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Jonas Salk en 1955 sosteniendo dos botellas de cultivo usadas para desarrollar la vacuna contra la polio.
Una vacuna es una preparación destinada a generar inmunidad adquirida contra una enfermedad
estimulando la producción de anticuerpos.1 Normalmente una vacuna contiene un agente que se asemeja
a un microorganismo causante de la enfermedad y a menudo se hace a partir de formas debilitadas o
muertas del microbio, sus toxinas o una de sus proteínas de superficie. El agente estimula el sistema
inmunológico del cuerpo a reconocer al agente como una amenaza, destruirla y guardar un registro del
mismo, de modo que el sistema inmune puede reconocer y destruir más fácilmente cualquiera de estos
microorganismos que encuentre más adelante. Las vacunas se usan con caracter profiláctico, es decir, para
prevenir o aminorar los efectos de una futura infección por algún patógeno natural o "salvaje".
Los términos vacuna y vacunación derivan de variolae vaccinae (viruela de la vaca), término acuñado por
Edward Jenner para denotar la viruela bovina. Lo utilizó en 1798 en su obra Una investigación sobre las
causas y los efectos de las variolae vaccinae (viruela bovina), en el que describió el efecto protector de la
viruela bovina contra la viruela humana.8 En 1881, en honor a Jenner, Louis Pasteur propuso que los
términos deben ampliarse para cubrir las nuevas inoculaciones de protección que entonces se estaban
desarrollando.9
Índice
1 Tipos
2 Desarrollo de la inmunidad
3 Origen
4 Cronología
5 Calendario de vacunaciones
6 Vacunas y economía
7 Vacunas y tiomersal
8 Movimiento antivacunas
9 Véase también
10 Referencias
11 Enlaces externos
Tipos
Las vacunas pueden estar compuestas de bacterias o virus que han sido criados con tal fin, ya sea
atenuándolos o inactivándolos. También pueden crearse a partir de las toxinas que producen esas bacterias
o virus, o con partes de ellos que sirven para que el cuerpo las identifique sin causarle daño. Existen cuatro
tipos de vacunas principales:10
Vivas atenuadas: microorganismos que han sido cultivados expresamente bajo condiciones en las cuales
pierden o atenúan sus propiedades patógenas. Suelen provocar una respuesta inmunológica más duradera
y son las más usuales en los adultos. Esto se debe a que el microorganismo, aunque está debilitado, no se
encuentra inactivado y crea una ligera infección que es combatida de forma natural por el sistema inmune.
El inconveniente es que al tener el agente patógeno vivo, puede provocar la enfermedad en personas
inmunodeprimidas o con problemas de salud graves. Entre las vacunas de este tipo se encuentran las de la
fiebre amarilla, sarampión, rubéola, paperas o varicela.
Inactivadas: microorganismos dañinos que han sido tratados con productos químicos o calor causando la
muerte del patógeno, pero manteniendo su estructura. Este tipo de vacunas activa el sistema inmune, pero
el agente dañino no ataca al huésped y es incapaz de reproducirse ya que se encuentra inactivo. Esto
genera menos efectos secundarios causados por el agente patógeno. La inmunidad generada de esta forma
es de menor intensidad y suele durar menos tiempo, por lo que este tipo de vacuna suele requerir más
dosis (dosis de refuerzo). Ejemplos de este tipo son las vacunas de la gripe (algunas), rabia o la hepatitis A.
Toxoides: son componentes tóxicos inactivados procedentes de microorganismos, en casos donde esos
componentes son los que de verdad provocan la enfermedad, en lugar del propio microorganismo. Estos
componentes se podrían inactivar con formaldehído, por ejemplo. En este grupo se pueden encontrar el
tétanos y la difteria.
Subunidades, recombinantes, polisacáridas y combinadas: utilizan partes específicas del germen, como su
proteína, polisacáridos o cápsula (carcasa que rodea al germen). Dado que las vacunas solo utilizan partes
específicas del germen, ofrecen una respuesta inmunitaria muy fuerte dirigida a partes claves del germen.
También se pueden utilizar en prácticamente cualquier persona que las necesite, incluso en personas con
sistemas inmunitarios debilitados o problemas de salud a largo plazo. Normalmente estas vacunas
necesitan dosis de refuerzo para tener protección continua contra las enfermedades. Entre las vacunas de
este tipo están las de Haemophilus influenzae del tipo B (también conocido como bacilo de Pfeiffer),
hepatitis B o el virus del papiloma humano.
Vacuna de ADN: vacuna de desarrollo reciente, es creada a partir del ADN de un agente infeccioso.
Funciona al insertar ADN de bacterias o virus dentro de células humanas o animales. Algunas células del
sistema inmunitario reconocen la proteína surgida del ADN extraño y atacan tanto a la propia proteína
como a las células afectadas. Dado que estas células viven largo tiempo, si el agente patógeno (el que crea
la infección) que normalmente produce esas proteínas es encontrado tras un periodo largo, serán atacadas
instantáneamente por el sistema inmunitario. Una ventaja de las vacunas ADN es que son muy fáciles de
producir y almacenar. Aunque en 2006 este tipo de vacuna era aún experimental, presenta resultados
esperanzadores. Sin embargo no se sabe con seguridad si ese ADN puede integrarse en algún cromosoma
de las células y producir mutaciones.
Desarrollo de la inmunidad
El sistema inmunitario reconoce los agentes de la vacuna como extraños, destruyéndolos y recordándolos.
Cuando una versión realmente nociva de la infección llega al organismo, el sistema inmunitario está ya
preparado para responder:
Neutralizando al agente infeccioso antes de que pueda entrar en las células del organismo; y
Reconociendo y destruyendo las células que hayan sido infectadas, antes de que el agente se pueda
multiplicar en gran número.
Las vacunas han contribuido a la erradicación de la viruela, una de las enfermedades más contagiosas y
mortíferas que ha conocido la humanidad. Otras como la rubéola, la polio, el sarampión, las paperas, la
varicela-zóster (virus que puede producir la varicela común y el herpes zóster) y la fiebre tifoidea no son tan
comunes como hace un siglo. Dado que la gran mayoría de la gente está vacunada, es muy difícil que surja
un brote y se extienda con facilidad. Este fenómeno es conocido como «inmunidad colectiva». La polio, que
se transmite sólo entre humanos, ha sido el objetivo de una extensa campaña de erradicación que ha visto
restringida la polio endémica, quedando reducida a ciertas partes de tres países (Nigeria, Pakistán y
Afganistán). La dificultad de hacer llegar la vacuna a los niños ha provocado que la fecha de la erradicación
se haya prolongado hasta la actualidad.
Origen
Edward Jenner, el «padre de la inmunología moderna», realizó las primeras inoculaciones, específicamente
vacunas contra la viruela.
En 1718, Lady Mary Wortley Montagu informó que los turcos tenían la costumbre de inocularse con pus
tomado de la viruela vacuna. Lady Montagu inoculó a sus propios hijos de esta manera.
Disertacion physico medica, en que ... se demuestra la utilidad y seguridad de la inoculacion de las viruelas,
y las grandes ventajas, que de ella se siguen a la humana sociedad, escrita en lengua toscana por
Spallarossa y traduccida al idioma castellano en 1766.
En 1796, durante el momento de mayor extensión del virus de la viruela en Europa, un médico rural de
Inglaterra, Edward Jenner, observó que las recolectoras de leche adquirían ocasionalmente una especie de
viruela bovina por el contacto continuado con estos animales, y que luego quedaban a salvo de enfermar
de viruela común. Efectivamente se ha comprobado que esta viruela bovina es una variante leve de la
mortífera viruela «humana». Trabajando sobre este caso de inoculación, Jenner tomó viruela bovina de la
mano de la granjera Sarah Nelmes e inoculó este fluido a través de inyección en el brazo de un niño de
ocho años, James Phipps. El pequeño mostró síntomas de la infección de viruela bovina. Cuarenta y ocho
días más tarde, después de que Phipps se hubiera recuperado completamente de la enfermedad, el doctor
Jenner le inyectó al niño infección de viruela humana, pero esta vez no mostró ningún síntoma o signo de
enfermedad.14 Como la vacunación con la variante bovina era mucho más segura que la inoculación con
viruela humana por insuflación, se prohibió esta última en Inglaterra en el año 1840. Desde entonces la
vacunación fue extendiéndose por toda Europa y América, aunque no sin alguna oposición de algunos
sectores de la Iglesia (en el siglo XVIII, un destacado reverendo cristiano de Londres, Edmund Massey, ante
los progresos que acabarían desembocando en la vacuna de Jenner, atacó las medidas sanitarias
preventivas, porque a su juicio se oponían a los designios de Dios; y estos argumentos se han reproducido
incluso modernamente).15
«The Cow-Pock—or—the Wonderful Effects of the New Inoculation!» (1802), viñeta satírica de James
Gillray, de las Publications of ye Anti-Vaccine Society, que muestra a Edward Jenner administrando vacunas
contra el virus de la viruela bovina en el hospital de San Pancracio. El temor popular era que la vacuna
provocaría el crecimiento de «apéndices vacunos» en los pacientes.
La segunda generación de vacunas fue introducida en la década de 1880 por Louis Pasteur, quien desarrolló
vacunas para el cólera aviar y el ántrax. Para comprobar la efectividad de la vacuna antiantráxica lleva a
cabo un audaz y brillante experimento público en la granja de Pouilly-le-Fort. El desarrollo del experimento
fue como sigue[cita requerida]:
El 5 de mayo inyecta 24 carneros, 1 chivo y 6 vacas con 58 gotas de un cultivo atenuado de Bacillus
anthracis. El 17 de mayo, estos mismos animales fueron inoculados nuevamente con la misma cantidad de
un cultivo menos atenuado, o sea más virulento.
El 31 de mayo se realizó la prueba suprema. Se inyectaron con cultivos muy virulentos, todos los animales
ya vacunados, y además, 24 carneros, 1 chivo y 4 vacas no vacunados, que sirvieron como grupo testigo a la
prueba.
El 2 de junio, una selecta y nutrida concurrencia apreció los resultados, que fueron los siguientes:
Todos los carneros vacunados estaban bien. De los no vacunados, 21 habían muerto ya, 2 más murieron
durante la exhibición ante la propia concurrencia y el último al caer de la tarde de ese día. De las vacas, las
6 vacunadas se encontraban bien, mientras que las 4 no vacunadas mostraban todos los síntomas de la
enfermedad y una intensa reacción febril.
Louis Pasteur
Al comunicar estos resultados, Pasteur introdujo los términos de vacuna y vacunación, que provienen de la
palabra latina vacca. Mediante la elección de dicho término rinde homenaje a Edward Jenner, su ilustre
predecesor, quien había sido pionero en esta práctica al inocular el virus de la viruela de la vaca.
Hacia fines del siglo XIX, el desarrollo y la adopción de vacunas se consideraron como motivo de orgullo
nacional y se aprobaron varias leyes de vacunación obligatorias.16
Durante el siglo XX se introdujeron varias vacunas en forma exitosa, incluyendo aquellas contra la difteria,
sarampión, parotiditis (papera) y rubeola.
Cronología
Siglo XVIII
Siglo XIX
Siglo XX
Siglo XXI
2005: Primera vacuna para el virus del papiloma humano (principal factor de riesgo del cáncer de cérvix).
2008: Primera vacuna para prevenir la adicción a la heroína y a la cocaína (Aunque siguen haciéndose
experimentos con esta vacuna para comprobar su efectividad).
2009: Posible vacuna contra la Hepatitis C, Primera Vacuna contra la Gripe A (H1N1)