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Opinión Pública Y Libertad De Expresión En El Ámbito Universitario

En Colombia la libertad de Expresión, como derecho primordial que profesa toda persona
cuando expresa sus ideas, no importando si estas son filosóficas, políticas o religiosas, se
constituye en una de las bases de cualquier democracia y está garantizada y respaldada por
el apoyo de instituciones internacionales como la ONU, y también amparada en la
Constitución Política de Colombia en su artículo 20 el cual estipula que “Se garantiza a toda
persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir
información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación”.
Como tal, se constituye en un derecho colectivo e individual, que está relacionado
estrechamente con la libertad de opinar y de informar. Hoy, se nos presenta a todos unos
nuevos escenarios que se infiere desde el diario vivir y es lo que representan los medios de
comunicación, para las sociedades modernas. Así pues, los medios de información y
comunicación, se constituyeron en un poder que tiene injerencia en los gobiernos de todo el
mundo, con unas consecuencias en el momento impredecibles para los diferentes Estados y
para los ciudadanos que han visto cómo en muchas oportunidades se tergiversan y falsean
las noticias.
Según el filósofo Noam Chomsky, hace doscientos cincuenta años David Hume
concluyó que un gobierno se basa en el control de la opinión. “Cuanto más libre y popular es
un gobierno, resulta necesario controlar la opinión para garantizar el sometimiento a los
gobernados. La población solo puede ser espectadora, pero nunca participante, y siempre se
le debe excluir por completo del escenario económico, que es el centro de lo que sucederá en
esa sociedad.” (2012:147). La historia nos muestra cómo los diversos gobiernos y Estados,
buscan la manera de controlar y someter a los ciudadanos y para ello acuden a veces a
medidas represivas y en otras oportunidades buscan la colaboración de los propietarios de
los medios para manipular las informaciones. Los Estados, siempre en esas condiciones
distraen las sociedades de tal forma que aparezcan otros aspectos para evitar que los
ciudadanos conozcan a fondo la realidad de los problemas sociales que les aquejan y la
búsqueda de las soluciones respectivas.
Chomsky manifiesta que los medios tienen una gran influencia en la población y que
la masa parece ser la menos interesada. Sin embargo, considera que así ese segmento poco
pueda aportar a un medio como el periodístico, por costos, son la radio y la televisión los que
están ejerciendo en ese nicho una influencia total. Recalca que estos dos elementos,
aprovechando esa influencia, arman debates apasionados, dentro de un marco con parámetros
ya definidos, donde se manipula y maneja la opinión con el fin de proceder a una especie de
lavado de cerebros.
Este autor también pone el dedo en la llaga cuando se refiere al manejo que hacen los
gobiernos del tema educativo. Buscan muchos mantener el pueblo en la mediocridad e
ignorancia, dificultando su aprendizaje y creando trabas para su desarrollo y progreso
intelectual. Así, la educación a las clases más necesitadas será la más pobre y mediocre
posible. De esta manera, la ignorancia entre las diversas clases sociales será mayor. Con la
complacencia de los medios, el Estado implementa normas que posibilitan e inducen a la
población a ser mediocre.
En este contexto, Chomsky considera que la libertad de expresión, como principio,
posee algo elemental. O se le defiende, en el caso de opiniones que no nos agradan, o
simplemente no se le defiende. Él nos enseña que existen varias formas de manipulación
mediática: una consiste en desviar la atención del público mediante distractivos baladíes que
realmente no traen ningún beneficio para el desarrollo social, pero que sirven para que
quienes detentan el poder político y económico hagan de las suyas. De esta forma los
problemas importantes se dilatan o simplemente se eluden buscando entonces que el pueblo
no tenga tiempo de pensar y se ocupe en temas sin importancia y que, como dice Chomsky,
los medios sigan proporcionando el heno al pueblo.

Bibliografía

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