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El
lenguaje empieza su desarrollo desde el primer instante de vida cuando el bebé nos escucha
hablar y observa cómo nos comunicamos. Desde esos primeros momentos el bebé
aprenderá formas de expresarse y entenderse con los demás. Estamos creando el vínculo de
la comunicación, el bebé puede percibir que le hablas, que le miras, que interactúas con él.
Las personas más cercanas a los niños y niñas, tienen una función de gran importancia en
el desarrollo del lenguaje, la estimulación que reciban los más pequeños va a determinar la
aparición y el ritmo del lenguaje.
Es fundamental que los pequeños escuchen hablar a los que les rodean desde el
principio, antes incluso de que puedan entender el sentido y significado de las
palabras.
Los niños y niñas que no son estimulados lingüísticamente presentan mayor dificultad para
adquirir el lenguaje, llegando incluso a tener algún retraso en el desarrollo del lenguaje.
El desarrollo del lenguaje está enmarcado dentro del proceso de desarrollo evolutivo de
las personas. Por lo tanto está dentro de unas etapas que caracterizan los periodos
evolutivos y presentan, con las lógicas variaciones individuales, unas características
generales.
Es importante que procuremos estimular las capacidades lingüísticas, de expresión y
comunicación de nuestros niños y niñas.
Antes de la adquisición del lenguaje verbal, los bebés aprenden las bases de la
comunicación. En esta etapa los niños y niñas aprenden que las palabras tienen un
significado, y aunque no puedan expresarlo empiezan antes del año a reconocer el sonido
de determinadas palabras. En esta etapa para comunicarse los bebés emplean las miradas,
los gestos y las expresiones faciales.
En torno a los 20-24 meses se produce la emisión de las primeras palabras. Esto es un
gran logro para el bebé, es capaz de entender que la emisión de unos sonidos
determinados simboliza una palabra con un significado. Y es capaz también de emitir
esos sonidos, que aunque en principio son rudimentarios, se irán haciendo más precisos.
2-4 años.
El niño se enfrenta a un mundo más amplio. Empieza a relacionarse socialmente con más
personas. Esto le crea una necesidad de comunicarse con estas personas y hace que se
esfuerce por mejorar su habla, por hacer que los demás le comprendan. Aumenta mucho
el vocabulario, y la construcción sintáctica. Utiliza los pronombres, tiempos verbales,
proposiciones, aunque aun es común que cometa muchos errores en estos aspectos, (por
ejemplo, vayate en lugar de vete o que te vayas, etc.)
4-6 años.
Se produce también un fenómeno importante que es la interiorización del habla, los niños
y niñas piensan con su lenguaje, es común que tengan conversaciones a solas mientras
juegan. Esto contribuye a que el lenguaje se haga más sofisticado en sus posibilidades de
utilidad y expresión, es decir empiezan a comprender las utilidades del lenguaje y a saber
que tiene múltiples posibilidades de utilización.
En esta etapa se produce el dominio completo de todos los sonidos del habla, ya que tiene
mayor capacidad para diferenciarlos. Es normal, aun así que hagan simplificaciones de
algunos fonemas o que los sustituyan por otros (por ejemplo reyo por hierro) Continúa
aumentando el vocabulario y hace ya construcciones sintácticas más elaboradas. Es aquí
donde podemos empezar a detectar los primeros problemas.
6-12 años.
Se produce en esta etapa el desarrollo del proceso de la lecto escritura y por lo tanto otro
avance importante. Ahora no solo asocian sonidos con palabras, sino que han de asociar el
sonido con la palabra y el grafema (símbolo de escritura).
12 a 16 años
El lenguaje continúa desarrollándose ganando en complejidad. Se produce en esta
atapa el dominio de las estructuras sintácticas, lo que hace que construya frases más largas
y complejas.
Cuida tu lenguaje, los niños y niñas aprenden por imitación, aprenden a hablar y a
expresarse imitando a las personas cercanas que escuchan.
Emplea juegos y canciones para estimular el reconocimiento de sonidos
Incentívales a leer, comienza leyéndoles cuentos
Deja que se expresen, no hables por ellos, pregúntales
Integrales en conversaciones y debates familiares.
Procura hablar despacio con entonación, pero no hables como ellos, utiliza tus
expresiones y palabras para que los pequeños las aprendan.
Consideraciones finales
Estas etapas son generales, cada niño y niña sigue su propio ritmo, nos pueden servir de
orientación pero no son reglas fijas. Estimula pero respeta sus ritmos y sus
tiempos. Debes tener en cuenta que por lo general las niñas adquieren el lenguaje que los
niños y que los que tienen herman@s mayores también, ya que les surge antes la necesidad
de comunicarse y reciben a su vez una estimulación adicional de parte de sus herman@s.
10 Juegos para desarrollar el lenguaje oral
en niños
Por esta razón desde la edad de 2 años, edad en que los niños comienzan a desarrollar su
lenguaje oral, es muy importante realizar actividades de estímulación y desarrollo del
lenguaje para lograr que este sea cada vez más fluido y claro.
El uso del lenguaje oral es una de las formas y no única de comunicación de los niños
y niñas. El lenguaje oral involucra la necesidad de desarrollar un gran número de
habilidades que le permiten a los niños intercambiar mensajes con otros niños y el entorno
cercano.
Se deben mostrar y emplear al niño objetos conocidos por ellos de distintos colores y de
fácil reconocimiento y uso. De este modo es más fácil que el niño establezca relaciones de
asociación entre el objeto y el color y además lo pronuncie cuando vea el objeto y sea
interrogado sobre alguna característica del mismo.
Juego veo veo: sin duda ha sido uno de los juegos verbales o del lenguaje usados
por muchas generaciones justamente, en el estímulo del lenguaje oral de los niños.
La actividad cosiste en mostrar al niño objetos y que el mismo lo identifique y los mencione
a través de lenguaje oral, también es importante que los relaciones con letras de la lengua
materna, en este caso el castellano. Estos mismos objetos los puede dejar a la vista del
niño y pedirle que los busque.
Los adjetivos contrarios: ideal para niños del primer ciclo de infantil, una actividad
que resulta muy útil es aquella vinculada a los adjetivos o descriptores.
Las partes del cuerpo: La actividad o juego consiste en mostrar al niño una parte
del cuerpo, un color o un objeto y pedirle constantemente que diga cómo se llama
esa parte e intentar que el niño mencione algunas características, integrando otras
actividades como la del color y tamaños e incluso cantidad (2 manos, 2 orejas o dos
ojos).
Un ejemplo posible: preguntarle al niño que color o en qué cantidad hay si hay dos o uno o
más. Veo veo ¿qué ves?
En resumen, los métodos son reconocimiento del color, uso del cuento como estimulación
del lenguaje oral, conocimiento del cuerpo humano, aprender a describir y a reconocer
objetos, cinco métodos y recursos para estimular el lenguaje del niño en forma precoz.
Os dejamos unas fichas que sirven para trabajar el lenguaje bajo la misma metodología.
Este simple juego les ayuda a los niños a poder comprender y ejecutar órdenes sencillas. El
juego consiste en que un adulto diga: “Simón dice…” y complete la frase con una acción.
Por ejemplo: “Simón dice que nos rasquemos la cabeza”. Lo niños tienen que actuar según
la consigna. Pero oportunamente el adulto puede decir “Ahora saltamos en un solo pie” (sin
decir “Simón dice”). Entonces los niños no deberían hacer lo que ha dicho el adulto hasta
tanto no comience la orden con la frase “Simón dice”.
Este es un juego que fomenta la escucha activa y la velocidad de reacción así como también
les ayuda a los niños a identificar las palabras adecuadas (en este caso “Simón dice”) para
responder a una orden.
Este juego consiste en escoger una palabra al azar y, a partir de allí, realizar una cadena de
asociaciones. Por ejemplo: la palabra puede ser “cabello”. Entonces el niño debe construir
algo relacionado con el cabello. Una oración con relación podría ser: mañana iré al
peluquero a cortarme el cabello. Es importante que la frase tenga coherencia.
Este juego consiste en colocar una bolsa, cesta o caja con diferentes objetos. Los niños
deberán sacar de la bolsa dos objetos y comenzar a idear una historia. Si los niños son muy
pequeños pueden escoger un solo objeto y crear una historia. Son pocos los niños que
necesitarán de la ayuda de un adulto pero si es el caso, es posible ayudarles.
Encontrando parejas
Este juego se puede hacer con imágenes, fotos, objetos o palabras (en el caso que los niños
sepan leer ya).
La idea es mezclar diferentes objetos o imágenes que sean parejas (por ejemplo un árbol y
un bosque; una vaca y un frasco de leche; una pala y una huerta, etc) para que los niños
encuentren cada una de las parejas. Al encontrarlas, será necesario (especialmente con
niños pequeños) que el adulto indique la asociación con palabras. Por ejemplo, supongamos
que el niño ha encontrado las imágenes de la vaca y del frasco de leche. Entonces es el
adulto quien debe decir:
¿Quién es quién?
Este juego tan conocido sirve para estimular el lenguaje oral en los niños. Alcanza
simplemente con que los niños comiencen a jugar (lo ideal es que un niño pequeño juegue
con otro un poco más grande o bien con un adulto) para que su lenguaje se desarrolle
considerablemente.
Pictionary
Este otro juego (que se presenta en versión para niños) es excelente para que los niños
puedan dibujar y dar pistas pero sin mencionar la palabra que el resto de los jugadores
deben adivinar.
Jugar al veo-veo
El clásico juego del veo-veo les permite a los niños construir palabras, asociaciones,
preguntas y respuestas. Pronto los errores semánticos se corrigen adquiriendo rápidamente
nuevas palabras.
Las 20 preguntas
El adulto debe pensar en un objeto pero no decirlo. Luego el niño comenzará a hacer
preguntas hasta adivinar qué objeto ha elegido el adulto. El juego puede comenzar
inversamente. Es decir, siendo el niño quien escoge un objeto y el adulto debe comenzar a
realizar las preguntas.
La consigna es que quien responde debe hacerlo únicamente respondiendo “si” o “no”.
Un juego muy divertido es cambiar palabras a las canciones. Por ejemplo, reemplazar un
nombre por otro que sea familiar para los niños. Hay que tener en cuenta la rima de la
palabra que se está quitando pues debe coincidir con aquella otra que se está agregando en
su lugar.
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