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MOISÉS Y SU IDEA DE LA MISIÓN LIBERADORA Y EL PLAN DE DIOS.

A PROPÓSITO DEL DIA MUNDIAL DE LA PAZ.

Pasaje base: Hechos 7, 20-40

Introducción.

Esteban en su defensa cuando se enfrentó ante la malévola acusación de las autoridades del
Sanedrín, optó por trazar la línea de tiempo de la Historia de la salvación. Donde explicaba con
claridad que todos los acontecimientos previos a Jesús solo tendrían sentido a la luz de su
mesianismo. Una parte básica en la mediación de la Teología Bíblica consiste en tamizar o filtrar los
acontecimientos culminantes en la Historia de Israel a través de Jesús. De manera que debemos,
como Esteban, analizar los hechos de los personajes del primer testamento teniendo en
consideración a Jesús como principio hermenéutico de toda la revelación.

I- Moisés fue consciente del papel que iba a jugar en el plan de Dios para la liberación de
las tribus israelitas del yugo egipcio. (v25) Y para ello fue capacitado en todo tipo de
conocimiento de las ciencias por los mejores maestros de Egipto, además de las técnicas
marciales obligatorias.
II- Lo difícil para él llegó cuando fue a visitar a sus hermanos de etnia y se dio cuenta que
ellos no lo consideraban “jefe ni juez” entre el pueblo. (v27) Este choque violento,
contra la realidad israelita, hizo que a la primera oportunidad huyera desconsolado de
Egipto. Todo asomo de sensatez basada en su educación elitista, su posición en la
nobleza, su acceso al rey y, hasta posible candidato en la sucesión dinástica, quedaron
hechos añicos en una fracción de tiempo. Moisés simplemente huyó a la tierra de
Madián, un pueblo que lo acogió sin cuestionar su procedencia y en el que halló esposa.
III- Pasados 40 años en los cuales trabajó como pastor de ovejas para su suegro Jetro, Dios
lo llama desde una zarza en llamas que no se consumía y, que, al acercarse Moisés a
verla, Dios le advirtió que se quitara su calzado puesto que estaba en un lugar santo.
IV- Seguidamente, Dios le instruiría acerca de la misión liberadora que iniciaría para con
Israel, por medio de su persona, quien ya estaba de sobra capacitado con un espíritu
manso, pastoral y entendido en los menesteres requeridos para tal fin. Dicho en buen
nicaragüense: ya Moisés estaba domado. Además, era padre de dos hijos y esposo
devoto de su mujer Séfora.
V- Esta misión, desde la perspectiva divina, se ejecutaría ya no según los términos iniciales
de Moisés: violencia, muerte, imposición y un falso sentido de justicia (cf. Ex 2, 17 al
19.); mas bien, se llevaría a cabo según los términos de Dios de Justicia, no violencia y
en el tiempo designado por El: el Kairós.
Como hemos podido notar, la vinculación del Primer Testamento con el Segundo, es diáfana.
Esteban se esfuerza en llevar a las autoridades del Concilio a entender que ese Jesús, a quien hacía
algunos meses atrás habían matado, era el mismo Mesías quien había venido a ofrecerle liberación
plena a la nación israelita.

Moisés como tipo de Jesús, en cuanto libertador del pueblo de Dios, fue usado por Dios de manera
formidable mediante signos y prodigios que realizó animado por el Espíritu de Dios para sacar al
pueblo de Egipto. Con todo, él mismo no pudo disfrutar de poseer una heredad en esa tierra
abundante, que Dios había prometido a Abraham que le daría a su descendencia.

En cambio, Jesús ratificó la liberación plena del mundo, en cuanto que completó toda la obra que
Su Padre le pidió que realizara Jn. 17, 4. Lo hizo en el tiempo dispuesto, Gál. 4, 4; no hizo uso de
violencia, mas bien lo hizo con mansedumbre y perdón. Todo lo anterior le permitió sentarse a la
derecha de Dios desde donde intercede por Su pueblo conformado por todas las personas que han
nacido de nuevo “del agua y del Espíritu”.

Como suele suceder, los interlocutores de Esteban hicieron oídos sordos ante la mansa pero
profunda defensa que él hizo. Ya habían determinado matarlo a fin de callar su poderoso testimonio.
En su martirio, Esteban, se identificó con su Maestro: Jesús, el Mesías y su muerte redundó en
fortalecimiento y consolidación de los demás testigos que, al igual que él, habían confesado que
Jesús era Su Señor.

CONCLUSIÓN.

a- La iglesia debe seguir permaneciendo fiel a Su Señor en cuanto a desechar cualquier intento
que intente transformar la realidad inmediata que haga uso de la violencia, así esta venga
en el embalaje más sutil que se pudiera considerar. Solamente predicando y viviendo en
santa y piadosa manera de vivir podremos ofrecer un testimonio en línea con el de nuestro
Señor Jesús.
b- El conocimiento en general, las ciencias, las artes y las técnicas son fabulosas herramientas
para la misión. Sin embargo, Dios requerirá personas con corazones sensibles a Su Palabra,
mansas y humildes de corazón para realizar la labor libertadora.
c- Con toda seguridad quienes así actúen: en contra de los valores del mundo, a
contracorriente con la Cultura y las opciones de vida opuestas al plan de Dios, etc., van a
experimentar persecución, ofensas, e incluso, la pérdida de sus vidas.
d- No obstante, el Pueblo de Dios debe estar consciente que la victoria está garantizada por el
León de Judá cuya apariencia es la de un Cordero degollado, el cual se siente a la derecha
del trono de Dios. Que él, nuestro Príncipe de paz, nos ayude a cumplir la Misión.

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