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Empleos
Mientras sus compañeros de clases se
dedicaban a actividades frívolas, Robert Hooke se
ocupaba en ganarse la vida. Thomas Willis le dio
empleo, como ayudante de anatomía química, con
quien aprendió disección. Luego llegó a ser asistente
de laboratorio, del filósofo Robert Boyle, desde 1655 a
1662, al parecer Willis lo presentó y recomendó.
En esa época, 1658, se llevó a cabo la construcción de
una bomba de aire o “machina boyleana”, basada en la
de Ralph Greatorex, a quien Hooke consideraba
“Demasiado bruto para realizar cualquier gran tarea”.
Hooke tenía una especial habilidad matemática, virtud
que no aplicaba en Boyle, por lo que se cree, que fue
él quien hizo las observaciones matemáticas, en la Ley de Boyle-Mariotte.
Tanto Boyle como Hooke se profesaban un profundo respeto, mantuvieron una amistad por el resto de
sus vidas. Obtuvo el título de Master of Arts y conoció a Christopher Wren, Wadham, John Wilkins,
Thomas Willis y Robert Boyle, quienes fueron de vital importancia en su floreciente carrera científica.
DESCUBRIMIENTOS EN BENEFICIO
DE LA HUMANIDAD POR ROBERT
HOOKE
Mientras trabajaba con Boyle, éste le propuso una misión: diseñar y construir una bomba, que
comprimiera el aire y produjera el vacío, cuando realizaba experimentos sobre la naturaleza de los gases.
Capilaridad
En 1661, Hooke debatía un tratado sobre la salida del agua en tubos de
vidrios delgados, en el que descubrió que la altura a la que llega el agua,
estaba relacionada con el diámetro del tubo, lo que ahora
el descubrimiento de Robert Hooke se conoce como “capilaridad”.
Este fenómeno fue publicado con detalles en su obra “Micrography”, en
la que también se refirió a la “fluidez de la gravedad”. Gracias a estos
estudios, se nombró a Hooke en el puesto de Curator (encargado de
equipar a la sociedad con experimentos), en la Real Sociedad de
Londres, el 12 de noviembre de 1661, agradeciendo por este detalle a
Robert Boyle.
Células
Otro de los grandes descubrimientos de Robert Hooke fueron las células,
pues, con ayuda del microscopio, descubrió en una lámina de corcho,
que la misma tenía pequeñas cavidades poliédricas, similares a las
celdillas de un panal. A cada una de ellas llamó célula, sin aun determinar
qué papel jugaban estas celdillas, en la constitución de los seres vivos.
Estaba viendo células vegetales muertas, de forma poligonal. Unos años
más tarde, el biólogo y anatomista italiano, Marcelo Malpighi, descubrió
las células vivas, estudiando por primera vez.
Teoría celular
Al tener conocimientos de la organización de las células, como parte
de la materia, en el siglo XIX se postuló la teoría celular, que
consistía en los siguientes principios:
Todos los seres vivos están integrados por células y los
productos de éstas.
Las células son las unidades de estructura y función.
Todas las células provienen de células preexistentes. Este fue
agregado en 1858 por Virchow.
A finales de este siglo, los estudios demostraron que las células nos
pueden dar el origen y causas de las enfermedades, es decir, que
una persona enferma, por ende, tiene las células enfermas.
Misceláneas
Newton, en su famosa frase, “si he llegado a ver más
lejos, fue encaramándome a hombros de gigantes”, que
se encontraba en la correspondencia personal con
Hooke, en 1676, se refería en forma sarcástica a la baja
estatura de este último.
En su época era muy reconocido, lo llamaban el
“Leonardo da Vinci inglés” o “Leonardo de Inglaterra”,
por sus grandes obras arquitectónicas que diseñaba y
construía en Londres.
BIBLIOGRAFIA
Inwood, Stephen (2017). El hombre que sabía demasiado. «Robert Hooke: el hombre que lo sabía todo»
http://danival.org/_defgal.php?pr=9500personajes_-hooke.html