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OBJETIVOS GENERALES
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MODULO II
CONTENIDO
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MODULO II
El desarrollo del pensamiento contable americano ha sido afectado por los importantes
acontecimientos económicos ocurridos en el siglo XX, especialmente en los años 30, 50, 73 y 77, en
los Estados Unidos de Norteamérica originados en las dos últimas guerras mundiales, la inflación y la
crisis del crédito. En estos años, se han presentado situaciones sociales que ha afectado de alguna
manera el desarrollo y pensamiento contable, cuyas características se manifiestan por una
considerable presión de personas y grupos económicos, fuera de la profesión contable, pero
comprometidas en el proceso de la información financiera, acompañada también, por la
insatisfacción de los contadores en ejercicio profesional y los contadores académicos e
investigadores, al tratar de dar una solución rápida al problemas de la fluctuación de precios
(inflación) debido a la situación de recesión económica, producto de las guerras, y que se reflejaba en
los resultados financieros que arrojaban las prácticas contables del momento.
La recesión económica del año 30, como resultado final de la primera guerra mundial, trajo como
consecuencia la quiebra y liquidación de muchas empresas. Los contables sufrieron parte de la culpa
por cuanto no advirtieron, ni informaron, oportunamente los hechos que se presentaban.
Como resultado de los anteriores problemas económicos, traducidos en problemas de tipo contable y
de las presiones de los diferentes sectores económicos que se iban acumulando, el “American
Institute of Accountants”, (A.I.A)., precedente del actual “American Institute of Certified Public
Accountants” (A.I.C.P.A.), creó en 1930 un Comité Permanente de Procedimientos de
Contabilidad, con el propósito de cooperar con la Bolsa de Valores de Nueva York en asuntos
contables y otros aspectos de interés común de los Inversionistas, integrado por la Bolsa de Valores y
los Contadores del AIA, con el fin de considerar y presentar soluciones a problemas urgentes
relacionados con procedimientos de contabilidad y presentación de información financiera, y
además, hacer “Declaraciones” que pudieren tener peso dentro de la profesión contable, para que
sirviesen de guía para contadores y empresarios.
En el mismo año (1930), la Bolsa de Valores de Nueva York, emitió la primera declaración o
disposición obligatoria sobre la práctica de la contabilidad, especialmente en lo relacionado con el
tratamiento contable de los dividendos, los cuales no debían hacer parte de las utilidades de la matriz
y que las sociedades cuyas acciones se admitieran a cotización en Bolsa deberían presentar
anualmente Balances Certificados por contador público. Nace aquí la obligatoriedad de la auditoria
de estados financieros y su correspondiente opinión.
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A partir de este momento, el informe de auditoría se convierte en instrumento obligatorio para
medir la veracidad de la información a través de los estados financieros y, simultáneamente, para
administrar la admisión de valores cotizables en la Bolsa de Valores. No obstante, los
acontecimientos de los años 30, fueron indicativos de un deseo sentido de mejorar la práctica de la
contabilidad y no la teoría de la contabilidad como tal, a pesar de la influencia económica en el
pensamiento contable de años anteriores recientes.
El cambio más importante en el pensamiento contable desde la década del veinte fue la
modificación del objetivo básico de la contabilidad: el de presentar información financiera a la
gerencia y a los acreedores, en lugar de, suministrar información financiera a inversionistas y
accionistas, con argumentos profundos a favor, como que la información debía evitar el engaño a
los accionistas en cualquier aspecto y debía ayudarlos a determinar el verdadero valor de sus
inversiones y la rentabilidad que ellas produjeran.
Este cambio del objetivo en la presentación de los estados financieros condujo a los siguientes
cambios en el pensamiento contable:
Es interesante observar que estos cambios en el pensamiento contable no fueron el resultado directo
de la caída del mercado de valores de la bolsa de Nueva York de 1929 ni de la depresión de los años
30, sino más bien fueron consecuencia de cambios institucionales que habían comenzado mucho
antes, consecuencias de la primera guerra mundial y a los cuales los contadores no se habían
adaptado todavía. Desde luego, los acontecimientos del período los hicieron más urgentes y
necesarios.
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La Depreciación.
No era posible la justa tasación sobre las valorizaciones de los activos o las comparaciones de las
utilidades de las distintas compañías a causa de los muchos métodos en uso para el manejo de
la depreciación de los activos. Los estados financieros no proporcionaban información adecuada
para comprender bien las políticas de depreciación seguida por las empresas.
a. No se mostraba el volumen de ventas o los ingresos brutos. Nunca se habían revelado los
ingresos por ventas en el estado de ganancias y pérdidas, y en algunos casos en que se habían
mostrado, se abandonó la práctica porque se prestaba para la competencia desleal.
b. No se mostraban los ingresos netos por ventas. Porque en ciertos casos creaba resistencia a
mostrar el valor de las ventas, particularmente cuando el margen de utilidad era amplio, por
cuanto se daba ventaja a los competidores y se podría dar el fenómeno de la competencia desleal.
c. Otros Gastos e Ingresos. No era costumbre incluir dentro del estado de pérdidas y ganancias,
conceptos diferentes a los ingresos y gastos operacionales del negocio lo cual se solucionó más
tarde con la teoría del superávit limpio.
f. Dividendos recibidos en acciones. No era raro que las firmas registraran los dividendos
recibidos en acciones con una cifra mayor que el valor proporcional cargado contra el superávit
ganado por la sociedad que declaraba el dividendo.
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Cuando ningún inversionista externo alcanzaba esta información, nadie resultaba efectivamente
engañando, en detrimento propio, pero los gerentes-dueños se estaban engañando deliberativamente
a sí mismos, al presentar utilidades extremadamente conservadoras.
a. La práctica de mostrar las “reservas”, como sinónimo de “provisión”, en una sección separada
del balance general era engañosa, y se hacia una revelación inadecuada de la disposición que se
debe a estas reservas.
b. Las acciones en tesorería se clasificaban a menudo en el balance general como un activo.
c. El descuento y la prima obre obligaciones en bonos se trataba por lo general como activo y
como pasivo.
d. La depreciación se excluía comúnmente de los gastos de operación en el estado de ganancias y
pérdidas.
e. Demasiado Conservadurismo, en la presentación de la información financiera.
Presentación de informes.
Un examen de los informes anuales en los años 20 efectuado por William Z. Ripley, revelaba
también notarias deficiencias en la presentación de informes para los accionistas. En algunos casos
el estado de ganancias y pérdidas se omitían por completo, y en muchos otros, dicho estado era
totalmente inadecuado por no revelar los ingresos por ventas o por no clasificar los gastos. El valor
de la utilidad neta comunicada era erróneo por el cargo directo a superávit de la depreciación y otros
gastos.
El tratamiento dado al balance general como un estado de valorizaciones antes de los años 30 es
evidente en muchos de los informes anuales de las compañías.
Durante la primera guerra mundial y después de ella, las sociedades anónimas comenzaron a
elevar el valor del activo, ya que los valores corrientes eran considerados más elevados que los
costos recientes. Sin embargo, después de 1929 muchas empresas rebajaron el valor del activo para
ajustarse mas estrictamente a los valores corrientes de los años 30 y para calcular provisiones para
depreciación más reales de acuerdo con los ingresos entonces corrientes.
El pensamiento contable expresado en algunos de los textos contables publicados alrededor de los
años 20 y 30 estaba más adelantado que la misma práctica de la contabilidad en esa época.
El profesor William Andrew Paton (1920) escribe una obra sobre la teoría de la contabilidad que
más tarde (1940) revisó y publicó con A.C. Littleton “Introducción a las Normas de Contabilidad
de las Sociedades Anónimas” como Monografía N° 3 de la A.A.A., y que posteriormente se llamó
“El Manual del Contador”, la cual revolucionó todo el pensamiento contable de la época. Además
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de ser un texto didáctico, era un trabajo de verdadera investigación. Utilizó el método deductivo en
el tratamiento de la norma contable que se considera como punto de partida para otras realizaciones
investigativas y a la vez critica la práctica existente. Describe los postulados de “Empresa en
Marcha”, separa los conceptos de “la entidad y los propietarios” (teoría jurídica) y el de “Moneda
Estable”. Puede considerársele como el pionero moderno de la teoría contable por su obra y su
influencia que ha ejercido sobre los autores e investigadores que le siguieron.
b. Para el activo en circulación (activo corriente), consideró los valores corrientes como más
pertinentes, pero puso en tela de juicio su aceptación cuando excedían del costo original.
El economista John B. Canning hizo una valiosa aportación a la teoría de la contabilidad en su obra
“La Contabilidad para Economistas”, publicada en 1929: Comparó el pensamiento contable de
esa época con la teoría económica, especialmente en lo relacionado con los conceptos de la
valoración y la medición y los conceptos de la utilidad neta.
Henry Sweeney publicó: “Contabilidad Estabilizada”. Se considera que hizo el aporte más
importante a la teoría contable de la época, al presentar la primera exposición completa sobre los
“ajustes” a los estados financieros por razón de los cambios en el nivel de precios. Además,
su principal contribución a la teoría de la contabilidad fue la crítica a la aceptación general de la
“unidad monetaria” como representativa de un poder adquisitivo estable a través del tiempo,
cuando la realidad es que está sometida a constantes variaciones motivadas por la inflación y la
devaluación de las monedas en los diferentes países y a tasas diferentes.
Buena parte de lo escrito en los primeros años treinta, se resume en un documento presentado por
Gilbert R. Byrne en la celebración de un aniversario del Instituto Americano de Contadores
Públicos, AIA, en 1937, cuando dijo:
La contabilidad es esencialmente una distribución de los costos e ingresos históricos entre los
ejercicios corrientes y sucesivos (causación).
El costo de la inversión en una fábrica debe cargarse a gastos a lo largo de la vida útil de la
fábrica (amortización a través de la depreciación).
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La utilidad incluirá sólo las ganancias realizadas en el ejercicio durante el cual
tuvieron lugar. Se considera realizada la ganancia cuando se efectúa una venta en el curso
ordinario del negocio, a menos que las circunstancias sean de tan índole que no esté
razonablemente asegurado el cobro del precio de la venta (causación-realización).
Para llegar a la utilidad neta, deben hacerse provisiones para las pérdidas, si son probables,
aunque estas no hayan producido realmente (conservadurismo).
El superávit ganado (utilidades retenidas) debe representar las ganancias acumuladas del
negocio provenientes de transacciones con el público (terceros), menos las distribuciones de
dichas ganancias entre los accionistas.
En 1938, Thomas Henry Sanders, Henry Rand Hatfield y Underhilo Moore, publicaron su obra:
“Una exposición de Principios de Contabilidad”, como integrantes del Comité sobre
Procedimientos de Contabilidad, y en su carta de presentación manifestaban:
“En la preparación de esta declaración, el Comité ha tratado de enunciar los principios y reglas de
contabilidad que dictan lo que debe aparecer en un balance general y un estado de ganancias y
pérdidas y en las cuentas en las cuales se compilaron”.
Sin embargo, el contenido de la monografía revela que los autores se ocupaban más de la práctica
aceptada que de presentar las ideas más adelantadas de la teoría de la contabilidad. En suma,
los puntos de mayor importancia en la monografía, incluyen lo siguiente:
La distinción cuidadosa entre las transacciones relacionadas con el capital y con los ingresos.
La aplicación consistente de los procedimientos de contabilidad.
La necesidad de un tratamiento conservador de las partidas a las que hay que aplicar el juicio.
La aplicación del concepto de la utilidad neta del ejercicio corriente de operación.
La aplicación de la regla de costo o mercado, el más bajo.
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La necesidad de dar cuidado especial a la distinción entre los cargos que redunden en
beneficios de ejercicios futuros y las pérdidas realmente sufridas en el ejercicio corriente, al
dar cuenta de los cargos diferidos.
El aporte más significativo al desarrollo de la teoría de la contabilidad en este periodo, sin duda
alguna, fue “Introducción a las Normas de Contabilidad de las Sociedades Anónimas”,
por William Andrew Paton, y A.C. Littleton, publicada en 1940 como Monografía # 3 de la
Asociación Americana de Contabilidad (A.A.A.). La obra de 1920 fue totalmente actualizada.
Los autores que eran miembros del Comité Ejecutivo de la A.A.A., trataron de presentar la teoría
básica en que se fundamentaba la “Declaración Provisional de Principios de Contabilidad que
sustentan los Estados Financieros de las Sociedades Anónimas”, publicada en 1936.
Como se ha observado, antes de 1930, no existía un cuerpo teórico coherente sobre la contabilidad.
La contabilidad se basaba más en reglas prácticas que en principios básicos, y estas reglas se basaban
principalmente en supuestos y objetivos implícitos. Aunque en1920, William Andrew Paton publicó
y expuso algunas de las premisas y postulados básicos en el pensamiento contable de esa
época, no se puede afirmar que existiese un cuerpo de teoría contable debidamente estructurado, a
pesar de los avances teóricos de la escuela latina. Lo existente era eminentemente práctico, lo que
normalmente hacían los contadores en su trabajo rutinario, no sistematizado.
Un resumen del origen y desarrollo de los principios de contabilidad generalmente aceptados sería el
siguiente:
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Lo anterior llevó al Instituto Americano de Contadores, (A.I.A), a formular guías generales de
acción tendientes a lograr un mejoramiento total del sistema de información financiera, así como el
proceso contable vigente para lo cual debería adoptarse reglas claras para que fueran aplicadas por
los entes económicos obligados a presentar estados financieros a la Bolsa de Valores. Se propuso
establecer reglas de acción unificadas que deberían llamarse “principios de contabilidad”.
En efecto, en 1934, el A.I.A, publicó los primeros “principios contables” que fueron considerados
con cierta flexibilidad y no de cumplimiento obligatorio. Fueron más bien recomendaciones
prácticas dadas a los contadores públicos para el ejercicio de la profesión. Fueron elaborados en
comunidad con la Comisión de Valores y Bolsa de Nueva York (SEC), organismo público creado
por el Estado Norteamericano para controlar el mercado de capitales y supervisar la práctica
profesional contable y con autoridad especifica para establecer, emitir, corregir o suprimir reglas y
regulaciones relativas a la preparación, contenido y presentación de los estados financieros. En
especial, la SEC., adopta como recomendables, tras su análisis, las normas emanadas de la
regulación profesional.
En 1973, el AICPA, creó la Junta de Normas de Contabilidad Financiera, (FASB), con la misión
de emitir normas de contabilidad financiera aplicables para EEUU. Estas normas, que no son
sino normas, son los mal llamados “Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados”
(PCGA). La misma Junta ha observado que sus pronunciamientos no pueden llamarse principios,
sin embargo, la profesión continúa utilizando la palabra “principios” a lo que debe entenderse como
simples reglas o normas de acción.
La intención del FASB se extralimitó al exigir que para controlar sus inversiones extranjeras se
requería la aplicación de sus normas contables en la información financiera, lo cual produjo la
reacción inmediata de diferentes naciones por considerar que se trataba de una violación de la
soberanía nacional de los países a quienes se les exigía este requisito. Esto produjo un cambio de
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políticas rápidamente y reorientando sus intenciones se creó inmediatamente un organismo de
carácter internacional.
Con la creación del IFAC, se puso en marcha un Comité de Armonización Contable, creado en
1975, encargado de buscar la aplicación universal del proceso contable. Es decir, lograr que en
tiempo no lejano que todos los contadores del mundo hablen el mismo idioma contable.
Hasta aquí el breve resumen del origen de los principios de contabilidad. En adelante se analiza cada
una de las etapas que ha tenido la evolución del pensamiento contable desde los principios contables
hasta los estándares internacionales de presentación de información financiera.
Según lo evidencian los temas tratados en los Boletines sobre Investigación publicados por el
Comité de Procedimientos de Contabilidad antes de1960, el CAP, dedicó su atención casi
exclusivamente a resolver problemas y cuestiones emergentes específicas relacionadas con la
práctica de la contabilidad en vez de desarrollar verdaderos principios generales de contabilidad.
Entre 1939 y 1959 se publicaron 51 Boletines, que describían las prácticas contables de la época,
algunos de los cuales sin vigencia. Aunque los Boletines trataban de temas determinados que exigían
mayor uniformidad en el tratamiento y la aclaración de normas contables aceptadas, a través de
todas ellas se exponían específicamente o se implicaban varias normas generales. Un resumen
de ellas es la siguiente:
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Concepto de la Utilidad Neta.
Respecto de la determinación de las ganancias o pérdidas en el Boletín sobre Investigación de
Contabilidad N°.43, se presenta como norma básica el concepto de la utilidad neta del ejercicio
corriente de operación, más o menos otros resultados independientes a las operaciones normales,
aplicando la llamada teoría del superávit limpio. Como apoyo a esta recomendación, se sugiere la
presentación del estado de ganancias y pérdidas y de superávit, combinados. Estos fueron
reemplazados mas tarde por la Opinión 1 de la Junta sobre Principios de Contabilidad (APB).
La concepción ideológica de esta primera etapa puede resumirse en una frase de G.O. May: “Las
reglas de la contabilidad son el producto de la experiencia, más que de la lógica”. Con esta
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concepción se plasma la teoría de que la contabilidad es una práctica empírica que desarrolla una
técnica, lo cual caracteriza que el respaldo de una determinada norma radica en el hecho de ser
generalmente aceptada o practicada por la profesión contable.
En primer lugar, hace referencia a la práctica habitual que sirve, en términos comparativos, para
determinar cual es la mejor conducta a seguir. La práctica habitual en el tratamiento contable
constituye lo que se ha llamado “El periodo de la general aceptación”.
En los últimos años, el AIA y el CAP fueron testigos de un creciente nivel de críticas que giraban
sobre dos puntos básicos en la formulación y presentación de los principios de contabilidad:
En segundo lugar, se intentaba trazar unas bases científicas de las cuales se pudieran deducirse
reglas de comportamiento para la práctica contable sin ningún resultado.
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“División de Investigación Contable”, (A.R.D), con autoridad y responsabilidades aumentadas
para ambos organismos.
Los objetivos de la Junta sobre Principios de Contabilidad era promover por escrito la expresión de
los principios de contabilidad generalmente aceptados, eliminar las esferas de diferencias en las
prácticas contables y dirigir las discusiones de cuestiones polémicas y por resolver. Se pretendía que
sus declaraciones oficiales se basaran principalmente en los estudios de la División de Investigación
sobre Contabilidad, sus conclusiones deberían estar respaldadas por el razonamiento lógico.
Varias de las Opiniones de la Junta sobre Principios de Contabilidad tienen relación con los asuntos
examinados por los estudios de la División de Investigación sobre Contabilidad, algunas representan
declaraciones sobre cuestiones específicas. Otras, son enmiendas a Opiniones o Boletines
de Investigación sobre contabilidad anteriores y tentativas de resolver problemas urgentes del
momento.
En 1959, se creó y organizó la División de Investigación sobre Contabilidad (ARD), para permitir lo
que se ha denominado “La expresión por escrito de lo que constituye principios de
contabilidad generalmente aceptados para guía de sus miembros”, después de haber hecho
varios intentos por los años 39, 49 y 50, iniciándose el periodo llamado subprograma o periodo
lógico.
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Los objetivos generales de la División de Investigación era poder atacar los problemas generales de
contabilidad financiera a cuatro niveles:
Cooperar con la Junta sobre Principios de Contabilidad, que también se establece en esta
época como una dependencia de la División de Investigación.
Dar publicidad a los estudios de investigación para estimular la discusión antes de que actúe,
respecto de ellos, la Junta sobre Principios de Contabilidad.
El Estudio de Investigación sobre Contabilidad No.1, del ARD. titulado “Los Postulados Básicos
de la Contabilidad”, y, el Estudio de Investigación sobre Contabilidad No.3, titulado “Juego
Provisional de Principios Generales de Contabilidad para Empresas Mercantiles”, fueron el
resultado de la directriz contenida en el Informe del Comité Especial sobre el Programa de
Investigación y el origen de las Reglas de Constitución de la Junta sobre Principios de Contabilidad,
que decía:
“Tan pronto como sea posible después de su organización, la División deberá emprender un estudio
de los postulados básicos que sustentan los principios de contabilidad en general… y, deberá
realizar un estudio de los principios generales de contabilidad y la preparación de una
declaración razonablemente condensada de esos estudios. Los resultados de estos, según los
adopta la Junta de Principios de Contabilidad, servirán como cimiento de todo el conjunto de
declaraciones siguientes hechas por el Instituto sobre cuestiones de contabilidad, con el que se
relacionará cada nueva publicación”.
Con la publicación de estos dos estudios de investigación básicos, la Junta sobre Principios de
Contabilidad reaccionó rápidamente con una declaración al efecto de que eran radicalmente
distintos de la práctica generalmente aceptada para que la Junta considerara su aceptación en ese
momento, si bien reconocía la aportación de los estudios al pensamiento contable.
Como consecuencia de lo anterior se ordenó un nuevo estudio para revisar los principios de
contabilidad existentes. Así pues, se publicó el Estudio de Investigación sobre Contabilidad N. 5
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bajo el título de “Inventario de los Principios Generales de Contabilidad generalmente
aceptados para Empresas Mercantiles”, dirigido por el académico Paul Gray.
El propósito de este estudio era discutir los conceptos básicos de los principios de contabilidad
acordados, resumir los principios y prácticas aceptados y hacer un resumen de las declaraciones de la
Junta sobre Principios de Contabilidad.
Una diferencia importante entre este estudio y los Estudios 1 y 3 es la existente entre los métodos
inductivo y pragmático y las aplicaciones prácticas de la contabilidad en vez del método deductivo.
Se piensa que la contabilidad alcanza la validez por medio de la prueba de la experiencia, aunque se
sugieren nuevos métodos alternativos como dignos de experimentación. Aunque este estudio ha
logrado mayor aceptación por parte de la profesión contable, no ha conducido a una declaración
de principios generales de la contabilidad.
El período comprendido entre 1959 y 1972 ha tomado el nombre de subprograma o periodo lógico.
Sobre este periodo el profesor Jorge Túa Pereda hace el siguiente análisis: “El informe de la Junta
de Principios de Contabilidad (APB) y su División de Investigación (ARD) es expresivo en cuanto a
la exigencia de un estudio sobre los conceptos básicos que sustenten los postulados de la
contabilidad, realizando un análisis de éstos postulados y establecer principios, preparando una
declaración razonablemente condensada de los mismos, los que se llevarían a la práctica a través de
reglas operativas”.
La búsqueda de un soporte teórico para los principios y normas contables, con lo que la
aceptación generalizada pasa a un segundo plano como criterio determinante de la mejor
practica posible.
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Desafortunadamente o afortunadamente, los celos de las dos instituciones, el no acuerdo general de
los planteamientos teóricos, llegaron a una profunda división entre los contadores a finales de la
década del sesenta que terminó en la desaparición de las dos instituciones creadas en 1959, después
de una gran convención en 1968, en la cual salió dividida la profesión contable.
Los últimos años de existencia del Accounting Principal Board y del Accounting Research División,
fueron testigos de las crecientes críticas a su actividad y de un estado de opinión contrario a su forma
de actuar, que se resolvieron en una nueva crisis institucional, sustituyendo al APB y al ARD en
1972 por la Junta de Normas de Contabilidad Financiera, (Financial Accounting Standards
Board, FASB), como una Fundación de carácter independiente, sin ánimo de lucro y con autonomía
administrativa y económica, con el compromiso de establecer “Normas de Contabilidad
Financiera”. Con la creación de esta Junta se inicia el periodo teleológico de la contabilidad.
La vida del FASB se puede dividir en dos etapas: La etapa de arranque fue una etapa de cambios
organizacionales como se puede suponer, en una organización totalmente nueva y única que tenia
que aprender por experimentación la forma mas efectiva de tratar el establecimiento de normas de
contabilidad financiera.
De hecho, el plan de la Junta de tratar sólo asuntos de importancia fue desviado antes de lo
previsto, porque un problema contable de emergencia requirió de atención inmediata. Los
EEUU devaluaron su moneda en el verano de 1973, y la prevalencia de un tipo de cambio flotante
más que fijo, resultó en grandes ajustes contables que debían informarse en los estados financieros
por 1973.
La contabilización de esos ajustes estaba siendo tratada en uno de los proyectos importantes de la
agenda inicial, pero la aceptación en la práctica de diversas alternativas contables, la ausencia de
requerimientos específicos de revelación en los pronunciamientos existentes, y la magnitud de los
ajustes de 1973, requerían que la Junta actuara rápidamente para proporcionar requisitos
mínimos y uniformes de revelación, mientras se resolvían los problemas contables provenientes
de la devaluación.
Para octubre de 1973 ya se había publicado un borrador para auscultación, y antes del final del año
se adoptaron las normas de revelación para moneda extranjera con vigencia efectiva para los estados
financieros para el año calendario de 1973. Esta fue la primera declaración de la Junta.
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Al final de 1975, la Junta ya había publicado ocho (8) Declaraciones, incluidas cuatro resultantes de
la agenda inicial y cuatro de enmiendas relativamente estrechas, de literatura ya existente. Las
cuatro de la agenda inicial fueron:
La segunda etapa del FASB se inicia en 1977. Varios acontecimientos hicieron posible un nuevo
enfoque al contar con el respaldo legal y político. Durante esta época, la actividad del FASB
cobró importancia. Se logró un avance considerable hacia el desarrollo de la estructura conceptual
de la contabilidad. Se emitieron pronunciamientos sobre revelación de los efectos de cambios en
precios, capitalización de intereses, planes de pensiones, revelación de obligaciones a largo plazo, y
una multitud de cuestiones contables de empresas especializadas.
Además de las NORMAS, el FASB emite Boletines Técnicos los cuales tienen por objeto proveer
pautas oportunas sobre temas de contabilidad. Aunque no son pronunciamientos oficiales del
FASB, son tenidos en cuenta por la profesión y constituyen un complemento a las NORMAS, ya
que son emitidos por el cuerpo profesional del FASB.
En síntesis, las características que configuran la heurística positiva del subprograma o período
teleológico son las siguientes:
La sustitución oficial del término “PRINCIPIOS” y del significado conceptual que el mismo
entraña, por el más modesto de “NORMAS”, pone de manifiesto la filosofía implícita en
este subprograma.
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El subprograma teleológico significa el reconocimiento, por parte de la regulación contable,
del carácter normativo de la disciplina contable, y en consecuencia, la conciencia de que
cada objetivo alternativo puede requerir de normas diferentes, todas ellas igualmente válidas
en relación con los objetivos a los que se supeditan.
No se puede dejar de mencionar a una institución que por algún tiempo paralelamente trabajó con el
AIA y que gracias a sus críticas y aportes al entendimiento de la Teoría Contable, se tiene hoy un
cuerpo de teoría que viene siendo reestudiado por diversos organismos internacionales. Esta
institución es la “American Accounting Asociation (A.A.A)”, “Asociación Americana de
contabilidad”.
No se pretendió que este primer esfuerzo cubriera el campo completo de la teoría de la contabilidad,
sino que se consideró como formulación experimental de los principios relativos a los aspectos más
importantes de la presentación de informes. Se hizo principal hincapié en aquellos campos en que
se consideraba generalmente errónea la práctica de aquellos tiempos. Por tanto, algunos de los
principios expresados eran realmente reglas específicas en vez de principios básicos. En contraste
con el enfoque específico del Instituto Americano de Contadores, este amplio enfoque fue adoptado
por la Asociación principalmente por los limitados recursos de esta y la orientación teórica de sus
miembros.
Una publicación de 1941, eliminó la frase “Declaración Provisional”, pero su contenido era
semejante y contenía cuatro secciones: costo, ingreso, utilidad y capital.
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En 1949, se creó un Comité sobre Conceptos y Normas de Contabilidad para que instituyera un
programa continuo de estudio e investigación por parte de la Asociación.
De 1950 a 1954, el Comité preparó ocho declaraciones para aclarar o expandir la declaración de
1948¸ como ayuda al desarrollo de normas de contabilidad.
En 1955, el Comité sobre Conceptos y Normas de Contabilidad comenzó a hacer una revisión de la
declaración de 1948, cuyo resultado fue la publicación de “Normas de Contabilidad y
Presentación de Informes para Estados Financieros de Sociedades Anónimas”, que concluyó
en 1957. Una variación importante en esta declaración respecto de otras anteriores es la inclusión de
conceptos básicos que pueden servir de cimiento a la teoría de la contabilidad en vez de insistir
en reglas y normas específicas.
Las diversas declaraciones básicas y las declaraciones suplementarias y los informes de los Comités
de la Asociación reflejan el pensamiento y las condiciones en el momento de redactar cada una, y
una comparación de ellas refleja el desarrollo de la teoría de la contabilidad desde los años 30
hasta nuestros días.
Las declaraciones de 1936, 1941 y 1948, y sus ocho suplementos fueron tentativas por corregir
procedimientos ilegales en la profesión contable. Se consideraba que ciertas prácticas de
contabilidad de sociedades anónimas comprendían incertidumbres tales que dejaban a los estados
financieros sin valor para los fines de su comparación. Las declaraciones reflejan también una cierta
desconfianza, por parte de sus redactores, respecto al empleo de juicios subjetivos por los
contadores en la preparación de informes, y por desgracia, esta desconfianza no conducía al
desarrollo de una buena teoría de la contabilidad.
El modelo contable vigente en siglo XX en los Estados Unidos y desde luego el seguido en los
países del continente americano, y por supuesto en Colombia, se basaba en los Pronunciamientos
obligatorios del Comité de Procedimientos de Contabilidad (1938-1959) publicados en los
Boletines de Investigación Contable (ARB 1 a 51), en las Opiniones de la Junta de Principios de
Contabilidad (APB 1 a 31) (1960-1970), en las Normas de Contabilidad Financiera emitidas por
la Junta de Normas de Contabilidad Financiera (FASB), organismos adscritos al Instituto
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Americano de Contadores Públicos Certificados (AICPA) (1973 -…), y además, complementadas
con las Declaraciones de Normas básicas de contabilidad en que se basa la preparación y
presentación de Estados Financieros de la Asociación Americana de Contabilidad (AAA), el cual
quedó plasmado en la Declaración No 4 de 1970, desde luego con modificaciones a partir de esa
fecha.
Este es el mismo modelo que se viene aplicando en Colombia hasta hace poco tiempo, desde luego,
hoy es un modelo diferente por las modificaciones permanentes que ha tenido; y, para entender en
forma clara el origen de los principios de contabilidad y porqué ellos llegaron a imponerse en el
medio, es necesario tener en cuenta las condiciones económicas en que ha vivido el país y su
caracterización de la sociedad.
Postulados Contables:
Postulados contables para la escuela anglosajona.
1. Unidad de Medida.
2. Realización.
3. Conservadurismo.
4. Entidad Contable.
5. Negocio en Marcha.
6. Periodo Contable.
7. Evidencia comprobable, verificable y objetiva.
8. La base del Costo.
9. Correspondencia de costos, gastos e ingresos.
10. Importancia Relativa.
1. Activos.
2. Pasivos.
3. Recursos propios (patrimonio).
4. Ingresos.
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5. Costos y Gastos.
6. Beneficios Netos.
Objetivos de la Contabilidad:
Principios de Contabilidad:
1. 5 Principios Fundamentales
2. 36 Principios Operativos: 14 de Selección y Medida según los hechos.
10 de Selección y Medida según los efectos.
12 de Presentación de Estados Financieros.
3. N Detallados
Los postulados constituyen la parte filosófica o doctrinaria de la contabilidad, sobre los cuales se
sustenta la mayor parte de la práctica contable.
Los postulados contables establecidos y aceptados por la profesión norteamericana a partir de 1970
son:
Unidad de Medida.
La Unidad de Medida de la contabilidad es la moneda de cada país. La contabilidad solamente se
interesa por aquello que puede ser medido, o susceptible de ser medido, en términos monetarios. El
dinero es el común denominador de la contabilidad y se considera estable para todos los efectos. Los
cambios en el poder adquisitivo de la moneda carecen de importancia para efectos contables.
La Realización.
La contabilidad no puede registrar utilidades, ingresos, pérdidas o gastos para una empresa a menos
que haya de por medio un intercambio de bienes económicos. El ingreso se considera realizado y
22
por tanto, reconocido en las cuentas, al momento de perfeccionarse la venta, aún cuando no haya
entrega física de los bienes. Así el ingreso puede determinarse y verificarse objetivamente. La
perfección de una transacción tiene lugar cuando es aceptado el documento que la soporta y
evidencia.
El Conservadurismo.
El Contador debe asumir siempre actitudes prudentes al medir las utilidades o los ingresos, pero
debe prever toda clase de gastos y pérdidas. Es decir, no debe anticipar utilidades, pero sí prever las
pérdidas. Este postulado está estrechamente relacionado con el postulado de la realización. Aunque
ha cambiado su concepto, tal vez sea el que ha llevado a que todos los contadores sean tan prudentes
que todo el mundo los vea como conservadores. En el fondo la práctica contable está orientada en
este sentido.
La Entidad Contable.
Se debe considerar el negocio como una unidad económica o entidad separada de sus propietarios y
otros proveedores de capital, la cual maneja los recursos de la organización en forma independiente.
Las transacciones contables se realizan desde el punto de vista de la entidad comercial. La entidad
económica debidamente organizada, forma una persona jurídica distinta de los propietarios, capaz de
adquirir derechos y obligaciones. La sociedad y las estructuras gubernamentales reconocen el
derecho de la propiedad privada, como elemento esencial para el proceso contable.
Negocio en Marcha.
A falta de pruebas en contrario, se supone que el periodo de vida de una entidad contable es
indefinido. Este supuesto, a menudo referido mediante la expresión "negocio en marcha" o
"continuidad de las operaciones", concuerda con el deseo de los dueños y administradores, o lo que
normalmente esperan del negocio.
Periodo contable.
Es necesario que se revise periódicamente el progreso de la entidad y su posición financiera. Dicha
revisión de prueba se hace comúnmente una vez al año por cuanto los usuarios de los estados
financieros necesitan mediciones periódicas a fin de tomar decisiones económicas.
El término “objetivo” significa libre de perjuicios personales, se refiere a que las mediciones son
imparciales. La evidencia objetiva se ha definido como impersonal y externa a la persona a quien
principalmente concierne, en contraste con la opinión o deseo de tal persona. Los datos contables
que se determinan en forma objetiva, normalmente pueden comprobarse y verificarse. Esto es, su
exactitud y fidelidad pueden comprobarse examinando documentos.
23
Los activos inicialmente se registran al costo. El costo representa el valor de mercado de las
mercancías o servicios.
Importancia relativa.
La información que aparece expresada en los estados financieros debe mostrarse teniendo en cuenta
los aspectos importantes u operacionales de la entidad susceptibles de ser cuantificados en términos
monetarios, mediante agrupaciones homogéneas de datos a través de las cuentas. Tanto para efectos
de los datos que entran al sistema de información contable como para la información sobre las
operaciones, se debe equilibrar el detalle y multiplicidad de los datos con los requisitos de utilidad y
finalidad de la información.
Junto a los Postulados que acaban de mencionarse, la Declaración del APB, define seis conceptos o
elementos básicos de la contabilidad financiera: Activos, Pasivos, Recursos Propios (patrimonio),
Ingresos, Gastos y Beneficios Netos. (Se deja a cargo del lector las conceptualizaciones de los
elementos anteriores). Estos elementos se determinan con base a la interrelación entre los conceptos
definidos en el entorno (recursos económicos, obligaciones y eventos que ocasionan cambios en los
mismos principalmente) y los principios de contabilidad generalmente aceptados.
Procurar la medición objetiva, justa y equitativa de las utilidades de los entes económicos.
Medir y registrar los activos, las obligaciones de la empresa y el patrimonio, procurando un
adecuado tratamiento del capital o del saber social.
Proporcionar información contable que sea útil para los inversionistas y acreedores y para
otros usuarios que han de tomar decisiones racionales de inversión y de crédito.
Preparar y difundir información contable que ayude a los usurarios a determinar los montos,
la oportunidad y la certidumbre de los proyectos y planes asociados con la realización de
inversiones dentro de la empresa.
Informar acerca de los recursos económicos de una empresa, los derechos sobre estos y los
efectos de las transacciones monetarias y acontecimientos que cambien esos recursos y los
efectos sobre ellos.
24
2.6 Los Principios de Contabilidad.
Los diferentes organismos creados por el AIA y el AICPA desde 1930, tenían como propósito
formular principios de contabilidad que fueran generalmente aceptados, y que además, debían
edificarse dentro del marco de la investigación estricta, teniendo en cuenta, tanto los puntos de vista
académicos como los procedentes de la práctica contable.
Los Fundamentales, son pocos en número, pero básicos en su naturaleza y constituyen la base del
proceso contable.
Los Operativos, regidos por los fundamentales, son más numerosos y más específicos, sirviendo de
guía para la aplicación de los detallados, que por su parte determinan la ejecución de los anteriores
dos niveles.
Los Detallados son numerosos y tienen como propósito contribuir al desarrollo de los principios
operativos. Son reglas específicas de aplicación que se deben observar al registrar las operaciones.
No existen publicaciones completas de las reglas contables.
Se acaba de ver en la sección anterior, el conjunto teórico del modelo contable norteamericano: unos
postulados (hipótesis axiomáticas) o conceptos básicos sobre los cuales se sustenta la contabilidad;
la identificación de los elementos de la contabilidad; unos objetivos que debe cumplir la
contabilidad; y, unos procedimientos y reglas que se denominaron principios.
En el contexto de la escuela anglosajona, se puede decir que los principios y postulados, desde un
punto de vista práctico y conceptual, son una misma cosa, son fundamentos hipotéticos, conceptos
meramente teóricos. Para una mejor comprensión de lo expuesto, se transcriben algunos conceptos
desde el punto de vista filosófico sobre los términos que aquí son objeto de análisis.
25
- POSTULADO: "... proposición que se toma como punto de partida de una teoría científica
en cuyo marco no es demostrable". “Proposición que se toma como base para un
razonamiento o demostración, cuya verdad se admite sin pruebas. Es una proposición que
no es evidente por si misma ni está demostrada, pero que se acepta por ausencia de un
principio fundamental”.
Por "postulados", se entienden los principios iniciales de una teoría científica especial, sin
demostración lo que permite prever que el postulado puede ser falso o verdadero, pero de todas
maneras tomados como base para algún desarrollo teórico. “Principio que se admite como cierto y
sirve de base para el desarrollo científico”.
- PRINCIPIO: "ES una verdad fundamental aceptada. Punto de partida, idea rectora, regla
fundamental de conducta. En el sentido lógico, el principio es un concepto central, el
fundamento de un sistema, concepto y fundamento que constituyen una generalización y la
aplicación de un principio a todos los fenómenos que se producen en la esfera de la que ha
sido abstraído el principio dado".
Las teorías tienen validez hasta tanto no se demuestre que son falsas. Pero cuando la práctica pone al
descubierto que son incorrectas, de inmediato hay que reevaluarlas. En este evento, se está en
presencia de una disciplina de las denominadas fácticas, de tal manera que ella exige la
demostración en la práctica de cualquier elemento teórico en el cual se fundamenta. Por otro lado, la
teoría en este tipo de disciplina de carácter social avanza con la evolución del conocimiento que se
vaya teniendo en su desarrollo progresivo. Es decir, mientras más se conozca la contabilidad en esa
medida evoluciona el concepto que se tiene de ella.
Los conceptos de un tipo de disciplina como ésta es perfectamente válido que evolucionen, que se
modifiquen, que tengan que irse adecuando. Desde luego que algunos conceptos perduran más que
otros. Esto quiere decir que como algunas de las teorías hoy en día no se aplican en el medio, hay
necesidad de revisarlas. Podría aceptarse que ellas fueron correctas en el momento en que las
formularon, pero ya han perdido vigencia.
La doctrina clásica ha indicado que los principios tienen un alto grado de abstracción y que se
aplican a la generalidad de las situaciones, lo que supone una alta medida de subjetividad por parte
de quien aplica o interpreta el principio en cuestión.
26
AXIOMA: Es toda proposición que no se deduce de otra, sino que constituye una regla general
de pensamiento lógico, por oposición a los postulados. Es una verdad lógica de la mente
humana que es evidente por sí sola.
"La empresa constituye una persona jurídica diferente a los dueños individualmente
considerados". "La sociedad y las estructuras gubernamentales reconocen el derecho de la
propiedad privada como elemento esencial para el proceso contable".
Con este postulado lo que se quiso decir, es que la contabilidad no es posible en un sistema
económico donde no exista la propiedad privada. Por ejemplo, en el sistema socialista. Tremendo
error, porque precisamente la mejor contabilidad que se puede encontrar en la práctica es en las
organizaciones sin ánimo de lucro.
Vale señalar que, para corregir el error, este postulado fue interpretado posteriormente en el
sentido de que los fundamentos contables que se querían dar son orientados hacia la contabilidad
pública y no hacia la contabilidad propiamente dicha. En ese sentido, manifiesta que en un sistema
socialista no existe contabilidad pública, pero que sí existe contabilidad privada o general. Sin
embargo, se presenta a mucha discusión sobre si en un sistema socialista existe o no la
contabilidad pública. Nuevamente se equivocan, y tratan de corregir el error diciendo que se trata
del ejercicio profesional desde el punto de vista público.
Hay que diferenciar lo que es la disciplina contable: la contabilidad, y lo que es la profesión liberal:
la Contaduría Pública, que es la disciplina reglamentada, las cuales son dos cosas distintas. La
contabilidad general en un momento histórico se ramificó y produjo la contabilidad privada y la
contabilidad pública como disciplina, con un conjunto de procedimientos o de técnicas tendientes a
resolver determinados problemas, pero esta contabilidad fue reglamentada en un momento histórico
del desarrollo de la disciplina.
27
“La unidad de medida de la contabilidad es la moneda de cada país. La contabilidad
solamente se interesa por aquello que puede ser medido, o susceptible de ser medido, en
términos monetarios. El dinero es el común denominador de la contabilidad y se considera
estable para todos los efectos”.
Otro error garrafal. Este postulado se enunció por la necesidad que presentaba la contabilidad de
establecer un patrón de medida para cuantificar los fenómenos económicos y comunicarlos. Se
decidió entonces, que esa unidad de medida fuera la moneda de cada país. Cuando esto se enunció
como postulado el dólar era una moneda fuerte, inclusive lo es hoy en día, a pesar de ser afectado
por la acción inflacionaria que en los estados Unidos no es tan significativa como en los demás
países latinoamericanos. Por eso decidieron establecer el dólar como la unidad de medida, pero sin
considerar que pudieran sobrevenir periodos inflacionarios.
Cuando la inflación se presentó por primera vez en Estados Unidos, después de la segunda guerra
mundial, por los años 50, 51 y 73, alcanzó porcentajes hasta del 12% anual. Esto preocupó mucho a
los contadores norteamericanos y empezaron a examinar el problema. Hubo planteamientos en el
sentido de que se modificaran las bases del registro al costo histórico permitiendo ajustar a los
índices por pérdidas en el poder adquisitivo de la moneda.
No obstante, y después de muchos estudios, se modificó un tanto el postulado aceptando que sí había
inflación y que la unidad de medida sí perdía poder adquisitivo. El nuevo pronunciamiento quedó en
los siguientes términos: "Los cambios en el poder adquisitivo de la unidad monetaria carecen
de importancia". O sea que se acepta que sí hay cambios por el poder adquisitivo de la moneda,
pero dicen que estos carecen de importancia.
Como se puede observar en primera instancia consideraron la moneda constante; después cuando el
fenómeno inflacionario se hizo presente, observaron los cambios en el poder adquisitivo en la
unidad monetaria, pero decidieron que carecía de importancia. Esto es una manera de ratificar el
postulado original y, por tanto, darle la espalda a una realidad.
Lo anterior podría ser justificado en Estados Unidos, donde el fenómeno inflacionario no ha sido
realmente alto, en donde la inflación ha oscilado en 4, 5 y hasta el 8% anual después de 1951. No así
en Colombia, donde los índices inflacionarios han alcanzado el 30 y 40% anual, teniendo en cuenta
que se trata de índices más de tipo político que económicos por ser índices manejados por el
gobierno para aparentar frenar la inflación, de tal manera que en la realidad son más altos.
En este sentido, el problema para Colombia es concreto y como se ve, salta a la vista lo incorrecto de
este postulado. Es decir, no es comprensible acoger este postulado en Colombia por tener
circunstancias completamente distintas. En Colombia no se pude decir tan simplemente que los
cambios en el poder adquisitivo en la moneda carecen de importancia, pues no es correcto, por lo
cual no se puede fundamentar en ello, aún cuando no se le vea trascendencia.
Es más, en los Estados Unidos, en 1973, no solamente reconocieron que era un hecho evidente la
pérdida del poder adquisitivo en la moneda, sino que también recomendaron la presentación de
estados financieros complementarios que reflejaran estos cambios, pero, desde luego, que los estados
financieros originales no deberían ser modificados.
28
Esto es una solución aparente al problema, en virtud de que una cosa es lo que está incorporado en
los registros contables y otra muy distinta es lo que se hace extra contablemente mediante estados
financieros que tienen como destino único la administración, ya que no llegan a otros usuarios. No
obstante que permita la toma de decisión por parte de la administración, no es lo suficientemente
conveniente como solución porque las utilidades que se reflejan en los estados financieros
originales, o sea, los que se han tomado de los libros, son unas, y, las utilidades que aparecen en los
estados financieros ajustados por la inflación, son otras.
La pregunta a formular es: ¿Cuáles son las utilidades razonables? La respuesta favorece a los
estados financieros complementarios y no las que aparecen en los estados financieros originales. Si
este postulado es válido para los Estados Unidos, no lo es para el caso colombiano.
Por otro lado, el volumen de información que suministra la contabilidad implica una gran restricción
en la información contable cuando se le limita a que sólo informe de hechos económicos que sean
susceptibles de ser medidos en términos de moneda. Así la contabilidad deja de informar hechos que
no son cuantificables en términos de moneda y en este sentido al no ser campo de la contabilidad se
le deja a otras disciplinas.
Se analiza el siguiente ejemplo, para mostrar cuándo la contabilidad puede informar en términos de
moneda y cuándo no. Además, para apreciar que cuando informa en términos de moneda lo que hace
es "desinformar".
Cuando la contabilidad informa sobre las ventas, cumpliendo así con uno de los objetivos, lo hace en
términos de moneda. Suponiendo que informe las ventas por cinco años, habiendo vendido en cada
año la misma cantidad de unidades del primer año, y suponiendo también que ha habido inflación
sostenida cada año hasta el punto de que el peso ha reducido su poder adquisitivo a la mitad,
tendríamos que la contabilidad a cambio de informar sobre las ventas, ha estado desinformando
sobre ellas, ya que está mostrando en moneda más ventas, duplicadas al final del quinto año,
respecto al primero. Esto se debe a que se está informando con unidad de medida que no es
constante; es una medida que pierde consistencia. Se está midiendo un mismo hecho con una
medida siempre desigual. El metro es el metro y tiene siempre la misma distancia, pero la moneda
no tiene siempre la misma capacidad de adquirir bienes.
De la misma manera, se puede observar que, dentro del proceso de producción, se dan hechos que no
son cuantificables en términos de moneda, pero que pueden expresarse en otros tipos de magnitudes:
tales como barriles, horas hombre, horas máquina, etc. Esta información se considera como datos
estadísticos y no contables. La contabilidad desecha un mundo de información que puede ser
utilizada en algunos casos para asuntos internos de la empresa, pero no los comunica a los lectores
de la información contable. Suponiendo que se mantenga la unidad de medida pero que se
reconozcan los cambios en su poder adquisitivo, las variaciones serían más reales. Con todo esto se
muestra cómo este postulado hoy en día ha perdido su vigencia y validez.
29
3.2.3 Postulado: La Realización.
“La contabilidad no puede registrar utilidades, ingresos, pérdidas o gastos para una empresa a
menos que haya de por medio un intercambio de bienes o servicios económicos. El ingreso se
considera realizado y, por tanto, reconocido en las cuentas, al momento de perfeccionarse la
venta, aún cuando no haya entrega física de los bienes. La perfección de una transacción tiene
lugar cuando es aceptado el documento que la soporta y evidencia”.
Uno de los objetivos de la contabilidad es medir la utilidad. El único profesional capaz de medir la
utilidad es el contador, pues no hay otro tipo de profesional que tenga la capacidad y la
responsabilidad de medir la utilidad que dejan las operaciones de la empresa. La idea de la
realización de la utilidad está asociada a una serie de criterios, como son:
El primer criterio es tal vez el más general y el más utilizado por los contadores para distinguir
cuándo se ha realizado un ingreso y cuándo no, pero es a su vez el más cuestionado, aún cuando
parezca obvio.
Por una parte, estos criterios no permiten que se consideren como realizadas las utilidades obtenidas
por la posesión de activos al cambiar los valores de estos, excluido el fenómeno inflacionario que
por tratarse de un alza general de precios no determina una utilidad implícita en los productos. Así
por ejemplo, considerando un mercado en el cual la moneda no pierde poder adquisitivo, la
valoración que sufre un activo fijo, como un terreno, no es considerada contablemente como una
utilidad realizada, por cuanto no se ha realizado una venta, no obstante sea medible.
Por otra parte, algunos economistas dicen: cuando el empresario paga al trabajador su salario, hay en
ello un intercambio económico. El uno entrega una mercancía que se llama dinero y el otro entrega,
otra mercancía que se llama fuerza de trabajo. Aquí hay una venta. Es más, en esta venta es donde
se realiza la utilidad, pero los contadores no la registran en esta oportunidad.
La opinión de los contadores es que hay que esperar a que se vendan los productos para registrar
(realizar) la utilidad. Pero ocurre que la utilidad no se produce en la venta de los productos, lo que
ocurre en la venta de estos es el cambio en metálico (moneda) de la utilidad y del capital pagado
implícitos en los productos fabricados.
O sea, los contadores lo que hacen es registrar la utilidad en el momento de la venta, sin que esta sea
la oportunidad en que se produce. Como los contadores sólo pueden medir en términos de moneda,
tienen impedimentos para medir la utilidad en términos de cantidad de energía implícita en los
productos antes de ser vendidos.
Los economistas sostienen que la cantidad de energía humana (fuerza de trabajo) que los
trabajadores aplican a los productos es mayor que la que les atribuyen como salario. Pero los
contadores hacen caso omiso de eso y solo registran el intercambio por el valor del salario,
30
desconociendo que hay un intercambio desigual. O sea, que la contabilidad registra esto como si
hubiese ocurrido un intercambio igual.
La pregunta que surge es: ¿Puede la contabilidad registrar esta compraventa de fuerza de trabajo de
modo que refleje las diferencias en el intercambio? La respuesta es NO, mientras la estructura sobre
la cual hoy se fundamenta la contabilidad se mantenga.
Se ha visto que la utilidad no se produce en la venta de los productos, sino en su elaboración.
¡Porqué los contadores no la registran en la etapa de producción sino en el momento en que se
venden?
Al respecto Carlos Marx, en el capital señala: "Puesto que partimos del supuesto de que las
mercancías se compran y se venden por su valor, éstas operaciones no hacen más que transferir el
mismo valor de una forma a otra, de la forma mercancía a la forma dinero y vicerversa. Es decir,
sólo opera un simple cambio de forma.
“Al medir las utilidades se debe actuar en forma prudente. No se deben anticipar las
utilidades, los ingresos y derechos, pero se deben prever los gastos y las pérdidas”.
He aquí otro postulado o concepto básico de la contabilidad. Este ha sido el postulado más criticado
de todos y el más antiguo. Consiste en varias ideas: una de ellas es no anticipar el registro de las
ventas, de ingresos ni de utilidades antes de que éstas se produzcan y que en caso de incertidumbre
respecto de algunas ediciones se opten aquellas que tiendan a ser consecuentes con la idea anterior, o
sea que tienda a no sobrestimar sino a subestimar las utilidades. Por otra parte, está la idea de
anticipar el registro de algunas pérdidas en que la empresa pudiere incurrir o de algunos gastos o
egresos en general, así como algunos pasivos.
La pregunta es: ¿En qué razones teóricas se fundamenta este postulado? Si se le preguntara a un
contador: ¿Por qué se debe prever las pérdidas y no las utilidades? De seguro respondería: porque es
un postulado contable.
Un principio que se apoya en este postulado y que se usa mucho es el famoso "Principio del Costo
Histórico", que para el caso de los inventarios dice: "Los inventarios deben valorarse al costo o
precio de mercado, cual de los dos sea el más bajo".
31
El hecho de valorar los inventarios al precio de mercado no es anticipar utilidad porque esta ya está
implícita en los productos al momento de fabricarlos.
.
Obsérvese cómo se elabora un principio que sea consecuente con su postulado y que aparece como
válido en la medida en que le dé validez al postulado. Así como este principio, todos los demás están
de tal manera diseñados que se ajustan perfectamente a los objetivos y postulados contables.
El mismo análisis crítico que se ha hecho hasta aquí, se puede hacer de los demás postulados: El
negocio en marcha; El periodo contable; La base del costo histórico; La importancia relativa; La
evidencia comprobable, verificable y objetiva, y, la correspondencia de costos, gastos e ingresos.
La escuela anglosajona ha creado una doctrina que ha estructurado la contabilidad sobre bases
eminentemente pragmáticas, carentes de fundamentos científicos. Ha intentado armar una
estructura teórica sobre la práctica de la contabilidad sin contar con un criterio verdaderamente
científico. Por esta razón la doctrina anglosajona, cuyo principal exponente es los Estados Unidos,
ha sostenido que la contabilidad es un arte, una técnica, una actividad de servicios de la
información financiera, con lo cual se disminuye su radio de acción y su importancia. Esta escuela
es pragmática y utilitarista, ausente de una filosofía y toda metafísica. A continuación, se analiza el
porqué.
La función de clasificar, registrar, resumir e informar, si bien es indispensable, sólo atañe a los
técnicos, a los tenedores de libros, quienes de verdad deben ser unos verdaderos artistas. Por eso la
contabilidad para la escuela anglosajona es considerada como un arte, como una técnica, una
actividad de servicios y, por lo tanto, no es una ciencia.
Más tarde, en 1979, la XIII Conferencia Interamericana de Contabilidad dijo: "La contabilidad es
una disciplina técnica que se ocupa de la medición, comunicación e interpretación de los efectos de
actos y hechos que se refieren al pasado, presente y futuro de las entidades en general, con el
propósito de contribuir al control de sus operaciones y a la adecuada toma de decisiones".
1
FINNEY and MILLER. Curso de contabilidad Intermedia. Uteha. 1967. Mexico. Pag.1
32
Cabe anotar que la Conferencia Interamericana de Contabilidad es una organización creada bajo los
auspicios de la escuela anglosajona para divulgar la "cultura contable" propuesta por AICPA para
los países americanos
A partir de la década de los noventa, la escuela anglosajona acepta que la contabilidad es una
“disciplina de carácter científico” que tiene como fin suministrar información útil para que los
usuarios tomen decisiones óptimas de inversión o decisiones empresariales. También, se empieza a
aceptar que la contabilidad es un producto económico-administrativo, es decir, que sus bases
teóricas provienen de la ciencia económica y administrativa.
El gran universo que tiene la ciencia de la contabilidad localizado en el estudio y manejo de los
hechos y fenómenos económicos, financieros y administrativos del patrimonio de la empresa de la
escuela latina, queda reducido en la escuela anglosajona a una mera actividad de confección y
ordenamiento de datos que se obtiene de las transacciones comerciales de las empresas. Datos que se
traducen en estados financieros que para su validez son sometidos a la técnica de auditoría de
cuentas.
Por otra parte, la información contable requiere que sea veraz y relevante. Desgraciadamente su
orientación y control no depende de la contabilidad, sino que pertenece a la ciencia de la
comunicación y como tal, está expuesta al manejo y a la interpretación de personas ajenas al
conocimiento contable.
33
pertenece a otras actividades cuya naturaleza es propiedad de la ciencia de la comunicación, lo que
no acepta la escuela anglosajona al encajarla solamente como un proceso de información
financiera.
La teoría de la contabilidad para la escuela anglosajona, tiene un enfoque inductivo, el cual consiste
en sacar conclusiones generalizadas de observaciones y mediciones particulares. Sin embargo, estas
generalizaciones están sujetas a confirmación o refutación posterior según los experimentos que se
hagan. Generalmente la teoría obtenida por inducción es conceptualmente falsificable. Su
consistencia se concentra en sus hábitos y costumbres del comercio.
La base primordial del enfoque pragmático para el desarrollo de la contabilidad opera a través de la
práctica mercantil existente. Esto es, considera a la contabilidad como una disciplina
independiente que puede desarrollarse por medio de la práctica.
Una de las ventajas del enfoque pragmático es que la contabilidad solo desempeña una función si
es útil. Desde luego, los contadores y las firmas profesionales, como los clientes y los usuarios de
la contabilidad, saben lo que es lo más útil, entendiendo por utilidad todo aquello que les puede
ofrecer la contabilidad para defender sus intereses. Lo que sucede en la práctica es que lo que
es útil para algunos, no lo es para otros.
Para la escuela anglosajona, las verdades científicas son sustituidas por las verdades orientadas a
proporcionar las mayores ventajas posibles al usuario en la toma de decisiones. Por ejemplo: el
enfoque de los objetivos de los estados financieros, sobre la "medición de los beneficios”, se
sustituye por el de "suministro de información útil al usuario".
34
3.3.3 Ausencia de una filosofía y de una metafísica.
Esta filosofía primitiva del inglés John Locke (1632-1704) acaba con el concepto de sustancia
espiritual. Considera que todo conocimiento nace de las "impresiones" o de los fenómenos
psíquicos actuales, o de las vivencias de presentación actuales. Para esta concepción el mundo no
tiene razón, ni tiene lógica. El mundo existe en virtud de la costumbre, del hábito, de la asociación
de ideas y de fenómenos biológicos. Esto es lo que se llama el "empirismo inglés", el cual se
deriva de la costumbre consuetudinaria de los países nórdicos.
La presentación del conocimiento como una correlación entre el sujeto y el objeto mediante el
pensamiento, el empirismo inglés lo que hace es desconectar entre sí estos tres elementos y
convertir el conocimiento en una "vivencia". Al desconectar el pensamiento del sujeto por un lado
y del objeto por el otro, al prescindir de lo que todo pensamiento tiene de enunciativo, de precisión,
de tesis, convierte el pensamiento en un puro hecho de conciencia producido por experiencias
internas y externas, cuyo origen está en los sentidos.
Lo que advierte el empirismo inglés, es que una vez que aparecen las vivencias y el pensamiento
acción, surgen las verdades de hecho, o sea las verdades de la experiencia. Estas verdades no son
ciertas. El error consiste en reducir el producto de la razón en un puro hecho, lo cual no es posible: si
la razón se convierte en un puro hecho, deja de ser razón. Si lo racional se convierte en fáctico, deja
de ser racional, porque lo fáctico es lo que es sin razón.
El conocimiento humano se compone de dos verdades: unas que son verdades de razón y otras
verdades de hecho. Las verdades de razón son aquellas que enuncian que algo es de tal modo,
que no puede ser más que de ese modo. En cambio, las verdades de hecho, son aquellas que algo
es de cierta manera, pero que podrían ser de otra. En definitiva, las verdades de razón son las que
enuncian un ser o un consistir necesario, mientras que las verdades de hecho son aquellas verdades
que enuncian un ser o un consistir contingente.
Además, las verdades que surgen por el accionar de los sentidos se acomodan o se manifiestan en los
seres irracionales, pero cuando esas verdades entran al intelecto de los seres humanos pasan a ser
analizadas por la razón, convirtiéndose en verdades de razón.
35
(ley 43 de 1990 por ejemplo). Sus principios y normas, en lugar de tener respaldo científico, lo que
poseen es un acuerdo o consenso generalizado como expresión de la verdad contable. Esta
concepción logra tecnificar al profesional de la contaduría pública empujándolo al hombre máquina,
al hombre objeto o cosa, cuando se le priva del uso de la razón.
La Contaduría Pública, como profesión liberal, esta conformada por un conjunto de hombre libres y
humanizados que puedan darle una dimensión humana a las cosas que construye y que utilice para
bien suyo, el proceso de superación del universo. La profesión no puede continuar haciendo análisis
con resultados empíricos sin una teoría y sin una ley contable.
Por esta razón, tales principios de información financiera son tratados por la escuela anglosajona
como un producto desechable. Tal vez porque estos principios no nacieron de investigaciones que
buscaran la verdad, sino que muchas veces se limitaron a reproducir hábitos o hasta distorsionar la
ciencia para atender a intereses particulares de grupos económicos, políticos y hasta sociales.
En la ciencia de la contabilidad hay que aplicar un saber teórico conectado a la realidad, de donde
nace, junto a la disciplina científica, la tecnología, ésta orientada siempre por el conocimiento
científico. La contabilidad es una realidad cambiante que procura estudiar científicamente esa
realidad. Por esta razón los principios de contabilidad emitidos por organismos contables de EEUU
nunca tuvieron un respaldo científico.
36
Los principios, para que sean principios, deben ser inmutables; lo que cambia es la tecnología que se
va trasformando en la medida en que se modifica la realidad. Esta concepción es la que no ha
podido aplicar la escuela anglosajona, y por tal motivo consideró que una de las fórmulas más fáciles
y prácticas era crear y recomendar los principios de contabilidad y tecnificar la información
financiera de cuya aplicación han surgido voces autorizadas criticando esta doctrina, entre quienes se
encuentran algunos tratadistas y profesores de contabilidad, lo mismo que el gobierno y congreso de
Estados Unidos.
Con lo expuesto anteriormente queda demostrado, por una parte, la falta de seriedad científica de los
principios de contabilidad, y por la otra, la información financiera está expuesta a no ser veraz y
relevante porque la información y la interpretación de sus cifras y resultados no dependen de la
contabilidad, sino que pertenecen a la ciencia de la comunicación y como tal es manejada por
personas ajenas al conocimiento contable. Los sistemas de información inevitablemente involucran a
individuos y a conglomerados, por lo que a veces su comportamiento puede prestarse para
especulaciones económicas por la intervención de muchos intereses.
Creado en 1973 en Londres por sugerencia del AICPA. El nombre de la organización será el de
COMITE DE NORMAS INTERNACIONALES DE CONTABILIDAD, (IASC), (International
Accounting Standards Committee), fue integrado orgánica y administrativamente a la Federación
Internacional de Contabilidad, (IFAC) en 1977, pero se concibe como un organismo
independiente con respecto a la elaboración de Normas Internacionales de Contabilidad.
Nace por acuerdo suscrito entre dieciséis organizaciones profesionales de los nueve países
signatarios de la carta constitutiva, en calidad de miembros fundadores: Alemania Federal, Australia,
Canadá, Estados Unidos, Francia, Holanda, Japón, México y Reino Unido e Irlanda.
Los objetivos adoptados en los propios estatutos de la organización, se concretan en los siguientes
enunciados:
Formular y publicar normas de contabilidad de interés público, para que sean observadas
en la presentación de los estados financieros.
Promover su aceptación y observancia de las normas a nivel mundial.
Trabajar, en términos generales, en favor del mejoramiento y armonización de las
disposiciones, normas contables y procedimientos relativos a la presentación de los estados
financieros.
Para el cumplimiento de los objetivos, el IASC cumplirá con las siguientes dos funciones esenciales:
37
Apoyar su aceptación y la observancia de estas normas en la presentación de los estados
financieros.
Inicia su actividad con resultados normativos concretos a partir de 1991 con la revisión de las
Normas Internacionales de Contabilidad aprobadas y publicadas hasta esa fecha. Este trabajo de
revisión terminó en el año 2000, con la recomendación de crear un nuevo organismo que se llamó
IASB en reemplazo del IASC.
Además del papel preponderante del IASC en la emisión de normas internacionales de contabilidad,
no se pueden desconocer los esfuerzos de otros organismos internacionales en la construcción de
otros modelos de normas, tales como los de ISAR-UNTAC, con la emisión de estándares contables
para empresas multinacionales; de IFAC, con los estándares de contabilidad para el sector público o
gubernamental; del FMI-BM-BIRF, quienes fueron pioneros en el proceso de generación de
estándares internacionales de la contabilidad para las PYMES.
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La conjunción de estas iniciativas, sin lugar a dudas, contribuye a enriquecer el debate alrededor de
la construcción de un modelo único de estándares o de varios que satisfagan las necesidades de
información de sectores interesados en ella.
Una de las estrategias utilizadas y con buenos resultados fue lograr que la mayoría de países del
mundo emitieran normas contables gremiales o legales de carácter local, unificando criterios en los
procesos de registros contables, que permitieran la consolidación de información económica y
financiera con fines de planeación y desarrollos estratégicos.
El papel que el IASC y el Comité de Armonización Contable han desarrollado en este contexto es
relevante, al consolidar un esfuerzo en la armonización mundial de la información financiera.
Este Comité fue creado como un organismo de carácter profesional, es decir, privado y ámbito
mundial, con el objetivo de difundir e implantar estándares de contabilidad para la preparación y
presentación de estados financieros, los cuales constituyen un completo compendio de la práctica
contable moderna en todas sus manifestaciones; temas sobre la contabilidad y la profesión contable
son tratados con profundidad y extensión y que son tomados como referentes en muchas naciones
del mundo.
En Colombia, al igual que otros países del mundo, se inicia el proceso de armonización contable con
la expedición del Decreto Reglamentario 2160 de 1986, por medio del cual se expidió las normas de
contabilidad que deben regir la preparación, presentación y difusión de estados financieros de los
entes económicos. Por primera vez, se legisla en materia de contabilidad con el fin de unificar
criterios entre los contadores para la confección de los Estados Financieros, tomado como base las
normas de contabilidad internacional hasta esa época emitidas por el IASC. Otras disposiciones
legales fueron emitidas posteriormente para responder a las directrices de las normas internacionales
de contabilidad hasta llegar al Decreto 2649 de 1993 que estuvo vigente hasta diciembre de 2014,
fecha en cual entran a regir en Colombia la nueva normatividad contable basada en normas
internacionales de contabilidad.
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4.3 Junta de Estándares de Contabilidad Internacional (IASB).
Una declaración del IASC del año 2000, hace un replanteamiento de los objetivos de este organismo,
orientados al privilegio de la información para los participantes en el mercado de capitales, en la
búsqueda de una información financiera clara, transparente y comparable, permitiendo la toma de
decisiones a los diferentes agentes involucrados.
El IASB, asumió sus funciones a partir del 1° de abril de 2001, adoptando el cuerpo existente de
normas internacionales de contabilidad e interpretaciones, emitidos por la Junta del IASC y el
Comité de Interpretaciones, con el propósito de revisarlos e incluir modificaciones a partir de estos,
mediante una metodología claramente indicada por este organismo. Cuando una norma internacional
de contabilidad sea revisada y aprobada por el IASB, tomará el nombre de ESTANDAR
INTERNAIONAL.
Se acuerda, además, que los estándares emitidos por IASB deben ser llamados INTERNATIONAL
FINANCIAL REPORTING STANDARDS (IFRS), “Estándares Internacionales para
Reportes Financieros”, (NIIF), es decir, la atención centrada por el IASC en la preparación y
presentación de estados financieros, se traslada a la preparación y presentación de reportes
financieros, dirigidos hacia un mercado de capitales.
En enero de 2009, terminó una primera revisión de la estructura y composición del IASB, cuando se
anunciaron importantes modificaciones en la constitución del IASC, con vigencia el 1 de febrero de
2009, la cual queda incluida en la creación de una Junta de Supervisión o Monitoreo, como
máxima autoridad de los estándares y una distribución geográfica definida para el IASB.
Lo anterior indica la necesidad que tienen los países de acelerar su incursión en los escenarios de
discusión de esta temática, pues de no hacerlo corren el riesgo de aislarse de tan importante centro
de acción. Garantizar la participación requiere de profundas reflexiones sobre el modelo contable,
los aportes que el país espera de la contabilidad y la participación de los profesionales en la
construcción de un sistema de información transparente, fiel y comparable.
El propósito principal de la Junta de Monitoreo es servir como mecanismo para la interacción formal
entre las autoridades de mercados de capital y la Fundación IFRS, siendo el objetivo facilitar que
autoridades de los mercados de capital que permitan o requieran el uso de los NIIF en sus
jurisdicciones descarguen de manera más efectiva sus mandatos en relación con la protección del
inversionista, la integridad del mercado y la formación del capital.
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Participar en el proceso para la designación de los fideicomisarios y aprobar su designación
de acuerdo con las guías que se establecen en la constitución de la Fundación IFRS.
Revisar y proporcionar asesoría a los fideicomisarios en su cumplimiento de las
responsabilidades que se establecen en la constitución de la Fundación IFRS. Los
fideicomisarios le presentarán a la Junta de Monitoreo un reporte anual escrito.
Referirle al IASB, a través de la Fundación IFRS, asuntos de amplio interés público
relacionado con la información financiera.
Composición: a partir de julio de 2012, 16 miembros de la Junta, de los cuales uno es designado
como presidente y hasta dos como vicepresidentes. Hasta tres miembros pueden ser de tiempo
parcial. Desde el 2 de julio de 2009, los miembros del IASB son designados para un periodo inicial
de cinco años, sujeto a un periodo máximo general de diez años.
Balance geográfico: Para asegurar una diversidad internacional amplia, normalmente habrá cuatro
miembros de la región Asia/Oceanía, cuatro de Europa, cuatro de Norteamérica, uno de África, uno
de Sudamérica y dos designados de cualquier área, sujeto a mantener el balance geográfico general.
Resumen:
JUNTA DE MONITOREO
Aprueba y vigila a los fideicomisarios
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FUNDACIÓN IFRS
Designa, vigila, revisa la efectividad y la financiación
La IFAC nació en el Congreso de Munich de 1977, como una organización no gubernamental, sin
ánimo de lucro y sin carácter político, que reúne a nivel mundial a las organizaciones profesionales
de la contabilidad y la auditoria.
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organización, crea los Comités, nombra a los trece miembros del Consejo del IASC que
representan a la profesión contable y admite nuevos miembros.
En cuanto a los Comités, son los encargados de impulsar la consecución de los objetivos
estratégicos de la IFAC, por medio de la emisión de guías y otros documentos, que las
organizaciones miembros están obligadas a apoyar en sus países respectivos.
Los pronunciamientos de la IFAC, son denominadas guías, normas, declaraciones y estudios que se
han venido emitiendo dentro de las diferentes áreas en las que desarrollan sus actividades los
Comités, y se denominan así:
Además de la investigación patrocinada por las principales agrupaciones a las que interesa el
progreso de los fundamentos básicos de la CONTABILIDAD, muchos grupos a individuos menos
formales se dedican a este tipo de investigación.
Estos acontecimientos son evidentes en los muchos artículos, monografías y libros publicados
durante la década. La medición ha sido un importante aspecto de la contabilidad durante largo
tiempo. Sin embargo, solo recientemente ha llegado a interesar a contadores e investigadores el
estudio del propio proceso de medición, no solamente a fin de permitir una mejor evaluación de las
practicas actuales de medición de la contabilidad, sino también para brindar una base al desarrollo de
mejores procesos de medición. Se han tomado y experimentado varios modelos o metodologías de
investigación que han dado buenos resultados, así por ejemplo:
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en cuanto a la lógica y aceptación de sus premisas, pero la verdadera prueba viene de la
aplicación de las hipótesis al mundo de la realidad.
Los modelos para decisiones gerenciales, han sido objeto de considerable investigación en
años recientes. Se ha hecho menos en el desarrollo de modelos para decisiones destinados
inversionistas, acreedores, analistas financieros y otros usuarios externos de información
financiera, por lo que hay considerable necesidad de investigación y desarrollo, y también de
comprobación de modelos descriptivos y normativos de información sobre contabilidad
para su utilización por inversionistas, acreedores y otros usuarios externos.
Hay evidencia creciente de que los cambios sociológicos y económicos tienen considerable
efecto sobre la práctica y el pensamiento contable. Las décadas de los años 60 en adelante
han visto muchos cambios ambientales que han afectado directa o indirectamente el trabajo
de los contadores, y en muchos casos, estos cambios han forzado a la profesión a adoptar
nuevos métodos y nuevo pensamiento acerca del desenvolvimiento de la misma.
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Al observar el desarrollo de la teoría de la Contabilidad en la segunda mitad del siglo XX,
especialmente en EE.UU. y España, podemos concluir que las fronteras del conocimiento contable,
son más amplias cada día, y cada día que pasa conlleva más atraso en el conocimiento y en la ciencia
por las nuevas situaciones que debe afrontar el proceso contable. “La Ciencia de la contabilidad
marcha a la zaga de los acontecimientos económicos”.
Huila, 2019
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