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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PRIVADA NOR-ORIENTAL


“GRAN MARISCAL de AYACUCHO”
ESCUELA DE DERECHO
NUCLEO – MATURIN

LA TIPÍCIDAD

Profesora: Estudiantes:
Abg. Mirian Marcano Richard Ramirez
Sección N° 1-D1 Eliuska Coa
Odette García

Maturín, Octubre 2019.


La tipicidad

Según, Rodríguez Morales (2006), la tipicidad es “la adecuación de la conducta


a un determinado tipo penal, es decir, la posibilidad de subsunción de tal conducta a la
descripción que de ella hace el legislador penal a los efectos de considerarla delictiva”
(253). Expresa el referido autor, que la tipicidad como elemento del delito, es una
cualidad que se atribuye a una acción o conducta, de allí que si la misma se verifica se
habla de la existencia de una acción típica.

La tipicidad como elemento del delito

Es una cualidad que se atribuye a una acción o conducta humana descrita en la


ley como delictiva, que al verificarse se habla de la existencia de una acción típica, lo
cual limita al poder punitivo del Estado, por cuanto, si la acción o conducta humana
sometida a consideración no es típica, no se puede hablar de conducta delictiva, es
decir, que exista delito alguno, lo cual acarrea la terminación de la averiguación o
investigación penal, sea mediante la figura de la desestimación o en su defecto del
sobreseimiento de la causa Estructura del tipo.

Injusto Típico

Para que se tipifique un delito, debe reunir una serie de requisitos o lo que se
denomina la teoría estratificada del delito. Es decir, primero debe de verificarse si hubo
acción es decir conducta, luego si esa conducta está tipificada como prohibida, es decir
si es antijurídica, después si no existió una excusa en el obrar, esto constituye lo que se
denomina un injusto típico en lo relativo a la conceptualización de la tipicidad penal.

Los elementos de la estructura del tipo penal

Según los más destacados autores, entre ellos Santiago Mir Puig (2002), son
tres, a saber: la conducta típica, sus sujetos y sus objetos.
1.- La conducta típica

Siguiendo con el autor citado, este expone que toda conducta típica debe
integrarse con los dos componentes necesarios de todo comportamiento: su parte
objetiva y su parte subjetiva. En este elemento, se atiende a examinar si, una vez
confirmada la presencia de un comportamiento, el mismo reúne todos los requisitos de
un determinado tipo penal. Por ello, la parte objetiva de la conducta y la parte subjetiva
de ésta, debe corresponder con la parte objetiva y subjetiva del tipo, para que concurra
una conducta típica.

En este sentido, tenemos que, la parte objetiva del tipo, abarca el aspecto externo
de la conducta. En la parte subjetiva del tipo se halla constituida, siempre por la
voluntad, sea esta consciente (dolo) o sin conciencia suficiente (imprudencia); y a veces
por especiales elementos subjetivos, por ejemplo, el ánimo de lucro, en el delito de
hurto

2.- Los sujetos de la conducta típica

El tipo penal supone la presencia de tres sujetos que se encuentran en una


determinada relación recíproca: el sujeto activo (quien realiza el tipo), el sujeto pasivo
(el titular del bien jurídico penal atacado por el sujeto activo) y el Estado (llamado a
reaccionar con una pena).

3.- Los objetos

En este punto, debe distinguirse entre objeto material (persona o cosa) y el


objeto jurídico. En el primer caso, se constituye por la persona o cosa sobre la que
recae la acción del sujeto activo de la conducta típica.

Con respecto al bien jurídico, este es sinónimo de bien jurídico, es decir, el bien
objeto de la protección de la ley. No equivale al objeto material. Ejemplo: en el delito
de hurto, el bien jurídico tutelado, es la propiedad sobre la cosa, y el objeto material, es
la cosa hurtada.

Clasificación de los tipos penales

Doctrinalmente, se han clasificados los tipos penales: según la finalidad de la


conducta, existen tipos penales dolosos y culposos. En lo que respecta a los tipos
dolosos se caracterizan por describir la conducta cuya finalidad coincide con la
realización de todos los elementos constitutivos del tipo penal; en este caso, la finalidad
en sí misma es el dato determinante de la prohibición; admite diferentes grados según se
trate de dolo directo de primer grado, donde el autor persigue directamente la
producción del resultado; dolo directo de segundo grado o de consecuencias necesarias,
en el cual, el autor persigue un resultado que conllevará necesariamente la producción
de otro; y el denominado dolo eventual, donde el autor no persigue directamente el
resultado pero lo acepta en su voluntad al actúa de manera indiferente frente a la lesión
del bien jurídico protegido.

Los tipos culposos se caracterizan por describir una conducta que viola un deber
de cuidado, determinando la producción del resultado típico, la finalidad en sí misma,
no es el dato determinante de la prohibición, sino la forma o modo de obtenerla.
Asimismo, los tipos penales se suelen clasificar según: la forma de individualizar las
conductas prohibidas; existen tipos penales activos y omisivos; los tipos activos se
caracterizan por describir a la conducta prohibida merecedora de pena, por ejemplo:
Art. 406 del Código Penal, referido al homicidio intencional; en cambio los tipos
omisivos describen a la conducta debida, resultando prohibida y merecedora de pena
toda conducta distinta de la debida, por ejemplo: la omisión de socorro o denegación de
auxilio, previstos como delitos en el Código Penal venezolano.

Función de la tipicidad:

En opinión del autor Luis Jiménez de Asúa, la tipicidad desempeña una función
predominantemente descriptiva que singulariza su valor, en el concierto de las
características del delito y se relaciona con la antijurídica por concretarla en el ámbito
penal. La tipicidad no solo es pieza técnica. Es como secuela del principio legista,
garantía de libertad.

Por lo anterior se concluye que la tipicidad describe el delito para adecuarla en


forma práctica a la Ley Penal, y así poder estar en aptitud de encuadrarlo en las
conductas antijurídicas sancionables en dicha ley y plasmadas por el legislador, y en la
que separa el tipo de la tipicidad.
Funciones de la tipicidad:

 Función indiciaria

Cumple una función indiciaria que supone, que la realización del tipo legal es solo ratio
cognoscendi de la antijuridicidad. Es un conocimiento provisional que será completado
cuando se determine la antijuridicidad (contrariedad de la realización del tipo con el
ordenamiento jurídico).

 Función fundamentadora

También cumple una función fundamentadora, ya que la tipicidad es el fundamento del


delito, propiamente dicho. Aunque se ha señalado a la acción como la base de la teoría
del delito, en la que actúan los elementos del delito, sin la tipicidad la acción sería solo
una mera conducta no calificada como punible por el legislador, y por ende, no
merecedora de sanción penal. Se comienza a analizar una conducta determinada
partiendo desde la tipicidad. Así, la tipicidad se convierte en el punto de inicio del
examen judicial, de un caso concreto; y al mismo tiempo, nos ofrece la garantía de
la seguridad jurídica.

 Función seleccionadora

Por la función seleccionadora, la tipicidad identifica las conductas que serán penalmente
relevantes. El legislador va a escoger, entre todas las posibles conductas antijurídicas,
aquellas que impliquen posibles afectaciones de bienes jurídicos importantes. Así, esta
función da cumplimiento al principio de intervención mínima del Derecho Penal.

 Función garantizadora

La función garantizadora de la tipicidad es una consecuencia del principio de legalidad.


El tipo legal permite al ciudadano un conocimiento seguro en cuanto al límite entre la
conducta sancionada y la atípica, cumpliendo así una función de garantía. De esta
manera, el tipo interviene en la limitación al poder penal. A la tipicidad se le ha
encargado el cumplimiento de una función trascendental para la preservación de
la seguridad jurídica proporcionando al ciudadano de antemano un catálogo en el que se
describen conductas amenazadas con una sanción penal, obstaculizando el ejercicio
arbitrario del poder penal.
 Función de motivación

El tipo cumple una función de motivación para toda la sociedad. “La función de
motivación del tipo permite que el destinatario de la norma pueda conocer cuál es la
conducta prohibida, de cuya realización debe abstenerse”. Por medio de la pena, el
legislador trata de garantizar el respeto a una determinada forma de solución de del
conflicto social considerada acorde al ordenamiento jurídico. Esta función está ligada, a
su vez, con la denominada función de instrucción del tipo.

 Función de instrucción

El tipo va a permitir a los ciudadanos conocer el significado jurídico-penal que revisten


sus actos. A través de la norma penales señalará las acciones u omisiones que provocan
la reacción punitiva del Estado, y por ende, no deben ser realizadas.

 Función sistematizadora

Finalmente, se asigna la función sistematizadora, en el sentido que el tipo abarca


todos los elementos necesarios para el conocimiento de las conductas que pueden ser
sancionadas penalmente. Así, en la parte general del Código Penal, se estudian las
características comunes a todos los tipos penales, y en la parte especial, sus aspectos
particulares. Con esta función, el tipo permite establecer un puente o unión entre la parte
general y la parte especial del Código Penal.

La Antijurícidad

La antijuridicidad es uno de los elementos esenciales del delito, cuya


fundamentación radica en que los preceptos penales no pueden ser simples coacciones
impuestas bajo amenaza de castigo, pues ha de tenerse en cuenta que el Derecho Penal
Positivo ha de ser regido por una serie de límites político-criminales.
En sentido literal, antijuridicidad quiere decir contrariedad a Derecho, pero no
sólo al Derecho Penal, sino al Derecho en general, por lo que un delito siempre es una
conducta antijurídica, pero no todo hecho antijurídico puede ser considerado como
delito.El positivismo, del último tercio del siglo pasado y de comienzos del actual,
origen de las bases del moderno concepto de delito, concibió la antijuricidad como
referida únicamente a la componente objetiva (externa) de la acción.
En el Derecho Penal moderno, la valoración que se hace en la antijuridicidad, es
sobre la conducta desarrollada por el sujeto (valoración objetiva), se valora el impulso
volitivo no el contenido de la voluntad, esta última es valorada subjetivamente dentro la
culpabilidad. La tipicidad, como antes se indicó es indicio de la antijuridicidad. De allí,
que una vez determinada la acción típica, no queda más que averiguar sin dicha
conducta está o no justificada, es decir, si se verifican o no las causas de justificación
penal, ya que en caso de verificarse una causa de justificación, estaríamos en presencia
de una acción típica, pero jamás antijurídica, por lo tanto, no habría delito alguno que
atribuir mediante el ejercicio de la acción penal.

Mir Puig (2002) refiere que, “para que una conducta antijurídica constituya delito es
preciso que sea penalmente típica, es decir, que se ajuste a algunas de las figuras de
delito”. Expresa que no toda antijuridicidad es antijuricidad penal, las infracciones
administrativas o el ilícito civil son otras especies de antijuricidad. La antijuricidad
penal requiere la tipicidad penal (principio de legalidad).

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