Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Efesios cap. 5 versículo 18 dice: No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes
bien sed llenos del Espíritu.
Jesús prometió que al irse enviaría al Espíritu Santo para que estuviera con
nosotros para siempre.
En Romanos cap. 8 versículo 11 dice: Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a
Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Y 1 Corintios cap. 6 versículo 19 dice: ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Para poder entender este tema, lo primero que debes hacer es llenarte de fe y
creer que el Espíritu de Dios está en ti y mora en ti desde el momento en que
fuiste salvo y desde el momento en que naciste de nuevo.
La presencia del Espíritu Santo es real en cada creyente y sin el Espíritu Santo de
Dios no pudiéramos vivir para Dios.
Para poder ser llenos del Espíritu Santo, necesitas convencerte primero de la
presencia poderosa y real del Espíritu Santo de Dios en tu vida como hijo de Dios.
La llenura del Espíritu Santo no la podemos reducir solamente a experiencias
espirituales, somos morada plena del Espíritu Santo desde el momento de nuestra
salvación.
Ser llenos del Espíritu Santo, es el reemplazo de nuestra vida por su propia vida.
Dios se dio así mismo a nosotros cuando nos dio su Espíritu Santo.
Si estás lleno del Espíritu Santo, estás lleno de libertad, porque donde está el
Espíritu de Dios allí hay libertad.
Si estás lleno del Espíritu Santo, estás lleno de poder, porque la Palabra de Dios
enseña pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.
El estar lleno del Espíritu Santo, es estarás lleno de vida, pues la Palabra de Dios
dice: El que cree en mí, dijo Jesús, de su interior correrán ríos de agua viva.
Al estar lleno del Espíritu Santo, estamos llenos de entendimiento, pues el Espíritu
Santo, es el Espíritu de verdad y quien nos guiará a toda verdad.
Cuando cedamos de tal manera que el Espíritu Santo tome el control pleno de
nuestras vidas, desarrollaremos una ferviente y viva comunión con Dios,
comenzaremos a experimentar que el Espíritu de Dios ora en nosotros y por
nosotros, pues la Palabra enseña que pedir como conviene no lo sabemos, pero el
Espíritu de Dios intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Los hombres y mujeres llenos del Espíritu de Dios son almas encendidas para
Dios, ellos aman con un amor que reluce, creen con una fe ferviente, sirven con
una devoción que consume, odian el pecado con firmeza que quema y se
regocijan con un gozo que resplandece.
Al ser lleno del Espíritu Santo, se afirma el conocimiento de Dios, trae seguridad
en la oración y poder en el servicio.
La llenura del Espíritu Santo es la plena presencia del glorioso Espíritu de Dios
gobernando y manifestándose poderosamente en nuestro ser, desplazando
nuestras vidas para manifestar la vida de Jesucristo el Hijo de Dios, a través de
cada uno de nosotros y a través de toda la Iglesia en general.
Toda plenitud de vida, toda certeza de la promesa, toda victoria sobre el pecado,
toda victoria sobre la carne, todo está en el poder interior del Espíritu Santo en el
creyente.
El apóstol Pablo dijo: ya no vivo yo más vive Cristo en mí. Es necesario que el
Espíritu Santo se entrone en la totalidad de nuestras vidas, para que no quede en
nosotros ningún ídolo y ningún espacio sin la influencia del poder y el control del
Espíritu Santo.
Dios no te dio el Espíritu Santo para compartir Él su vida con la tuya, Dios te dio su
Espíritu para desplazar tu propia vida y para Él gobernar y entronarse en ti.
Nosotros solamente somos el templo, Él mora en nosotros y tenemos que permitir
que Él con todo su esplendor se manifieste a través de cada uno de nosotros en
todo momento y donde quiera que estemos.
El Señor dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo tome su
cruz y sígame.
No podemos quedarnos con nada si pretendemos vivir llenos del Espíritu Santo,
tenemos que entregarlo todo en el altar, tenemos que ofrecerle todo nuestro ser y
nuestro corazón a Dios en el altar y permitir que Él gobierne, se entrone y se
apodere de todo nuestro corazón y de todo nuestro ser.
Ser lleno del Espíritu Santo no es darle un cuarto, no es darle la mitad, sino es
darle la totalidad de nuestro corazón.
Para poder ser lleno del Espíritu Santo, debes darle muerte a todo lo que tú eres y
comenzar a dejar vivir al Espíritu Santo de Dios a través de ti en toda su totalidad.
Somos el templo del Espíritu Santo y Él no comparte su templo con ningún ídolo.
La intención de este ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o
para que lo compartas con amigos que tengan interés.
No debe ser vendido o usado con fines lucrativos.
Oidores y Hacedores