias sociales;
V 5).

ISBN 84-89205-04-3
l. Antioquia - Estudios Regionales. 2. Antioquia ·
Historia. 3. Antioquia - Condiciones Económicas. 4. An-
tioquia - Condiciones Sociales. l. Fondo Rotatorio de Pu-
blicaciones F AES. Il. Título. (Serie) .
CDD 986.12
Minas y mineros de A.ntioquia

GABRIEL POVEDA RAMOS

l. En la primera mitad del siglo XVI, el territorio que hoy


abarca el Departamento de Antioquia, fue recorrido casi
totalmente por un puñado de conquistadores españoles. El mito
de tesoros fabulosos como El Dobaibe los atraía con fascina-
ción. Según don Mariano Ospina Rodríguez, en ese territorio
había no más de unos 30.000 indígenas, que se encDntraban
en un nivel cultural bastante atrasado, pero que eran ricos en ·
oro y habían desarrollado una variada y vistosa orfebrería.
Aquellas pocas decenas de soldados españoles se dedicaron a
expoliar el oro de los indígenas, y cuando éste desapareció,
procedieron a saquear sistemáticamente sus tumbas.
2. En su historia de Antioquia, Alvaro Restrepo Eusse, esti-
ma que hacia 1550 ya había 200 colonizadores españoles
establecidos en el territorio. Se trataba sin duda de conquis-
tadores o de pobladores posteriores, que atraídos por el oro
y por las indias, se quedaban a vivir en la región. Aún busca-
ban guacas indígenas, y escarbaban sitios, como el Cerro de
Buriticá, legendarios por su contenido en oro. Pero ya habían
advertido que la fuente más segura y más productiva para
obtener el metal precioso, eran los lechos y las orillas de ríos
y quebradas. Se iniciaba así el tradicional oficio de "maza-
morrero" o de "barequero".
3. En su libro clásico de "Las Minas de Oro y Plata en Co-
lombia", don Vicente Restrepo nos dejó una minuciosa
relación de las zonas auríferas conocidas desde aquel tiempo.
El bajo Cauca, el bajo Nechí, la región del actual Frontino,
Buriticá, Marmato, Supia y la meseta de Santa Rosa, fueron
desde los primeros años de la colonia 'las zonas auríferas por
excelencia. En el siglo XVII, después de fundarse Medellín,
y con el poblamiento de la meseta de Rionegro, esta última zo-
na surgió como nueva fuente de beneficios mineros.
4. A fines del siglo XVI, el laboreo de minas era ya una
actividad esencial para los pocos pobladores antioqueños
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(unos 8.000 blancos y unos 15.000 indígenas, según el oidor
don Francisco Herrera Campuzano) . En vista de ello, el go-· jo asalariado, y porque a los blancos, aunque fueran muy pobre~
bernador don Juan de Rodas promulgó las primeras "Orde- les resultaba igu~lmente fácil buscar y extraer el metal en gra:
nanzas de Minas" en 1584, las cuales serían la raíz del derecho nos de los aiuviOnes, ~unque ello fuera más arriesgado. Así
minero antioqueño, y andando el tiempo, también del dere- pues desde fm~s del Siglo XVII se estableció la competencia
cho minero ,colombiano. Las ordenanzas de Rodas sentaron en- entre la modalidad de producción de minería en cuadrilla y
tre muchas otras, tres disposiciones fundamentales, a saber: la. de los barequeros libres, competencia que, por lá escasez de
a) el principio según el cual los derechos y las riquezas del alimentos, ~o~tr:astada con la gran abundancia de oro, fue
subsuelo pertene,cen al soberano ; b) la limitación superficiaria . de~de e} prmcipio fav?r~ble a los mazamorreros, por ser éstos
del área que el soberano podía entregar en concesión a cada mas movlles y más eficientes.
persona; y e) la preeminencia de los derechos del concesiona- 7. Las cuadrill.as eran propiedad de algún blanco acaudala-
rio minero, por encima del propietario de la tierra o del titular do,. y tr:abaJaban, s~b!e todo al pr!ncipio, en tierras que
de una concesión agrícola. el pr.op!etarw había solicitado y recibido de las autoridades
5. En 1600, de los 8.000 pobladores blancos, es seguro que colomales como "concesiones reales de minas" (o más bre-
varios centenares o quizá mil, eran mineros que trabaja- vemente "reales .de minas"), pagando una regalía a la corona ·
ban los aluviones auríferos. ,El resto vivía en pequeñas al- que por mucho tiempo fue el 20% del oro físico recogido cuota
deas o en zonas rurales, y comenzaban a trabajar este terri- a la c.ual se llamaba "el quinto real". En cada "real de ~inas"
tr~baJaban una ~ var:ias cuadrillas de esclavos, pero era co-
torio abrupto, estéril y ácido para arrancarle con mucho es- mun ver al propietariO de la cuadrilla trabajando hombro a
fuerzo alguna producción agrícola. La supervivencia de los
mineros en sus remotos sitios de trabajo dependía de que otros hombro con su gente.
colonos les hicieran llegar los pocos alimentos y los pocos ma- 8• .uTos, "ba reque.ros " , " ma~amorreros" o "zambullidores", no
teriales que necesitaban, pero que para aquéllos eran necesi- . teman conoeswnes terr'Itoria:les ni cuadrülas de e~sclavos.
dades de vida o muerte. Surgió así el oficio de "rescatante de ~ran, ~ombres trashumantes, y sus pocas herramientas eran
minerales" o "aviador' o "tratante"', es decir, del comerciante ~,ImPh,~Imas Y costaban bien ~oco. Consistían en la batea o
andariego que afrontaba los rigores de la intemperie y de los cuna; , el ~ll!locafre, el barreton y los "cachos", que han sido
caminos para llevar suministros a los mineros, pero que se ~escritos VIVIdamente por don Vicente Restrepo. Aparte de
resarcía en forma pingüe vendiendo muy caro a los mineros esto, el barequero solo tenía unos pocos víveres de los cuales
los alimentos y las herramientas, o dándoselas "al fiado" al d.epen~Ja su sup.ervivencia o su muerte. En algunos casos esa
4% mensual, haciéndose pagar en oro, y .además, sirviéndoles Situacwn .los obligaba a sembrar pequeños cultivos transitorios
escrupulosamente para llevar el metal a las poblaciones y cen- en las. orillas de los cau7es. donde trabajaban. Alvaro López y
tros de acopio, mediante el pago de una jugosa comisión. Es E!s~amslado Zuleta, han msmuado (lo que a mí me parece cla-
así como se creó una estrecha simbiosis económica entre mi- riSlmo) que fueron los mazamorreros los que le dieron tem-
neros y rescatantes, en la cua,J los términos de inter,cambio pranamente a la minería antioqueña cierto carácter de activi-
fueron s;iempre, muy explicablement,e, favo~ables a,l comercian- dad popular e igua,Jita.ria, y que, por esa caracter~stica, su
te. Así lo ha mos,trado magistralmente Alvaro López en su va- papel e~ ~1 desarrollo de la economía de Antioquia y de las
liosísima investigación .sobre este fenómeno. caractenstiCas de nuestro pueblo habría de ser decisivo.
6. Cuando la crueldad de los blancos, el robo de sus mujeres, 9. Poco sabemos de las cantidades de oro extraídas de nues-
el desplazamiento hacia regiones insalubres e inhóspitas, t~a región en aqu~llo,s tiempos, salvo datos fragmentarios
y la sífilis, terminaron con la población indígena, los españo- que Cita Fray Pedro S.1mon. En ellos quizás se basaron Vicen-
les trajeron los esclavos negros. Estimo que entre 1600 y 1650, te, Restrepo y .Alvaro López, para señalar que en las primeras
vinieron a la provincia, desde Cartagena, un poco menos de dec.adas del Siglo ,xyn, la producción anual de oro podría
1.000 esclavos, importados sin duda por los colonos blancos estima:rse en un mi.mmo de 240.000 pesos fuertes al año. Para
acaudalados que ya empezaban a surgir en Santa Fé de An- los pnmeros tres siglos de vida colonial Vicente Restrepo es-
tioquia, Zaragoza, Arma y otras aldeas. Sus dueños organi- timó los siguientes datos : '
zaban a estos pobres hombres en cuadrillas para extraer oro.
Evidentemente, en esas cuadrillas nunca hubo blancos, porque
entonces era prácticamente desconocida la práctica del traba-

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Antioquia .Colombia quia"), -ha sido ya muy· bien expuesta y documentada por el
Segunda mitad del s. XVI 10 millones 53 millones doctor Emilio Robledo en su excelente biografía del oidor.
Basta aquí señalar que su administración condujo, o colaboró
Siglo XVII 50 millones 173 millones eficientemente a desatar las fuerzas creadoras y de organiza-
Siglo XVIII 64 millones 205 millones ción que pusiemn: en marcha el desarrollo económico de An-
tioquia desde el siglo XIX, como proceso de largo plazo, com-
Con base en datos de don José Barón de Chaves, estima- pletamente sui géneris, y con características casi sin paralelo
mos que la producción era a mediados del siglo XVIII (1759), en Colombia, y aún en América Latina.
de unos 200.000 castellanos por año (o sea poco menos de
2.000 libras y algo menos que 450 pesos fuertes); es decir, que Mon y Velarde diagnosticó con precisión los síntomas y
ya la provincia producía el doble que a comienzos del siglo, las causas de la postración económica que vivía Antioquia, tan-
aunque un poco menos que la riquísima provincia de Popayán, to en la agricultura como en la minería. Dejando de lado su
la cual abarcaba al Chocó y al actual N ariño. En cuanto a los extensa y revolucionaria labor en materia agraria, hay que re-
métodos técnicos de la minería colonial, Robert C. West nos cordar aquí que el visitador redactó y promulgó unas nuevas
ha dejado una fidelísima exposición en su extraordinario libro "Ordenanzas de Minería", en las cuales se buscaba poner
sobre el tema. remedio a los principales factores de la decadencia minera.
Las Ordenanzas fueron enviadas por su autor al Virrey para
10. Cuando llegó a Antioquia el gobernador Francisco de Sil- su aprobación, y este último encargó al sabio José* Celestino
vestre (1776), se quedó impresionado por la pobreza en Mutis y al mineralogista real Juan José D'Elhúyar, quie-
la provincia. La minería venía sufriendo una declinación acen- nes entonces trabajaban en Mariquita en Ia Expedición Bo-
tuada desde algún tiempo atrás. Pocos años después, el Padre tániea, para revisarlas. Estos dos hombr·es de ciencia produ-
Joaquín de Finestrand (1783), corroboró esa apreciación so- jeron un amplio informe recomendando decididamente la adop-
bre el estado de la provincia diciendo dé ella que si bien "toda eión del proyecto, y con base en es·e documento, la Real Au-
está lastrada de oro, es la más pobre y miserable de todas las diencia Ie dio aprobación a las Ordenanzas. De es,e punto en
de la Nueva Granada". adelante, la importante pieza jurídica desapareció y aún hoy
Repasando estas crónicas y los informes que posteriormen- permanece sin conocerse. Como labor interesantísima de pes-
te escribió Mon y Velarde, se infiere que la crisis de la mine~ quisa histórico-jurídica, la búsqueda de estas Ordenanzas es
ría al fin del siglo XVIII fue determinada. por numerosos fac- una tarea que todavía. desafía a los investigadores.
tores, entre los cuales cabe mencionar : 12. Uno de los fenómenos claves que expresó el deterioro del
a) La falta de mano de obra esclava para surtir las cuadri- factor minero en la segunda mitad del siglo XVIII, fue
llas y el alto costo para sostenerlas. la declinación de la minería en cuadrillas. Varios factores
contribuyeron a ello: La elevada mortalidad de los negros en
b) El agotamiento de los yacimientos de .aluvión más cerca- las insalubres tierras de aluvión; el alto costo para mantener-
nos, trabajados y agotados a lo largo de casi tres siglos. los permanentemente alimentados, Ia falta de negros; y la
e) La inexistencia de técnicas adecuadas para trabajar minas rudimentaria tecnología:. Todo ello aceleró el deterioro de la
de filón. minería de ese tipo, la cual venía produciendo hacía tiempo
solamente un tercio del oro de la provincia, y cuya importan-
d) El empobrecimiento de los mineros a manos de comer- cia disminuyó aún más al finalizar el ~iglo, creando condiciones
ciantes y de agricultores. que habrían de favorecer poco después el movimiento para la
liberación de los esclavos.
e) Lo reducido de las concesiones de tierras que se otorgaban
a los descubridores. · 13. El tratamiento sabio y enérgico que dio Mon y Velarde
al problema agrario, y sus medidas en pro de la minería,
f) El manejo de los litigios mineros por parte de la justicia produjeron rápidamente una viva recuperación de la economía
ordinaria. antioqueña en los últimos años del siglo XVIII y en los prime-
11. En 1785 llegó Mon y Velarde a asumir la gobernación de ros años del siglo . XIX. Al mismo tiempo, el mazamorrero
la provincia. La labor de este extraordinario gobernante libre reemplazó en forma rápida y muy eficaz al esclavo, por-
(llamado por don Tulio Ospina, "el Regenerador de Antio- qüe aquel era inuciho inás eficiente, más activo y más móvil.

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Hacia 1805 don José Manuel Restrepo, estimó que el 85% del
oro de Antioquia, lo producían ya los mazamorreros. Pero ra explorar este intervalo de la historia de nuestra economía.
además, la producción total de la provincia había vuelto a as- Personalmente tampoco he podido encontrar tales fuentes.
cender extraordinariamente, como está demostrado con cla- Pero puede decirse que los hechos que fueron más importan-
ridad patente en el trabajo clásico de Alvaro López, apoyado tes en ese lapso, en la economía de la provincia, fueron tres :
en cifras esta:dísticas. Hacia 1805 la provincia rendía entre a) Cierto grado de apertura en el intercambio comercial con
5.000 y 6.000 libras por año, es decir, unas 4 veces más que el resto de la Nueva Granada, seguramente recuperado
en la época de la crisis que encontró Mon y Velarde 20 años por el sector minero.
atrás, y unas tres veces más que lo que rendía dos siglos atrás.
b) El desplazamiento del centro de gravedad e•conómico des-
14. Las desventajas para la minería de cuadrillas, y la es- de Santa Fé. de Antioquia a Medellín, y
casez de mano de obra esclava, crearon las condiciones
para que en Antioquia empezaran a registrarse liberaciones e) La aparición de un pequeño pero muy activo y acaudalado
voluntarias de negros a fines del siglo XVIII y a principios grupo de comerciantes en la Villa de la Candelaria, que
del siglo XIX. A ello contribuía el número relativamente es- desempeñarían después de las guerras de liberación un rol
caso de población de color, que solo llegaba a 2.300 personas clave en el desenvolvimiento de Antioquia y aún de la Nueva
dentro de 56.000 habitantes según el censo realizado en la Granada.
Nueva Granada bajo el Virrey Caballero y Góngora en 1787. 16. No sabemos con claridad qué negocios produjeron la sor-
Varios de estos casos de manumición voluntaria fueron inclu- prendente acumulación de riqueza que hacia 1820 apare-
sive muy sonados en la provincia, y los primeros de ellos cieron ostenta.ndo unos diez o veinte comerciantes vecinos de
llegaron a ser tenidos por las autoridades españolas como Medellín. Tal vez no sea mucha suspicacia pensar, en algu-
subversivos. El mismo Mon y V elarde, con todo su sentido de nos, que el contrabando de oro fue uno de ellos. El señor Mag-
justicia social, su ilustración cultural, y su admiración por nus Morner, en 1830, aseguró que los comerciantes antio-
los filós.ofos del iluminismo condenó aJ destierro a Panamá al queños eran activos, en ese terreno. El hecho es que ellos co-
señor Lorenzo de Agudelo, de .
' Santa Fé de Antioquia, el primer
menzaron a ejercer con enorme actividad un extraordinario
propietario de minas que libró a sus esclavos (ocho) en la papel de inversionistas y promotores en varias áreas. Una de
mina de "Buenaventura". esas áreas fue la apertura y el desarrollo de la minería de veta,
Estos hechos, de extraordinaria importancia socio-econó- que hasta entonces casi no había existido en Antioquia (salvo
mica y política, no se repitieron en ninguna otra provincia de manera muy rudimentaria en Marmato), debido a varias
de la Nueva Granada, pero fueron antecedentes de mucha razones:
fuerza que los constituyentes antioqueños invocaron en la Vi- a) L·a anterior escasez de capital, que la mine·ría de veta
lla del Rosario (1821) para consagrar en la primera consti- exigía en más cuantía que la de aluvión.
tución colombiana, la libertad de partos, con el enérgico aP?YO
de Bolívar y en dura controversia con los otros constitu- b) La inseguridad de lol .títulos legales de las tierras exten-
yentes del resto de la Gran Colombia. Es éste un interesan- sas, arrugadas y despobladas de Antioquia.
tísimo capítulo de la historia sociológica de A·ntioquia que me- e) Los jor.nales altos que exigían los mineros, quienes as-
recería mucho más estudio por parte de sociológos e historia- piraban a ser mazamorreros independientes.
dores.
d) Las grandes dificultades para transportar máquinas y
15. E<l período que va de 1810 a 1830, par;eoe haber sido de equipos a través de estas montañas, y que eran casi in-
continuado desarrollo económico, aunque indudablemente dispensables para abrir filones en las rocas.
registró un severo estancamiento demográfico debido sin duda
a las grandes levas de jóvenes que fueron a combatir con Gi- e) Los precios menores (entre un 30 o/o y un 40%) más ba-
rardot, Caldas Mejía, Serviez y Córdoba en las guerras de in- jos que tenía el oro de filón, por sus impurezas debidas
dependencia desde el río Orinoco hasta la Paz en el Alto Perú. a los precarios métodos manuales con que se trabajaba.
Ni Alvaro López, ni James Parsons, ni Alvaro Tirado, ni
Robert Brew, nuestros mayores historiadores económicos re- En 1820 al término de la guerra en la Nueva Granada,
gionales, parecen haber tenido a su disposición materiales pa- al reabrirse los puertos y reanudarse las exportaciones de oro,
se despertó un gran interés p:or la minería de veta entre los
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ca:pitalistas de Medellín, quienes procedieron a formar las plitud y con brillo por Indalecio Liévano, por Alvaro Tirado y
P.rimeras sociedades de minas de la primera república. por otros historiadores. N o es éste el sitio para evocar ese do-
loroso episodio ni las controversias que ha merecido. Pero con-
17. Una de estas sociedades la "Sociedad de Minas de An- siderándolo objetivamente, es necesario reconocer que para un
. tioquia" for~ada por lbs señores Aranzazu, Montoya, país en la bancarrota, embarcado en guerras externas y en
Unb~, Santa:r_nana y Campuzano, se dedicó a explotar y ex- disensiones intestinas, cuya organización administrativa y fis-
pandir las mmas recién descubiertas en Titiribí de "El Zan- cal era casi inexistente, resultaba imposible obtener condicio-
cudo" y "Otramina". ' nes mucho mejores en esas negociaciones. Lo que viene al caso
. Otra sociedad se dedicó a desarrollar la explotación de es que si no hubieran existido los yacimientos auríferos de
fll?nes en Anorí y otras menores se constituyeron para tra- Marmato, Zaragoza y Remedios, que provocaban el apetito
baJ!l_f en Supía, el bajo Nechí, y la región de Sonsón, entonces colonialista de las compañías inglesas, es seguro que no se
recien poblada. hubiera obtenido préstamo alguno, ni bueno ni malo, y que
Colombia (y con ella Venezuela y Ecuador) habrían iniciado
18. Este int~rés, nuevo pero muy vivaz, de los antioqueños su vida republicana en una situación económica mucho más
por ~a mmería de filón, a.guzó la capacidad inventiva de miserable aún que la que les rodeó en aquellos años.
empresanos y operarios. Una demostración particularmente in-
t~resante . de ello fué la invención autóctana del primer mo·- 20. Un hecho francamente afortunado que resultó de los ne-
hn_o de p1son~s, con 4 bocartes, construído en madera por el gocios con los ingleses fue la venida de los primeros in-
sen?r G:r_:_egorw Baena en 1824 en Anorí, y movido por agua, genieros de minas europeos que visitaron a Antioquia. Los
varws a~os antes de la llegada de Moore, a quien hoy se atri- nombres de los principales son bien conocidos: Degenhardt,
buye erroneamente la primacía en la implantación de tan im- Boussingault, Moore, Walker, Niesser, Paasche, Johnson. To-
p~rtante. inn,ovación tecnológica, que sin exagerar, revolucio- dos ellos llegaron a Marmato y tras de pocos años de trabajar
no la mmena del oro. El "molino antioqueño" de Gregorio allí pasaron a otras regiones de Antioquia, bien como empre-
Baena fue pués muy anterior al "Cornish mill', traído por sarios mineros por su propia cuenta (como Moore y Walker)
Moore en 1830, y al pesado molino californiano introducido o como profesionales al servicio de empresarios mineros antio-
por los norteamericanos en 1890. queños (como Boussingault, Nieser y Paasche). Algunos de
ellos habrían de regresar a Europa posteriormente y otros ha-
19. Cuando el Vicepresidente Santander se enfrentó a la ta- brían de arraigarse e,n la Nueva Granada dejando entre noso-
rea formidable de crear una república de la nada en el tros sus descendientes. Pero a todos ellos les debió Colombia
caos Y e~ la ruina d~jados por las guerras de indepen'dencia, (y Antioquia en especial) el aporte de una dimensión nueva
Y. apremiado. por B<;:>hvar para obtener más recursos y mate- en su actividad, constituída por la ingeniería y por el conoci-
riales, "Qara. hl;erar a! Perú, no tuvo más remedio que acudir miento de la tecnología europea que ya por· entonces estaba
:¡,} cred~to InSistentemente ofrecido por Inglaterra a la joven empezando a transformar el mundo. Aquellos ingenieros eu-
Co]ombia. Tal vez no fue casual que cuatro antioqueños. Jos ropeos nos trajeron la mineralogía, la geología, la hidráulica,
se:t;ores Montoya, Arrubla, Hurtado y Zea, negociaron dichos la mecánica aplicada, la teoría del calor, la química inorgánica,
cr~dltos en Londres, ~os dos últimos como embajadores y los dos los métodos geofísicos, el sismógrafo, la construcción de vías,
pnme~os .como conseJeros particulares. La paupérrima y nacien- la pólvora, los reactivos químicos, la rueda hidráulica y muchos
te repubhca hubo de aceptar las más onerosas condiciones en es- otros aparatos y conocimientos de invaluable utilidad que die-
t:'l opera\i~n •. a través de la cual el pujante y agr·esivo imperia. ron un nuevo y gran vigor a la minería.
hsmo bntámco se proponía adueñarse de las legendarias ri- 21. Un hecho que me,rece registrarse expresamente, porque
quezas auríferas del antiguo virreinato de la Nueva Granada. constituyó una demostración fehaciente de las posibilida-
Fue así como se les dio a los banqueros ingleses como seguri- des que abría la introducción de la moderna tecnología eu-
d!ld de garantía para el crédito y como contrapr~stación finan- ropea, fue la producción en Medel:ín de los primeros lingotes
Ciera, entre muchos otros gajes, el arrendamiento de las minas de hierro obtenidos en nuestro país. En 1833, el doctor Car-
de Supía y de Marmato, que en ese momento estaban abando- pard J ervis, un químico francés, en un pequeño horno rudi-
nadas por sus ant~riores dueños españoles que habían huído, mentario, sometió a tratamiento cierta cantidad de mi-neral de
Y que el nuevo gobierno había tomado para sí. hierro extraído en los alrededores de Medellín (probablemen-
El empréstito inglés ha sido analizado y criticado con am- te eran limonitas), con carbón y caliza, y produjo así algunos

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lingotes de hierro. La pobre calidad de nuestros minerales de empresarial asociativa y la adopción del trabajo asalariado,
hierro no permitió que aquello se convirtiera en la primera in- hicieron de esas minas de veta las primeras empresas moder-
dustria siderúrgica de Colombia, como sí lo logró la ferrería nas o "capitalistas" en Antioquia, y aún en Colombia, empresas
de Pacho, que se fundaba en Cundinamarca por aquellos mis- que comenzaron a producir un flujo de metal incomparable-
mos años. El doctor Luis Ospina Vásquez y el suscrito han mente mayor que los aluviones antes de la independencia. Debi-
expuesto ya cual fué el comienzo y cuáles fueron las muchas do a esta profunda tmnsformación de nuestra minería, Antio-
dificultades de aquellos vacilantes e incipientes intentos de in- quia se convirtió entre 1820 y 1830 en la principal región aurí-
dustrialización. fera de la Nueva Granada, superando con amplitud a la pro-
vincia del Canea y llegando a producir la mitad de los metales
22. Durante la época de la colonia solo existió minería de preciosos que exportaba el país.
filón, en forma continuada, en Marmato, y en forma oca-
sional y mínima, en Buriticá. Allí las cuadrillas de esclavos La minería capitalista dio a los comerciantes que asumie-
rompían la roca con picos ; luego trituraban el mineral en pi- ron su explotación, el control ya no solo del comercio del oro,
lones, con mazas de madera y a veces con martillos de hierro; sino de su misma producción. En épocas anteriores, los res-
y por fin, lo lavaban para separarle los gránulos dorados. Con catantes y los comerciantes controlaban el tráfico del metal,
esas técnicas la productividad era supremamente baja, como pero no podían influir sustancialmente en su producción, por-
puede imaginarse. A las minas de Marmato, concedidas a los que ésta estaba limitada por el tipo predominante de minería
banqueros ingleses, llegó Moore en 1829, a dirigir su laboreo, de aluvión y por las tecnologías muy rudimentarias. Ahora los
y allí construyó los primeros molinos de pisones con piezas me- comerciantes-mineros hacían producir las vetas con técnicas
tálicas, que por ser originarios de la provincia de Cornwalles avanzadas, y trabajaban yacimientos más permanentes que los
en la Gran Bretaña, eran llamados "Cornish mili" por los in- erráticos y veleidosos aluviones de ríos. Este nuevo tipo de
genie•ros y técnicos ingleses, y, posteriormente por todos los minería tuvo otro efecto muy importante para el desarrollo
mineros antioqueños. El Cornish mill, accionado por energía posterior de la provincia, y es que familiarizó a sus empresa-·
hidráulica, con mejor número de pisones, hizo completamente ríos con el manejo de la mano de obra asalariada, con las gran-·
innecesario y obsoleto el trabajo que antes se hacía a mano, des operaciones de comercio internacional, con la importancia
y produjo rendimientos nunca antes soñados en esas minas, de la innovación tecnológica, y con la solución a complejos prO··
máxime que a ellos se agregó como extraordinaria innovación blemas logísticos de almacenamiento, suministros y transporte.
técnica el uso d~ la pólvora para arrancar el mineral de la La entrada de los comerciantes antioqueños a la minería en
roca viva. estas .nuevas condiciones, constituyó pues una pequeña revolu-
ción económica y un paso fundamental en el desarrollo antio-
23. Cuando Moore terminó sus compromisos en Marmato, pa- queño. Alvaro López, Alejandro López, Alvaro Tirado, James
só a trabajar primero a T'itiribí y posteriormente a Santa Parsons y Robert Brew, han estudiado con lucidez y profundi-
Rosa, contratado por la Sociedad de Minas de Antioquia, ya dad este importante proceso, que bien pudiera llamarse "nues-
mencionada. Precisamente en una mina cercana a Santa Rosa, tra pequeña revolución industrial".
Moore hizo construir en 1831 varios molinos de pisones, para
enseñar su fabricación y su manejo a los mineros locales. De 25. Uno de los gra.ndes servicios que prestó Moore en Antio-
Santa Rosa se propagó rápidamente el uso del Corn'fish a todas quia fue el de congregar y formar un magnífico grupo de
ias regiones de Antioquia, y fue así como se montaron nume- ingenieros y de técnicos que continuaron sirviendo a la región
rosas minas nuevas de veta en Amalfi, Remedios, Titiribí, Con- y al país. De Europa hizo venir a Enrique Haeussier, a Carlos
cepción, Santo Domingo, Yarumal, Santa Rosa, San Pedro, Abe- Segismundo de Greiff, a Carlos Greiffenstein y a Alejandro
jorra!, Sonsón, Frontino, etc. Esta proliferación de la miner~a Johnson. Y con su ejemplo, trabajando con ellos, formó la pri-
de veta no hubiera sido posible sin el molino de pisones, sm mera generación de técnicos e ingenieros mineros antioqueños,
la turbina pelton, sin los "arrastres", sin los crisoles para fun-
dir oro y sin las otras varias novedades técnicas que Moore como Francisco de Paula Muñoz, Joaquín Uribe, Santiago Ra-
introdujo y divulgó en Antioquia. mírez, Mario Escobar y otros. En forma de crónica, se ha re-
ferido a ésto el doctor Libardo Ospina; y en forma historiada,
24. El uso del molino de pisones, la aplicación de buena cien- algo mencionó Robert Brew. Pero la verdad es que este capí-
cia geológica, la energía y los aparatos hidráulicos, las tulo, como todos los de la intensa actividad de Moore, es insu-
técnicas de fundición, el adecuado financiamiento, la modalidad ficientemente conocido. En realidad este extraordinario perso-
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naje continúa esperando un biógrafo que esté a la altura de los dueños y los mineros de los aluviones tenían generalmente
sus realizaciones y de sus servicios a Antioquia. muy poco capital, como para bwertir en tales equipos, siendo
26. Entre 1830 y 1850 se produce una época de gran prospe- los aluviones tan inestables. Era en la minería de veta donde
ridad de la minería gracias a los ava,nces tecnológicos traí- se necesitaban estos procesos técnicos para elevar la produc-
dos por los europeos. tividad de las minas y la calidad del oro. Además, la minería
de filón pertenecía a empresas bien consolidadas financieramen-
En esos años se consolida el prestigio de los empresarios te, que sí tenían los fondos para adquirir los equipos apropia-
de Antioquia como un grupo de fuerte iniciativa, relativamen· dos para estas nuevas modalidades tecnológicas. Como caso ~e
te libre de prejuicios sobre linaje y apellidos, con marcada estudio muy interesante en la historia tecnológica de Colombia,
aceptación de cierto igualitarismo social, extraordinariamente estas innovaciones, y las de 20 años atrás implantadas por
activos y bastante ricos, como lo señala Safford. Esos grupos Moore y sus colegas, no han sido todavía investigadas e histo-
capitalistas no se limitaban a acumular riqueza, sino que, do- riadas como lo merecen.
tados de hábitos morigerados de consumo, reinvertía,n sus re-
cursos en mejorar sus minas, abrir fincas en las nuevas tie- 29. Por esos mismos años, mediados del siglo, se registra un
rras del Cauca, financiar a los colonizadores del sur y del nuevo avance de la penetración colonialista inglesa en
suroeste, comerciar con Inglaterra y negociar en el interior nuestra minería. En este caso la superpotencia tenía el apoyo
del país. Como lo señala Alvaro López, el logro capitalista y el patrocinio del señor Florentino González, personaje famo-
comportó a través de ellos un grado importante de mejora- so pero poco grato en nuestra historia. económica, que impuso
miento en el ingreso de toda la población de la provincia Y a la Nueva Granada su política librecambista desde el gobier-
en su nivel general de vida. no, en sus varios pasos por el Ministerio de Hacienda. Actuan-
do como particular, en calidad de agente de compañías inglesas,
2~{. La constitución de 1851 impulsada por el general José en 1852 don Flotentino compró pata ellos varias empresas mi-
Hilario López como Presidente, abolió la esclavitud en Co- neras de Antioquia y así se formó la Frontino and Bolivia
lombia. Mientras que los defensores de esta iniciativa y el Company, para explotar las minas de veta de Frontino. Ha-
gobierno de López tuvieron que pugnar tenazmente con las cia 1855 esta compañía pasó a trabajar en Remedios; y más
clases pudientes de la Costa y del Cauca para imponerla, en adelante (1868) en Segovia. Tal compañía pasó a ser así desde
Antioquia ésto no fue motivo de conflicto. En verdad, desde entonces una de las gigantescas ventosas que han succionado
la época de la constitución de Cúcuta, en esta provincia, se y arrasado la riqueza del subsuelo de nuestro país para en-
había dado vigencia a la libertad de partos, y la mayor parte viarla al exterior.
de los propietarios habían dado libertad a sus esclavos. Había 30. Antioquia había alcanzado ya cierto volumen de pobla-
en aquello .razones pragmáticas que ya se mencionaron, y cau- ción (unos 270.000 habitantes en 1855) ; un grado satis-
sas humanitarias y morales, que en la sociedad antioqueña tu- factorio de producción agrícola; un nivel de ingreso mejor pa..
vieron gran peso, anteriormente. Ninguno de los trabajadores ra sus habitantes que los de1 resto del país; y una acumulación
de las minas de veta, a mediados del siglo era ya esclavo, de capital desconocida en otras partes de la república. El go-
sino que todos eran asalariados, en contraste muy marcado con bierno del Estado vio 1 a necesidad de dar un estímulo legal a
lo que todavía ocurría en zonas como el Chocó, la provincia la activié!.ad minera, y fue gsí como elaboró y pronmlgó e1
de Popayán y el distrito de Pasto. Por eso, la abolición de la Código de Minas del Estado de Antioquia, en 1854, y, como
esclavitud produjo una disminución de la extracción de oro en algún tiempo después, estableció en Medellí;n la Casa de la Mo-·
aquellas regiones pero no en Antioquia. neda, en 1862. Años después, en 1886 cuando Núñez y su Asam-
28. Entre 1850 y 1855 se registra otro intenso movimiento blea de Delegatarios abolieron el régimen federal, expidieron
de modernización técnica en la minería, y muy especial- la constitución que aún nos rige y reformaron toda la insti-
mente en la de veta. En aquellos años aparecen las primeras tucionalidad colombiana, el Código de Minas elaborado para
fundiciones de oro, la práctica de la cianuración, el proceso Antioquia, fue adoptado para todo el país.
de amalgamación con mercurio y el empleo de la máquina de 31. La venida de las compañías extra;njeras está señalada en
vapor alimentada con leña para mover equipos p~sados. Es varios documentos históricos sobre este departamento. En
evidente que estas importantes transformaciones no se presta- sus obras aluden a ellos Vicente Restrepo, don Tulio Ospina,
ban a surgir en las minas de aluvión, tanto por las caracterís- Camilo Botero Guerra, James Parsons, Alvaro López, Alvaro
ticas del proceso físico y técnico de las mismas, como porque T'irado y otros autores. Püro no hay todavía un estudio a fondo
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sobr_e, las cau_sa~, las circunstancias y la dinámica de la pene-
trac!on ~olomahsta inglesa y nm·teamericana por las minas de Roberto Brew evoca con algún detalle. Fue un experimento
A_nboqma como fenómeno económico, diplomático y político minero e industrial de enorme aliento para su época, que a la
m sobre el proceso de modernización técnica de las mismas co: larga no encontró materias primas adecuadas para subsistir con
mo fenómeno económico y tecnológico. éxito. Fue fundada hacia 1865 por un grupo de comerciantes
de Medellín, encabezados por don Pascasio Uribe, ya entonces
32. El Código de Mi~as de An~ioq.uia se inspiró, como era lo conocido como antiguo empresario de minas. Se montó un pe-
natural, en doct~m!ls y practicas que se seguían invete- queño alto-horno en "La Clara" (cerca de Amagá), y por va-
radamente en la provmcia desde la colonia hispana. Estos, a su rios años estuvo produciendo arrabio, a pesar de las dificulta-
vez, estaban consagrados en las Ordenanzas de Minas de Gas- des financieras y de mercadeo que siempre la acosaron. Allí
par d~ Rodas, de 1584, que-Mon y Velarde trató de perfeccio- se lograron realizaciones de ingeniería, de metalurgia y de
nar, s:n _que su proyecto de código se hubiera llegado a poner mecánica descollantes para su tiempo. Se llegó a fabricar bo-
en practica~ porque el documento se extravió misteriosamente cartes (pisones) para molinos de mineral, ruedas pelton, bom-
~om? ya VImos,. Y, ~orque luego vino la independencia y s~ bas para agua, despulpadoras, trapiches y otras .numerosas
~ne-yitable ca_os Jun:hco. Aquella antigua legislación y aquella partes y piezas metal-mecánicas, que se enviaban a toda Co-
JUrisprudenCia espanola se remontaban hasta Las Siete Parti- lombia. Pero la calidad del mineral de hierro y del carbón de
das de Alfonso ~1 Sabio, y recogían instituciones que se habían la región nunca le permitieron producir hierro maleable, lo
cr~ado en Esp~na desde la alta edad media, para explotar sus cual era su mayor· propósito técnico y comercial. A pesar de
mmas de estano, de cobre y de hierro. todo sobrevivió hasta los años treintas, bien entrado ·el siglo
. Una de ta_Ies, i~1stituciones era la Sociedad Ordinaria de XX. Fue la primera fábrica colombiana de bienes de capital,
Mn!-as, forma JUr~drca en la cual un socio aportaba el nume- la primera gran empresa industrial de Antioquia, y una exce-
ra_rro para el capit~l y otro socio aportaba sus conocimientos lente escuela de industrialización y de ingeniería. La Ferrería
mmeros Y ~u. trabaJo personal en pie de igua.ldad con el pri- de Amagá merece un estudio histórico-tecnológico a fondo que
me~o, ~dqmnendo ambos los mismos derechos y las mismas hasta hoy no hemos hecho.
obhgaci?:?es como _soc~os y dueños de la empresa. Era una 34. Nuevos inmigrantes vinieron en esos años. El gobier-
C?ncepcwn no capitalista extraordi,nariamente interesante y no de Pedro Justo Berrío, uno de los más fecundos para
br~n adaptada para soc~edades pobres que en la práctica cum- Antioquia, se empeñó en traer al país téonicos para capaci-
pha lo_ que los economistas modernos como Nirke y Lacoste tar mano de obra, como fue el caso de Augusto Freydel y Her.
denomman la capitalización de la fuerza de trabajo. Este tipo mann Wolff.
de empresa tuvo un notable efecto social promoviendo la con-
ver~ión de "prácticos de minas" y de "cateadores" en empre- Simultáneamente, en esos años sesentas la minoría an-
s_arw~ mi_neros, Y contribuyendo con mucho a mantener en An- tioqueña es penetrada por otro empuje imperialista, esta vez
t~oqma cierto grado importante de movilidad social democra- de norteamericanos y franceses en el río N echí. Sendas empre-
tlzadora. E.r:- A~tioquia, la sociedad ordinaria de minas fue sas de una y otra procedencia trataron de montar allá las
un extraor.~mano factor en la expansión de la producción, en primeras dragas y algunos de sus directivos y técnicos perma-
la gene~:cion ?e ell.}pleo, en la acumulación de capital y en la necieron entre nosotros. Fue así como llegaron los Eusse,
Promocion social, digno de un mejor conocimiento que el muy los Blair, los Tisnés, los ~cock, los White y los Gartner. Es un
esca~o que hoy tenemos sobre ella. Personalmente estoy con- hecho curioso, pero de indudable interés sociológico, que a fi-
;encido de ql!e Colombia necesita para su desarrollo industrial nes del siglo pasado Antioquia y Santander tenían las mayo-
actu~l ~ ve_mdero Y para combatir su monstruosa desigualdad res concentraciones de apellidos europeos. Antioquia por la
econoi~n~a mterna, u~ nuevo tipo de sociedad de personas co- minería y Santander por el comercio y el tabaco.
~o a9uella, que convrerta al trabajador en dueño de sus pro-
p:os mstrumentos de producción dentro de la misma empresa. 35. En el censo de 1869, en la provincia se encontró 366.000
Jovenes abog3;d?s, economi~tas e ingenieros podrían y deberían habitantes, de los cuales casi 15.000 declararon dedicarse
aportar muchisrmo para diseñar una fórmula tal. a oficios de minería. Esa época de fin de siglo fue la de extra-
ordinaria expansión demográfica y geográfica que se tradu-
33. La exist~nci:; d~ la Ferrería de Amagá es un capítulo de jo en las migraciones y en el poblamiento de Caldas, Risaral-
extraordmano mteres en nuestra historia económica, que da, el Tolima, el Quindío y el norte del Valle. Es bueno ha-
cer notar que el interés por el oro, atavismo heredado de sus
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be.rt Brew. Pese a las dificultades que estas pequeñas indus-
ancestros por los antioqueños, tuvo poco que ver en esas mi- tnas han tenido que sufrir inveteradamente su actividad sub-
graciones. Solo al Quindío fueron atraídos algunos pobladores siste con notable éxito en nuestros días. '
por la esperanza de encontrar las "guacas" llenas de extraor-
dinaria orfebrería dejadas por los Quimbayas. No fué ya, En Caldas se estableció en 1882 la locería que inicialmen-
pués la minería, el factor esencial de desarollo en su proceso, te llevó es~ nombre, Y. que hoy conocemos. como gran empre-
sino el café. sa, ql~e pnmero trabaJaba con arciHa1s de la localidad, y que
d~spues hubo de traerlas de Rionegro y la Unión. A los pocos
36. Después de su derrota militar y política en la guerra ci- a~os, de ell~ se desprendió la vidriaría de Caldas que comen-
vil de 1876, Antioquia se replegó sobre sí misma, inte- zo a producir artículos de tal materia:!, y que aún existe usan-
resada únicamente en su propio desarrollo económico. Se con- do los excelentes yacimientos de cuarzo que se encuentran en
taba ya para eilo, no sólo con la técnica importada de Europa, toda Antioquia.
sino con ingenieros colombianos, como don Tulio Ospina,
p,edro Nel Ospina y Genaro Gutiérrez, que volvían de la Uni- 39. Indudablemente la mayor innovación tecnológica del si-
versidad de Berkeley a montar nuevos laboratorios de fun- glo XIX para la minería antioqueña y colombiana, fue
dición y ensaye de minerales en Medellín. Hay que registrar la introducción de la draga.
también que en 1878, dos ingenieros franceses, los hermanos En 1887 la "Compañía Francesa del Nechí" trajo la pri-
Gouzy usaron por primera vez en Colombia el "monitor hi- m~ra .drag~ a ese río, en donde el aparato se hundió y que-
draúlico", para el laboreo de areniscas auríferas cerca a Son- bro fmanc1eramente a la empresa. Al año siguiente lo hizo
són. Esta herramienta dio un nuevo apoyo a la minería de una ~ompañía norteamericana ; trajo otro equipo de dragado
aluvión, porque permitió trabajar en forma sencilla y muy al mismo río, y tuvo mayor éxito. Todos los comentaristas
económica muchos depósitos aluviales y aún rocas que no lo de la época coinciden en que en el último· decenio del siglo pa-
habían podido ser hasta entonces en esa forma. sado, Antioquia registró un enorme auge en la producción
aurífera. Ello se debió a no dudarlo, a novedades como el
37. El contrato co·n Cisneros para construir el Ferrocarril m?nitor y la draga, y a la facilidad de transportes que per-
de Antioquia, se firmó en 1874, y la obra comenzó al mitió el trecho del ferrocarril existente ya entre Puerto Be-
año siguiente. Estudiando los precedentes que la antecedieron, rrío y el Valle del Nus.
resulta indudable que una de las .razones fundamentales que
el gobierno del estado, desde la época del General Berrío, tuvo Sin embargo, no se conocen cifras publicadas y fácilmen-
en mente para construir el Ferrocarril al Magdalena, fue el de te disponibles sobre la producción de metales preciosos en aque-
facilitar y permitir la introducción de maquinaria pesada pa- llos años, en Antioquia, que permitan demostrar el mencio-
ra minería aurífera, lo cual se hacía antes a lomo de mula o nado auge de la minería. Aparte de las cifras que da Vicente
en "turegas", en cuya forma 1·esultaba muy difícil (cuando Restrepo sobre exportación de metales preciosos por Mede-
no imposible), transportar molinos de pisones, ruedas pelton llín, ha resultado hasta ahora imposible obtener series esta-
y otras piezas, mayores, por los difíciles caminos de. Antioquia, dísticas u otros indicadores cuantitativos sobre la producción
Es indudable que el Ferrocarril logró un efecto indirecto muy auro-argentífera de Antioquia a lo largo de la segunda mitad
importante, como lo demuestra el hecho de que las exporta- del siglo IX.
ciones de metales preciosos desde Medellín, que entre 1870 40. A pesar de la penetración colonialista de ingleses, fran-
y 1875 eran del orden de 2'000.000 de pesos fuertes ó menos, ces·es y norteamericanos seguramente acompañada de mu-
hacia 1·888 superaron el nivel de los 3'000.000 de pesos fuertes chas presiones externas, buena parte de la minería antioque-
anuales, y continuaron creciendo, como lo indican las cifras de ña, especialmente la de aluviones, seguía siendo operada por
don Vicente Restrepo, en su famoso libro. empresarios y mineros nacionales. Entre estos últimos, los
38. La explotación de minerales no metálicos para uso in- "cateadores" y los "prácticos de minas", constituían lo que hoy
dustrial comenzó entre nosotros entre 1870 y 1875 cua;ndo llamaríamos mano de obra muy calificada o mandos medios
se iniciaron en Rionegro, El Carmen, Granada y La Unión, En cuanto a los empresarios, se trataba de personas de
varias fábricas pequeñas pa.ra producir loza, aisladores de considerables fortunas que por interés económico, por vincu-
líneas telegráficas y otros artículos, como aparece rese:fí.ado laciones comerciales, por nexos familiares, o por interés pro-
por don Camilo Botero Guerra en su "Estadística de Antio- fesional, habían invertido en minas, fuera de manera indivi-
quia" de 1888, y refrendado por don Luis Ospina y por Ro-
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dual y directa, fuera en asocio con otro~ capitalistas, o !l!era 60 de 1866, reglamentada por Decreto 181 de 1887. Comenzó
en asocio con prácticos de minas en la ~nteresan_te Y origmal a funcionar en abril de ese mismo año, dirigida por el Vi-
modalidad que era la Sociedad Ordinaria de ~mas_. Vale la cerrector, ingeniero Luis T1snés. Su primer rector, Pedro Nel
pena resaltar que !o~ empresario~ mineros antioql!enos n1;1nc~ Ospina, no pudo asumir la dirección, y ésta fue tomada por
pretendieron ni qUisieron ser socios de los extranJeros, m SI don Tulio Ospina el 2 de Enero de 1888, cuando inició sus cla-
quiera en minas pequeñas. ses. Durante 85 años, la Escuela de Minas, fue centro de in-
41. Aquellos empresarios mineros eran una versióp ~utócto- vestigación, estudio y enseñanza de la mejor ingeniería que
na y auténtica de lo que en la literatura e?onomica con- se conocía en nuestro país. Hoy es un recuerdo del pasado.
temporánea se denomina empresarios sch~mpeten~nos. Muchos 44. Con la 1ntroducción del enorme molino "californiano" a
de sus nombres no aparecen ya en las cromcas m en los estu- las minas de Zaragoza en 1890, y con la instalación en Me-
dios históricos, sin duda por haber sido menos infl?~en.tes. o dellín y en sus alrededores de varios talleres de fundición y
acaudalados. Otros se recuerdan aún, por te~er tambien mdis- mecánica, ocupados en construir partes de máquinas, se cierra
cutibles méritos. Tal es el caso de personaJeS como Ed!!ardo el panorama económico y tecnológico de la minería antioque-
V ásquez Vicente Restrepo Pastor Restrepo, Carlos Corwlano ña en el siglo XIX. En ese momento unas 10.000 personas, de
Amador; Tulio Ospina, Pedro Nel_ Ospina y Alejandro Ange~. las 600.000 de la población total, trabajaban como mineros. De
Ellos abrieron minas, crearon sociedades para explotarla~,- fi- ellos, unas 4/5 partes (80%) eran todavía mazamorreros que
nanciaron a pequeños mineros, . se esforza_r,on po_r tec;nf~car extraían oro de los aluviones en ríos y quebradas. De casi 4.000
sus exportaciones, y a veces sufneron ~amb1en seriaS p~rd1~as minas registradas en operación que se tenían en 1899, y que
(como los Ospinas en Marmato). Gracias a estas e:~peTienCia: constituían el 70% de las minas del país, la gran mayoría de
y a los capitales que amasaron, fueron ellos tamb_1en_ los que aquéllas eran minas de aluvi6n. De estas minas de aluvión,
comenzaron a fundar en Antioquia las primeras fabricas, qu trabajadas intensivamente por los mazamorreros independien-
ya aparecieron a fines del siglo pasado entre 1880 Y 1885. tes, o por empresas con trabajadores asalariados, salían las
42. . La explotación de la mina de El Zancudo . en Titiribí, 3/4 partes de la producción de oro en Antioquia.
fue iniciada en 1830, por la "Sociedad de Mmas, de A:r:- Es oportuno citar los datos del doctor Enrique González
tioquia" de los señores Aranzazu, Montoya, Santai?ana Y '-:'I- según los cuales entre 1739 y 1900, habían sido tituladas 10.289
l'a, como ya se dijo. Fue la primera e;r?presa mmera nac10~ minas, de las cuales 5.9'31 er31n de veta, 3.812 eran de aluvión
nal · recibió el beneficio de la colaborac10n de Moore, Y cam y 546 de naturaleza indeterminada. Comparando con cifras de
bió 'de dueños en varias oportunidades. A su alrededor ~e m~n­ renglones anteriores, se ve que en ese mismo período, de algo
taron fincas ganaderas, plantas para tr_atamiento .de mu~e~a e_s menos de dos siglos, los febriles mineros antioqueños ya ha-
auríferos y fundiciones de oro y de h1err_o. A fmales . e. SI- bían agotado más de 6.000 minas, (aparte de las 4.000 que
glo, incluía ya un gran taller para constrmr Y reco:r:s~rmr. ma- trabajaban al comenzar el nuevo siglo).
quinaria para fundición, forja y otros procesos ~ecamcos • una
gran hacienda de ganado y grandes reforestaciOnes. :t:ueron 45. Un capítulo casi desconocido en nuestra historia geoló-
los mi,nerales de El Zancudo los que produjeron los p~1meros gico-minera, es el de la explotación de fuentes salinas. Se
lotes de plata metálica en el depar~an;ent<?. Y, para decirlo to- sabe que existían desde mediadós del siglo XVIII. En sus con-
do, a fines del siglo pasado constitma sm l1;1gar a. d1;1das, la cienzudos informes al gobierno central, Mon y Velarde infor-
más grande empresa de cualquier tipo que hubiera ex1stid,o h.as- maba sobre su localización en Heliconia, Medellín, El Retiro
ta entonces en nuestro país. Era sin duda, !flayor Y ma~ Im- y Rionegro, y denunciaba que eran beneficiadas por particu-
portante que las otras dos o tres que en ese siglo se le hubieran lares, usurpando el dE¡recho exclusivo de la Corona a los bienes
podido comparar, y que fue;on la Ferre;ía de Pacho, lo~ Te- del subsuelo. Consecuente con este principio, les señaló la obli-
jidos de Samacá la Ferrena de Amaga, Y la Cervecena
Bavaria. Despué~ de la empresa fund~dora, la empresa e.
l1 gación de pagar una regalía, regalía cuyo cumplimiento pro-
bablemente fue siempre poco riguroso. Las fuentes salinas
Zancudo, tuvo muchos dueños en el SigJo pasado, pe_ro casi suministraron a Antioquia casi toda la sal que requería duranto
siempre permaneció en poder de empresariOS de Antwqma, has- todo el siglo pasado y se agotaron en los años veintes, trein-
ta su liquidación 'en este siglo. tas y cuarentas de este siglo. Necesitamos un ingeniero biS··
43. Otro paso esencial en el desa~rollo miner~, f_né la creación toriador que investigue cómo se desenvolvió esa actividad, por
d-e 1a Escuela Nacional de Mmas de Meaelhn, por la Ley qué se agotó, y si existe o no alguna posibilidad de encontrar
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nuevos depósitos de sal considerables en el territorio de An- sión, compró una antigua compañía francesa que por entonces
tioquia. estaba liquidando sus actividades en Colombia y adquirió va-
rios de,rechos de pequeños mineros colombianos, para formar la
46. Uno de los vacíos más extensos y más importantes q_ue Pato Consolidated Mining and Dredging Co.
tenemos en el conocimiento histórico de la minería antio-
queña es la poca información estadística sobre producción Y 48. Tanto la Pato Consolidated como la Frontino Gold Mi-
sobre 'exportaciones de metales preciosos a lo larg.o_ de la se- nes, usufructuaron a todo lo largo del siglo XX en for-
gunda mitad del siglo pasado, a lo cual ya se alud10. Ha~ da- ma destructiva y voraz, la gran riqueza minera que poseían
tos estadísticos sobre las exportaciones totales de Colo~bm en los aluviones de los ríos Porce, Nechí y Amorí, a sus anchas,
este renglón, y también, en particular, para la porc10n pro- totalmente a espaldas de los intereses colombianos, y en el
cedente de Antioquia. Aún con el gran esfuerz? que h~n hecho más clásico ejemplo de lo que el Papa Pío XI llamara "el
Miguel Urrutia y Mario Arrubla para compilar senas e~ta­ voraz imperialismo internacional del dinero". La expoliación
dísticas completas del comercio exterior colombiano en el s~glo de nuestro oro y su envío en cantidades industriales hacia el
pasado su "Compendio de estadísticas históricas de Colombia", exterior, que en Colombia no dejaba ningún beneficio, y sí nos
(en d~nde se informa sobre exportaciones colombianas desde dejaba la destrucción topográfica y ecológica de las cuencas
1835) presenta vacíos de información en varios tramos de1 de nuestros ríos, se aceleró a partir de la primera guerra
siglo, algunos de los cuales coinciden con nuestras desastrosas mundial.
guerras civiles. Alejandro López recogió las cifras de expo~­
taciones antioqueñas hasta 1882. Robert Brew trae otras ci- Al verse la Gran Bretaña envuelta en el conflicto bélico,
fras sobre exportaciones de oro de Colombia, como prol?edios y al vender sus intereses en Latinoamérica a compañías nor-
anuales sobre períodos quinquenales, y da el porcentaJe CO·· teamericanas, éstas intensificaron las explotaciones auríferas,
rrespondiente a lo procedente de Antioquia; pero en los pe- bajo la presión política y financiera de Washington en el sen-
ríodo;::; de tiempo en que se pueden confrontar los datos de ~na tido de elevar fuertemente el acopio de metales preciosos en
y otra de estos autores, se encuentran grandes discrepa.nc1as. poder del gobier.no de ese país, con el propósito de consolidar
Es probable que parte de esas discrepancias y de los vacíos su predominio monetario en el mundo. Al cumplimiento de es-
de información, se deba a las modificaciones que hubo en el tas finalidades contribuyó eficazmente la moderna tecnología
siglo pasado en la unidad monetaria colombiana y en su res- estadounidense, que le permitió a sus compañías mineras ins-
paldo de oro. Es seguro que las enormes emisiones de P.apel- talar en 1914 las primeras grandes dragas modernas en el de"
moneda del gobierno de Núñez, en 1885 y 1886, con la rmnosa partamento. Fueron también las compañías norteamericanas
depreciación consecuente del peso, tenga que ver con es~e p~o­ las que trajeron al país, a principios del siglo, materiales y
blema de estadísticas históricas y e,conómicas. Para los histona- aparatos tan importantes para optimizar la extracción de oro
dores de nuestra economía colombiana y antioqueña, hay aqui como la dinamita, la mesa de Wylfley, el equipo eléctrico y la
un campo de exploración muy vasto y que tal vez resulte inte- celda de flotació'n.
resante, aunque ya sí se quiere más bien como trabajo de "ar-
queología monetaria". 49. En 1924, un grupo de empresarios privados antioqueños,
empezó la construcción del Ferrocarril de Amagá. Un
47. Una vez terminada la guerra de los mil días, Y comen- resultado indirecto pero muy importante de esa obra, fue el
zando el siglo XX, se inicia el proceso firme de su!'titu- gran desarrollo de .las minas de carbón en ese municipio, y
ción de los ingleses por los estadounidenses como duenos .Y en regiones vecinas, que venían siendo trabajadas desde 1915.
explotadores de las más gmndes minas auríferas de Colomb131 Este fue el segundo gran Penglón de la minería antioqueña
y, en especial de las de Antioquia. Varios factores de la poh- durante mucho tiempo (después del oro), tanto en el sentido
tica internacional y de la economía mundial, contribuyeron .a ctonológico como en el sentido de la importancia económica, y
ello. Pero sin duda, uno de ellos fué la indiscutible ventaJa el primero que fue importante de los minerales no metálicos.
de los norteamericanos en el de'Sarrollo de tecnologías de pro- Los carbones de Amagá suministraron la fuerza motriz con
ducción eficientes. Un ejemplo de esta capacidad lo propor- que se movió el Ferrocarril de Antioquia desde 1915, hasta
ciona la instalación en el río Porce, en 1901, por primera yez, cuando aparecieron las locomotoras Diesel eléctricas, en 1954.
del elevador hidráu'ico, que fue ejecutada por el ing·emero A ese recurso energético se le debió también, en gran parte,
John O'Brien de la compañía Pato Mines. Una vez en poder el rápido crecimiento fabril de Medellín y sus alrededores, des-
de los norteamericanos, esta compañía tuvo una gran expan- de la gran guerra y en los años veintes. La historia de la aper-
60 61
tura y del desarrollo del carbón en Antioquia es otro capítulo pués los que les permitieron la navegación del río, el Ferroca-
del pasado minero de Antioquia, sobre el cual hay poco es- rril de Antioquia y los aviones; '
crito, tanto en sus aspectos técnicos como económicos e his- g) El enriquecimiento de los comerciantes y empresarios mi-
tóricos. neros había permitido crear ya un incipiente pero impor-
50. N o sería posible comprender cómo nació la industria ma- tante conjunto de bancos, que ayudarían luego a financiar las
nufacturera en nuestro departamento, si no conociéra- primeras· empresas industriales.
mos con cierta clari<dad los antecedentes mineros de esta re- A lo anterior hay que agregar también la abundancia de
gi6n y de su gente; especialmente por tratarse de minería de recursos energéticos como el carbón y las caídas de agua, la
metales preciosos. El desarrollo aurífero creó aquí las siguien- elevación del nivel popular de vida producida por el desarro-
tes condiciones indispensables y determinantes para que sur- llo del café, la enseñanza técnica de los padres salesianos, la
giera una industria nacional, hecha por empresarios, capitalis- espantosa guerra civil de los mil días que perdió Santander y
tas, técnicos y trabajadores exclusivamente colombianos: ganó Antioquia, el arancel proteccionista de 1905 promulgado
a) En primer lugar creó la acumulación de capital relativa- por el general Reyes, su política pre-keynesiana de gasto pú-
mente considerable (para un país tan pobre como el nues- blico, y el mejoramiento de sistemas de transporte, para obte-
tro a comienzos del siglo XX), que era necesaria para asumir ner como consecuencia lógica la temprana aparición del sector
los riesgos de una actividad hasta entonces casi desconocida Y manufacturero de Colombia en este departamento antes que
que requería fuertes inversiones de tierras, edificios y ma- en otros. El proceso ha sido descrito en varios aspectos por
quinaria; don Luis Osp,ina, A1ejandro López, James Pa1rsons, Everett
Ha~en, Eugene Havren, Daniel Pecaut, Alvaro López., Alvaro
b) El rasgo especial de que la gran mayoría de los mineros Tirado, Robert Brew, Ghirs,la,ine de R.estrepo y el suscrito, pe-
pertenecían a estratos sociales populares, propiciando apre- ro sería muy útil que se hiciera un estudio más sistemático y
ciablement~ la formación de un poder de compra de bienes de globalizador desde 1880 hasta 1925 para establecer más níti-
consumo que dió lugar a los mercados necesarios que hicieran damente su desenvolvimiento y sus detalles, en una amplia vi-
factible la industrialización. sión que desde ese momento ya tiene que tomarse en una for-
ma más integrada con la de toda la economía y la política
e) El manejo de empresas capitalistas y arriesgadas, como colombiana.
eran las dueñas de varias explotaciones mineras dio a sus
propietarios-administradores, una alta capacidad empresarial y 51. Durante los primeros 30 años de este siglo, los empresa-
operativa para asumir las tareas muy complejas para su tiem- rios mineros antioqueños, fueron los únicos colombianos
po de importar maquinaria y crear fábricas; que crearon, manejaron y desarrollaron empresas organizadas
de minería en el país. En las otras regiones auríferas (Canea,
d) La experiencia en la minería, particularmente en la de Chocó y N ariño), casi la totalidad del negocio minero era mo-
veta, había sido una formidable escuela de "prácticos de nopolio de las poderosas y omnipresentes empresas norteame-
mi,nas" y de "ingenieros", que adquirieron en ellas una gran ricanas. Estas estaban también en Antioquia y seguramente
destreza en el manejo de máquinas, tecnologías, material y extraían la máyor parte del oro del departamento. Pero un
personas, que sería luego indispensables para instalar y operar buen número de las minas antioqueñas más productivas duran-
fábricas; te ese período, eran de empresarios mineros locales, como ocu-
e) La misma necesidad de atender al mantenimiento y a la rría en Titiribí, Porce, Amalfi, Anorí, Segovia y El Nus. Se-
construcción de equipos mineros, había dado lugar a ta- ría de gran interés histórico, económico y político, reconstruir
lleres y fundiciones, cuya existencia también demostró ser la historia de esos empresarios mineros colombianos, con sus
esencial durante el proceso de industrialización fabril; para éxitos y sus no pocos fracasos, que con inquebrantable tenaci-
mantener funcionando el equipo ¡,ndustrial en medio de tan dad se empeñaban en el desarrollo de este renglón, y cuyos
pocos recursos; beneficios contribuyeron decisivamente a hacer la industriali-
zación en los primeros 25 años del siglo XX. Sus motivaciones,
f) Los comerciarttes de Medellín, y tal vez solo ellos en todo el manejo de sus trabajadores, y sus relaciones con el estado
el país, se habían familiarizado desde tiempo atrás con la colombiano, en radical contraposición con las grandes empre-
distribución de mercancías en todo el territorio colombiano, sas auríferas extranjeras, crearon también la pauta para el
usando primero los rudimentarios medios de la arriería, y des- avance posterior de la industria manufacturera antioqueña.
62 63
52. Este autor ha buscado con mucho interés, desde tiempo longado período de declinación, que habría de continuar du-
atrás alguna documentación específica sobre la historia r~nte los si~ui~ntes veinte años para llegar a convertirse, ha-
del mercado mundial del oro a comienzos del siglo XX, pero Cia 1960, practicamente en un estancamiento definitivo de este
no le ha sido posible encontrarlo. En todo caso, los precios del rm:¡.glón a nivel departamental. En otras regiones del país (v.
oro colombiano eran decididos en Wall Street en función de gr. el Tolima, Nariño, el Cauca) entre 1940 y 19·60 se acabó
las conveniencias del estado federal norteamericano y de sus la minería de metales preciosos. '
poderosos banqueros. Hay fuertes indicios para conjeturar que
la subordinación al patrón-oro impuesta por los Estados Uni- El retroceso absoluto y relativo de la actividad minera en
dos y por la Gran Bretaña a casi todas las monedas del mundo, el citado período, se debió a tres factores fundamentales :
contribuyó de manera sensible a preparar la gran crisis de a) La falta de innovaciones tecnológicas en la minería del oro.
1929 y su agudización en los dos años siguientes. Fue nece-
saria la enorme sabiduría y el prestigio mundial de Lord Key- b) El rígido estancamiento del precio internacional del oro
nes (que lo recomendó) y la gran clarividencia política del , . en el nivel ficticio de, los US$ 35.00 por onza, señalado
presidente Roosevelt (que la ejecutó), para abolir el patrón- basiCamente por los intereses financieros y comerciales de Es-
oro en 1934. El nuevo precio oficial internacional de 35.00 tados. Unidos, y consagrado reverencial y disciplinariamente por
dólares por onza, 20.50 anteriormente, se hizo sentir también el Fondo Monetario Internacional.
en la minería colombiana, y en particular en la de Antioquia. e) La negligencia del gobierno nacional cuyo Ministerio de
En consecuencia, la producción volvió a ascender rápidamente Minas se dedicó prácticamente por ~ntero a los asuntos
en los últimos años treintas. de. petróleos, quizás porque este renglón estaba totalmente do-
Fue precisamente en los años de la crisis y en los poste- mmado J?Or dos o tres problemáticas compañías transnacionales
riores cuando se registraron las últimas innovaciones tecno- p_ertenecientes a lo que todavía hoy se llama "El grupo de las
lógicas importantes en la minería aurífera del departamento. siete hermanas", que continúan controlando monopolísticamen-
Dos ejemplos destacados de ello fueron la adopción de las te el co.~ercio interpacional de petróleo crudo, ya que no su
bombas centrífugas con motor eléctrico, en 1930, por Willis produccwn, porque esta e,s más arriesgada y laboriosa.
Me Guire; y la introducción de la primera draga en el río Nus,
por Manuel Johnson en 1941. 55. En los . años cuarentas existió una producción relativa-
mente Importante de petróleo crudo dentro del territorio
53. Un aspecto de enorme importancia económica, científica de Antioquia, en la concesión Yondó, en los campos de Casabe.
y técnica, que no ha sido reseñado adecuadamente, es e·1 En un esfuerzo por penetrar en el hermético y complicadísimo
de la gran obra investigativa, pedagógica y profesional cum- sec~or d~ la explotación petrolera, un grupo de industriales
plida en Antioquia y en toda Colombia por un grupo de emi- antioquenos crearon la empresa "Petróleos de Ariguaní" y "Pe-
nentes geólogos e ingenieros alemanes, durante los años vein- tról_eos el Cóndo('. Este empeüo no prosperó y las empresas
tes, treintas y cuarentas. El primero de ellos fue Emil Grosse tuvieron corta v1da, en virtud de sus limitaciones financieras,
quien llegó a Antioquia en 1920, invitado por el Ferrocarril de de las condiciones onerosas que les imponía la Tropical Oil
Antioquia, y durante varios años se dedicó a estudiar su geo- Company para comprarles el petróleo, y de las dificultades que
logía, y, en especial su riqueza minera. Su grande obra "El otras empresas extranjeras dueñas de los oleoductos. le creaban
Terciario Carbonífero en Antioquia", publicada en 1926, es y P!1ra exportar sus crudos. Este esfuerzo persistió hasta los años
seguirá siendo uno de los grandes clásicos de la literatura cien- cmcuentas, y a mediados de este decenio, la última de ellas, la
tífica colombiana. Para evocar la gran tarea de los científicos empresa "Petróleos de Arigua.ní", hubo de liquidarse.
alemanes, basta que recordemos también los nombres de Wo-
kittel, Stuhlmann, Hubach, Stutzer, Ehrespenger, Oppenheim, . Este es el único intento que hizo el capital privado colom-
Scheibe y Reichel-Dolmatoff, que tanto aportaron a la minería, biano para entrar en el negocio del petróleo. Por muchas ra-
a la ciencia y a la cultura de Colombia. zones es explicable que no hubiera tenido éxito. De todas ma-
neras fue una notable prueba de la energía emprendedora del
54. El estallido de la segunda guerra mundial, provoca una empresario antioqueño. Bien valdría la pena sacar a la luz la
inmediata congelación del mercado internacional del oro. historia hoy olvidada de esa efímera pero interesante iniciativa.
Como consecuencia, la producción y las exportaciones colom-
bianas, que ya entonces procedían en su enorme mayoría de 56. El año de 1937 es digno de recordarse en la minería an-
nuestro departamento, entraron a partir de 1941 en un pro- tioqueña porque entonces se estableció la primera fábrica

64 65
de cemento en territorio antioqueño, en Nare. Ocho años des- y del subsuelo, gracias al cual .nuestro escaso conocimiento
pués, una empresa subsidiaria de la anterior, puso en produc- de la geológía y de los recursos minerales de Colombia se ha
ción la segunda fábrica, en el municipio de Montebello. La ex- ampliado ele mane•ra extraordinaria en los últimos 15 años.
plotación de las calizas para el consumo de las fábricas de ce- En 1969 esa dependencia del Ministerio de Minas, fue convertí.
mento fue, histórica y económicamente, el tercer renglón de da en el Instituto de Investigaciones Geológicas y Mineras (In-
importancia en la minería antioqueña, sobrepasado por el car- geominas) que desde entonces ha sido dirigido y servido por
bón y los metales preciosos. Hoy, después de haberse expandido distinguidos profesionales de .nuestro territorio.
en amplias proporciones, es el renglón más importante en la
extracción de minerales no metálicos, muy por encima del car- El Instituto ha descubierto para el país grandes reservas
bón, y tal vez cercana en importancia económica a la actual de carbón, níquel, roca fosfórica, cobre, minerales no metálicos,
minería del oro. Y otros recursos. La importancia de su labor se podrá apre-
ciar más y más con el paso de los años, y a favor de la concien-
57. La calidad docente y científica de la Escuela de Minas, cia más aguda que los hombres van adquiriendo sobre la li-
el amplio campo de experiencias ofrecido por la minería mitación y la agotabilidad de los minerales, que son factores
aurífera y su prestigio profesional, hicieron de los ingenieros indispensables en la actividad humana.
de Minas de Antioquia, los prospectadore·s de todo el territorio
colombia.no que contribuyeron a descubrir su geología y a iden- 59. La empresa Colombiana de Carbones "Carbocol", es otra
tificar sus reservas mineras. Las minas de oro del Tolima, el magnífica idea y exitosa realización de ingenieros y em-
carbón del Valle del Canea, las Salinas de Zipaquirá, los alu.. presarios de A.ntioquia, que nació en 1975. Tiene muy pocos
viones auríferos y platiníferos del Chocó, los yacimientos fe .. años de vida, y ya ha logrado poner por obra la explotación
rruginosos · de Paz del Río, los extensos depósitos de roca foS·· de los yacimientos del Cerrejón, descubiertos desde la época
fórica en toda la Cordillera Central, los prospectos de cobre en de la segunda guerra mundial (fundamentalmente por geo-
la Cordillera Occidental, los minerales radioactivos de Santan- lógos antioqueños) y que permanecío como una simple posi-
der, los vastos depósitos de caliza esparcidos en todo nuestro bilidad latente durante casi treinta años.
territorio, han sido descubiertos, prospectados, estudiados, cuan- 60. Cuando se repasa la labor cumplida por los geológos e
tificados y aprovechados con la participación muy eminente ingenieros de minas oriundos de Antioquia, resulta ine-
de ellos o de sus discípulos y colegas de otras regiones, que vitable recordar el nombre de algunos de ellos que, entre mu-
también ellos han ayudado a formar. chos otros han realizado una labor eximia como investigado-
La historia de la minería en Colombia, que todavía es- res, profesores universitarios, hombres de acción, estudiosos
pera una exposición completa, estará llena de nombres de pro- y patriotas. Seáme permitido mencionar el nombre de cuatro
fesionales de esta región o que se formaron aquí en la disci- de ellos, contemporáneos y eminentes en su profesión, los in-
plina del trabajo y en la escuela técnica que han asistido Y genieros Hernán Garcés, Jesús Emilio Ramírez, Gerardo Bo-
han intervenido activamente en apoyo de la minería de Antio- tero y Darío Suescún. Ellos han hecho la historia reciente de
quia por un siglo o más. la geología y de la minería en Colombia. Falta quien escriba
58. Uno obra en beneficio de toda la nación, inspirada Y esta historia reciente.
dirigida desde sus comienzos por ingenieros de minas 61. La minería significa para Antioquia no solo un pasa-
antioqueños, ha sido el anterior Inventario Minero Nacional, do legendario de esfuerzo tenaz, enriquecimiento, no po-
hoy convertido en J.ngeominas. cas frustaciones, expa.nsión demográfica, desarrollo industrial,
Esta era una idea lanzada desde los años cuarentas por defensa de los recursos colombianos, conflictos humanos y de.
personas que se preocupaban por el descuido en que todos los sarrollo económico.
gobiernos habían dejado a la minería desde un tiempo atrás, A pesar de la condición relegada en que se encuentra
que se inició como servicio geológico minero en el ministerio dicho sector en todo el país, desde el punto de vista económi-
del ramo, y que solo pudo ser llevada a la práctica varios años . co e institucional, la minería sigue siendo para este departa-
después. El Inventario Mh1ero Nacional empezó a trabajar mento fuente importante de empleo y riqueza, que encierra
en 1964, como dependencia del Ministerio de Minas, dirigida promisorias perspectivas. La Minería es también una gran
por el ingeniero Darío Suescún. El y sus sucesores lograron expectativa para Antioquia. El carbón, el cobre, el asbesto,
montar este ambicioso programa de exploración del territorio las calizas, los metales no ferrosos, el aluminio, los minerales
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no metálicos y aún el hierro, que existen en Antioquia están 13. Poveda Ramos, Gabriel. Antioquia y el Ferrocarril de Antioquia. Medellín.
prácticamente sin desarrollarse a pesar de su grande in- Gráficas Vallejo. 1974. 113 p.
terés económico y técnico. Es de esperar que dentro de un si-
glo todavía haya una rica y variada minería aquí en Antio- 14. Poveda Ramos, Gabriel. "Historia de la Industria de Colombia", Revista Tri-
quia, y que haya también historiadores, mineros, ingenieros y mestral ( Andi). No. 11, 1970.
estudiantes ocupándose de la historia que para entonces, en el
15. Restrepo Euse, Alvaro. Historia de Antioquia. Medellín. Imprenta Oficial.
siglo XXI, ya deberán haber dejado estos recursos de nuestra
1903. 220 p.
tierra.
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Jorge Plazas. Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo. Bogotá, 1964.
180 p.

68
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elucido de oro. Está además el caso de las colonizaciones; habí:a colo-
nización muchos años antes de Mon y Velarde, él fue el organizador y
eso fue importante, pero para mí no era un Regenerador.
Jorge Orlarndo Mela: Hay una cosa que el doctor Poveda ha no·
tado, que es muy importante y tiene que ver con el análisis histórico,
con la estadística histórica, y es la necesidad de revisar las estadísticas El café en la vida de Antioquia
históricas cuando se hace el análisis, porque evidentemente, el crecÍ·
miento que uno nota en muchas regiones de Colombia durante el siglo
XVIII, puede venir de pronto de falsas impresiones provenientes de fuen·
tes estadísticas: uno ve que la curva no era de crecimiento sino de esta- MARCO PALACIOS
bilidad o a veces con ritmos totalmente opuestos a los que presenta la
curva que uno llamaría en bruto. Esto ocurre con el problema de los
mazamorreros, ellos son forzados a registrar el oro y en las Cajas Reales
aparece ya la lista de los mazamorreros y aparece un crecimiento. Res·
pecto a esto de las cifras, el problema puede ser éste: tal vez el doctor l. Tres "etapas"
Poveda no ha estado muy consciente del tipo de cifra que se está usando,
una cifra sobre el número de minas es muy difícil de usar, y sólo po· Parece existir acuerdo entre los especialistas acerca de
dr:ia hacerse como último recurso porque no sabemos su tamaño, ni las "etapas" que caracterizarían la historia socioeconómic~ de
tenemos muchos datos sobre ellos; lo que se ha podido hacer para dis· Antioquia desde fines del siglo dieciocho hasta el presente. Se
minuír las incertidumbres sobre el siglo XVII, es agarrar las contabili- supone que el desarrollo antioqueño sería más inteligible si s.e
dades año por año: Colmenares publicó para Antioquia como hasta 1700 distinguen épocas sucesivas, cada una de las cuales se defim-
o 1680, la producción de oro en Antioquia, esas cifras se pueden ela· ría por el predominio de una actividad económica que termina-
borar con bastante precisión y se pueden elaborar año por año, Caja ría dándole fisonomía al conjunto e imprimiéndole dinamismo.
Real por Caja Real, etc., y en la práctica ya están creo bastante elabo- Tres serían estas épocas : la de la minería y el comercio de oro,
radas para Antioquia en el XVIII; ahora, es obvio que esas cifras pue· la del café y finalmente la de la industrialización. Naturalmen-
den ser engañosas, es decir que pueden tener sesgos como el sugerido te que en todas se distinguen subperíodos y entre una y otra
en el argumento del doctor Poveda -que se registrara mejor después median superposiciones y momentos de transición, pero todas
de la llegada de Mon y Velarde- pero el hecho es que aún así, el argu· son concebidas como si estuviesen formando una secuencia, de
mento no nos sirve, porque si se tratara de un mejor registro, éste suerte que las etapas posteriores aparecen gestadas en las an-
comienza mucho antes, el período de mayor crecimiento haciendo la teriores y posibilitadas por el mismo movimiento histórico de
curva anual para todo el siglo XVIII en Antioquia, es más o menos el aquéllas.
de la década del 30, el mayor crecimiento porcentual sobre años ante·
riores, es más o menos entre el 34 y el 40, es cuando crece la mi¡ne'rÍa También se da por sentado de modo mas bien implícito,
en Antioquia y coincide con la mayor importación de esclavos también. que en las tres etapas existió un vasto sector de agricultura
tradicional articulada por la parcela campesina que produce ali-
Ese es el primer gran salto que hay, aunque la curva es muy plana, mentos de la dieta básica (maíz, frijoles y panela) y por la
muy quieta, hecha en una curva logarítmica, casi una recta para todo transición de una ganadería extensiva hacia una productiva in-
el siglo XVIII en Antioquia, pero tiene dos saltos, dos períodos de gran dustria pecuaria, cuyo resultado fue una expansión más ace-
crecimiento que son la década de los treintas y más o menos 1758-66- lerada de la población ganadera que de la humana en el siglo
67, dos periodos de gran ascenso porcentual; hay un momento en el 80 XIX antioqueño. Finalmente, el sentido que se advierte en estas
en que vuelve y sube; después hay un estancamiento en los noventas fases sucesivas, y "ascendentes", es que el sector predominan-
(parece se queda quieto en Antioquia y en todo el país), pero en todo te en cada una conecta la economía regional antioqueña con el
caso son cifras ya bastante precisas, que se pueden poner en duda en comercio mundial y de rebote con algunas provincias colombia-
cuanto a la magnitud; es posible que no digamos que la tasa del crecÍ· nas. La naturaleza de esta conexión se torna crucial para com-
miento fue del 5%, sino que uno piense que detrás de esa tasa puede prender mejor:
haber una de tres y medio o de tres y que el resto sea mejora en los
mecanismos administrativos, mejor cobro, etc., etc., pero aún en ese a) El proceso del desarrollo capitalista de Antioquia y de las
caso, el mejor cobro empezó antes de Mon y Velarde, porque las cifras formas de acumulación capitalista; y
que lo empiezan a mostrar son anteriores a Mon y V elarde.
b) Los nexos de la burguesía antioqueña con otras burguesías
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regional·es, vinculaciones mediadas simultáneamente por las es- ges precafeteros (tabaco, quina y añil) ni mostró en el siglo
tructuras estatales y que consuman la consolidación de una pasado el mismo entusiasmo del centro del país por los experi-
clase dominante a escala nacional que simultáneamente dispo- mentos fabriles.( 1 ) La fase del montaje de haciendas cafeteras
ne de un gran control sobre el aparato estatal. · que llega con un breve rezago, se agota rápidamente, aunque
durante este período ocurre un cambio brusco. "Como en el
Desde un ángulo complementario se explica el di.namismo caso del establecimiento del cultivo del café (y en todos los
antioqueño por la relación especial entre el hombre y el medio casos) se trató de la voluntad de algunos hombres (se pue-
que se expresa en las posibilidades que para la formación de de saber quiénes eran, saber sus móviles, estudiarlos, clasifi-
capital y la reproducción de la fuerza de trabajo ofrecieron las carlos ... ) , que creían servir bien su nombre y hacer algo de
fronteras mineras y agrícolas, al crear una estructura econó- provecho en su medio, y tenían desde luego muy presentes los
mica regional estable y en crecimiento que, aliviaba los proble- posibles resultados económicos de la aventura en que se em-
mas puestos por el crecimiento demográfico y los rendimientos barcaban: montar empresas fabriles. . . Y se habló de cier-
decrecientes de la agricultura de las montañas del centro an- ta ''atmósfera" particularmente vital y tensa, que daba prima
tioqueño. a las obras de originalidad y audacia ... ".( 2 ) Según Ospina el
A estas explicaciones fundamentales están vinculados los can:íhio en los móviles económicos de la burguesía antioqueña
nombre~ de estudiosos antioqueños de diferentes generaciones
se sitúa entre 1899 y 1905; "La distancia en años es corta:
com? V10e~te Restrepo, Restrepo Eusse, Alejandro López y Luis Pero en ellos había ocurrido un cambio anímico muy profun-
Ospma Vasquez, cuyos trabajos junto con el de James Par- do en hombres y grupos de gran influencia".(3)
sons col!stituY:en el núcleo alr~dedor del cual nuevas promocio- Este cambio de actitudes modifica palmariamente la con-
nes de mvesbgadores colombianos y extranjeros elaboran sus ducta del inversionista antioqueño orientándola hocia la indus-
aportes, como pueden st;r entre muchos otros, las producciones tria al momento de quedar cerradas algunas opciones tradi-
notables de nuestr? amigo y compañero Roger Brew prematu- cionales de inversión minera, mercantil e incluusive cafetera.
ramel!te desaJ?arec1do, so~re el desarrollo económico antioqueño Según nuestro autor, contó para esta última una limitación
Y. el ~1bro re~Iente de un mvestigador del CIE de la U. de An- física: carencia de más tierras cafeteras productivas en la co-
hoqma, Manano Arango, sobre los vínculos orgánicos que él marca dominada por Medellín y escasez de grandes capitales
propone ~ntre Ia expansió;n cafetera, la acumulación del capi- líquidos en la esfera de la comercialización.( 4 )
tal.Y las 1~vers1?nes ~n la mdustria moderna y en particular en
la mdustr1a anboquena. Al mencionar estos nombres familiares Voy a partir de estas proposiciones de Os pina V ásquez
para todos s~ destaca el influjo ejercido por los historiadores para postular aún más enfáticamente de lo que llegó a aceptar
que, en ocaswnes,. como es el caso del conocido artículo de Brew, la poca significación relativa de la etapa cafetera
Fra.nk Safford, sobre las tesis de Hagen, resulta de un es- (1890-1910) en el desarrollo antioqueño.
fuerzo denodado, para sepultar conclusiones basadas en mode-
los abstrac!os y apriorísticos que poco o nada tienen que ver Dice Brew que ''las instituciones financieras que permi-
con la reah~ad. concreta antioqueña, pero que tienden a gozar tieron a Antioquia aprovechar las oportunidades que se pre-
del favor publico por su aparente consistencia interna o por sentaron a comienzos del siglo XX fueron creadas durante la
su fuerte componente axiológico. era de la minería anterior al café",( 5 ) o sea que existe una
. Con todo, algunas de las tesis más trabajadas por los es- contimtidad muy evidente entre la fase del "comercio de la
tudwsos del desarrollo de Antioquia como la relativa a la for-
n;ación Y ascenso de su burg,1.1esía, siguen exhibiendo aquellos
sn~tomas perturbadores propios de los fenómenos intangibles ; ·1. L. Ospina Vásquez, Indttstria y Pt'otección en Colombi<t•, 1810-1930. MedeUín,
as1 ~s 9ue ~parece de tr~s~uz la aureola del empresario antio- 1955, p. 455.
queno mflmdo de un esp1ntu empresarial gestado por "el mo- 2. Ospina, In.dustt·ia, pp. 455-6.
do de ser antioqueño".
3. Ospina, Industria, p. 456.
4. Ospina, Industria, p. 456.
2. La "etapa" cajete1·a y la bt~rguesía antioqueña 5. R. Brew, El desar-rollo económico de A·ntioqttia desde la l1•dependettcia hasta
Según don Luis Ospina, Antioquia ni participó en los au- 1920. Bogotá, 1977, p. 86.

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go se conoció, sino un renglón tan importante como podrían
economía minera y la industrialización en el siglo XX".( 6 ) Pe- ser las exportaciones de oro, pieles y sombreros "panamá".(lO)
ro a estas conclusiones Brew les da un giro un tanto sorpren-
dente cuando afirma que "en las dos últimas décadas del si- Me parece evidente que el control de las compras de café
glo XIX se inició en Antioquia la industria cafetera, etapa in- en los municipios creó una ganancia monopólica en la que par-
termedia entre la economía minera y la manufactura"; (7 ) ticiparon algunos grupos familiares antioqueños, aunque el
en esta forma la actividad cafetera permitió a la burguesía control financiero por parte de los comisionistas y monopso-
antioqueña incrementar las tasas de acumulación de capital al nios internacionales (excepto en los siete años de vacas gordas
tiempo que la expansión de la frontera promovía una clase que van de 1913 a 1920 cuando los exportadores antioqueños
de caficultores pequeños que prosperaban hasta llegar a cons- se instalan como importadores en New York) debe inducir a
tituir una base sólida para el mercado interno de una indus- la cautela cuando se calcule la tasa real de ganancia del ca-
tria potencial.( 8 ) pitalista nativo.
Sería adecuado proponer esta modificación a la tesis de En conclusión, desde el punto de vista de:l gr'a.inJ inversio-
Roger Brew: para la burguesía de Antioquia la actividad ca- n~sta a.ntioqueño una etapa cafete~a fue mucho menos nítida
fetera, especialmente a partir de 1890 fue un g1·an comple·· q~¿e las de la 11úJneria
y el comercio. Quizás al aislar al com-
mento de sus inversiones mercantiles, mineras y esp·eculoJtivas; ponente "café" de las actividades globales de la burguesía an-
en t.anto que inversión agraria, coexistió con las plantaciones tioqueña éste no haya sido cuantitativamente tan significativo
de caña, las haJCie¡y¡,das gwna.deras y la com.ercialización del ga-· como suele creerse.
n(J¡do, activida,des que ta,mbién se expa~Y~Jdieron considerablemen-
te por la época.(9) Por otra parte, como lo sostienen todos los
investigadores del tema, muy pronto las haciendas cafeteras 3. La expansión del coJfé y el mercado í1~terno para la
de Titiribí, Fredonia-Amagá, quedaron sumergidas en un mar industria
de fincas familiares destinadas parcialmente a producir café,
cuyo cultivo se propaga hacia el sur y suroeste en los flancos Ahora bien, ¿qué pasaba con el café como creador de un
que caen hacia las hoyas tórridas del río Cauca. mercado interno para la naciente industria antioqueña?
~Creo que durante el quinquenio de Reyes se esfumó el gran
En la historia económica de Colombia y específicamente
entusiasmo que existía entre los comerciantes de Medellín por en la de la región antioqueña, la explicación de las causas de
fundar ha,ciendas cafeteras, aunque naturalmente las ya mon- la industrialización parece centrarse en un modelo bastante
tadas no desaparecieron y, por el contrario, después de la re- convencional: la expansión de la demanda agregada como efec-
cuperación de precios de 19>10, ampliaron sus áreas de cultivo to del incremento en el poder de compra de la población rural,
cafetero. Así pues una etapa, cafetera, desde el pu:nto de vista incremento que a su turno se explica como resultado de au-
del gran inversionista, es efímera y fu.g,az en la región an~ mentos sostenidos en la productividad del sector agrario. Al
tioqueña. aplicar a este modelo "inglés" el esquema cepalino del "desa-
Pero el café proseguía su expansión y las comarcas an- rrollo hacia afuera" la solución al problema de la industria-
tioqueñas del sureste aportaban cerca de un quinto de la cose- lización quedaría redondeada más o menos así : la expansión
cha nacional de café en vísperas de la Primera Guerra. Ocu- del sector agroexportador nacionalmente controlado, (al me-
rre entonces un cambio en la tendencia de la inversión cafetera : nos en su esfera productiva), genera un ahorro neto di:;;poni.
de la oJgricultura se pasa a.l comercio del oafé, aunque nueva- ble en manos de los grupos a.groexportadores que en un prin-
mente se observa que en las primeras fases, la exportación de cipio lo "derrochan" en importaciones de bienes de lujo, pe-
café no es en modo alguno la actividad especializada que lue- ro en condiciones de una buena distribución de la tierra ca-
fetera se acelera la monetización de la economía agraria por
vía de los salarios o del ingreso parcelario. Gradualmente la
6. Brew, El desan·ollo, p. 111. "democrática" distribución de la propiedad genera efectos re-
7. Brew, El desarrollo, p. 133. distributivos del ingreso, de suerte que el pequeño finquero
8. Brew, El desarrollo, pp. 133 et seq., 163-4; 295 et seq.
9. M. Palacios, El café en Colombia (1850-1970). Una histo't·ia eoonómica, social 10. Palacios, El café, pp. 223-30.
y Política, Bogotá, 1979. pp. 47-52.
89
88
también percibe los aumentos de la productividad. De este ,Cuadro 1
modo la creciente demanda rural por bienes manufacturados
hace rentable la inversión industrial, protegida simultánea- Ingreso familiar cafetero e ingreso de los
mente por la geografía y la política económica, todo lo cual trabajadores agrícolas.
desestimula las importaciones de bienes de lujo.
Estas relaciones entre la estructura agraria del sector ca- II
fetero, el contenido de las importaciones, la monetización de Ingreso familiar Ingreso de un jornalero
la economía agraria, la redistribución del ingreso y finalmen- Departamentos cafetero agrícola sin alimentación
te la supuesta creación de una demanda por bienes industria- 1932 1937
les, que McGreevey refinó en un modelo isoprobabilístico al que Caldas $ 190 $ 176
tuve oportunidad de criticar con cierto detalle,( 11 ) deben pre- Antioquia 193 132
cisarse para saber por lo menos tres cosas : Cundinamarca 2'20 110
Tolima 233 176
a) Si la estructura agraria del sector cafetero era tan "de- Valle 175 198
mocrática" como se pretende;
b) Si tal estructura, en la medida en que se base en econo- Fuentes y metodología;
mías campesinas, queda a merced de los oligopolios; y ( I) Para obtener el ingreso familiar proveniente d:e la plantación de café en
la finca familiar, el método empleado cuyo margen estadístico de error
e) Si la monetización fue más aparente que real. d~be ser muy alto, pero que sirrve para tener una idea aproximada de la mag-
nttud del problema fue el siguiente:
Me parece que aún sin llegar a grandes refinamientos
cuantitativos, se pueden proponer al debate cifras de verdad a) Aislé los productores de menos de 20.000 cafetos y calculé el volumen
preocupantes sobre el ingreso monetario que percibían las fa- de su producción d:e acuerdo al número de cafetos en ese rango, asumiendo que
milias caficultoras de los principales departamentos produc- la productividad por cafeto no varía según el tamaño del cafetal.
tores. Por vía de ejemplo, si consideramos que durante los .b) Para ,el precio. interno en. pesos tomé para Caldas las cotizaciones pro·
veintes y treintas, prevaleció una estructura agraria en las ~edto de cafe p~rgamtno en Mantzales, ( 1932) Armenia y Pereira; para Cun-
zonas cafeteras, similar a la registrada en el censo de 1932, dm~m~~ca Y Tolt~a, la cotización pergamino en Girardot; para Antioquia la
se puede entonces calcular grosso modo el ingreso familiar cott;acton pergammo en Medellín y para el Valle, la cotización pergamino en
probable percibido por las unidades de menos de 20.000 cafe- Calt. Asumí que el productor directo percibía un 70% del precio pagado en
tos productivos que, en general, caben dentro de la amplia ca- esos centros.
tegoría "campesina". En el año negro de la depresión cafe-
tera que coincide con el Censo de 1932 el i.ngreso cafetero pro- . e) Multipliqué el volumen de producción probable del rango por los pre·
bable de una familia de caficultores debió ser de $ 190 en Clos, lo que da el ingreso cafetero percibido por los productores directos.
Caldas, $ 193 en Antioquia, $ 304 en Tolima, $ 251 en Cun-
d) Dividí esta cantidad por el número de unidades agrarias, lo que da el
dinamarca y $ 175 en Valle. Para obtener este ingreso cafe-
ingreso promedio cafetero por finca. En los casos de Tolima y Cundinamarca
tero, (en condiciones de "pleno empleo" familiar durante el
fue alto quizás por el mayor peso que allí tienen las fincas que ,están entre S
año, igual a la unidad), la fuerza de trabajo familiar tuvo
y 20 mil cafetos.
que utilizarse así: Caldas, 0.51; Antioquia, 0.76; Valle, 0.76;
pero en Cundinamarca y Tolima para lograr el ingreso fa~ e) Asumí que en condiciones de "pleno empleo'' una familia atiende cinco
miliar mencionado, fue necesario emplear trabajo extrafami- mil cafetos productivos.
liar equivalente al 30% y 14% respectivamente.
f) En base a la productividad por cafeto (en gramos según el censo) calculé
a ~os precios efectivamente recibidos cuántos cafetos se requerían para producir
11. W. P. McGreevey, Ar~ Economic History o/ Colombia, 1845-1930, Cambridge, el tngreso familiar obtenido en ( d) .
1971 p. 200 y M. Palacios, "Las condiciones de la oferta de ,café ( 1870-1930): g) Este resultado (f) lo dividí por cinco mil. En los departamentos de alta
unct aproximación de crítica socio-histórica al modelo empleado por McGreevy", productividad natural como Caldas, el tiempo sobrante fue muy alto comparado
Bogotá, 197 S (mimeo). con el "déficit" de Cundinamarca y Tolim11. ·

90 91
Las cifras están basadas en el Censo cafetero del 32 y en las revistas del los efectos expansivos que la actividad cafetera inducía en los
Banco de la República. llamados "sectores complementarios",( 13) fenómeno a todas lu-
ces probable pero que requiere un estudio sistemático. Así por
(II) El ingreso del jornalero hombre,· mayor. de i8 años; conwi.tado sin ali- ejemplo debería emprenderse una investigación sobre la dis-
mentación y que trabaje 220 días al año, en el año 1937. Como se sabe tribución del ingreso en el sector transportes y entre la po-
entre 1930 y 193 7 los precios generales no subieron, sino que, ·por el contrario blación económicamente activa de los pueblos y ciudades que
tendieron a bajar. Así por ejemplo el índice nacional de precios da una indi· crecieron por el impulso cafetero.
cación aproximada de lo que pudo estar sucediendo. Cae de enero 1930 =
100 a Otro argumento postulado explícitamente (y hasta cuan-
enero 1937 = 94.4. Basado en el Armario General de EstadíStica, 1937, Bo· tificado) por McGreevey y con el que concuerda Bejarano, es
gotá, Imprenta Nacional, 1938. pp. 423 et. seq.
el de la monetización de las economías caficultoras o el des-
plazamiento de "actividades agrícolas de subsistencia, hacia
Lo más realista sería comparar este ingreso familiar pro~ un mercado monetario como consecuencia de la expansión de]
veniente de la plantación de café con el ingreso probable de café". ( 14 )
un jornalero agrícola que hubiera trabajado un promedio de
220 días, contratado con un jornal sin alimentación. El re- Me parece que en este punto existe una confusión nota-
sultado no puede ser más claro, tal como se ve en el Cuadro l. ble que quizás parta de una vieja noción dicotómica entre la
"economía natural" y la "economía monetaria", que de hecho
El "ingreso cafetero" promedio no fue muy superior al es mucho más tenue desde los mismos albores de la vida ci-
de un jornalero agrícola y hasta ahora, es evidente que nadie vilizada.
ha supuesto seriamente que los jornaleros agrícolas colom- Creo que por caminos diferentes, y naturalmente con es-
bianos hayan constituído la base del mercado interno de bie- tilos muy distintos, Keynes y Braudel señalaron el carácter
nes industriales. espúrio de tal dicotomía y me parece que el análisis de la di-
En estas condiciones cabe preguntarse seriamente si ese námica de las relaciones entre la comercialización y la estruc-
nivel de ingreso era suficiente para generar una demanda agre- tura productiva de la gran hacienda esclavista romana, está
gada por bienes manufacturados hasta el pum.to de convertirse en la base de reflexiones sociológicas de muy vasto alcance en
en la base de la industrialización de Colombia y de Antioq·uia. la obra de Weber. Quizás no debería adornarme citando nom-
Este ejercicio con todo lo burdo, sirve para llamar la atención bres tan importantes, pero lo hago para destacar que no so-
de los investigadores sobre uno de los tantos fenómenos que lamente la tradición marxista rechaza el simplismo que con-
se abandonan al supuesto recibido : sobre supuestos de esta funde economía monetaria con economía capitalista y desarro-
naturaleza se continúan edificando proposiciones grandiosas llo del capital con desarrollo capitalista.
y brillantes en torno a la naturaleza del desarrollo colombia- La creciente tendencia por fijar series de precios y sala-
no y antioqueño. rios y en fin por cuantificar todo lo que pasaba por el mer-
cado en las economías coloniales latinoamericanas es poco sa-
4. El "au.tofinmnciatmiento campesino" ludable cuando se utiliza para deducir, con cierto apresura-
miento, la existencia de relaciones dominantes capitalistas en
Bejarano entre otros, cuestionó recientemente la valide_z un contexto preindustrial, y parte quizás, del acentuamiento
de la tesis que atribuye a la demanda agregada de los cafl- metodológico de la dicotomía aludida.
cultores el papel de servir de base a la industrialización, te- Como vía de ejemplo, me parece que valdría la pena com-
sis adelantada por escritores como M0Greevey y Urrutia y que, parar tres situaciones de inserción en la economía monetaria
creo, postuló inicialmente Nieto Arteta. Según Bejarano :'el que no debieron ser muy diferentes: la del mazamorrero an-
café no debió producir una ampliación tan grande de los m- tioqu.eño del período colonial, la del pequeño trapichero del
gresos de los productores" ya que buena. parte del excedente norocciden1te de Cundinamarca en el siglo XVIII y la del pe-
era apropiada por los intermediarios.( 12 ) Consider.a este autor queño caficultor caldense, antioqueño o samtandereamo .de 1930.
que la demanda por manufacturas era resultado parcial· de

13. Bejarano, "Hl fin de la economía'', p. 346-7.


12. Jesús A. Beja•rano, "El fin de la Economía exportadora y los orígenes del pro·
14. McGreevey, citado por Bejarano, "El fin de la economía'', p. 249.
blema Bgrario'', Cuadernos Colombia1~os, 6, 1975, p. 245. '
93
92
. Es evidente que todos compraron y vendieron y que inclu- canasta de subisistencia que no se producen en la finca; pa-
si_ve en m~chas de sus transacciones debió operar un meca- r~ e~ ~aficultor es un medio rudimentario de pago y eso debió
msmo d~ n~sgo como el que definió Cantillón: compraron por sigmflcar para el pequeño mazamorrero y trapichero 150 años
un preciO cierto esperando vender a precio incierto para ob- atrás, a pesar de los profundos cambios económicos e institu-
tene;r así alguna ganancia, aunque naturalmente este compor- cionales del país en ese lapso.
tamiento tuvo que ser más propio de sus intermediarios. El
punto de reflexión es entonces, en qué medida el uso de la
n;to?~da como medio de pago (fenómeno universal de la vida 5. El crédito bwncar"io.
CIVIlizada) es sinónimo de la utilización de la moneda como
medida del valor en una sociedad capitalista. Cuando McGree- El papel del crédito ha sido bastante resaltado para ex-
vey apunta al desarrollo de una economía monetaria que pene- plicar la expansión inicial de la caficultura antioqueña. Según
tra el mundo rural de subsistencia y lo disuelve, implícitamen- Brew, la función de los bancos que se fundan hacia 1870 con-
te está alegando un cambio cualitativo de condición productiva sistió "en movilizar el crédito en beneficio de la "élite" en
Y en las relaciones de producción: el caficultor se transforma especia.l para ayudar a extender sus actividades al cultivo del
en un p_roductor para el mercado, un capitalista en pequeño café en los 80",( 15 ) aunque en casos aislados prestaron a pe-
paya qmen el dinero traduce realidades más sustanciales que queños cultivadores, quienes "tuvieron que seguir dependiendo
mas o menos d~be manejar conforme a una lógica capitalista: de los comerciantes de café para obtener crédito anual y prés-
la renta de la tierra y por supuesto la relación costos/ingresos. tamos destinados a nuevos cultivos". También atribuye a las
emisiones de los 80 un papel importante en la promoción "del
Puede ser que en los tres casos mencionados arriba, el café en gran escala ya que disminuyeron a la mitad las tasas
crédito sea importante como fuente de financiación de algu- de interés" en relación a las que prevalecieron en 1872.( 16)
nas operaciones productivas iniciales, o como un seguro de
vida mientras la unidad produce, ¿pero en el fondo, no se tTa- No estoy muy seguro de la consistencia interna de estas
taría de operaciones básicamente autofinanciables? conclusiones ni de que asimilen plenamente los hechos mismos.
Si se repasan las estadísticas de producción de café, en
Así por ejemplo se alude frecuentemente al crédito usu- Antioquia, sólo se observan magnitudes relativamente signifi-
rario en los pueblos cafeteros. Por las pruebas documentales cativas a partir de 1895 o sea que los préstamos para la aper-
que encontré en Antioquia me parece que este tipo de crédito tura de haciendas debieron iniciarse a fines del decenio de
a tasas de interés usuraria no debió ser uila opción de los los ochenta, época en la que ya las tasas de interés habían
monopsonios sino más bien una práctica de tenderos y fonde- desbordado los niveles de los setenta. Además, la participa-
ros. Cabe imaginar las dificultades en que se veía envuelta ción de las casas comisionistas extranjeras en el financiamien-
una gran empresa compradora de café para administrar los to de la apertura de grandes empresas de café, pudo ser mu-
anticipos y asegurar, en límites prudentes, el pago puntual de cho más importante que la de los mismos .bancos locales. Más
la cartera. Pero naturalmente existieron variados sistemas de aún, de la lectura de la correspondencia de Ospina Hermanos
anticipos por parte de fonderos a muy altas tasas de interés (que se conserva en los Archivos de F AES) queda la impre-
que, debieron operar en ese entonces como hoy. Mis fugaces sión de que los préstamos obtenidos hipotecando las haciendas
observaciones del fenómeno en algunos municipios del país en se destinaban parcialmente a la inversión cafetera: las hacien-
d_?nde todavía es frecuente el anticipo, a pesar de la existen- das eran buena garantía para obtener préstamos que se des-
Cia de muchas instituciones oficiales de crédito, señala: tinaban a financiar operaciones en minas, bonos, ferrocarriles.
a) Cierta racionalidad en las tasas usuarias dado el alto En este punto me parece que es mejor arrojar serias du-
riesgo que esta operación representa para el tendero (en das sobre una supuesta función de fomento productivo del SIS-
general no hay garantía legal, hipoteca o prenda agraria· al tema financiero antioqueño en una época de gran inestabili-
momento del pago puede sobrevenir una mala cosecha una' en- dad monetaria como fue el período 1880 - 1910 y en especial
fermedad en la familia campesina deudora o cualquier gasto 1885- 1905.
catastrófico) y
b) El claro carácter de trueque de la operación: el café es 15. Brcw, El desarrollo, p. 115.
apenas un medio de pago para adquirir otros bienes de la 16. Brew, El desarrollo, p. 123.

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6. Concliusion~es tent(l¡tivas. Llegados a este punto me parecen de mucho interés y va-
lía algunas conclusiones de Mariano Arango (18 ) quien en su
En conclusión, me parece que el café facilitó una tenden- ecuación demanda agregada acumulación de capital, no vacila
cia que ya se advertía en la conducta inversionista antioqueña: en explicar la industrialización antioqueña más por el segundo
diversificar activos y por esta razón una etapa cafetera para que por el primer término, siendo consecuente con una tradi-
la burguesía regional es breve y poco definida. Sus huellas en ción marxista colombiana que señala la debilidad y estrechez
la conformación contemporánea de la región son débiles en del mercado interno como uno de .los límites estructurales al
comparación con las dejadas por la agricultura parcelaria de desarrollo capitalista.
las montañas, el mazamorreo y la empresa de minas, el co-
mercio legal y el contrabando, la hacienda ganadera y las N o obstante, prefiero creer que no hay una sola ecuación
ferias de ganado y posteriormente la industria. El café en sino múltiples ecuaciones simultá,neas que explicarían el de-
un momento liga o mejor coexiste con todas esas actividades sarrollo antioqueño y que, me parece, Roger Brew sintetizó
ya constituídas sin que llegue a convertirse en una etapa tan admirablemente.
def~nida, como la minería o la industria, en la vida antioque- En vista de la importancia estratégica del café en las ex-
ña. Concentrada su producción en el suroeste, brindó prospe- portaciones colombianas, y la temprana preeminencia de los
ridad a comarcas recién colonizadas en el siglo XIX, una pros- antioqueños en esa actividad, el café más que mercancía se
peridad mal repartida pero que vino acompañada de la ex- convirtió en un vehículo de poder para que la burguesía an-
pansión ganadera, los ferrocarriles y la intensificación de la tioqueña accediera al estrado ,nacional en sus manifestaciones
comercialización de la caña de azúcar y otros productos de la políticas, sociales, y naturalmente económicas y financieras.
dieta tradicional.
Pero eso es harina de otro costal que ojalá sirva para
Durante el breve interludio del café se eslabonan la eco- acicatear el interés por la investigación interdisciplinaria en
nomía preindustrial e industrial en Antioquia. Pero quizás sin Antioquia y el resto del país. Fenómeno éste que converge en
café hubiera sido posible la i,ndustria antioqueña que había un problema político capital para nosotros: las tensiones que
acumulado todos sus "requisitos" a lo largo del siglo pasado: persisten entre el regionalismo y la centralización política en
capitales, tecnologías, experiencias empresariales, calificación la Colombia del siglo XX.
de mano de obra, condiciones mínimas de disciplina laboral, etc.
Recuerdo que en una de mis últimas conversaciones con Una brevísima respuesta a las críticoJs del
don Luis Ospina, él vislumbró entusiasmado la posibilidad de p1·ojesor Juan F. Echavarría.
emprender estudios regionales en todo el país para construir
series largas de precios y salarios y luego estudiar sus fluc- l. En relación a la simplicidad del modelo sobre el mercado
tuaciones y tratar de entender el efecto económico de las dis- interno representado por los productores directos y la po-
paridades en el nivel de precios y salarios que prevalecieron sibilidad de construir uno más adecuado y que 'dé cuenta
en el país. Lo cierto es que Antioquia pareció caracterizarse por de la estratificación interna de los productores de menos de
una estructura de precios relativamente alta en el siglo XIX 20.000 cafetos: a) no hay bases estadísticas para construir~o
colombiano la cual quizás reflejaba la más alta productividad satisfactoriamente; b) incluso puede ser que en la ponencia
relativa de la minería del oro y la ganadería frente a las ac- inicial haya exagerado el monto del ingreso no-cafetero por
tividades de otras regiones de Colombia. Independientemente lo que decidí excluirlo y concentrarme en el ingreso propia-
de qué tan alto fuera el poder adquisitivo de los salarios . e mente cafetero; e) quizás la forma agregada en que está cons-
ingresos en Antioquia, es plausible la validez de la observación truí da la hipótesis cuantitativa sea la más realista. En todo
de S.afford en el sentido de que una estructura de precios por caso estoy de acuerdo en que habría que refinar el modelo
encima de la media nacional, podía manifestarse en tasas· de y creo que las principales líneas de estratificación en el sector
acumulación de capital por encima de la media nacional.( 17 ) "campesino" cafetero serían regionales o comarcales, tal como
se sugiere en la ponencia, al comparar por ejemplo el tiempo
requerido para obtener el ingreso según Departamentos.
17. F. Safford, "Si¡gnHicación de los antioqueños en el desarrollo económico colom-
biano. Un examen crítico de las tesis de ,Bverett Hagen'', Anuario Colombiano
de Historia Social y de la Cr~ltura, 3, 1965, pp. 49-69. 18. Mariano j..rango, Café e Industria, 1850-1930, Bogotá, 1977, pp. 13 et seq.

96 97
2. Estoy de acuerdo con la línea de la crítica sobre el olvido COMENTARIO
de los nexos del café con el sector transportes, la cons-
trucción de carreteras y vías férreas. Pero no estoy tan se-
guro de que en este campo las relaciones sean tan nítidas co-
mo se sugiere en la crítica. Por ejemplo, dos de las industrias Es para mí un honor ser el comentarista de la ponencia de un histo·
iniciales más importantes, la del cemento y la de las cervezas riador que entró por la puerta grande de la historiografía colombiana,
y bebidas gaseosas, se localizaron, por los altos costos de trans- con su libro "El café en Colombia (1850-1970) ". Tratemos primero que
porte, en los grandes centros urbanos para abastecer esos mer- todo, de esclarecer la problemática, en torno a la cual se teje el discurso
cados y, obedecieron, en parte, al crecimiento urbano del pe- que versa sobre "El café en la vida de Antioquia".
ríodo 1880- 1930, muy acelerado en ciudades como Bogotá, Dentro de la historiografía contemporánea hay una obligación insti-
Medellín y Barranquilla. Cemento, ladrillo, materiales de cons- tucional para el historiador: Le exige que se interrogue sobre la perio-
trucción, bebidas, etc., no requieren de una red nacional de dización. Bueno, él así lo hace y se dirige a los historiadores que se han
transportes. Valga la pena poner en perspectiva las anécdotas ocupado de la "Región Antioqueña". En los "clásicos" y en los "nuevos",
sobre las dificultades para llevar hasta Bogotá los equipos pa- encuentra un consenso; según ellos existen tres etapas en la historia eco-
ra la fábrica Cementos Samper en 1910-12: por el río Mag- nómica contemporánea: "La de la minería y el comercio de oro, la del
dalena y desde Honda utilizando el viejo camino real y usan- café y finalmente la de la industrialización".
do recuas de mulas y bueyes.
¿Cuáles son los criterios que permiten detectarlas? Marco Palacios
3. Sobre las dos críticas del párrafo final: a.) Creo que se explicita los mojones que delimitan los espacios históricos construídos
ha exagerado inmisericordemente el papel de las trilla- por los analistas. Encuentra que el concepto central mediante el cual se
doras en la formación de capital industrial. Mi impresión es periodiza, apunta hacia el tipo de actividad económica ( 1 ) que "predo-
que en ese sector las inversiones fueron modestas y que la mina" en un momento determinado. ¿Cómo sabemos cuál es la actividad
tTiUa fue un apénlr:l:ice de la comeYcialización. Si por ejemplo predominante? Pues porque ella le imprime un carácter al conjunto de
fue más débil en Bogotá que en Medellín se debió a un pro- la sociedad, como que la marca en todas partes, lo bueno para la acti-
blema de localización geográfica. Las grandes trilladoras del vidad es lo bueno para la región, y además la liza, la nutre "imprimién-
centro se localizaron en Girardot (beneficiaba los cafés del dole dinamismo". Dinamismo que se debe al otro atributo de la actividad
Sumapaz cunditolimense, del Tequendama y de la región de económica predominante, el de estar conectada con otras regiones y con
Ibagué) en Honda (beneficiaba los cafés de la provincia del el comercio mundial.
noroeste cundinamarqués y del norte del Tolima.) y en el Lí- Hasta acá no hay un problema. Sin embargo, ellos surgen cuando
bano. Bogotá no era buen sitio, dados los costos de transpor- uno se pregunta, ¿cuál es el sentido de la periodización? ¿Bajo qué
te y la localización de los distritos cafeteros, para trillar; pe- perspectivas se le mira y se la requiere?
ro los comerciantes en café de Bogotá dominaban la trilla
(muchas veces subalternos de los monopolios extranjeros) en Me da la impresión que hay una problemática más de fondo. En
los sitios arriba mencionados. efecto, es el problema del "despegue" o del "desarrollo económico" el
que organiza en última instancia el discurso sobre la periodización. Los
b) El problema no es si con las divisas cafeteras la indus- acontecimientos tienen sentido sólo si nos explican el desarrollo: las
tria puede expandirse, sino por qué es la industria antioqueña etapas se construyen en función del "despegue".
la que se expande y no, digamos la caldense o la quindiana.
Aquí nos encontramos con un claro desface de perspectivas: Según sus palabras, las etapas "sucesivas y ascendentes. . . son con-
d,esdle el punto de vista del proceso geneyal <~:~e Vindxustrializa- cebidas como si estuviesen formando una secuencia, de suerte que las
etapas posteriores aparecen gestadas en las anteriores". Atención! ya no
ción colombiana, el café fue u.na etap'a bien d.ecisiva, pero en estamos en el campo de la historiografía, en donde se periodiza para
la perspectiva antioqueña, había otros "requisitos" que deben encontrar la razón del funcionamiento de las sociedades y de sus meca-
explicarse con precisión: ¿cuál es la conexión específica en- nismos centrales, así como también de las continuidades y discontinui
tre el café en Ant1:oquia y la indrustrialización en Antioquia?
Y sigo pensando que es fructífero considerar nuevas vías de
explicación para este fenómeno que despojan al café como l. No quiero desviarme del problema cen:tral, sin embargo hay que anotar que
demiurgo del desarrollo capitalista antioqueño y de su carácter junto al wncepto de la actividad aparece el de "sector" y luego viene la noción
de causa omnipresente. de "rama", e implkitamente la de "esfem''. Criterios que no son homogéneos.

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es lo peor que puede haber en una economía. Son mejores los precios
regulares pero estables, que precios fluctuantes, porque los problemas
llegan no solamente cuando vienen las bajas, sino también cuando llegan
las alzas, porque hace endeudar a los propietarios, se van a viajar y
compran cosas un poco suntuarias.
Y o creo que la tesis del doctor Palacios es sustentable tornándola Comercio y comerciantes de Antioquia
en el sentido general, pero si uno particulariza, con el sacrificio de esos
pequeños productores y pequeños y medianos propietarios y hasta gran-
des cafeteros se hizo mucho, sobre todo se dio utilización en la ladera
ANN TWINAM
a algo que no hubiera sido aprovechado de otra manera, porque la
economía de ladera no era mecanizable. El único producto que tuvo una
demanda internacional fue el café, que no es un producto de primera I. INTRODUOCION
necesidad, pero que se ha convertido poco a poco, por el uso, en algo
de primera necesidad; pero es un mal negocio para el país y de ahí que ·Esta presentación se titula: "Desde Mon y Velarde hacia
el país ha cortado su ímpetu industrializador; en gran parte el ingreso Coltejer: El papel de comercio y comerciantes en el desarro-
ha sido en los últimos tiempos para el gobierno pero no ha dejado tam- llo económico de Antioquia". ( 1 ) Lo elijo porque Juan Anto-
poco para que la industria siga adelante. nio Mon y Velarde, visitador oficial e i·niciador de las refor-
H oracio Ramírez: Llevo 40 años de industrial (el último negocio mas borbónicas a Antioquia al fin del siglo diez y ocho, y
que tuve fue hacer medias y ropa interior de mujer) y sé que había que Coltejer, un gigante industrial del siglo veinte, representan
calcular las ventas de acuerdo con los pedidos cafeteros. La provisión símbolos aptos de dos temas que dominan los estudios del co-
de mercancía era necesario tenerla en los primeros meses del año; y para mercio y comerciantes antioqueños. Un tema es una conside-
Antioquia y para el resto del país, en los otros períodos. Con eso quiero ración de la conti.nuidad, particularmente de una tradición co-
decir, que la capacidad adquisitiva de nuestras gentes ha fluctuado tra· mercial que echó raíces en la época colonial. Otro tema es la
dicionalmente de acuerdo a la producción del café. conexión entre esta tradición y la evolución subsecuente del
proceso industrial. De acuerdo con el formato propuesto por
Y a se ha comprobado que cultivos que requieren insumos humanos F AES, mi exposición aspira a evaluar algunos trabajos reali-
grandes, son productivos; y como estamos hablando del café yo tengo zados, destacar fuentes empleadas y no empleadas, proponer
que anotar que solamente desde el año 50 hacia acá se están empezando nuevas rutas de investiga.ción, y juzgar la validez del enfoque
a utilizar fertilizantes adecuados en los cafetos. regional a esta historia comercial antioqueña.
Lo que sigue se divide cronológicamente en tres partes.
Primera, la época colonial en que el sector comercial antio-
queño está confinado generalmente a los límites provinciales.
Segunda la joven república, que señala la expansión de antio-
queños a los mercados nacionales. Tercera, el resto del siglo
diez y nueve, que ·continúa esta expansión y especialización,
y aun horizontalización de inversiones mercantiles, hasta la
aparición de las primeras industrias. Dado que mis estudios se
concretan en la época colonial, esta parte será la más grande.

* Ponencia presentada como parte de "Los estudios regionales en Colombia. El caso


de Antioquia: Realidades y perspectivas". Organiza,do por la Fundaci6n Antio-
queña para los Estudios Socúdes -FAES- MedelHn, Colombia, Agosto 6 a 11,
de 1979.
l. Quiero agradecer a los profesores Adalberto Pinelo de Northern Kentucky
University, a Pura Miyar ·de Edgediff College y a Darlo Jaramillo, sus no·
bies esfuerzos al tratar ·de conegir mi casi-no-eidsten~e gramática española.

114 115
II. EPOCA COLONIA;L como James Parsons, Estanislao Zuleta, y Roger Brew.(3) Aun-
que hay divergencias de una interpretación a otra, en general
Aunque la mayoría de los que escriben acerca del desa- estos escritores toman el punto de vista de que Antioquia es-
rrollo antioqueño están de acuerdo en que esta región ocupó taba en plena depresión antes de la llegada de Mon y Velarde
un lugar particular en la historia económica de Colombia, y quien efectuó revitalización en la vida económica provincial.
de que los antioqueños se han distinguido por un espíritu em- N o hay duda de que este visitador dió a Antioquia una dosis
prendedor, esas son las únicas cosas sin debate. Las interpre- especial de las reformas borbónicas que incluyó la codificación
taciones chocan en cuanto a evaluaciones de cuám,dt- estas ma- de leyes de minería, la introducción de moneda acuñada, el
nifestaciones empiezan, CÓ'mO empiezan, por qtté continúan y estímulo de competencia mercantil, el desarrollo de proyectos
qué relación llevan a la historia colombiana, suramericana, o de colonización, el fomento de los gobiernos municipales, y
mundial. Explicaciones contradictorias del desenvolvimiento del otras numerosas reformas. Los de esta escuela pintan al vi-
sector comercial han servido como una de las piedras de toque sitador como reformador eficaz y algunos, como Manuel Mon-
de este debate. Un ejemplo muy a propósito de esta relación salve, fecharía la época moderna "desde Mon y Velarde al
de la historia comercial antioqueña a un nivel más general de presente".( 4 ) Claro que adherentes de esta interpretación sub-
debate surge en interpretaciones que evalúan las contribucio- rayan las últiDJaS dos décadas del siglo dieciocho, las décadas
nes potenciales de comercio y comerciantes coloniales a los éxi- después de Moh y Velarde como de más interés para quienes
tos financieros de antioqueños durante la república. estudian el comercio colonial.
Existe una gran controversia acerca de si los recursos ca- La segunda escuela interpreta el desarrollo de la época
pitales de la colonia eran suficientes para soportar activida- colonial y particularmente el del siglo dieciocho de una ma-
des empresariales, incluyendo un comercio substantivo. La nera generalmente contrapuesta a la primera. Algunos, como
historiografía de este debate se divide en tres escuelas. Pri- Eduardo Zuleta, al principio de este siglo, o Everett Hagen,
mera, la que pinta Juan Antonio Mon y Velarde, visitador Alvaro López Toro más recientemente, proponen que Antio-
oficial de Antioquia desde 1785 - 17'88 como "regenerador". quia permaneció en plena depresión durante la colonia.(5) Es-
S~gunda, la que da énfasis a una prolongada depresión colo- tos de consiguiente, no dan crédito a las interpretaciones que
mal. Tercera, la que halla una economía colonial con algunas pintan al Visitador Mon y Velarde como regenerador, algunos
potencialidades. Aunque contradictorias, estas interpretadones porque niegan que las reformas tuvieron el efecto deseado,
se basan en las mismas fuentes : los informes de los virreyes otros porque pensaron que ninguna persona, ni siquiera un
y gobernadores y otras oficiales reales.( 2 ) Dadas estas ambi- oficial tan audaz y enérgico como Mon y Velarde pudieran,
güedades documentales, tenemos que preguntar: "¿Por qué dentro de tres años de visita, transformar el estado económi-
son estas visiones del estado de la economía colonial tan dis- co y social.
tintas, particularmente en respecto al desarrollo del sector co-
mercial?".
La escuela primera, que pinta Juan Antonio Mon y Ve- 3. Ospina, "Oidor", pp. 412-36; Isidoro Villa, "El Oidor Mon y Velarde",
larde como "regenerador" incluye historiadores quienes escri- Repertorio Histórico (Medellín) 15 (Enero 1940): 384-92; Manuel Mon-
bían al comienzo de este siglo como Tulio Ospina, Isidoro Vi- salves, Antioq1tia, económica y estadística (Medellín, 1939): 86; Emilio Roble-
lla, Manuel Monsalves, Emilio Robledo, y otros más recientes do, Bosquejo biográfico del Señor Oidor Juan Antonio Mon y VekM·de, visitador
de An,tioquia 1785-1788, 2 vols. (Bogotá 1954); James Parsons, Antioqueno Co·
lonization in Western Colombia, 2~ ed. rev. (Berkeley, 1968): 5; Zuleta, pp.
390-92; Robert Brew, "The Economk Development of Antioquia from 1750 to
2. Visiones pes1m1stas surgieron de Don , Antonio Manso y Maldonado ( 1729) 1920", (Ph. d. Dissertation, Oxford Univusity, 1973) : 16, 28-29.
y Gobernador F·rancisco Silvestre ( 1783). Véase Estanislao Zuleta, Confe· 4. Monsalves, p. 86.
rencias de historia económica colombiana, (Medellln, 1969), p. 65. Oidor Juan 5. Eduardo Zuleta, Papeles viejos y nuevos (Ga:racas, 1929): 161-179; Everett
Antonio Mon y Velarde, al otro l<J:do, profetizó que "aquella provincia, la más Hagen, "The Transition in Colombia", en On the Theory of Social Change:
atrasada dd Reino, llegaría a ser algún día la más opulenta". Tu lío Ospina, "El How Economic G,rowth Begins (Homewood, Illinois, 1962) : 353-386; Alvaro
Oidor Mon y Velarde, regenerador de Antioquia, Repertorio Histórico (Mede- López Toro, "Migración y cambio social en Antioquia durante el siglo diez y
llín) 2 (Septiembre 1918): 429. nueve", Demografía y Economia (México) 2 (1963): 359.

116 117
Otro ramo ~e. esta escuel~ que no ve conexiones impor- ficaciones importantes para el desenvolvimiento comercial y
tantes entre actividades colomales y republicanas se optimi- empresarial del siglo diez y nueve.
za en l~s escritos de William McGreevey,C6 ) McGreevey pro-
P.one la Idea de 9-ue Antioquia era víctima durante el siglo die- El problema en distinguir entre estas interpretaciones es
CIOcho, no particularmente de las reformas provinciales de más difícil dada la falta de estudios en archivos nacionales, re-
M.on Y Vel~rde, sino de las imperiales de la época Borbónica. gionales, y municipales, que puedan soporta.r uno u otro pun-
DI.ce por eJemplo, que ~os impuestos de tabaco y la manera to de vista. Hay algunas preguntas sencillas que necesitan res-
~flcaz como fueron aplicados empobrecieron a los antioque- puestas con respecto al desarrollo de comercio y comerciantes:
nos de oro, y aunque la producción mineral la clave de la eco- ¿Cuál era la dirección de las importaciones antioqueñas du-
nomía provincial, posiblemente aumentó ei resultado fue que rante la colonia? ¿Qué mercancías figuran en este comercio?
España y :no Antioquia se benefició. D~das estas circunstan- ¿Cómo aparece la estructura mercantil? ¿Quiénes eran los mer-
cia.s, no exi~tier?n ex~esos de capital para los antioqueños o caderes más importantes, y cuál era el valor individual de sus
qme~es podian mverbr e:n empresas con carácter emprende- negocios? ¿Hay conexiones pertinentes entre el comercio colo-
dor, mcluyendo U·n comercio substancial. La tesis de McGreevey nial y el republicano? La respuesta a estas preguntas ha figu-
como las de Zuleta, Hagen, o López Toro, implican que los que rado en un plan de investigación que me ha ocupado durante
buscan benchmarks, o etapas críticas en el desarrollo antio- estos últimos años.( 10 ) Por eso me propongo hablar un rato
queño, tienen que comenzar después de la época colonial. respecto a una metodología y unas conclusiones que me im-
pulsan a presentar una interpretación revisada del sector co-
La última escuela es la que halla una economía colonial mercial colonial.
con algunas potencialidades. Generalmente estos escritores co-
mo Luis Ospi·na Vásquez o Frank Safford están en el ~e dio Existe no una mina de oro corrido, ni una veta, pero un
del debate.( 7 ) Estos ni quieren interpretar' los· hechos críticos Potosí de documentación en el Archivo Histórico de Antioquia
de la colonia com<? re~ultado de· las acciones de una persona, respecto al comercio y comerciantes. De particular interés a
Mon y Velarde, m qmeren aceptar sin algunas dudas los in- los investigadores del siglo diez y ocho son dos series de in-
formes pesimistas que describen una depresión colonial. En formaciones : las guías mercantiles y los registros de mercan-
:efer~ncia al comercio, por ejemplo, Luis Os pina V ásquez hace cía. ¿De dónde surge esta documentación y cómo se puede uti-
enfas1s a la casi total dependencia de Antioquia colonial de las lizar para recrear, en macro y en micro, la historia comercial?
provincias y naciones extranjeras para los textiles y otros En teoría, el origen de las gu~s y los registros surgió de
artkulos de consumo, y añade que esta dependencia tuvo que la posición especial de Antioquia como "tierra de oro". Se ori-
soportar un comercio substantivo.( 8 ) Frank Saffotd nota que ginaron del mandato y del deseo de la administración impe-
l<?s rescatado~es, los antioqueños que funcionan como comer- rial de cobrar el quinto, es decir, el impuesto real de la pro-
ciantes y traficantes del oro en polvo de los distritos minerales ducción minera, que en el siglo diez y ocho era un tres por
a. fundición, tuvieron algunas oportunidades de acumular ca- ciento.( 11 ) Había también un problema de recaudo porque las
pital, aunque esta acumulación fue limitada.(9) Ellos dos, pues, dos terceras partes del oro antioqueño procedían de las bateas
ven en la estructura colonial, posibilidades aun restringidas de los mazamorreros-mineros ambulantes, quienes viajando de
para el desarrollo de un núcleo colonial empresarial con rami- quebrada a quebrada, de un riachuelo a otro, eran casi impo-

6. William P. McGreevey, An Economic History o/ Colombia, 1845-1930 (Cam· 10. Ann Twinam, "Miners, Merchants, and Farmers; The Roots of Entrepreneus-
bridge, England, 1971) : 28, 29, 91. ship in Antioquia", (Ph.d. dissertation, Y ale University, 1976); "Enterprise
7. Luis Ospina Vásquez, Industria y protección en Colombia, 1810-1930 (Me- and Elites in Eighteenth-Century Medellín," Hispanic American Historícal Review
dellín, 1955); Frank R. Safford, "Commeroe and Enterprise in Central (Agosto, 1979): 444-479; "From Jew to Basque: Ethnic Myths .and Antioqueno
Colombia, 1821-1870", (Ph. d. dissertation, Columbia University, 1965); "Foreign Entrepreneurship," Journal of lnter-America11 Studies and W orld Affairs (Fe·
and National Enterprise in Nineteenth-Century Colomhia", "Business History Re· bruary, 1980, forthcaming).
view 39 ( 1965) : 503-526; y sus artículos colectados en Aspectos del siglo XX 11. Twinam, "Miners," p. 30. El 3% fue establecida después de 1771. Véase
en Colombia (Mede!Hn, 1977). Archivo Histórico Nacional (AHN) (Bogotá) Consulados, T. 3 fo!s. 304-431,
8. Ospina Vásquez, p. 34. 1790-97. Las dos terceras vienen de Mon y Velarde en AHN, Virreyes, T. 6,
9. Safford, "Commerce", pp. 390-92. fols. 743-813, 1787.

118 119
o decrecimiento en el sector mineral. Fluctuaciones en los re-
sible de hallar, mucho menos de obligar a pagar un impuesto gistros de mercaderías, pues, reflejaban no solamente la his-
tan desagradable.( 12 ) Por esta razón la burocracia imperial de- toria de importaciones legales, sino también la dirección de
sarrolló un sistema que tasó a los comerciantes, porque éstos, la producción de oro.( I4)
localizados en distritos urbanos, fueran más fáciles de locali-
zar y porque éstos tuvieron acceso al oro en polvo, dado sus Desde nuestro punto de vista las guías más interesantes
papeles como rescatantes y vendedores con los mazamorreros. en los archivos proveen una cuenta detallada de los artículos
En el caso ideal, el sistema funcionó así: El mercader viajaría de importación y los precios estimados. Los registros, de Jos cua-
con oro quintado (es decir, oro que ha pagado impuestos reales les hay más de 77 años desde 1733 hasta 1810, nos permiten
y que ha sido refinado en la fundición) desde Antioquia hacia calcular los siguientes: Primero, las fluctuaciones en el valor·
un centro de distribución como Bogotá, Cartagena, Popayán, y volumen de importaciones. Segundo, los cambios en las pre-
o Quito. Después de comprar sus mercaderías allá, el comer- ferencias de la población consumidora. Tercero, la división de
ciante llevaría sus ventas a una aduana donde oficiales reales comercio entre las ciudades antioqueñas. De foco micro pode-
le darían una guía donde podría anotar su nombre, una des- mos identificar cada antioqueño quien, con su presencia en los
cripción de sus ventas, y su destinación final. En ruta a An- registros, figura como mercader; podemos recrear su historia
tioquia el mercader pasaría por las aduanas que marcarían individual como importador, y además llegar al valor total de
su progreso hasta su ciudad familiar sea Medellín, Rionegro, sus entradas comerciales durante la época. Con esto, podemos
Antioquia, Marinilla, o Santa Rosa. Allí el oficial real abriría recrear la estructura mercantil, no solamente de la provincia
sus cargas, y apuntaría, al otro lado de la guía una descrip- sino también de cada ciudad.( 15 ) Como que cada comerciante
ción más detallada y el oficial estimaría el medio precio o el se identificó, podemos estudiar el papel del mercader en la
precio de venta más común en la región para cada artículo. estructura social. Yo he estudiado, por ejemplo, la posición de
También el oficial real calcularía el valor total de artículos los mercaderes en la vida política, económica, y familiar de
importados, en el caso de nuestro ejemplo, unos trescientos Medellín. Aunque el tiempo solo me permite dar algunas con-
pesos. Este valor, y una descripción más general de las im- clusiones generales, más adelante me gustaría añadir algunos
portaciones, también sería copiado en otro documento, los re- detalles si hay preguntas.
gistros de mercadería. En este registro el comerciante tendría
que prometer que dentro de tres años vendería sus cargos y La conclusión más importante que surge de un análisis
que dentro de este tiempo él llevaría una suma de oro en pol- de los registros de mercadería es que Antioquia sintió una ex-
vo equivalente al valor de su guía y registro, aquí los tres- plosión comercial durante el siglo diez y ocho, una explosión
cientos pesos, a la fundición y que él fundiría y pagaría los que reflejaba una expansión paralela en el sector minero. Al
impuestos reales como el quinto. Ya hecho, él recibía oro en principio del siglo, en las décadas de 1730 hasta 1740 antio-
barras fundidas, con que comenzaría su gira al centro distri- queños importaban legalmente mercaderías entre doce y diez
buidor otra vez.(B) y siete mil pesos de valor en oro, figuras que correspondían al
fin de una depresión en el sector mineral. (En este tiempo
Desde el punto de vista real, este sistema funcionó porque el peso de oro vale más que el doble de un peso de plata).( 16 )
tasó la producción del sector mineral como ésta fue reflejada Durante la década de 1760 el valor de importaciones dobló des-
en las importaciones provinciales. Era lógico porque la deman- de unos cuarenta hasta sesenta mil pesos; subió otra vez en
da y el consumo de la población antioqueña fue dependiente las décadas de 1780 hasta 1790 cuando fluctuó entre ochenta
del acceso al oro en polvo y éste fue dependiente del aumento y cien mil pesos y se dobló otra vez en las últimas décadas

12. Twinam, "Miners" pp. 22-84. Véase también Vicente Restrepo, Estudios so- 14. Twinam, "Miners' p. 43-45.
bre las minas de oro y pl,;~ta de Colombi,;~ (1883) 4~ ed. (Bogotá, 1952) y 15. Las referencias ar·chivales de estos registros están en Ibid., pp. 92, 93.
Robert C. West, Colonial Placer lVIining in Colombia (Baton Rouge 1952) quienes 16. El rato oficial del cambio, de 2 pesos de plata para 1 peso de oro se halló
presentan muchos detalles de la historia de minería en Antioquia. 'en los registros de mercaderías como AHA, T. 687, Comercio, N? 10965,
13. Twinam, "Miners", pp. 36-43, 86-91 para una descripción más detallada. 1806; o AHA, T. 688, Comercio, N? 10982, 1807. Comerciantes recibieron un
También véase Archivo Histórico de Antioquia (AHA) T. 16, Real Cédula, valor adicional de 15% porque traficaron en oro. AHN, Cabildos, T. 3, fols. 833-97,
N? 16, 1780. 1797-1799.

121
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de la colonia cuando alcanzó de doscientos a doscientos cincuen-
ta mil pesos.(17) La progresión está muy clara. Solamente en hasta 360 cargas en 1795. ( 19) Parece que no una élite pero
los cincuenta años de 1760 a 1810 el valor de importaciones sí una ~asa consumidora creó esta demanda .para los artículos
antioqueñas se multiplicó unas cinco veces. de preciOs modestos .. Esta población tuvo dos características:
su acceso al oro en polvo, generalmente como resultado de ac-
Estas estadísticas ponen en duda algunas de las interpre- tividades ~az~morre~as,. y la distribución física del· pueblo so-
taciones previamente citadas. No se le puede dar crédito a bre el terntono provmcial. Este acceso y esta distribución creó
Mon y Velarde como "regenerador" cuando la recuperación un mer~ado y a la misma vez dió oportunidades a carreras
del sector ·comercial empieza más de treinta años antes de su merc~?tiles, no solamen!e a los que tenían mucho capital, sino
llegada a Antioquia. Ni podemos aceptar un cuadro que pinta tambien a los que teman menos recursos financieros. Esta
la provincia en plena depresión, porque estas cifras indican presencia; de. ,diversos grupos de importadores se reflejaba en
que el consumo de algunos sectores de la población estaban la orgamzacwn de la estructura mercantil.
creciendo en una manera substantiva.
Desde 1763 hasta 1810, los años de las reformas borbó-
Este renacimiento comercial fue acompañado con un cam- nicas, un total de 1.028 antioqueños declararon mercaderías al
bio en la estructura provincial de distribución. Al principio valor total de 5.971.913 pesos de oro. Estos mercaderes se di-
del siglo, los mercaderes de la capital colonial de Antioquia viden en tres grupos: los que trajeron menos de 1.000 pesos
importaban de cuarenta hasta el cincuenta. por ciento del valor cada uno, los que importaron entre 1.000 y 10.000 pesos y los
provincial de mercaderías, los de Medellín, unos treinta a cua- q!le registraron más. Habían 433 antioqueños, o sea 42 por
renta por ciento, y los de Rionegro lo demás. El movimiento ciento del total, que entraron cargas que valían menos de mil
de explotaciones minerales desde los antiguos sitios del Cauca pesos oro. Estos generalmente compraron para uso personal
y el norte hasta los centros montañeses de Rionegro y Santa o para venta limitada a amigos o familia. El ·segundo grupo
Rosa, y el desarrollo de una nueva ruta del Magdalena al in- (los }mportadores entre 1.000 y 10.000 pesos) se compuso de
terior, señalaron la muerte de la ciudad capital como un cen- ~69 Importad?r~s o sea 46 por ci!'lnto del total. Algunos de
tro de importancia comercial. La jerarquía del siglo diez y estos se especializaron en el comerciO de cacao, y otros funcio-
nueve fue establecida durante las últimas décadas de la colo- naron como buhoneros en los distritos minerales. Casi ningu-
nia porque Medellín y Rionegro, con cuarenta por ciento del no de los comerciantes de estas clasificaciones viajaron a los
comercio cada una, tomaron las primeras posiciones; y An- cer:tros. de venta al por mayor como Bogotá, Cartagena, o
tioquia, Marinilla, y Santa Rosa las secundarias.( 18 ) Qmto. Ellos compraron en los puertos del Magdalena como
¿Qué artículos figuran en este comercio tan aumentado? Hond~ o N are. Aunque e'stos dos grupos compusieron un 88
¿Fueron bienes de lujo comprados por una élite o mercade- por Ciento del total de comerciantes, éstos importaron sola-
rías con una atracción más general? La demanda de la pobla- mente l}n 31 por ciento del valor de cargas. Sin embargo, su
ción consumidora se divide entre productos fabriles, comesti- presencia en los registros nos indica la dificultad en abastecer
bles, y metales. Más diverso era el ramo de textiles en que fi· los distritos mineros y las oportunidades abiertas para los de
guraban los productos más baratos de El Socorro; las ruanas mucha energía y poco capital.
y .lanas de Quito, de precio medio; y una profusión de sedas, Cu~ndo un antioqueño registró más de 10.000 pesos en
damascos y gobelinos de calidad de lujo de países europeos. l~s reg.Istros, ,generalmente participó en la carrera de larga
Aunque los comerciantes de Medellín, por ejemplo, importa- distancia, llevo su carga desde Cartagena hasta Quito, man-
ban más de tres veces las ca.rgas de Europa en 1795 que en tuvo un almacén en un centro urbano, y perteneció a la élite
1780: (77 cargas comparadas con 25 cargas) no hay duda de comercial. Veinte de los 126 antioqueños (26% del total) de
que los productos del reino mantienen su enorme primacía du- es!a categoría fueron super-comerciantes, cada uno importó
rante la colonia. En 1780 más de 25.0 mulas entraron a Mede- mas de 50.000 pesos del valor de mercaderías o un 33% del
llín con manufacturas nacionales; una corriente que aumentó total provincial. Los demás 106 importaron entre 10.000 y
50.000 pesos cada uno, o sea un 36 'fo, del total provincial. N o
había, pues, uno o dos individuos que monopolizaron · el co-
mercio colonial. Aún los veinte mercaderes más poderosos tu-
17. Véase Cuadro l.
18. Twinam, "Miners" p. 98, 99.
19. Ibid. pp. 118·27.
122
123
vieron una competencia fuerte por parte de los otros 106 de den de la estructura económica, sino también el ambiente po-
la carrera de larga distancia.( 20 ) lítico y social que dio incentivo a generaciones venideras para
Esta investigación del desarrollo del comercio y comer- continuar en las huellas de sus padres. Claro que esta con-
ciantes necesita considerar no solamente el papel de este sector clusión tiene mucha significación para los que siguen en el
en lo económico sino ta:mbién en lo político y social. Mi iden- siglo diez y nueve.
tificación de la composición de la élite de Medellí.l3 desd~ 1780 Hay muchos vacíos en mi estudio y en este cuadro del co-
hasta 1810 ha revelado, por ejemplo, una correlacwn casi exac- mercio colonial. Faltan investigaciones que utilicen los ar-
ta de la élite económica incluyendo en ésto los mercaderes de chivos que existen en Rionegro, Santa Rosa, Marinilla, o An-
larga distancia, y la élite política y social. La alta posición de tioquia. Estos pueden informarnos ace,rca de las relaciones co-
comerciantes en el ambiente medellinense se vio en las ocupa- merciales entre los centros urbanos y los distritos mineros. Te-
ciones de los que sirvieron en el cabildo o concejo municipal. nemos que averiguar la composición de las élites en estas ciu-
En los puestos de alto prestigio se encontró que un 75 p~r dades y compararlas con la de Mede11ín. Los documentos de
ciento de los regidores, un 64 por ciento de los alcaldes pri- los notarios coloniales, y hay tomos, necesitan un investigador
meros o un 61 por ciento de los procuradores generales eran que nos revelen información acerca de las deudas, contratos,
importadores que figuraban en los registros mercantiles. Estos inversiones, y otras actividades económicas de las élites pro-
no solamente ocuparon las posiciones eminentes, sino que. tam- vinciales. Las guías y los registros aún pueden ocupar una
bién tuvieron una movilidad política igual a la de los mmeros facultad de historiadores y los siglos diez y seis y diez y siete
y muy superior a la de los terratenientes.( 21 ) permanecen como tierra incógnita.
Otra característica muy pertinente de la élite de Medellín
era la diversificación de ocupaciones. Casi una tercera parte Concluyo este resumen de la historiografía del comercio
de los vecinos que sirvieron como regidores o como alcaldes colonial con dos generalizaciones. Tenemos 9ue revis.ar nu~stras
primeros eran mineros tanto como comerciantes, y la mayoría interpretaciones del estado de la economm del siglo diez y
de estos eran también dueños de fincas. La élite colonial, ocho. N o hubo una depresión prolongada, al contrario desde
pues, mantuvo su capital en empresas diversas, y no se espe- la mitad del siglo comenzó una revivificación muy fuerte en
cializó en una sola inversión.( 22 ) minería y en comercio. Tal vez Juan Antonio Mon y V elarde
ha ayudado en esta evolución, pero él actuó como ayudante Y
Esta élite mostró también, una inclinación muy fuerte a no como regenerador de un desarrollo en pleno curso al tiem-
inspirar la generación que vino a continuar en actividades ~o­ po de su visita. La respuesta del sector com~r~ial a las nueyas
merciales. Gracias a Gabriel Arango Mejía y su Genealogws explotaciones minerales fue aumentar dr~m~tlca~ente s~s I.m-
de Antioquia y Caldas, es posible recrear l.as genealogías. d.e portaciones, re-orientar los centros de d1stribucwn provmcial,
las familias de la élite medellinense y averiguar sus activi- proveer una demanda masiva, desarrollar una .estru~tura mer-
dades económicas y políticas sobre varias generaciones. quan- cantil muy diversa. Los mercaderes de larga distan~1a eran la
do una cabeza de familia figura como miembro de éhte Y élite del sector comercial y en Medellín pertenecieron a la
también como comerciante, había una tendencia marcada pa- élite económica, política y social. Estas mostraron una fuerte
ra que sus hijos continuaran como mercaderes o .mineros. Por 'tendencia a invertir en diversas empresas y a pasar esta vo-
ejemplo, un 77 por ciento de los hijos de comerciantes de lar- cación a sus hijos. Estas generalizaciones me impuls.an a una
ga distancia también entraron mercaderías po.r. las aduanas segunda conclusión : hay algunas continuidades muy Importan-
y un 80 por ciento de hijos de cabezas de famiha con ocupa- tes entre estas características del comercio al fin de la co-
ciones de minero y comerciante también continuaron estas lonia y la evolución subsecuente del siglo diez y nueve.
actividades.( 23) Esta evidencia nos indica no solamente el or-
III. EPOCA DE LA INDEPENDENCIA
20. Véase Cuadro 2, Ibid., pp. 127-133.
21. Twinam, "Miners" pp. 224-239. Aunque había, durante la época colonial, una expl9sión
en el valor de importaciones y un desarrollo correspondie~te
22. Véase Cuadro 3.
del sector mercantil éstas se desenlazaron dentro de los ter-
23. Véase Twinam "Enterprise" o "Mineros" pp. 273-279 para una explicación minos antioqueños. Al fin de la colonia, los comerciante~ P.er-
de la metodología de elegir la élite y sus hijos. manecie,ron confinados y limitados a una demanda provmc1al.
124 125
En las dos épocas siguientes, la independencia y el resto del mando en consideración que esta época de transición política
siglo, se nota una expansión desde mercados provinciales a incluye los primeros esfuerzos del gobierno independiente: La
los nacionales, la evolución de Medellín como foco alternativo Patria Boba desde 1810 hasta 1816; la Reconquista Española
1

a Bogotá, y la horizontalización e internacionalización de las desde 1816 hasta 1819; y la Restauración del régimen criollo;
inversiones de un grupo de comerciantes-financieros. Las mo- no es extraño encontrar que documentos como los registros co-
nografías de James Parsons, Luis Ospina Vásquez, Frank Sa- loniales no existen para facilitar una recreación del comercio
fford, Alvaro L,ópez Toro, · Javier Ocampo, Keith Christie, y durante la independencia. Por cierto, es una sorpresa que tan-
Roger Brew, para nombrar unas pocas, nos dan ojeadas pro- tos recursos existan después de tantos cambios políticos y
vocativas de este desenvolvimiento, pero aún nos falta una administrativos. Aunque faltase el registro de mercadería del
historiografía bien desarrollada o una cronología satisfactoria tipo colonial, si tuviésemos algunos años de registro de otro
para delinear etapas críticas.( 24) Por consiguiente, lo que si- tipo. Por ejemplo, el de 1821 nos daría los nombres de antio-
gue toca más en las vías no exploradas que en los caminos queños que .traían cargas a la provincia, si compraban sus
conocidos. · bienes en Cartagena, Santa Marta, Bogotá, o Jamaica, o si
La época de la independencia, que corre más o menos la isla directa o indirectamente, identificaba el nombre del bu-
desde 1810 hasta 1830 permanece lo más carente en inves- que que llevaba la mercancía. Estos registros también incluían
tigaciones. Es una lástima porque algunos cambios sustan- una descripción y enumeración de las cargas que se importa-
ciales tuvieron que ocurrir durante este período, dado lo que ban pero no daban una tasación del valor.( 27 ) Sin embargo, no
conocemos del sector comercial en las décadas de los treinta hay duda de que una investigación que utilice estos documen-
y cuarenta. Algunas tendencias en formación durante los años tos junto con las actas notariales, censos y listas de impuestos
de independencia incluyen la participación y tal vez la do- como la contribución directa, y periódicos oficiales, nos po-
minación de mercaderes antioqueños en el comercio con J a- drían informar del volumen, tal vez del . valor, y por cierto
maica, la evolución de Medellín como un centro distribuidor no identificar los comerciantes con negocios con Jamaica, y el
provincial sino nacional, y unos cambios en los papeles de desenvolvimiento subsecuente de esta conexión.
los mercaderes en el ambiente local. El Archivo Histórico de Antioquia también conserva u,na
Del comercio de Jamaica tenemos el comentario provoca- fuente adicional, las guías interiores con las que podemos n~­
formarnos no solamente del giro comercial ínter-provincial, SI-
tivo de Frank Safford de que los mercaderes de Inglaterra no también del intra-provincial. Estas guías interiores enume-
no pudieron competir efectivamente con los colombianos que ra,n los nombres de mercaderes de Medellín, a quienes éstos
comprarían sus mercancías en esta isla.( 25) Si Safford tiene mandaban cargas, si se remitían a un factor o a un co:ner-
razón, claro que los antioqueños pueden tener una ventaja ciante independiente, y qué ciudades importaban por medw ge
doble, una sobre estos extranjeros, la otra sobre sus paisanos Medellín. La guía de 1817, por ejemplo, nos dice que Medellm
que no tenían acceso al oro en polvo, la moneda más desta- funcionaba · como abastecedor no solamente de los mercados
cada en este comercio. Safford ha considerado que la accesi- tradicionales del Norte como Santa Rosa, San Pedro y Y a-
bilidad antioqueña al oro era el factor más importante que ruma!. . . sino que también mandaba ca.rgas a los centros de
distinguía a los antioqueños de otros ·colombianos con actitu- colonización del Sur como Abejorra.l y Sonsón, y aún a los
des de negociantes pero sin los recursos financieros de los mercados más al Sur como Bogotá y Popayán.( 28 ) Claro que
estas guías formarían una base esencial en cualquier estudio
"paisas". (26 ) de la evolución de Medellin como centro distribuidor nacional.
De todos modos la participación de antioqueños en el Estos registros y guías interiores sirven también como
comercio con Jamaica aparece como una primera huella fue- fuentes para una investigación del desenvolvimiento de la es-
ra de sus límites coloniales. ¿Cómo la podemos recrear? To- tructura comercial. Dos factores íntimamente ligados : el desa-
rrollo del comercio con Jamaica, y las nuevas exploraciones de
vetas de minasi contribuyeron a una especialización en esta
24. José Fernando Ocampo Dominio de clase en la ciudad aolombiana, (Medellín, estructura y a a mon<:>polización de unos pocos comerciantes
1972) ; Rolth H. Christie, "Antioquen; Colonization ..in W:estern Colombia: al nivel internacional. Por un lado había el desarrollo de al-
A Re-Appraisal, Hispanic American Historical Review 58 (Mayo, 1978): 260-83.
25. Safford, "Comerce," pp. 389-395.
27. AHA T. 885, N? 13786, 1821.
26. Ibid., rpp. 390-92.
28. AHA, T. 888, N? 13821, 1817.
126 127
gunos importadores antioqueños con recursos financieros sufi- dos modos la ocupación del mercader mantuvo desde la colonia
cientes para arrendar buques que sólo llevaran sus ventas de hasta la independencia un alto prestigio, que se reflejaba en
Jamaica. Por otro lado hubo un cambio en el sector mineral, las posiciones de honor y poder político otorgados a los de esta
que durante la colonia, se basaba en su mayoría en las pro- carrera.
ducciones de muchos mazamorreros. Los últimos años de la Otra constante de la colonia hasta la. república es la ten-
época de la independencia señalaban una nueva explotación de dencia de los comerciantes medellinenses a invertir en varias
minas de veta, las que requerían más capital, y por eso faci- empresas, pa.rticularmente la minería. Durante las últimas tres
litaba la concentración del oro en polvo en las manos de unos décadas de la colonia hubo un 23 por ciento de oficiales del
pocos de una manera que no era posible durante la colonia.( 29) cabildo medellinense que combinaron las ocupaciones de mer-
No hay duda de que este flujo del oro en polvo en nuevas direc- cader y minero. Esta inclinación continuó durante la indepen-
ciones intra e in ter-provincial es un tema digno de. más iin- dencia dado que un 23 hasta un 30 por ciento de los miem-
vestigación. bros del cabildo desde 1810 hasta 1825, combinaron estas ca-
Aunque los mercaderes antioqueños de la independencia rreras.(32) Tal vez vemos aquí en una forma incipiente, el nú-
habían comprado y vendido en distintas formas a las de la co- cleo de una de las características críticas del sector mercantil
lonia, habían algunas continuidades también. Por lo menos es- de fines del siglo diez y nueve, es decir la inclinación a hori-
ta conclusión surge de un estudio mío en progreso respecto zontalizar las inversiones bien en minería y en tierra: más tar-
a la composición de la élite económica, política, y social de de en tabaco, o buques de vapor, ganado o aún en la industria.
MedeUín desde 1810 hasta 1825.(3°) Un resultado del conflicto Hay una última constante que merece un estudio posterior
real-colonial fue la división del cuerpo de comerciantes en y es la tendencia de los miembros de algunas familias antio-
campos belicosos. Nuevas alianzas entre mercaderes patriotas queñas a mantener inversiones mercantiles de una generación
y medellinenses de otras ocupaciones se desa.rrollaron, y se ma- a otra. Hemos visto esta inclinación en la época colonial, y por
nifestaron en los porcentajes de importadores que servían en supuesto, no sorprende hallar que los hijos, nietos, y biznietos
el cabildo. de los comerciantes coloniales figuren como importadores du ..
Si se toman las últimas tres décadas de la época colonial rante la independencia.(33) Tenemos necesidad de un estudio
como base, y se notan los porcentajes de comerciantes que que identifique los miembros y que trace las inversiones de
ocuparon todos los puestos del cabildo medellinense, tenemos estas familias emprendedoras.
un 52 por ciento. En la Patria Boba y La Restauración, las Aunque para la época de independencia se necesita mucha
dos épocas de control "criollo", notamos un decrecimiento de investigación en los archivos de la región y de la municipali-
esta representación comercial a un 42 por ciento en cada época. dad, podemos delinear algunos rumbos evidentes. Estos años
Este decrecimiento era un síntoma de estas nuevas alianzas marcaron una transición en la influencia de mercaderes antio-
porque reflejaba una nueva representación en el cabildo. Du- queños que se expandrían de un foco provincial hasta lo na-
rante La Reconquista Española algunos mercaderes dominados cional. Hubo una especialización y una monopolización de la
por unos peninsulares y sus hijos, se unieron a oficiales leales estructura mercantil. Al mismo tiempo hubo continuidades im-
al gobierno colonial para mantener un cabildo realista domi- portantes: en la alta de prestigio dado a los comerciantes, en
nado por una representación de un 76 por ciento de comer- la flexibilidad de las inversiones mercantiles, y en la preser-
ciantes.(31) Si la época de independencia señalaba, en general, vación, de una generación a otra de la vocación para carreras
una. pequeña disminución en la representación de mercaderes mercantiles.
medellinenses en el cabildo, este grupo aún mantenía un con-
trol. T'ambién tenemos que darnos cuenta de que unos importa- IV. EL RESTO DEL SIGLO
dores habían ensanchado sus horizontes políticos y habían ga-
nado puestos en los gobiernos provinciales y nacionales. De to- La tercera y última época la he titulado el resto del si-
glo diez y nueve aunque no estoy totalmente convencida de que
29. ]osé M. Mesa Jaramillo, Minas de Antioquia: CatáJogo de las que se han
titulado en 161 años desde 1739 hasta 1009. (•Medellín, 1906) muestra este 32. !bid. p. 16.
cambio de minas de oro corrido a las de veta. 33. Por lo menos Safford, "Comerce" p. 387, o Brew, pp. 69, 70 nos dieron
30. Ann Twinam, "Shades of Discontent: Medellin's Elite at Independence." los apellidos de familias antioqueñas muy activas en el .comercio en el siglo
l;'onencia presentada a la Southern Historical Association Meeting, Noviem· diez y nueve (por ejemplo los Uribes, Santamarías, Calles, Villas y Restrepos) Y
bte, 1978. estos fueron los descendientes de mercaderes de los mismos nombres de la época
31. Twinam "Shades," p. 7, 8. borbónica.

128 129
estas décadas figuren como un bloque monolítico con cohesión investigar las ramificaciones de las participaciones de las "éli~ ·
histórica. Sin embargo, la he dividido de esta manera porque tes" comerciales de Medellín y más tarde de Manizales como
veo dos temas que dominan las monografías que tratan de es- organizadores y beneficiarios de un ramo de la colonización.
tas décadas. Un tema describe lo que titulo la "horizontalización"
de las inversiones de los comerciante,s antioqueños. El otro se- Ghristie, por ejemplo, en un artículo reciente ha explorado
ñala la internacionalización de Medellín como centro financie- el grado de movilidad social y política que caracterizó los tres
ro, comercial, e industrial. tipos de colonización: sea individual, por medio de una compa-
ñía, o bajo los auspicios de las élites comerciales. Su método
La frase de "horizontalizaeión" la uso aquí para describir fue el de obtener una lista que incluyera los nombres típicos de
no solamente una estructura actual de inversiones, sino también las familias que Christie llamaba las "familias buenas" de las
una actitud, parte de la cual Luis Ospina Vásquez llamó el élites de Medellín y Manizales y compararla con otra lista de
"modo de ser" con que algunos antioqueños acostumbraban es- más de 3.500 individuos que habían ocupado posiciones políti-
timar sus posibilidades económicas.(3 4 ) Características de esta cas en las regiones colonizadas desde los años de 1827 hasta
horizontalización incluyen la deteTminación de unos de man- 1973. Su conclusión fue que en los lugares en que las fuerzas
tener un capital fluído, e invertirlo en diversos negocios, de no colonizadoras fueron controladas por estas "buenas familias"
concentrarlo en adquisiciones de tierra, sino en varias opcio- de Medellín y Manizales, sus descendientes, aún continúan la
nes. Esta actitud y esta realidad provienen lógicamente de las dominación de la vida política y social. Hay otras regiones como
limitaciones y las posibilidades del pasado antioqueño que com- el Quindío o Risaralda colonizadas de otra forma en que las
prendía dos factores importantes para su desarrollo. Primera, poblaciones experimentaban más movilidad. Más relevante el
una situación económica y demográfica que no soportaba el tema aquí, es que la monografía de Christie nos familiariza
prestigio o el bienestar financiero de terratenientes.(3j) Segun- con un aspecto de la horizontalización de inversiones mercanti-
da, una experiencia en minería y un acceso a la producción del les que permitió una extensión del control económico, social, y
oro que había empezado en el siglo diez y seis, y que ha con- familiar en nuevas y más extensas regiones.(37)
tinuado en una forma u otra hasta el presente.(36 ) Esta pro-
pensión a invertir, a diversificar, y a mantener ocupaciones En las obras de Frank Stafford y de Roger Brew tenemos
compatibles ccm estos mandatos, tuvo formas modestas pero evi- otros dos enfoques del proceso de horizontalización de las in-
dentes durante la colonia e independencia y fueron destinadas versiones de comerciantes antioqueños, aunque el estudio de
a florecer a mediados del siglo diez y nueve. Como manifesta- Safford enfocó el capital nacional y el de Brew el capital pro-
ciones de esta horizontalización del sector mercantil podemos vincial. En su tesis de doctorado y en numerosos artículos des-
citar las siguientes: su papel en la colonización del sur, su pués, Safford nos dió un cuadro de las actividades de antio-
evolución como grupo comercial-financiero en el capital nacio- queños como los Montoyas y los Santamarías, los cuales habían
nal, y sus inversiones en el ramo del transporte y en el desa- trasladado sus residencias y sus inversiones del foco provincial
rrollo de un mercado de exportación. hasta el nacional. Estos antioqueños, nos dice Saffo.rd, invir-
tieron más que otros colombianos y ganaron más también, por-
El proceso de la colonización del Sur permaneció como uno que tuvieron un acceso mayor al capital que sus paisanos. Este
de los temas más estudiados del pasado antioqueño, y continúa acceso al oro, producto de la minería antioqueña, era, según
con una historiografía extensa y sustancial. Me limito aquí a Safford, la llave de las actividades de los comerciantes antio-
notar el desarrollo de una nueva ola de historiadores como queños manifestada en sus inversiones en minas de veta, en
José Fernando Ocampo, Roger Brew, y Keith Christie, quienes buques de vapor, en tabaco o en carreteras.(3 8 ) Claro que Sa-
están siguiendo las huellas de Luis Ospina Vásquez, James Par-, fford tiene razón en suponer que el oro dio a los antioqueños
sons, y Alvaro López Toro. Si el papel de Ospina Vásquez, Ló- una ventaja comparada a la de otros colombianos. Pero esta
pez Toro, y P-articularmente Parsons fue el de darnos un bos- tesis no es totalmente convincente. Por ejemplo los antioqueños
quejo geografico e histórico del movimiento colonizador; les tenían la posibilidad de gastar las ganancias de la minería o
correspondería a Ocampo con su monografía sobre Manizales, del comercio en inversiones como la de adquisición de tierras.
y Brew, y especialmente Christie con su tesis de doctorado, Esta propensión para la adquisición de fincas fue una de las
razones porque la élite de Cundinamarca no tuvo tanto capital
para invertir en diversos negocios. La inclina.ción de los co-
merciantes antioqueños de mantener un capital fluído y de in-
34. Ospina Vásquez, p. 310,
vertirlo en varios sectores fue al igual que su acceso al oro,
35. Particularmente durante la época borbónica. Véase Twinam "Míners" pp.
166-206.
36. Desde los primeros momentos de la conquista Antioquia em una colonia do- 37. Véase Parsons pp. 76-77 y su comentario sobre el Quindio. Christie, pp. 260-83.
minada por la producción de oro. Véase Restrepo y West. 38. Safford, "Foreign" pp. 503-26.

130 131
como uno de los factores que determinaron sus éxitos finan- mercial, se convirtieron en los distribuidores de la nación, y
cieros de los siglos diez y nueve y veinte. Medellín se convirtió en un centro que alternaba con Bogotá
como centro comercial y financiero. Tenemos solamente una
Si las obras de Safford nos dan una visión preliminar de idea muy obscura de este proceso y del efecto de esta transfor-
las actividades de los comerciantes antioqueños en Bogotá, la mación de Antioquia y de Medellín como núcleos aliados al co-
tesis doctoral de Roger Brew es un bosquejo de los negocios mercio internacional. Claro que este tema necesitaría más in-
del otro ramo de esta élite, localizada en la propia Antioquia. vestigación.
En los capítulos que tratan del transporte, la minería, la .s:ra-
nadería, la agricultura, y la manufactura, Brew ·nos da un cua-
dro detallado y de importanGia, de la horizontalización del ca- V. CONCLUSION
pital de algunos antioqueños. Lo que nos falta aquí es una
idea de la evolución de este proceso o de las diferencias en ca-
pital o en la forma en que lo invertieron. Brew los llamó a A ?llanera de conclusión señalaré dos puntos fundamenta-
todos "mercaderes" sin más discriminación. También, aunque les. Primero tenemos que estudiar no solamente los cambios
Brew nos dijo que la familia representaba la estructura bá- estructurales sino también las constantes en el desenvolvi-
sica económica y nos hizo un favor al nombrar los individuos miento del sector comercial desde los días de Mon y Velarde
más activos, aún nos falta una idea de cómo estas familias hasta los días de Coltejer. Al principio había algunos merca-
podían acumular, manejar, y dividir el capital, la responsabi- deres confinados, durante la colonia y una demanda del mer-
lidad, y las ganancias entre sus miembros. cado yrovincial. Más tarde durante la independencia estos co-
Hay muchos vacíos, pues, en nuestro cuadro de la élite co- merciantes traficaron con Jamaica y abastecieron al Sur de la
merciante de Antioquia durante el siglo diez y nueve. Tenemos ola de colonización. En otra transformación algunos comercian-
necesidad de algunos estudios no solamente de los individuos tes se diversificaron e invertieron en sistemas de transporte
que invertieron en diversos proyectos, sino de sus familias, de productos agrícolas de exportación y de manufacturas. Mede~
las conexiones entre las familias y de la infraestructura de esta llín. ~e convirtió de villa en centro financiero y comercial de la
élite, y del grado de accesibilidad de otros individuos y fami- nacwn.
lias con este grupo. Tenemos que estudiar otras características Segundo, aunque hubo cambios críticos en el sector comer-
de la élite como sus asociaciones para el negocio o para el pla-
cer, su nivel de vida, que incluía sus residencias, sus posesio- cial también hubo algunas constantes. Desde la colonia hasta el
nes de lujo, la manera de educar a sus hijos, y las ocupaciones siglo diez y nueve, el acceso al oro, producto de la minería,
a que éstos aspiraban. El papel de esta éllte en la vida política ha jugado un papel clave en el desarrollo de la región. No había
del municipio, del departamento, y aún en la nación, también solamente un acceso al capital sino que también se desarro-
amerita la labor del historiador. llaron algunas actitudes nuevas en la manera de invertir de
Un punto más, el de la internacionalización de Medellín algunos antioqueños, y se terminaron en algunas tradiciones.
como centro comercial y financiero, concluiría esta discusión La élite de esta región mostraba propensión a mantener un
de temas del siglo diez y nueve. En las monografías de Safford capital fluido, a invertir en diversos negocios, a estar lista a
y de Brew se hallan algunas características que figuran en esta aprovecharse de nuevas oportunidades, y a pesar estas actitu-
internacionalización.(39) Hubo un cambio en las relaciones co- des de generación en generación. Desde este punto de vista no
merciales de Antioquia con la nación y particularmente con el hay un gran vacío entre las actividades de los comerciantes de
centro cundinamarqués. Las rutas acostumbradas de la colo- la época de Mon y V elarde y los mercaderes con intereses en
nia y de la independencia, en que los antioqueños recibieron el comercio con Jamaica, las inversiones en el ferrocarril, o
las fábricas nacionales y más tarde el fierro y los cueros, fue- en Coltejer, porque una actitud ante el capital y al fin una
ron suplantadas a mediados del siglo diez v nueve cuando los tradición emprendedora los ligan.
productores europeos tomaron más ascendencia. Parece que
los antioqueños jugaron un papel influyente en este cambio. Esta reseña histórica del comercio y los comerciantes an-
Algunas familias antioqueñas establecieron sus propias casas tioqueños termina, pues, con una observación. La gran mayo-
comerciales o hicieron ligas importantes con casas mercantiles ría de los autores discutidos aquí completarían sus estudios
europeas, y ayudados por su acceso al oro y su experiencia co- con los mejores aspectos de la historia regional, vista a través
de los archivos locales y a través de una determinación de pre-
sentar una visión profunda de una región. Cada investigador
39. Véase particularmente Brew, p. 204 y Safford, "Commerce," pp. 102, 162, que toma esta orientación regional, confronta al fin, la nece-
172, 187, 322-24, 341, 358, 363-4. sidad de expander sus conclusiones particulares para que con-
132 133
tribuyan al debate intelectual más general. Los que estudian la
historia de una región con una identidad tan desarrollada como
la de Antioquia tienen la misión especial de identificar lo dis-
tinto de lo usual. Uno de los métodos más importantes de ha-
cerlo es el comparativo. Solamente durante la colonia tenemos COMENTARIO
las contribuciones de Germán Colmenares sobre el comercio y
los comerciantes del Valle, o la de Peter Marzahl sobre Popa-
yán, o la de William Sharp del Chocó. Expandiendo nuestro Víctor Alvarez: Sobra hacer elogios del trabajo que ha presentado
foco afuera de los límites de la Nueva Granada, tenemos los Ann Twinarn, más cuando se ha conocido su tesis, obviamente más sÓ·
tJstudios de Luisa Hoberman sobre los mercaderes de México, lida que lo que se puede presentar en una ponencia. Queda por sub·
o el de Susan Socolow sobre los de Buenos Aires, o el de J ohn rayar cómo un intento de abordar el problema del desarrollo econÓ·
Widel sobre Arequipa.( 40 ) Un análisis cuidados de estas si- mico, en particular del comercio, tiene posibilidades de proyectarse al
milaridades y diferencias nos daría visiones hondas y estrechas análisis social, cosa que en nuestro medio apenas empieza a realizarse
de la evolución no solamente del sector comercial sino de la en términos historiográficos.
historia latinoamericana, pero este trabajo sería ya producto Quisiera subrayar dos aspectos que en mi opinión centran el desa-
de otra presentación. rrollo de la ponencia: el primero, tratar de explicar la recuperación co·
mercial de la segunda mitad del Siglo XVIII en relación con la expan·
sión minera y especialmente el mazamorreo; y el segundo, el intento de
señalar, en un nive1 más general, la actitud del comercio de Antioquia en
el marco de una proyección provincial para el período colonial, nacio ..
nal para el período de la independencia e incluso internacional para el
caso del Siglo XIX. Entendiendo que esos son los dos ejes sobre los cua·
les se mueve la ponencia quiero hacer énfasis, sobre la primera parte,
punto central de la investigación de Ann. ·
El tipo de fuente trabajada determina en buena parte las posibili-
dades de análisis, y el tipo de resultados obtenidos. Ann ha hecho un
esfuerzo muy valioso por trabajar sistemáticamente los registros de mer··
caderías y los registros de fundición y por hacer un cruce de estas dos
fuentes con, o basada en la hipótesis de que el desarrollo de la actividad
comercial se apoya en el de la minería de mazamorreros y barequeros.
Quizá pierde así de vista una serie de elementos que quiero proponer a
la discusión, para poder entender esa expansión comercial. En primer
lugar sería necesario plantear el factor crecimiento demográfico como
ligado directamente a esa expansión comercial, más cuando ese creci-
40. Ann Twinam, Region and Nation New Interdisciplinary Perspectives: History" miento demográfico ocurre a una velocidad vertiginosa: la población EC·
papel presentado a Laún American Studies Association Meeting, Abril 5, 1979, gún Parsons, se dobla cada 28 años (en 1778 Antioquia tiene 46.000 ha·
Piúsburgh, PA.; Germán Colmenares, Cali: Terratenirmtes, mineros, y comerciante.r bitantes y 30 años después llega a los 110.000). Este volumen y velo-
siglo XVIII (Cali, 1975); Peter Marzahl, "Creoles and Government: The Cabilo cidad en el crecimiento demográfico difícilmente podrían ser correlati·
of Popayan," Hispanic American Historical Review 54 (Noviembre, 1974) : 636-56; vos a la velocidad de la expansión minera y es necesario buscar un ca·
William F. Sharp, "Forsaken but for Gol.q: An Economic Study of Slavery and mino alternativo que explique el desarrollo comercial. En mi opinión ese
Mining in the Colombian Choco 1680-1810," (Ph.d. dissertation, University of camino se encuentra en el inicio del proceso colonizador, en especial
North Carolina, 1970); Louisa Schell Hoberman, "Merchants in Seventeenth-Century a partir de 1765 . 1770, lo que a su vez permitiría explicar por qué son
Mexico City: A Preliminary Portrait," Hispanis American Historical Review 57 Medellín y Rionegro los centros que polarizan la actividad. Ann sugiere
(Agosto, 1977; Susan M. Socolow, "Económic A<:tivities of the Porteno Merchants: en cambio una explicación en términos de la minería de montaña. Si se
The Vioeregal Period," Hispanic American Historical Review 55 (Febrero, 1975): establece la relación entre zona de colonización y estos centros se en·
1-24; John Frederkk Wibel, "The Evolution of a Regional Empire and Peruvian cuentra también una correlación esclarecedora: así el crecimiento de Me·
Nation: Arequipe 1780-1845,"' (Ph.d. Dissertation, Stanford University, 1975). dellín sería pensable en relación con la expansión colonizadora de Ama-

134 135
El desarrollo histórieo de la industria en
Antioquia. El periodo de consolidación

HUGO LOPEZ

I. INTRODUCCION

Yo creo que seguramente se justifique comenzar esta ex-


posición por una pregunta : ¿Qué vale más: ocuparse, como ·Jo
haremos hoy, de la historia económica u ocuparse de la ac-
tualidad económica?
La magnitud de los problemas que nos aquejan hoy es
tan grande, y su urgencia tan inaplazable,· que no dudo de
que todos ustedes hubieran preferido que todas las ponencias
de este simposio se refirieran a fenómenos del presente, al
diagnóstico de la coyuntura por la que atravesamos y a la
discusión de los remedios para los males que experimentamos.
Frente al interés vital que naturalmente despierta la ac-
tualidad, el estudio de la historia, en nuestro caso: de la histo-
ria económica, aparece, a primera vista, como un divertimien-
to, como una distracción indebida a la atención de sus verda-
deros intereses, o como un inútil pasatiempo para eruditos
ociosos.
Sin embargo, nada más falso. Ocurre que los hombres
caminan casi siempre por caminos trillados ya por otros y
que .no hay situación, ni dificultad que sea absolutamente nue-
va. Siempre logramos, por el contrario, encontrar en la histo-
ria un precedente en el que podamos inspirarnos para compren-
der lo que nos pasa y para buscarle soluciones. En una pala-
bra, si a pesar de lo que pudiera pensarse, si a pesar de su
lejanía en el tiempo, la historia logra suscitar nuestro interés,
ello se debe a que los problemas de ayer son también, en al-
guma medida, los problemas de hoy.
Y ya que el tema al que nos referimos hoy es el del des-
pegue ind·ztstrial en Colombia y 11'1Ais parrticularmente en An-
tioquioJ, preguntémonos si su estwdio puede tener para noso-
tros alguna actualidad.
187
li'l montaje de nuestr,a casa ind:ustrial es sobre todo un
fenómeno de la década de los años veinte. Se preparó desde plano lógico pueda hacernos olvidar la lejanía que en el plano
antes y se 1ttilizó .desp·nés 1Jero su creación se vprodujo .r!Jurante cronológico separa los años veinte de los setenta y preste in-
ese decenio. Se preparó desde antes: porque las pre-condicio- terés y actualidad al estudio de nuestro despegue industrial.
nes de nuestra industrialización se venían gestando desde fines
del siglo pasado. Se utilizó después: porque la producción fa- II. TEORIAS ACERCA DE NUESTRO DESPEGUE
bril solo iniciaría un crecimiento vertiginoso a partir de 193·2, INDUSTRIAL
al amparo de la crisis mundial.
Ahora bien, entre la época de los veinte -partera de Durante mucho tiempo los estudios históricos acerca de
nuestra base fabril- y la época de los setenta, la época ac- los orígenes de nuestra industrialización se movieron entre el
tual, existen ciertamente diferencias, pero existen también voluntarismo nacional por una parte, y el determinismo inter-
asombrosas semejanzas: ambas son épocas de bonanza cafete- nacional, por la otra.
ra, se dispone por tanto hoy como se disponía ayer de abun- l. Para el voluntarismo la explicación de la industrialización
dantes divisas para emprender ambiciosos proyectos de desaJ- colombiana es relativamente fácil. Ella es el fruto de la
rrollo económico. Con el auge exportador el merca,do interno decisión, de la voluntad de un grupo de agentes innovadores.
se expande aqwí y allá, y ahora como antes la mayor demanda La creación de la industria es la materialización del proyecto
significa y significó inflación. ¿Cómo controlar las alzas de de los empresarios.
precios: Rápidamente mediante importaciones de víveres o más
difícilmente y de manera menos segura mediante el fomento Aparentemente esta posición tiene sus antecedentes y su
de la producción agrícola nacional? He ahí el dilema de los inspiración en las tesis del economista austríaco Joseph Schum-
años veinte y he ahí el dilema de nuestro tiempo. Y en cuanto peter. En su libro: Teoría del Desenvolvimiento Económico,
hacia adonde crecer: en esa época se trataba de sobreponer- publicado por primera vez en 1911, este autor atribuye a los
se a la competencia extranjera en el mercado nacional para "empresarios-innovadores" la responsabilidad de las grandes
iniciar el desarrollo industrial basado en la sustitución de transformaciones económicas que rompen la rutina tradicio""
importaciones. En la actualidad también el problema es el de nal, la monotonía de lo que él llama "la corriente circular".
sobreponerse a la concurrencia extranjera pero no en el mer- Dice este autor: "la realizaci6n de nuevas combinaciones es
cado nacional sino el mercado inter·nacional con el fin de dar- también una función especial y el privilegio de un tipo de hom- ·
le un nuevo giro al desarrollo industrial basándolo en la sus- bres que son muchos menos numerosos (que los otros). Los
titución de exportaciones. empresarios pertenecen, por tanto, a un tipo especial y su
conducta el motivo de un número muy significativo de fe~
Y podríamos seguir con este paralelismo entre ambos pe- nómenos".
ríodos, que no es ni fortuito ni artificiosamente acomodado si-
no que es innegable y brota de una manera fácil y natural al Así pues la voluntad de los empresarios es, en esta ópti-
primer vistazo. ca, el motor del cambio social. Y a la pregunta de por qué son
Allá y acá las grandes transformaciones en curso y las unos individuos y no otros los que poseen la voluntad de cam-
por venir ponían y ponen en el primer plano el problema de bio, se contesta arguyendo diferencias psicológicas, raciales, etc.
cuáles irían a ser o van a ser las clases sociales destinadas a En nuestro caso concreto, y dado que la industrialización
beneficiarse del desarrollo económico y cuáles las destinadas tuvo en Medellín el principal de sus ·epicentros, se ha echado
a soportar los costos del mismo. Ponían y ponen en el pri- mano de la pujanza y del carácter emprendedor de nuestros
mer plano el problema de si contar con las propias fuerzas hombres de negocios para explicar la fuerza del desarrollo fa-
o recurrir también a la interesada ayuda del capital extran- bril en este Departamento. El resto del país sería simplemen-
jero. Y aunque las respuestas difieren, los problemas son se- te arrastrado por nosotros.
mejantes.
. ¿Y por qué serían los antioqueños hombres especialmente
N o sé si exagero un poco, tal vez. En tcdo caso lo que mn?vadores? Es larga la tradición que explica el dinamismo
pretendo n1o es demostrar que ambos períodos son idénticos, an~wqueño por características raciales y en particular por el
sino qtle a pesar de las innegables diferencias existe entre los origen semítico de nuestra genealogía. Las virtudes que suelen
dos una semejanza profunda. Ojalá que ·esta cercanía en el atribuirse por igual a los judíos y a los antioqueños: su parti-
cular aptitud para el comercio y los negocios y su carácter an-
188
189
dariego y colonizador, bastaron para asignar a unos y a otros que operan primordialmente desde el exterior, que han sufrido
la misma sangre. sus cambios sociales más bien que promoverlos ellos mismos,
y que han visto empuja dos a sus transformaciones estructura-
Sin embargo, esta hipótesis o mejor, este mito, no resiste les por grandes cambios en la correlación de las fuerzas impe-
la menor confrontacióñ con los hechos históricos ... rialistas, cambios en los que, como es natural han tenido poco
Como explicación alternativa para la creatividad de los que ver".
antioqueños, el economista Everett E. Hagen recurre a la psi- Sobre la base de la preminencia de lo intelectual, Mario
cología y no ya a la Antropología racial. En su libro, El cam- Arrubla procede a periodizar la historia colombiana en tres
bio social en Colombia publicado en inglés en 1962, este autor grandes fases : La Colonia, la Semicolonia y la N eocolonia.
sostiene que el carácter innovador que demostraron tener los Dejemos de lado la época colonial. Con la independencia de
empresarios antioqueños durante la gesta industrial era una España se inaugura la dependencia semicolonial. Inglaterra es
reacción psicológica frente al desprecio recibido, desde fines de la potencia dominante principal y Francia, Alemania y EE. UU.
la colonia, de parte de los terratenientes de Bogotá y Popayán. las potencias menores. Exportamos productos primarios y so-
En palabras suyas: "Económicamente, a través del período co- bre todo café e importamos bienes de consumo manufacturados,
lonial y dur~nte la época de la independencia, ellos eran consi- principalmente textiles. En las metropolis capitalistas domina
derados un grupo .atrasado. . . los antioqueños, sin embargo, la industria liviana, la industria textil que se ve en nosotros
no se veían a sí mismos como inferiores. . . opino. . . que, a una fuente de abastecimiento de víveres y materias primas y
medida que ocurrieran estos cambios de personalidad, los an-. con mercado para sus productos. Por lo tanto esta división
tioqueños buscaron tenazmente probar su valía y, en el mundo internacional del trabajo es incompatible con la existencia de
de los negocios de los siglos XIX y XX encontraron lo que per· una industria liviana local: las manufacturas importadas prohi-
seguían en las hazañas económicas". Esta explicación preten-- ben su implantación. ·
de, por lo demás, ser universal, puesto que para dar cuenta de
la industrialización inglesa o japonesa recurre a las motivacio-- ¿Cómo puede surgir entonces una industria nacional? Es
nes de grupos sociales análogos a lo que entre nosotros serían evidente que si se privilegia absolutamente las causas interna-
los antioqueños. cionales, sólo una mutación internacional puede dar cuenta de
la industrialización del mundo dependiente: La crisis de los
N o me es posible discutir aquí estas tesis. N o puedo en·- treinta, es esa mutación. Después de ella seguiremos vendiendo
trar en el detalle de su argumentación. Pero sí quiero señalar café, pero ya no importaremos textiles. Los produciremos in-
sus grandes líneas lógicas. A partir de la idea de que la indus- ternamente en nuestras factorías. Y para producirlos, impor-
trialización es la obra de los industriales colombianos y más taremos maquinaria e insumos industriales. Es que la corre-
en po.Jrticular de los amtioqueños, se trata de explicar el origen lación de fuerzas se ha modificado a nivel internacional: En
de la actitud inldustrializante de éstos y se la enmwntra en un la arena mundial no domina ya la industria liviana, la indus-
caso en la sangre y en el otro en la sicología. tria textil inglesa. La industria pesada americana es ahora
predominante, y a ésta le interesa vendernos, no bienes fina-
2. Frente al énfasis que este e.nfoque da a la. voluntad in- les sino medios de producción. Una nueva fase se ha inaugura-
dustrializante nacional, se yergue en el otro extremo la do pues y Arrubla, siguiendo la tradición marxista de Ernesto
explicación del surgimiento industrial por el determinismo in-- Mande! la denomina N eocolonia.
ternacional.
Ciertamente las tesis de Arrubla tenían esto de positivo:
Estas nuevas tesis fueron esgrimidas desde la izquierda que al oponerse diametralmente al idealismo voluntarista per-
política como un arma crítica contra el carácter reaccionario mitían tomar en consideración la influencia decisiva de la
-de derecha- de las primeras. Donde antes se decía "volun- historia universal. Sin embargo, por otro lado habrían dos in-
tad", ahora se dice "determinación". Donde se agregaba na- terrogantes que demostraban la flaqueza de la explicación:
cional se agrega ahora "internacional". "No existe historia na- Primero: ¿Carece efectivamente la historia nacional de impor-
cional" -dice Mario Arrubla en sus "Estudios sobre el sub~ tancia? No parece ser así, desde que el mismo autor se ve obli-
desarrollo colombiano" escrito a comienzos de los años sesen- gado a distinguir entre economías como la argentina, la bra-
ta. Y continúa "Se trata de una mistificación que encuentra su sileña, la colombiana y economías como la venezolana o la bo-
origen en el hecho de que nuestros países han vivido pasiva- liviana. En las primeras la crisis de los treinta engendrará de-
mente la conformación de sus estructuras sociales por fuerzas sarrollo industrial porque encontraría ya el terreno abonado,
190 191
hacen escuela. Estos autores han demostrado, documentos y
es decir porque encontrará en ellas un mercado amplio. y una cifras en mano: Este es uno de los méritos del espíritu anglo-
masa importante de capitales en manos nacionales. En las se- sajón, que las tesis de su compatriota, el profesor Hagen no
gundas en cambio, la debilidad del mercado y la escasez de podían mantenerse. La "fuerza creadora" de los empresarios
los capitales criollos, aplazarán el inicio de la industrialización nacionales no podía ejercerse en el vacío sino que requería
para después de la segunda guerra mundial. Como se ve, el es- de un punto de apoyo, y ese punto de apoyo debía encontrarse
tudio de las precondiciones i.nternas de la industrialización re- en un producto de exportación, que para Safford es el oro
sulta ser también definitivo. (el oro había creado los capitales que financiaron las empre-
sas comerciales e industriales) y que para Me Greevey es el
El segundo interrogante que se abría a partir de Arru- café.
bla era éste : Parecía difícil sostener que la creación de nuestra
base industrial fuera con efecto de la crisis de los treinta: cier- En el otro lado, en el lado opuesto, se ha roto ya con el
tamente las divisas disminuyeron con la gran depresión. Se determinismo internacional exclusivo y se ha redescubierto la
hacía imposible importar bienes de consumo y se posibilitaba historia local. Ya nadie osaría, en este campo, decir con Arru-
por tanto producirlos localmente. Pero por otro lado, ¿cómo bla que "no existe una historia nacional". Partiendo del polo
montar, partiendo de cero, una industria cuyos equipos había opuesto al de los primeros se ha dado también con el fenó-
que traerlos desde el exterior? La misma escasez de divisas meno cafetero, con la importancia absolutamente decisiva de]
suscitada por la crisis impedía la importación de esos equipos. café en la génesis de nuestra industrialización.
Algo cojea pues en la tesis según la cual nuestra base fabril
es hija de la crisis del treinta. ·En la búsqueda de los orígenes de la industrialización
del país los teóricos de ambos campos descubren pues la im-
Decía yo al comienzo que los estudios históricos acerca portancia del café. Y descubren que otros habían hoyado a;n··
de los orígenes de nuestra industrializ,ación habían estado mar- tes esta tierra que creían virgen: Redescubren a Ospina Vás ..
cados por esta oposición bipolar, entre el polo de derecha, el quez de un lado y a Luis Eduardo Nieto Arteta y a otros
polo voluntarista, que privilegiaba la "voluntad industrializan- escritores comprometidos con la causa popular, del otro.
te" y el polo de izquierda, el polo del determinismo internacional.
Yo agregaría ahora, que esta situación ha cambiado ya. Es Dos arroyos teóricos nacidos en vertientes opuestas y que
cierto que siguen habiendo en este campo posiciones de dere- desembocan en el mismo río, en el río del fenómeno cafetero.
cha y posiciones de izquierda. Esto es inevitable porque el es- Pero si el río es el mismo, la manera de desembocar en él di-
tudio de la historia es como una pantalla en la que la actuali- fiere. Allí donde los unos verán un oasis idílico, los otros des-
dad proyecta y reencuentra sus intereses contradictorios. Sin cubrirán la lucha de clases.
embargo, tanto en la derecha como en la izquierda se han re- Creo sin embargo, que la mejor manera de captar las di-
visado las posiciones originales y el estado del debate no es ferencias entre los diversos enfoques teóricos es entrar de
ya el mismo de antes : lleno en el estudio de nuestro despegue industrial. Es lo que
De un la.do -del lado derecho, diría yo- las tesis volun- haré a continuación sin más preámbulos.
taristas han sido pulverizadas por una cadena crítica cuyo pri-
mer eslabón está constituido esencialmente por Frank Safford III. LA AP ARICION Y EL DESARROLLO DEL GAFE
y por Álvaro López Toro (1 ) y cuyo segundo eslabón -el de-·
finitivo- está formado por William Me Greevey, Miguel Urru- Hasta mediados del siglo pasado el valor de nuestras ex-
tia y otros. (2 ) Dos eslabones, dos profesores americanos que portaciones era casi despreciable. Entre 1845 y 1849 las ventas
al exterior eran de unos 2% millones de dólares anuales y es-
taban representadas fundamentalmente por oro en polvo, en
l. Frank Safford: Significación de los antioqueños en el desarrollo económico an- barras o en monedas. Entre 1850 y 1875 el país experimenta
tioqueño, U. Nal. de Colombia, Bogotá, Imprenta Nal., 1967.
Alvaro López Toro: Migración y cambio social en Antioquia en el Siglo XX, CEDE,
U. de los Andes, Bogot~, 1970. siglo XIX", Revista del Banco de la República, Nov. 1972.
2. WiHiam Me Greevey: Historia económica de Colombia 1845-1930, ed. Tercer Miguel Urrutia: La creación de las condiciones iniciales para el desarrollo: el Café'',
Mundo, Bogotá, 1971. Simposio sobre el café y la economía colombiana, Bogotá, 1978, mimeo.
Miguel Urrutia: El sector externo y la distribución de ingresos en Colombia en el
193
192
un auge tabacalero muy considerable: el estanco colonial se Pero estos son episodios menores. El arbusto sólo adquirirá
suprime y la hoja colombiana adquiere consideración en el ex- una importancia significativa y creciente durante los últimos
terior, especialmente en los mercados alemanes. En 1875· nues- treinta años d·el siglo pasado, impulsado por los buenos pre-
tras exportaciones totalizan 32 millones de dólares. Son 25 años cios mundiales que rigieron hasta 1900 como resultado de la
de auge exportador: lo principal era el tabaco, pero también creciente demanda externa y de la devastación que la roya cau-
fueron importantes el añil y la quina. Sin embar.go, esa bo- só en las enormes plantaciones de Geylán a partir de 1870.
nanza terminó debido al hundimiento de los precios internacio- Durante esta primera etapa de crecimiento el café no logra
nales causado por la competencia de los tabacos de Java. A todavía, como vimos, elevar considerablemente el valor total
su turno el añil y la quina fueron reempla.zados por productos de las exportaciones colombianas y se limita por decirlo así, a
sintéticos y sus mercados externos se derrumbaron. Para 1876 llenar los huecos que dejan otros productos. Los departamen-
el valor de nuestras exportaciones ha caído ya a unos 18 mi- tos del oriente del país, los Santanderes -especialmente el Nor-
llones de dólares, y no logrará recuperar durante el resto del te de Santander- y Cundinamarca, constituyen el polo de de-
siglo su nivel de 1875. En 1900 será de 10 millones. sarrollo cafetero en esta fase inicial.
Pero, atención al comportamiento de las ventas colombü~­ Sin embargo, la vinculación de la población al cultivo só-
nas al resto del mundo durante el siglo XX: 1900 = 10 mi- lo adquirirá el carácter de una verdadera fiebre del café de
llones, 1910 = 18 millones, 1915 = 32 millones, 1920 = 71 una "fiebre verde", durante este siglo y sobre todo dur~nte
millones, 1929 = 127 millones de dólares. (3) La.s cifras se los años4 veinte. Las exportaciones de café que según Robert
multiplican por 13 en el breve lapso de 30 años. Nuestra eco- Beyer ( ) eran de casi 100.000 sacos hacia 1870-73 y de casi
nomía ha experimentado una mutación profunda.. Habíamos 500.000 hacia 1900, pasan a 1.850.000 en 1920-22 y a 2.617.000
descubierto un producto, el café, capaz de cambiar la faz de en 1927-29. Durante esta segunda fase las siembras se multi-
la nación. plican en todo el país, pero sobre todo en el occidente en las
tierras colonizadas por los antioqueños: Antioquia, ~1 Viejo
Antes del café, Colombia era, como lo sugiere Miguel Caldas, el Norte del Valle y el Occidente del Tolima. Estos cua·
Urrutia un país de un nivel de desarrollo semejante al que tro departamentos aportaban en 1874 el 3.4% del café pro ..
hoy tienen países ~como N epal, Afganistá,n, Etiopía o Bangla- ducido en el país. Para 1913 ese porcentaje era ya del 45%.
desh. El prefiere compararla sobre todo con Etiopía, quizá por- Y en 1932 -año de censo cafetero- había alcanzado la cifra
que Etiopía posee como nosotros una vocación cafetera, pero del 70%. Como se ve, aunque el cultivo se extendió en toda
para fines de contraste a mí me parece más justo comparar qoloinbia, el occidente fue durante las primeras décadas del
la Colombia Pre-cafetera con El N epal actual y no con la Etio· Siglo, y lo es todavía, el epicentro de la industria cafetera.
pía, porque N epal, país colgado en los nichos del himalaya
es hoy un confín tan olvidado del mundo como nosotros lo
éramos en nuestros valles andinos antes del advenimiento del IV. IMPACTO SOBRE EL MERCADO INT·ERNO
café, en cambio, a pesar de su atraso, E.tiopía suscita hoy, por
razones políticas, el interés internacional. Es evidente que este frenesí cafetero, auge de las siembras,
auge de las exportaciones debía repercutir favorablemente so-
De hecho el café se conocía en el país desde hacía mucho, bre el mercado interno. Esto ha sido señalado por todos los
desde comienzos de la república, e incluso antes. Se habla de escritores que se ocupan del tema. Esto es obvio. Y no suscita
los cafetos la Sierra Nevada y la Guajira desde mediados del de momento ninguna polémica. Es más, es algo que podemos
siglo XVIÍI. En los tiempos de la Patria Boba, entre 1810 constatar todos con facilidad, hoy cuando el fenómeno se re-
y 1815, se plantó un palo de café en la plaza de !bagué, pues produce ante nuestros ojos: como se sabe a raíz de la gran
el General Nariño, siguiendo el ejemplo francés, había orde- helada brasileña de mediados de 1975, se produjo un alza muy
nado sembrar árboles como emblema de la libertad. Se afir·· considerable en el precio externo del grano que pasó de 72
ma igualmente que los señores Bernabé Ordóñez y Francisco centavos en junio de 1975 a 3 dólares con 20 c. la libra en
Puyana poseían hermosos cafetales en Bucaramanga hacia 1821.

4. The Colombian coffee industry: origens and major trends, 1947. Cit. por José
3. Todas las cifras ·referidas tienen como fuente W. P. Me Gr,eevey, Op. cit., Cua- Antonio Ocampo: "Comentarios al >eraba jo: "La creación de las condiciones iniciales
dros XII y XXVII.. para el desarrollo: el café" del doctor Miguel Urrutia", Bogotá, 1978.

194 195
abril de 1977. A pesar de la voracidad confiscatoria de los
grandes exportadores asociados en la Federación de Cafeteros, en 1926: "Desde el punto de vista del hombre de la calle, es
el precio interno de la carga de café subió de unos $ 3.000 a evidente que la "s~tuación" se ha presentado más holgada des-
$ 7.300. Y bastó esto para que las zonas cafeteras del suroeste de que se inició la administración del General Ospina; los ne-
antioqueño, y del Quindío se congestionaran de mercancías, de gocios se han activado, la gente sin empleo o parcialmente em-
confecciones, de electrodomésticos e i·ncluso de automóviles, lle- pleada. . . ha disminuido; los salarios de los peones han au-
gados de todo el país. La demanda había aumentado, e1 merca- mentado de modo real, no nominalmente, y el aumento en los
do se había expandido como fruto de la bonanza. consumos permite afirmar. este hecho palpable: la demanda ha
aumentado considerablemente, tanto en géneros extranjeros co-
Igual que hoy, el auge cafetero de comienzos de siglo hacía · mo en frutos del país, y en servicios que se presten dentro de
crecer la demanda. Y quiero repetir que aunque este fenóme- él. . . Hay peones que comen y visten más abundantemente y
no se siente desde los primeros años del novecientos, su fuer- muchos de ellos alquilaban casa, cuando antes vivían arrima-
za se concentra sobre todo en los años veinte. Porque los 2/3 dos. Concretando más: los miles de peones que le trabajan aho-
de las exportacione•s colombianas efectuadas entre 1900 y 1930 ra al Ferrocarril de Antioquia no comían antes carne, a razón
se realizaron en el decenio de los veinte. El auge es pues más de media libra diaria que les da el Ferrocarril, ni ganaban tan-
intenso durante esos años. to jornal libre como lo obtiene11 ahora".
Ahora bien, la mayor circulación monetaria se sentía en · Y agreguemos que no sólo crecía la demanda por bienes
todo el país, sobre todo en el occidente. Pero también en el de consumo, sino también la demanda por insumas necesarios
oriente y sur cafeteros. N o sólo en las regiones productoras al cultivo, al transporte, a la trilla, y al comercio del grano.
sino también en las demás·. zonas de la economía, por ejemplo Se necesitaban más despulpadoras que las ferrerías de Amagá,
en la Costa Atlántica. N o únicamente en el campo sino igual- Titiribí y Caldas producían oportunamente,- a menos que vinie-
mente en las ciudades. sen del exterior. Se requerían más sacos de fique, se requería
En efecto, del valor total de la cosecha, sólo una parte se de los trillos y del transporte.
radicaba en las localidades productoras cafeteras. Otra parte,
destinada al pago de fletes, alimentaba el sector del transpor-
te: transporte por caminos a lomo de mula, transportes por V. IMPACTO SOBRE ,EL SISTEMA DEL T'RANSPORTE
ferrocarril o por río hasta los puertos marítimos. Otra parte
se quedaba en el sector de la trilla, que en el occidente era l!na Quisiera subrayar sobre todo este último pu.nto, el del
actividad que estaba centralizada en Medellín. Una parte Iba transporte.
a los productores de sacos. Una parte adicional se convertía El café planteó por primera vez al país un problema ma-
en ingresos del Estado, captados a través de los impuestos de sivo de transporte de carga. Por ello mismo es el responsable
exportación e importación que pOi' entonces representaban más de la creación de nuestra infraestructura vial, sobre todo en
del 50% de los ingresos del erario público. y finalmen~e una ferrocarriles. Es el creador de un mercado nacional unificado,
porción de la cosecha se quedaba en el sector comercial, en porque sin una red de vías adecuadas un país no es un país
manos de los intermediarios, que desde la fonda hasta el ex- sino una suma de regiones. Es este otro punto que no suscita
portador pasando por la agencia municipal formaban una es- desaveniencias y sobre el que hay un acuerdo pleno diría yo.
pesa red tejida alrededor de la compra-venta del grano. A to- Pero comencemos por los hechos básicos y las coincidencias pa-
dos los puntos de la economía llegaba pues, como llega la san- ra llegar después mejor equipados al examen de los puntos po-
gre a todas las células, el dinero bombeado por el café, por ese lémicos. Este es el camino lógico: echemos un vistazo rápido al
corazón de la economía colombiana de la época. estado de la infraestructura vial durante el siglo pasado, an-
La demanda por bienes de consumo, por alimentos, por tes de la extensión del cultivo rl8l café:
vivienda, por vestuario, por calzado, aumentaba porque en nisponíamos por un lado, de una red de pésimos cami-
todas partes crecía el empleo. Me parece que don Alejandro nos, tejida alrededor del denominado "camino real" que atra-
López consigna en forma muy adecuada estos hechos. Era a vesaba el territorio nacional comunicando a Lima y a Quito
la sazón un agente consular en Londres y París, lo que no le con. Bogotá y con Caracas. La ruta, que llevaba del sur del país
impedía seguir de cerca nuestros problemas sino que al con- hasta Popayán, se bifurcaba en esta ciudad en dos ramales que
trario le permitía mirarlos con ma.yor objetividad. Escribía, él volvían a unirse en Girardot. El uno atravesaba del Valle del
Magdalena. El otro continuaba a través del Valle del Cauca
196
197
hasta Cartago, luego el paso del Quindío y des·embocaba en siglo, en 1904 tenemos 565 kms. construidos. Rápidamente des-
Ibagué y después en Girardot. De Girardot el "canüno real" de 1905. Y aceleradamente, frenéticamente casi durante los
conducía a Bogotá, y luego a Cúcuta vía Caracas. Adicional- años veinte. En 1922 tenemos ya 1.481 kms. de rieles. Para
mente un ramal se desprendía de Cartago, llegaba a Medellín, 1930 esa cifra se habrá duplicado. Es cierto que sin ferroca-
atravesando previamente el cañón del Cauca y luego a Santa rriles no se hubiera podido ampliar la exportación de café.
Fé. Salvo en la Sabana de Bogotá, el uso de vehículos de rue- Pero lo inverso también es cierto porque ambos fenómenos se
das era desconocido en el país. Se usaban cargadores humanos apoyan mutuamente. Sin los requerimientos masivos de trans-
("terciadores") y mulas. El estado de los caminos de la re- poxte planteados por el café no hubiera sido posible, no hubiera
pública permanece prácticamente el mismo entre 1826 y 1890. sido económicamente viable la creación de una densa red vial.
En su Geogra,fía econó1nica y hu.m.ana ·de Colombia., Alberto Como señala Miguel Urrutia en un artículo consagrado al es-
Pardo Pardo compara el tiempo empleado por Bolívar entre tudio del sector exte'r!no 11 la ·distribución de ingresos en Co-
Túquerres y Cúcuta en 1826 con el tiempo necesario para re- lombia en el siglo XIX. Y cito textualmente: "Tanto el oro,
correr la misma ruta en 1890. Bolívar necesitó 42 días en 1890 como el tabaco, las esmeraldas, la quina y el añil, tenían un
se requerían todavía 37. En 644 años sólo se había~ ganado alto precio por kilo (en relación con el café), lo cual quería
5 días. decir que sus exportaciones no producían una importante de-
. En lo referente a la navegación fluvial se utilizaba prin- manda por motivos de transporte". En cambio el café tenía a
Cipalmente el río Magda.Iena, que comunicaba el interior con la este respecto un efecto totalmente distinto. Prosigue así este
Costa Atlántica. El río Canea permitía la comunicación del autor: "Los primeros ferrocarriles se inician cuando las ex-
norte de Antioquia con Mompós. y el río Catatumbo la del portaciones totales disminuyen pero las de café aumentan ...
norte de Santander con el golfo de Maracaibo. Las condiciones Como se construyeron para el comercio exterior y ·no para ser-
de navegación en los pequeños bongos o en los champanes eran vir al mercado interno, hecho demostrado por su localización
de pesadilla. El viaje desde la Costa hasta Honda duraba 90 es claro que fue la demanda derivada por transporte de las
días en estas embarcaciones de 20 mts. de largo. ¿Cómo dis- exportaciones cafeteras la que llevó al desarrollo de un inci ..
minuir ese tiempo de viaje? Fabio Zambrano, cita jocosamen- piente sistema de transporte en el país".
te e~ su ensayo sobre La econmnía. colombiarr¿1a, en el siglo XIX, Por más que el fin de los ferrocarriles había sido el de
publicado en el año pasado, las impresiones del coronel inglés conectarnos con el exterior, no es posible que la unión de dos
Hamilton, que fue pasajero de un champán a comienzos del puntos con un tercero no implique una ligazón indir-ecta entre
siglo XIX. Este súbdito de su Majestad tenía la única receta esos dos puntos. El comercio interno también sa1ió favorecido
conocida entonces para aumentar la rapidez de la navegación: y las regiones aumentaron sus intercambios.
recomendaba el viajero llevar 2 ó 3 barriles de ron para es- No quiero dejar este temá sin señalar, ciertos efectos adi-
timular el trabajo de los bogas. Entre 1825 y 1845 comienza cionales que tuvo la construcción masiva de ferrocarriles, ca-
a experimentarse la navegación a vapor. Pero sólo se trata minos y obras portuarias durante los años veinte. Para este fin
de ensayos~ El número de vapores que surcan el Magdalena se colocaron bonos colombianos en el mercado de Nueva York
sólo aumenta con el auge tabacalero que s·e produce entre 1850 por unos 236 millones de dólares y Ios prestatarios eran funda-
y 1875, pues la hoja se cultiva en las tierras aledañas al Tío, mentalmente la nación, los departamentos y los municipios. Los
en Ambalema y se saca hasta la Costa por vía fluvial. Sin em- prestamistas, los capitalistas americanos. Estos dineros suma-
bargo, a pesar de la mejor conexión con el exterior que ello dos a los 25 millones de dólares que nos llegaron como fru-
implicó para las riberas del río, el resto del país seguía des .. to de la indemnización americana por Panamá, aumentaron
vertebrado internamente y desligado del extranjero. muy considerablemente la capacidad de importaci6n del país,
Antes de 1855 no había ningún ferrocarril en Colombia. ya que había crecido impulsada por la bonanza cafetera de
En este año se construyó una línea férr·ea en el Itsmo de Pa- entonces, las contrapartidas en pesos de esos empréstitos es-
namá destinada fundamentalmente a permitir el abastecimien- tuvieron destinadas a financiar las obras públicas referidas.
to del oeste americano dedicado al oro desde 1848, a partir de El mercado doméstico recibió una dosis adicional de dinero, pues
las zonas a.gxo-industriales del Este. A Colombia poco benefi- el tendido de rieles, el trazado de caminos y la mejora de los
ció ese ferrocarril. En 1871 se tienden 27 kms. de rieles Ba- puertos dio empleo dixecto a unos 40.000 obreros y significó
rranquilla y Sabanilla. Después de 1875 las líneas ferroviarias una dema,nda crecida por materiales de construcción.
progresan al ritmo del café. Modera;damente hasta el fin de Hasta ahora nos hemos limitado a señalar los efectos que

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detenerme en detalles sobre la organización de las haciendas
la .expansión cafetera, que repito se efe~tuó sobre tod~ c1urante del oriente o sobre el modo de funcionamiento de las explota-
los años veinte tuvo sobre el mercado mterno. Este ultimo no ciones familiares de la región antioqueña-caldense. Ese sería
sólo creció sustancialmente sino que se unificó creándose así el objeto para un estudio del café, pero no cabe sino de manera
un verdadero espacio económico nacional. Es és~e un efecto ~e muy marginal en una exposición sobre los orígenes de nuestra
las obras viales y sobre todo de la gran campana de obras :pu· industria. A pesar de todo no puedo evitar el hacer algunas ob-
blicas emprendida durante los gobiernos del General Ospma servaciones muy rápidas sobre el particular.
y de Abadía Méndez, que a su turno no hubiera podido llevarse
a cabo sin la demanda por servicios de transporte generado El trabajo en las haciendas del orie1nte se efectuó bajo mo-
por el café. Es eso lo que, en resumen, hemos mencionado. has.. dalidades diversas que iban desde el empleo de arrendatarios
ta ahora. Y dije que en ello existía un consenso entre qmenes y peones hasta el empleo de aparceros.
se ocupan de nuestra historia económica. a) En las haciendas de Cundinamarca y en las del oriente del
Tolima se utilizó hasta los años treinta un sistema de tra-
VI. FORMAS DE CULTIVO DEL GAFE bajo arcaico y opresivo. En los años treinta desaparece esta
forma de producción ante la ofensiva del movimiento campesi-
Creo que podemos abordar ahora u~, punto J?ás contro~ no dirigido principalmente por el partido comunista de Colom-
vertido. Se trata de las formas que asum10 e~ cultivo del cafe bia y secundariamente por la Unión Nacional Izquierdista Re..
en el país, y de los efectos de esas for~as sob~e Ja c.r,eación de volucionaria (UNIR.) creada por Gaitán en 1935. El sistema
los capitales que irían a financiar la mdustnahzacwn . colom- combinaba el uso de trabajadores permanentes y el de peones
biana. El café fue cultivado en el país según dos modalidades: contratados durante la recolección. Los trabajadores perma·
la gran hacienda cafetera y la pequeña explotación parcelaria, nentes eran arrendatarios obligados al pago de una renta en
la explotación familiar. trabajo, es decir obligados a trabajar gratuitamente en la ha-
cienda .2 ó 3 días durante las épocas normales a cambio del
La gran hacienda cafetera fue la forma predomina~te en derecho al usufructo de una choza y de una parcela de pan
los departamentos del oriente y sur m?ntañosos .del pa1s : en coger en la que tenían prohibido sembrar café. Debían prestar
Santander en Cundinamarca en Boyaca, en el oriente del To- también sin pago servicios de policía rural y adicionalmente
lima. La ~xplotación parcela~ia fue en c.ambio la form!l p~e­ estaban obligados a un trabajo asalariado forzado durante la
dominante en los departamentos del occ1dente, en Antwqtna, cosecha, es decir a trabajar -bajo amenaza de expulsión-
en Caldas en el norte del Valle. Lo que no quiere decir que no por un salario en especie o en dinero, en la recolección del gra-
haya· habido haciendas en la región antioqueña n! p~queños no. La obligación de•l trabajo gratuito en tiempo normal y de
cafetales en el altiplano Cundi-Boyacense. En Anhoqma, por trabajo asalariado forzado en cosecha se hacía respetar por la
eiemnlo el cultivo del café se inició desde 1880/90 en las g~an" fuerza. Llegado el caso se procedía a la expulsión sin indem-
des haciendas de Fredonia, Titiribí y Amagá : en las hac~en·· nización por las mejoras efectuadas o a la captura por parte
das "El Amparo" y "Jonás" pertenecien~~s a 1~ casa Ospma, de la policía si el trabajador se iba sin cumplir sus obligacio-
en ·~Gualanday" perteneciente a la familia Unbe, en las ha- nes. Aquí réinaba sin discusión el gamonalismo, esa troika com-
ciendas "San José" en Sonsón y la "Suiza" en T'itiribí, ligadas puesta por el hacendado - el alcalde - el cura, que ha sido el
también a nombres ilustres de patricios de este departamento. mal endémico de ·nuestras zonas rurales.
Había haciendas, es innegable. Pero las grandes siembras de
café tuvieron lugar posteriormente en el suroeste Y en el sur En el informe que la comisión de la Cámara de Represen-
de Antioquia y en el norte de Caldas, en las parcelas de pe· tantes del Congreso hizo de su visita a las regiones de Pasea
queños y medianos campesinos. y Paqui1ó en Cundinamarca y de Icononzo en el Tolima, en
1932, se anota que la inspección departamental de policía de
Estas dos formas de producción diametralmente opu:stas Sumapaz "funciona en la casa de la hacienda de propiedad de
han sido estudiadas por dos autores que están o que estuv1ero? la Sociedad Hijos de Juan Francisco Pardo Roche". Esa ha-
vinculados al Centro de Investigaciones Eeonómicas de 131 Um·· cienda ocupaba parte de los territorios de Bogotá, San Bernar-
versidad de Antioquia, por Mariano Arango y por Absalon ~a­ do, Pandi, Oriente del Tolima, Norte del Huila e Intendencia
chado. El primero ha consagrado sus observaciones en un hbr.o del Meta. Y sigue así el informe: "La comisión pudo darse
intitulado "Café e Industria 1850- 1930". El segundo en el 11: cuenta sobre el término de los hechos, del dominio absoluto que
bro "El café: de la aparcería al capitalismo". Yo no puedo aqm
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ejerce el latifundio sobre los bienes Y las vidas d~ los campe- A los aparceros se les denominaba tabloneros. En Santander se
sinos. En la casa de la hacie.nda de Sumapaz, por eJemplo, fun- les llamaba "compañeros".
ciona la inspección de policía departamental, e? la m!~ma ca·~
sa habitan y se alimentan los empleados de la m~peccwn Y los VII. CAMPESINOS PARCELARIOS, MERCADO Y
guardias de Cundinamarca. En la mis~~, casa ex1st~ u~ cuarto CAPITALES
húmedo y oscuro que sirve como de pnsion; hay alh mismo en
ese cuarto un botalón donde apegan los presos. En otra parte Por su parte, en el occidente floreció abundosamente la
de la hacienda funciona un coso donde son llevados todos los propiedad parcelaria, la agricultura familiar del café. Aquí, el
animales que se encuentran en _las par~elas de los colonos o por campesino es propietario de la tierra y no recurre al trabajo
los caminos. Para sacar los ammales tienen ~os colo;10s que P~­ asalariado sino de manera muy mar.ginal. Le basta en general
gar un peso por cada cabeza y según se le mformo a la comi- con la mano de obra de la familia. Sin embargo esta forma
sión las sumas así recaudadas se dividen entre los que lle~an distaba mucho de ser idílica.
los ~nimales al coso, que son 'fieles' del feudo Y los duenos Es éste un punto nodal para la comprensión de los orí-
de la hacienda". (5) genes de nuestra industrialización y un punto de discordia. De
Ta;mbién se utiliza:ron peones, durante la cosecha. A veces un lado, autores como William Me Greevey y Miguel Urrutia
su uso fue más permanente. Se les pagaba frecue:r;temente en han basado sus teorías referentes al despegue económico co-
vales, que sólo tenían poder de compra en el almacen de l:;t ha- lombiano sobre la base de que no podía haber industria sin
cienda. Al terminar el me~, al recibir su pago, el tr~ba]ado~ mercado y de que no podía haber mercado sin una próspera
encontra;ba para su sor,presa que era deudor de la tienda d clase media rural que gozara de elevados ingresos. En un tra-
raya. Esto lo ligaba a la finca. Si se ib3l' ---:sim;do ~eudor- se bajo presentado el año pasado en Bogotá con motivo de un
ordenaba su captura. El sistema equivaha m ;mas m me~os que seminario sobre "El café y la economía colombiana", Miguel
a la esC!lavitud y como tal había sido denunciado en paises co- Urrutia expresa lo siguiente: "El tipo de tenencia de tierra y
mo México. de poblamiento en la zona óptima para café de Caldas también
hacía posible la producción en fincas familiares. . . Esto llevó
Como dije anteriormente, el pa~o de renta .de trabajo Y a la creación de una clase media rural que demandaba bienes
el peonaje desaparecieron de las haciendas d~l onente a.nte los de consumo industriales producidos en masa. (En cambio) una
embates que le asestó el movimiento campesmo, desde fmes .de economía de plantación genera una demanda menos funcional
los veinte y durante los primeros años de la decad~, del trei.n- para la industrialización pues los trabajadores asalariados sólo
ta. Se le reempl,azó p~rimero no tanto por una relacwn salarial pereiben ingresos suficientes para la subsistencia y los dueños
moderna sino por la pequ,eña aparcerta. de haci«mdas demandan bienes más lujosos y menos estanda-
En este último caso, aunque la tierra pertenezca a. ?n s_?lo rizados que en general es más eficiente importar que producir
dueño la hacienda no es una gran unidad de produccwn smo en pequeña escala localmente ..Una buena evidencia de que este
más bien una suma de pequeñas unidades. En cad~. una de ellaf tipo de demanda fue importa.nte para el desarroUo industrial
el aparcero y su familia cargan con la responsabil.Idad del cu - es que las primeras industrias textiles y de tabaco surgieran
tivo y la recolección y se obligan a entregar gratmtan:;en~e una en Antioquia donde la tenencia de la tierra era más democrá-
parte de la cosecha al terrateniente y a venderle casi siempre tica que en Cundinamarca o Tolima. (6) Como se ve toda la
el resto. Algunos gastos son compartidos por el hacendado, .o~ros argumentación de este actor reposa sobre la idea de que los
corren por cuenta del productor. En .gen~ral puede deflmrse campesinos independientes del occidente recibían para sí la to-
como una forma de producción que 1mphca el pago ~e una talidad del valor de la cosecha y lo consumían en manufacturas
renta en especie al terrateniente. p~r. pa~te del peq~eno cul- de consumo corriente, mientras que la cosecha de las hacien'das
tivador Con algunas variantes sigmflcatiVas, este ~Istem~ :e del oriente se dividía en dos partes : la más pequeña de las
utilizó ~n Cundinamarca y Tolima a partir de los anos vei<n e. cuales iba a los obreros asalariados que la gastaban en alimen-·
tos y el resto a los hacendados que la empleaban en importar

y transformaciones en las ,re~iones caf~­


s. Cit. por Darío Fajardo: LuDhas sociales
taleras del Tolima 1936-1970, Centro de Investigaciones Econom1cas, U. de 6. Miguel U rruria: "iLa creación de las condiciones iniciales para el des~<r·rollo: el
café'', Bogotá, mimeo, 1978.
An:tioquia, Medellín, 1978.
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interna se ve reforzada y el país unifica un espacio económi-
superfluidades. O exa.g-erando un poco: el paraíso terrenal no co. P!lra explicar el ~crece;ntamiento de la demanda no es ne-
se encontraba en la Antigua Mesopotamia sino en Antioquia y cesariO suponer la existencia de un mundo maravilloso mundo
en el que los pequeños cultivadores de café recibieron 'íntegra-
Caldas. roen~~ el valor de la ~?sec~a. Basta co~ constatar que la pro-
Hay una segunda posición frente a este problema, que con- du~cion cafetera _crecw mas en el occidente que el resto del
trasta con el optimismo retrospectivo de la primera. Veamos pais, lo. cual explica el mayor dinamismo de los consumos en
cómo la describe el propio U rrutia: "N o obstante, Mariano est~ primera zon.a. Y basta con aceptar que el número de cam-
Arango no comparte este tipo de análisis debido a que ha ha- pesmos parcelan?s se mult!plicó en la región de Antioquia,
bido algo bueno en el proceso de desarrollo colombiano, es de- Caldas Y Valle, sm que su mgreso per cápita tuviera que ser
cir un fenómeno que no beneficia exclusivamente a los. grandes desll!esuradamente alto. Sólo así puede comprenderse por lo
capitalistas". (7) ¿Cuál es pues ese pesimismo que suscita las demas que una parte considerable del valor generado por esa
iras del doctor Miguel Urrutia? Sencillamente el reconocimien- masa de fam~lias de agricultores fuera a pasar a manos de una
to del hecho de que los pequeños caficultores del occidente no clase con:erciar:te, ligada también a la banca y a la trilla del
recibían la totalidad del valor del grano recogido .sino que de· grano. Sol?, asi puede comprenderse que el café haya gene-
jaban una buena tajada del mismo en manos de una clase co- rado t~mbi~n una: masa . d~ c~:pitales suficientemente amplia
mercial que gravitaba sobre ella, comprándoles barato, y ven- para fmanciar la mdu~tnahzac10n posterior. El café c1•eó pues
diéndoles caro y prestándoles dinero a intereses usurarios. Lo el :n.ercado y los capttales necesarios al despegu.e industrial.
que no quiere decir que con el café los agricultores antioqueños AdiCIOnalmente este cultivo le dio al país las divisas necesarias
y caldenses no estuvieran mejor que antes sino sencillamente para traer del. exterior .las m~quinas y, los equipos indispensa-
que no estaban tan bien como Urrutia o Me Greevey lo pre- bles ~1 montaJe de la mdustna. Los dolares de los préstamos
tenden. El comercio y la usura son como dice Marx "uno de amencanos y los de la industrialización de Panamá contribu-
los males específicos" de la pequeña agricultura. El nubarrón yeron ta~bién en este sentido porque engrosaron aún más nues-
que .se abate sobre el mundo fe1iz que nos pintan estos autores. tr~ capacidad de i~p.ortación. Mercado, ca.pitales y divisas: he
Para explicar el mn'Yor 11tercado del occidente basta el hecho aht tres de loJs condwwnes de nuestra imdustTia fu.tura. Las tres
de qu.e las mayores siembras tuvieron lugr»r en esta región. Si·n fueron un fru.to de la activid(l!d cafetera.
la riqueza apropiada por la clase comercial no puede entenderse
de dónde salieron los capitales que luego se invertirían en la Miremos ahora hacia adelante, hacia el camino que nos
industria. Tampoco podría entenderse de dónde sacaron los queda por recorrer. Debemos dilucidar todavía dos puntos
empresarios de Medellín la experiencia industrial que necesi~ claves:
taban. Porque entre nosotros los comerciantes compraban el Primero: ¿Por qué los .capitales engendrados por el café
café en el campo y lo trillaban en la ciudad antes de expor- Y c~nc~ntr.ados e:t;t el comerciO y la banca se vieron lanzados a
tarlo. Mientras que en el oriente del país faltó o escaseó una la. orbita mdustrml? ¿Por qué inve'l'tir en la industria, en el
clase comercial. Allá el hacendado exportaba por regla gene- mism~ momento en que las mercaderías extranjeras inundan
ral su propio café, y lo trillaba en la propia hacienda. En todavm el mercado colombiano?
1925 no había una sola trilladora en la ciudad de Bogotá.
Tenemos en este punto un breve respiro. Y miremos un Segund~: ¿'De ~ón.de salieron los obreros fabriles? Si en
instante hacia atrás, hacia el camino recurrido hasta ahora, to~os los pai~es ca~rnt~J~s~as, la eclosión de la industria ha im-
antes de seguir adelante. plicado la ~x;stencia I.mcial d~ una :r;na~a I?~oletaria desposeida
Y ba~ata, ¿como explicar la mdustnahzacwn del occidente en
Hemos dicho que el desarrollo cafetero que se vivió con el mismo momento, en. q':le la extensión de la pequeña propie-
especial intensidad durante los años veinte amplió el mercado dad cafetera I?arecia ;ndicar que había tierras libres para to-
nacional. La construcción de ferrocarriles, caminos y obras dos Y que nadie se vma forzado a emigrar a las ciudades para
portuarias también se concentró durante el decenio de 1920- venderse en ellas a bajo precio?
1929. El café había creado la dema.nda por transporte, y la
red vial la posibilidad de ampliación de las exportaciones del . .H,e ahí dos cue~tiones de importancia. Dos preguntas que
grano. Con la construcción de la infraestructura la demanda exiginan un largo tiempo para ser desarrolladas. Y el tiempo
se nos acorta ~celeradamente. Aún así, vale la pena intentar
contestar esos mterrogantes aún sea superficialmente. Espero
7. Ibid.
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que sabrán perdonar la ligereza con que abordé estos temas. la aplicación literal de las tesis de Marx para explicar la for-
(En fin el reloj me brinda en esto, si no la razón, por lo me- mación de nuestra base fabril durante esos años. Mlás recien-
nos una disculpa). temente el profesor Mariano Ara.ngo, en el libro que cité más
atrás, intenta dar una solución al problema. Bajo el peso de
Comenzaré con la segunda de las dos preguntas que he los argumentos de este autor se derrumba la "leyenda rosa"
señalado. de la colonización antioqueña del occidente, que le había dado a
los departamentos de Antioquia y de Caldas una estructura
VIII. ¿DE DONDE SALIO LA CLASE OBRERA NECE- absolutamente democrática en lo que se hace a la repartición
SARIA PARA LOS E.STABL~EOIMIIE:NTIOS. INiDUS- de la tierra. Se pintaba esta región como un verde oasis de
TRIALES? pequeños agricultores felices, en contraste con el .resto del país,
donde la tierra sí habría sido acaparada por unos cuantos.
En el Tomo I del Capital, en su capítulo 24, Carlos M!lrx Mariano Arango demuestra, por el contrario, que -vista
define las condiciones que deben concurrir para que el capita- en su conjunto repito: vista en su conjunto-- J~ propiedad
lismo aparezca sobre la faz de la tierra. Como el capital indus- raíz era entre nosotros tan concentrada o más que en el resto
trial no es una simple suma de máquina ni de edificios sino del país. Y hace una distinción que para nosotros es clave: los
ante todo una relación entre los propietarios del dinero y de los capitales sí estaban bien repartidos pero el resto de las tierras
medios de producción y los trabajadores desposeídos de todo Y -la gran mayoría de las tierras- no lo estaban. En la pro-
obligados a alquilarse por un salario, el proceso histórico que ducción cafetera sí predominaron los pequeños agricultores,
genera la industria tiene que ser un proceso doble que produzca pero las grandes extensiones aledañas a los focos de coloni-
los dos elementos de esa relación, los capitalistas de un lado Y zación y que los colonos habían valorizado, fueron acaparadas
los obreros del otro, y que produzca a la vez la ·necesidad de por grandes terratenientes, por dueños de títulos coloniales o
su relación misma. Dice Marx: "El proceso que engendra Y de títulos repa.rtidos generosamente durante la r·epública. Esos
el capitalismo sólo puede ser uno: el proceso de disociación en- latifundios se llenaron de pastos y de ganado. La colonización an-
tre el obrero y la propiedad sobre las condiciones de su traba- tioqueña dista muCiho de ser un proceso idílico. Detrás de los co-
jo, proceso que de una parte convierte en capital los medio~ SO·· lonos van los dueños de títulos. Detrás del café va la ganadería
ciales de vida y de producción, mientras de otra pa.rte convierte extensiva. Era, como decía Alejandro López la "pelea del hacha
a los productores directos en obreros asalariados. La lla~ad,a con el papel sellado". Por eso, poco después de establecido en un
acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histo- punto el primer grupo de colonos -y a suponer que no hubieran
.rico de disociación entre el productor y los medios de produc- sido desalojados por los titulares- las oleadas adicionales encon-
ción. Se llama "originaria" porque forma la prehistoria del, traban cercadas y redamadas ya las tierras vecinas que creían
capita.Z y del régimen capitalista de producción". libres. La solución para los recién llegados y para los hijos de
Y así tiene que ser. Así ocurrieron las cosas en Inglate- los primeramente establecidos era seguir adelante, hacia el
rra y en otros países que hoy son potencias fabriles. La for- sur, hacia Caldas, hacia el Valle, hacia el occidente del To-
mación de un proletariado desposeído es ci.ertame_nte ~na de lima. O si no emigrar a las ciudades, a Medellín. Así pues, el
las condiciones para que pueda aparecer la 1ndustna. _Sm em- latifundio ganadero jugaría entre nosotros el mismo papel que
bargo, la explicación de la formación de ese proletanado p_or jugaron en Inglaterra los cercamientos, los inclosures, y la
lo que Marx llama la "disociación entre el obrero y la propie- conversión de las tierras de labranza en tierras de pasto pa-
dad sobre las condiciones de su trabajo", por "la disociación ra ovejas. E.I papel de producir una población sobrante desti-
entre el campesino y la propiedad de la tierra", tropieza. en nada a formar parte del ejército obrero. Salvo que en nuestro
nuestro caso con una seria dificultad: durante los años vemte caso, esa población excedente alimentaría a la vez la coloni-
el campesino ·no se descompone. Al contrario, como hemo~ v_i~­ zación -la formación de nuevas parcelas en nuevas tierras
to, la pequeña producción parcelaria progresa y se multiplica de frontera agrícola y la urbanización que comienza a tomar
en el occidente del país. fuerza en el país. En 1918 y 1925, Bogotá, Medellín, Barran-
quilla y Cali, absorben el 127a del incremento de la población
Contra esa dificultad se estrella, a mi pa.recer, el trabajo del país, es decir 104.000 de las 868.000 personas adicionales.
de la socióloga Carmenza Gallo. E~1 su ensayo "Hipópesis so- Entre 1925 y 1930 esas cuatro capitales absorberán el 18%
bre la acumulación originaria de capital en Colomb~a 1925- de la nueva población: 127.000 personas más, de los nuevos
1930", publicado en 1971, ella había propuesto precisamente 701.000 colombianos. Y Mariano Arango demuestra que An-
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tioquia, Caldas y el Valle, contaban con una población despo- capital se quedó por así decirlo ocioso. Precisamente, la uti-
seída de peones y sirvientes -en exceso respecto a las nece- lización de esa capacidad ociosa permitió aprovechar la cri-
sidades de la agricultura- muy superior a la del resto de los sis a partir de 1932 para iniciar una rápida sustitución de
departamentos del país. importaciones. Sin esa base creada con antelación la produc-
Estas observaciones son, en verdad, muy esclarecedo~as ción industrial no hubiera podido ·crecer después, pues la re-
en lo tocante al origen y a la formación de nuestro proletana- ducción enorme de las divisas que la depresión trajo consigo
do industrial. Pero se pregunta uno si no son quizá excesivos hubiera hecho imposible importar durante esos años la ma-
para lo que tenemos que explicar. Uno se pregunta si se ne- quinaria y los equipos necesarios.
cesita una explicación tan grande para un fenómen~ de ~ag­ Dejando de lado el sector rural, casi la mitad de las in-
nitud tan reducido como el que se presenta en los anos yemte, versiones en maquinaria efectuadas entre 1925 y 1929 son
porque: AtenCión! aunque la base industrial colombiana ~~ hechas por la industria. La cuarta parte alimentaron el sec-
montó durante los años veinte' la producción fabril. no crecw, tor del transporte y el cuarto restante fue a otros sectore~;
casi -creció poco~ durante esos años. Por esa misma razo~, de la economía. Como fruto de ello el capital en maquinaria y
los requerimientos de personal fueron bajos, y lo. que es mas equipo industrial aumentó en un 50% pero la producción sólo
importante aún, el persona.l que proveyó de brazos a los talle- lo hizo en un 20% en ese cuatrenio. Para 1936, el capital era
res fabriles durante esos años, estuvo compue~to fundamental- el mismo de 1929 pero la producción había aumentado en
mente por mujeres, por mano de obra excesivamente _barata, un 65%. Como se ve la producción creció durante los treinta
porque si en una familia el padre trabajaba ya y mantiene _Ya mediante el aprovechamiento de los equipos montados antes de
a su prole, sus hijas solteras pueden contratarse por cualqmer la crisis.
cosa. El salario que perciban -aún si es b:;jo- es s!e?lpre
bien recibido como ingreso de refuerzo, como mgreso adiCIOnal. Dos fueron las razones que empujaron a los negociante·s
Así pues, el montaje de la industria no requirió d~rante de Medellín y también -aunque en menor grado- a los del
los años veinte de una proletarización masiva del campesmado. resto del país a invertir en actividades fabriles durante los años
El empleo requerido se copó con mano de obra marginal. La veinte.
razón estriba en que, a pesar de las grandes inversiones efec-
tuadas, la producción creció muy lentamente. De un lado, los capitales criollos que había·n tenido en el
comercio el primero de sus campos de inversión, son desplaza-
dos parcialmente por el capital extranjero a partir de la cri-
IX. EXAMINE-MOS AHORA LA SEGUNDA DIFICULTAD sis de 1920-1921. Grandes casas americanas se apoderan de
los 2/3 del comercio en grande de exportación del grano. Se
Ella se complica incluso .con la solución que hemos dado trataba de firmas como el Banco Mercantil Americano de Co-
a la primera. Si la producción fabril no creció casi dura;~te ~os lombia y su filial la Compañía Mercantil de Ultramar, la Ame-
años veinte si el verdadero auge de nuestra produccwn m- rican Coffee Corporation, la W. R. Grace & Cía., la Hard and
dustrial sól~ se produjo a partir de 1932 bajo la cobertura que Rank Inc., la Schaeffer Klussman Inc., (la Steinwender Sto-
dio al mercado nacional la crisis de los años treinta, porque ffregen Corporation), la United States Coffee Corporation,
los .capitales surgidos del comercio del café y que alimentaban entre otras.
también la actividad humana local se lanzaron durante los
años previos a la depresión, a la aventura de la industria. Desplazados, los negociantes colombianos se lanzan a la
¿Por qué se invierten en una actividad que de momento no aventura industrial. Sus actividades comerciales les habían da-
puede fructificar? ¿Por qué comprometer grandes sumas en do también una experiencia fabril sobre todo en Medellín don-
maquinaria y equipo industrial si la prod?cción no J?Odrá cre- de ellos mismos se habían e·ncargado de la trilla industrial del
cer sustancialmente? (Las ventas de textiles extranJeros aba- café.
rrotan precisamente el mercado local a bajos precios). Antes De otro lado, hay una segunda razón para emprender el
de responder esto repasemos los hechos básicos: en mi ens::yo montaje de fábricas de alimentos, bebidas y tabaco, de talle-
sobre la! inflación en Colombia durante la década de los. anos res de mecánica y sobre todo de empresas textiles. A pesar de
veinte, mostr~ que la base fabril, el capital fijo de la mdus- que las importaciones de mercaderías extranjeras baratas ha-
tria colombiana se creó durante ese decenio y fundamentalmen- bían impedido el avance en grande de la producción local de
te durante el período 1925-1929. Y mostré también que ese manufacturas, muchos pequeños talleres habían venido sur-
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giendo aquí y allá, no sólo en Antioquia sino en todo el país. Después, la cr1s1s de 1929 y las medidas estatales darán
Primero en la época de Núñez, luego entre 1904 y 1910 gra- ~ la in~lustria la. protección necesaria. La vertiginosa carrera
cias a ]as dificultades de importación y a la prDtección que el md~1stnal co!ombm?a comenzará en 1932 con los equipos traí-
Genera1 Reyes ofreció, con sus aranceles más altos al producto dos e~ los anos vemte. 1Jna. nuev.a fase se había abierto para
terminado y más bajos a la materia prima. el. pms. :f:a fase del capitalismo mdustrial. Capitalismo indus-
tnal es cierto, perD también: capitalismo dependiente.
Luego, durante la primera guerra mundial, debido a que
el conflicto bélico puso trabas al transporte marítimo y por
tanto a la importación de génerDs extranjeros. La experiencia
había demostrado que con tal de que recibiera una protección
adecuada, la industria local podría por lo menos mantenerse.
Para 1923 hay por ejemplo en Medellín -que es el epicen- COMENTARIO
tro, aunque no el único polo- de la industrialización en Co-
lDmbia, una serie de empresas que todavía tienen una organi-
zación semiartesanal y precaria, pero que ya son un semillle- ("Los orígenes de la industrialización en Colombia: Algunas
ro del que saldrá la futura base fabril, están ligadas a los cuestiones de Método")
nombres de comerciantes de exportación e importación y de
propietarios de trilladoras de café: los Echavarría, los Mora, Por Jesús Antonio Bejarano
los Angel, los Ospina, lDs Vélez, los Escobar, los Restrepo, los
Posada, los Londoño, etc., etc.
Mencionemos por ejemplo la Compañía ,Colombiana de Te- Quisiera comenzar ~isculpándome por. la incoherencia que puedan
jidos fundada en 1907, la Fábrica de Hilados y Tejidos del presentar es!os comentar.I~s, per? el no ~aber dispuesto de la ponencia
Hato fundada en 1920, Rosellón creada en 1915, TejidDs Me- de Hugo Lopez con suficiente tiempo, h1zo que fueran elaborados con
dellín, Tejidos Hernández, Cervecería Antioquia que data de alguna p_remura. No obstante, lo que hay que agregar a la ponencia es
1905, Postobón que se había iniciado en 1904. Coltabaco cons- poco; Lo pez ha hecho una excelente sistematización de las diversas in·
tituida en 1919, Vidriera de Caldas que se remontaba a 1898 terpretaciones y problemas de los estudios sobre industrialización. Coin·
y varios talleres mecánicos: el de Bernardo Mora, el J. Cano cidencialmente, algunas cosas había yo planteado respecto de los mis·
y Cía., los Talleres Guayaquil del Banco Mercantil, el de Darío mos problemas en la introducción a un librito que sale a circulación en
BoterD, etc., etc. estos días (l). De modo que recogeré algunos de los puntos allí expues·
tos para complementar un poco lo expuesto por Hugo López.
Así pues, expulsados parcialmente del comercio que les
había dado dinero y experiencia en los negocios y en la tri- Lo p~imero quizá~ sea insistir sobre la pregunta con la que se abre
lla industrial. Animados por el auge del mercado y por la pre- la ponencia: ¿por que ocuparse hoy de la historia de la industrializa·
., ? H
sencia de una mano de obra marginal -femenina- barata. mon. ay ev1'den temen te muchas razones, pero me gustaría detenerme
Sabedores de la constancia de abundantes divisas para impor- en una sola de ellas. La historia de la industrialización ha sido elabo .
tar máquinas adicionales para las empresas ya existentes y r~da fundamentalm~nte por los economistas o al menos en la perspec·
para las por crear, lDs negociantes vuelven los ojos a la indus- tlva de los economistas, quienes han formulado las preguntas en orden
tria. Hay competencia extranjera, porque las manufacturas aún a esclarecer las características del reciente proeeso de industrialización
se traen masivamente de afuera, pero este obstáculo se po- más precisamente de este proceso a partir de los años cincuentas. D~
día vencer: para prueba lo que se había hecho desde comien- suerte que los orígenes del proceso industrial han sido examinados no
zos de siglo, mediante una protección adecuada. La clase in- en tanto que procesos significativos por sí mismos, sino en tanto que
dustrial en ciernes comenzará a agitar desde 1925 la implan- "antecedentes" ; este punto no es secun d ' porque como veremos: 1)
ano
tación de un arancel protector. Las discusiones que se harán La escogencia de las variables y los elementos del proceso histórico de
a ese respecto sentarán la base del arancel de 1931. Confia- la industrialización están determinados .por las preguntas que se fonnu·
dos lDs industriales proceden a efectuar grandes inversiones.
Qué importa si de momento la competencia foránea, la pri-
mitiva organización y la dispersión de los pequeños talleres im- L J, A. Bejarano "El Régimen Agrario: De la economía exportadora a la economía
pliquen que esos equipos no rindan todo lo que pueden ... ! industrial". Ed. La Carreta, 1979.

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