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La inteligencia criminal en la seguridad pública argentina.

Chapter · August 2010

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Jose Manuel Ugarte


Universidad de Buenos Aires
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La inteligencia criminal en la seguridad
pública argentina.
(Publicado en Prejuicio, crimen y castigo,
coord. por Enrique del Percio,
Sudamericana, Buenos Aires, 2010

José Manuel Ugarte1

1. La inteligencia criminal: hacia el accionar policial guiado por la


inteligencia.

La inteligencia criminal es uno de los aspectos de la actividad


policial de mayor desarrollo en los últimos años, en muy diversos
países. Aunque ha constituido desde siempre parte de la actividad
policial, ha sido en los últimos tiempos en que ha tenido lugar su
evolución doctrinaria y legal, en que han surgido importantes
estructuras dedicadas a su práctica, y en que se ha comprendido
cabalmente su importancia para enfrentar los actuales desafíos de la
seguridad pública.

El auge actual de la inteligencia criminal tiene lugar por la


creciente percepción de que el conocimiento que el policía tiene de su
barrio o del lugar en el que debe actuar, respecto de cuáles son las
personas respecto de las que deberá actuar, de las capacidades y
recursos con que cuenta su comisaría, precinto o destacamento para
enfrentar al delito, de quiénes son y cómo actúan los delincuentes de
su barrio o área, y el conocimiento derivado de los registros de
antecedentes criminales y policiales con que cuentan la mayoría de los
países, y aún la experiencia policial acumulada de los casos en que se
debió intervenir, resultan hoy notoriamente insuficientes ante el auge
de la delincuencia, el creciente perfeccionamiento del delito, y, muy
especialmente, el auge del delito organizado y su frecuente carácter
interjurisdiccional.

El delito organizado, destinatario fundamental, pero ciertamente no


único, de la inteligencia criminal, plantea a la policía, al ministerio
1
José Manuel Ugarte es abogado y especialista en Derecho Administrativo y Administración Pública
(UBA), Profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad
Católica de Santiago del Estero, Profesor de Legislación de Seguridad e Inteligencia en la Maestría de
Seguridad Pública de Policía Federal Argentina y de Seguridad Interior de las Escuelas Superiores de
Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina, así como de la Carrera de Especialización en
Gestión de la Defensa de la Universidad de Tres de Febrero. E-mail manuguart@gmail.com
público, a los órganos judiciales, y al sistema penitenciario, el desafío
representado por la organización o empresa criminal, dotada
frecuentemente de medios técnicos sofisticados que pueden incluir
medios de espionaje intrusivos, armamento de significativo poder de
fuego, e importantes recursos económicos que pueden ser puestos en
juego para corromper políticos, jueces, y aún penetrar las propias
instituciones policiales. También suelen contar con negocios lícitos
que, al par que disimulan el accionar de la organización, allegan a ésta
importantes recursos, y con una férrea cadena de mando caracterizada
por la implacable violencia ejercida sobre miembros desobedientes,
delatores, desertores y testigos, cuando no sobre jueces y funcionarios
que pretenden investigar y poner término al accionar de la
organización.

Frente a este tipo de desafíos, es cuando se evidencian


particularmente tanto la necesidad, como el valor de la inteligencia
criminal.

Pero aún frente a otros tipos de delitos que pueden no poseer


estrictamente las características de delito organizado –delitos de
características reiteradas que evidencian, cuando menos, la existencia
de condiciones de lugar, víctimas, victimarios, etc. que favorecen su
acaecimiento, delincuentes seriales que actúan en más de una
jurisdicción policial, auge de determinadas formas delictivas, -
recuérdese en nuestro medio los reiterados asaltos a automovilistas
para despojarlos de sus vehículos, derivados a los desarmaderos, los
asaltos a pasajeros en taxis, los asaltos a ancianos en sus casas, etc.-
se evidencia la necesidad de contar con información de todos los
niveles de actuación de la seguridad pública, de todas las
jurisdicciones territoriales y políticas, de todas las instituciones
policiales y fuerzas de seguridad, nacionales y provinciales y de los
organismos estatales vinculados a, o que cooperan con, la seguridad
pública, de los órganos penitenciarios, de las causas judiciales, con
una comunicación telemática en tiempo real con todos los
participantes, y con los otros países de la subregión, y con una
adecuada capacidad de análisis de dicha información, que permita
encarar una eficaz acción de prevención y represión del delito.

La inteligencia criminal constituye parte de la actividad policial y


se diferencia de la actividad de inteligencia estrictamente hablando,
del mismo modo que la actividad policial y la actividad de
inteligencia continúan constituyendo actividades claramente diversas,
sin negar la relación y la cooperación que existe y debe existir entre
ambas.2

2
En Estados Unidos de América, se distingue entre inteligencia para la seguridad nacional, inteligencia
relativa a amenazas contra la seguridad nacional estadounidense, a cargo de los organismos de
inteligencia, protagonizada por los organismos de inteligencia, sujetos a múltiple y específica regulación
legal, y la inteligencia policial (law enforcement intelligence), o inteligencia criminal (criminal
intelligence) a cargo, a nivel nacional, de organismos nacionales, como el Federal Bureau of Intelligence
–quien tiene también a su cargo el rol fundamental en materia de contrainteligencia en el propio país,
Establecido ello, procuraremos aproximarnos al concepto de
inteligencia criminal.

Tal como ha sido desarrollada en buena parte del mundo –


destacándose el Federal Bureau of Investigation (FBI)
estadounidense, la Organización Internacional de Policía Criminal
(INTERPOL), la Oficina Europea de Policía (EUROPOL) y, como
organismos específicos, el National Criminal Intelligence Service
(Servicio Nacional de Inteligencia Criminal) del Reino Unido –
probablemente uno de los organismos de inteligencia criminal que
alcanzaron mayor desarrollo en el mundo -aunque a partir del 3 de
mayo de 2006 cesó su actividad por haber fusionado con el Nacional
Crime Squad (Escuadrón Nacional contra el Crimen, organismo
operativo de lucha contra el delito organizado), para conformar la
Serious Organised Crime Agency (Agencia sobre Delito Serio y
Organizado, organismo de inteligencia criminal con facultades y
capacidades operativas de lucha contra el delito organizado, que
además ha mantenido el apoyo de inteligencia a las policías locales y
agencias con facultades policiales que brindaba su predecesor- el
Canadian Criminal Intelligence Service (Servicio Canadiense de
Inteligencia Criminal), o la más reciente, pero con amplios
antecedentes en su país, Australian Crime Commission (Comisión
Australiana contra el Delito), o el Servicio Nacional de Inteligencia
Criminal del Reino de Holanda- constituye, antes que nada, parte de
la función policial, ejercida fundamentalmente por policías,
frecuentemente con la cooperación de personal de analistas y de apoyo
sin estado policial.

¿Qué es, en realidad, la inteligencia criminal? Se trata de la


aplicación de la metodología propia de la actividad de inteligencia,
fundamentalmente en materia de análisis, a la actividad policial, tanto
en el nivel estratégico –determinación de situación en materia de
seguridad pública, de todo el país, o de una región o área determinada,
o circunscripta a determinado o determinados delitos, comprendiendo
su probable evolución, amenazas, tendencias y causas a corto,
mediano y largo plazo, destinada a orientar a la política de seguridad
pública del país, o en una región o área determinada, o respecto de
determinado delito; como en el nivel operacional – conocimiento
destinado a guiar a jefes policiales, generalmente de rango medio, a
establecer prioridades en su accionar, a emplear con mayor eficiencia

ante la carencia por parte de Estados Unidos de un auténtico organismo de inteligencia interior- Por otra
parte, mientras que tratándose de las policías locales (estaduales, municipales, de condado o tribales) era
más frecuente anteriormente referirse a análisis del delito (crime analysis) actualmente y muy
especialmente después del 9/11/2001, además del análisis del delito, participan indiscutiblemente en la
inteligencia criminal o policial. La distinción entre la inteligencia para la seguridad nacional y la
inteligencia criminal o policial es clara. Similar distinción –con mayor claridad- puede advertirse en la
legislación, directivas y estructuras del Reino Unido, Canadá, Australia, etc. y, en general, en los países
desarrollados institucionalmente; se trata de la distinción, en definitiva, entre actividad de inteligencia y
actividad policial. En Latinoamérica, esta distinción tiene menos claridad. Ver, de José Manuel Ugarte,
La actividad de inteligencia en América Latina y la evoluciòn de la inteligencia criminal, Latin American
Studies Association, 2009, hoy disponible en www.aainteligencia.cl.
y eficacia recursos escasos, a efectuar un despliegue eficaz, a emplear
tácticas adecuadas, a fin de obtener mayores resultados en materia de
reducción del delito;; y táctico: investigación de las organizaciones
criminales –campo fundamental de interés de la inteligencia criminal-
y de aquellas formas delictivas que por su complejidad, gravedad,
reiteración y consecuencias, no logran ser prevenidas eficazmente por
la investigación policial, fiscal o judicial del caso individual.

Se ha definido a la inteligencia criminal de un modo más general


como …la creación de un producto de conocimiento de inteligencia
que apoya la toma de decisiones en las áreas de accionar policial,
reducción del delito, y prevención del delito…3

Se trata, en definitiva, de reemplazar en materia de accionar


policial a la improvisación o mera intuición, por el accionar policial
guiado por la inteligencia.

Con relación a la distinción precedentemente referida entre nivel


estratégico, nivel operacional, y nivel táctico, cabe señalar que la
diferencia entre tales niveles está dada tanto en la amplitud de visión y
nivel de detalle, como en el destinatario del producto inteligencia.

Mientras que el nivel táctico está orientado hacia un propósito


policial determinado –típicamente, el desbaratamiento de una
organización criminal, o la prevención eficaz de determinado delito
complejo- el nivel operacional está orientado hacia la aplicación de
medidas eficaces y el óptimo aprovechamiento de recursos policiales
escasos para la obtención de resultados positivos en materia de
reducción del delito, y disrupción de organizaciones criminales, y el
nivel estratégico está orientado hacia la formulación de alerta
temprana y la determinación de amenazas en materia de delitos, a
corto, mediano y largo plazo, con la finalidad de establecer
prioridades y adaptar a un país, una región, a un área, o a una
institución policial, para enfrentar adecuadamente las amenazas
criminales que van surgiendo, orientando el planeamiento de corto,
mediano y largo plazo y las políticas y a las operaciones en materia
de seguridad pública. De ese modo, mientras que el destinatario del
nivel táctico son equipos de investigadores, los consumidores de
inteligencia de nivel operacional son jefes policiales de rango medio,
responsables de un área geográfica determinada o que comandan
unidades dentro de una institución policial, los consumidores de
inteligencia de nivel estratégico son los formuladores de decisiones de
las instituciones, o los responsables políticos de la seguridad pública a
nivel local, nacional o subregional.

La organización o empresa criminal constituye el objeto clásico,


aunque ciertamente no único, de la Inteligencia criminal.

3
Jerry H. Ratcliffe, Integrated Intelligcence and Crime Analysis: Enhanced Information Management for
Law Enforcement Leaders, Second Edition, COPS-Police Foundation, Washington, 2007.
Se procura determinar su composición, medios humanos y
materiales con que cuentan, actividades que realizan, delitos
cometidos, en comisión y por cometerse, activos de que disponen,
involucramiento en actividades lícitas y sus alcances, medios de todo
tipo de que disponen, etcétera, en un trabajo que suele durar años y
que excede la investigación de un caso criminal determinado. El
objetivo es lograr un panorama completo de la organización que
posibilite la captura de la totalidad o de una parte sustancial de ella.

Se diferencia así de la investigación del caso determinado, cuyo


objetivo es el de esclarecimiento de un hecho concreto,
individualización de sus autores, obtención de las pruebas, y
juzgamiento de los delincuentes.

Aunque el objetivo final es obviamente el mismo, en la inteligencia


criminal resulta fundamental el análisis, la obtención del
conocimiento, con un enfoque de solución del problema, no limitado a
un hecho determinado, sino a conocer profundamente a la
organización o al conjunto de factores productores de delitos.

Para comprender adecuadamente la naturaleza de la inteligencia


criminal y su distinción respecto de la investigación del caso penal
concreto, creemos de suma utilidad transcribir estos párrafos, tomados
tanto de las Directivas del Procurador General (Attorney General)
estadounidense Smith, sobre Inteligencia Criminal, dirigidas a la
Federal Bureau of Investigation (Oficina Federal de Investigación),
reproducidas casi textualmente en las actuales Directivas sobre
Investigaciones relativas a Delitos Generales, Delito Organizado y
Organizaciones Terroristas –capítulo III Investigaciones de
Inteligencia Criminal- del Procurador General John Aschcroft
(2002), como también de esta última directiva:

…III. Investigaciones de Inteligencia Criminal. Esta sección


faculta a la Oficina Federal de Investigación para llevar a cargo
investigaciones de inteligencia criminal de ciertas empresas que
buscan ya sea obtener ganancias o lucros monetarios y comerciales a
través de actividades de delito organizado 4o buscar la obtención de
objetivos políticos y sociales a través de actividades que involucran
violencia criminal. Estas investigaciones difieren de las
investigaciones criminales generales…en algunos aspectos
importantes. Como una regla general, una investigación de un acto
criminal completo está normalmente limitada a determinar quién
cometió el acto y a asegurar las pruebas para establecer los
elementos de un delito particular. A ese respecto, se autodefine. Una
investigación de inteligencia de una empresa criminal en marcha
debe determinar el tamaño y la composición del grupo involucrado,
sus dimensiones geográficas, sus objetivos criminales pasados y
proyectados, y su capacidad de daño. Mientras una investigación
4
En el original: racketeering activities, denominación en Estados Unidos a actividades criminales
organizadas, tales como las extorsiones a empresas legítimas o el contrabando de licores
criminal ordinaria concluye con una decisión de promover proceso o
no promover proceso, la investigación de una empresa criminal puede
no concluir necesariamente, aún cuando uno o más de sus
participantes pueda haber sido procesado.

Adicionalmente, la organización (criminal) provee una vida y


continuidad de operación que no es hallada normalmente en una
actividad criminal ordinaria. Consiguientemente, esas investigaciones
(de inteligencia criminal) pueden continuar por algunos años. Más
aún, como destacó el Juez Powell, el foco de tales investigaciones
‘…Puede ser menos preciso que cuando está dirigido hacia formas
más convencionales de delito…’ (United States vs. United States
District Court, 407 US 297, 322 (1972). A diferencia de un caso
criminal ordinario, puede no existir un delito completo que provea un
marco para la investigación. A menudo requiere colocar juntos bits y
piezas de información a menudo carentes de significado por sí para
determinar si existe una tendencia de actividad criminal. Por tal
razón, la investigación es más amplia y discrimina menos que lo
usual, involucrando ‘la interrelación de varias fuentes y tipos de
información’…

Así, como también surge de las Directivas emitidas por el Attorney


General Ashcroft, una investigación de una racketeering enterprise
(empresas criminales, dedicadas a la práctica de diversas formas de
delito organizado) …el propósito inmediato de la investigación de
una empresa criminal de delito organizado es el de obtener
información relativa a la naturaleza y estructura de la empresa…con
un enfoque hacia el objetivo de más largo rango de detección,
prevención y prosecución de las actividades criminales de la
empresa…

Con relación a los alcances de estas investigaciones, señala la


aludida directiva que …,una investigación de una empresa criminal de
delito organizado puede reunir información tal como: a) los
miembros de la empresa y otras personas que aparecen como estando
actuando intencionalmente en la realización de delito organizado; b)
las finanzas de la empresa; c) las dimensiones geográficas de la
empresa; d) Las actividades pasadas y futuras, y los objetivos de la
empresa…Para obtener tal información, pueden ser usadas todas las
técnicas legales…

Consiguientemente, la actividad de inteligencia criminal respecto


de una organización criminal puede proseguir después de que uno o
varios de sus miembros hayan sido detenidos, o de que determinadas
actividades de tal organización hayan sido descubiertas y
desarticuladas.

Como hemos señalado precedentemente, nada de esto es


estrictamente nuevo, y, de hecho, la inteligencia criminal ha
constituido parte de la práctica y de la tarea policial en todo tiempo,
aunque no se la conociera por ese nombre.

La diferencia con los actuales desarrollos en esta materia, es que


actualmente se tiende a ejecutar esta actividad de modo organizado y
sistemático, comprendiendo su realización por todas las instituciones
policiales y fuerzas de seguridad de un país, que constituyen en su
seno órganos de inteligencia criminal, conforme a una doctrina
común, a través de normas y procedimientos comunes, que incluyen
programas informáticos de investigación y de análisis, obteniendo
productos de inteligencia estandartizados que pueden ser
compartidos e integrados en productos de inteligencia de nivel
superior; compartiendo datos a través de una vinculación telemática
constante, y bajo la dirección y apoyo de un organismo de inteligencia
criminal nacional, que asume la dirección de la elaboración
doctrinaria, recibe información y productos de inteligencia de las
instituciones policiales locales y suministra a éstos información –
contando con importantes bases de datos de carácter nacional y
productos de inteligencia, apoyando sus investigaciones con sus bases
de datos, productos de inteligencia, personal especializado, y –
cuando cuenta con ellos- con sus medios propios de obtención de
información; todo, obviamente, a requerimiento de tales órganos
locales.

Dicho organismo de inteligencia criminal suele modernamente


contar tanto con información provista por las instituciones policiales,
como con otras fuentes públicas, y también con medios propios de
obtención de información por medios encubiertos -equipamiento de
interceptación de comunicaciones, vigilancia electrónica en sus
diversos aspectos, incluyendo adquisición de datos, voces e imágenes
a distancia- sujetos a los correspondientes controles externos e
internos para la preservación de los derechos individuales. En tales
aspectos, constituye un medio de apoyo fundamental para las policías,
a las que asiste técnicamente en forma constante, en materia de
inteligencia criminal.

También se tiende a integrar esa tarea internacionalmente a nivel


regional -como ha sucedido en Europa con Europol, Oficina Europea
de Policía Criminal- pudiéndose advertir esa tendencia en el ámbito
del MERCOSUR ampliado, de forma aún limitada, en el marco de la
Reunión de Ministros del Interior y equivalentes (RMI) y a su
producto, el Sistema de Intercambio de Información de Seguridad del
MERCOSUR (SISME), del Ámbito Terrorismo y de otros ámbitos de
intercambio de información de inteligencia criminal relativa a diversas
formas de delito organizado, tales como los aún no institucionalizados
–por no haber sido establecidos a través o como consecuencia de
tratados internacionales, ni haber sido integrados a estructuras de
conducción y control político, como ha sucedido en los restantes
casos, CLACIP (Comunidad Latinoamericana y del Caribe de
Inteligencia Policial) y AMERIPOL. A esta tendencia responde el
proyecto de constitución en el ámbito de la RMI de un órgano de
inteligencia criminal subregional, que habría de denominarse
MERCOPOL.

En definitiva, la inteligencia criminal constituye una antigua pero


renovada manera de encarar el accionar en materia de seguridad
pública, que supone, conforme a una doctrina de inteligencia criminal
común a todos los participantes del sistema, el empleo sistemático de
técnicas de análisis, elaborándose productos de inteligencia criminal
estandartizados, de carácter tanto estratégico como operacional y
táctico; el constante y sistematizado intercambio de información y de
productos de inteligencia entre los protagonistas de la seguridad
pública, orientando de ese modo tanto la formulación de las políticas
de seguridad pública en los diversos niveles, como la investigación del
delito organizado y complejo.

Un aspecto importante de la inteligencia criminal es el análisis del


delito.

Se trata de la recolección y el análisis de datos relativos a delitos


cometidos –primariamente utilizando formularios adecuadamente
diseñados de informe sobre hechos delictivos-5, unidos a datos
obtenidos en investigaciones criminales, causas judiciales,
informantes u otros medios, así como datos sociológicos, económicos
y geográficos, entre otros- adecuadamente guardados en bases de
datos relacionales con auxilio de sistemas informáticos especialmente
diseñados.

Se realiza sobre tales bases análisis del delito, de carácter espacial


–empleando sistemas informáticos georeferenciados de diverso grado
de complejidad, para determinar la localización del delito en sus
diversas formas- temporal –días y horas en que ocurren los delitos-
personal –estudio de la víctima y del delincuente- de modus operandi
–técnicas y medios materiales empleadas por los delincuentes- y
ambiental –estudio de los lugares donde se cometen los delitos-
buscando determinar, con ayuda de software informático especial, y la
imprescindible habilidad del analista, pautas de acción criminal,
prestando atención a reiteraciones que denuncien la actuación de
bandas u organizaciones criminales y de delincuentes seriales,

5
Tales como el Reporte Unificado sobre el delito, sistema unificado de informe de delitos emitido por las
policías locales para el Federal Bureau of Investigation (Oficina Federal de Investigación) destinado a
posibilitar la elaboración de estadística criminal por parte de dicha oficina, o el más perfeccionado y
detallado, derivado del mismo programa, Sistema Nacional de Informes basados en Incidentes vigente en
Estados Unidos de América, que contiene, por cada delito informado a la policía o del que ésta toma
conocimiento, datos sobre la víctima, el delincuente (cuando es conocido), tipos y valores de los bienes
robados, en su caso, características de las personas arrestadas en conexión con el incidente, etc. Un buen
sistema de este tipo, adecuadas capacidades de análisis, y constante intercambio de información por
vinculación telemática en tiempo real, constituyen herramientas esenciales contra el delito.
tendencias manifestadas por el delito, en definitiva características y
reiteraciones del fenómeno delictivo, útiles tanto para prevenir el
delito, como para investigación de bandas o delincuentes seriales.

Tales pautas pueden llevar a la identificación, correlacionadas con


información cronológicamente anterior, del accionar de determinada
banda u organización delictiva, como también a adoptar medidas
eficaces de prevención situacional que imposibiliten, dificulten o
hagan más costoso para los delincuentes tal accionar delictivo, como
asimismo, determinar tendencias en relación al tipo de delito indicado
e inclusive identificar el accionar de determinada organización
delictiva, o de un delincuente serial o habitual. Desde ese punto de
vista, el análisis del delito también contribuye a la investigación
criminal. También, como es obvio, constituye un auxiliar operacional
de primera magnitud, al favorecer el despliegue de recursos para
prevenir el delito, y, consiguientemente, aporta a la prevención
situacional de aquél.

2. Inteligencia Criminal y Análisis del Delito en Estados Unidos


y el Reino Unido: semejanzas y diferencias.

Mientras en el Reino Unido, otros países anglosajones, y países


europeos en general, el análisis del delito está plenamente integrado,
tanto en los aspectos orgánicos como doctrinarios, a la inteligencia
criminal –especialmente en sus aspectos tácticos- en Estados Unidos
predomina una consideración diferenciada de ambos aspectos. 6

En efecto, en Estados Unidos, tradicionalmente se ha denominado


inteligencia policial (law enforcement intelligence) a la actividad
desplegada por agencias federales, tales como el Federal Bureau of
Investigation o la Drug Enforcement Administration, enderezada a la
identificación y eventual procesamiento de sospechosos de delitos,
contribuyendo así a la investigación criminal7, mientras que el análisis
del delito, con las características antes reseñadas, es realizado
fundamentalmente por instituciones policiales locales, que cuentan en
su seno con analistas sin estado policial, que son sus principales
protagonistas.

En Estados Unidos se suele sintetizar la relación entre ambos,


sosteniéndose que mientras el análisis del delito permite saber qué
está sucediendo, la inteligencia criminal propiamente dicha permite
conocer por qué está sucediendo. La respuesta a ambas preguntas
resulta en definitiva esencial para el conocimiento de la situación en
materia de criminalidad que es en definitiva imprescindible, tanto para
la inteligencia criminal estratégica, como para la operacional, como
para la táctica

6
Deborah Osborne, Out of Bonds: Innovation and Change in Law Enforcement Analysis, Joint Military
Intelligence College, Washington D.C., March 2006, Pág. 18.
7
Deborah Osborne, Ibid.
En el Reino Unido, el desarrollo de la actividad de inteligencia
criminal dio lugar a la formación del que consideramos el más
perfeccionado y completo cuerpo doctrinario en la materia, que a la
vez cumple la función fundamental de doctrina común a todos los
participantes: el Modelo Nacional de Inteligencia.8 Tal doctrina,
incluyendo normas y procedimientos, es común tanto al organismo de
inteligencia criminal que actúa como cabecera del sistema, como a
todas las instituciones policiales, fuerzas de seguridad y organismos
vinculados a la seguridad pública, vinculados con aquél –incluyendo
Aduanas, Impuestos, Registros de las Personas u organismos con
funciones equivalentes, etc.

Fruto de la iniciativa, actividad y creatividad nucleados en la


Asociación de Jefes de Policía de Inglaterra y Gales del Reino Unido
y del liderazgo y capacidad técnica del Servicio Nacional de
Inteligencia Criminal inglés, cuya creación en 1992 brindó
significativo impulso a esta idea, su surgimiento en 1999 brindó una
base fundamental al accionar coordinado en materia de inteligencia
criminal en el Reino Unido.

`Dicho Modelo prevé el accionar policial guiado por la


inteligencia en tres niveles: local –unidad básica de comando-
regional –varias unidades básicas de comando, o más de una
institución policial- y nacional –orientado fundamentalmente a la
lucha contra el delito serio y organizado. Tales niveles, conforme
prevé el Modelo, interactúan y se apoyan recíprocamente en forma
constante, reflejándose las prioridades derivadas de los productos de
inteligencia de nivel nacional, en el accionar policial local, que
contribuye, a su vez, a los productos de nivel superior. Como órgano
fundamental de orientación doctrinaria, apoyo tecnológico y de
conocimiento, actuaba el mentado Servicio Nacional de Inteligencia
Criminal, conocido por su sigla en inglés NCIS; hoy lo hace en su
lugar la Agencia de Lucha contra el Delito Serio y Organizado
(SOCA).9

Característica fundamental del Modelo es la de prever productos de


inteligencia estandartizados, circunstancia que permite la integración
de los productos originados en los niveles local y regional en aquellos
producidos en niveles superiores. Tales productos –evaluación
estratégica, evaluación táctica, perfiles de problemas y perfiles de
blancos- cubren adecuadamente los niveles estratégico, operacional y
táctico.

8
Sobre el Modelo Nacional de Inteligencia inglés, ampliar en, de José Manuel Ugarte, La inteligencia
Criminal en el Reino Unido y Canadá 2ª. Parte, Revista de Policía y Criminalística, Nº 18, marzo de
2007, Editorial Policial, Buenos Aires.
9
Sigla en inglés. Organismo de inteligencia criminal e investigación del delito serio y organizado, con
funciones ejecutivas, nacido de la fusión del National Criminal Intelligence Service y el National Crime
Squad.
El trabajo en cada uno de los niveles comprende, en el nivel
estratégico, la determinación de las prioridades en materia de
inteligencia, prevención, y aplicación policial de la ley, tomando en
cuenta en buena medida las prioridades fijadas en la evaluación
estratégica de máximo nivel, planificándose el accionar a adoptar en
dichos aspectos, tomando en cuenta los recursos necesarios y su
disponibilidad, diseñándose en consecuencia, en cada uno de los
niveles, la estrategia de control.

Dicha estrategia es revisada y evaluada en forma constante,


utilizándose el denominado menú táctico, que comprende la
determinación de sospechosos que constituirán objetivos de
inteligencia de acuerdo a las prioridades fijadas en la estrategia de
control,, el manejo de la situación en focos de delito y desorden; la
investigación de delitos y de incidentes que pueden aparecer como
ligados en ‘series’ y la aplicación del rango de ‘medidas preventivas’,
tales como cámaras de seguridad, y esquemas de iluminación, o bien
medidas de prevención comunitaria.

Merece destacarse que el Modelo prevé también técnicas


específicas de análisis propias del ámbito de la inteligencia criminal,
aunque alguna esté tomada del ámbito de la actividad de inteligencia
estratégica o de Estado.

Así encontramos el análisis de pautas criminales, conjunto de


técnicas de análisis relativo a identificación de delitos o incidentes
seriales, el análisis de tendencias en delito, el análisis de ‘sitios
calientes’ o núcleos de producción de delito o desorden, en las cuales
se buscan relaciones de similitudes o diferencias u otros lazos entre
delitos que contribuyan a la determinación de delitos seriales o de
‘sitios calientes’ de delito y desorden; el análisis de perfiles de
negocios criminales, que estudia el modus operandi de los
delincuentes en sus actividades, mostrando cómo es llevada a cabo
determinada actividad criminal, incluyendo la selección de víctimas,
las técnicas que emplean, y las debilidades en las actividades legítimas
o en los sistemas de seguridad que las posibilitan, facilitan o protegen,
que son explotadas por los delincuentes; el análisis de tendencias
demográficas, técnica de análisis estratégico centrada en el examen de
la naturaleza de los cambios demográficos y su impacto en la
delincuencia, incluyendo migraciones internas, así como de los
factores sociales como desempleo y carencia de vivienda que pueden
influir cambios o tendencias en delincuentes y en el comportamiento
criminal, análisis de mercados criminales, con la que se analizan la
evolución y tendencias del mercado de determinada commodity
criminal, tales como drogas, autos robados, armas, o de servicios
como prostitución, comprendiendo la disponibilidad y precio de tales
productos o servicios, quienes son las figuras clave en tales comercios,
las redes que comercializan, cómo se disponen los ingresos por tales
actividades, quien y cómo accede al ‘mercado’ quien brinda
‘seguridad’ etc.; el análisis de redes criminales, que examina los lazos
de las personas que constituyen redes criminales, la significación de
tales lazos, la jerarquía de sus integrantes, las fortalezas y debilidades
de una organización criminal, incluyendo su capacidad de resistir
proporcionando además una adecuada comprensión de la escala y
seriedad de la amenaza representada por una organización criminal; el
análisis de resultados, técnica de evaluación de la eficacia de las
actividades policiales, u otras estrategias o tácticas de prevención o
reducción del delito, o de métodos de investigación, asistiendo en la
identificación de buenas prácticas o en perfeccionamiento de métodos,
así como en el monitoreo del desenvolvimiento de un plan; análisis de
riesgo, evaluación del grado de riesgo representado por delincuentes
individuales u organizaciones a víctimas potenciales de delito, al
público en su conjunto, o para las propias instituciones policiales,
procurando establecer además si riesgos que aparecen en incidentes
aparentemente aislados no son en realidad parte de una pauta o
tendencia delictiva mayor que lleva consigo mayores o más graves
riesgos, auxiliando también la determinación de las prioridades en la
acción contra determinados delincuentes, o contra una determinada
organización criminal; y análisis de perfiles de blancos, comprensiva
de un conjunto de técnicas analíticas que procura describir a un
delincuente determinado, su actividad criminal, su estilo de vida, sus
vinculaciones, el riesgo que representa, y sus fortalezas y debilidades
desde el punto de vista del sistema penal o de un eventual accionar de
inteligencia dirigido contra él, determinando requerimientos de
inteligencia y el despliegue de fuentes humanas y técnicas para
obtenerlo;

Respecto del Modelo Nacional de Inteligencia inglés, verdadero


paradigma internacional de doctrina de inteligencia criminal y que
influyó significativamente en esa materia en diversos países, cabe
referir que en Estados Unidos de América existieron diversas
tentativas de construir una doctrina de inteligencia criminal común –
muy especialmente a partir del 11 de Septiembre de 2001. En el caso
estadounidense, este esfuerzo ha estado centrado de manera
significativa en la lucha contra el terrorismo internacional, aunque no
limitado a este aspecto.

Cabe destacar en este caso los esfuerzos realizados a partir de la


creación del Departamento de Seguridad Interna, y con apoyo del
Departamento de Justicia de Estados Unidos, para posibilitar el
intercambio de información e inteligencia entre los órganos policiales
federales, estaduales, locales y tribales, por parte de la Asociación
Internacional de Jefes de Policía, en una reunión de jefes policiales y
funcionarios de inteligencia en la Cumbre para Compartir
Inteligencia Criminal10, cuyas conclusiones se reflejaron en el trabajo
Compartiendo inteligencia criminal: Un Plan Nacional para un
Accionar Policial Guiado por la Inteligencia11, donde se propuso

10
7/8 de marzo de 2002.
11
Criminal Intelligence Sharing: A National Plan for Intelligence-Led Policing at the Local, State and
Federal Levels, International Association of Chiefs of Police, Washington, 2002.
compartir, no sólo información relativa a seguridad nacional y lucha
contra el terrorismo internacional, sino también información relativa a
otras formas de delito, proponiéndose la formulación de un Plan
Nacional de Inteligencia y la creación de un Consejo Coordinador
integrado por directivos de órganos policiales locales, tribales,
estaduales y federales –el Consejo Coordinador de Inteligencia
Criminal- para supervisar e implementar el referido Plan,
procurándose la remoción de las barreras legales y reglamentarias que
limitaban u obstruían el flujo de información e inteligencia entre los
órganos de los niveles aludidos, creándose una fuerza de tareas de
profesionales dirigida a evaluar las leyes y reglamentos existentes para
asegurar el equilibrio entre las necesidades del accionar policial y los
derechos individuales, procurándose el adecuado financiamiento del
Plan y la creación de estándares para el análisis de la información; la
creación, en el Departamento de Justicia, de la Iniciativa de Justicia
Global para el Intercambio de Información –Global- como Comisión
de Asesoramiento Federal para el Procurador General (Secretario de
Justicia) estadounidense, en materia de intercambio, integración y
compartición de información, constituido por organizaciones
independientes vinculadas a la problemática policial, y representantes
de instituciones policiales locales, estaduales, tribales y nacionales,
conformándose la Comisión Asesora Global; la creación, en ese
marco, del Grupo de Trabajo en Inteligencia Global, constituyendo
un cuerpo asesor al gobierno federal, en materia de intercambio de
información electrónica basada en estándares entre la justicia, el
ministerio público y los órganos con funciones policiales, integrado
por miembros de instituciones policiales de todos los niveles,
planificadores, administradores, expertos en información, etc.; el Plan
Nacional para compartir Inteligencia Criminal 12, producido bajo la
guía y dirección de la Oficina de Programas de Justicia del
Departamento de Justicia, con el aporte fundamental del Grupo de
Trabajo en Inteligencia Global, en colaboración con la ya mentada
Iniciativa de Justicia Global para el Intercambio de Información, que
prevé estándares mínimos en materia de obtención, entrega,
almacenamiento y diseminación de inteligencia criminal, la definición
de la administración y supervisión de dicha función, estándares para
adiestramiento del personal en inteligencia criminal, el desarrollo por
las instituciones policiales de capacidades de registro y procesamiento
automático de datos, constituyendo bases de datos centradas en
incidentes, tanto para uso propio como para interconexión telemática
con sistemas de información estaduales y federales, previéndose en tal
sentido el Sistema Regional para Compartir Información (RISS) y el
Sistema del FBI de Actividad Policial en Línea (LEO),
estableciéndose la interoperabilidad de todos los sistemas informáticos
de las instituciones policiales del país de todos los niveles, con el
sistema RISS/LEO; la creación del Consejo Coordinador de
Inteligencia Criminal, así como la posterior publicación por parte de
la Oficina para el Policiamiento Orientado a la Comunidad, del
12
Global Justice Information Sharing Initiative, United States Department of Justice, National Criminal
Intelligence Sharing Plan, Washington, 2003.
trabajo Inteligencia Policial: Una Guía para Agencias Policiales
Locales, Estaduales y Tribales13, en el que se desarrollaron y
profundizaron las normas, procedimientos y estándares para que las
aludidas instituciones desarrollaran capacidades en materia de
inteligencia criminal, incluyendo la recepción de los requerimientos y
de la inteligencia producida en el ámbito nacional, manteniéndose
claramente la distinción entre inteligencia de seguridad nacional e
inteligencia policial, así como la protección de los derechos civiles de
los ciudadanos. Cabe destacar en materia de estándares normativos en
la materia, los establecidos por vía reglamentaria en 28 CFR 23, así
como por la Directiva sobre Archivos de Inteligencia Criminal de
LEIU14.

También se debe destacar el desarrollo en estados norteamericanos


de los Centros de Fusión, destinados a satisfacer las necesidades de
múltiples instituciones en materia de información e inteligencia
criminal, particularmente en materia de delincuentes, organizaciones
criminales y actividades criminales, empleados tanto en materia de
lucha contra el terrorismo, como contra otras actividades delictivas, y
que cuentan con información de múltiples bases de datos tanto
públicas como privadas, elaborando también productos de
inteligencia.

En definitiva, en Estados Unidos se adoptó el concepto originado


en el Reino Unido, de accionar policial guiado por la inteligencia.

Resulta evidente que en el caso de Estados Unidos, una dificultad


fundamental a superar ha estado representada por descentralización –
se trata de un país con aproximadamente 18.000 instituciones
policiales, de características muy diversas; existen instituciones
policiales locales con un número inferior a una docena de policías
profesionales, circunstancia que torna difícil toda especialización.
También deben tenerse en cuenta las barreras legales y burocráticas
imperantes entre el gobierno federal y los estados, y, tratándose de
inteligencia antiterrorista, entre los organismos de inteligencia y las
instituciones policiales –Estados Unidos carece de un organismo de
inteligencia criminal como el NCIS y su sucesora la SOCA, cuyo
funcionamiento como verdadera interfase entre los organismos de
inteligencia y las instituciones federales no puede ser logrado
plenamente por la Oficina Federal de Investigación (FBI)
estadounidense; así como por la dificultad de aplicar adecuados
estándares de verificación de seguridad a tan heterogénea comunidad,

13
David L. Carter, Law Enforcement Intelligence: A Guide for State, Local and Tribal Law Enforcement
Agencies, Community Oriented Policing Services, US Department of Justice, Washington, 2004.
14
Association of Law Enforcement Intelligence Units (Asociación de Unidades de Inteligencia Policial),
una asociación cuya mission es la de …proveer liderazgo y promover profesionalismo en la comunidad
de inteligencia criminal para proteger la seguridad pública y los derechos constitucionales...Se trata, en
definitiva, de una organización de cooperación entre instituciones policiales estadounidense3s para el
establecimiento de estándares, buenas prácticas e intercambio de información entre más de 240
instituciones policiales federales, estaduales y locales en Estados Unidos.
y los esfuerzos y el tiempo que requiere su obtención por parte de los
oficiales participantes.

La producción de inteligencia criminal –incluyendo la realización


de análisis del delito- supone –aspecto implementado
fundamentalmente en Estados Unidos, en el Reino Unido, y en otros
países anglosajones, pero que tiende a extenderse- la conformación,
dentro de la institución policial o del organismo de inteligencia
criminal, de un cuerpo de analistas –en Estados Unidos, generalmente
para análisis del delito- que suelen constituir personal sin estado
policial, adecuadamente reclutados y formados, que por no integrar el
escalafón general o de seguridad de la policía, no ascienden a puestos
directivos sino dentro del propio cuerpo de analistas, es decir, no
asumen puestos de comando policial, ni cambian de destino,
permaneciendo dentro del, órgano de inteligencia criminal y
especializándose en el análisis de determinadas formas de delito, en lo
que suelen obtener considerable experticia.

En el Reino Unido, un organismo de particular interés es la ya


mencionada Agencia de Lucha contra el Delito Serio y Organizado.
Está formada por aproximadamente 4.000 integrantes que incluyen
personal policial, así como personal de inmigración y aduana
adscripto o incorporado, analistas, tanto reclutados por el organismo,
como antiguos analistas de instituciones policiales e incluso analistas
provenientes de los organismos de inteligencia –siendo su director, un
ex Director General del Servicio de Seguridad, Sir Stephen Lander. La
SOCA no solamente produce inteligencia; también tiene plenas
facultades policiales, incluyendo la realización de detenciones,
debiendo el personal incorporado realizar un curso inicial. Además de
las funciones de inteligencia y policiales, SOCA cuenta como sus
predecesoras con capacidades de interceptación de comunicaciones y
medios propios de obtención de información, además de recibir y
brindar información e inteligencia criminal de y a las 43 policías
locales de Inglaterra y Gales, a otras instituciones policiales o con
funciones policiales. Su foco fundamental es la lucha contra el delito
organizado, aunque también colabora con las policías británicas en la
lucha contra otras formas de delito.

3. Bases legales de la inteligencia criminal en Argentina, y


necesidades de cambio.

La inteligencia criminal en Argentina, aunque ha formado


tradicionalmente parte del acervo policial, tuvo su primera expresión
orgánica en la Ley Nº 24.059 de Seguridad Interior, al incluirse entre
las facultades de dirección y coordinación por parte del Ministro del
Interior respecto del Sistema de Seguridad Interior creado por la ley, y
específicamente, de dirección superior de las instituciones policiales y
fuerzas de seguridad del Estado Nacional, previstas en el artículo 8º
de la ley, las relativas a …2. Dirigir y coordinar la actividad de los
órganos de información e inteligencia de la Policía Federal
Argentina; como también de los pertenecientes a Gendarmería
Nacional y Prefectura Naval Argentina…

Más específicamente, estableció el artículo 16 que … La Dirección


de Inteligencia Interior constituirá el órgano a través del cual el
ministro del Interior ejercerá la dirección funcional y coordinación
de la actividad de los órganos de información e inteligencia de la
Policía Federal Argentina; como también de los pertenecientes a
la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval Argentina, en estos
últimos casos exclusivamente a los efectos concernientes a la
seguridad interior, y de los existentes a nivel provincial de
acuerdo a los convenios que se celebren.

Estará integrada por personal superior de Policía Federal


Argentina, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina,
policías provinciales, y los funcionarios que fueran necesarios….

Según puede advertirse, la ley creó a la Dirección de Inteligencia


Interior como un característico órgano de inteligencia criminal,
integrado por personal policial y de seguridad en actividad y por
funcionarios –fundamentalmente, analistas de inteligencia, y personal
técnico de apoyo-.

Expresando estas características, el artículo 12 del Decreto Nº


1273/92 estableció que …1) La Dirección Nacional de Inteligencia
Interior15 estará a cargo de un funcionario designado por el Ministro
del Interior, a propuesta del Subsecretario de Seguridad Interior, de
quien dependerá orgánicamente. 2) Para el cumplimiento de las
funciones que la Ley le asigna, la Dirección Nacional de Inteligencia
Criminal constituirá un organismo de carácter permanente, que para
su funcionamiento se integrará con personal en actividad de la
Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional, Policía Federal
Argentina y Policías Provinciales que adhieran al sistema, capacitado
en inteligencia, en cantidad y jerarquía por institución que la
subsecretaría de Seguridad Interior determine, así como por aquellos
funcionarios con especialización en inteligencia que sean necesarios.

El personal policial y de seguridad, de inteligencia, aludido


mantendrá su situación de revista, dependencia orgánica,
administrativa y presupuestaria de la fuerza a que pertenece, en tanto
que funcionalmente dependerá de la Subsecretaría de Seguridad
Interior…

Por otra parte, el antedicho Decreto reglamentario Nº 1273/92


establecía entre las facultades del Consejo de Seguridad Interior,
órgano de fundamental importancia en este aspecto por incluir la
presencia de las provincias, a través de sus gobernadores, ministros de
gobierno o equivalentes y de jefes de policía provinciales, la función

15
Hoy, Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (Ley Nº 25.520).
relativa a …k. Implementar y mantener en la Subsecretaría16 de
Seguridad Interior el Sistema Informático de Seguridad Interior que
permita, por medio de la participación de todos los componentes del
sistema de seguridad, prevenir y/o neutralizar las acciones delictivas
señaladas en el artículo 10 inciso a) de la Ley Nº 24.059, como así
también desarrollar el proceso de información que satisfaga las
necesidades de la seguridad interior…(artículo 6º).

En definitiva, la Dirección de Inteligencia Interior constituía un


órgano de planeamiento de la actividad de inteligencia criminal,
establecimiento de prioridades, formulación de requerimientos y de
producción de inteligencia, a través del correspondiente análisis,
facultado para disponer la realización de actividades de inteligencia
por parte de las instituciones policiales y fuerzas de seguridad, y para
efectuar el control de lo encomendado. Como puede advertirse,
carecía de medios propios de obtención de información, hallándose
sujeta para obtener información a la formulación de requerimientos a
los órganos de información e inteligencia de las instituciones y fuerzas
nacionales y provinciales.

Con respecto a la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE),


organismo de inteligencia cuya competencia a la sazón comprendía la
realización de actividades informativas y la producción de
inteligencia de Estado para la seguridad nacional, cuyo titular
presidía la Central Nacional de Inteligencia (CNI), órgano de
coordinación del Sistema Nacional de Inteligencia para la producción
de inteligencia estratégica nacional (Leyes Nº 20.194 y Nº 20.195),
cabe señalar que correctamente, la Ley Nº 24.059 de Seguridad
Interior no asignó a la SIDE ni a la CNI rol de dirección o supervisión
alguno respecto de la Dirección de Inteligencia Interior, reconociendo
la diversidad existente entre la actividad policial coordinada en la Ley
Nº 24.059, y la actividad de inteligencia.

La Ley Nº 24.059 exclusivamente asignó al Consejo de Seguridad


Interior la facultad de…e) Requerir de los organismos civiles
nacionales o provinciales de inteligencia y los de las fuerzas de
seguridad y policiales, toda información e inteligencia necesaria, la
que deberá ser suministrada… (artículo 10).

Si bien la normativa era adecuada, la Dirección de Inteligencia


Interior no brindó los resultados que cabía esperar. Diversos factores
pueden explicar tal circunstancia; fundamentalmente, la carencia
absoluta de presupuesto para la actividad de inteligencia, y la
designación del personal sin estado policial en el escalafón del
personal civil de la Administración Pública, inadecuado para las
características de la actividad y que además, en Argentina, no brinda
incentivos para el reclutamiento de personal capacitado. A ello
debieron agregarse los recortes presupuestarios experimentados por la
16
Hoy Secretaría de Seguridad Interior. A la época de la sanción de la Ley Nº 24.059, las Secretarías de
Estado ministeriales habían sido suprimidas, siendo restablecidas posteriormente.
Secretaría de Seguridad Interior, especialmente en 2001-2002, y el
establecimiento de incompatibilidades que excluyeron al personal
policial retirado, en general competente, con que se contaba. También,
la falta de incorporación del personal de las instituciones policiales y
fuerzas de seguridad especializado en inteligencia, y la falta de
suficiente voluntad política para asegurar que la información con que
contaban tales instituciones y fuerzas fuera adecuadamente
suministrada y compartida.17

Para solucionar tal situación, se propuso en aquél momento (2002)


…Un escalafón y normas sobre personal adecuados a la actividad,
personal idóneo designado por métodos de evaluación apropiados, el
pleno desarrollo de una doctrina adecuada, el otorgamiento de
medios materiales suficientes, la asignación a la Dirección del
personal más capaz con que cuenten las instituciones federales, la
regularización de las designaciones y su jerarquización, el desarrollo
del Nodo Nacional, diseño y gestión de adecuadas bases de datos,
intercambio de información de seguridad en tiempo real, constituyen
algunas medidas requeridas por la situación actual…18 así como
(2004)19 Una acción por intermedio del Consejo de Seguridad
Interior para constituir órganos similares en las provincias,
desarrollando un modelo nacional de inteligencia para obtener una
eficaz integración; una labor equivalente en el ámbito del Mercosur,
que incluya el pleno desarrollo del Sistema de Intercambio de
Información de Seguridad (Sisme), permitirán incrementar la eficacia
en la lucha contra el delito...

La Ley Nº 25.520 de inteligencia, aunque con innegables aspectos


positivos –primera ley orgánica de información e inteligencia
comprensiva de todos los aspectos fundamentales del Sistema de
Inteligencia Nacional, de carácter público, con adecuados límites en
algunos aspectos de dicha actividad y algunas mejoras en materia de
control- profundizó también antiguas deformaciones propias del
Sistema de Inteligencia argentino, tales como la concentración de
facultades en cabeza del organismo fundamental de inteligencia,
rebautizado Secretaría de Inteligencia, y su dependencia directa del
máximo nivel del Estado.20

A las facultades que ya poseía, la indicada Secretaría incorporó las


relativas a la producción de inteligencia estratégica nacional y las de
dirección del sistema.

Otra novedad importante de la Ley Nº 25.520, ya estrictamente


atinente a la materia de nuestro análisis, fue la redenominación de la

17
José Manuel Ugarte, Fortalecer la inteligencia criminal, en La Nación del 27.11.2002.
18
Ibidem.
19
José Manuel Ugarte, Hay que anticiparse al delito, en La Nación del 31.8.2004.
20
Sobre las características y evolución histórica del Sistema de Inteligencia argentino, remitimos a, de
José Manuel Ugarte, Sistema Nacional de Inteligencia argentino, Cambiar ya!, Latin American Studies
Association (LASA 2000), Miami, 2000, publicado en www.fas.org
Dirección de Inteligencia Interior, rebautizada con el más adecuado
nombre de Dirección Nacional de Inteligencia Criminal. También fue
materializada en esa oportunidad su incorporación como miembro
pleno del Sistema de Inteligencia Nacional, quedando
consiguientemente bajo la dirección funcional de la Secretaría de
Inteligencia.

Cabe considerar que tal incorporación implicó poner a un


organismo fundamentalmente dedicado a una actividad de naturaleza
policial, bajo la dirección funcional de un organismo de inteligencia
(artículos 6 y 7 de la Ley Nº 25.520)

Esto se vio complementado por la asignación a la Secretaría de


Inteligencia de la exclusividad en materia de interceptación de
comunicaciones no sólo para la actividad de inteligencia y
contrainteligencia, sino también de aquellas dispuestas por el
magistrado interviniente en causas judiciales (artículo 21).

Tal circunstancia determinó que en los hechos, la Secretaría de


Inteligencia asumiera un rol protagónico en diversas causas judiciales,
no sólo en materia de interceptaciones de comunicaciones, sino con
personal actuando en tareas operativas.

El año 2005 fue trascendente para la Dirección Nacional de


Inteligencia Criminal ((DIC o DINICRI), dado que el presupuesto
para ese año previó créditos para la realización de las actividades del
organismo, encuadrándose al personal afectado a funciones técnicas y
profesionales de dicho organismo el escalafón correspondiente al
personal de inteligencia (Decreto Nº 2046/2004).

Se procedió asimismo a llamarse a concurso público para la


selección de analistas (Resolución SSI N° 15/2005), realizándose un
curso -concurso anual de capacitación en inteligencia criminal. El
curso –en cuyo dictado participó como docente el suscripto- tuvo un
adecuado nivel de exigencia, incorporándose a personal de muy buen
nivel en promedio y una fuerte motivación. Al año siguiente se reiteró
el curso, pudiéndose afirmar que hoy la DIC-DINICRI cuenta con un
equipo de analistas de adecuada capacitación y buen nivel intelectual.

También tuvo trascendencia la implementación del Programa


Nacional de Capacitación y Apoyo a la Formación y Actualización
Profesional de Cuerpos Policiales y Fuerzas de Seguridad
(PRONACAP), dispuesta en la Reunión del Consejo de Seguridad
Interior realizada en Córdoba en diciembre de 2004, e implementado a
través de la Resolución SSI Nº 67/2005, destinado a materializar la
cooperación del Estado Nacional, la Secretaría de Seguridad Interior y
las instituciones y fuerzas dependientes del Ministerio del Interior con
la formación, capacitación y actualización de las policías provinciales,
y el enriquecimiento mutuo con la participación de Universidades y
expertos nacionales y extranjeros.
Dicho Programa incluyó cursos y seminarios en materia de
inteligencia criminal, manteniéndose en vigencia desde entonces.

Aún no ha sido posible concluir, sin embargo, con la


implementación de la interconexión telemática entre la Secretaría de
Seguridad Interior y las instituciones policiales y fuerzas de seguridad
del Estado Nacional y otros actores de la seguridad interior a través de
la Red Unificada de Inteligencia Criminal (REDUNIC), que, aunque
iniciada prácticamente tras la sanción de la Ley de Seguridad Interior
–con distinta denominación- experimentara demoras, alegadamente
por razones presupuestarias, pero en buena medida derivadas de la
reticencia de algunos actores en compartir información. Son tales
circunstancias que han determinado que hasta la fecha no haya sido
posible concluir con tal implementación, esencial para el logro de la
eficacia en inteligencia criminal. En cambio, se produjeron avances en
la implementación del sistema telemático de información policial
entre los países integrantes del MERCOSUR ampliado –SISME- 21 que
se encuentra operativo, bien que en forma limitada.

Resulta inevitable señalar que el funcionamiento de la DINICRI o


DIC se encuentra hasta el momento limitado, hallándose sus
funciones, en lo fundamental, desempeñadas por la Secretaría de
Inteligencia.

El desarrollo de la DINICRI tropezó desde sus comienzos con la


limitación representada por el desempeño de sus competencias por
parte de la Secretaría de Inteligencia, favorecido por el prolongado
lapso que medio entre la sanción de la Ley de Seguridad Interior -
1992- y el real desarrollo de la DINICRI, iniciado en el año 2005,
lapso durante el cual, ante situaciones críticas en el ámbito de la
seguridad pública, fue la Secretaría de Inteligencia quien dio
respuesta a las necesidades de inteligencia criminal del poder político.
Aún tras el desarrollo de la DINICRI el aludido rol de la Secretaría de
Inteligencia prosiguió.

Otro factor de fundamental importancia, limitativo del desarrollo


de la DINICRI, fue la omisión de dicho organismo en incorporar al
mejor personal de las instituciones policiales y fuerzas de seguridad
nacionales y provinciales, que debía conjugar sus conocimientos y
experiencia en el ejercicio de la función policial, a las capacidades de
los jóvenes analistas que pasaron a integrar la DINICRI. La presencia
de tal personal era fundamental, además, para establecer con las
instituciones policiales y fuerzas de seguridad los nexos y relaciones
personales y de confianza que en todo el mundo facilitan el suministro
o intercambio de información.

21
Para una descripción del SISME y otros acuerdos celebrados en el ámbito de la Reunión de Ministros
del Interior o equivalentes del MERCOSUR, remitimos a nuestro artículo La coordinación en seguridad
pública en el MERCOSUR: Orígenes, Perspectivas, Dificultades y Lecciones, Revista de Derecho
Público, número 2004-2, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2004.
A lo expuesto debe agregarse la carencia hasta el presente de otro
aspecto esencial para el adecuado funcionamiento y desarrollo de la
inteligencia criminal: la existencia de una doctrina de inteligencia
criminal común entre el Estado Nacional y las provincias, incluyendo
productos de inteligencia estandartizados, y la inexistencia en todas
las policías provinciales de órganos de inteligencia criminal.

En otro orden de ideas, cabe destacar también el desarrollo que ha


tenido la inteligencia criminal en la Provincia de Buenos Aires, donde
se ha desarrollado a partir de 1997 –en el marco de la reforma policial
concebida por León Carlos Arslanián y Alberto Binder- una labor
significativa en cuanto a cambios en la doctrina de inteligencia
policial vigente en la Provincia, que hasta ese momento estaba
caracterizada por su orientación ideológica en el marco del conflicto
Este-Oeste.

Cabe destacar surge de la actualmente vigente Ley Nº 13.482 sobre


Unificación de las Normas de Organización de las Policías de la
Provincia de Buenos Aires, dentro de la compleja organización
provincial en materia de seguridad pública, (inciso 3) el Área de la
Policía de Información, en la que quedan comprendidas la
Superintendencia de Evaluación de la Información para la
Prevención del Delito, y los restantes organismos y unidades
policiales de información actualmente existentes y los que se
determinaren, dependientes de la Policía de Información...

Por otra parte, la referida ley estableció en el Título Único


Superintendencia de Evaluación de la Información para Prevención
del Delito, que ...la Superintendencia de Evaluación de la
Información para la Prevención del Delito, estará a cargo de un
Superintendente en actividad de la Policías de la Provincia de
Buenos Aires, especializado en inteligencia criminal (artículo 186), y
que ... tendrá una estructura técnica especializada en la realización
de actividades de inteligencia policial conducente a la prevención
del delito...(artículo 187).

Las funciones esenciales de este organismo, conforme establece el


artículo 188, incluyen, entre otros, los aspectos relativos a …b)
Administrar la base de datos unificada sobre el crimen organizado de
la Provincia, en la que podrá incorporar información oficial
procedente de causas y resoluciones judiciales en materia penal y/o
prevencional debidamente identificadas, en el marco de lo
establecido por los artículos 20 y 26 de la Constitución de la
Provincia, de los artículos 270, 271, 280, 293, 294 y 297 del Código
Procesal Penal de la Provincia, y demás normas aplicables en la
materia. c) Asegurar de conformidad al principio de legalidad que las
distintas áreas destinadas a la seguridad y la investigación de delitos
utilicen dicha información en función de estrategias preventivas o de
casos. e) Controlar la incorporación de la información específica
proveniente de la autoridad judicial competente y las diversas áreas
de las Policías de la Provincia, registrada en causas o resoluciones
judiciales sobre el accionar del crimen organizado en el ámbito de la
Provincia…. f) Asegurar la reunión de información que permita la
prevención del delito. g) Asegurar el adecuado procesamiento y
análisis de la información vinculada con la prevención del delito…
También previó el artículo 189 que ... Cada municipio de la
Provincia tendrá una delegación de evaluación de la información
para la prevención del delito...

Estas normas reflejan un enfoque de la inteligencia criminal, que


aparece como dirigido fundamentalmente a la formación y gestión de
bases de datos de información policial, y al análisis de la información
obtenida `para la prevención del delito, es decir, fundamentalmente
dirigida a la inteligencia criminal estratégica, aunque, como ha
podido advertirse, también dicha información es utilizada para la
represión del delito, (casos).

Respecto a la inteligencia criminal táctica, cabe destacar la


circunstancia de prever la ley, dentro del Área de las Policías de
Investigaciones, (artículo 4, inciso 2º) la Policía de Investigaciones
de Delitos Complejos y Crimen Organizado,, y la Policía de
Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas.

Con relación a la Policía de Delitos Complejos y Crimen


Organizado, el artículo 154 le asignó competencia exclusiva y
excluyente en investigaciones de delitos complejos y crimen
organizado en todas sus etapas, incluyéndose entre sus funciones
esenciales ...d) Reunir, analizar y evaluar la información procedente
de las diversas fuentes nacionales, provinciales y/o municipales
referidas al desarrollo, modalidades y evolución del crimen
organizado, delitos complejos, secuestros y terrorismo, y elevar dicho
informe a la autoridad que corresponda, y ...e) Diseñar bases de
datos y almacenar en ellas información referida al comportamiento
delictivo de detenidos o investigados en hechos ilícitos relacionados
a secuestros de personas, crimen organizado, delitos complejos y
terrorismo…

El capítulo II previó la existencia de una Superintendencia de


Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen Organizado, a cargo
de un Superintendente en actividad de la Provincia de Buenos Aires,
especializado en la materia, cuyas funciones esenciales (artículo 157)
incluyen las de mantener actualizada la apreciación de la situación
delictiva en el ámbito de los delitos de su competencia, .y requerir
y/o coordinar, con la autoridad judicial competente, la posibilidad de
acceder al estudio y análisis de las causas en trámite o concluidas,
que resulten de interés al objetivo del organismo, para la
estructuración de la base de datos, asegurando un registro ordenado
y actualizado de todas las actividades investigativas, funciones
también características de la inteligencia criminal.
El capítulo III se refirió al establecimiento de Delegaciones
Departamentales de la Policía de Investigaciones de Delitos
Complejos y Crimen Organizado, a ser desempeñadas por
Comisionados especializados en la materia.

Con relación a las funciones esenciales de la Policía de


Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas, estableció el artículo
164 que …la Policía de Investigaciones del Tráfico de Drogas
Ilícitas tendrá competencia exclusiva y excluyente en investigaciones
tendientes a la neutralización de diferentes formas delictivas del
narcotráfico en todas sus etapas…incluyéndose entre sus funciones,
las de ….b) Recopilar información respecto de todos los
procedimientos efectuados por todas las dependencias policiales de
la Provincia de Buenos Aires. c) Estudiar, analizar y elaborar
diagnósticos y mapas delictivos respecto de la actividad de su
incumbencia, aplicando los resultados obtenidos a la neutralización
de las diferentes formas delictivas del narcotráfico en todas sus
etapas…. Se trata en todos los casos, como puede advertirse,
funciones típicas de inteligencia criminal.

Por otra parte, el artículo 165 previó también la creación de la


Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas, a
cargo (artículo 116) de un Superintendente en actividad de las
Policías de la Provincia de Buenos Aires especializado en la materia,
entre cuyas funciones se cuentan las de …mantener permanentemente
actualizado el análisis de la narcocriminalidad. y diseñar y asegurar
la implementación de sus bases de datos y sistemas informáticos…es
decir, funciones características de inteligencia criminal.

Como puede advertirse, las Policías de la Provincia de Buenos


Aires disponen de tres organismos de inteligencia criminal, uno
dedicado fundamentalmente a inteligencia criminal estratégica, y los
otros dos a inteligencia criminal estratégica y táctica respecto de
determinadas formas delictivas.

El artículo 168 previó la creación de unidades operacionales


departamentales destinadas al cumplimiento de la misión de esta
Policía.

Cabe interrogarnos acerca de la conveniencia de estructurar la


actividad de inteligencia criminal en tres policías independientes (al
menos teóricamente), y contraponerla a la conveniencia de contar con
un único organismo de inteligencia criminal, comprensivo tanto de los
aspectos estratégicos como tácticos, sin perjuicio de contarse con un
órgano de inteligencia criminal interconectado con aquél, en las
dependencias policiales especializadas o locales.

Por otra parte, hasta hace poco tiempo, la Superintendencia de


Evaluación de la Información para la Prevención del Delito y las
Superintendencias de Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen
Organizado y de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas
dependían jerárquicamente de Subsecretarías diversas.

Esta situación ha concluido en la actualidad, con la creación de la


Subsecretaría de Investigaciones e Inteligencia Criminal, que ha
incluido todos los órganos indicados, bien que con criterios más
limitados e incluyendo en el mismo órgano tanto las investigaciones
como la inteligencia criminal, aspectos que deberían estar
diferenciados.

Cabe señalar que en la Provincia de Buenos Aires no se cuenta con


analistas sin estado policial.

No obstante, el personal que se desempeña en inteligencia criminal


ha alcanzado un significativo grado de especialización, realizándose
en la Provincia análisis de inteligencia criminal táctico, operacional y
estratégico, recibiéndose información de los centros de reunión de
información existentes en las Departamentales y de las áreas de
investigación, realizándose escenarios. El general, el personal policial
especializado en inteligencia criminal realiza su carrera dentro de la ya
aludida Subsecretaría, permaneciendo en ella tanto por incentivos
vocacionales como económicos.

En definitiva, y más allá de las peculiaridades señaladas, merece


una consideración global favorable la transformación de la antigua
inteligencia política que llevaba a cabo la fenecida Dirección de
Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, sobre
moldes ideológicos propios de la Guerra Fría, en la actual
inteligencia sobre el delito, que contribuye eficazmente a la
prevención y represión de aquél.

Cabe no obstante destacar que no ha sido seguido un camino


similar en todas provincias argentinas.

Aún subsisten reductos de una concepción de la inteligencia basada


en las necesidades políticas del gobierno provincial.

Urge por ello tanto la conformación en todas las provincias y


particularmente en las policías provinciales de órganos de inteligencia
criminal, la efectiva puesta en marcha de la DIC- DINICRI –con la
efectiva disposición por su parte del presupuesto para la actividad de
inteligencia criminal asignado y la incorporación del personal
especializado de las instituciones policiales y fuerzas de seguridad- y
con la incorporación a su seno de los mejores funcionarios policiales
del país capacitados en inteligencia criminal, la interconexión en
tiempo real con la DINICRI de todas las instituciones policiales y
fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, y muy especialmente,
la elaboración y puesta en marcha en todo el país de una doctrina de
inteligencia criminal común, que incluya productos de inteligencia
criminal estandartizados
Otro aspecto de fundamental importancia estaría constituido por la
creación de la Escuela Nacional de Inteligencia Criminal.

Mientras existe la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI) para la


…formación y capacitación del personal de la Secretaría de
Inteligencia así como también la de los funcionarios responsables de
la formulación, gestión, implementación y control de la política de
Inteligencia Nacional (artículo 27, Ley Nº 25.520)…así como el
Instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas para la capacitación
del personal de inteligencia criminal, aún está pendiente la creación
de un ámbito adecuado para la capacitación y perfeccionamiento del
personal dedicado a la inteligencia criminal, tanto el personal policial
dedicado a tal actividad, como el personal civil de analistas, cuya
adecuada capacitación representa un importante desafío que reitere y
supere en lo posible las exitosas experiencias de 2005 y 2006.

No cabe concluir este análisis sin hacer referencia a la segunda


importante experiencia que ha tenido lugar en Argentina, en materia
de empleo, en inteligencia criminal, de analistas de inteligencia sin
estado policial ni militar.

Ésta tuvo lugar a través de la creación, en el ámbito de la


Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y
Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), más específicamente, de
la Subsecretaría Técnica de Planeamiento y Control del Narcotráfico,
del Centro de Evaluación del Narcotráfico (CEN)22, órgano de
análisis cuya responsabilidad esencial consistió en …requerir,
integrar, analizar y valorar toda la información de la que se disponga
en materia de narcotráfico y tráfico ilícito de
estupefacientes…23integrado por un conjunto de jóvenes analistas,
profesionales de distintas disciplinas, reclutados cuidadosamente en
cuanto a capacidad y antecedentes, y que recibieron un curso de
formación en análisis e inteligencia criminal en cuya impartición nos
tocó asimismo participar, colaborando también la Secretaría de
Inteligencia.

Este núcleo de analistas realizó en breve tiempo una importante


labor, que puso de manifiesto el carácter acertado de la decisión
relativa a su creación, inspirada por el entonces Subsecretario
Técnico, Comandante General (R.) doctor José Ricardo Spadaro,
quien fue además su infatigable y decidido conductor.

Lamentablemente, la conclusión de la gestión de Spadaro parece


haber puesto fin a la labor del CEN, que parece ejemplificar, como
sucediera anteriormente con la DINICRI, las dificultades que parece
enfrentar en Argentina –pese a sus promisorios comienzos- el empleo

22
Resolución SEDRONAR 731/2008.
23
Ibid. Artículo 2°.
en materia de inteligencia criminal de analistas sin estado policial ni
militar.

3. Conclusiones.

La inteligencia criminal posee aún en Argentina un desarrollo


limitado y parcial.

Puesta en marcha con la sanción de la Ley Nº 24.059 de Seguridad


Interior y la consiguiente creación de la Dirección de Inteligencia
Interior, experimentó diversas vicisitudes, pudiendo afirmarse
respecto de dicha Dirección, que hasta fines del año 2004 no contó
con los medios humanos y materiales que requería la misión que le
había sido confiada.

Durante el largo período que la Dirección de Inteligencia Interior


y, posteriormente, la DINICRI estuvieron en estado virtualmente
latente, la Secretaría de Inteligencia ejerció de hecho sus funciones,
pese a carecer de facultades policiales y a constituir un organismo
protegido por el secreto de identidades, fuentes y métodos,
circunstancia que aunada a la falta de formación de sus integrantes
para el rol policial y para la cooperación con el órgano judicial,
determinan su carencia de aptitud para esta tarea.

Desarrollada posteriormente la DINICRI, ese desarrollo permanece


incompleto, por no haberse incorporado el mejor personal policial y
de seguridad especializado en inteligencia que hubiera aportado su
experiencia en la función policial, por no haberse completado las
redes telemáticas que permitirían la intercomunicación en tiempo real
entre los actores de la seguridad pública nacionales y regionales, y por
no haberse formado una doctrina nacional de inteligencia criminal y
establecido órganos de inteligencia criminal en todas las policías del
país.

Persisten, por otra parte, los conflictos de competencia con la


Secretaría de Inteligencia, quien pugna por continuar ejerciendo una
función que cumpliera durante años.

Urge solucionar todos los aspectos indicados, para que el país


pueda contar ya con adecuadas capacidades de inteligencia criminal
para combatir con eficacia al delito.

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