A meses de haberse aprobado, por cierto que rápidamente, la
llamada “Ley de Cuotificación” que obliga que todos los partidos políticos o sectores de los mismos tengan en cuenta en un número determinado a las mujeres en la confección de sus listas hemos tenido oportunidad de observar el funcionamiento que en algunos sectores se realiza respecto al cumplimiento de dicha normativa.
Es así que nos ha llamado poderosamente la atención que una ley
que podría calificarse como adelantada puede, en algún aspecto, cercenar posibilidades de funcionamiento y manifestación de la libertad del individuo y de los grupos, con todo el mal que notoriamente esto conlleva.
Definamos claramente que para todo espíritu liberal y
democrático-republicano, un ataque directo o indirecto, querido o no, de la libertad, es de alguna forma un ataque al sistema todo y el deber cívico impone que se trate de enmendar conforme a los procedimientos legales e interpretaciones correctas, en un concepto armónico y equilibrado entre los principios de igualdad y libertad.-
Aclaremos también que en principio estamos de acuerdo con la
ley, si en determinado momento, nuestros legisladores entendieron que con ella aportaban un progreso a nuestra legislación electoral en general. Aunque es necesario decir que nuestra normativa nunca impidió a las mujeres participar en las contiendas electorales, si bien, también debemos aceptar que los conceptos de nuestra cultura occidental y cristiana, por ciertos muy ricos y necesarios a la vez que impostergablemente defendibles, más aún en los actuales tiempos, por nuestra propia cultura, educación, usos y costumbres imponían en los hechos roles claramente diferenciados del hombre y la mujer, pero siempre en un pie de igualdad. Hoy esto ha ido cambiando y es nuestra obligación que dicho cambio sea para el mejoramiento de la humanidad toda y no para claudicaciones degradantes.- Efectuadas dichas precisiones, en cuanto a la normativa actual que impone que los grupos políticos o sectores de los mismos estén obligados a dicha cuotificación, por supuesto que estamos de acuerdo, primero y antes que nada porque es una ley y hay que respetarla, esto es cumplirla y no como vemos de parte incluso de quienes votan las leyes, dan la impresión de desconocerlas, ejemplo la propaganda política en relación al plazo en que debe la misma llevarse a cabo, lo que hace recordar nuestros estudios de historia en que las antiguas colonias españolas ante las decisiones reales decretaban “se obedece pero no se cumple” lo cual resulta deleznable para todo espíritu democrático, ahora que vivimos en el siempre llamado “Estado de Derecho” con todo lo que ello implica; en segundo término porque se entendió que la situación de hecho, no de derecho, que se estaba dando era injusta y por lo tanto toda legislación debe tender a ir eliminando dichas injusticias. Pero es obligación también ineludible que por evitar una injusticia, pueda cometerse otra, grande o pequeña, no importa, injusticia al fin. Esto lo debemos evitar y con un espíritu realmente altruista y democrático-republicano conducir nuestros actos y decisiones para la más completa y perfecta realización de los derechos de todos los individuos (hombres o mujeres).-
Todo lo dicho pretende aportar y solicitar la atención de quienes
tengan las responsabilidades del caso en razón de que puede haber grupos que tienen clara vocación política que tal vez no cuenten con el número de mujeres para cumplir estrictamente con la cuotificación fijada, y ello no por que no lo deseen sino simplemente por que tal vez haya un buen número de mujeres que sólo desean participar con su voto y no figurar en listas, pero el grupo político no lo impide, pues en forma abierta y democrática acepta a quien quiere ingresar a él, hombre o mujer.-
También sería injusto que aquellos grupos que tienen un gran
número de mujeres, no sean legalistas y sólo cumplan con la cuotificación cuando pueden dar lugar a muchas más mujeres, por que éstas han optado por una posición que más les atrae y les agrada. Si bien se cumpliría con la norma opino que la justicia sería manifiesta.- Por todo ello, creo que nuestros legisladores y todos los órganos competentes en materia electoral, podrían tal vez mejorar dicha norma, estableciendo cuotificaciones si se entiende lo mejor, pero siempre manteniendo la posibilidad de la libertad y que la cuotificación no sea un impedimento en caso que no se llegue al número de adeptas femeninas que impida que dicho grupo pueda ponerse a la consideración de la ciudadanía, como tampoco una cuotificación legalista aunque cerrada en el caso que el número de mujeres que militan en dicho sector o grupo sea mayor que el requerido.-
Pienso que actuar de otra forma, evitando una injusticia
crearíamos otra impidiendo la manifestación cívica y eliminando minorías con lo cual la historia señala que sembramos el camino del autoritarismo y la nefasta uniformidad del pensamiento. ANDROGENO.-