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Intercambio La búsqueda de los elementos en secundaria*

Antonio Joaquín Presentamos en este artículo un recurso didáctico innovador que se ha llevado
Franco a cabo con alumnado de 3º de ESO de la asignatura de física y química. Cada
IES José de Ribera.
Sección de La Pobla
estudiante realiza una búsqueda de los elementos químicos en su entorno más
del Duc (Valencia) próximo y los plasma en un dibujo tras una puesta en común en clase.

Palabras clave: física y química, secundaria, elementos químicos, divulgación,

enseñanza, aprendizaje.

The Search for Chemical Elements at Secondary School

In this article, we present an innovative didactic resource used with 3rd-year
secondary physics and chemistry students. Each student searches for the che-
mical elements in their immediate surroundings and then draws them after a
class idea-sharing session.

Keywords: physics and chemistry, secondary, chemical elements, popularising,

teaching, learning.

En la actualidad, el estudio y manejo de los nombres y símbolos de los

elementos químicos de la tabla periódica sigue siendo, por varias razo-
nes, una asignatura pendiente para muchos estudiantes de secundaria.
La primera de ellas es el elevado número de elementos existentes, que al
superar el centenar, hacen ver al alumnado una larga lista de nombres
sin ninguna relación aparente, que debe memorizar de la misma forma
que la lista de los Reyes Godos. Por otro lado, también dificultan su es-
tudio el desconocimiento de los nombres de algunos elementos y el he-
cho de que el alumnado piense que la mayoría de estos elementos no se
encuentran cercanos a ellos, por lo que no son capaces de asociarlos
con objetos cotidianos que los contengan.
El estudio de los elementos de la tabla periódica no debe conver-
tirse en un proceso de memorización por repetición, una y otra vez, de
una lista de nombres, sino que debe pretenderse que el alumnado sea
capaz de asociar correctamente cada nombre con su símbolo y con sus
propiedades físicas y químicas, lo cual se conseguirá de forma significa-
tiva si ese listado tiene algún sentido para el estudiante, por ejemplo
porque es capaz de relacionar sustancias con dichos elementos. Para
conseguir dicho objetivo, este trabajo propone una experiencia de bús-
queda de elementos en el entorno más cercano al alumnado.

Metodología La experiencia didáctica que se describe en este artículo se ha realizado

con alumnos y alumnas de 3º de ESO de la asignatura de física y química

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de la Sección de La Pobla del Duc del IES José de Ribera durante el curso
2005/2006, y se ajusta a los siguientes principios:
.Partir del nivel de desarrollo del alumnado.
.Conocer la ciencia del alumnado (sus ideas previas) y sus proble-
mas de aprendizaje (Hierrezuelo y Montero, 1991).
.Construir aprendizajes significativos, en primer lugar evitando
los aprendizajes repetitivos y asegurando la conexión entre los
nuevos aprendizajes y los conocimientos previos. Y en segundo
lugar, procurando que los contenidos sean potencialmente sig-
nificativos, tanto desde la estructura lógica de la materia como
desde la estructura psicológica del alumnado (actitud, motiva-
ción, grado de desarrollo cognitivo, etc.) y hacerles capaces de
«aprender a aprender». (Gil, 1991; Shayer, 1984, Franco, 2006).
.Aprendizajes funcionales porque pueden ser aplicados en cir-
cunstancias reales en que el alumnado lo necesite, así como por-
que posibilitan el aprendizaje de otros conocimientos,
habilidades, destrezas, etc.
.Aprendizaje en grupos: Para favorecer las relaciones entre iguales,
proporcionando pautas que permitan la confrontación y modifi-
cación de puntos de vista, la coordinación de intereses, la toma de
decisiones colectivamente, organización de grupos de trabajo,
distribución de responsabilidades y tareas, la ayuda mutua, y la
superación de conflictos mediante el diálogo y la cooperación.

La búsqueda de Aunque la búsqueda y el descubrimiento de los elementos químicos ha

los elementos preocupado al hombre a lo largo de la historia (Asimov, 1986), el presen-
te trabajo no pretende profundizar a nivel de secundaria en esta impor-
tancia histórica. Simplemente pretendemos acercar dichos elementos
químicos al alumnado a través de una experiencia didáctica dividida en
dos partes bien diferenciadas: una teórica, de búsqueda de información
y otra práctica, de aplicación.
En la primera parte de la experiencia, cada alumno o alumna reali-
za de forma individual, un trabajo de búsqueda de información basado
en asociar los elementos químicos de la tabla periódica (a excepción de
lantánidos y actínidos) a algunas sustancias y objetos cotidianos de su
entorno más próximo, porque forman parte de su composición. Por
ejemplo, podemos encontrar carbono en la barra de grafito de nuestro
lápiz, y sodio y cloro en la sal de cocina.
Una vez buscada la información, se constituyen grupos de cuatro
estudiantes para poner en común los datos encontrados. A partir de la
información recopilada, cada grupo debe elaborar un listado de objetos

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en los que se encuentren los elementos químicos. Para ello, se deben re-
chazar aquellos objetos propuestos que no se encuentren en su entorno
más próximo. Por ejemplo, si la información aportada para el elemento
carbono es la mina de un lápiz, un diamante, acero y plásticos, podrían
incluir en la lista la mina de grafito al ser el objeto más cercano a ellos.
A continuación se realiza una puesta en común de información con
toda la clase para elaborar un listado que asocie cada uno de los elemen-
tos químicos al objeto o sustancia más cotidiana. Es interesante recordar
al estudiante que en la composición de los objetos presentados, el ele-
mento indicado no es el único componente en la mayoría de los casos. El
listado final elaborado por toda la clase se recoge en el cuadro 1.

Cuadro 1. Listado de elementos químicos y sustancias cotidianas que los contienen

ELEMENTOS DEL PRIMER PERÍODO

Hidrógeno Agua, amoníaco.
Helio Gas de los globos de feria y aerostáticos.
ELEMENTOS DEL SEGUNDO PERÍODO
Litio Pilas, baterías de móviles.
Berilio Resortes de relojes de pulsera.
Boro Raquetas de tenis.
Carbono Mina de grafito de un lápiz, diamante, plásticos.
Nitrógeno Amoníaco, fertilizantes.
Oxígeno Agua, gas imprescindible para la combustión.
Flúor Pasta de dientes.
Neón Luces de neón, faros antiniebla de un coche, tubos catódicos de televisores.
ELEMENTOS DEL TERCER PERÍODO
Sodio Luces de farolas, sal común.
Magnesio Bicicletas de carreras.
Aluminio Papel de aluminio, marcos de ventanas.
Silicio Cemento, vidrio.
Fósforo Fertilizantes, fósforos.
Azufre Líquido para permanente, vulcanizado del caucho.
Cloro Sal de cocina, lejía, ácido clorhídrico, materiales de PVC.
Argón Gas de bombillas.

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ELEMENTOS DEL CUARTO PERÍODO

Potasio Fertilizantes.
Calcio Leche, escayola, huesos.
Escandio Materiales para la industria espacial.
Titanio Pigmentos de pintura y papel.
Vanadio Herramientas, muelles.
Cromo Cintas de audio y vídeo.
Manganeso Cajas de seguridad.
Hierro Clavos, herramientas, imanes, estructuras de los coches.
Cobalto Cuchillas de afeitar.
Níquel Monedas de euro.
Cobre Monedas de euro, cables eléctricos.
Zinc Recubrimiento anticorrosión.
Galio Memorias de ordenadores.
Germanio Lentes de gran angular para cámaras de fotos.
Arsénico Perdigones.
Selenio Fotocopiadoras, champú anticaspa, contadores de la luz.
Bromo Películas fotográficas.
Kriptón Lámparas fluorescentes.
ELEMENTOS DEL QUINTO PERÍODO
Rubidio Células fotoeléctricas en supermercados o ascensores.
Estroncio Material pirotécnico.
Ytrio Pantalla de un televisor a color.
Zirconio Cápsulas para instrumentos de percusión.
Niobio Imanes supermagnetos.
Molibdeno Lubricantes.
Tecnecio Elemento radiactivo para investigación médica.
Rutenio Plumillas para estilográficas, tratamientos oftalmológicos.
Rodio Repetidor de teléfonos.
Paladio Corona dental.
Plata Medallas olímpicas, cubiertos, joyas, candelabros, revelado de fotografía.
Cadmio Chapado de tornillos.
Indio Placas solares.
Estaño Monedas, esmaltes, tubos para órganos musicales.

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Antimonio Detector de infrarrojos del chip de las tarjetas de crédito.

Telurio Vulcanizado del caucho.
Yodo Lámparas halógenas.
Xenón Proyectores.
ELEMENTOS DEL SEXTO PERÍODO
Cesio Células fotoeléctricas en supermercados o ascensores.
Bario Bujías, lámparas fluorescentes.
Lantano Lentes para cámaras.
Hafnio Submarinos nucleares.
Tántalo Condensadores, pesas.
Wolframio Filamentos de bombillas.
Renio Termopares para hornos, electrodos.
Osmio Plumillas para estilográficas.
Iridio Material del que está construida la barra metro patrón.
Platino Crisol de laboratorio.
Oro Joyas, medallas olímpicas, lingotes.
Mercurio Termómetros de mercurio, barómetros, amalgamas para empastes dentales.
Talio Insecticidas.
Plomo Baterías de coches, tuberías de casas antiguas.
Bismuto Aspersores de agua.
ELEMENTOS DEL SÉPTIMO PERÍODO
Uranio Combustible nuclear.
Plutonio Combustible nuclear.

Los dibujos La segunda parte de la experiencia desarrollada es una actividad de

aplicación que consiste en plasmar en un dibujo un entorno próximo en
el que podamos encontrar dichos objetos y sustancias. El alumnado de-
be indicar junto a cada objeto el elemento químico que contiene. La
mayoría de los estudiantes optaron por representar una casa o su pro-
pio barrio como entornos en los que podían encontrar todos los ele-
mentos químicos.
A modo de ejemplo, las figuras 1, 2 y 3 presentan los dibujos reali-
zados por tres alumnas de 3.º de ESO. El trabajo presentado en la figura
1 utiliza una casa como único entorno, mientras que los trabajos de las
figuras 2 y 3 (véase la p. 104) requieren dos entornos, la casa y el barrio,
para representar todos los elementos químicos.

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Figura 1. Trabajo realizado por la alumna Ana M.ª

En la selección de estos trabajos se ha valorado la cotidianidad y

proximidad del objeto en la vida del alumnado, así como la presenta-
ción de lugares comunes a un gran número de objetos y elementos. Por
esta razón, algunos estudiantes han dibujado en detalle cada una de las
habitaciones de una casa, con idea de representar microentornos donde
puedan encontrar muchos objetos y elementos. Así, en el baño de la fi-
gura 1 encontramos diversos elementos químicos «escondidos» en la
pasta de dientes (flúor), la cuchilla de afeitar (cobalto), el champú anti-
caspa (selenio), la corona dental (paladio), el agua del grifo (hidrógeno
y oxígeno), la bombilla (argón en el gas y wolframio en el filamento) o
la lámpara fluorescente (bario). Por su parte, la alumna que realiza el
dibujo de la figura 2 ha encontrado en su coche, un microentorno don-
de reunir a todos los siguientes elementos químicos: el armazón de hie-
rro, el recubrimiento de zinc para evitar la corrosión, la batería de
plomo estropeada, las luces de neón de los faros antiniebla, los cristales
(silicio) de las ventanillas y el lubricante (molibdeno). Además aún po-
dría haber añadido el bario, material del que están hechas las bujías.
Lógicamente existen elementos químicos que no podemos encon-
trar en objetos cotidianos, tales como el escandio, utilizado en los mate-
riales para la industria espacial, y una serie de elementos radiactivos
empleados con fines nucleares, como el tecnecio, útil en la investigación
médica, o el hafnio y el uranio, utilizados como combustibles para sub-
marinos y centrales nucleares, respectivamente. Sin embargo, la mayoría
del alumnado ha subsanado esta dificultad con diferentes estrategias.
Así, la alumna que realiza el trabajo de la figura 3 ubica el elemento haf-

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Figura 2. Trabajo realizado por la alumna Lorena

Figura 3. Trabajo realizado por la alumna Noemí

nio en una imagen de un cuadro que representa un submarino nuclear, si

bien, también podría haberlo asociado a la imagen de la noticia de un
submarino nuclear emitida en la pantalla de ytrio del televisor a color.
Por su parte, la peligrosidad del tecnecio y del uranio se asocia en la fi-
gura 1 a una central nuclear situada en la lejanía tras las montañas,

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mientras que el escandio aparece en esta misma figura como componen-

te de una nave espacial representada en un cuadro de su habitación.

Conclusiones Este recurso didáctico con carácter innovador ha permitido la enseñan-

za-aprendizaje de los elementos químicos de la tabla periódica en 3.º de
ESO de una forma significativa, funcional, grupal y divertida, posibili-
tando un alto grado de motivación y participación en clase. Resulta
conveniente colgar algunos de estos dibujos en el aula en un lugar bien
visible. Así, como describe Sabalis (2004), que también ha trabajado con
imágenes en la ESO, se les irán fijando en la memoria, ya que cada día
verán los dibujos colgados en el aula y el docente podrá referirse a al-
guno de ellos a lo largo del curso. También sería positivo colgar algunas
de estas imágenes en el laboratorio, donde pasan alumnos y alumnas de
todo el instituto. Así, otros estudiantes del centro, aunque no hubiesen
contribuido en la realización del trabajo, también se beneficiarán de di-
chos dibujos que constituyen una visión global de la diversidad de ele-
mentos químicos que componen la naturaleza.

Nota (*) A GRADECIMIENTOS : A todos los alumnos de 3.º de ESO del IES José de Ribera de
La Pobla del Duc (Valencia) sin los cuales no se podría haber desarrollado esta
experiencia, especialmente a las alumnas Ana María Soler, Lorena Navarro y
Noemí Méndez, a las que corresponden los trabajos presentados.

Referencias ASIMOV, I. (1986): La búsqueda de los elementos. Barcelona. Plaza & Janés.
bibliográficas FRANCO, A. J. (2006): «Elemental, ¡ganemos el Mundial!» en Aula de Innovación
Educativa, n. (Aceptada, pendiente de publicación).
GIL, D. y otros (1991): La enseñanza de las ciencias en la educación secundaria.
Barcelona. ICE-Horsori.
HIERREZUELO, J.; MONTERO, A. (1991): La ciencia de los alumnos: Su utilización
en la didáctica de la física y química. Vélez-Málaga. Elzevier.
SABALIS, P. (2004): «Del macrocosmos al microcosmos» en Alambique, n. 42, pp.
111-117.
SHAYER, M.; ADEY, P. (1984): La ciencia de enseñar ciencias. Madrid. Narcea.

Dirección Antonio Joaquín Franco Mariscal

de contacto IES José de Ribera. Sección de la Pobla del Duc (Valencia)
antoniojoaquin.franco@uca.es
Este artículo fue recibido en Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimen-
tales en febrero de 2006 y aceptado para su publicación en octubre de 2006.

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