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Universidad Nacional. Sede Brunca.

Ideología de género: religión sin religión.


Diego A. Soto Morera

0. En esta presentación propongo una lectura del Libro Negro de la Nueva Izquierda.
Ideología de género o subversión cultural, de Nicolás Márquez y Agustín Laje. Es el
resultado de un proyecto de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, cuyo producto
es el libro: Ideología de Género. Tres ensayos, donde figura el artículo que sirve de base a
esta exposición.
1. Criterio de ingreso: no preguntemos: ¿qué es ideología de género? Propongo otra pregunta
de aproximación: cuando un hablante dice ideología de género, ¿cuáles efectos quiere
introducir en el cuerpo social?
Propuestas de lectura que debemos revisar:
(a) En varias entrevistas, comunicados de prensa y ponencias, personas del medio
académico costarricense, así como representantes del Ministerio de Educación
Pública de Costa Rica, apelaban una supuesta inconsistencia: existe la teoría de
género, decían, no la ideología de género. Resulta, cuando menos impreciso, deducir
del estatuto epistemológico de las teorías de género la negación de la ideología de
género (Ciencia y Ciencia Ficción).
(b) En un nivel superficial, ideología de género, en Márquez y Laje, y en quienes
suscriben sus consignas, funciona como un apelativo despectivo para las teorías de
género. Su propósito no es, exclusivamente, reducir las teorías de género a lo
bufonesco. La voz “ideología de género”, según este uso, opera como una suerte de
acto de habla, por el cual, se pretende desnudar (sí, LNI nos propone un sinfín de
desnudos) el “falso” estatuto de cientificidad de las teorías de género, para dejar en
evidencia una agenda política marxista que opera en su interior, a modo de caballo de
Troya.
(c) Conservadurismo: grupos fundamentalistas con poder utilizan las creencias de
sectores populares para oponerse al cambio y favorecer políticas neoliberales.
2. El estudiante de la Escuela de Matemática de la Universidad Nacional, Gilberth Arce
Quirós, realizó varias gestiones para organizar la presentación de un libro (nada parecería
más propio de un recinto de educación superior) en alguno de los espacios del campus
universitario Omar Dengo (Heredia, Costa Rica). Su solicitud, luego de varios intentos
fallidos, finalmente fue acogida, y la actividad se realizaría el 5 de setiembre de 2017, a las
15:00 horas, en la Sala de Ex Rectores de la Biblioteca Joaquín García Monge.
Fallo basado en el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(CADH), sobre Libertad de Pensamiento y Expresión: “Aun cuando la posición de una
persona parezca incorrecta, insostenible y hasta retrógrada, el esquema democrático le
permite expresarla. La responsabilidad que surja por dicha opinión será exigible
ulteriormente.”1
La única razón, indicó la corte, para aplicar censura previa, se indica en el inciso cuarto: la
protección moral de la infancia o la adolescencia. Según los magistrados, ningún menor de
edad vería violentada su inocencia por participar en esta actividad, por lo cual, no había razón
para la censura previa.
Nada se indicó sobre el artículo 5 del Pacto de San José el cual, prohíbe cualquier propaganda
a favor de la guerra o apología del odio nacional, racial o religioso, o “cualquier incitación a
la violencia contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo.”
3. Ideología de género: 3 grandes peligros. LNI fue publicado por Unión Editorial, una
casa editorial española que promueve publicaciones defensoras “de los valores de la
economía de mercado y de la filosofía liberal en que dicha economía se sustenta.”2 El
manuscrito de Márquez y Laje tiene como objetivo general tipificar y denunciar una serie de
corrientes de pensamiento y movimientos sociales que amenazan los valores de la economía
del mercado.
La nueva amenaza el marxismo cultural. El marxismo cultural en América Latina ha sido
comentado y combatido al menos desde la administración de Ronald Reagan. El Comité de
Santa Fe, una división de la CIA encargada de elaborar las estrategias de política
internacional de la administración Reagan en América Latina.
La izquierda, afirman Laje y Márquez, “dejó de reclutar obreros explotados,” y se comenzó
a movilizar a partir de diversos movimientos sociales (LNI los denomina almas atormentadas
o marginales), que no figuraban dentro del marxismo cultural a inicios de los ochentas, a
saber: “Indigenistas, ambientalistas, derecho-humanistas, feministas y homosexualista”:
4. Ratzinger y las amenazas al catolicismo. Primera: teologías de la liberación. Falsa
comprensión de libertad, que la reduce a una condición política. Segunda: gender. Primero,
“teología indígena”, la cual pone su atención en la religión y cultura precolombina, al tiempo
que condenan al cristianismo europeo como colonizador. Segundo, el “ecologismo”,
derivado de un falso culto a la tierra por inspiración feminista, denuncia al ser humano como
destructor de la naturaleza. Finalmente, el relativismo, que de alguna manera resume a todas
las anteriores, establece que no existe una verdad absoluta y universal, sólo existen verdades
particulares, contextualizadas.
5. ¿Qué tipo de historia propone LNI sobre feminismo y teoría de género? Una con moraleja.
Realiza una suerte de anti-biografías de feministas y estudiosas del género, donde se les
muestras como personas degeneradas, y se exponen unas razonas que, en lugar de aportar
elementos para el análisis del desarrollo histórico de unos debates académicos, aleccionan al
lector sobre la urgencia de condenar a tales “mujeres” y sus consignas.

1
Sala Constitucional de Costa Rica, “Resolución N. 2017016668, Expediente: 17-013647-0007-CO,”
consultado en línea [14-02-2018]: https://nexuspj.poder-judicial.go.cr/document/sen-1-0007-726930.
2
Unión Editorial, Editorial, consultado en línea [20 de noviembre 2018] http://unioneditorial.net/editorial.
El caso Butler.
Naturaleza. Resulta oportuno valorar el uso de la noción biología en LNI. Biología figura al
lado de palabras como sexo, cuerpo, anatomía y genes. Por recurso metonímico, todas son
nombradas con el término naturaleza. Funciona para nombrar lo que está por fuera
(topología), lo anterior (temporal), así como el punto cero (ordinal) de la cultura, el lenguaje
y la ideología.
Naturaleza, es lo dado. Designa el principio y finalidad de constitución de los sexos, pero
también el orden que deben ocupar. Lo natural porta implícitas formas de castigo:
transgredirlo implica caer en un abismo.
Lo biológico como otro nombre para naturaleza no designa, entonces, una ciencia en el
sentido moderno de esta expresión, sino una matriz de atributos, principios y disposiciones
ahistóricas, así como un conjunto de sanciones, límites y restricciones. Biológico en LNI es
lo que está por fuera de la cultura, pero lo universalmente vinculante para toda particularidad
histórico-cultural. Lo biológico, se acerca, en este uso, mucho más a lo sagrado, como aquello
exterior al ser humano, y en cuyo contacto, ante todo en la profanación, el ser humano puede
sufrir graves consecuencias. Lo biológico, por esta traslación metonímica hacia
naturaleza, permite el reingreso de lo sagrado en la esfera de la opinión pública
moderna.
6. Sobre el estilo de escritura. las evanescencias ideológicas se solidifican por medio del
‘correctismo político’. Justamente, esta premisa sugiere la necesidad de un contrapeso de lo
políticamente correcto: la verdad, por su propio peso, debe aparecer desnuda e incómoda. Es
decir, la verdad, según la entiende LNI, disculpa el estilo “directo”, incluso, irrespetuoso, de
los argentinos en su manuscrito
Se trata de un gesto, más bien de un recurso, replicado por muchos candidatos a puestos de
elección popular, principalmente, aquellos adscritos a posiciones nacionalistas, así como a la
apología de valores tenidos por irrenunciables. Si algo nos ha enseñado al advenimiento de
fake news, en una reconfiguración de las políticas de verdad, es que el gesto puede desplazar
toda veracidad. Y en torno a LNI, el gesto, el maquillaje y el show tienen un lugar
determinante.
7. Ideología en ideología de género. La descripción que ofrece LNI de hegemonía en Laclau
y Mouffe, resulta tan general y laxa, que podría ser aplicada casi a cualquier fenómeno.
Incluso, se podría aplicar punto por punto al libro de Márquez y Laje, ¿acaso ideología de
género no se nos propone, en el manuscrito de los argentinos, como la consigna capaz de
reunir, en un mismo frente, en una misma causa, una serie de movimientos sociales que van
desde la defensa de la libertad individual, la propiedad privada y la economía del mercado,
pasando por la familia tradicional, hasta quienes adversan la educación sexual pública, el
aborto, el matrimonio igualitario, entre muchos otros? ¿Acaso Nicolás Márquez y Agustín
Laje no se ofrecen como aquellos pensadores capaces, desde una posición “científica”
(intelectuales orgánicos del liberalismo), de “desnudar” los intereses de la nueva izquierda y
aportar, en un mismo movimiento, la gramática que permitiría la lucha contra el Socialismo
del Siglo XXI en su propia arena, la disputa cultural? ¿Su texto, producto de una editorial que
abiertamente se propone la defensa del liberalismo, no viene a ofrecer las narrativas que
permitirían “cadenas equivalenciales” a partir de la ideología de género? El manuscrito de
los argentinos se ofrece a los movimientos sociales que, al defender la familia tradicional,
sirven a la defensa de la libertad individual, la propiedad privada y por extensión, a la
economía del mercado.
Afirmaciones sobre Laclau&Mouffe. Agente Amo. Identidad y negatividad. Conflicto y
Antagonismo. Hegemonía no es dominación. Formación de una voluntad común.
8. Ideología de género es una lógica política.
Producción de un enemigo. En primer lugar, ideología de género permite establecer un “otro”
o adversario político: “los generólatras”. El plural no es antojadizo, ya que se trata de una
designación amplia y difusa en su significado, la cual abarca una diversidad de grupos y
representantes, ya particulares, ya institucionales. Generólatras designa manifestantes y sus
causas (igualdad de derechos, educación y salud sexual, aborto, entre otros), instituciones
públicas (universidades, ministerios, instituciones sociales que se suman a estas luchas),
instituciones privadas (laboratorios, clínicas y grandes farmacéuticas ubicadas
espectralmente como poder detrás del trono), incluso políticas públicas (educativas, de salud,
civiles vinculadas a la sexualidad e igualdad de derechos); en fin, generólatras viene a
designar un enemigo global con momentos particulares, que buscan socavar aquello que se
tiene por fundamento de lo social: la familia heteronormativa y, en última instancia, la vida
(ese objeto bioteológico que demanda dejarle vivir y que sólo la divinidad en su sapiencia
puede hacer morir). Sin embargo, ideología de género no se limita al acto de nombrar
(constituir) enemigos y aliados, es decir, no se reduce a nombrar una fractura en el campo
social.
Ideología de género ha provisto de una gramática y una sintaxis moderna a grupos y
movimientos replegados sobre sistemas de valores tenidos por premodernos. Desde luego,
esta estrategia discursiva no observa las reglas de formalización de los modos de saber de la
modernidad y sus disciplinas, sin embargo, este recurso permite un acceso a la opinión
pública donde resulta posible contestar con recurso a la gramática moderna saberes
especializados de las ciencias sociales, humanidades, e incluso de las ciencias naturales y
médicas (como en el caso de movimientos antivacunas frente a la campaña de vacunación a
niñas contra el virus del papiloma humano).
En este caso, no estamos ante el dilema de la Ciudad de los monos, investigado por el
historiador Iván Molina, donde grupos religiosos denunciaron la circulación de un saber
científico que se aleja de predicados divinos, en ese caso, la teoría de la evolución de las
especies.3 Por el contrario, en el caso de la Ideología de género, tenemos grupos religiosos o
tenidos por conservadores que denuncian la falsa cientificidad de instituciones científicas
(Universidades) o promotoras de producción social de saberes (Ministerio de Educación); en

3
Iván Molina, La ciudad de los monos: Roberto Brenes Mesén, los católicos heredianos y el conflicto cultural
de 1907 en Costa Rica, (Heredia: EUNA; San José: EUCR, 2001).
tanto coaptadas por ideología. La denuncia no es, en este caso, que la evolución irrespeta la
teoría creacionista, sino, que la teoría de género irrespeta la biología (la cual porta implícita
el diseño divino). En el primer caso se condenaba como anatema un saber contrario a la
doctrina, ahora se trata de denunciar la teoría de género como forma falsa de saber científico
(toda vez que la verdad científica y la verdad divina deben coincidir). Religión sin religión.
En un tercer nivel, ideología de género tiene un alcance performativo en tanto procura
establecer una unidad, así sea precaria, entre un conjunto heterogéneo y fluctuante de
demandas sociales: suscita la emergencia de una voluntad común no reducible a ninguna de
las demandas particulares previo a la articulación, por lo cual, se propicia un nuevo sujeto
político.
Marchan en el espacio público, se manifiestan frente a instituciones de enseñanza pública
(tanto los estudiantes como sus padres de familia), incluso, solicitan la intervención de
ministerios4 a partir de la consigna de defender los valores cristianos, defender la verdad
biológica que el diseño divino determinó para nuestra existencia, la familia según La Biblia.
Sin embargo, no podemos reducir estas expresiones a un rechazo al cambio, a un moralismo
recalcitrante de los conservadores, tampoco a la manipulación que sufren unos sectores
vulnerables
Ideología de género expresa movilización de pasiones, principalmente enojo ante el malestar
social. De ahí que no podemos recudir sus expresiones a consignas o palabras moralizantes.
Expresa, además, privación de voz: comunica formas de censura originaria padecidas por
sectores sociales que no logran incorporarse en mercados laborales, más aún, es expresión de
formas de vida excretadas por mercados laborales; formas de vida precaria que en ocasiones
ni siquiera se incorporan en el mercado lingüístico que regula el acceso a vías institucionales.5
Ideología de género, por lo tanto, no es rechazo al cambio per se, sino, principalmente,
reclamo ante un factor que no cambia, “expresión de la miseria real y, por la otra, la protesta
contra la miseria real.”6
Ideología de género es el nombre de una lógica política, un populismo de derecha, donde
diversas demandas coinciden en torno a una gramática y en un esfuerzo por comunicar, más
allá del enemigo, un malestar. Demandas legítimas que se articulan y expresan en la
acusación de ideología de género, no pueden ser sostenidas en el tiempo y de manera

4
Basta recordar aquí la reciente salida del ministro de educación Edgar Mora por solicitud, no sólo de
estudiantes, también de manifestantes del sector de transportes y sindicatos. Entre los puntos que exigían estos
frentes se encontraba, en segundo lugar, la defensa de los valores cristianos. Las guías de educación sexual y la
propuesta de implementar baños neutros (baños de uso individual) ocuparon un lugar entre los descontentos
contra la enseñanza pública en Costa Rica.
5
Según las encuestas en torno a las pasadas elecciones presidenciales 2018, el Centro de Investigación y
Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica el apoyo al Partido Restauración Nacional, que en aquella
campaña se abanderó como paladín contra la ideología de género, recibió apoyo mayoritariamente de sectores
económica y socialmente vulnerable, geográficamente ubicado fuera del Valle Central.
6
Karl Marx, “Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel” (1844), en Karl Marx y Friedriech
Engels, Sobre la religión, ed. Hugo Assmann, trad. Reyes Mate, (Salamanca: Sígueme; 1974), 94.
sistemática, toda vez que dejan intacto, y más bien defienden, el sistema que reproduce la
vulnerabilidad que se reclama
El desafío que representan para las sociedades democráticas en América Latina, consiste en
que la respuesta requerida no viene exclusivamente por respuestas jurídicas, a nivel de lo
político, ni tampoco por medio del establecimiento de una comunicación perfecta y
transparente, pues, precisamente, no se trata de un fenómeno lingüístico, sino también
implicado en el nivel de los afectos y demandas materiales de acceso a medios de satisfacción
gratificante y desarrollo pleno de capacidades.

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