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LECTIO DIVINA
TEMA 1: LA LECTIO DIVINA
La “Lectio Divina” es todavía una expresión extraña para muchos cristianos. Designa
sencillamente el recurso sistemático a la Sagrada Escritura como alimento de la vida cristina y fuente
inspiradora de movimientos de renovación en la Historia de la Iglesia. Esto se ha dado, de hecho,
desde las primeras comunidades Cristianas que hallaron en las Escrituras el punto de partida de su
crecimiento e impulso misionero; está en el origen del monarquismo (Monjes) de Palestina, Egipto y
otras regiones de oriente y en la fundación de las órdenes mendicantes de la Edad Media. Una de las
peores consecuencias de la Contrarreforma fue el haber alejado a los católicos del contacto directo y
frecuente con la sagrada Escritura, ya que el Concilio de Trento en 1546 prohibió el uso de la Biblia en
lengua vernácula. Prácticamente el regreso a las Escrituras comenzó con el Concilio Vaticano II.
INTRODUCCIÓN:
Nosotros tampoco, solo podemos afirmar que es un importante instrumento de lectura y oración con la
Biblia. “Que nos comunica la sabiduría que lleva a la salvación por la Fe en Cristo. (2 Tim 3, 15)
La Lectio Divina muy tradicional en la Iglesia, reaparece siempre que se intenta leer la Biblia con
fidelidad a partir de los tres aspectos que parece deben caracterizar también hoy nuestra lectura de la
Biblia:
Con respeto profundo por el texto que leemos, a partir de la realidad en que vivimos, dentro de la
comunidad de Fe a la que pertenecemos. Esta lectura existe desde hace siglos y viene del propio
Jesús, cuando explicó las Escrituras a los discípulos de Meaux (Lc. 24, 13-35) en América Latina de
forma especial reapareció con fuerza este antiguo método en medio del pueblo que comenzó a leer la
Biblia en sus comunidades.
UN POCO DE HISTORIA
La expresión “Lectio Divina” viene de Orígenes (S. IV-V). El dice que para leer la Biblia con provecho es
necesario hacer un esfuerzo de atención y asiduidad centrado en la oración “pues es absolutamente
necesario rezar para poder comprender las cosas divinas”. Por eso la Lectio Divina es tan antigua
como la propia Iglesia, que vive la Palabra de Dios, que de ella depende como el agua de su fuente
(constitución Dei Verbum). La Lectio Divina es la lectura creyente y orante de la Palabra de Dios hecha
a partir de la Fe en Jesús que dice:
“El Espíritu os recordará todo lo que os digo y os introducirá en la verdad plena” (Jn. 14, 26; 16, 13).
En el siglo XIII los mendicantes (Franciscanos, Dominicos, Servitas, carmelitas) supieron colocar la
Lectio Divina al servicio del pueblo pobre y marginado de aquella época.
El Vaticano II retornó la tradición antigua y en su documento Dei Verbum recomienda con gran
insistencia la Lectio Divina (D.V. 25). Por la Lectio Divina procuramos alcanzar lo que dice la Biblia: “La
Palabra está muy
cerca de Ti: en tu boca y en tu corazón para que la pongas en mi práctica” (Dt.30, 14). En la boca, por
la lectura; en el corazón, por la meditación y la oración; en la práctica, por la contemplación.
El objetivo de la Lectio Divina es pues el objetivo de la propia Biblia, “comunicar la sabiduría que lleva a
la salvación, por la Fe en Jesucristo” (2 Tim 3, 16-17), proporcionar perseverancia, consuelo y
esperanza” (Rom 15, 4); Ayudarnos a aprender de los errores de los antepasados (1 Cor. 10, 6-10).
REQUERIMIENTOS PERSONALES:
Todo el esfuerzo de su inteligencia la rectitud de su voluntad, “un corazón recto”. (Se debe entender
sinceridad) (CaIC 30).
De nuestro corazón:
- Reconocer la búsqueda de Dios en la vida de los personajes Bíblicos.
- Leer nuestra propia vida a la luz de los testimonios de la Biblia.
- Recordar que encontramos a una persona, a Dios vivo a través de la Biblia.
- Meditar y orar con la Biblia.
- Pedir la ayuda del espíritu Santo.
De nuestra voluntad:
- Obediencia – Disciplina
- Dedicación – sacrificio
- Disponibilidad
a) Leer y releer, de nuevo cada vez, hasta conocer bien lo que está escrito.
b) Repetir de memoria con la cabeza, lo que fue leído y comprendido, rumiarlo hasta que de la boca y
de la cabeza pase al corazón y entre en el ritmo de la propia vida.
c) Responder a Dios en la oración y pedir que nos ayude a practicar lo que su palabra nos pide.
d) El resultado es una nueva ley en los ojos que permite saborear la Palabra y mirar al mundo de una
manera nueva.
Con esta luz en los ojos, se comienza, nuevamente a leer, a repetir a responder a Dios y así
sucesivamente. Un proceso que no termina nunca, pero que nunca se repite tal cual.
TALLER
El evangelio de este domingo nos habla de dos “Manifestaciones” de Jesús resucitado con un
intervalo de 8 días. Es el domingo el 1er. Día de la Semana. Era el día en que se reunían los
primeros cristianos. Y en ese encuentro semanal se presentaba Jesús resucitado. Cuando están
juntos, reunidos en la Iglesia....
Como Tomás que necesitaba tocar para creer, Cristo resucitado se muestra y se deja tocar en la
celebración Pascual del domingo. En el signo del Pan y en el signo de la Iglesia.
Unida por la Palabra y la Eucaristía, la comunidad cristiana forma con Cristo un solo cuerpo.
CUESTIONARIO No. 1
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Tarea: Averiguar y transcribir (copiar) en una hoja el Artículo No. 25 de la Constitución Dei Verbum
del Concilio Vaticano II.
1. ANIMACIÓN: Canción
2. MOTIVACIÓN:
Ez. 3, 1-3 “Come lo que se te ofrece: come este rollo y ve luego a hablar a la casa de
Israel”
3. OBJETIVO:
Conocer bien el libro que contiene las Sagradas Escrituras y su importancia dentro del
curso vivencial de la Lectio Divina.
INTRODUCCIÓN
a) ¿QUE ES LA BIBLIA?
La Biblia es nada más, ni nada menos que la Palabra escrita de Dios Omnipotente a su criatura,
una carta dirigida por el Padre Celestial y transmitida por los Autores Sagrados (Hagiógrafos) al
género humano que viaja lejos de la Patria. Según el Concilio Vaticano I, “La Biblia es una
colección de Libros Sagrados que escritos bajo inspiración del Espíritu Santo, contiene las
verdades reveladas por Dios para la Salvación de las almas. (DV 11).
La Santa Madre Iglesia, según la fe apostólica tiene por Santos y Canónicos los libros enteros del
Antiguo y Nuevo Testamento con todas sus partes, porque escritos bajo la inspiración del Espíritu
Santo, tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia; pero en la
redacción de Libros Sagrados. Dios eligió a los hombres, que utilizó usando de sus propias
facultades y medios; de forma que obrando El, en medio de ellos escribieron, como verdaderos
autores, todo y sólo lo que El quería.
a) ¿CUÁL ES SU ESTRUCTURA?
(1) Título:
Este libro divino, ha recibido varios nombres o títulos desde que fue escrito: (Mt. 22, 29)
Se le llama la Escritura o las Escrituras: en este sentido se expresa Jesús, por ejemplo,
cuando dice a los Saduceos: “Vosotros estáis equivocados, porque no conocéis las Escrituras” (Mt
22, 29); y Lucas pone en labios de los discípulos de Meaux esta frase: No es verdad que el
corazón nos ardía en el pecho cuando Jesús venía hablando en el camino y explicando las
Escrituras” (Lc. 24, 32).
Esta denominación todavía la usamos hoy. Después ha venido recibiendo otros nombres como:
Libros Santos, Libros Sagrados, Sagradas Letras, Palabras de Dios, etc.
Actualmente, el nombre más usual parece ser el de la Biblia Santa Biblia o Sagrada Biblia.
2.1Material:
Como lo indica su mismo nombre, en una colección o libro, de libros escritos por diferentes
autores, en lenguas, épocas y estilos literarios distintos.
De tal manera que se puede afirmar que la Biblia, miniatura es toda una Biblioteca religiosa de la
vida de un Pueblo que camina en busca de su Dios, mediante un proceso de conversión,
recopilada en un solo volumen.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 4
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
2.2Doctrinal:
La Biblia encierra toda la historia de la Revelación divina, es decir, “La manifestación que Dios
hace de si mismo y del Ministerio de su voluntad, misterio que no es otra cosa que su Plan de
Salvación para todos los Tiempos”.
La Biblia contiene dos grandes partes: Antiguo y Nuevo Testamento, ambos relacionados entre sí.
ón Numérica
Dos grandes religiones se rigen por las enseñanzas de la Biblia: La Judía y la Cristiana esta
última, integrada por católicos Ortodoxos y protestantes de muchísimas denominaciones.
- Los Judíos solo aceptan el Antiguo Testamento y lo dividen en tres grandes partes; La Ley;
Los Profetas; y otros escritos, haciendo un total de 39 libros (Canon Hebreo).
- La diferencia entre católicos y protestantes, se encuentran en el Canon o lista de los libros del
Nuevo Testamento, en el cual consideran como Apócrifos a los siguientes libros: Tobías,
Judith, Sabiduría, Eclesiastés, Baruc, Macabeos I Y II.
ón Temática:
NUEVO TESTAMENTO:
Los 27 libros se pueden dividir en:
a) Libros Históricos: (5libros) Cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Y los
Hechos de los Apóstoles.
b) Libros Didácticos: (21 Epístolas) 13 de San Pablo a los Romanos I y II a los Corintios,
a los Galatas, a los Efésios, a los Filipenses, a los Colosenses I y II a los Tesalonisenses, I
y II a Timoteo, a Tito, a Filemón.
c) Carta a los Hebreos (Autor desconocido).
d) Epístolas llamadas Católicas: Santiago, I y II de Pedro, I, II y III de Juan y una de
Judas.
e) Libros Proféticos: El Apocalipsis.
IMPORTANCIA
La Biblia es el libro más importante, por cuanto en sus páginas como en fuente abundante, han ido a
beber, los bibliógrafos, los eruditos, los investigadores, los moralistas, los teólogos, los artistas, los
políticos y especialmente los hambrientos de las cosas divinas.
La Biblia se dirige al individuo, habla de la familia trae normas para la comunidad, señala los deberes
para las clases sociales, facilita las relaciones humanas invitando al respeto, a la paz y a la
convivencia.
Todo hombre, sea de la raza que sea y tenga ocupación que tanga puede hallar respuestas a sus
inquietudes en sus páginas maravillosas.
La gran mayoría de los “problemas” que surgen en torno a la Biblia, las interpretaciones ingenuas, e
incluso los escándalos ante ciertas afirmaciones hechas por los estudiosos de la Biblia, tienen su raíz
ni más ni menos, que en la deficiente comprensión de la naturaleza misma de la Biblia. Las
diferentes interpretaciones que se dan en los diferentes grupos cristianos y más aun entre las
diferentes sectas y agrupaciones que se remiten a la Biblia, se deben simplemente a diferencias en
su apreciación sobre la naturaleza de la Biblia.
Es notorio que muchos grupos fundamentalistas se rehúsa a estudiar la Biblia como tal; hacerlo les
abriría los ojos. Su llamado “estudio de la Biblia” se limita hacer interpretaciones de determinados
pasajes de la Biblia o a reconstruir los detalles Históricos de algún relato, pero no es un estudio
histórico de esos pasajes Bíblicos: de su origen tradicional y literario, Histórico y Cultural, de los
significados en ese tiempo para su auditorio original, etc.
La necesidad de estudiar la Biblia para comprenderla correctamente se desprende del simple hecho
de que se trata de un conjunto de escritos que se originaron y fueron compuestos hace muchísimos
siglos en un ambiente cultural muy diferente al nuestro.
Esto se observa ya en lenguaje: los términos, giros y expresiones son de otra cultura, como lo son
muchos conceptos que encontramos en los escritos bíblicos.
Ingenuamente, muchos piensan que nuestros conceptos y nuestra visión occidental del hombre, de la
naturaleza, del mundo, de Dios, etc. Son iguales a aquellos de los tiempos bíblicos (Palestinos). Han
sido precisamente los estudios sobre el mundo de la Bíblia que han puesto al descubierto las grandes
diferencias.
cualquier documento de la antigüedad. No basta con saber leer para poder comprender lo que se
quiso decir y las razones por la que se escribió lo que se lee.
Porque es el mejor medio para saber qué nos quiere decir el Señor y para ver como se acerca a
nosotros a través de su Hijo Jesucristo.
Porque es el camino más seguro para conocer nuestro destino presente y futuro, lo mismo que el
mundo que habitamos.
Porque es la mejor manera de conocer la vida y obra de nuestro Señor y Salvador Jesucristo con su
muerte y resurrección gloriosa.
CUESTIONARIO No. 2
2) La Biblia, es la palabra de Dios, dictada para ser escrita textualmente como él quiere, sin tomar
en cuenta las cualidades, del hombre a quien utilizó únicamente como instrumento.
V F
3) La Biblia es una colección de Libros Sagrados que escritos bajo inspiración del Espíritu Santo,
contiene verdades reveladas por Dios para la Salvación de las almas.
V F
V F
6) Los Libros de Génesis, Levíticos y Números son libros históricos porque narran la historia de
Adán y Eva, Abraham y Moisés.
V F
7) En el Nuevo Testamento no hay libros Proféticos, sólo los Cuatro Evangelios y las Cartas a San
Pablo.
V F
V F
10) Debemos leer asiduamente la Biblia porque es el mejor medio de adquirir Sabiduría de Dios.
V F
1. ANIMACIÓN:
2. MOTIVACIÓN: Lectura Mt. 12, 1-7
3. OBJETIVO:
Que el participante en este curso vivencial tome plena conciencia de algunas normas hermeneúticas
importantes de la lectura cristiana de la Biblia., que vienen de la tradición y el Magisterio y que
convergen en la constitución Conciliar “DEI VERBUM”.
4. INTRODUCCIÓN
Dios mandó a su hijo al mundo solo para que se entienda bien al mismo, que se le interprete
correctamente y se le contemple; Cristo, fue enviado a este mundo para transformarlo, en otras
palabras, para salvarlo (Jn. 3, 16-17), y estamos invitados a participar en su obra.
Interpretar es posibilitar la comunión entre dos personas que quieren dialogar. Es lograr que
la palabra de una sea traducida a la lengua de la otra. Por eso, el intérprete debe ser fiel a las dos
personas que quieren dialogar, a la Palabra de Dios con la ayuda de la Biblia. Entre estas fidelidades,
la fidelidad al Verbo encarnado y la fidelidad al hombre de Hoy, no puede ni debe existir ninguna
contradicción (Paulo VI – Set. 25 – 1970).
a) Las que permiten pasar de una lectura ingenua de la Biblia a una lectura critica a una lectura
Cristiana.
b) Las que permiten pasar de una lectura crítica a una lectura cristiano.
a) Lectura Ingenua
Lectura ingenua, es la que practica el lector que no sospecha hasta que punto su propia
realidad, su idea de Dios y de los hombres, su manera de ver la vida, en fin su pre-comprensión y su
ideología influyen en su lectura o dicho de otra manera, es la de aquel lector que se imagina ver en
la Biblia. Fue escrita por Dios de puño y letra enviado a la tierra en forma misteriosa.
Un libro en cuya composición no ha tenido nada que ver el hombre. En consecuencia, este
lector lo tomará todo al pie de la letra (fundamentalista) como si fuera un tejido de revelaciones
absolutas de Dios; no se preguntará por el sentido de las distintas maneras de expresarse comunes
entre los hombres (géneros literarios) que vivían hace veinte o treinta siglos: y ahora, caídas en
desuso.
No hay que confundir sin embargo, esta lectura sencilla pero inteligente y atenta. Esta última
es, además, la base sobre la cual toda otra lectura debe apoyarse.
b) Lectura crítica
Es la que se preocupa por lo esencial, lo seguro, lo valedero, lo permanente, lo normativo y por ende
trata de separarlo de lo accidental, lo aparente, lo caduco y lo pasajero.
La fe no tiene miedo de aplicar estas actitudes a la lectura de la Biblia. Más bien son las sectas, son
los Mormones, o los testigos de Jehová, los que pierden los estribos cuando se les hace ver la poca
crítica, ola ausencia total de crítica con la que leen la Biblia.
Pedir al lector de la Biblia que sea crítico no es plantearle exigencia exorbitantes; no es insinuar que
sólo vale el estudio científico (toda lectura científica es crítica, pero no toda lectura crítica es
científica); es sencillamente afirma r la importancia de acercarse a la Biblia con toda su inteligencia,
toda su experiencia de la vida; es más que todo, una cuestión de sentido común. Para un cristiano,
la primicia pertenece indudablemente a la lectura creyente la fantasía y el fundamentalismo.
Las mejores meditaciones de la Biblia se producen por lo general cuando se llega a dominar el
desorden interior y se concentra la atención en los textos que tenemos por delante. Es verdad que la
lectura atenta de la Biblia no es prueba de una fe auténtica pero la lectura superficial y precipitada
tampoco.
Criticar es siempre analizar, desarmar, reducir a pedazos. A un texto bíblico, como a cualquier otro
que se pretende estudiar de cerca, hay que desmenuzarlo hasta llegar a sus elementos primitivos, a
su estructura base.
Es preciso también rastrear las palabras, frases hechos, giros significativos, principalmente aquellos
que revelan las tendencias a las orientaciones del texto.
Esta es una regla de oro para todo lector de la Biblia, tanto para el principiante y el especialista,
como para el agente pastoral y el teólogo.
La Biblia es una colección de obras literarias, casi todas riquísimas. No sólo es literatura, es mucho
más, pero este “mucho más” está indisolublemente ligado a una obra literaria que exige ser tratada
como tal.
Vale la pena cotejar los usos distintos de las palabras importantes, como salvación, alianza, fe, amor,
paz, conversión, pecado, comunidad, Iglesia, justicia, pobreza, conocer a Dios, sabio-sabiduría,
servicio-servidor, ley y gracia, acción de gracias, fiesta, etc. Trabajo no tan difícil si se usa un índice
Bíblico suficientemente desarrollado o una concordancia.
También resulta interesante comparar no solo palabras si no también situaciones similares: ejemplo
el de Abraham, Moisés, Gadeón, Sansón, Samuel 1, Isaías Jeremías, Ezequiel, el siervo de Yavé y
hasta de dos paganos.
Nabucodonosor y Ciro, en el Antiguo Testamento: y en el Nuevo Testamento tenemos los relatos de
la vocación de María los apóstoles y Pablo. Podemos hablar de la vocación del misma Jesús.
Siempre es bueno echar un vistazo al contexto, pero siempre con atención crítico. El contexto puede
ayudar o confundir.
pertenece al mundo del entender, aquella es llamamiento constante a la fe o sea a la entrega total
de nuestro ser a Cristo.
Sabe que un pretendido apolitismo significa, en la práctica, una actitud política de anuencia
táctica a una determinada configuración del poder político, cualquiera que este sea.
CONCLUSIÓN:
Para los católicos la Escritura no es autosuficiente o sea que por si sola no basta para encontrar al
Señor. Con estilo tajante que le era familiar así lo expresaba Tertuliano. “Tu fe te ha salvado, dice
Jesús; no dice: “Tu habilidad en interpretar las Escrituras”.
CUESTIONARIO
a) ______________________
b) _____________________
c) ______________________
d) ______________________
e) _______________________
V F
5. Para pasar de una lectura ingenua a una lectura crítica no es necesario utilizar una buena
Biblia porque todas las traducciones son iguales.
V F
6. Una regla importante es considerar la Biblia como revelación sobre el hombre tanto como
revelación de Dios.
V F
V F
V F
Que es el __________________________________.
10. Para los católicos la Escritura es autosuficiente o sea que por sí sola basta para
encontrar al Señor.
V F
2. MOTIVACIÓN: Tim. 3, 16 – 17 ¿Para qué es útil la Biblia? ¿Cómo debemos estar para
emprender una buena obra?
3. OBJETIVO:
Fortalecer nuestra fe, buscando que entender sin confundir la Verdad religiosa, con las expresiones
orientales que sirven para expresar dicha verdad. Dicho de otra manera, no debemos confundir el
“ropaje literario” con la Verdad misma. Hemos de descubrir y ver el mensaje de Fe.
a) El lenguaje humano
b) Géneros literarios
c) Imágenes literarias en el lenguaje bíblico.
5. INTRODUCCIÓN:
En las lecciones anteriores, dijimos citando una frase conciliar, que “dios habla en las Escritura por
medio de los hombres, en lenguaje humano”, Vamos ahora a fijarnos en este último punto de la frase:
“En lenguaje humano”.
Vale repetir el pensamiento aquel que decía: “cuando el sabio señala con su dedo las estrellas, el
que es tonto se queda mirando al dedo”.
Conviene repetir la idea, ya que es de suma importancia comprende que “Toda palabra escrita o
dicha contiene un mensaje en se interior, que va más allá de la pura letra escrita o dicha.
La Biblia siempre dice la verdad, equivale a afirmar que la Biblia jamás se equivoca, no tiene error
nunca. Partimos de una base ya mencionada anteriormente: el autor principal de la Biblia es Dios, y
en dios no cabe error. Dios no puede equivocarse, ni equivocarnos. Si dios no se puede equivocar,
tampoco tiene error su Palabra. Esto es lo que comúnmente llamamos INERRANCIA BÍBLICA, es decir,
que la Biblia no tiene error, ya que es la Palabra de Dios y en Dios no se admite error.
Al leer un texto bíblico, no hemos de fijarnos en la “materialidad” de las palabras, sino en el sentido
con que fueron dichas opuestas por escrito. El autor bíblico tiene una intención y utiliza un
determinado género literario y la intención literaria de la palabra dicha o escrita. No tomemos la
Biblia “al pie de la letra”: descubramos su sentido, su contenido, su mensaje , su intención. Por eso
es tan conveniente entender los géneros literarios y saber el ambiente socio-cultural-literario-
religioso en que el Libro Sagrado fue escrito.
Nos ayudará también mucho conocer su fecha aproximada al menos de composición. Con ello nos
metemos en su época, en su ambiente y así la interpretación y el entendimiento del Libro resultará
no tan difícil, más cercano a nosotros.
Los números, los colores, las edades, los vestidos, las palabras, las expresiones, etc., todo está
cargado de simbolismo e imágenes que encierran un contenido y ése es el que hay que descubrí.
Tampoco se ha de caer en la trampa de pensar que todo es simbolismo eso de ningún modo.
“El Hijo Prodigo”: su verdad es el mensaje, la enseñanza, no el relato en sí; el relato no es una
“verdad histórica”, dicho a nuestro modo de entender lo histórico de lo no histórico ni eso es
importante.
A) EL LENGUAJE HUMANO:
Si nos fijamos en nuestro estilo de hablar, veremos que “una misma verdad la expresamos de
múltiples maneras. Corrientemente no nos importa el modo, sino que vamos abiertamente a la
verdad que queremos expresar.
Por ejemplo: “Estoy bajo un estado de depresión pesimista ante un grave problema esta es la verdad
que quiero comunicar y para expresarle a un amigo le digo: “Oye, estoy hecho polvo”. No cabe duda
que mi amigo me entiende perfectamente.
Otro ejemplo: Ha ocurrido un accidente donde ha perecido un niño. De este accidente son testigos
el papá y la mamá que iban con el niño, el policía de tráfico y un señor extraño que pasaba por el
lugar del siniestro. Los papás llevados de la impresión tremenda de que el muerto es su propio hijo,
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 14
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
contarán con un realismo quizá exagerado hasta los últimos detalles del in suceso. El policía lo hará
probablemente como quien relata un atentado policiaco. Está tan acostumbrado a presenciar
escenas similares, que ya casi, una más, no le impresiona gran cosa. Por su parte, el “Señor extraño”
que pasaba por allí y no tenía nada que ver con la cuestión, dirá las cosas sin dejarse llevar de la
emoción. ¿Cómo la vamos a juzgar nosotros que no presenciamos el accidente? Si nos referimos a
los papás diremos que, como no se fijó bien, mintió; y del testigo casual diremos que, al no
importarle lo sucedido, confesó cualquier cosa por salir del paso.
Todo esto está diciendo que a la hora de juzgar algo, hay que hacerlo teniendo en cuenta quien lo
dice o escribe, e incluso las circunstancias del hecho sucedido.
El Concilio Vaticano II lo dice “Dios habla en la Escritura por medio de los hombres en lenguaje
humano; por lo tanto, el interprete de la Escritura, para conocer lo que Dios quiso comunicarnos,
debe estudiar con atención lo que los autores querían dar a conocer con dichas palabras. Para
descubrir la intención del autor, hay que tener en cuenta, entre otras cosas, los géneros literarios (DV
12) Siguiendo esta observación conciliar, vamos a fijarnos en dos aspectos.
a) GENEROS LITERARIOS
Lo primero que hay que tener en cuenta en el lenguaje humano de los autores bíblicos, son los
géneros literarios.
Por género literario se entiende la manera que tiene un escritor de emplear el lenguaje.
Explica la Constitución Conciliar citada (DV 12) “La verdad se presenta y se enuncia de modo
diverso en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos o en otros géneros
literarios. El intérprete indagará lo que el autor sagrado intenta decir y dice, según su tiempo y
su cultura, por medio de géneros literarios propios de su época. Para comprender exactamente lo
que el autor quiere afirmar en sus escritos, hay que tener muy en cuenta los modos de pensar,
expresarse, de narrar que usaban en tiempo del escritor, y también las expresiones de entonces
en la conversación ordinaria” (DV12).
Es decir, que los autores Bíblicos, de origen oriental, usaban todas las maneras, modismos,
frases, etc. Propios de su país y de su época.
Pio XII había dicho antes: “Ninguna de aquellas maneras de hablar, de que entre los orientales
solía servirse el humano lenguaje para expresar sus ideas, es ajena a los libros sagrados, con la
condición de que el género de decir empleado, en ninguna manera repugna a la santidad y
verdad de Dios” (Encíclica: Divino afflante Spiritu).
- Narración de la Creación: Para decirnos el autor del Génesis que todas las cosas proceden de
la mano de Dios, se sirve de todo un Poema bellísimo, en que va detallando finamente los
distintos pasos de que sirvió el Creador para formar el mundo. Quizá nosotros, más dados al
estilo conciso, lo diremos en diez líneas.
- Creación de Adán y Eva. Hay que ver como se detiene el autor del Génesis en narrar su
formación. Nos dice que Dios tomó un poco de barro en sus manos, que lo fue palmando
poco a poco y que al fin lo sopló y salió el primer hombre. Y para crear la mujer, durmió a
Adán, le quitó una costilla, etc, y apareció la primera mujer. Nosotros diríamos quizás todo
ese POEMA en una sola frase: Dios formó a Adán y Eva y los hizo de una misma
naturaleza.
¿Porqué entonces emplearon tantas fases? Simplemente por que así era la imaginación de
los orientales.
Resumiendo, lo que ante una frase bíblica nos interesa saber es, no tanto el modo o manera
cómo nos llega la verdad divina, sino el mensaje que el Señor quiere comunicarnos a través
de ese ropaje literario.
Siete son los grandes géneros literarios que nunca debemos olvidar, a saber: jurídico,
histórico, poético, sapiencial, profético, epistolar y apocalíptico.
Además de estos siete grandes géneros literarios, en la Biblia descubrimos otros muchos Por
ejemplo: moral, filosófico, el relato histórico, la saga, el mito, el cuento, la fábula, el
paradigma, el sermón la exhortación, la confesión, la narración didáctica, la parábola, la
sentencia profética jurídica, sapiencial, el refrán, el enigma, el discurso, el contrato, el
catálogo o registro, la oración o plegaria, el canto, los himnos, el proverbio, las listas, las
crónicas, diario, bienaventuranzas, imprecación, parábola de dativo inicial, de nominativo, la
elegía, la canción de amor, la noticia de una visión, la predicación.
Ejemplos:
______________________________________________________________________________________________________
Texto Género Intención
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Mt. 6, 9 – 13 Oración Plegaria
Jn. 6, 35 Dic. De Revelac. Notificar
Hec. 16, 11s Diario de Viaje Notificar
Sal. 95 (94) Himno Alabar
1Ts5, 16 – 22 Exhortación Recomendar
1Cor. 15, 3 – 5 Predicación Predicar
Lc. 11, 27 Bienaventuranzas Alabar
Ecl. 30, 14 Proverbios Enseñar
______________________________________________________________________________________________________
El señor tiene tanto interés en que nosotros entendamos el mensaje que El quiere comunicarnos a
través de instrumentos humanos, que muchas veces se sirve de imágenes curiosísimas y bellísimas.
Nos trata no pocas veces como a niños pequeños, y para eso emplea comparaciones, ejemplos,
alegorías, etc., con el fin que a través de esas imágenes, lleguemos a comprender plenamente la
realidad del mensaje.
Célebre universalmente son las parábolas del Hijo Prodigo (Lc. 15, 11); la de la oveja perdida y
hallada, la del sembrador, la del grano de mostaza y la levadura, etc. Que nos relata el nuevo
testamente. Y en el Antiguo, las de Ezequiel 1, 26; Amos 4, 1 y otros.}
4. SÍMBOLO: El símbolo es un signo o acción que representa otra cosa, personaje, institución, etc.
Así la bandera es símbolo de la Patria.
- En la Biblia existen muchos signos o acciones simbólicas, como los que vemos en hechos 21, 10 –
13 y en Reyes 11, 29 – 39, Visiones simbólicas, como las relatadas por Ezequiel 37, 1 – 14.
Números simbólicos, como el 3, 7, 40, 70, 72, etc. Y Nombres simbólicos como los de los hijos de
Óseas 1, 4 y de Isaías 7, 3.
5. MITO: El mito o fábula es una narración ficticia, totalmente inverosímil, que atribuye a la
naturaleza irracional cualidades humanas, como la palabra y la razón. Su fin es enseñar e
instruir.
- En la Bíblia hay varias fábulas, como la de los árboles que piden rey, en Jueces 9, 8 – 15.
Así nos habla la Biblia muchas veces para decirnos una verdad interesante, con el objeto que se
nos grave mejor. ¿Pierde interés por esto? Al contrario: gana en interés.
CONCLUSIÓN:
Dos posturas erróneas hay que evitar ante el lenguaje de las imágenes: “Una postura, la que
peca por exceso y otra por defecto”.
Por exceso, la de aquellos que, materializando la imagen, la toman al pie de la letra y con el
mismo rasero miden la verdad que implica y la imagen que nos transmite, y por defecto pecan los
que, sabiendo sobradamente que se trata de una imagen, la que desdeñan entendiendo que es
un lenguaje impropio.
Una actitud equivocada, por que cualquier imagen es lo suficientemente bien explicita, habla
suficientemente bien si la sabe interpretar correctamente.
Digamos para acabar que en estas cosas, como en todo, el ropaje externo es lo de menos,
aunque sea interesante. Lo que importa es lo que viene dentro, es decir, el pensamiento de
Dios, que para que nos resulte simpático y atrayente, lo hace envolver a través de instrumentos
humanos, en envoltura sensible, con el fin de que ese pensamiento que es su mensaje, no se nos
olvide nunca.
CUESTIONARIO
8. No sirve de nada conocer el género literario e intención literaria de los textos, basta la buena
voluntad.....
10. Cite cinco de otros géneros literarios que ya conoce y los puede identificar.
CONCLUSIONES:
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METODOS Y SENTIDO
La dirección de los sentidos para la lectura de la Biblia (no solo para la Lectio divina) no es nada
nuevo. Ya era cosa conocida por la Iglesia Primitiva que utilizaba sobre todo dos acercamientos:
Las lecturas del Cantar de los Cantares son un buen ejemplo de estos dos métodos que existen
todavía en nuestros días, en ellas la Lectura Espiritual descubre el amor de Dios para con su
pueblo, mientras que la lectura literal saca una lección de amor humano entre hombre y mujer,
digno de incluirse en la Palabra de Dios.
Y fíjense estos métodos tanto existen que en el Ca IC 115-119 distingue estos mismos sentidos
de la Escritura. Solo que al Sentido Espiritual se le ha subdividido en:
- Para poder introducir y profundizar en estos sentidos la Iglesia a través de los tiempos fue
explorando diversos caminos.
- Tenemos exégesis:
Histórico Crítico
Estructural
METODO HISTORICO-CRITICO
Nosotros vamos a tratar el método Histórico Crítico que recién fue aprobado por el Papa Pío XII en
este siglo.
Si imaginamos que estamos en el Cuzco recorriendo esas antiguas casas podremos reconocer que
sus bases a menudo son incaicas, las estructuras superiores coloniales y las formas de acabado
datan de la República. Entonces estudiando las numerosas renovaciones poco a poco nos haremos
historiadores o arqueólogos, en esto consiste el método de la Exégesis Histórico crítico: En el
descubrimiento y descripción de las manifestaciones orales o escritas que tenía el o los
textos para las comunidades a las que estaban destinadas (que entendían ellos) o si lo
quieren con otras palabras mas eruditas el Método Histórico crítico
Imaginemos la diferencia de culturas que nos separa de sus orígenes. Para comprender un texto tan
antiguo, es necesario reponerlo en su contexto histórico, recorriendo todas las técnicas literarias. De
allí el nombre: Método Histórico Crítico. Pertenece a las lecturas que busca el sentido de la Lectura
literal: se busca el sentido literal histórico.
Los progresos conseguidos en el conocimiento de las lenguas antiguas (hebreo o griego), los
descubrimientos arqueológicos recientes, son grandes triunfos para alcanzar esta meta.
En Is. 7, 15 “El niño se alimenta de leche cuajada y miel hasta que sepa rehusar lo malo y elegir lo
bueno”.
Si no conocemos el contexto podemos pensar que esto no es posible para un niño sin embargo esto
era fácil para un niño porque leche y miel era lo que abundaba.
Cant. 1.9 “Amada mía, yo te comparo a mi Yegua”. En ese tiempo una Yegua valía 4 mujeres, en
realidad alababa a su amada.
En vez de hablar del Método Histórico – crítico seria preferible utilizar la expresión de los Métodos
Históricos-Críticos por que existen diversas aproximaciones. Estudiaremos uno mas ampliamente, el
asequible a nosotros y nombraremos también a las otras dos. Después de todo los tres persiguen la
misma meta: La búsqueda del sentido que tenía el texto para la comunidad a quien estaba
destinado.
Cuando empieza un sermón: El padre dice: Amadísimos feligreses, queridos hermanos. Estas
formas de hablar en la Iglesia no se encuentran naturalmente sólo al empezar un sermón, sino
también en otros lugares del culto divino.
Cabe decir sin exageración que toda liturgia, en el fondo, es un armazón de formas acuñadas de tipo
oral. La razón es clara: “Todo lenguaje humano que se repite periódicamente con intervalos
determinados y se dirigen a los mismos oyentes, y encierra un contenido idéntico, tiende a
cristalizarse a formalizarse.
Su forma es de una claridad y simplicidad maravillosas no hay traducción capaz de reflejar su fluidez.
Uno de los ejemplos mas bellos lo tenemos en la oración que antaño se recitaba el domingo tercero
después de Pentecostés:
Oremos: Oh Dios, protector de los que en ti esperan, sin ti nada es valioso, nada santo: multiplica
sobre nosotros tu misericordia, para que bajo tu dirección y guía, pasemos por los bienes temporales
de suerte que no perdamos los eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que contigo vive y reina
en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amen.
La estructura misma hace ver claramente el tipo de oración de que se trata: La exhortación Inicial
(Oremos) y la confirmación final (Amén) caracterizan al texto como plegaria de la comunidad.
La estructura formal de la oración que acabamos de analizar se encuentra en la mayor parte de las
oraciones romanas. Desde el punto de vista de la crítica de las formas, este tipo de oraciones se
caracteriza y define por la brevedad de la súplica, con una invocación ampliada en forma relativa, y
una conclusión solemne que recita el presidente en nombre de la comunidad.
Supongamos que un especialista en las ciencias Bíblicas se opone a analizar el texto de los Hechos
de los Apóstoles 9, 3-6. este texto dice lo siguiente: Iban caminando, y próximos ya a Damasco, de
repente le circundó un resplandor del cielo, y cayendo a tierra. Oyó una voz que le decía: “ Saulo,
Saulo, ¿Porqué me persigue? Y preguntó: “¿Quién eres, Señor? Y El: “Yo soy Jesús, a quien tú
persigues, pero levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer”.
En este texto llama la atención el hecho de que la voz celestial repita el nombre (hebreo) de Pablo
dos veces consecutivas. Este fenómeno estilístico resulta con frecuencia un indicio muy valioso para
la investigación crítica de las formas. Hay en efecto en la Biblia otros textos en que se repite también
el nombre dos veces consecutivas y que pueden servir para una comparación, que ha de ser lo mas
minuciosa y exhaustiva posible. Para ello, el exegeta en cuestión tiene que repasar toda la Biblia,
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 20
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
porque no hay manual de concordancias bíblicas que recoja fenómenos estilísticos como el de la
reiteración del nombre. A este respecto no cabe, al menos por ahora, recurrir a una computadora.
Pero el trabajo de repasar y releer toda la Biblia vale la pena, pues le lleva a constatar que la
reiteración del nombre no es cosa tan rara en la Biblia. Mas todavía, en una buena parte de los
textos bíblicos, en los que aparece una reiteración consecutiva del nombre, se habla, como en el
pasaje citado de los Hechos de los Apóstoles 9, 3 – 6 de apariciones. Son textos de apariciones.
Estos textos de apariciones con reiteración del nombre acaparan naturalmente la atención. Si se
someten a un análisis minucioso y se comparan detenidamente, se observa que un buen número de
los textos de aparición están compuestos desde el punto de vista formal de un modo semejante a
Hechos 9, 3 – 6. El paralelo más interesante nos lo ofrece Génesis 46.1 – 3. Este texto reza así:
“Partió Israel (Jacob) con todo lo que tenía. Llegado a Bersebá ofreció sacrificio al Dios de su
Padre Isaac. Y Dios Habló a Israel en una visión nocturna, diciendo: “¿¡Jacob, Jacob!”, y el
respondió: “¡Heme aquí”. Dios continuó: “Yo soy Dios, el Dios de tu Padre. No temas descender de
Egipto, por que allí haré de ti un gran pueblo”.
El texto del Antiguo testamento y del Nuevo testamento obedecen al siguiente esquema:
1) Descripción de la situación.
2) Introducción del discurso.
3) Doble apelación por parte del que se aparece.
4) Introducción del discurso.
5) Pregunta del hombre.
6) Introducción del discurso.
7) Auto presentación del que se aparece.
8) Misión encomendada al hombre.
Una semejanza tal en el esquema de varios textos de apariciones, que observamos en pasajes
bíblicos totalmente distintos, no puede ser evidentemente una mera casualidad. Una investigación
interior nos hace ver que, en otros textos judíos, que no pertenecen a la Biblia, las narraciones de las
apariciones se ajustan también al mismo esquema formal. Ya no cabe duda alguna: En el antiguo
testamente y en la literatura judía hubo manifiestamente un esquema sólidamente articulado que
servía para narrar con viveza el diálogo entre un aparecido celeste y la persona beneficiada con la
aparición. Es un esquema que también se encuentra en el Nuevo Testamento, y desde luego, en los
Hechos de los Apóstoles. Resultado: se ha descubierto un nuevo esquema o forma, cuyo
conocimiento preciso será de suma importancia para entender y juzgar el texto de aparición en
cuestión.
Hemos entendido las formas o esquemas pero ¿Para qué?, Para llegar a la intención literaria, que era
lo que el autor quería decir porque algunas intenciones son: Informar, narrar, instruir, predicar,
acusar, exhortar, mandar, confesar.
De todos modos, hoy no se concibe una exposición del pensamiento bíblico, pasando por alto la
variedad y multitud de las formas y géneros literarios de la Biblia. Es imposible, naturalmente que
en las páginas siguiente atendamos a todos los géneros y formas, pero abordaremos al menos los
más importantes y nos familiarizaremos de algún modo con el lenguaje de las Sagradas Escrituras.
PARÁBOLA
Comenzaremos con el género de la Parábola que resulta muy instructivo para aprender el modo de
expresar la realidad, observado en la Biblia. Como punto de partida tomaremos una parábola de
Jesús, concretamente la tan conocida del sembrador. En la versión de San Marcos dice así:
“Escuchad. Salió a sembrar un sembrador, y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y
vinieron las aves y se las comieron. Otras parte cayó en un pedregal, donde no había mucha tierra y
brotó en seguida, porque la semilla no tenía profundidad en la tierra, pero en cuanto salió el sol la
abrazó y se secó por no tener raíz. Otra cayó entre espinos, y al crecer los espinos, la sofocaron y no
dio fruto. Otra parte, en fin, cayó en buena tierra y dio fruto lozano y crecido, produciendo unos
granos treinta; otros sesenta, y otros ciento. Y añadió: “¡El que tenga oídos para oir, que oiga!”
(Mc. 4, 3 – 9).
Jesús por consiguiente, refleja en la parábola del sembrador las condiciones desfavorables y las
dificultades que amenazaban en aquel tiempo a la sementera palestinense. Describe cosas que eran
familiarísimas a cualquier campesino de entonces. Y lo dice al fin de la parábola, lo sabía también
cualquiera, porque lo había experimentado con frecuencia y lo había vivido muchas veces como un
milagro: Pese a todos los enemigos que amenazan a la sembradura, pese a los bichos y animales,
pese a la pobreza del terreno y a los abrojos, se logra al fin una abundante cosecha. Una parte, en
efecto, da el treinta por ciento, otra el sesenta y otra el cien por ciento.
Con esta parábola, Jesús quiere decir lo siguiente: Ocurre con la venida del reino de Dios lo que con
la sementera y la cosecha; a pesar de todas las enemistades y resistencias que se oponen a su
predicación y a su acción, más aún, a pesar de que por el momento la cosa parece sin perspectiva y
sin asomo de la
realidad, el reino de Dios llegará al fin con una plenitud y esplendor inesperados. Tal es el contenido
de esta parábola. Y vamos ahora a ocuparnos de su forma. ¿En qué se conoce que la narración o
historia del intrépido sembrador es una parábola?
En primer lugar, naturalmente, en que san Marcos dice poco antes de narrarla: “Les enseñaba
muchas cosas en Parábolas, les decía en su enseñanza ....” (Mc 4, 2). Es evidente que los
evangelistas mismos nos lo avisan. Pero podemos suponer también, sin miedo a equivocarnos, que
Jesús mismo comenzaría la historia del sembrador de tal forma que los oyentes se dirían sin más
para su capote: “¡Va a contarnos una parábola” Quizá la situación misma en que la narraba y el tono
empleado bastaban para conocer que se trataba de una parábola todo el discurso siguiente. De
hecho, la tradición ha recogido toda una serie de fórmulas especiales de exordio.
Por ejemplo:
“¿Con qué compararemos el reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de
mostaza que ....”(Mc 4, 30 – 31), o mas breve: “¿A qué compararé el reino de Dios? Es como la
levadura que una mujer.......! (Lc. 13, 20 – 21)
Y más breve todavía: “El reino de Dios es como un hombre que echa una semilla.....” (Mc. 4, 26).
A las parábolas que se inician en estos términos, se les ha llamado parábolas de “dativo inicial ”.
Su exordio se reduce a la siguiente fórmula: “Voy a referiros una parábola. ¿Con qué puede
compararse la materia de la que vamos a hablar? Es comparable a............”
Otra forma con que pudo Jesús haber comenzado sus parábolas es la forma interrogativa. Tal es el
caso, por ejemplo de la dracma perdida: “¿Qué mujer que posee diez dracmas, si pierde una, no
enciende una luz y barre la casa y la busca cuidadosamente hasta encontrarla? Y cuando la
encuentra, llama a sus amigos y vecinas diciendo: “regocijaos conmigo, por que he encontrado la
dracma que perdí”. (Lc. 15, 8 – 9). Cuando la narración comenzaba con esta forma interrogativa, los
oyentes sabían que se trataba de una parábola.
Pero no todas las parábolas de Jesús comenzaban con un “dativo inicial” o con una forma
interrogativa. La parábola del sembrador, por ejemplo, comienza llana y lisamente: “Salió un
sembrador a sembrar”. El protagonista de la parábola aparece, pues, en nominativo, y el resto
discurre como una narración corriente. Hay un buen grupo de parábolas bíblicas que comienzan así y
se les ha llamado “parábolas de nominativo inicial”, Ejemplos:
“Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó .......” (Lc 10, 30).
“Un hombre daba una gran cena.....” (Lc 14, 16).
“Un hombre tenía dos hijos .....” (Lc 15, 11).
“Un hacendado tenía un administrador.....” (Lc 16, 1).
“Había un hombre rico que se vestía de púrpura.....” (Lc 16, 19).
“Dos hombres subieron al templo a orar.....” (Lc 18, 10).
¡Había en una ciudad dos hombres.....” (2 Sam. 12, 19.
“Había en una ciudad un juez....” (Lc 18, 2).
Lo mismo sucede en otras muchas parábolas de Jesús, en que se refieren cosas sabidas por todos,
cosas que ocurren en todas partes, cosas que se repiten constantemente. Hablan del crecimiento de
la siembra; de los abrojos en el trigal; del fermento en la masa de harina; de la pesca por el arte de
la red; de la de la construcción de una torre y de los estrategas; de los niños que juegan; de la
alegría al encontrar el dinero perdido; de cómo se guarda el tesoro escondido, de lo que se hace con
la higuera que no da fruto. Las cosas referidas en estás parábolas están a la orden del día, las saben
todos, están sujetas a las leyes comunes y ordinarias, son de la vida cotidiana. Aquí radica
precisamente el vigor argumentivo y didáctico de la parábola: nadie puede impugnar el curso
cotidiano de las cosas.
Por consiguiente, una característica de muchas parábolas de Jesús es su referencia a las cosas
comunes y cotidianas. Sólo este hecho bastaría para hacernos pensar que se trata de parábolas. Por
lo demás, esta característica explica la razón de que las parábolas de Jesús sean generalmente tan
cortas y concentradas: un narrador no se detiene a escribir las cosas comunes que ocurren con
frecuencia y son conocidas de los oyentes, una sola frase basta para evocarlas.
Conviene decir que se desprende que hay parábolas que pueden reconocerse como tales por su
comienzo o por lo típico de su contenido, y hay también parábolas que ocultan al principio su
género literario, que juegan intencionadamente con la forma de una noticia y que, para identificar su
carácter parabólico, hay que atender a la situación y a las circunstancias concomitantes.
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones sobre la forma de las parábolas, estamos armados
para abordar la cuestión que más nos interesa aquí: ¿Qué relación hay entre la parábola y la realidad
histórica?
Esta pregunta está justificada, porque la parábola cuenta una historia. Y la cuenta a menudo con un
dramatismo extremo y un interés cautivador. Tanto, que en un primer momento hace pensar que se
trata de sucesos verídicos. La parábola del sembrador, por ejemplo, no muestra el menor interés en
describir las vivencias concretas de un determinado campesino que vivía en un lugar de Palestina.
No obstante, todas las parábolas bíblicas tiene algo que ver con la historia: La parábola del
sembrador habla de un acontecimiento real, pues habla de cómo crece el reino de Dios pese a todas
las resistencias y dificultades y viene a nosotros como una cosecha abundante. Tampoco nos
predican ideas religiosas universales o abstractas. Reflejan sencillamente en imágenes, como una
pantalla, un acontecimiento que está sucediendo de hecho o se ha realizado ya. En definitiva, las
parábolas de la Biblia hablan de un acontecimiento real, pero lo narran, no a nivel de historia, sino de
imagen.
Y otro tanto ocurre con otras muchas formas bíblicas de género narrativo. En las páginas siguientes
analizaremos unos relatos de enorme relieve plástico e intuitivo que, sin embargo, no pretenden en
absoluto, o al menos no es primera instancia, describir unos hechos reales, sino transmitir una
realidad más profunda.
Esto, en principio, resulta claro para el género literario de las parábolas. En otras narraciones de la
Biblia es más difícil, al parecer, dar con la intención del escritor. Tal es el caso de los géneros
literarios que veremos la próxima clase.
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2. Reflexiona unos minutos sobre lo que mas te llama la atención. Repetir de memoria en la
boca, lo que fue leído y comprendido. Rumiarlo hasta que de la boca y de la cabeza pase
al corazón y entre al ritmo de la propia vida.
3. Comenta con tus hermanos de grupo sobre lo anterior, lo que te habla o pretende decirte
el Señor.
5. El grupo hará oración, dándole gracias por lo que ha podido descubrir en él la voluntad del
Señor; y/o preguntarle acerca de la palabra. (Ej. ¿qué quieres tu de mi Señor?).
6. Guardar unos minutos de silencio en el cual permitas una elevación de todo tu ser a Dios.
(Lectio)
El libro más grandioso de la narración didáctica es el libro de Jonás.
La última escena, en que Dios y Jonás solos dialogan frente a frente, demuestra con toda claridad
que se trata de una narración didáctica. Esta escena en que Jonás reclama a Dios por un árbol de
ricino que él no plantó, ni cuidó, da lugar a que Dios le de el más largo discurso de todo el libro,
donde Dios justifica su misericordia con la ciudad de Nínive.
El libro de Jonás es una narración didáctica es decir una ficción narrativa, que proviene de las
intenciones didácticas del autor. El gran pez, por ejemplo, desempeña la misma función que la
planta del ricino, el gusano y el viento de este: tiene que llevar al Jonás renuente y recalcitrante a
donde Dios quiere, es decir prepara al lector para la escena final donde viene la enseñanza.
Es significativo, por ejemplo como introduce el rey asirio. No menciona para nada su nombre y a
pesar de ser una narración tan concreta, aparece como un personaje descolorido y sin relieve; ni
siquiera le llama rey de Asiria, como es costumbre en el Antiguo Testamento, sino rey de Nínive. Y de
Jonás no se sabe ni quien fue su familia ni que fue de él después de este episodio.
LA SAGA
La saga es sencillamente una narración que durante un largo período de tiempo se transmitió
oralmente, (es decir, que realmente se “contaba”), y que conservaba de generación en generación
las vivencias históricas de un pueblo, de una tribu o clan. En las vivencias así contadas se
identificaban las generaciones posteriores con las anteriores. En este sentido son sagas casi todas
las historias de los Patriarcas y mil otras narraciones del Antiguo Testamento, Su verdad no se reduce
simplemente a la verdad del hecho bruto externo ni tampoco a una verdad puramente espiritual e
interna como en el libro de Jonás.
Entre líneas, las narraciones de los patriarcas refieren historias realmente vividas que sin embargo no
se identifican al pie de la letra con la pura historia. Abraham, Isaac y Jacob son personajes históricos,
pero al mismo tiempo sus figuras grandiosas se nos presentan poéticamente interpretadas a través
de lo que Israel a vivido y experimentado a lo largo de los siglos, a saber: que Dios le ha llamado,
escogido y guiado; que Dios es fiel a sus promesas a pesar de las deficiencias y apostasías de Israel;
que Dios puede conducir a su pueblo por caminos tenebrosos, si bien todos ellos acabarán por
alumbrarse, transformándose los sufrimientos en bendiciones.
La historia del sacrificio de Isaac es una de las obras maestras del arte narrativo Israelita. El tema es
inaudito y tremendo. De hecho, el relato no resta un ápice a la grandeza singular del
acontecimiento, pero la narración se desarrolla con serenidad y sencillez. No falta el dramatismo,
pero no es un dramatismo que aparece a flor de agua, sino que acecha desde el trasfondo, oculto en
la escueta y sobria relación de los acontecimientos.
1. La narración del sacrificio de Isaac no pretende sólo ilustrar e instruir, sino ofrecernos auténtica
historia.
2. Esta historia es antiquísima y, antes de ponerla por escrito, se transmitió largo tiempo por
tradición oral.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 25
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
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3. Pretende referir en un fragmento de la historia de la familia de Abraham un fragmento de la
historia de Israel.
Todo esto muestra patentemente que nos encontramos con un género literario completamente
distinto de la narración didáctica del libro de Jonás.
NARRACIÓN HISTÓRICA
Si estudiamos la “historia” de la sucesión al trono de David sería impensable que Dios hablara desde
el cielo.
Tampoco obra milagros para dirigir la historia. Todo cuanto sucede aparece esta vez articulado en
una trama de causas y efectos intra mundanos.
El autor introduce en escena a las diversas personas y a los diversos grupos en sus constelaciones
sociales ¡Una diferencia decisiva respecto a las Sagas de los Patriarcas!.
Vemos aquí que una historia concebida como historia realmente mundana, es ni más ni menos el
presupuesto básico para una auténtica historiografía, la forma de historiografía bíblica es una
narración histórica. Sin embargo tampoco debe pasarse por alto que incluso en esta forma de
historiografía bíblica (narración histórica), todos los acontecimientos están abiertos a Dios y son
dirigidos por El.
El pueblo judío no sabía de una historiografía puramente intra mundana. Dios está siempre presente
y actuando en la historia, y abarca todo acontecimiento. A pesar de todo, salta a la vista la diferencia
con la saga del sacrificio de Isaac, y en general de los Patriarcas. En la narración histórica se toma en
serio la historia como resultado de causas mundanas y se nos presentan como tal.
La historia de la sucesión al trono de David tiene una intención política concreta; legitimar la subida
de Salomón al trono. Su forma de expresarse, su estereotipo nos revela que su autor tuvo que ser
un personaje culto de la corte de Salomón (hacía 970 – 930 a.c.) , testigo ocular sin duda, pero que
disponía también materiales de archivo y de otros muchos testimonios orales, que sentía un interés
singular por la historia del reino recién fundado, como lo sentía también por coleccionar y clasificar
tradiciones anteriores.
Su obra en todo caso, es desde un principio una obra literaria. Si, a pesar de todo, hablamos de
narración histórica y no sólo de una narración es que en esta artificiosa y conscientemente rompen
reiteradas veces el hilo de la narración las reflexiones y los juicios del escritor; mientras que en la
narración histórica se narra siempre una historia viva, intuitiva, concreta y el “narrador” desaparece
tras la narración, lo que desde luego, tiene sus ventajas y desventajas.
Desventajas:
La narración pura tiene que estabilizar siempre la realidad. Tiene que dejar fuera de juego muchas
cosas. Tiene que simplificar mucho. Sólo indirectamente asoma el juego del autor. No da cuenta de
sus fuentes y de la garantía de sus informaciones. Pero sus inestimables ventajas son el colorido, la
vivacidad, el dramatismo, la claridad intuitiva.
La narración histórica es capaz de captar al lector y hacerle pensar. Y sobre todo, resulta muy difícil
olvidarle. Pues lo que dice, lo dice con una densidad y profundidad que escapan a un tratado puro.
LISTAS
La simple enumeración de una serie de nombres hace destacar un párrafo del resto del texto. Estas
enumeraciones se llaman “Listas”, que se consideran, no sin razón, como un género literario
peculiar.
Pero no faltan listas que existen aisladamente como formas autónomas. Recordemos los censos, los
libros de direcciones y de teléfonos, los diccionarios, registros e inventarios. Todos estos documentos
coinciden en un determinado orden que guardan las palabras; Esto es peculiar de una lista.
Esta lista de funcionarios es, en todo caso antigua, proviene de la época de David o de Salomón. Y
primeramente existió como una unidad independiente, siglos más tarde la incorporaría el autor de la
obra deuterocanónica.
Lo mismo ocurre con la lista que abre el capítulo 13 de los Hechos de los Apóstoles. En este caso no
se trata ya de una lista de funcionarios, sino de los dirigentes de la Comunidad de Antioquia en
tiempos de San Pablo: (Hch. 13, 1).
También está lista es anterior a la obra a la que se halla actualmente incorporada. El autor de los
Hechos de los Apóstoles la encontró ya confeccionada y la colocó en el lugar adecuado de su obra
histórica. Es claro que las listas, tan antiguas y originales como las citadas, constituyen una
auténtica mina para los historiadores. Nos dan mas que meros nombres.
A través de los nombres recogidos y transmitidos con esmero se abre todo un panorama histórico. La
lista, por ejemplo de 2 Samuel 20 arroja valiosas luces sobre el régimen administrativo de David, y la
de Hch. 13, 1 nos presenta esquema de la estructura de la primitiva Iglesia antioquena: no había
todavía en ella un orden institucional con un obispo al frente de la comunidad y un colegio de
presbíteros y diáconos; la comunidad era regida por profetas y doctores, ósea, por carismáticos.
CRÓNICAS:
Íntimamente emparentado con el género literario de las listas está la crónica. Porque es cierto
sentido, también la crónica es una lista. No precisamente, claro esta de personas y cosas, pero sí
de sucesos y datos que se consignan con la máxima concisión posible, casi siempre repartidos en
períodos de tiempo regulares.
El género literario de la crónica es también antiquísimo. En las antiguas cortes orientales, se juzgó
oportuno desde muy antiguo anotar a modo de crónicas los acontecimientos más importantes de un
año de gobierno o de reinado, o de todo un reinado. Estas crónicas se conservaban junto con las
listas y los documentos en un archivo registro. Además, los grandes santuarios, que eran
instituciones estatales, llevaban su propia crónica y tenían su propio archivo.
Naturalmente, no faltan las crónicas oficiales de este género en el palacio de David y de sus
sucesores. El antiguo Testamento, menciona tres crónicas del tiempo de los reyes. Hubo un “libro
de los Hechos de Salomón” (ósea, una crónica cortesana de Salomón) un “libro de los Hechos de los
días de los reyes de Israel” (ósea, una crónica cortesana del reino del Norte); y un “libro de los
hechos de los reyes de Judá” (ósea una crónica cortesana del reino del Sur). Por desgracia, no nos
han llegado ninguna de estas tres crónicas. Pero el autor de la obra histórica deuteronómica
incorporó una parte de ellas a su relato, o al menos la utilizó en extractos.
Las crónicas no se tratan de una mera narración, el texto recoge datos y hechos de un prolongado
espacio de tiempo y los presenta simplemente uno tras otro.
En el prendimiento de Jesús según San Marcos el episodio del Joven que huye desnudo, concuerda
perfectamente con el carácter contingente y accidental de los acontecimientos.
A pesar de la gravedad de la situación, no deja de tener su ribete cómico, razón sin duda, por la que
lo omitirían los demás Evangelistas.
¿Qué tendría que decir semejante episodio en una historia de la salvación? Sin embargo este es el
cariz que presentan los hechos, cuando nos limitamos a notificarlos con precisión y exactitud. Por
tanto se podría decir que San Marcos refleja el prendimiento de Jesús en la forma de una noticia
informativa.
Sin embargo si seguimos analizando, vemos que la narración del prendimiento de Jesús no es una
noticia, ni un relato informativo. No lo es en ninguno de los Evangelistas, ni siquiera en San Marcos.
Se trata, por el contrario, de una narración dirigida a captar el acontecimiento en profundidad, e
iluminar su trasfondo, a hacerlo comprender a la luz de la fe.
Es que en estos textos, se ve el esmero con que han sido trabajados y la enorme distancia que hay
entre un texto así, y la seca enumeración sucesiva de unos hechos sin más conexión que la
cronológica. En el texto del prendimiento de Jesús se ve que hay una ordenación de episodios, pero
cualificado con vistas a las intenciones del narrador.
En contraste con la noticia, la narración histórica interpreta los hechos históricos. Esta ordenación de
los hechos y la simultánea interpretación de los mismos caracteriza a toda la historia de la Pasión, y
más aún, constituye una dimensión esencial de la mayoría de las narraciones evangélicas.
Naturalmente, la mezcla de la mera noticia con su interpretación no se atiene siempre a la misma
dosis. Unas veces predomina un elemento, otras del otro.
Pero jamás vemos en el evangelio la noticia escueta, el informe que reproduce la materialidad
externa de los hechos renunciando a toda interpretación.
¿Qué sabríamos si se hubiera filmado la Pasión de Jesús? Por su puesto, un montón de detalles. Pero
ignoraríamos el fondo del acontecimiento..
Las dimensiones profundas de la historia, su misterio y sentido íntimo sólo son accesibles mediante
la interpretación y la aclaración. Hay que hurgar los hechos. Y con esto llegamos a la razón
profunda de que no podía bastar ni satisfacer a la Iglesia Primitiva los géneros literarios que
llamamos crónicas o noticiarios. A la Iglesia Primitiva le embargaba y preocupaba hondamente el
sentido salvífico de lo sucedido en el Gólgota y la inteligencia de la vida de Jesús a través de la fe.
Para esta labor no sirve sino los géneros literarios en que tienen cabida la interpretación y exposición
de los hechos a través de la fe: fue bien tal es el caso de la narración histórica.
ANUNCIO Y LLAMADO
Al estudiar la narración del anuncio del nacimiento de Jesús y comparándolo con la escena del
prendimiento de Jesús de marcos 14, choca en ella inmediatamente la ausencia de lo que allí nos
llamaba la atención: Lo inesperado y la “ilógica” de los episodios, esos rasgos casuales,
insignificantes y en el fondo baladíes, que descubríamos sobre todo en el episodio del joven que
huyó desnudo. En este texto (de la anunciación) todo tienen un sentido profundo, todo se halla en
un contexto de trama indisoluble, todo se desarrolla con una claridad maravillosa. Si nos
preguntamos de donde le viene a la narración semejante nitidez y transparencia, la respuesta es
fácil: basta observar que sus elementos apenas si tienen una concreción histórica.
El carácter constructivo de la narración brilla todavía con mayor claridad al constatar que los
elementos del diálogo entre el Ángel Gabriel y la Virgen María proceden, en su mayor parte, del
Antiguo Testamento. Existían ya como formas estereotipadas al uso.
¿De donde proviene este esquema, cuyos elementos y cuya construcción no son evidentes en
absoluto? La respuesta es sencilla y la exégesis bíblica la conoce desde hace tiempo: El esquema
proviene del Antiguo Testamento, donde hallamos numerosos textos en que se predica y anuncia el
nacimiento de un niño. Los exegetas hablan por esta razón de “esquemas de anunciación”.
El esquema de anunciación, de todos modos, no nos aclara más que la composición o estructura de
la primer mitad de la narración. A continuación, María expone sus dudas y recelos, el ángel los
disipa y da a maría una señal donde reconocer que Dios cumplirá sus asertos. ¿Hay también en el
Antiguo Testamento un esquema estereotipado, al que pueda ajustarse esta segunda parte de la
narración?.
Si lo hay, la garantía dada por Dios mediante una señal es un elemento constante en los relatos de
vocación que encontramos en el Antiguo Testamento.
Resulta, por consiguiente, claro que el conjunto da la narración de Lc. 1, 26 – 38, se compuso a base
del Antiguo Testamento. El autor no se contentó con tomar del Antiguo Testamento unas fórmulas
estereotipadas (ejemplo: “Nada hay imposible para Dios”); ajustó además su narración a un
esquema ya existente en el Antiguo Testamento, o mejor dicho, se atuvo a dos esquemas
veterotestamentarios combinándolos:
ESQUEMA DE VOCACIÓN
a) Esquema de Anunciación
Sólo después de haber desvelado así la estructura íntima de la narración de la anunciación a María,
cabe explicarse por que resulta tan homogénea, tan transparente y tan lógicamente articulada, esta
narración no pretende describir la realidad con sus avatares y contrariedades; aspira únicamente a
captarla a base de unas estructuras fijas y de unos elementos formales acuñados, que provienen del
antiguo Testamento.
¿De qué se tratan estos esquemas? ¿Cuál es su intención específica? ¿Dónde está su sentido
esencial?
Evidentemente, no faltan en la Biblia otros géneros específicos, que se suman a los narrativos. Pero
interrumpimos aquí su recuento y análisis, para echar una ojeada a un género, que no relata
acontecimientos, sino que recogen sentencias y discursos.
Todos los análisis que hemos hecho hasta ahora sobre las formas literarias bíblicas a base de textos
concretos han desembocado en la misma cuestión: ¿histórico o no histórico? La crítica de las
formas y géneros literarios nos han servido de instrumento decisivo para saber si se trata de un
acontecimiento realmente ocurrido, o bien si las palabras en cuestión fueron pronunciadas realmente
como el texto lo indica. Todo ello podría conducir fácilmente a una impresión falsa, como si la crítica
de las formas fuera el instrumento metodológico específico para distinguir lo histórico de lo no
histórico.
En realidad, esta impresión no haría mas que violentar las cosas, con ayuda de la crítica de las
formas y géneros literarios cabe en muchas ocasiones discernir si un acontecimiento ocurrió o no de
la manera que describe. Pero este discernimiento no basta por principio para decidir la historicidad
de dicho acontecimiento. Pudiera ser, en efecto que el autor se sirviera de formas acuñadas y
estereotipadas para transmitir hechos reales.
En tal caso sería peligroso deducir la no historicidad del contenido relatado, basándose
exclusivamente en la presencia de un esquema prefabricado.
Así pues, conviene poner bien de relieve que las críticas de las formas y géneros literarios jamás
deciden por sí solas las cuestiones históricas. Su misión específica es otra: descubrir el fin y la
intención de un texto. Tiene que demostrar lo que el texto pretende, dónde yace su sentido central y
qué lenguaje emplea. Por consiguiente, la crítica de las formas se aplica igualmente a los casos en
que no interesa en primer término la historicidad de un acontecimiento.
Las sentencias de Jesús Mt. 22, 14 “Muchos son los llamados, pero pocos los elegidos” y Mt. 1, 24
“Os digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino
de los Cielos” tiene de común su forma breve y concisa la contraposición antitética de dos
situaciones y un extremismo pronunciado. Y teniendo esto en cuenta; hemos de preguntarnos que
intención peculiar encierra un lenguaje de tales características. Hemos visto en páginas anteriores
que nuestro lenguaje se presta a mil diversos objetivos. Puede:
1) informar
confesar
interpelar
2) instruir
conjurar
exhortar
3) cuestionar
asegurar
mandar
4) notificar
anunciar
prohibir
5) narrar
lamentar
formar la comunidad
6) describir
acusar
romper la comunidad
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 30
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7) alabar
animar
¿Qué pretenden las sentencias arriba mencionadas? No, ciertamente, exponer o cuestionar
fríamente el tema; en caso contrario, estarían fuera de lugar unas imágenes y unas antítesis tan
pronunciadas.
Tampoco pretenden alabar, confesar o proclamar un dogma.
Su objetivo tampoco consiste en formar o romper la comunidad. Tratan, evidentemente, de
exhortar e interpelar, pero sin olvidar su carácter provocativo de reto.
RECOMENDACIÓN: En este tema hemos echado un vistazo general a las formas de la Biblia, el
lector se verá sorprendido por la riqueza de formas y géneros literarios que saldrá a medida que
siga su lectura, no se desaliente, cuanto más maneje la Biblia, con mayor claridad notará los
diversos géneros y con más rapidez percibirá su aplicación y la intención literaria que se esconde
tras ellos. Nada agudiza tanto este sentido y nada es tan insustituible como la lectura frecuente y
periódica. El vasto e inconmesurable panorama de la Biblia se presenta así como un mapa en
colores y relieves, y los estratos de su formación van apareciendo cada vez más claros y
definidos. No siendo especialista, el lector ignorará acaso, los nombres de ciertas formas de
lenguaje, pero las reconocerá intuitivamente y las entenderá, incluso sin instrumental científico.
EJERCICIOS:
Por lo expresado en la recomendación anterior lo principal es la práctica para poder reconocer los
géneros por lo tanto en este tema no habrá cuestionario sino sólo práctica.
Entramos en la parte más importante y más difícil de los Ejercicios. Hemos escogido 20 textos del
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Algunos de ellos se reducen a una frase. Procura definir el
género y la intención literaria de cada texto, averiguando además a qué libro bíblico pertenecen.
Consigna los resultados en las casillas correspondientes que hemos puesto al pie de cada texto. Por
ejemplo:
“Padre nuestro, que está en los cielos, santificado sea tu nombre venga tu reino....”
Para facilitar estos ejercicios, te diremos que los textos aducidos pertenecen a los siguientes géneros
literarios (no te fíes del orden en que los mencionamos): predicción, parábola de dativo inicial,
proverbio, lista, noticia de una visión, carta, canción de amor, parábola de nominativo inicial,
imprecación, himno, elegía, sentencia profética, oración, discurso de revelación, sentencia jurídica o
legislativa, exhortación, diario de viaje, anunciación, crónica, bienaventuranza o macarismo.
1. “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí, no tendrá más hambre, y el que cree en mí. No
volverá a tener sed....
Género:
Internción Lt.:
Lugar de la Bíblia:
2. “Zarpando, pues, de Tróade fuimos derechos a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis y de allí a
Filipos, la primera ciudad de esta parte de Macedonia, colonia en la que permanecimos algunos
días....”
Género:
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Intenc. Literar:
Lugar de la Bíblia:
3. “En cuanto al hombre que comete adulterio con una mujer casad: el hombre que comete
adulterio con la mujer de su prójimo será castigado con la muerte, él y la mujer.”
Género:
Intenc. Literar:
Lugar de la Bíblia:
4. “En verdad, en verdad te digo: esta misma noche, antes de que cante por segunda vez el gallo,
me negarás tres veces....”
Género:
Intenc. Literar:
Lugar de la Biblia:
Género:
Intenc. Literar:
Lugar de Bíblia:
6. El año cuarto del rey Exequias, es decir, el séptimo año de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, subió
Salmanasar, rey de Asur, contra Samaria, y le puso cerco. Fue tomada al cabo de tres años....”
Género:
Intenc. Literar:
Lugar de Bíblia.
7. “¡Venid, cantemos gozosos a Yavé, aclamemos a la roca de nuestra salvación!. Con alabanzas
vayamos ante él, aclamémoslo con cánticos. Porque es Yavé un dios grande, un rey grande sobre
todos los dioses....”
Género:
Intenc. Literar:
Lugar de Bíblia:
Género:
Intenc. Literar:
Lugar de Bíblia:
9. “Los hijos de Israel fueron doce. Hijos de Lía: Rubén el primogénito de Israel, Simeón. Hijos de
Raquel: José y Benjamín, Hijos de Bala, la sierva de Raquel: Dan y Neftalí. Hijos de Zelfa, la
sierva de Lía: Gad y Aser. estos son los hijos que le nacieron a Israel en Padán Aram.”
Género:
Inten. Literar:
Lugar de Bíblia:
Género:
Inten. Literar:
Lugar de Bíblia:
11. “Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás del polvo de la tierra todos los días de tu vida.”
12. “El reino de Dios es como un hombre que echa una semilla en la tierra. El hombre duerme y
despierta, se hace noche y se hace día, la semilla, sin que él sepa cómo germina y crece...”
Género:
Intenc. Literari:
Lugar de Bíblia:
13. “Ay, cómo está postrada en soledad, la ciudad tan populosa! Como una viuda se ha quedado la
grande entre las naciones. La señora entre las provincias ha sido sometida al tributo. Llora a
raudales en la noche y las lágrimas surcan sus mejillas. Nadie hay que la consuele entre todos
sus amantes; la han traicionado todos sus aliados, se le han vuelto enemigos.”
Género:
Intenc. Literaria:
Lugar de Bíblia:
14. “Había en una ciudad un juez que no temía a dios, ni respetaba a los hombres....”
Género:
Inten. Literaria:
Lugar de Bíblia:
15. “¡Abba! ¿Padre! ¡Todo te es posible! Pero que no sea lo que yo quiero sino lo que quieres Tú”.
Género:
Intenc. Literar.
Lugar de Bíblia:
16. “Estad siempre alegres. Orad sin cesar., Dad gracias en toda coyuntura, porque esto es lo que
Dios quiere de todos vosotros en Cristo Jesús. No extingáis el Espíritu. No despreciés las
profecías. Examinad todo; retened lo bueno. Huid de toda especie de mal.”
Género:
Inten. Literar:
Lugar de Bíblia:
17. Claudio Lisias, al excelentísimo procurador Félix; salud. Los judíos se habían apoderado de este
hombre y ya estaban para matarlo, cuando intervine yo con los soldados y lo libré, al saber que
era ciudadano romano...”
Género:
Intenc. Literar:
Lugar De Bíblia:
Echa la higuera las yemas de sus higos, las vi{as en flor exhalan su perfume. Levántate, amada
mía, hermosa mía, ven.
Género:
Intenc. Literaria:
Lugar de Bíblia:
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 33
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19. “Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; fue sepultado y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y se apareció a Pedro y luego a los doce”.
Género:
Intenc. Literar:
Lugar Bíblia:
20. “Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre el. El cielo y la tierra huyeron de su
presencia, sin que se encontrase su lugar. Vi los muertos, grandes y pequeños, en pie delante del
trono, y fueron abiertos los libros....”
Género:
Intenc. Literar:
Lugar de Bíblia:
bbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbb
LOS SACRAMENTOS
OBJETIVO:
Comprender que a través de los sacramentos, también expresamos nuestra fe, nuestra
creencia en Jesucristo y en su Iglesia y sobre todo recibimos la gracia de Dios.
La fe, siempre sobrepasa los medios que se utilizan para expresarla. Sin embargo, la fe no
puede dejar de servirse de las palabras que hablan a los hombres situados en una historia y
en una experiencia concreta.
No basta repetir las fórmulas de otros tiempos, pues eso hará modificar nuestro Credo, y
privarle de la vida. Hay que confrontarlo; recibiendo como un cuestionamiento la vida y a la
mentalidad de nuestra época, tomarlo por nuestra cuenta y expresarlo en afirmaciones
nuevas y adaptadas.
Hay aspectos del misterio Cristianos que no pueden ser descubiertos vitalmente en la acción,
mientras que otros manifiestan en el rito y se nutren, como el amor del silencio.
ACCION DE CRISTO
Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del cuerpo
de Cristo, finalmente a dar culto a Dios; pero en cuanto a signos, también tiene un fin
pedagógico. No sólo supone la fe, sino que, a la vez, la alimentan, la robustecen y la expresan
por medio de palabras y cosas; por eso su llaman sacramentos de fe.
a) Símbolos y Ritos: Ofrecer flores a alguien, brindar o beber en un mismo vaso, enarbolar los
colores de un equipo, ponerse el anillo en el dedo, etc. Son gestos simbólicos que quieren
expresa una intención, un deseo, o efectuar un intercambio.
Lo que hay de más profundo en el hombre, se expresa en este tipo de lenguaje, y trata de
llegar hasta el destinatario. En realidad, es en las relaciones interpersonales cuando los
símbolos intervienen de una manera más rica, ya sea que se trata de una relación de amor,
de amistad, ya de la vida, etc.
En cada uno de los sacramentos, encontramos las dos funciones del símbolo:
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 34
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1. Son un lenguaje: desde este punto de vista, los sacramentos expresan la naturaleza y los
socios de la Alianza; Dios Trino y la humanidad por la mediación de Cristo.
2. Son gestos que pretenden realizar algo así pues, la inmersión o ablución bautismal, la
comida compartida, el óleo y la imposición de las manos, etc. No son solo evocaciones, de la
Alianza de Dios con el hombre; para la fe cristiana estos gestos efectúan lo que significan,
son signos eficaces de la gracia, comunican la vida misma de Dios.
b) Existencia Humana y Sacramentos: La vida diaria está llena de ritos y expresiones
simbólicas; pero sobre todo, abundan más especialmente en los grandes días de la
existencia, en esas situaciones básicas o momentos de transición, ocasión en que el individuo
o la comunidad descubren que la vida humanan es un misterio y presientan que su origen y
su término son algo trascendentes. Por eso en todas las religiones y aún en el hombre
moderno más “desacralizado”, se ritualizan los momentos de transición, y precisamente una
de las funciones de los sacramentos cristianos es la de consagrar esas situaciones básicas,
como son el nacimiento, la comida festiva, el matrimonio, la entronización del jefe religioso
de una comunidad, la enfermedad grave y la ruptura con la comunidad.
Lo que va a especificar los sacramentos cristianos, en relación con los ritos de otras religiones
o comunidades, es el hecho de que pretendan decir relación con la persona misma de Cristo
único mediador de la Alianza entre Dios y la humanidad (1 Tim.) 2, 5; Heb. 8, 6; 9, 15) etc.
Los sacramentos son siempre conferidos por un hombre; éste sin embargo, no actúa en nombre
propio, sino en nombre de Cristo, los sacramentos están vinculados a la persona de Cristo, y esto
según la triple dimensión de los ritos de la Alianza en la Biblia, son a la vez, conmemoración,
actualización y anticipación.
Por medio de estos gestos salvíficos quiere Cristo, hoy como ayer, conducir a los hombres a dar
gracias a Dios (Mt. 19, 38; Lc. 9, 16; 9, 43) y a dar testimonio de los favores recibidos de su mano
(por ejemplo Mc. 3, 18 – 20). Inversamente, se verá a Jesús admirarse de la falta de gratitud de los
leprosos curados (Lc. 17, 17) y no obrar milagros cuando se enfrenta a la incredulidad (Mt. 12, 38
ss; 13, 58 ss).
Así, pues, la fe no es ni primero ni únicamente la actitud del hombre. Esta no tiene calor salvífico,
sino a partir del momento en que, por pura gracia de Dios, es asociada a la aceptación filial del
Padre, vivida por Cristo. Por esta aceptación y por el don total de sí mismo en la Cruz, Cristo a llegado
a ser efectivamente el iniciador y el consumador de la fe (Heb. 12, 2 ss).
Esta gratuidad del don de Dios en los sacramentos está reforzada por el hecho de que no puede uno
darse así mismo los sacramentos, la de manifestar a Cristo como único autor de nuestra salvación.
La mayor parte de los Sacramentos, incluye el rito de la imposición de las manos (o de una mano)
Cfr. He 6, 6; 8, 17; 9, 17; 16, 16; 1 Tim. 4, 14; 2 tim 1, 6; Heb. 6,2); o una unción (confirmación,
sacramento de los enfermos, Orden) que simbolizan la presencia del Espíritu Santo, y una oración
llamada epíclesis que implora la venida. Estas indicaciones litúrgicas expresan el hecho de que en
cada Sacramento Cristo resucitado comunica a los creyentes el Espíritu de Dios, que es también su
Espíritu (Jn 15, 26; 16, 13 – 15; Rom. 8, 9 – 11; Gal. 4, 6; Flp 1, 14).
b) Don del Espíritu Santo y el septenario Sacramental de la Iglesia. El considerar cada uno de los
sacramentos como don del Espíritu, es referirse a Cristo, no sólo como al Mesías de la historia
(el sacramento como conmemoración), sino como alguien que vive y actúa en la actualidad.
Esta es la 2da. Dimensión del sacramento: es la actualización de la acción salvífica de Cristo.
Esta reflexión acerca de Cristo, como fundamento del organismo sacramental, evidentemente
no excluye una verificación a partir de la Escritura o de la Historia de la Iglesia, para ver si la
acción sacramental de la comunidad está bien en la línea de fidelidad con la que sabemos
acerca del comportamiento de Cristo.
CUESTIONARIO
LOS SACRAMENTOS
OBJETIVO:
MIEMBROS DE CRISTO
Por el sacramento del Bautismo, somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios,
llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su
misión.
La palabra Bautismo, proviene del griego: BAPTIZEIN, que significa sumergir, introducir dentro del
agua; la “inmersión” en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo,
de donde sale por la resurrección con El (Rom, 3 – 4; Col 2, 12) como “nueva criatura (2 Co 5, 17;
Gal 6, 15).
A este sacramento, también se le llama “baño de regeneración” y de “renovación del Espíritu Santo”
(Tt 3, 5) porque significa y realiza ese nacimiento del agua y del Espíritu, sin el cual “nadie puede
entrar en el Reino de Dios” (Jn 3, 5).
Este baño, es llamado también de iluminación, porque habiendo recibido en el Bautismo al Verbo, “la
luz verdadera que ilumina a todo hombre” (Jn 1, 9) , el bautizado tras haber sido iluminado (Hb 10,
32), se convierte en “hijo de la luz” (1 Ts 5, 5), y en “luz” el mismo (Ef 5, 8).
En la liturgia de la noche Pascual, cuando se bendice el agua bautismal, la Iglesia hace solamente
memoria de los grandes acontecimientos de la historia de la Salvación que prefiguraron ya el
misterio del bautismo.
Desde el origen del mundo, el agua, criatura humilde y admirable, es la fuente de la vida y de la
fecundidad. La sagrada Escritura dice que el Espíritu de Dios, se “cernía” sobre las aguas (Gen. 1,
2).
La Iglesia, ha visto en el Arca de Noé, una prefiguración de la Salvación del Bautismo, así como en el
paso del mar rojo, verdadera liberación de Israel de la esclavitud del Egipto, anuncio de liberación
obrda por el Bautismo.
EL BAUTISMO DE CRISTO
Todas las prefiguraciones de la antigua Alianza, culminan en Cristo Jesús. Su vida pública después
de hacerse Bautizar por Juan el Bautista; confiando esta misión a sus apóstoles, después de su
resurrección: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he enseñado. (Mt. 28, 19 –
20; Mc. 16, 15 – 16).
Nuestro Señor se sometió voluntariamente al Bautismo de Juan, destinado a los pecadores, para
cumplir “toda Justicia”. El Espíritu que se cernía sobre las aguas de la primera creación, desciende
sobre Cristo, como preludio de la nueva creación, y el Padre manifiesta a Jesús como su “Hijo amado”
(Mt. 3, 16 – 17).
En su Pascua, Cristo abrió a todos los hombres las fuentes del bautismo. La sangre y el agua que
brotaron del costado traspasado de Jesús crucificado (Jn 19, 34) son figuras del bautismo y de la
Eucaristía, sacramentos de la vida nueva (Jn 5, 6 – 8); desde entonces es posible “nacer del agua y
del Espíritu” para entrar en el reino de Dios (Jn. 3, 5).
EL BAUTISMO DE LA IGLESIA
Desde EL Día de Pentecostés, la Iglesia ha celebrado y administrado el Santo Bautismo. San Pablo
declara a la multitud conmovida por su predicación: “Convertios y que cada uno de vosotros se haga
Los bautizados se han “revestido de Cristo” (Ga. 3, 27). Por el Espíritu Santo. El bautismo es un
baño que purifica, santifica y justifica (1 Co. 6, 11; 12, 13).
Desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una iniciación que
consta de varias etapas:
El anuncio de la palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión, la profesión de fe, el
bautismo, la efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión Eucarística.
Esta iniciación ha variado mucho a lo largo de los siglos y según las circunstancias.
Desde que el Bautismo de los niños vino a ser la forma habitual de celebración de este sacramento,
esta se ha convertido en un acto único que integra de manera muy abreviada las etapas previas de
la iniciación cristiana. Por su naturaleza misma, el Bautismo de niños exige de una catequesis, para
el desarrollo de la gracia Bautismal en el crecimientos de la persona.
El Concilio Vaticano II ha restaurado para la Iglesia latina, “el catecumenado de adultos”, dividido en
diversos grados.
Hoy pues, en todos los ritos latinos y orientales, la iniciación cristiana de adultos comienza con su
entrada en el catecumenado, para alcanzar su punto culminante, una sola celebración d 3
sacramentos: del Bautismo, de la Confirmación, y de la Eucaristía. (Ag 14; CIC con 815; 865;
866).
LA MISTAGOGIA DE LA CELEBRACIÓN
El Sentido y la gracia del Sacramento del Bautismo, aparece claramente en los ritos de su
celebración. Cuando se participa atentamente en los gestos y las palabras de esta celebración, los
fieles se inician en las riquezas que este sacramento significa y realiza en cada nuevo bautizado.
El anuncio de la palabra de Dios, ilumina con la verdad revelada a los candidatos y a la asamblea y
suscitas la respuesta de la fe, inseparable en el Bautismo. En efecto, el bautismo es de un modo
particular “el sacramento de la fe”, por ser la entrada sacramental en la vida de fe.
Como el bautismo significa la liberación del pecado y de su instigador, el diablo, se pronuncian una o
varios exorcismos sobre el candidato.
El agua bautismal es entonces consagrada mediante una oración de epiclesis (en el momento mismo
o en la noche pascual). La Iglesia pide a Dios por medio de su hijo, el poder del Espíritu Santo
descienda sobre esta agua, a fin de que los sean bautizados con ella, nazcan del agua y del Espíritu
(Jn. 3, 5).
Luego sigue el rito esencial del sacramento: el Bautismo propiamente dicho, que significa y realiza la
muerte del pecado y la entrada en la vida de la Santísima Trinidad.
Es capaz de recibir el bautismo todo ser humano, aun no bautizado, y sólo el (CIC can 864; CCEO
can 679).
a)El bautismo de adultos.- En los orígenes de la Iglesia cuando el anuncio del Evangelio está aún
en sus primeros tempos, el Bautismo de adultos es práctica común.
La formación de los catecúmenos tienen por finalidad permitirles a estos últimos, en respuesta a la
iniciativa divina y en unión con su comunidad eclesial, llevar a madurez su conversión y su fe.
b)El Bautismo de los niños.- Puesto que nacen con una naturaleza humanan caída y manchada
por el pecado original, los niños necesitan también el nuevo nacimiento en el Bautismo (D51514)
para ser librados del poder de las tinieblas, y ser trasladados al dominio de la libertad de los hijos de
Dios (Col. 1, 12 – 14) a la que todos los hombres están llamados. La pura gratuidad de la gracia de la
Salvación se manifiesta particularmente en el Bautismo de niños.
FE Y BAUTISMO
En todos los bautizados, niños o adultos, la fe debe crecer después del Bautismo. Por eso la Iglesia
celebra cada año en la noche pascual la renovación de las promesas del Bautismo.
Para que la gracia Bautismal pueda desarrollarse, es importante la ayuda de los padres, así como
este papel debe desempeñar el padrino o madrina, los cuales deben ser creyentes sólidos.
Son ministros ordinarios del Bautismo el Obispo y el Presbítero y, en la Iglesia Latina, también el
Diácono (CIC 861, 1; CCEO can 677, 1). En caso de necesidad, cualquier persona incluso no
bautizada, si tiene la intención requerida, puede bautizar, empleando la formula Bautismal Trinitaria.
La Iglesia ve la razón de esta posibilidad por la voluntad Salvífica Universal de Dios (1 Tim. 2, 4) y en
la necesidad del Bautismo para la Salvación (Mc. 16, 16; de 1315, 646; CIC can 861, 2).
El Señor mismo, afirma que el Bautismo es necesario para la Salvación (Jn 3, 5). Por ello mandó a
sus discípulos para anunciar el Evangelio y Bautizar a todas las naciones (Mt 28, 19 –20); Ds 1618;
LG 14; AG5). El Bautismo es necesario para la salvación en aquellos en los que el Evangelio ha sido
anunciado y ha tenido la posibilidad de pedir este sacramento.
A los catecúmenos que mueren antes de su Bautismo, el deseo explícito de recibir el bautismo, unido
al arrepentimiento de sus pecados y a la caridad les asegura la Salvación que no han podido recibir
por el sacramento.
En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia solo puede confiralos a la misericordia divina,
como lo hace en el rito de las exequias por ellos.
Los distintos efectos del Bautismo son significados por los elementos sensibles del rito Sacramental.
La inmersión en el agua, evoca los simbolismos de la muerte y la purificación, pero también los de la
regeneración y de la renovación. Por tanto los efectos principales son: la purificación de los pecados
y el nuevo nacimiento en el Espíritu Santo (Hch 2, 38; Jn 3, 5).
-Por el Bautismo, todos los pecados son perdonados, el pecado original y todos los pecados
personales, así como las penas del pecado.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 40
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
-No obstante, en el Bautizado permanecen ciertas consecuencias temporales del pecado, como los
sufrimientos, la enfermedad, la muerte, etc.
-Hace del neófito una criatura nueva (2 Co 5, 17), el hijo adoptivo de Dios (Ga 4, 5 – 7), partícipe de
la naturaleza divina (2 Pe 1,4), miembro de Cristo (1 Co. 6, 15; 8, 17) y Templo del Espíritu Santo (1
Co. 6, 19).
-La Santísima Trinidad, da al Bautizado la gracia Santificante, la gracia de la justificación que le hace
capaz de creer en dios, le concede poder vivir y obrar bajo la moción del Espíritu Santo, mediante sus
dones, y le permite creer en el bien mediante las virtudes morales.
El Bautismo hace de nosotros miembros del cuerpo de Cristo, por lo tanto somos miembros los unos
de los otros. (Ef. 4, 25).
-Los Bautizados viene a ser “piedras vivas” para “edificación”de un edificio Espiritual, para un
sacerdocio Santo (1 Pe 2, 5). Por el Bautismo, participan del sacerdocio de Cristo, de su misión
profética y real (1 Pe. 2, 9).
Hecho miembro de la Iglesia, el Bautizado ya no se pertenece así mismo (1 Co 6, 9), sino al que
murió y resucitó por nosotros (2 Cdo 5, 5), por tanto está llamado a someterse a los demás (Ef. 5, 1;
1 Co. 16, 15 – 16), a servirles (Jn 13, 12 – 15) en la comunión de la Iglesia, y a ser obediente y dócil a
los pastores de la Iglesia (Hb 13, 7).
El Bautismo constituye el fundamento de la comunión entre todos los cristianos, e incluso con las que
todavía no están en plena comunión con la Iglesia Católica.
Incorporando a Cristo por el Bautismo, el Bautizado es configurado con Cristo (Rm. 8, 29). El
Bautismo imprime en el cristiano un sello Espiritual indeleble de su pertenencia a Cristo, el cual no
puede ser borrado por ningún pecado.
-El “sello del Señor” (San Agustín, ep 98, 5) es el sello con el que el Espíritu Santo nos ha marcado
“para el día de la Redención” (Ef 4, 30; Ef 1, 13 – 14; 2 Co. 1, 21 – 22). El Bautismo en efecto, es el
sello de la Vida Eterna.
Bibliografía:
Nuevo Catecismo Católico.
Abreviaturas utilizadas:
CUESTIONARIO
OBJETIVO:
En el Antiguo Testamento, los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías
esperado (Is. 11, 2) para realizar su misión salvifica (Lc. 4, 16- 22); (Is. 61, 1). El descenso del
Espíritu Santo sobre Jesús, en su Bautismo por Juan, fue el signo de que El era el que debía venir, el
Mesías, el Hijo de Dios (Mt. 3, 13 – 17); (Jn. 1, 33 – 34).
Desde aquel tiempo, los apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, comunicaban a los
neófitos, mediante la imposición de manos, el don del Espíritu Santo, destinado a completar la gracia
del Bautismo. (Hch 8, 15- 17; 19, 5 – 6). Es esta imposición de las manos la que ha sido, con toda
razón, considerada por la tradición católica como el primitivo origen del Sacramento de la
Confirmación, el cual perpetúa, en cierto modo, en la Iglesia, la gracia de Pentecostés (Pablo VI,
const. Apost. “Divinal consortium naturae”).
Muy pronto, para mejor significar el don del Espíritu Santo, se añadió a la imposición de manos, una
unción con aloe perfumada (crisma). Esta unción ilustra el nombre de Cristiano, que significa
“ungido”.
En el rito de este Sacramento, conviene considerar el signo de la unción y lo que la unción designa e
imprime: el sello Espiritual.
Por medio de esta unción, el confirmado recibe “la marca”, el sello del Espíritu Santo. El sello es el
símbolo de la persona (Gn 38, 18; Ct. 8, 9), signo de su autoridad (Gn. 41, 42) de su propiedad
sobre su objeto (Dt. 32, 34).
Cristo mismo se declara marcado con el sello de su Padre (Jn. 6, 27). El cristiano, también está
marcado por un sello: “Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos
ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en ellos el Espíritu en nuestros corazones” (2 Co. 1,
22; Ef. 1, 13; 4, 30).
Este sello, además de indicar la pertenencia total a Cristo, indica también la promesa de la protección
divina en la gran prueba escatológica (Ap. 7, 2 – 3; 9, 4; Ez. 9, 4 – 6).
Cuando la confirmación se celebra separadamente del Bautismo, como en el caso del rito romano, la
liturgia del Sacramento comienzan con la renovación de las promesas del Bautismo y la profesión de
la fé de los confirmados. Así aparece claramente que la confirmación constituyó una prolongación
del Bautismo (Sc. 71). Cuando es bautizado un adulto, inmediatamente recibe la Confirmación y
participa en la Eucaristía. (CIC Can 866).
El obispo extiende las manos sobre todos los Confirmados, gesto que, desde el tiempo de los
apóstoles, es el signo del don del Espíritu. Y el obispo invoca la efusión del Espíritu de la siguiente
manera:
“Dios todopoderoso, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que regeneraste, por el agua y el Espíritu
Santo, a estos siervos tuyos y los libraste del pecado; escucha nuestra oración y envía sobre ellos el
Espíritu Santo Paráclito; llénalos de espíritu de Sabiduría y de inteligencia, de espíritu de consejo y
de fortaleza, de espíritu de ciencia y de piedad; y cólmalos del espíritu de tu Santo Temor. Por
Jesucristo Nuestro Señor.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 43
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El beso de paz con el que concluye el rito de Sacramento, significa y manifiesta la comunión eclesial
con el obispo y con todo los fieles (3 Hipólito, trad, ap. 21).
EFECTOS DE LA CONFIRMACIÓN
De la celebración se deduce que el efecto del Sacramento es la efusión plena del Espíritu Santo,
como fue concedida en otro tiempo a los apóstoles el día de Pentecostés. Por este hecho, la
Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal.
-Nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir: “ABBA, PADRE” (Rm. 8,
15).
-Nos une más firmemente a Cristo.
-Aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo.
-Hace más perfecta nuestro vínculo con la Iglesia (Lc. 11).
-Nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fé mediante la
palabra y las obras, como verdaderos testigos de Cristo.
-Todo Bautizado, aún no confirmado, puede recibir el sacramento de la Confirmación (CIC can 889,
1)., Puesto que Bautismo, Confirmación y Eucaristía forman una unidad, de ahí se corrige que “los
fieles tienen la obligación de recibir este sacramento en tiempo oportuno” (CIC can 890), porque sin
la confirmación y la eucaristía el Sacramento del Bautismo queda incompleto.
-La preparación para la Confirmación debe tener como meta conducir al cristiano a una unión más
íntima con Cristo, a una familiaridad más viva con el Espíritu Santo, su acción, sus dones y sus
llamados, a fin de asumir mejor sus responsabilidades apostólicas de la vida Cristiana.
-Para recibir la Confirmación, es preciso hallarse en estado de gracia. Conviene recibir el sacramento
de la Penitencia para ser purificado en atención al don del Espíritu Santo. Hay que prepararse con
una oración más intensa para recibir con docilidad y disponibilidad la fuerza y las gracias del Espíritu
Santo (Hch. 1, 14).
-Conviene que los candidatos busquen ayuda espiritual de un padrino o una madrina, mucho mejor si
es la misma que el Bautismo.
MINISTRO DE LA CONFIRMACIÓN
Si un cristiano está en peligro de muerte, cualquier presbítero puede, debe dar la confirmación(CIC
can 883, 3).
Bibliografía:
CREER.....REY MIERMET}
NUEVO CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA
ASOCIACIÓN DE EDITORES DEL CATECISMO.
CUESTIONARIO
Menciona el autor que existen causas; por la cual muchos hermanos no regresan ni permanecen en
el grupo; que señalo a continuación:
d) Malas interpretaciones
- Falta de conocimiento Teológico católico.
- Falta de preparación de los servidores.
1. Las personas encargados de éste Ministerio deben ser comunicativas, atentas, tener facilidad
de palabra, cariñosas, responsables, pacientes comprometidas.
La acogida, sincera, amable ayudará a las personas a integrarse y permanecer en el grupo.
2. Este Ministerio debe formarse de varias personas, que en los primeros contactos con el
visitante, se interesen por el, su familia, prestarle atención. Anotar su dirección, teléfono.
Invitarlo el día anterior, sino asiste insistir, indagar, hacer notar que su ausencia fue notoria.
3. Es importante recordar siempre su nombre.
4. Informar acerca del movimiento dentro de la Iglesia, sus funciones, actividades y otros.
De todas las causas mencionadas y muchas otras más, creo se resumen en dos puntos:
- Falta de amor.
- Deficiencia del servicio.
Por esto, a continuación daré algunas pautas, que nos pueden ayudar a amar mejor y servir mejor.
I. No es ideal ser servidor, sino buen servidor Mc. 7, 37 “Jesús todo lo ha hecho bien”.
Mt. 7. 20.- “Reconocerán al árbol por sus frutos”. El hombre es el árbol, sus acciones sus frutos.
Jn. 10, 25.- “Las Obras de Jesús declaran quién es El”. ¿Mis obras declaran que soy buen servidor?
La obra de nuestra vida dice quiénes somos. Hacer lo que Dios quiere que hagamos, y cómo el
quiere.
Jn. 10, 38.- Pero si las cumplo, aunque no me crean por mí, creen por las Obras que hago. Dios dará
a cada uno según sus Obras.
San Pablo, dice lo que siembra eso cosechará. Por lo tanto ejercitar en hacer bien; orar oír misa
bien, ser mujer, hombre, ser bueno; oficio de madre, hermana hacerlo mejor cada día.
Mt. 13,8 Otros, finalmente, cayeron en buena tierra y produjeron unos el ciento, otros el sesenta y
los otros el treinta. La semilla que es la palabra de Dios, es para todos igual; la Tierra soy yo,
cuando la recibo ¿cuánto hago producir, 30% - incipiente, 60% mejorando, renovándome o 100% soy
servidor, que doy frutos?
En 1º de Corintios 3, 12 – 15 dice el Sr. Pero con estos conocimientos, unos construyen con oro, otros
con plata, o piedras preciosas, o con madera, caña o paja. Llegará a saberse como cada uno trabajó.
El día del juicio lo dará a conocer, porque en el fuego todo se descubrirá. El fuego probará la obra de
cada cuál: si su obra resiste el fuego, será premiado; pero, si es obra que se convierte en cenizas, el
mismo tendrá que pagar.
Hacer bien las obras, y por amor a Dios y al prójimo es hacer con oro y plata, hacer las obras por
interés personal, por vanidad, por figurar, es hacer con leña o paja no hacer las cosas por respeto
humanos o provecho personal.
Un servicio por amor a Dios, con humildad, obediencia, resistirá al fuego y tendrá el premio de Dios,
no buscar el premio humano, que serían la figuración, los elogios, alabanzas que nos llenan de
orgullo y soberbia.
II Anima la perfección del Servicio, tener tareas sencillas puestas por dios. No está la perfección en
hacer grandes obras, ni multiplicarlas, sino en el esmero y atención en las cosas sencillas,
cotidianas, caseras, ordinarias, en las que Dios permite. El mismo lo dice cuando habla a su Pueblo
en Demt. 30 – 11. Estos mandamientos que yo te doy, no son superiores a tus fuerzas, ni están
fuera de tu alcance; no están en el cielo para que puedas decir “Que suba alguien al cielo a buscar
esos mandatos y después escucharemos y pondremos en práctica, tampoco están al otro lado del
mar para que no tengas que decir: “Que alguien pase hasta el otro lado y los traiga de vuelta y
entonces escucharemos y lo pondremos en práctica. Todo lo contrario mi palabra ha llegado, bien
cerca de ti ya está en tu boca y en tu corazón, para que lo pongas en práctica.
Dios conoce nuestras debilidades, siempre estamos disculpándonos y justificándonos, para no hacer
las cosas bien o hacerlas defectuosas. Si soy Padre o Madre; tratar de hacerlo lo mejor posible. Si
soy, hija, hermana, vecina, trabajador, profesional, religioso, servidor, amigo, en todo bajo la gracia y
la luz como Dios quiere que sea. Eso que tienes que hacerlo, hazlo de la mejor manera. Decía: San
Francisco de Sales. – a una señora muy devota metida mucho tiempo dentro del convento haciendo
Obras de caridad; pero abandonaba al esposo en su hogar.
Ejem.: voy a regalarle a mi mamá esta licuadora para que me haga unos buenos jugos; la acción es
buena pero la intención un poco egoísta pensar en sí. Para Dios éste regalo no es un acto de amor.
Soy servidora, porque quiero servir a Dios, a mi Iglesia, a la Comunidad o mi Familia o porque me
sobra tiempo, me sirve de relax, ahí tengo amigas, varío la rutina de mi vida, etc.
Tener siempre presente la mirada de Dios y la presencia. Nos cuidamos y esforzamos para
impresionar a la mirada de los hombres, así vivir en la presencia de Dios ayudará a que sea mejor;
eso es renovarse y vivir en presencia del Espíritu Santo.
El mismo Padre Rodrigo nombra al evangelista Juan en el Apocalipsis refiriéndose a las propiedades
de aquellos santos animales que vio estar delante del trono de Dios; listos a los mandatos, dice: que
dentro, fuera y alrededor estaban llenos de ojos, ojos en los pies. Y nos recuerda mira, cómo dudas,
cómo hablas, cómo actúas, cómo trabajas, cómo escuchas, cómo sirves, cómo oras, cómo miras,
cómo ríes, cómo piensas, cómo deseas, los que sirven a dios o quieren servir y llegar a ser dignos de
la presencia, meditar esto.
Eclesiástico 44, 16. Henor agradó al Señor y fue trasladado. El ha dejado su testimonio para los
hombres de todos los tiempos.
Los cimientos de una casa no se ven, pero son la base de la casa. En 1ra. De Samuel 16, 6 – 7.
Samuel vio a Eliab, el mayor de edad y se dijo: Sin duda, éste será el elegido. Pero Javé dijo a
Samuel: No mires su apariencia, ni su gran estatura, porque lo he descartado. Pues el hombre mira
las apariencias, pero Javé mira el corazón”. Esto nos lleva a una cantidad de reflexiones en nuestra
vida y ayuda de interiorizar, sobre todo a mejorar la pureza de nuestras acciones.
Génesis 5, 24- Henor anduvo con Dios y desapareció por que Dios se lo llevó.
Hebreos 1, 5- Por la fe fue trasladado al cielo, en vez de morir y los hombres no volvieron a verlo
porque Dios se lo había llevado, dice que había agradado a Dios.
Exodo 18, 12 – Letró (suegro de Moisés) ofreció a Dios la víctima totalmente quemada, vivieron Aarón
y los jefes de Israel para compartir el pan con el suegro de Moisés en la presencia de Dios (no del
altar). (Holgarse y divertirse sanamente dando gracias a Dios, sin hacer cosas que desagraden a
Dios).
IV La Oración- La oración diálogo entre 2 personas, Dios y su criatura. 1er. Tes. 17.-Oren sin cesar.
Esto es bueno; porque el que ora siempre obra bien.
Luc. 18, 1- Orará siempre sin desanimarse, jamás Obrar bien es también orar, es estar alabando al
señor, hacer que la vida con tus buenas obras se convierta en una alabanza a Dios.
San Jerónimo, sobre la alabanza cuando ora, alabadle sol y luna, alabadle estrellas todas, cometa:
estas criaturas nunca cesan de hacer su oficio bien hecho, siempre están sirviendo a Dios y haciendo
aquello para lo que fueron creados, y eso es estar siempre alabando a Dios. De manera que El que
hace su oficio bien hecho, el que hace muy bien las cosas cotidianas ése siempre está orando y
alabando a Dios.
San Francisco decía el que canta ora dos veces; pero el que obra bien multiplica la oración; esa es
una ofrenda que agrada a Dios.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 48
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Sirácides 35, 1 - Quien guarda la ley ése es el que ofrece ricas ofrendas.- quien obra guardando la
luz y haciendo las cosas como Dios manda multiplica también su oración.
V Hacer bien el servicio, como sino hubiese otra cosa que hacer.
Eclesiastés 31.- Hay un tiempo para cada cosa y un momento para hacerla bajo el cielo. Dar a cada
cosa su debido tiempo, haciéndolo de la mejor forma. Decir hoy mi señor quiere que haga esto la
preocupación que se me viene o recuerda o me angustia diferente a lo que estoy haciendo, no viene
de Dios, es una tentación.
Lo dice el mismo Jesús en Mt. 6, 34- Ni se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se
preocupará de sí mismo. Basta con las penas del día. La angustia siempre arruina la oración.
Es tentación del enemigo traer otras cosas, para no hacer bien lo que estoy haciendo. Rechazar
cuando hay distracción, confusión, aturdimiento.
2º Corint. 11.- (Pablo NOS Advierte) así no se aprovechará Satanás de nosotros, pues conocemos
bien sus propósitos.
Dios es, claridad, paz, sosiego, luz, tranquilidad, certeza, orden. Así se presenten otras cosas
aparentemente bueno decir y concluir con esto: Lo que es bueno para después; no es bueno para
ahora.
VI. Hacer las Obras, teniendo en cuenta que no tenemos la vida comprada y menos que somos
dueños de ella, y que cada instante que vivimos es una oportunidad que Dios nos regala para buscar
la santidad personal y de los que nos rodean.
En la Biblia encontramos muchos indicadores de esto, mencionaremos algunos.
Mt. 24, 46 – Feliz ese siervo a quien su señor al venir, encuentra tan bien ocupado. No hay nada
más cierto que la vida y nada más incierto que la muerte.
Job. 14, 14- Esperaría que pasara el tiempo de mi servicio militar hasta que llegara la hora de mi
relevo. Ojalá pudiéramos hablar como Job, estoy listo, esperando mi reemplazo, cumplí mi tarea, mi
servicio Job
Lucas 12, 40 Ustedes están preparados porque el momento menos pensado vendrá el Hijo del
hombre.
Lucas 12, 43 Feliz ese servidor al que su patrón cuando llegue, encuentre tan bien ocupada.
Apocalipsis 3, 3 – Pues sino estas despierto, vendré como un ladrón sin que tu sepas a que hora.
Jesús avisa que debemos de tratar de no ser sorprendidos por la muerte.
Lucas 12, 20 – 21 Tanto, ésta noche reclaman tu alma ¿Quién quedará con lo que amontonaste?
Esto pasa al que trabaja para sí mismo, en lugar de trabajar para Dios.
VII. Acostumbrarse hacer un buen servicio. Toda tarea al principio cuesta, y se hace más
difícil por nuestra mala inclinación. La buena manera de vida ya la escogió Dios por nosotros. Juan
15 – 16 cuando dice: Ustedes no me escogieron a mí, soy Yo quien los escogí a ustedes; bendito
Dios por habernos puesto en éste camino. Y nos señalo como debamos ser cuando dijo háganse
perfectos como mi Padre.
Heb. 12, 11 - San Pablo dice Dios nos corrige por nuestro bien y para hacernos santos como El.
Las correcciones nunca nos alegran más bien duelen. Pero con el tiempo traen su fruto de paz y dan
santidad a los que con ellos fueron probados.
Ecles. 6, 19 – Trabaja como hace el labrados y sembrado espera pacientemente sus buenos frutos.
Todo esfuerzo será estimulado por Dios. La renovación de cada uno trabajarla cada día en los
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diferentes momentos de la vida. El cambio a la nueva vida, por la gracia de Dios, se hace
paulatinamente, es el ir creciendo, madurando, fortaleciéndose en el transcurso de la vida. Nadie
será médico, abogado, padre, a los 5 años todo tiene un proceso y un tiempo.
VIII. La Perseverancia.- No sigan las corrientes de éste mundo en que vivimos más bien
transfórmense por la renovación de su mente; así sabrás cuál es la voluntad de Dios, lo que le
agrada y lo que es perfecto.
Si caes o aflojes, levanta que tenemos un abogado, 1 Juan 2, 1 Hijitos más les escribo para que no
pequen; pero si alguien peca tenemos un abogado ante el Padre, es Jesucristo el justo.
Con la gracia de Cristo es posible avanzar, caminando siempre a la meta; Dios nunca nos
abandonará lo menciona en muchas partes de la Biblia, no te abandonaré jamás éstas tatuado en la
palma de mi mano; te tengo sostenido con ángeles, estaré contigo hasta el fin de los tiempos.
Pues no hay disculpa; depende que Yo viva estas palabras y aunque caiga siempre me levantaré ésta
es la gran diferencia con el que no cree, no hay quien lo levante.
Pedro negó a Jesús 3 veces, cayó tan bajo que no podía ni mirar a Jesús sin embargo Dios le dio 3
veces la oportunidad de sanarse, y aún lo elevó tan alto como cabeza de la Iglesia.
Estas pequeñas reflexiones meditadas con el fin que nos ayude hacer mejor. Dios mediante.
Bibliografía:
Pastoreo en los Grupos de Oración Carlos García Llerena. Sagrada Biblia.
Virtudes Cristianas. P. Alonso Rodríguez
Doc. Encuentro Episcopal latinoamericano Aja. Colombia.
LA REALIDAD PERUANA
Una síntesis ajustada, que sirva de guía para tomar una actitud crítica hacia ella.
INTRODUCCIÓN: “Alrededor de las 5:00 p.m. volvió a la plaza y encontró en ella a otos que
estaban desocupados; les preguntó; “¿Por qué están ustedes aquí sin trabajar?” le
contestaron “Porque nadie nos ha contratado. “Entonces les dijo: “Vayan también
ustedes en mi viñedo”Mt 20, 6 – 7.
En el documento Chisti Fidelis Laices (El laico en la Iglesia) nos dice: “Es necesario mirar cara a
cara este nuestro mundo con sus valores y problemas sus inquietudes y sus esperanzas, sus
conquistas y derrotas; un mundo cuyas dificultades políticas, sociales, económicas y culturales
presentan problemas y dificultades muy graves. Esta es la viña y este es el campo en que los
laicos están llamados a vivir su misión”.
El mundo tiende a integrarse y hacerse cada vez más grandes la diferencia entre países ricos y
países pobres que originan un desigual reparto de la riqueza que ya lo advierte la encíclica
“Solicitud Rei Sociales” que señala claramente la posición de la Iglesia demandando un reparto
más equitativo.
LA GEOGRAFÍA: Perú país que Dios le ha otorgado ingente maravillas naturales, es la Viña que
nos ha tocado laboral y es nuestra responsabilidad entenderla y comprenderla para
conservarla. El Católico debe hacer uso de sus recursos sin romper el equilibrio natural como lo
hizo en el pasado. (Colonia) por ejemplo destruyendo y depredando los árboles en las
quebradas de la sierra aumentando la incidencia de huaycos en esta zona. En la actualidad el
intento de introducir concesiones, costumbres o estilos de otras realidades, en la nuestra
produce distorsión en la mente que no permite analizar mejor nuestra realidad geográfica.
Ejemplo: en Lima el uso de chimenea cuando las temperaturas más bajas son cero, teniendo un
clima húmedo producto de la Corriente Peruana y la Cordillera de los Andes.
LOS NIÑOS: Los menores de 14 años son más de ocho millones el 36% de ello el 51% de
ellos son hombres y el 49% son mujeres. Su mortalidad son la tercera más alta de América
Latina siendo las principales causas las infecciones diarreicas y respiratorias. Las niñas entre
los doce y catorce años manifiestan ser madres solteras conformando el 46.8% del total de
madres de esta edad. Los niños que trabajan entre 6 y 14 años son en 3.6% (430,000) de
ellos, el 1% vive por su cuenta (Pirañitas) los demás son explotados en los lavaderos de oro,
ladrilleras, basurales, agricultura, comercio ambulatorio y otros lugares.
LOS CATÓLICOS: En relación al mundo el Perú esta en 2.2% de los católicos del mundo y el
90% de los de América del Sur: el cual es considerado uno de los continentes más
homogéneamente católico.
Nuestro país cuenta con 1,309 parroquias y en Lima tenemos un sacerdote por 6,329
personas, tenemos 15 vicarias, 159 parroquias, las vicarias XII es el 31% de parroquias (más
pequeña) mientras que en la vicaria VII el 12.6% (más grande).
FINALMENTE: El documento Perú escoge la vida nos dice: “La raíz de la actual crisis
económica, social, política y cultural; es mora. Cambiemos todos juntos, comenzando cada uno
por él mismo. Nos invita a cambiar la economía, la política, la cultura en fin la sociedad con el
ejemplo, proponiendo nuestra escala de valores y nuestra moral cristiana.
“Solo empezando en nuestra propia conducta esta conversión activa y práctica, abandonando
toda indiferencia y obstinación en el error; de oposición de la gracia y a la verdad, podremos
contribuir eficazmente a la transformación efectiva de valores y conducta colectiva.
Nos invita pues a realizar nuestra labor de laicos nuestra labor de laicos y de santidad en esta
Viña a la que dios nos ha invitado a participar.
SANTIDAD
C. son varios los instrumentos, pero yo...?Que debo hacer con ellos?
S. Con ellos debes desarrollar tu vida de fe, esperanza y principalmente de la caridad
(Amor) 1 Cor 13.
Aquí tuvo que finalizar nuestra entrevista porque unos hermanos que sufrían persecución a causa del
Reino le solicitaron urgentemente.
En nuestros grupos de oración hablamos del Don de lenguas como un don que recibe del Espíritu
Santo toda persona que ha sido iniciada en una Comunidad Carismática, o que ha recibido la
infusión del Espíritu Santo, al hacer el Seminario de la Vida en el Espíritu.
1. Orar en lenguas:
Lo usamos para hacer nuestra oración a nivel más profundo. El que ora en lenguas conserva su
conciencia, pero no comprende intelectualmente lo que dice.
Las lenguas son un hablar no a los hombres sino a Dios, es decir, son oración (ver. 2).
Pablo pide que no se impide orar en lenguas (ver. 39)
Está oración edifica a quien la realiza (ver. 4).
Quien escucha la oración en lenguas no es edificado pues nada comprende (ver. 16 y 17)
Quien habla en lenguas habla a dios, dice Pablo. La glosolalia, es pues, una oración no en medo
de comunicación humana, sino a Dios.
Hay quienes piensan que orar en lenguas se requiere un “contagio espiritual”, que no se puede orar
en frío, que se necesita un condicionamiento especial. Todo esto son afirmaciones gratuitas.
La oración en lenguas comienza y continua mientras la persona lo desee. Según pasa el tiempo, la
oración en lenguas se extiende o cambia y en algunas ocasiones cambian su lenguaje.
Una hermana de la sierra Alabe en el más puro alemán y fue traducido por un sacerdote que
había hecho sus estudios en Alemania.
Una hermana de mi comunidad, que habla Inglés, le dijo a otra hermanan que su oración en
lenguas era alabanza al Señor en el idioma Inglés y lo tradujo.
Casi todas las comunidades de oración han tenido experiencias similares. Las experiencias aisladas
no prueban que las lenguas sean un “lenguaje” de una o otra forma. El fenómeno esta en que con
frecuencia la oración normal en lenguas cambia a un lenguaje determinado, en un preciso momento,
por el bien de la fe de alguien.
El don de la oración de lenguas es algo permanente. El don es permanente, cuando una persona ha
cedido a este don, el poder de orar en lenguas permanece en ella. Después de eso la primera vez
puede orar en lenguas cuando ella quiere. Al comienzo esta oración puede ser una sola sílaba, una
palabra o varias palabras. Conforme se va usando el don, como ya dijo mas adelante se va
ampliando.
Este don generalmente es el primero que confiere el Espíritu Santo. Es muy útil para el crecimiento
espiritual y generalmente es la puerta de entrada al mundo de los carismáticos. Pero no es la única.
3. Cantar en lenguas
A medida que la comunidad comienza a alabar a Dios en voz alta, orando en lenguas, se siente la
necesidad de cantar alabanzas a nuestro Dios. Uno por uno los miembros de la asamblea van de la
“oración en lenguas” al “canto en lenguas”. El Espíritu Santo dirige el grupo en armonía y unos con
otros se encuentran cantando en cierta tonalidad musical, y es notorio como la comunidad termina el
canto casi simultáneamente.
Este cantar en lenguas a la vez que la oración en lenguas, produce paz interior, gozo y alegría, que
viene de lo profundo de nuestro ser.
Es frecuente que los que han recibido el don de oración en lenguas, produce paz interior gozo y
alegría, que viene de lo profundo de nuestro ser.
Es frecuente que los que han recibido el don de la oración en lenguas tengan también el don de
cantar en lenguas.
También es frecuente ver en los grupos de oración como hermanos pueden orar en lenguas, pero se
inhiben (o se les hace difícil) cantar en lenguas. Lo más recomendable para lograrlo es ser sencillo,
y como un niño dejarse guiar por el Espíritu Santo y no oponer resistencia. No es más que ponerle la
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musicalidad que siente en su corazón a su oración. Cuando oramos en comunidad a veces el grupo
casi entero prorrumpe en cantos de alabanza en lenguas, como si un maestro hubiera cado la señal
de comenzar, otras es iniciado por una persona de la asamblea de oración a la que siguen otras.
}cuando termina el canto en lenguas sentimos que está pidiendo un silencio más o menos
prolongado. Usualmente después de este silencio el Espíritu Santo usa algunos hermanos para dar
profecías, mensajes en lenguas e interpretación de estos mensajes. Todo para edificación de la
comunidad y también nuestra.
Orar y cantar en lenguas son dos formas de oración que deben alternarse con la oración y el canto
“con la mente”. 1 Cor 14, 14 – 17: “Si estoy orando mi espíritu era, pero el entendimiento queda sin
provecho. Es bueno orar con el Espíritu, pero también el entendimiento ha de participar en la
oración. Has de cantar a Dios con el espíritu, pero también con el entendimiento. Y si sólo con el
espíritu alabas a dios, ¿Cómo la persona sencilla y no preparada podrá decir: amén, al finalizar tu
acción de gracias? Pues no han entendido. Tu acción de gracias ha sido excelente, pero el otro no
sacó provecho.
A más de ser la oración y el canto en lenguas una oración de alabanza y dentro de esto de
comunicación con Dios. También este don nos permite usarlo indistintamente, según nos dejemos
guiar por el Espíritu Santo.
- Como una maravillosa oración de intercesión “como nosotros no sabemos orar como conviene, el
Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad para interceder por nosotros con gemidos
inefables (Rom 8, 26).
- Dentro de esta oración de intercesión se usa para orar por sanación: .....”quiero confesar mi
experiencia, he visto muchas curaciones mientras oro en lenguas, que con la oración normal. La
oración en lenguas facilita que se den palabras de conocimiento o discernimiento carismático. Es
cuando estamos más disponibles para que el Señor nos use porque estamos rendidos
completamente a El. (P. Emiliano Tardiff).
- Es fuente de sanación: “La oración en lenguas reconstruye la personalidad entera. La acción del
Espíritu Santo penetra en lo más profundo de nuestro ser: sobrenatural, psicológico y físico. Por
más agazapado que se encuentre el subconsciente, hasta allí entra el Espíritu Santo con su
acción vivificante y sanadora” (P.B. Juanes).
Sobre esta acción del Espíritu Santo en lo psicológico y en lo espiritual habría mucho que decir (y
esto por personas especializadas) pero creo que si nos dejamos guiar y ser llenos del Espíritu Santo
en nuestra oración y en nuestra vida; seremos testimonios de su acción sanadora y santificadora en
nosotros, y donde El nos irá configurando poco a poco en Cristo.
San Pablo escribe en 1 cor 12, 10 – 11 “Otros habla en lenguas y otro todavía interpreta lo que se dijo
en lenguas. Y todo esto es obra de un mismo y único Espíritu, el cual reparte a cada uno según
quiere”.
Por tanto el hablar en lenguas y el interpretarlo son dos carismas distintos, que el Espíritu lo da a uno
o a otro. Sigue diciéndonos Pablo: “?Hablan todo en lenguas? ¿ Interpretan todos? (1 cor 12, 30).
“El que habla en lenguas pida el don de interpretar” (1 Cor 14, 13).
Nuestra experiencia es que estos dones no se usan como deberían. Esta falta puede indicar
desconocimiento en la diferencia entre oración en lenguas y don de lenguas. No debemos dejar que
Recordemos que estos dones (junto con la oración en lenguas) apareció después de Pentecostés.
Con las lenguas el hombre obtuvo un nuevo poder para liberar el mensaje de dios y por la
interpretación el de escuchar su palabra.
El don de lenguas es una manifestación pasajera del Espíritu Santo en un hermanos (usualmente un
miembro maduro) en una Asamblea de oración carismática, por el cual es inspirado a hablar lenguas
en alta voz y debe ser seguido por el don de interpretación.
La oración en lenguas:
- Es un don permanente.
- Todos lo pueden recibir.
- No necesita interpretación.
- Puede ser usado en oración o canto comunitario.
- Es usualmente una oración de alabanza y acción de gracias.
- Es destinado al crecimiento espiritual de la persona.
El don de lenguas:
El que hala en lenguas puede recibir también la interpretación de lo que dijo, más aún, Pablo le dice
que pida el don de interpretar (1 Cor 14, 5. 13).
Aquí se trata de un carisma que mueve al interprete a expresar en palabras de su propio idioma un
mensaje que juzga corresponde a lo que él mismo u otros dijo antes en “lenguas”.
Cuando hay mensajes en lenguas, deben darse por turnos de dos o tres y luego tener la
interpretación (1 cor 14, 27). Puede darse una sola interpretación, a cada mensaje o varias
interpretaciones complementarias. También pueden darse varios mensajes y una sola interpretación.
Pero debe haber puntos comunes si las interpretaciones son auténticas y son fruto de la oración.
El juicio sobre la autenticidad de la interpretación lo da toda la comunidad, al aceptar con gozo y paz
la interpretación presentada. Uno de los criterios de juicio será el de la edificación espiritual de la
asamblea, pues a ella se ordena este carisma. En efecto las manifestaciones del Espíritu son para
provecho común (1 Cor 12, 7), y San Pablo insiste en que “la asamblea reciba edificación, que se de
“la edificación de la asamblea” (1 Cor 14, 5, 12).
No se debe estorbar que se hable en lenguas, con tal que se cumplan las condiciones antes
expresadas, y de que todo se haga con orden y dignidad (1 cor 14, 39 – 40). Si falta algún elemento,
por ejemplo cuando no hay intérprete es mejor hacer silencio, y cada cual hable consigo mismo y con
dios (1 Cor 14, 28).
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 56
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CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
El don de lenguas con la interpretación se asemeja al don de profecía (1 Cor 14, 5): “deseo que
habléis todos en lenguas; prefiero, sin embargo, que profeticéis, pues el que profetiza, supera al que
habla en lenguas, a no ser que también interprete, para que la Asamblea reciba edificación”.
Existen dos problemas comunes y los líderes deben estar conscientes de ellos:
Primero, las personas que hablan en lenguas en alta voz que no lo hacen realmente inspiradas por
dios; segundo, las personas que dan interpretación a las lenguas y n tiene un verdadero don.
Ciertamente, los líderes tienen que discernir el uso de estos dones y dar los pasos necesarios para
eliminar el uso erróneo de ellos.
LOS SACRAMENTOS
OBJETIVO:
- Comprender que la Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados
a la dignidad del Sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con cristo
por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio
mismo del Señor.
Nuestro Señor Jesucristo, en la última cena, la noche en que fue entregado, instituyó el sacrificio
Eucarístico de su cuerpo y su sangre, para perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la
Cruz y confiar así a su Esposa amada, la Iglesia, el memorial de su muerte y su resurrección,
sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de amor.
La Eucaristía es “fuente y cima de toda la vida Cristiana” (Lumen Gentium 11). Los demás
sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidas a
la Eucaristía y a ella se ordenan.
“La Eucaristía significa y realiza la comunión de vida con dios y la unidad del pueblo de dios por la
que la Iglesia es ella misma. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción por la que en
Cristo, dios Santifica al mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo y por El
al Padre” (C dr. Ins “Eucheristicum mysterium” , 6) En resumen la Eucaristía es el compendio y la
suma de nuestra fe.
La riqueza inagotable de este sacramento se expresa mediante los distintos nombres que se le da.
Cada uno de estos nombres evoca alguno de sus aspectos.
Se les llama:
- EUCARISTÍA: Porque es acción de gracia a Dios. Las palabras “UCCHARISTEIN” (Luc 22, 19; 1
co 11, 24) y “Eulogein” (Mt 26, 26; Mc 14, 22) recuerdan las bendiciones judías que proclaman
–sobre todo durante la comida- las obras de dios: la creación, la redención y la santificación.
- BANQUETE DEL SEÑOR: (co 11, 20) Porque se trata de la cena que el Señor celebró con sus
discípulos la víspera de su pasión y de la anticipación del banquete de bodas del cordero (Ap 19,
9) en la Jerusalén Celestial.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 57
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
- FRACCIÓN DEL PAN: Porque este rito, propio del banquete judío, fue utilizado por Jesús cuando
bendecía y distribuía el pan como cabeza de familia (Mt 14, 19; 15, 36; Mc 8, 6, 19), sobre todo
en la última Cena Mt. 26, 26; 1 Co 11, 24). En este gesto los discípulos lo reconocerán después
de su resurrección (Lc 24, 13 – 35); y con esta expresión los primeros cristianos designaron sus
asambleas eucarísticas (Hch 2, 42 – 46; 20, 7-11). Con él se quiere significar que todos lo que
comen de este único pan, partido, que es Cristo, entran en comunión con El y forman un solo
cuerpo en El.
o, porque actualiza el único sacrificio de Cristo salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia; o también
Santo sacrificio de la misa, “sacrificio de Alabanza” (Hch 13, 15; Sal 116, 13 – 17), Sacrificio
espiritual ( 1 P 2,5), sacrificio puro (Mc 1, 11) y santo, puesto que completa y supera todos los
sacrificios de la alianza.
- COMUNIÓN: Porque por este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace participes de su
cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo (1 Co 10, 16 – 17).
- SANTA MISA: Porque la liturgia en la que se realiza el misterio de Salvación se termina con el
envío de los fieles (“missio”) a fin de que se cumplan la voluntad de Dios en su
vida cotidiana.
En la antigua alianza el pan y el vino eran ofrecidos como sacrificios entre las primicias de la
tierra, en señal de reconocimiento del Creador.
El “cáliz de bendición (1 Co 10, 16), al final del banquete pascual de los judíos, añade a la alegría
festiva del vino una dimensión escatológica, la de la espera mesiánica del restablecimiento de
Jerusalén. Jesús instituyó la Eucaristía dando un sentido nuevo y definitivo a la bendición del pan
y del cáliz.
- Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo la bendición partió y
distribuyó los panes por medio de sus discípulos para alimentar a la multitud, prefiguran, la
sobreabundancia de este único pan de su Eucaristía (Mt 14, 13 - 21; 15, 32 – 39). El signo del
agua convertida en vino en Canáa (Jn 2, 11) anuncia ya la hora de la Glorificación de Jesús.
Manifiesta el cumplimiento del banquete de las bodas en el Reino del Padre, donde los fieles
beberán vino nuevo (Mc 14, 25) convertido en Sangre de Cristo.
b) LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA:
- El Señor, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin. Sabiendo que había llegado la hora
de partir de este mundo para retornar a su Padre, en el transcurso de una cena, las lavó los pies y
les dio el mandamiento del amor (Jn 13, 1 – 17). Para dejarles una prenda de este amor para no
alejarse nunca de los suyos y hacerles partícipes de su pascua, instituyó la Eucaristía como
memorial de su muerte y de su resurrección, y ordenó a sus apóstoles a celebrarlo hasta su
retorno, “constituyéndoles entonces en Sacerdotes del Nuevo Testamento” (co de Trentos: DS
1740).
Jesús escogió el tiempo de la Pascua para realizar lo que había anunciado en cafarnaún: dar a sus
discípulos su Cuerpo y su Sangre.
Al celebrar la última Cena con sus apóstoles, en el transcurso del banquete Pascual, Jesús dio un
sentido definitivo a la Pascua Judía.
- El mandamiento de Jesús de repetir us gestos y sus palabras “hasta que venga” (1 cor 11, 26),
no exige solamente acordarse de Jesús y de lo que hizo. Requiere la celebración litúrgica por los
apóstoles y sus sucesores del memorial de Cristo, de su vida, de su muerte, de su resurrección y
de su intercesión junto al Padre.
- La Iglesia, desde el comienzo que fiel a la orden del Señor. Así dice: “Acudían asiduamente a la
enseñanza de los apóstoles, fieles a la comunión fraterna, a la fracción del pan y a las
oraciones....” (Hch 2, 42 – 46).
Desde el siglo II, según el testimonio de san Justino Mártir, tenemos las grandes líneas del desarrollo
de la celebración eucarística. Estos han permanecido invariables hasta nuestros días a través de la
diversidad de tradiciones rituales litúrgicos. Aquí algunos extractos de los que escribía el santo (138
– 161), lo que hacen los cristianos.
“El día que se llama día del sol, tiene lugar la reunión en un mismo sitio, de todos lo que habitan en
la ciudad o el campo se leen las memorias de los apóstoles y los escritos de los profetas, tanto
tiempo como es posible.
Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para imitar y exhortar a la imitación de
tan bellas cosas.
Luego nos levantamos todos juntos y oramos por nosotros ....y por todos los demás donde quieran
que estén, a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y de nuestras acciones, y seamos
fieles a los mandamientos para alcanzar así la salvación eterna.
Luego se lleva, al que preside a los hermanos, pan y una copa de agua y de vino mezclados.
El presidente los toma y eleva alabanza y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del
Espíritu Santo y da gracias (en riego: eucharistian) largamente porque hayamos sido juzgados
dignos de estos dones....(S. Justino Apol. 1, 65 – 67)”.
- La liturgia de la Eucaristía se desarrolla conforme a una estructura fundamental, que se ha
conservado a través de los tiempos, hasta nosotros. Comprende dos grandes momentos, que
forman una unidad básica:
Ambos constituyen, juntos, “un solo acto de culto” (Sc 56); en efecto, la mesa preparada para
nosotros en la Eucaristía, es a la vez la de la Palabra de dios y la del Cuerpo del Señor (DV 21).
Aquí apreciamos el mismo dinamismo del banquete pascual de Jesús resucitado con sus discípulos:
en el camino les explicaba las Escrituras, luego sentándose a la mesa con ellos “tomó el pan,
pronunció la bendición, lo partió y se los dio” (Lc 24, 13 – 35).
b) EL DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN
- Todos se reúnen Los cristianos acuden a un mismo lugar para la asamblea Eucarística. A su
cabeza está Cristo mismo, que es el actor principal de la Eucaristía. Es el Sumo Sacerdote de la
Nueva Alianza, el mismo es quien preside invisiblemente toda celebración eucarística. Como
representante suyo, el Obispo o el Presbítero, preside la asamblea, toma la palabra después de
las lecturas, recibe las ofrendas y dice la plegaria eucarística. Todos tienen participación activa.
La liturgia de la Palabra, comprende los escritos de los profetas, es decir, el Antiguo Testamento, y
las “Memorias de los apóstoles”, es decir sus cartas y los Evangelios.
- Presentación de las ofrendas (el ofertorio), esto se lleva al altar, a veces en procesión, el pan y el
vino que serán ofrecidos por el sacerdote en nombre de Cristo. “Sólo la Iglesia presenta esta
oblación, pura, al Creador, ofreciéndole con acción de gracias lo que proviene de su creación” (S.
Ireneo, Haer 4, 18, 4; Cf MI 1, 11).
- Desde el principio, junto con el pan y el vino para la Eucaristía, los cristianos presentan también
sus dones para compartirlos con los que tienen necesidad. Esta costumbre de la colecta (Col 16,
1) se inspira en el ejemplo de Cristo que se hizo pobre para enriquecernos (2 Cor 8, 9).
- En la Epíclesis, la Iglesia pide al padre que envíe su Espíritu Santo, sobre el pan y el vino, para
que se conviertan, por su poder, en el cuerpo y la sangre de Jesucristo, y que quienes tomen
parte en la Eucaristía sean un solo cuerpo y un solo espíritu.
- En la Anamesis que sigue, la Iglesia hace memoria de la pasión, de la resurrección y del retorno
glorioso de Cristo Jesús; presenta al Padre la ofrenda de su hijo que nos reconcilia con El. En las
intercesiones, la iglesia expresa que la Eucaristía se celebra con toda la Iglesia del cielo y de la
tierra, de los vivos y de los difuntos, y en comunión con los pastores de la iglesia, el Papa, el
Obispo de la diócesis, etc.
- En la comunión, precedida por la oración del Señor y de la fracción del pan, los fieles reciben “el
pan del cielo” y “el cáliz de la salvación”, el cuerpo y la sangre de Cristo que se entregó” para la
vida del mundo” (Jn 6, 51).
Bibliografía:
Catecismo de la Iglesia Católica.
Abreviaturas Usadas:
CUESTIONARIO
OBJETIVO:
Comprender que la celebración de la Eucaristía se debe a un mandato del Señor y constituye una
alabanza al Padre, un memorial del Sacrificio de Cristo, y que la presencia de Cristo en la Eucaristía
es un hecho real. No es un solo recordar la última cena.
En el Sacrificio Eucarístico, toda la creación amada por Dios, es presentada al Padre a través de la
muerte y resurrección de Cristo.
Por Cristo, la Iglesia puede ofrecer el sacrificio de alabanza en acción de gracias por todo lo que Dios
ha hecho de bueno, de bello y de justo en la creación y en la humanidad. Por lo tanto la Eucaristía es
también un sacrificio de Alabanza, en acción de gracias por la obra de la creación.
-La Eucaristía es un sacrificio de acción de gracias al Padre , una bendición por el cual la
Iglesia expresa su reconocimiento a Dios por todos los beneficios, por todo lo realizado mediante la
creación, la redención y la santificación.
-El memorial recibe un sentido nuevo en el Nuevo Testamento. Cuando la Iglesia celebra la
Eucaristía, hace memoria de la Pascua de Cristo y esta se hace presente: el sacrificio que Cristo
ofreció de una vez para siempre en la Cruz, permanece siempre actual (Hb 7, 25-27). “Cuántas
veces se renueva en el altar el sacrificio de la Cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua fue inmolado, se
realiza la obra de nuestra redención” (LG3.
-Por ser memorial de la Pascua de Cristo, la Eucaristía es también un sacrificio. Este carácter se
manifiesta en las palabras mismas de la institución. “Esto es mi cuerpo que será entregado por
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 62
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vosotros” y “Esta copa es la Alianza en mi sangre, que será derramada por vosotros” (Lc 22, 19-
20).
En la Eucaristía, Cristo da el mismo cuerpo que por nosotros entregó en la Cruz, y la Sangre misma
que “derramó por muchos para remisión de los pecados” (Mt 26,28).
-La Eucaristía es, pues, un sacrificio porque representa (hace presente) el sacrificio de la Cruz,
porque es su memorial y aplica su fruto.
-El sacrificio de Cristo, el sacrificio de la Eucaristía son, pues un único sacrificio: “Es una y la
misma victima, que se ofrece ahora por el Ministerio de los sacerdotes, que se ofreció así mismo
entonces sobre la Cruz: Sólo difiere la manera de ofrecer (Cc de Trento: DS 1743).
Toda la Iglesia se une a la ofrenda y a la intercesión de Cristo. Encargado del ministerio de Pedro en
la Iglesia, el Papa es asociado a toda celebración de la Eucaristía en la que es nombrado como signo
y servidor de la unidad de la Iglesia universal. El Obispo del lugar es responsable de la Eucaristía,
incluso cuando es presidida por un Presbítero: el nombre del Obispo se pronuncia en ella para
significar su presidencia de la Iglesia particular.
-A la ofrenda de Cristo, se unen no sólo los miembros que están todavía aquí abajo, sino también los
que están ya en la gloria del cielo. La Iglesia ofrece el sacrificio eucarístico en comunión con la
Santísima Virgen María y haciendo memoria de ellas, así como todos los Santos y Santas.
-El sacrificio Eucarístico también es ofrecido por los fieles difuntos “que han muerto en Cristo y
todavía no están plenamente purificados” (C. De Trento: DS 1743), para que puedan entrar en la
luz y en la Paz de Cristo.
-Cristo Jesús que murió, resucitó, que está a la derecha de Dios e intercede por nosotros (Rm 8,34)
está presente de muchas maneras en su Iglesia (LG 48): en su Palabra, en la oración de la Iglesia, en
los pobres, en los enfermos, los presos (Mt 25, 31-46) en los sacramentos de los que El es el autor,
en la misa, y en la persona del ministro, Pero, “sobre todo (está presente), bajo las especies
eucarísticas” (SC 7).
-El modo de presencia de Cristo bajo la especie eucarística es singular. Eleva la Eucaristía por
encima de todos los sacramentos y hace de ella “como la perfección de la vida espiritual y el fin al
que tienden todos los sacramentos” (S. Tomás de Aquino. S.Th 3, 73,3).
En el Santísimo sacramento de la Eucaristía están “contenidos verdear, real y substancialmente el
Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y por consiguiente,
Cristo entero” (CC. De Trento: SD 1651).
-La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo
que subsistan las especies eucarísticas.
-Es realmente admirable que Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el
tiempo que subsistan las especies eucarísticas.
-Es realmente admirable que Cristo haya querido hacerse presente en su iglesia de esta manera tan
singular. Como Cristo iba a dejar a sus seguidores bajo su forma visible, quiso darnos su presencia
sacramental.
-La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en este sacramento,
“no se conoce por los sentidos, sino por la fe, la cual se apoya en la autoridad de Dios” dice Santo
Tomás de Aquino.
La celebración del Sacrificio eucarístico está totalmente orientada hacia la unión íntima de los fieles
con Cristo por medio de la comunión.
-El altar, en torno al cual la Iglesia se reúne en la celebración de la Eucaristía, representa los dos
aspectos de un mismo misterio: el altar del sacrificio y la mesa del Señor, y esto, tanto más cuanto
que el altar cristiano es el símbolo de Cristo de la asamblea de sus fieles.
-El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el Sacramento de la Eucaristía: “En verdad,
en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tendréis vida
en vosotros (Jn 6,53).
Para responder a esta invitación, debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. San
Pablo exhorta a un examen de conciencia:
“Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del
Señor. Examínense pues, cada cual, y coma del pan y beba del cáliz. Que quien come y bebe sin
discernir el Cuerpo come y bebe su propio castigo” (1 Cor 11, 27-29). Quien tiene conciencia de
estar en pecado grave, debe recibir convenientemente la Eucaristía, los fieles deben observar el
ayuno que la Iglesia ha prescrito.
La Iglesia obliga a los fieles a “participar los domingos y días de fiesta en la divina liturgia” (OE 15)
y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, si es posible en tiempo pascual (CIC Can 920),
preparados por el sacramento de la Reconciliación.
-Gracias a la presencia Sacramental de Cristo bajo cada una de las especies, la comunión bajo la sola
especie de pan ya hace que se reciba todo el fruto de gracia propio de la Eucaristía. Por razones
pastorales, esta manera de comulgar, se ha establecido legítimamente como las vías habitual en el
rito latino.
-Hace la unión del Cuerpo místico: La Eucaristía hace la Iglesia, Los que reciben la Eucaristía se
unen más estrechamente a Cristo. Por ello mismo, Cristo une a todos los fieles en un solo cuerpo: la
Iglesia. La Eucaristía realiza esta llamada; El cáliz de bendición que bendecimos ¿no es acaso
comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo?
Porque aún siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo
pan (1 Co 10, 16-17).
-La Eucaristía entraña un compromiso a favor de los pobres. Para recibir en la verdad el Cuerpo y la
Sangre de Cristo, entregados por nosotros, debemos reconocer a Cristo en los más pobres, sus
hermanos (Mt 25, 40).
-En una antigua oración, la Iglesia aclama el misterio de la Eucaristía: “¡Oh sagrado banquete, en
que Cristo es nuestra comida;: se celebra el memorial de su pasión; el alma se llena de gracia y se
nos da la prenda de la Gloria futura!”. Así como la Eucaristía es el memorial de la Pascua del Señor,
y si por comunión en el altar somos colmados de “gracia y bendición” (MR Canon Romano, 96), la
Eucaristía es también la anticipación de la Gloria celestial.
-En la última Cena, el Señor mismo atrajo la atención de sus discípulos hacia el cumplimiento de la
Pascua en el reino de Dios. “ os digo que desde ahora beberé de este fruto de la vid hasta el día que
lo beba con vosotros, de nuevo, en el Reino de mi Padre” (Mt 26, 29; Lc 22, 18; Mc 14, 25).
Cada vez que la Iglesia celebra la Eucaristía, recuerda esta promesa y su mirada se dirige hacia “el
que viene” (Ap. 1, 4).
-La Iglesia sabe que, ya ahora, el Señor viene en su Eucaristía y que está ahí en medio de nosotros.
Sin embargo esta presencia esta velada. Por eso celebramos la Eucaristía expectantes, “Mientras
esperamos la venida de Nuestro Señor Jesucristo”. Embolismo después del Padre Nuestro” (Tt 2,13).
-de esta gran esperanza la de los cielos nuevos y la tierra nueva en los que habitará la justicia (2 P 3,
13) no tenemos prenda mas segura, signo mas manifiesto que la Eucaristía.
CUESTIONARIO
______________________.
__________________________.
propio ____________________.
_______________________.
OBJETIVO:
f) Se le denomina Sacramento del Perdón, porque por la absolución sacramental del sacerdote, Dios
concede al penitente el perdón y la paz.
El nuevo nacimiento por el Bautismo, la conversión a Cristo, el don del Espíritu Santo, el Cuerpo y la
Sangre de Cristo, recibidos como alimento, nos han hecho “Santos e inmaculados ante El” (Ef. 1, 4),
como la Iglesia misma, esposa de Cristo, es Santa e inmaculada ante El (Ef 5, 27).
Sin embargo, la vida nueva recibida en la iniciación cristiana, no suprimió la fragilidad y la debilidad
de la naturaleza humana, ni la inclinación al pecado, que la tradición llama concupiscencia, y que
permanece en los bautizados a fin de que sirva de prueba en ellos en el combate de la vida cristiana
ayudados por la gracia de Dios (DS 1515).
Jesús llama a la conversión. Esta llamada es una parte esencial del anuncio del Reino: “El tiempo se
ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertios y creced en la Buena Nueva”. (Mc 1, 15). En
la predicación de la Iglesia, esta llamada primeramente se dirige a los que no conocen todavía a
Cristo y a su Evangelio, siendo el Bautismo la primera fuente de conversión.
- La llamada de Cristo a la conversión, sigue resonando en la vida de los Cristianos. Esta segunda
conversión es una tarea in interrumpida para toda la Iglesia, “que recibe en su propio seno a los
pecadores”, y que siendo “santa al mismo tiempo, que necesitada de purificación constante,
busca sin cesar la penitencia y la renovación”(LG8).
Este esfuerzo de conversión no es sólo una obra humana, es el movimiento del “corazón contrito”
(Sal 51, 19) atraído y movido por la gracia (Jn 6, 44; 12, 32) a responder al amor misericordioso de
Dios que nos ha amado primero (Jn 4, 19).
LA PENITENCIA INTERIOR
- La penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a
Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado. Al mismo tiempo, comprende el deseo
y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina.
- El corazón del hombre es rudo y endurecido. Es preciso que Dios dé al hombre un corazón nuevo
(Ez 36, - 27). La conversión es primeramente una obra de la gracia de Dios que hace volver a El,
nuestros corazones: “Conviértenos Señor, y nos convertiremos (Lc 5, 21). Al descubrir la
grandeza de amor de Dios, nuestro corazón se estremece ante el horror y el peso del pecado y
teme ofender a Dios por el pecado y verse separado de El.
- Después de pascua, el Espíritu Santo “convence al mundo en lo referente al pecado” (Jn 16, 8 -
9). Pero este mismo Espíritu que revela el pecado, es el Consolador (Jn 15, 26) que da al
corazón del hombre la gracia del arrepentimiento y de la conversión (Hch 2, 36 – 38; Juan pablo
II dev 27 – 48).
- La penitencia interior del Cristiano, puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los
Padres insisten sobre todo en 3 formas; el ayuno, la oración y la limosna (Tb 12, 8; Mt 6, 1 –
18), que expresan la conversión con relación a sí miso, con relación a Dios y con relación a los
demás. Están como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para
reconciliarse con el prójimo, la preocupación por la salvación del prójimo (St 5, 20), la intercesión
de los santos y la práctica de la caridad “que cubre multitud de pecados” (1 Pe 4, 8).
EUCARISTÍA Y PENITENCIA
- La lectura de la sagrada escritura, la oración de la Liturgia de las horas, y del Padre Nuestro, todo
acto sincero de culto o piedad, reavivan en nosotros el espíritu de conversión y de penitencia y
contribuye al perdón de nuestros pecados.
- Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico, son momentos fuertes de la
práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son especialmente apropiados por los ejercicios
espirituales, las peregrinaciones, las liturgias penitenciales, las privaciones voluntarias como el
ayuno y la limosna.
- El pecado es ante todo, ofensa a Dios, ruptura de la comunión con El. Al mismo tiempo, atenta
contra la comunión con la Iglesia. Por eso, la conversación implica a la vez el perdón de Dios y la
reconciliación con la Iglesia, que es lo que expresa y realiza litúrgicamente el Sacramento de la
Penitencia y de la Reconciliación (LG 11).
- Cristo ha querido que toda su Iglesia, tanto en su oración como en su vida y su obra fuera el signo
y el instrumento del perdón y de la reconciliación, que nos adquirió al precio de su sangre. Sin
embargo confió el ejercicio del poder de absolución al ministerio apostólico, que está encargado
del “Ministerio de la reconciliación” (2 Co 5, 18).
El apóstol es enviado”en nombre de Cristo” y “es Dios mismo” quien, a través de él exhorta y
suplica. “Dejaos reconciliar con Dios” (2 Co 5, 20).
- Durante su vida pública, Jesús no sólo perdonó los pecados, sino que también, manifestó el efecto
de este perdón. Jesús admite a los pecadores a su mesa, más aún, el mismo se sienta a su
mesa, gesto que expresa de manera conmovedora, a la vez, el perdón de Dios (Lc 15), y el
retorno al seno del pueblo de Dios (Lc 19, 9).
- Jesús al hacer partícipes a los apóstoles de “perdonar los pecados, el Señor les da también la
autoridad de reconciliar a los pecadores con la Iglesia. Esto se expresa en las palabras de Cristo a
Simón Pedro: “a ti te daré las llaves del Reino de los cielos, y lo que ates en la tierra quedará
atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, quedará desatado en los cielos “ mt 16, 19).
“Está claro que también el Colegio de los apóstoles, unido a su cabeza (Mt 18, 18; 28, 16 –
29),recibió la función de atar y desatar dada a Pedro (Mt 16, 19)” (LG 22).
- A lo largo de los siglos, la forma concreta según la cual la Iglesia ha ejercido este poder recibido
del Señor, ha variado mucho.
Durante los primeros siglos, los que habían cometido pecados graves, después del Bautismo,
(idolatría, homicidio, adulterio), la reconciliación estaba vinculada a una disciplina muy rigurosa,
según la cual los penitentes debían hacer penitencia pública por sus pecados, a menudo por largos
años, antes de recibir la reconciliación, y sólo era admitido raramente y en algunas veces una vez en
la vida.
Hoy en cambio, se hace ante el sacerdote y en secreto y el Sacramento puede ser reiterativo.
a) La Contricción.-
- Entre los actos del penitente, la contricción aparece en primer lugar. Es un “dolor del alma y una
detestación del pecado cometido, y con la resolución de no volver a pecar (Cc de Trento: DS
1676).
- Se llama “contricción perfecta”, cuando brota del amor de Dios. Esta contricción perdona todas
las faltas veniales; obtiene también el perdón de los pecados mortales, si comprende la firme
resolución de recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental (Cc de Trento: DS
1677).
- Por la confesión, el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable, asume su
responsabilidad y por ello se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia.
- La confesión de los pecados hecha al sacerdote, constituye una parte esencial del sacramento de
la penitencia; “En la confesión, los penitentes deben enumerar todos los pecados mortales de
que tienen conciencia tras haberse examinado seriamente (Ex 20, 17; Mt 5, 28).
- Según el mandamiento de la Iglesia, “Todo fiel llegado a la edad del uso de razón, debe
confesarse por lo menos una vez al año, los pecados graves de que tiene conciencia” (CIC Con
989; DS 1683; 1708).
“Quien tenga conciencia de hallarse en pecado grave que no celebre misa ni comulgue al cuerpo
de Cristo sin acudir antes a la confesión sacramental, a no ser que concurra un motivo grave y no
haya posibilidad de confesarse.......(CiC can 916, Cc de Trento: DS 1647; 1661; Cceo can 711).
- Los niños deben acceder al Sacramento de la penitencia antes de recibir por primera vez la
Sagrada Comunión (CIC 914).
- Sin ser estrictamente necesaria, la confesión de los pecados veniales, se recomienda vivamente
por la Iglesia. (Cc de Trento: DS 1680; CIC 988, 2).
c) La Satisfacción
Muchos pecados cusan daño al prójimo. Es preciso hacer lo posible para repararlo (por ejemplo:
restituir las cosas robadas, restablecer la reputación del que ha sido calumniado, compensar las
heridas) Pero además, el pecado hiere y debilita al pecador mismo, así como sus relaciones con Dios
y el prójimo. La absolución quita el pecado pero no remedia todos los desórdenes que el pecado
- Puesto que Cristo confió a sus apóstoles el misterio de la reconciliación (Jn 20, 23; 2 co 5, 18), los
Obispos, sus sucesores y los presbíteros, colaboradores de los obispos, continúan ejerciendo este
ministerio.
- El perdón de los pecados reconcilia con Dios y también con la Iglesia. El Obispo cabeza visible de
la Iglesia particular, es considerado, por tanto, desde los tiempos antiguos como el que tiene
principalmente el poder y el ministerio de la reconciliación: es el moderador de la disciplina
penitencial (LG 26). Los presbíteros, sus colaboradores, lo ejercen en la medida en que han
recibido la tarea de administrarlo, ya sea de su Obispo, ya sea del papa o a través del derecho de
la Iglesia (CIC can 344; 967 – 969, 972; CCEO can 722; 3 – 4).
- Cuando celebra el Sacramento de la penitencia, el sacerdote ejerce el ministerio del Buen Pastor
que busca la oveja perdida, el Buen Samaritano que cura las heridas, el padre que espera al hijo
pródigo, etc. En una palabra, el Sacerdote es el signo y el instrumento del amor misericordioso
de Dios con el pecador.
- El confesor no es dueño, sino el servidor del perdón de Dios. El ministro de este sacramento,
debe unirse a la intención y a la caridad de Cristo (PO13).
- Dada la delicadeza y la grandeza de este ministerio, y el respeto debido a las personas, la Iglesia
declara que todo sacerdote que oye confesiones está obligado a guardar secreto absoluto sobre
los pecados que sus penitentes le han confesado, bajo penas muy severas (CIC Ca 1388, 1;
CCEO Can 1456). Este secreto que no admite excepción, se llama “siglo sacramental”, porque lo
que el permitente ha manifestado al Sacerdote, queda “sellado” por el sacramento.
- “Toda la virtud de la penitencia reside en que nos restituye a la gracia de dios y nos une con El
con profunda amistad” (Catech. R.2,5,18)”. El fin y el efecto de este sacramento son, pues, la
reconciliación con Dios.
El sacramento de la reconciliación con Dios, produce una verdadera “resurrección espiritual” una
restitución de la dignidad y de los bienes de la vida de los hijos de Dios, el más precioso de los cuales
es la amistad de Dios (Lc 15, 32).
- Este sacramento, reconcilia con la Iglesia penitente. El pecado menoscaba o rompe la comunión
fraterna. El sacramento de la Penitencia lo repara o lo restaura. Pero, no cura solamente al que
se reintegra en la comunión eclesial, tiene también un efecto vivificante sobre la vida de la
Iglesia, que ha sufrido por el pecado de uno de sus miembros (1 Co 12, 26).
LAS INDULGENCIAS
“Es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa,
que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia,
la cual, como administrador de la Redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las
satisfacciones de Cristo y de los Santos”.
- Todo fiel, puede ganar indulgencias para si mismo o aplicarlos por los difuntos, a manera de
sufragio.
Para entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia, es preciso recordar que el pecado tiene una
doble consecuencia. El pecado grave, nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace
incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama “pena eterna” del pecado.
En segundo lugar, todo pecado, incluso el venial, entraña apego desordenado a las criaturas que
tienen necesidad de purificación, de aquí abajo o sea después de la muerte. Esta purificación, libera
de lo que se llama la “pena temporal” del pecado.
Una conversión que procede de una ferviente caridad puede llegar a la total purificación del pecador,
de modo que no subsistiría ninguna pena (Cc de Trento: DS 1712 – 1713; 1820).
El cristiano que quiere purificarse de su pecado y santificarse con ayuda de la gracia de dios, no se
encuentra solo. “La vida de cada uno de los hijos de Dios, está ligada de una manera admirable en
Cristo y por Cristo, con la vida de todos los hermanos, cristianos, en la unidad sobrenatural del
cuerpo místico de Cristo, como una persona mística (Pablo VI, const. Ap. “Indulgentiarum doctrina”,
S).
- En la comunión de los Santos, por consiguiente, “existe entre los fieles- tanto entre quienes ya
son bienaventurados, como entre los que expían en el purgatorio o los que peregrinan todavía en
la tierra- un constante vínculo de amor y abundante intercambio de todos los bienes” (Pablo VI
ibid). En este intercambio admirable, la santidad de unos aprovecha a otros, más allá del daño
del pecado de uno pudo causar a los demás.
- Estos bienes espirituales de la comunión de los Santos, los llamamos también el “tesoro de la
Iglesia, que es el valor infinito e inagotable que tienen ante Dios las expiaciones y los meritos de
Cristo nuestro Señor, ofrecidos para que la humanidad quedara libre del pecado y llegase a la
comunión con el Padre. Sólo en Cristo, se encuentran en abundancia las satisfacciones y los
méritos de su redención (Hb 7, 23 – 25; 9, 11 – 28).
Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue
concedida por Cristo Jesús, interviene a favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 72
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
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Cristo y de los Santos para obtener la misericordia de Dios, la remisión de las penas temporales
debidas por sus pecados.
- Como todos los sacramentos, la Penitencia es una acción litúrgica. Ordinariamente los elementos
de su celebración son: saludo y bendición del sacerdote, lectura de la Palabra de Dios, para
iluminar la conciencia y suscitar la contricción, y exhortación al arrepentimiento; la confesión
que reconoce los pecados y los manifiesta al Sacerdote; la imposición y la aceptación de la
penitencia; la absolución del Sacerdote; alabanza de acción de gracias y despedida con la
bendición del Sacerdote.
- “La confesión individual e íntegra y la absolución, continúan siendo el único modo ordinario para
que los fieles se reconcilien con Dios y la Iglesia, a no ser que una imposibilidad física o moral
excuse de este modo la confesión (OP 31).
CUESTIONARIO
BIBLIOGRAFÍA:
LG : LUMEN GENTIUM
DS : DENZINGER – SCHONMETEZER
Catech R : CATECISMO ROMANO
Cs : CONCILIO
Cic : CODEES IURIS CANONICI
CCEO : CORPUS CANONUM ECCLESIARUM
PO : PRESBYTERORUM ORDINIS
OBJETIVO:
Comprender, que a través de este sacramento, así como en la oración de los presbíteros, toda la
iglesia entera, encomienda a los enfermos al señor sufriente y glorificado par que los alivie y salve.
Entre los problemas más grandes que aquejaron a la humanidad, siempre se han contado a la
enfermedad y al sufrimiento. En la enfermedad, el hombre experimenta su impotencia, sus límites y
su finitud (su término).
El hombre, del Antiguo Testamento, vive la enfermedad de cara a Dios, Ante Dios se lamenta por su
enfermedad ( Sal 38) y de El, que es el Señor de la vida y de la muerte, implora la curación (Sal 38,
5; 39, 9-12) y el perdón de Dios inaugura la curación (Sal 32, 5; 107, 20; Mc 2, 5 –12). Israel
experimenta que la enfermedad, de una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal y que la
fidelidad de Dios, según su ley, devuelve la vida: “Yo el Señor soy el que te sana” (Ex 15, 26). El
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 74
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
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profeta entrevé que el sufrimiento puede tener también un sentido redentor por los pecados de los
demás (Is 53, 11).
d) Cristo médico
La compasión de Cristo hacia los enfermos y sus numerosas curaciones de enfermos de toda clase
(Mt 1,24) Son un signo maravilloso de que “Dios a visitado a su pueblo” (Lc 7, 16)) y de que el
Reino de Dios está muy cerca. Jesús no tiene solamente poder para curar las enfermedades, sino
también para perdonar los pecados (Mc 2, 5-12); vino a curar al hombre entero, alma y cuerpo. Su
compasión hacia todos los que sufren, llega hasta identificarse con ellos: “Estuve enfermo y me
visitasteis” (Mt 25, 36).
-A menudo, Jesús pide a los enfermos que crean (Mc 5,34, 36; 9, 23). Se sirve de signos para curar:
Saliva e imposición de manos (Mc 7, 32-36; 8, 22-25) barro y ablución (Jn 9, 65).
Los enfermos tratan de tocarlo (Mc 1, 41; 3, 10; 6, 56), “pues salía de El una fuerza que los curaba
a todos” (Lc 6,19) Así en los sacramentos, Cristo continúa “tocándonos” para sanarnos.
-Conmovido por tantos sufrimientos, Cristo no sólo se deja tocar por los enfermos, sino que hace
suyos sus miserias; “El tomó nuestras enfermedades” (Mt 8, 17; Is 53,4). Sus curaciones eran
signos del “Reino de Dios”. Anunciaban una curación más radical: la victoria sobre el pecado y la
muerte por su Pascua. En la Cruz, Cristo tomó sobre sí todo el peso del mal (Is 53, 4-6) y quitó el
“pecado del mundo” (Jn 1, 29), del que la enfermedad no es sino una consecuencia.
Por su pasión y su muerte en la Cruz, Cristo dio un sentido nuevo al sufrimiento: desde entonces,
éste nos configura con El y nos une a su pasión redentora.
-Cristo invita a sus discípulos a seguirle, tomando a su vez su cruz (Mt 10, 38). Siguiéndole
adquieren una nueva visión sobre la enfermedad y sobre los enfermos. Jesús los asocia a su vida
pobre y humilde. Les hace participar de su misterio de compasión y de curación; “Y yéndose de allí,
predicaron que se convirtieran; expulsan a muchos demonios y ungían con aceite a muchos
enfermos y los curaba (Mc 6, 12-13).
-El Señor resucitado renueva este envío (“En mi nombre....impondrán las manos sobre los enfermos y
se pondrán bien” Mc 16, 17-18) y lo confirma con los signos que la Iglesia realiza invocando a su
nombre (Hch 9, 34; 14, 13).
Estos signos manifiestan de una manera especial, que Jesús es verdaderamente “Dios que Salva”
(Mt 21; Hch 4, 12).
-El Espíritu Santo, da a algunos, un carisma especial de curación (1 Co 12,9, 28-30) para manifestar
la fuerza de la gracia del Resucitado. Sin embargo, ni siquiera las oraciones más fervorosas obtienen
la curación de todas las enfermedades. Así San Pablo aprende del Señor que “mi gracia te basta, que
mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza” (2 Co 12, 9), y que los sufrimientos que tengo que
padecer, tienen como sentido lo siguiente: “completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de
Cristo, a favor de su Cuerpo, que es la Iglesia” (col 1, 24).
El Señor dio el mandato a la Iglesia: “¡Sanad a los enfermos! La Iglesia a intentado cumplir con este
mandato e intenta realizarla, tanto mediante los cuidados que proporciona al enfermo, como por la
oración de intercesión con la que los acompaña.
La Iglesia cree firmemente, en la presencia vivificante de Cristo, médico de las almas y de los
cuerpos. Esta presencia, actúa particularmente a través de los sacramentos, y de manera especial
por la Eucaristía, pan que da la vida eterna. (Jn 6, 54, 58). Y cuya conexión espiritual insinúa San
Pablo (12 Co 11-30).
-La Iglesia apostólica, tuvo un rito propio a favor de los enfermos, atestiguado por Santiago: “?Está
enfermo alguno de vosotros? Llamé a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre el y le unjan con
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 75
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óleo en el nombre del Señor y la oración de la fé salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante y
si hubiera cometido pecados, le serán perdonados” (St 5, 14-15). La Tradición ha reconocido en este
rito uno de los siete sacramentos de la Iglesia (DS 216; 1324-1325: 1695-1696; 1716-1717).
-La Iglesia cree y confiesa que, entre los siete Sacramentos, existe un sacramento especial destinado
a reconfortar a los atribulados por la enfermedad: la Unción de los enfermos.
Esta unción Santa de los enfermos fue instituida por Cristo nuestro Señor como un sacramento del
Nuevo Testamento, verdadero y propiamente dicho insinuado por Marcos (Mc 6,13) y recomendado
a los fieles y promulgado por Santiago, apóstol y hermano del Señor (St 5, 14-15) (Cc de Trento :
DS 1695).
-En la tradición litúrgica, tanto en Oriente como en occidente, se poseen desde la antigüedad,
testimonio de unciones de enfermos practicadas con aceite bendito. En el transcurso de los siglos,
la Unción de los enfermos, fue conferida, cada vez más exclusivamente, a los que estaban a punto de
morir. A causa de esto, había recibido el nombre de “Extrema Unción” A pesar de esta evolución.
La liturgia nunca dejó de orar al Señor a fin de que el enfermo pudiera recobrar su salud. Si así
convenía a su Salvación.
“Por esta Santa Unción y por su bondadosa Misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu
Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad” (CIC
can 847,1).
-La unción de los enfermos, “no es un sacramento sólo para aquellos, que están a punto de morir.
Por eso, se considera tiempo oportuno para recibirlo, cuando el fiel empieza a estar en peligro de
muerte por enfermedad o vejez” (SC 73; CIC can 1004, 1; 1005; 1007; CCEO can 738).
-Si un enfermo que recibió la unción recupera la salud, puede, en caso de enfermedad grave, recibir
de nuevo este sacramento. En el curso de la misma enfermedad se agrava. Es apropiado recibir
este sacramento, antes de una operación importante. Del mismo modo puede aplicarse a las
personas de edad avanzada cuyas fuerzas se debilitan.
-Solo los sacerdotes (Obispos y presbíteros) son ministros de la unción de los enfermos (Cc de
Trento; Ds 1697; 1719; CIC can 1003; CCEO can 734, 1). Es deber de los pastores, instruir a los
fieles sobre los beneficios de este sacramento. Los fieles deben animar a los enfermos a llamar al
Sacerdote para recibir este Sacramento.
Los enfermos deben prepararse para recibirlo en buenas disposiciones, con la ayuda de su pastor y
de toda la comunidad eclesial.
-Como todos los Sacramentos, la unción de los enfermos se celebra de forma litúrgica y comunitaria
(SC 27), que tiene lugar en familia, en el hospital o en la Iglesia, para un solo enfermo o para un
grupo de enfermos. Es muy conveniente que se celebre dentro de la Eucaristía, memorial de la
Pascua del Señor. Si las circunstancias la permiten, la celebración de este sacramento puede ir
precedida del Sacramento de la Penitencia y seguida del Sacramento de la Eucaristía.
-Palabra y Sacramento, forman un todo inseparable. Las Palabras de Cristo y el Testimonio de los
Apóstoles suscitan la fe del enfermo y de la comunidad para pedir al Señor la fuerza de su Espíritu.
-La celebración del Sacramento comprende principalmente estos elementos: “Los presbíteros de la
Iglesia” (St 5,14) imponen – en silencio- las manos a los enfermos; oran por los enfermos en la fe
de la Iglesia (st 5, 15); es la epiclesis...? propia de este sacramento; luego ungen al enfermo con
óleo bendecido; si es posible, por el Obispo.
Estas acciones litúrgicas indican la gracia que este sacramento confiere a los enfermos.
-Un don particular del Espíritu Santo. La gracia primera de este Sacramento es una gracia de
consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad. Esta
gracia es un don del Espíritu Santo que renueva la confianza y la fe en Dios y fortalece contra las
tentaciones del maligno, especialmente tentación de desaliento y de angustia ante la muerte (Hb
2,15). Esta asistencia del Señor por la fuerza de su Espíritu, quiere conducir al enfermo a la curación
del alma; pero también a la del cuerpo, si tal es la voluntad de Dios (Cc de Florencia: DS 1325).
Además si hubiera cometido pecados, les serán perdonados (St 5, 15; Cc Trento; DS 1717).
-La unión a la pasión de Cristo. Por la gracia de este Sacramento, el enfermo recibe la fuerza y el don
de unirse más íntimamente a la Pasión de Cristo; en cierta manera, es consagrado para dar fruto por
su configuración co la pasión redentora del Salvador. El sufrimiento, secuela del pecado original,
recibe un sentimiento nuevo, viene a ser participación en la obra salvífica de Jesús.
-Una gracia eclesial. Los enfermos que reciben este Sacramento, uniéndose libremente a la pasión y
muerte de Cristo, contribuyen al bien del Pueblo de Dios. (L.G 16 94).
-A los que van a dejar esta vida, la Iglesia ofrece, además de la unción de los enfermos, la Eucaristía
como viático. Recibida en este momento del paso hacia el Padre, la Comunión del cuerpo y la sangre
de Cristo. Tiene una significación y una importancia particulares, Es semilla de vida eterna y poder
de Resurrección, según las palabras del Señor: El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna y yo lo resucitaré el último día (Jn 6, 54).
Puesto que es Sacramento de Cristo muerto y resucitado, la Eucaristía es aquí sacramento del paso
de la muerte a la vida, de este mundo al Padre (Jn 13, 1).
-Así como los sacramentos del bautismo de la Confirmación y de la Eucaristía, constituyen una
unidad llamada “los sacramentos de la iniciación cristiana”, se pueden decir que la Penitencia, la
Santa Unción y la eucaristía, en cuanto viático, constituyen, cuando la vida cristiana toca a su fin,
“los sacramentos que preparan para entrar en la Patria” o los Sacramentos que cierran la
peregrinación.
BIBLIOGRAFÍA
DS : DENZINGER - SCHONMETZER
SC : SACROSANCTUM CONCILIUM
CIC: CODEES IURIS CANONICI
CCEO: CORPUS CANONUN ECCLESIARUM
CUESTIONARIO
______________________los _________________.
_____________redentora.
______________________.
________________________.
9. A los que van a dejar esta _____________la Iglesia ofrece, además de la unción, la _____________
como ______________.
OBJETIVO:
Lograr que tomemos conciencia, que gracias a este Sacramento, la misión confiada por Cristo a
sus apóstoles, sigue siendo ejercida por la Iglesia hasta el fin de los tiempos.
EL NOMBRE
También reciben este nombre de ordo, otros grupos: los catecúmenos, las vírgenes, los esposos,
las viudas. Hoy la palabra “ordinatio”, está reservada al acto sacramental que incorpora al orden
de los Obispos, de los presbíteros y de los diáconos, y que va más allá de una simple elección,
designación, delegación o institución por la comunidad, pues confiere un don del Espíritu Santo
que permite ejercer un poder sagrado”, que sólo puede venir de Cristo, a través de su Iglesia.
El sacerdocio de la Antigua Alianza El pueblo elegido por Dios, fue constituido como “un reino de
sacerdotes y una nación consagrada” (Ex 19, 6; Is 61,6). Pero dentro del pueblo de Israel, Dios
escogió una de las doce tribus, la de LEVI para el servicio litúrgico (Nm 1, 48-53); Dios mismo
es la parte de su herencia (Jos 13, 33). Un rito propio, consagró los orígenes del sacerdocio de la
antigua Alianza (Ex 29, 1-30; Lv 8). En ella, los sacerdotes fueron establecidos “para intervenir
a favor de los hombres en lo que se refiere a dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados
(Hb 5, 1).
-Pero este sacerdocio, era incapaz de realizar la salvación, por lo que tenía necesidad de repetir
una y otra vez los sacrificios, y no podía alcanzar una santificación definitiva (Hb 5,3; 7, 27; 10,
1-4), que sólo podría ser lograda por el Sacrificio de Cristo.
-La liturgia de la Iglesia, ve en el sacerdocio de Aarón y en el servicio de los Levitas, así como en
la institución de los 70 “ancianos” (Num 11, 24-25), prefiguraciones del ministerio ordenado de la
Nueva Alianza.
-El sacrificio redentor de Cristo, es único, realizado una vez por todas. Y por esto, se hace
presente en el Sacrificio Eucarístico de la Iglesia. Lo mismo acontece con el único sacerdocio de
Cristo: Se hace presente por el Sacerdocio Ministerial, sin que con ello se quebrante la unicidad
-Cristo, Sumo Sacerdote y único mediador, ha hecho de la Iglesia “un reino de Sacerdotes para su
Dios y Padre” (Ap 1, 6; Ap 5, 9-10; 1 P 2, 5.9). Toda la comunidad de los creyentes es, como
tal, sacerdotal. Los fieles ejercen su Sacerdocio bautismal, a través de su participación, cada uno
según su vocación propia, en la misión de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey..
Por los sacramentos del Bautismo y la Confirmación, los fieles son “consagrados para ser...un
sacerdocio Santo” (LG 10).
-El Sacerdocio ministerial o jerárquico de los obispos y de los presbíteros, y el sacerdocio común
de los fieles, “aunque su diferencia es esencial y no sólo en grado, están ordenados el uno al
otro; ambos, participan, a su manera, del único sacerdocio de Cristo” (LG 10) ¿En qué sentido?
Mientras el Sacerdocio común de los fieles se realiza en el desarrollo de la gracia bautismal (vida
de fe, de esperanza, y de caridad, vida según el Espíritu), el sacerdocio ministerial está al
servicio del sacerdocio común en orden al desarrollo de la gracia bautismal de todos los
Cristianos. Es uno de los medios por los cuales Cristo no cesa de construir y de conducir su
Iglesia, Por esto es transmitido mediante un Sacramento propio, el Sacramento el Orden.
-En el servicio eclesial del ministerio ordenado, es Cristo mismo quien está presente en su Iglesia
como Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebaño, sumo Sacerdote del Sacrificio redentor, Maestro
de la Verdad. Es lo que la Iglesia expresa al decir que el sacerdote, en virtud del sacramento de
la Orden, actúa “in persona Christi Capitis” (LG 10; 28; SC 33; CD 11; PO 2,6).
-Por el Ministerio ordenado, la presencia de Cristo como cabeza de la Iglesia se hace visible en
medio de la comunidad de los creyentes.
-Esta presencia de Cristo en el ministro, no debe ser entendida como si este estuviese libre de
todas las flaquezas humanas, del afán de poder, de errores, es decir del pecado. En los
Sacramentos, esta garantía si está dada, de modo que si quisiera el pecado del ministro puede
impedir el fruto de la gracia.
-Este sacerdocio es ministerial, “Esta función, que el Señor confió a los Pastores de su pueblo, en
un verdadero servicio” (LG 24). Esta enteramente referido a Cristo y a los hombres. Depende
totalmente de Cristo y de su Sacerdocio único, y fue instituido a favor de los hombres y de la
comunidad de la Iglesia. El sacramento del Orden comunica un “poder sagrado”, que no es otro
que el de Cristo.
-El sacerdocio ministerial no tiene solamente por tarea representar a Cristo – cabeza de la Iglesia
– ante la asamblea de los fieles, actúa también en nombre de toda la Iglesia, cuando presenta a
Dios la oración de la Iglesia (SC 33) y sobre todo cuando ofrece el sacrificio Eucarístico (LG 10).
-El ministerio eclesiástico instituido por Dios, está ejercido en diversos ordenes que ya desde
Antiguo reciben los nombres de “Obispos, Presbíteros y Diáconos” (LG18).
La doctrina católica, enseña que los grados de participación Sacerdotal (episcopado y presbíteros)
y el grado de servicio (diaconado), son los tres conferidos por un acto sacramental llamado
“ordenación, es decir, por Sacramento del Orden.
-Entre los diversos ministerios que existen en la Iglesia, ocupa el primer lugar el ministerio de los
Obispos que a través de una sucesión que se remonta hasta el principio, son los trasmisores de
la semilla apostólica (LG”=).
-Para realizar estas funciones tan sublimes, los apóstoles se vieron enriquecidos por Cristo con la
venida especial del Espíritu santo, que descendió sobre ellos. Ellos mismos comunicaron a sus
colaboradores, mediante la imposición de las manos, el don espiritual que se ha transmitido hasta
nosotros en la Consagración de los Obispos” (LG21).
-La Consagración episcopal confiere, junto con la función de santificar, también las funciones de
enseñar y gobernar.
-La función ministerial de los Obispos, en grado subordinado, fue encomendada a los presbíteros
para que, constituidos en el orden del presbiterado, fueran los colaboradores del Orden episcopal,
para realizar adecuadamente la misión apostólica confiada por Cristo” (PO 1).
-“El ministerio de los presbíteros, por estar unido al Orden episcopal, participa de la autoridad
con la que el propio Cristo construye, Santifica y gobierna su Cuerpo. Por eso, el sacerdocio de
los presbíteros supone ciertamente los sacramentos de la iniciación cristiana. Sin embargo, por
aquel sacramento peculiar, mediante acción del Espíritu Santo, los sacerdotes quedan marcados
con un carácter especial. Así quedan identificados con Cristo Sacerdote, de tal manera que
puedan actuar como representantes de Cristo Cabeza” (PO 2).
Los presbíteros aunque no tengan la plenitud del sacerdocio y dependan de los Obispos en el
ejercicio de sus poderes, sin embargo están unidos a estos en el honor del sacerdocio y en virtud
del Sacramento del Orden, quedan consagrados como verdaderos sacerdotes de la Nueva
Alianza, a imagen de Cristo, sumo y eterno sacerdote (Hb 5, 1-10; 7, 24; 9, 11-28), para
anunciar el Evangelio a los fieles para dirigirlos y celebrar el culto divino (LG 28).
-“En el grado inferior de la jerarquía, están los diáconos, a los que se les impone las manos, para
realizar un servicio y no para ejercer el Sacerdocio” (LG 29; CD 15). En la ordenación al
diaconado, sólo el Obispo impone las manos, significado así que el diácono está especialmente
vinculado al Obispo, en las tareas de su “diaconía” (sa Hipólito, Trad. Ap 8).
-Los diáconos participan de una manera especial en la misión y la gracia de Cristo (LG 41; AA
16). El Sacramento del Orden marcó con un sello (carácter ) que nadie puede hacer desaparecer
y que los configura con Cristo que se hizo “diácono”, es decir, servidor de todos (Mc 10, 45; Lc
22, 27; San Policarpo, ep 5, 2). Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al Obispo y
a los Presbíteros en la celebración de los divinos misterios, sobre todo de la Eucaristía y en la
distribución de la misma, asistir a la bendición del matrimonio y bendecirlo, proclamar el
Evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad (LG
29; SC 35, 4; AG 16).
-Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia Latina, ha restablecido el diaconado “como un grado
particular dentro de la jerarquía” (LG 29). Este Diaconado permanente que puede ser conferido
a hombres casados, constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia.
-El rito esencial del Sacramento del Orden está constituido para los 3 grados, por la imposición
de manos del obispo sobre la cabeza del ordenado, sí como por una oración consagratoria
específica que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio
para el cual el candidato es ordenado (Pio XII, cosnt. Ap. “Sacramentun ordinis”: DS 3858).
Fue Cristo quien eligió a los apóstoles y les hizo partícipes de su misión y su autoridad. Elevado a
la derecha del Padre, no abandona a su rebaño, sino que lo guarda por medio de los apóstoles
bajo su constante protección y lo dirige también mediante estos mismos pastores que continúan
hoy su obra (MR Prefacio de Apóstoles). Por tanto, es Cristo “quien da” a unos el ser apóstoles,
a otros pastores (EF 4, 11). Sigue actuando por medio de los Obispos (LG 21).
-Dado que el sacramento del Orden, es el sacramento del ministerio apostólico, corresponde a los
Obispos, en cuanto Sucesores de los apóstoles, transmitir “el don espiritual” (LG 21), “la semilla
apostólica” (LG “)). Los Obispos validamente ordenados, es decir, que están en la línea de la
sucesión apostólica, confieren validamente los 3 grados del sacramento del Orden (DS 794 y 802;
CIC can 1012; CCEO can 744; 747).
-“Sólo el varón (“vir”) bautizado recibe validamente la Sagrada ordenación “ (CIC can 1024). El
Señor Jesús eligió a hombres (“viri”) para formar el colegio de los doce apóstoles (Mc 3, 14-19;
Lc 6, 12-16), y los apóstoles hicieron lo mismo cuando eligieron a sus colaboradores (1 Tim 3, 1-
3; 2 Tim 1, 6; Tt 1, 5-9) que les sucederían en su tarea (San clemente Romano, cor 42, 4; 44, 3).
El colegio de los Obispos, con quienes los Presbíteros están unidos en el sacerdocio, hace
presente y actualiza, hasta el retorno de Cristo, el colegio de los doce, la Iglesia se reconoce
vinculada por esta decisión del Señor. Esta es la razón por la que las mujeres no reciben la
ordenación (Juan Pablo II, NID 26-27; CDF decl. “Inter. Insigniores”; AAS 69 (1977), 98-16).
-Nadie tiene el derecho de recibir el sacramento del Orden. En efecto, nadie se arroga para sí
mismo este oficio. Al sacramento, se es llamado por Dios (Hb 5, 4). El que sienta este llamado
de Dios, debe someter humildemente su deseo, a la autoridad de la Iglesia, a la que corresponde
la autoridad y el derecho de llamar a recibir este Sacramento. Como toda gracia, el Sacramento
sólo puede ser recibido como un don inmerecido.
-Todos los ministros ordenados de la Iglesia Latina, a excepción de los diáconos permanentes;
son elegidos ordinariamente entre hombres creyentes que viven como célibes y que tienen la
voluntad de guardar el celibato “por el reino de los cielos” (Mt 19, 12). Llamados a consagrarse
totalmente al Señor y a sus “cosas” (1 Cor 7, 32), se entregan enteramente a Dios y a los
hombres. El celibato es un signo de esta vida nueva al servicio de la cual es consagrado el
ministro de la Iglesia; aceptado con un corazón alegre, anuncia de modo radiante el Reino de
Dios (PO 16).
-El carácter indeleble Este sacramento configura con Cristo mediante una gracia especial del
Espíritu Santo, a fin de servir de instrumento de Cristo a favor de su Iglesia. Por la ordenación,
recibe la capacidad de actuar como representante de Cristo, cabeza de la Iglesia, en su triple
función de sacerdote, profeta y rey.
-Puesto que Cristo es quien actúa y realiza la salvación a través dl ministro ordenado, la
indignidad de éste (del ministro), no impide a Cristo actuar (Cc. De Trento; DS 1612; 1154).
-Para el Obispo es en primer lugar, una gracia de fortaleza: la de guiar y defender con fuerza y
prudencia a su iglesia como Padre y Pastor, con amor gratuito para todos y con predilección por
los pobres, los enfermos y los necesitados (CD 13 y 16). Esta gracia le impulsa a anunciar el
Evangelio a todos, a ser el modelo de su rebaño, a precederlo en el camino de la Santificación,
identificándose en la Eucaristía con Cristo, sacerdote y Víctima, sin miedo a dar la vida por sus
ovejas.
-El don espiritual que confiere la ordenación presbiteral, es la de anunciar el Evangelio de realizar
el ministerio de la palabra verdad de ofrecer a Dios dones y sacrificios espirituales, de reconocer
el pueblo de Dios, mediante el baño de regeneración.
-Los diáconos, fortalecidos con la gracia del Sacramento, en comunión con el Obispo y sus
presbíteros, están al servicio del Pueblo de Dios en el Ministerio de la Liturgia, de la palabra y de
la caridad” (LG 29).
BIBLIOGRAFÍA:
CUESTIONARIO
6. El rito esencial del Sacramento del orden, está _______________, para los 3 grados, por la
_____________
son elegidos entre hombres __________________,que viven como ____________________y que tienen
la
TEMA 8; MATIMONIO
OBJETIVO:
Descubrir que el matrimonio es una de las realidades humanas más importantes y ricas de la vida,
aún configurado de una u otra forma existió siempre y en todos los lugares, como la forma más
común y excelencia de convivencia y amor de generación y propagación, de realización personal y
social.
Hombre y mujer Dios lo creo, este acto de creación no es individualista o solitario, es una creación de
dos para formar una sola carne, el hombre total no existe como varón o como mujer solos sino como
varón mujer, como masculino – femenino.
El hombre y la mujer al ser llamados a ser imagen de Dios representan el amor, la comunión, la
fidelidad y la fuerza creadora de Dios, no sólo es portavoz de la imagen de Dios sino también
presenciador del Dios vivo, generador de otras imágenes de Dios por los hijos.
No solo es una realidad querida por Dios, es también una exigencia, una necesidad de vocación del
hombre para su realización plena.
El amor abarca al hombre en su totalidad y este se puede expresar de una u otra forma, lo cierto es
que sin amor no hay verdadero matrimonio. Este amor no excluye ningún aspecto de la persona
humana sino que abarca a la persona total; Sentimiento y voluntad, cuerpo y espíritu, sexo,
personalidad y celebración.
La mutua e incondicional aceptación con nuestras cualidades defectos, lo positivo lo negativo, las
alegrías y las penas, el pasado y el presente y el futuro de aquel a quien se ama.
Dios no puede estar ausente en la obra de sus manos por ello la relación de pareja abierta y
transparente, llena de amor, vivido en la presencia de Dios, será como el “Grito de Dios” desde las
fibras más hondas y las inclinaciones más profundas del ser humano.
Es cierto que como sacramento tiene las mismas características de todos los sacramentos de la
Iglesia; instituido por Cristo, es un signo externo en si mismo, significa y comunica la gracia
haciendo presente el ministerio del amor de Cristo a la Iglesia. Pero de modo especial pues distinto a
los demás sacramentos veamos:
Respecto a la institución Cristo lo ha instituido pero en forma original, porque en si ya fue instituido
en la creación, entonces lo que ha hecho Cristo es elevarlo a sacramento, dándole su pleno sentido
haciéndolo un signo de amor que se ha manifestado y realizado en su ministerio pascual.
En cuanto “signo externo” el matrimonio también es especial; no tiene un material sensible como
signo tal como sucede por ejemplo; con el pan y vino de la Eucaristía.
El signo verdadero del matrimonio es la misma realidad humana del hombre y la mujer,
expresándose su amor y compromiso, con las palabras, el consentimiento, los anillos.
Sobre el ministro del sacramento, no es el sacerdote quien lo otorga sino son los mismos esposos, los
ministros porque son ellos los que dándose y recibiéndose mutuamente se administran el sacramento
teniendo como testigo al sacerdote que es el vínculo de unión con la Iglesia y de representación del
mismo Cristo.
La gracia sacramental es especial pues no es individual como los otros sacramentos sino que el
sujeto es la pareja ósea “dos” a quienes afecta la gracia creando un vínculo de unidad siendo la
misma gracia esponsal.
Mas aun la permanencia del sacramento es continua, porque dura siempre, mientras dura el amor
expresado en los signos matrimoniales de la vida. Por ello es fuente de santificación permanente,
santificándose el uno al otro.
Los Cristianos no hemos inventado ni el matrimonio, ni el amor. Los cristianos se aman y se casan
como todos los demás hombres. Pero entiende su matrimonio y su amor de una forma nueva, porque
la viven desde una referencia y un sentido que sin negar nada de la riqueza humana, lo hace
portador de la riqueza divina y esto es así sencillamente en Cristo y desde Cristo.
No es que Cristo formulara una tesis sobre el matrimonio. Al contrario el Nuevo Testamento habla
poco del matrimonio, pero si lo suficiente para comprender el valor y el sentido que le ha dado Cristo
con sus palabras y signos y sobre todo con su muerte y resurrección.
Hoy en día la Iglesia rescata el valor positivo de la sexualidad, el erotismo, el encuentro gratificante y
el gozo entre el hombre y la mujer, sino que la teología y la moral no dudan en afirmar que esta
sexualidad y erotismo son parte integrante del sacramento del Matrimonio, porque son parte del
matrimonio mismo, porque Dios ha creado en el hombre esta realidad como algo bueno y digno, por
lo que el hombre realiza la misión y vocación que el mismo Dios le ha dado.
Gn. 1, 26-37
Gn. 2, 18-25
Mt 19,5
La Procreación
Gn 1,28
Gn 29,32
Compañerismo amoroso
Gn 2,18-24
Monogánico
Mt 19,5
1 Tt 3,5
CUESTIONARIO
una______________________.
cuerpo.
6. La Unión Matrimonial será como el ___________________desde las fibras más ondas y las
inclinaciones
10. Dios ha creado en el hombre esta realidad como algo_____________________por lo que hombre
realiza la ____________________que el mismo Dios ha dado.
CONCLUSIONES
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LECTIO DIVINA(Continuación)
LA LECTURA ESTRUCTURAL
2. INTRODUCCION
Desde la antigüedad se usan diversos métodos para la lectura de la Biblia, así en la Iglesia primitiva
se usó especialmente la Lectura Alegórica (la imaginación jugaba un papel principal), la Lectura
Literal (usada particularmente en Antioquia), la lectura Histórica Crítica, etc. Hoy hay nueva manera
de estudiar los textos bíblicos: la SEMIÓTICA o análisis Estructural, que trataremos en esta clase.
El análisis Estructural o “Semiótica “ “no es bíblica, es una ciencia dedicada al estudio de los
“SIGNIFICADOS”, investiga los Sistemas de Significación que encierran las literaturas y por
consiguiente se interesa por los textos escritos, independientemente de su vinculación a tal o cual
cultura, a tal o cual período a tal o cual área geográfica.
Para la Semiótica la Biblia es un campo de estudio, una especie de subconjunto del conjunto
“Literaturas”. La Biblia presenta un gran interés por la variedad de sus géneros, por las cuestiones
tan diversas que plantea, por la riqueza de los discursos, etc.
4. OBJETIVOS
Para nosotros, los lectores de la Biblia, la Semiótica es un instrumento de trabajo valioso. El objetivo
no es una descripción científica y exaustera de la Biblia, sino realizar sobre los textos Bíblicos una
“Lectura inteligente” para lo cual nos sirve tremendamente la Semiótica – como ciencia de los
SIGNIFICADOS que nos permitirá:
a) Trabajo de Lectura
b) lectura Atenta
Se trata de leer TODO el texto hasta en sus menores detalles, ya que es la SIGNIFICACION del texto lo
que se trata de observar y de leer.
c) Lectura CONTROLADA
Toda lectura contiene propuestas o proposiciones que tienen que verificarse en el propio texto.
Nuestra lectura, se ve así “Controlada” por la regla de la Teoría Semiótica y por el texto.
4.FUNDAMENTOS DE LA SEMIÓTICA
Para entender el método de la Lectura Estructural es preciso primero conocer los fundamentos y
principios teóricos que la sustentan.
a) DEFINICIONES PREVIAS
*La SIGNIFICACIÓN es el proceso de la “producción social del sentido” en los diferentes textos que
circulan en la sociedad.
- SENTIDO (concepto indefinible) (un intento de definirlo sería: “todo aquello que fundamenta la
actividad Humana en cuanto a intencionalidad).
*Toda nuestra vida social está tejida y manifestada a través de los SIGNOS y los sistemas de signos
que son los medios a través de los cuales se produce el “sentido”.
-SIGNO es todo objeto perceptible que de alguna manera remite a otro objeto: Ej. Las señales de
tránsito, las notas musicales, las palabras el auto (Velocidad), la tiza (clase), o todo signo está
compuesto de la relación entre:
S = SIGNIFICANTE
SIGNIFICADO
Los que estudian los signos en su componente de “SIGNIFICANTE” (unidades mínimas, sistemas de
oposición, sus reglas de combinación, formas gramaticales, estilísticos, etc.), son los Lingüistas
(Plano de la Expresión).
En cambio los Semiólogos son los que estudian los “SIGNIFICADOS” o “CONTENIDOS” de los signos y
de los textos (Plano de contenido).
-En los “TEXTOS” que se produce el sentido, todo TEXTO puede ser entendido en términos de relato o
narración y en términos de Discurso simultáneamente.
c) NIVELES DE SIGNIFICACIÓN
Nosotros vamos a estudiar la Biblia desde el punto de vista de los Contenidos globales de los textos
Bíblicos Según la Semiótica el contenido global de un texto puede organizarse y describirse desde
tres niveles diferentes:
b) El nivel lógico Semántico.
c) El nivel NARRATIVO.
d) El nivel Discursivo.
5. PRINCIPIOS DE LA SEMIÓTICA
Para hacer una lectura coherente de la Biblia, debo recordar que para abordar y observar
rigurosamente los textos Bíblicos debo conocer y aplicar ciertos principios o postulados que
sustentan a la Semiótica.
Para descubrir el sentido de un texto debe considerarse la estructura del sentido producida en sí
MISMA excluyendo todo recurso a los hechos extra textos. Es decir, conviene observar el texto (Solo
el texto y nada más que el texto) prescindiendo de quienes intervienen en el diálogo y de la
situación social que los engloba, llegando a establecer la estructura pura de sentido del texto. Esta
actividad descriptiva se califica de INMANENTE.
Considerar sólo el texto en sí mismo, requiere que debo resistir a hábitos que tenemos de
reconstrucción y representación debido a nuestros conocimientos a partir de los cuales, con los datos
de la Psicología o de la Historia tendemos a “reconstruir verosímilmente” la escena o hacemos la
“referencia” que es posible confirmar con los datos de la geografía e Historia recordar que lo que
buscamos es”LA ORIGINALIDAD” la “SINGULARIDAD” del texto y no su conformidad con lo que ya
sabemos. Leer es dejarnos DESINSTALAR por el texto.
Examinar un texto según la semiótica nos lleva a considerarlo como “un Universo particular de
SIGNIFICADO” todo texto ofrece un mundo particular que recorrer, un mundo organizado por el
descubrir y contemplar.
5.2Principio Estructural
La semiótica se basa en el principio de Estructura según el cuan “NO hay sentido más que en la
diferencia y por medio de la diferencia”. Por eso se trata de Observar y medir las diferencias
pertinentes para la significación. Leer es entrar en el juego de las diferencias significantes de un
texto.
Entonces, el contenido de un texto se manifiesta sobre la base de diferencias ente varios Elementos
de SIGNIFICACIÓN (o unidades MINIMAS de sentido denominadas SEMAS) (GRANDES ----Pequeño;
ALTO/ BAJO; Enfermo/Sano, etc.). Según esta teoría, “Percibir el SENTIDO de un texto” es ante todo
“Percibir las diferencias en el contenido del texto”.
Las diferencias son las que CONSTITUYEN la “FORMA DEL CONTENIDO” y son las que permiten
identificar a los elementos de SIGNIFICADO. La identificación de los “SEMAS” o SIGNIFICADO no
puede hacerse más que a partir de las “Diferencias” y el “Valor” de estos SEMA no puede
determinarse más que en el marco de una estructura.
Ejemplo: El concepto “ALTO” no tiene valor más que en relación con “bajo”; LA “llanura” no
significa nada más que en relación con la “MONTAÑA”.
A) El Recorrido Generativo
B) El Recorrido Analítico
C) Que pasa del nivel DISCURSIVO al nivel NARRATIVO y del este al nivel LÓGICO – SEMANTICO,
nosotros tomaremos el segundo por ser el más accesible. Sólo resta subrayar que en cada uno
de estos niveles los “Elementos de SIGNIFICACIÓN” y la “forma de sus relaciones”, son
diferentes. Cada nivel tiene sus propias reglas de articulación que hay que respetar. Sólo
haciéndolo podemos llegar a una descripción “pertinente” de las estructuras del contenido de los
Textos Bíblicos.
¿Qué es el discurso?
El Discurso es ese algo dinámico que fluye y VIVE dentro del texto.
El análisis del Discurso consiste en determinar como estas “figuras organizadas en un recorrido” van
constituyendo “Valores Temáticos” que constituyen el DISCURSO.
- Figuras: Son elementos de significación determinada o elementos básico a partir de los cuales se
constituyen todos los textos. Pueden recurrir a diferentes palabras de la lengua, pero tienen
cierta estabilidad en la significación. Ejm.:
EL TEMA la “Violencia”
Por consiguiente, el primer paso del análisis del discurso consiste en reconocer las figuras y
emprender su clasificación.
- Una pista para HALLAR y clasificar figuras es hacerlo en torno a tres polos: Los Actores (que no
siempre son personajes) Los Tiempos (que puede ser el tiempo real o el tiempo) y Los Espacios
(lugares que pueden no ser necesariamente el espacio físico).
-Luego hay que observar cómo se articulan en el texto estos elementos, es decir describir sus
relaciones (diferencias, oposiciones, etc). Descubriendo así cual es la organización específica o
particularidad del texto.
-Recorridos Figurativos
Todas las figuras se disponen en “Recorridos figurativos” que nos permiten precisar el contenido de
la figura ósea la forma como el texto la utiliza y la interpreta. Ejm.
La figura de una puerta, pero cuál será su contenido figurativo? Puede colocarse en diversos R.F.
Una puerta que está siempre entre abierta.
Una puerta que delimita dos espacios.
Una puerta por la que tiene que pasar el Héroe.
Una puerta, punto de encuentro entre dos actores, etc.
-Valores Temáticos
Es la forma de los reconocidos figurativos lo que determinará el “Valor Temático” de las figuras.
Cada texto hace un uso particular de los recorridos figurativos; es a destacar esa particularidad es
decir, “en nombre de que” se ordenan esas figuras en esos recorridos figurativos.
Ejm:
“La puerta en mención en este texto particular que Valor temático tiene? Igual valor de
“Separación”? Valor de “Relación”, Valor de “Comunicación”?
Aquí lo que tenemos que hacer es intentar “Discernir” los valores temáticos que asumen las figuras.
Esta es la operación más difícil pero la más interesante. Ningún libro o diccionario nos dará para las
figuras de un Discurso (Sean estos Puerta – Arbol – viña – Padre - Caridad - Muerte, etc. ) el relieve
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 92
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
de los valores sólo pueden determinarse más que en función del Texto particular, por el Micro
Universo SEMANTICO de ese texto.
Este análisis trata de reconstruir el “Esquema Narrativo” de base que existe siempre en todo
discurso. En otras palabras el Componente Narrativo, es un conjunto de Esquemas formales que dan
cuenta del proceso discursivo.
Componentes de la Narración
a) Los Enunciados de Estados que manifiestan en el texto por medio de verbos “ser”, “estar” ,
tener, parecer, semejar.
Ejm,; Pedro es rico, Pedro tiene dinero, Pedro parece triste.
b) Los enunciados del Hacer expresan una transformación. Se enuncian a nivel textual con verbos
de acción (activos ó pasivos). Son todos los procesos, acciones, pasiones, deseos,
enfrentamientos, modificaciones de todo tipo, que constituyen diversas formas de hacer.
El análisis consiste en descubrir las “Relaciones” que se establecen entre los enunciados.
Hay que guiarnos por un Modelo o Esquema Narrativo que organiza el encadenamiento de los
enunciados en 4 fases ligados entre sí:
1) MANIPULACIÓN
2) COMPETENCIA
3) PERFOMANCE
4) SANCION
Trata del “Hacer-Hacer”. Un cantante obra de manera que otro cantante actúe. Ósea debe haber un
sujeto en el texto para la realización de un programa. El sujeto que “tiene que hacer” (por la
voluntad o por deber) se denomina “Sujeto operador”.
2. COMPETENCIA Se trata del “SER DEL HACER”, sujeto Operador” pueda realizar la transformación
proyectada, este sujeto tiene que estar “capacitado” o ser “Competente”.
3. LA PERFOMANCE se trata del “HACER SER”, ósea del desempeño que realiza el “Sujeto
operador”. Este realiza una transformación que lleva a su vez hacia una relación entre un “SUJETO
DE ETADO” y un “OBJETO VALOR” (aquello cuya adquisición o pérdida forma parte del objetivo) del
Programa Principal que figura en el TEXTO.
3. LA SANACION Da cuenta del “SER DEL SER” que presenta el examen del programa realizado
para evaluar lo que se ha transformado y al sujeto que hizo la transformación. Aquí se encuentra
de nuevo al Destinatario (Epistémico) que presenta los valores en juego que presiden la
evaluación de las acciones y al “sujeto Realizado” también se encontrará una “retribución” que
puede ser positiva o negativa según sea mayor o menor la evaluación.
Recordar:
En esta parábola se presentan relaciones entre diversos personajes: ¿Cómo están construidas estas
relaciones?
-Entra 1 actor:
“Propietario” definido por su actividad “contrata jornaleros”.
Otras figuras de actores: Obreros por contratar
-Lugar concreto --Lugar del contrato “LA PLAZA -- Lugar DE trabajo “LA VIÑA”
-Tiempo--El amanecer
Versículo 2:
- Se va afinado la figuras
Reconocido Figurativo: la Viña no aparece mas que como el lugar de trabajo para los obreros y como
la propiedad del hombre que buscaba empleados.
-No se debe nada sobre el tipo de trabajo a realizar? Poda Vendimia?
Versículos 3 al 5:
“Salió otra vez a la hora tercia, Vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: Id también
vosotros a mi viña y os pagaré lo que es JUSTO y ellos fueron. Salió de nuevo hacia la hora Sexta y
hacia la Nona e hizo lo mismo”.
Aquí se aparece una nueva “Situación Discursiva” (Combinación de actores tiempo espacio) (cada
vez que entra un nuevo actor abría una indicación de tiempo y lugar, se obtiene una rara escena).
-El tiempo Amanecer. Hora tercia, Hora sexta, Hora Nona, (Media Mañana) (Medio día-Media
Tarde) se ha organizado por la sucesión de las Horas. Hay un ritmo.
- Los actores
- El propietario que vuelve a intervalos regulares.
- Sale ve a la gente que busca trabajo, les habla:
(dijo) para: ponerles un contrato proponerles un salario.
- Los otros son un poco desiguales de los anteriores aunque se les parecen, están sin trabajo y
esperan ser contratados.
-Hay una proposición: “Os pagaré lo que es JUSTO” desigual de ajustarse. (Esto es una
ENUNCIACIÓN).
Espacio: Juego de desplazamientos del propietario y los jornaleros ir y venir de la PLAZA A LA VIÑA –
de la VIÑA A LA PLAZA.
-Desde un contrato inicial ajustado se va “personalizando” hasta convertirse en una propuesta del
propietario que establece “Lo que es justo” a desigual de “Un denario” (el jornal de costumbre).
-El primer contrato se presentaba en forma IMPERSONAL, mientras que el siguiente sí está vinculado
a las figuras de la MIRADA y de la PALABRA.
Versículos 6 - 7
-Actores parecidos
-Espacios
Operación Contractual representativa
Tiempo - Dimensión de Suscesividad (nuevos toques).
Desnivel
-Relaciones entre actores: Hay una INTERPELACIÓN del PROPIETARIO ¿Cómo es que estáis aquí el
día entero sin trabajar?
-Se entabla un diálogo “Nadie nos ha contratado” al interior del diálogo: DIA entero vs HORA 11
Se acabó la jornada
- Hay un ENVIO del propietario: “Id también vosotros a la viña” Esta es una fórmula parecida a la
anterior pero ahora está sola, esta vez nada se dice sobre el contrato ni sobre remuneración posible
NO HAY MAS QUE EL ENVIO.
Versículo 8:
Tiempo: Cuando “oscureció” marca una nueva situación Discursiva que se vincula con la indicación
“Al amanecer”. Actores: Nuevo actor “el encargado “ a quien el dueño encarga la tarea de
Retribución y Distribuir el Salario.
El propietario se transforma en el Dueño de la Viña. (variación figurativa).
Relaciones
El patrón no sólo indica que el encargado distribuya el salario sino cómo ha de hacerlo: “De los
últimos a los primeros”.
Versículo 9-10:
Los últimos reciben 1 denario no se había pactado NADA para estos.
Los primeros “pensaban” y “esperaban” pero no obtuvieron.-
Versículos 11-12:
Las relaciones entre actores pasan ahora por la PALABRA PROTESTAS Palabras Agresivas pero en
Sordina, claras pero en murmuración y reproche.
Reproce Relativo al tiempo de trabajo y el salario recibido:
1 hora para los últimos, todo el día para los primeros soportando la carga CASI NADA - CASI TODO :
DESNIVEL
Fam.: No hay una receta para el análisis Semiótico de los textos. Ahora iremos a los Valores
Temáticos.
11.REGULARIDAD VS RUPTURA
- Es acaso el texto un relato sobre derecho de trabajo:
Contrato
Empleo
Salario
Reivindicaciones de Trabajos
Injusticias.
- El discurso insiste sobre la “Repetición del contrato”, y en su carácter Regulado, Nomado, regular
sobre determinado por el tiempo, RGULARIDAD.
- Esta REGULARIDAD será rota(Ruptura) por el contrato de los últimos. Esta relación
Regularidad /Ruptura es lo que vale la pena.
-
12.Relación socio-PROFESIONAL vs RELACION PESONALIZADA
Al comienzo, es la “Ley del Contrato Social” o el principio de las condiciones contractuales lo que
regula las relaciones entre los actores; es una relación colectiva impersonal.
Pero al final hay un cambio, ocurre una relación interpersonal “YO-Tu” de tipo amigable. El dueño
no se dirige a todos los obreros contratados a la hora Undécima, sino que designa a UNO de
ELLOS al que llama “AMIGO”.
El obrero de la “Primera Hora”VE y juzga a su PATRON ¿MALOS OJOS QUE Yo sea generoso?.
Entonces a partir de lo que VEIA el obrero a forjado todo un “ESPECTÁCULO” (Se ha imaginado una
modificación de las condiciones iniciales Es el ojo el que se ha dejado llevar por el espectáculo de
la Retribución). (son los primeros obreros “los que han inventado una especie de derecho
IMAGINARIO).
En vez de este espectáculo al final aparece la PALABRA dueño: hace una INTERPELACIÓN.
Espectáculo Y Palabra son dos valores Temáticos; en la dinámica del testo el “Contratado de la
Primera Hora”, se ve invitado por una interpelación directa a pasar del orden del “Espectáculo” al
orden de la “PALABRA”.
5.1 Introducción
La lectura debe familiarizarnos con el texto hasta el punto de que se convierta en nuestra
palabra.
Casiano decía: “penetrados de los mismos sentimientos con lo que fue escrito el texto, nos
convertimos por decir así, en sus autores”. Y es aquí que nos damos cuenta de que, por medio
de ello, Dios está queriendo hablar con nosotros y decirnos algo. En ese instante, doblamos la
cabeza, hacemos silencio y afinamos el oído:
“Voy a oír lo que el Señor tiene que decir”. (Sal 85, 9) es en ese momento cuando la lectura se
transforma en Meditación y se pasa entonces al segundo grado de la Lectio Divina.
Lo primero que podemos decir de la meditación cristiana es que debe tener un carácter religioso.
En la meditación cristiana buscamos de una manera u otra de aproximarnos a Dios. O bien, para
decir lo mismo de manera negativa: la meditación cristiana no tiene primordialmente una
intención psicoterapéutica.
La oración cristiana contribuye a la salud mental, por ello, es posible que un psiquiatra de un
paciente cristiano el consejo de liberarse regularmente para meditar. Cuando la relación del
hombre con Dios (que es su relación más fundamental) está en armonía, con profundidad ejerce
una influencia curativa que penetra poco a poco las esferas psíquicas corporales.
Existe una paradoja: cuando más nos concentramos en el aspecto psicoterapéutico de la oración
cristiana, menos la encontramos. Si la oración cura al hombre, es por que éste alcanza en ella el
fondo de su ser el lugar donde surge el amor, el lugar donde el mismo es amor. El que se detiene
en los niveles psíquico o físico puede llegar a alcanzar ciertos síntomas, pero no llegará a la
armonía de su ser profundo.
Para un cristiano, la meditación forma parte de una aventura de amor. Compromete toda la vida.
Instaura una relación con el “Dios viviente” (Hch. 14,15) y con el “Hijo de Dios viviente” (Mt
16,16); una relación que se compone de acción y reacción, de una palabra y una respuesta.
Nada es tan vivo como la oración cristiana, por que es la apertura a la vida misma (Jn 14, 6) El
Dios viviente es también el “Dios de los vivientes” (Lc 20, 38). Es esta la razón por la que no
hay en ella nada estereotipado, nada que pueda ser determinado de antemano o previsto.
No es posible programar la meditación cristiana como se puede hacer con otro tipo de meditación
mediante la técnica, la cual se puede lograr por nuestros esfuerzos personales. La oración
cristiana es, por el contrario, un don libre de Dios, En la mística cristiana todo es gracia.
Podemos orar y pedir esta gracia, podemos prepararnos y abrirnos ante ella, pero no podemos
hacer más. Todo esto implica que la técnica no es tan importante para la oración cristiana. La
técnica no puede forzar a Dios. Con la ayuda de la técnica, se puede crear un cierto reposo, una
cierta paz, pero no es esta paz la que constituye la esencia de la oración cristiana, la técnica
puede ayudar al hombre interior a abrirse a hacerse acogedor y disponible. Pero si el Señor se
manifiesta después, será independiente del hombre.
Meditar es abrirse al Espíritu de Dios que llena el mundo (sap 1,7) y renueva la paz de la tierra
(Sal 104, 30) Aquel que medita y se deja crear por Dios, el Amor actuante, se encuentra
inspirado y estimulado por la energía liberadora de Dios. Se convierte en portador del Espíritu.
Meditar es exponerse a la influencia de Dios que nos conduce a la acción.
Se ha dicho que en la meditación cristiana queremos encontrar a Dios. Nos atrevemos a correr
este riesgo porque creemos que sale al encuentro del hombre. El cristiano puede
envalentonarse hasta llegar a tal grado de confianza porque cree en un Dios personal. Para el,
Dios es un Padre, si, el padre que se descubre en Cristo.
Cuando los cristianos, y en primer lugar los místicos, opinan que Dios es personal, quieren decir
que Dios para ellos no es sólo el fundamento último de las cosas, no solamente una energía
ciega, un vacío o una nada. En el Infinito cósmico, que descubren en las profundidades de su ser,
llegan a ver un corazón, un centro personal. Descubren que la gran vida que comparte tiene un
centro que es la Alguien, aunque este alguien no pueda ser llamado persona de la misma
manera que ellos.
Cuando más unido se encuentra el hombre con Dios, más persona llega a ser. A la pregunta:
“¿Quién soy yo?” Tomás MERTON responde: “El descubrimiento más profundo de si mismo es
“Soy alguien al que Cristo ama” El Dios de los Cristianos es amor. No es el que absorbe, sino el
que se da. Da su propia vida, hace al hombre hijo suyo. Lo impensable tiene lugar: Dios se hace
servidor de hombre (Lc 12, 37).
Podemos ver en el prólogo del Evangelio de Juan (1,1-18 cómo la concepción cristiana de Dios
une las dos perspectivas del infinito y de la persona.
Juan dice en los primeros versículos, que el Verbo estaba presente en el mundo, pero de manera
escondida, en la profundidad última de las cosas y sobre todo en el corazón del hombre. De esta
forma el Verbo está presente en las religiones no cristianas y en toda búsqueda de Dios. La
descripción de la manifestación visible del Verbo en el mundo, constituye el objeto de la segunda
parte. “el Verbo se hizo carne y vivió entre nosotros” y nos ha revelado el misterio de Dios.
Este misterio inaccesible que tantas veces a desafiado a los buscadores de Dios, en lenguaje de
hombres. Este verbo nos ha dicho que Dios, el núcleo divino escondido en el fondo de todo lo
que existe, es un tú lleno de amor.
El Verbo es Cristo, por ello la palabra juega un papel muy importante en la oración cristiana. El
cristianismo es la religión de la palabra.
Los sacramentos se componen siempre de un gesto y de una palabra: la vida de Cristo nos es
comunicada en y por esta palabra.
Los sacramentos son, en efecto, una manifestación tangible de Dios, en el corazón de la vida
cotidiana. Además el simbolismo sacramental abre nuestros ojos a la dimensión trascendental de
la existencia: las cosas mas pequeñas pueden unirnos a Dios. No; la meditación bien entendida
no se opone a los sacramentos. Es precisamente por los sacramentos como la presencia
envolvente y penetrante de Dios, de la cual la meditación nos hace tomar conciencia, se
convierte en una realidad concreta y viviente.
La Biblia nos cuenta cómo el hombre busca a Dios, más aún cómo Dios busca al hombre. Por eso
la mejor manera de describir la actitud del hombre hacia Dios es ver en ella una respuesta a la
palabra que éste nos dirige. Esto vale tanto para la antigua Alianza donde “Dios, en muchas
ocasiones y de muchos modos habló en el pasado a nuestros Padres por medio del hijo (Heb 1, 1-
2) “Por Aquel que es el mismo Verbo de Dios”. En la Biblia el hombre escucha a Dios y le
obedece, o bien endurece su corazón y se revela.
Esto tiene consecuencias para la oración cristiana. Su valor no es medio por la sensación de
unión con Dios, sino por la disponibilidad interior y la apertura a la voluntad de Dios. La
obediencia garantiza la autenticidad de la oración cristiana. Pues Cristo fue obediente, “sí,
obediente hasta la muerte y muerte en cruz (Fil 2,8). La obediencia constituye su actitud
fundamental, la que le une a su Dios y Padre. Mientras que Jesús grita en los Sinópticos: “Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, en el evangelio de Juan dice “El que me ha
enviado está conmigo: no me ha dejado sólo por que yo hago siempre lo que le place (8, 29).
El Padre está con El, tanto en el abandono como en la experiencia de la oración. Se puede estar
tan unido a dios tanto creyéndose abandonado por El, como experimentando la sensación
tangible de esta unión. Por eso los cristianos que caminan sobre las huellas de su maestro no ha
resido la promesa de profundizar cada día su experiencia de Dios. El servidor debe estimarse
dichoso si las cosas le van como a su Maestro (Mt 10, 25). Su suerte es, quizá, llegar a ser
semejante a su Señor crucificado (Rom 8, 29).
Es ahí donde la meditación encuentra su significación más profunda: nos permite ser lo que
somos y nada más. Somos criaturas y nos dejamos crear inconscientemente. Podemos decir con
Pablo: “Lo que soy, lo debo a la gracia de Dios” (1 Co 15, 10). Nos dejamos crear en todo; ser,
fe, esperanza, caridad. O también, para emplear el lenguaje del Nuevo Testamento: Se es niño,
un niño que ha nacido, no de la sangre ni de la carne, sino de Dios (Jn 1, 13). Se llega a ser cada
vez más cristiano, es decir, semejante a Cristo.
El Hijo que se ha hecho hombre es aquel que permanentemente y de manera absoluta, se recibe
El mismo del Padre. Por eso dice: “El Padre es más que yo “ Jn 14, 28). Tenemos en la
encarnación un ejemplo que nos muestra cómo un ser creado debe comportarse frente a dios,
como RELATIO SUBSISTENS pura relación. La encarnación nos muestra que esta actitud
fundamental (recibir su vida) existe en el mismo Dios. Si Dios mismo se recibe de sí mismo, no
puede ser humillante para el hombre recibirse de Dios. En esto, el hombre se parece a Dios.
Bibliografía:
CUESTIONARIO
2. ¿Cuáles son las diferentes potencias del alma y cómo las interpreta usted?.
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2. MOTIVACIÓN : Mt 16,13-17
a. Introducción
b. La personalidad superficial.
c. La personalidad profunda.
d. La verdadera personalidad según el Nuevo Testamento.
1. Introducción
Va a la escuela, se instruye, busca trabajo, se casa, tiene hijos, construye una casa, compra un
coche. Todo esto puede que sea necesario, pero no asegura una satisfacción duradera. Generación
tras generación, los hombres siguen las mismas huellas y pocos se preguntan seriamente el porque
de esta insatisfacción.
El hombre es interior y exterior, tiene una personalidad profunda y una personalidad superficial.
b. La personalidad superficial
Eres joven o adulto, feo o guapo, inteligente o poco dotado. Tienes un determinado temperamento y
un determinado carácter: eres agradable o desagradable, pacífico o colérico, tranquilo o
agresivo.....Pero todo esto no es más que una colección de clichés creados por ti mismo o por los que
te rodean. Los que describen tu personalidad por medio de tales clichés te consideran como un
número en una colectividad. Te comparan con otros. Tienes un coeficiente intelectual determinado
por que has podido resolver ciertos problemas y has fracasado ante otros.
Casi todo lo que el hombre hace tiene por objeto alimentar esta personalidad superficial. Interna
mejorar su apariencia tanto física como psíquica. Cuida el aspecto externo.
¿Puede llamarse vivir a esto? No existe otro camino para llegar a una vida autentica que el de
acabar con esta identidad engañosa. Tu cuerpo y tu sicología son realidades, pero no son la realidad
esencial, lo mismo que la fachada no es lo esencial de una casa.
Desde que empiezas a comprender que tu no tienes la personalidad que los otros te atribuyen, no
tienes ya necesidad de defenderte. La defensa carece de interés, ya no tienes necesidad de
desempeñar dobles roles. Si alguien te ataca sus golpes no encuentran más que el vacío.... atacan al
hombre exterior, pero tu eres el hombre interior 2 –Cor 4,16) ¿No es esto mismo lo que Jesús quiere
decir cuando declara “No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma”. (Mt 10,
28).
A veces nos quejamos de ser explotados por los demás. Pero no nos damos cuenta de que el
verdadero tirano que nos explota vive en nosotros mismos. Es necesario pues, descubrir la
verdadera causa de la crisis, a saber, el hecho de que nos identificamos con nuestro yo superficial.
Desde el punto de vista físico, observamos que el que se identifica con su personalidad vive en
general como con el cuerpo tenso, comprimido y pesado, cuantas cosas más tengamos que
defender, mayor número de tensiones manifiesta nuestro cuerpo. Toda tensión es como un bien
propio, una “etiqueta” a la que nos agarramos e intentamos proteger.
Aquel que es consciente de lo que es, irradiar amor. “El que permanece en Mi como yo en el, ese da
mucho fruto; por que separados de mi no podéis hacer nada” (Jn 15,5). Debemos saber que
estamos en Cristo, que es la vida de nuestra vida. La acción justa surge de la comprensión plena y
entera de esta verdad. “Todo el que permanece en El, no peca” (1 Jn 3,6).
c. La personalidad profunda
Si planteamos a alguien la pregunta: ¿Quién eres tú? Puede y cuando ha nacido, que diplomas
tiene....estas respuestas no atañen a su ser esencial. Puedo profundizar más y preguntar ¿Cuál es tu
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 103
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
carácter”? Probablemente la persona no podrá responder. En efecto, la mayor parte de las
personas no conocen su carácter. Pero las que frecuentan a esa persona la describirán fácilmente.
Si esta persona llega a oír o leer esta descripción, se vera, casi con certeza decepcionada por lo que
los demás consideran como su carácter no corresponde a su personalidad más profunda. Dicen que
es una persona colérica, pero no saben nada de sus luchas consigo misma durante decenas de años
y de sus deseos de llegar a ser amable. Los otros ni siquiera han presentido este combate interior y
su descripción sólo puede ser injusta. En efecto, el deseo de un hombre está mucho más cerca de
su ser auténtico que sus actos concretos.
Es necesario pues, ir aún más lejos hasta el inconsciente. Para ellos se requerirá posiblemente la
ayuda de un psiquiatra.
El que una persona haya recibido poco amor durante su infancia y que de ahí hayan surgido ciertos
complejos, hace ciertamente que su vida le sea muy difícil y conduce posiblemente a una
inadaptación social, pero no llega al corazón profundo de esta persona. Percibe sus complejos como
una potencia extranjera que actúa en ella sin que la persona se identifique con ella. Lo sabe: en lo
más profundo, soy otro.
Y si penetramos aún más profundamente, hasta cierto nivel que la sicología profunda no puede
alcanzar, y planteamos la siguiente pregunta: “?Quién eres tú?” la respuesta será: “Yo soy “de
“Dios, yo voy “hacia” Dios, Mi personalidad auténtica descansa en Dios. El núcleo más profundo de
mi persona en contacto con Dios, ha nacido de Dios. Está escondido en Dios, “Dios es para mí más
interior que mi propia interioridad”.
El fondo del hombre es 1) Apertura total: Todo hombre es apertura y espacios infinitos, como un
inmenso desierto. Esta apertura es tan grande que Dios puede vivir en ella. El hijo ha dejado su
huella en toda la creación: “Todo ha sido creado por El y para El” (Col 1, 16), pero el Hijo es
primeramente apertura infinita:; es una profundidad que recibe el ser del Padre, una profundidad tan
amplia que contiene todo el ser del Padre (Jn 5,19-30; Col 1, 19; 2, 9). Este es el elemento primero
del amor: estar abierto, tener un profundo respeto por el otro, dejar que el otro sea el mismo,
ayudarle a manifestar lo que tiene de más profundo. Se acoge todo lo que da: no podríamos ofrecer
una mayor alegría a nadie.
2. El amor es también, don de sí. En la trinidad, el Hijo devuelve al Padre la vida que El recibe (1 Co
15,28) Reconoce, en un “reconocimiento” y una acción de gracias infinitas que no es su propia
vida, sino la del Padre. Lo mismo debe ser para el hombre que sabe que la vida que ha recibido
no es la suya sino la del Padre. Sus manos abiertas dice: Nada es mío, todo es tuyo.
Cuando las manos están abiertas, las aguas del océano pueden correr a través de ellas pero desde el
momento en que se cierran perdemos todo. No podemos dar nada a Dios que no hayamos recibido
antes de El: “Nosotros amamos, porque El nos amó primero” (1 Jn 4, 19) En nuestra relación con
Dios los dos aspectos del amor coinciden, la apertura y el don de sí. Nuestro amor de Dios, consiste
en ser un espacio abierto en el que Dios tiene posibilidad de ser el mismo, es decir, amor que se da.
Santa Teresa del Niño Jesús ha percibido esto admirablemente: en su acto de ofrenda al amor
misericordioso se ofrece así misma como una vasija vacía para dar a Dios la ocasión de vertirse en
ella. La única cosa que podemos ofrecer a Dios es nuestra apertura.
La descripción del juicio final que hace Jesús muestra que el hombre que hace algo por un hermano o
por una hermana con amor desinteresado, está necesariamente en contacto con Cristo (Mt 25, 31
ss) vive una vida divina, lo que significa que la puerta del cielo está abierta para él: hay continuidad
entre su vida divina aquí en la tierra y la vida en el cielo (Jn 5, 24; Jn 3, 14). Nuestra personalidad
auténtica es “el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos ha sido dado” (Rm 5,5). Por eso no es fácil separar nuestro espíritu del Espíritu Santo. “El
Espíritu Santo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios”. (Gal 5,
25).
Sois una “nueva creación” (2 Co 5, 17). “?No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de
Dios habita en nosotros? (1Co 3, 16) “Somos el templo del Dios viviente” (2 Cor 6, 16) “Somos
hijos de Dios, y si hijos, también herederos de Cristo” (Rom 8, 17)” Así pues, ya no sois extraños ni
forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios” (Ef 2,19) “En el estáis también
vosotros siendo conjuntamente edificados, hasta ser morada de Dios en el Espíritu (Ef 2, 22). Pablo
no busca dar a sus hermanos un sentimiento de inferioridad, no son como gusanos que se arrastran
por el suelo. Deben ser conscientes de ser de la raza de Dios (Hec 17,29) o como dice Pedro:
“participantes de la naturaleza divina”. (2 Pe 1,4).
La Santidad debe ser nuestro punto de partida y finalidad, si avanzamos en la vida con esta
convicción íntima: “He nacido de Dios” nos comportaríamos de otra manera. Miraríamos a los
demás de manera distinta: reconoceríamos en ellos, en efecto, la vida divina; e incluso las cosas se
nos mostrarían de manera nueva, pues ellas son también un testimonio de esta misma vida.
Es necesario distinguir entre el orgullo y la conciencia de la dignidad propia. El orgullo cree que es, y
puede, algo por si mismo: se considera origen y el fin de todo. La conciencia de la propia dignidad
es, por el contrario, un sentimiento completamente justificado: se sabe que se ha recibido algo
precioso, se reconoce y se agradece. El más bello ejemplo de esta actitud es María ; reconoce que
le han ocurrido “grandes cosas” pero es “el poderoso el que las ha hecho “ y “santo es su nombre”
(Lc 1,49).
Estamos todos llenos de la misma vida. Esto significa que estamos más cerca unos de otros de lo
que generalmente creemos, todos formamos un gran organismo, el cuerpo de la humanidad que es
Cristo, el Señor resucitado: “Sois el cuerpo de Cristo” (1 Co 12,27) “La plenitud del que lo llena
todo” (Ef 1,23) Gracias a El, el cuerpo crece y se construye en el amor. Cada miembro, según la
fuerza que le es concedida, contribuye a la cohesión de todo el cuerpo (Ef 4,16). Todos, cada uno
por su parte, somos miembros. Cada hombre tiene un puesto irremplazable en este cuerpo inmenso.
Cada miembro tiene su propia tarea, es muy importante que cada hombre se considere como
absolutamente único. Desde el momento en que comprende esto, deja de compararse con los
demás.
2. ¿No existe el peligro de no tener los pies en tierra? El hecho de vivir en su personalidad profunda,
¿no podría alejarnos de la realidad, o en todo caso de la realidad cotidiana?.
No, no hay peligro de que se deje de actuar o de que subestime el trabajo, ¡al contrario!, muchos
místicos han insistido sobre el hecho de que incluso las más pequeñas agrupaciones son
importantes y deben ser realizadas con mucho empeño. Estamos sobre la tierra para ser
instrumentos de Dios. Nos ha sido encomendado la tarea de colaborar con el creador, lo que da en el
trabajo una dimensión nueva. Hacemos pequeñas cosas pero con mucho amor. Las cosas se
convierten en un ceremonial de amor; en ellas y a través de ellas el amor encuentra su expresión
concreta. Las pequeñas cosas convierten en grandes. Pero las grandes cosas se convierten también
en pequeñas, en el sentido de que no podemos vanagloriarnos de nada, sólo somos instrumentos.
La vida en la tierra llega a ser más fácil y más espontánea porque no se enfrenta a los obstáculos de
la angustia, del miedo, de la agresividad o de la pereza. El yo superficial no trabaja ya para el
mismo, sino que está ahora al servicio del yo profundo, del amor con el cual está en armonía.
Como Juan de la Cruz dice en el cántico Espiritual: “Ya no tengo otra ocupación que la de amar”
(estrofa 20). Llegamos a ser heraldos del amor, apóstoles, una voz que grita en el desierto (Jn 1,
23). Una voz y nada más. El micrófono de Dios, se llega a ser persona en el sentido etimológico de
la palabra: sonamos, resonamos. O más bien: Dios resuena en el hombre.
Nos encontramos así integrados en el Cuerpo místico de Cristo. Y Cristo mismo está integrado en
Dios, según en gran texto de San Pablo: “Cuando hayan sido sometidas a El todas las cosas,
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 105
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entonces también el Hijo se someterá a aquel que ha sometido a El todas las cosas, para que Dios
sea todo en todos (1 Co 15, 28).
CUESTIONARIO
1. Todos los hombres somos insatisfechos por naturaleza, ¡de dónde viene esta insatisfacción?
2. El hombre es interior y exterior, tiene una personalidad profunda y una personalidad superficial?
¿ Cómo te defines en estas perspectivas?
3. Muchos nos atribuyen por nuestro comportamiento exterior un tipo de personalidad. Superficial?
¿Cómo te defines en estas perspectivas?
4. Muchas veces nos quejamos de ser explotados por los demás Pero no nos damos cuenta de que
el verdadero tirano que nos explota vive en nosotros mismos. ¿Has descubierto en ti este tirano
que te explota y te esclaviza? Defínelo.
5. Cuando una persona te describe tu carácter, te dice como eres, ¿aceptas fácilmente esta opinión?
¿Cómo reaccionas?
6. El que una persona haya recibido poco amor durante su infancia, crees tú que sea un motivo
fundamental para que experimente un complejo de inferioridad y que por cierto su vida le sea
muy difícil de llevar?.
7. Crees que podamos dar algo a Dios sin que antes lo hayamos recibido de El ¿Por qué?
9. La Santidad debe ser nuestro punto de partida y nuestra finalidad ¿Cómo piensas tú, que
podemos lograrlo?.
10. Si la personalidad profunda del hombre es la vida de Dios en el, ¿Cómo pueden existir diferencias
entre las diferentes personas?.
DESARROLLO
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L:D:
Introducción
El sentido Cristiano del Cuerpo
La Simbólica del Cuerpo:
-La línea vertical
-La línea horizontal
-La intersección de las dos líneas.
El cuerpo en la meditación
-Sentarse en una posición estable
-Respiración
-Relajación
-Los ojos
-Incorporar la fe
Trascender el cuerpo
5.1 INTRODUCCIÓN:
El hombre es una unidad original de materia y de espíritu, del cuerpo y del alma. La
dimensión corporal es un don de Dios que el hombre debe acoger con reconocimiento y
gracias al cual puede trabajar y comunicarse con sus hermanos. El cuerpo es la
manifestación o mejor aún, la visualización de la persona humana. Debemos tomar
conciencia de que el cuerpo es un camino que conduce a una superación de sí mismo.
El ideal cristiano del hombre no es el ángel, sino este Jesús: “Verdadero Dios y verdadero
hombre”.
Por la gracia de Dios es todo el hombre el que es renovado. La imagen empleada por Pablo
de que somos el templo del Espíritu Santo se aplica también al cuerpo: ¿O es que no sabéis
que vuestro cuerpo es Santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido
de Dios y que no os pertenecéis?.
Cuando se lee el Evangelio con atención se observa que Jesús desvela siempre el sentido profundo
de las cosas. Su mirada les penetra por decirlo así, de parte a parte, para El todo tiene una
dimensión más profunda, todas las cosas hablan un lenguaje que él comprende: pastor, viña,
comida, viento, pájaros, corderos, pollos, lobos, puertas, luz, agua, fuego, y sobre todo pan y vino.
Es raro que nuestra vista sea tan clara. Necesitamos desarrollar nuestra sensibilidad ante el lenguaje
de los símbolos en el mundo que nos rodea y en nosotros mismos. En efecto, el cuerpo es un
símbolo de una gran riqueza.
El cuerpo es la forma visible de la persona humana, expresa la naturaleza del hombre. En la medida
en que se intenta comprender la simbólica del cuerpo humano, llega a ser más fácil la integración del
cuerpo en la personalidad profunda. La forma corporal del hombre es una Cruz levantada. Una cruz
se compone de dos líneas rectas, una vertical y otra horizontal, que se cruzan formando un ángulo
recto.
a. LA LÍNEA VERTICAL
Los animales tienen la cabeza dirigida hacia el suelo; su postura es horizontal, vuelta hacia la tierra.
El hombre por el contrario, se mantiene derecho, enlaza el cielo con la tierra. Se mantiene de pie
sobre la tierra a la que está ligado. Pero al mismo tiempo está dirigido al cielo, vuelto hacia Dios. La
tarea del hombre durante toda su vida es la de mantener el equilibrio entre estas dos fuerzas, el cielo
y la tierra. El que intenta saltar hasta el cielo para librarse de la tierra, cae pesadamente, pronto o
tarde, rompiéndose los miembros. El que por el contrario está atado al suelo y no se ocupa más
que de cosas triviales llega a ser como un animal y pierde su dignidad humana.
Si se considera el cuerpo en sus diferentes partes, se encuentra esta misma simbología de arriba
abajo, del cielo y de la tierra. El corazón está situado entre la cabeza y el vientre, el corazón
simboliza el Yo, en el corazón vive lo más personal que existe en el hombre: su libertad y su amor.
El vientre simboliza el origen, la sensualidad, las funciones vitales, el contacto con la tierra, la
naturaleza y la materia. La cabeza es el símbolo del espíritu y de la realidad celeste. El yo, en el
medio debe ser una síntesis del cielo y la tierra.
Cuando el hombre está en equilibrio, reina una armonía entre las fuerzas que tienden hacia el cielo y
las que le empujan hacia la tierra. Lo que está arriba tienen su fundamento abajo. Y lo que está
abajo no es inerte y fofo, sino que tiende hacia arriba. El árbol, para poder crecer hacia arriba, debe
tener amplias y profundas raíces; sino se cae al menor vendaval. La tarea del hombre consiste en
vivir en estas condiciones paradójicas: está tendido entre el cielo y la tierra y debe sentirse como en
su propia casa entre estos dos polos.
b. LA LÍNEA HORIZONTAL
Esta línea abarca el espacio del mundo y marca su amplitud. El hecho de estar en el mundo es un
condicionamiento esencial para el hombre. Por medio de sus brazos extendidos, el hombre se abre a
todas las cosas, a todos los hombres y a todos los tiempos.
La línea horizontal se refiere, pues, a la apertura del hombre y a su amor. También ella implica una
tarea: el hombre debe acoger al mundo entero y permanecer sin embargo, siendo el mismo: No
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debe encerrarse en sí mismo, en su egoísmo y en los estrechos límites de su propio corazón. Por otra
parte no debe darse de tal manera que se pierda.
Esto significa que el hombre debe realizarse en las dos direcciones de su existencia. Ninguna de
ellas debe dominar a expensas de la otra.,
En el momento decisivo de su vida, Jesús se vio elevado en una cruz: situado entre el cielo y la
tierra, abraza con sus brazos extendidos al mundo entero. Es verdaderamente el Hijo del Hombre, la
imagen original del hombre.
La meditación se ha comprendido a menudo, al menos en occidente, como algo que solamente atañe
al alma. El Oriente, por el contrario, ha considerado siempre al hombre como una unidad. Allí la
meditación no es considerada solamente como una función del alma, sino como una actividad en la
que interviene la totalidad del hombre y por consiguiente también el cuerpo. Me refiero también a
la Iglesia oriental como unidad con su rica tradición de oración.
Lo queramos o no nuestro cuerpo está presente cuando meditamos. Puede ser un verdadero
obstáculo: no es fácil meditar cuando se tiene un fuerte dolor d e muelas. Puede también
ayudarnos. Si conocemos el arte de utilizar nuestro cuerpo este puede contribuir a hacernos
alcanzar más fácilmente la concentración interior. Hay además en esta manera de expresarse, un
residuo de dualismo: no se hace primero algo con el cuerpo, para alcanzar después un resultado en
el alma. Los dos constituyen una unidad. La posición del cuerpo, los gestos, son ya el comienzo del
recogimiento, y éste produce y se expresa en general mediante una cierta postura corporal. Se
trata, pues, de dos aspectos: espiritual y corporal, de una misma actividad humana.
¿Qué significa sentarse? El sentarse significa que el hombre tiene un sitio, que aspira el descanso.
La Escritura nos dice a propósito del festín de la vida eterna: “El Señor les hará sentarse en la
mesa”. )Lc 12, 37) “Al vencedor, le haré sentarse conmigo en mi trono” (Ap 3,21).
Pero la posición de estar sentado sólo puede significar y producir el reposo si se permanece inmóvil.
Si obligas a tu cuerpo a la inmovilidad eres tu mismo el que entre en reposo. La experiencia,
además, nos enseña: toda persona que quiere hacer un esfuerzo y ejercitarse todos los días en
sentarse silenciosamente e inmóvil, observará rápidamente que el hombre interior saca de ello
beneficios considerables.
Puesto que la inmovilidad es tan importante para la meditación, es necesario encontrar una postura
estable que haga posible estar sentados durante un tiempo prolongado sin que tengamos necesidad
de movernos.
Es esencial que la columna vertebral esté bien derecha. Si se medita con la espalda inclinada, se
producen tensiones y la respiración ni es ya libre ni natural.
b. RESPIRACIÓN
La Psicología nos dice que el hombre es un ser social; la Filosofía nos dice que el hombre es
apertura trascendental. El que se aísla del mundo exterior se asfixia. Debemos recibir sin cesar,
reconocer nuestra dependencia frente a los otros. Es la inspiración. Pero debemos al mismo tiempo,
dar lo que tenemos, no guardar nada para nosotros mismos. Debemos darlo todo.
De la misma forma que la postura recta del hombre es la expresión visible y el correlativo físico de
una actitud interior que se puede designar por palabras como honestidad, rectitud, coraje, firmeza,
voluntad, igualmente la respiración con sus intercambios permanentes, es el correlativo físico de
cualidades tales como amor, apertura, participación, simpatía. La respiración puede enseñarnos
mucho: que debemos recibir y dar. Debemos abandonarnos, renunciar a todo.
La respiración no es algo que hay que hacer, sino algo que debe dejarse hacer. La respiración es
mucho más que introducir el aire y expulsarle. Por medio de ella, participamos en realidad en la vida
que penetra a todos los seres vivientes. Es también la manera de ver la Biblia. “Entonces Yahvé
Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el
hombre un ser viviente” (Gen 2, 7).
Cuando Jesús comunica el Espíritu Santo, sopla sobre sus discípulos (Jn 20, 22). No es casual que la
raíz latina “Expirare” tenga una doble significación, espirar y expirar, morir, devolver la vida a Dios.
Se comprende, pues, que una respiración superficial y falsa puede impedir el desarrollo interior.
Todo esto es importante para el que quiere meditar. La meditación puede consistir en una
respiración consciente en la que se experimente la riqueza simbólica del ritmo respiratorio.
Cuando espiras renuncias a ti mismo, sueltas amarras. Pones tu vida en las manos de Dios, te
abandonaste confías a El. En El te sientes completamente seguro. Por eso dejas que el aire salga
completamente, sin angustia y con tu “yo” espiras también tus problemas: descargas tu inquietud
(1 Pe 5,7). No hay nada tan liberador como espirar en Dios todo lo que se tiene y todo lo que se es.
Nos damos, desaparecemos, morimos.
c. RELAJACIÓN
Sólo el hombre relajado posee una verdadera fuerza creadora y sus pensamientos aparecen como un
relámpago. La imaginación del que está en tensión esta bloqueada y como consecuencia, también lo
están sus pensamientos. El que busca en vano un nombre sin poder acordarse de el, hará bien en
distenderse; bastarán a menudo algunos instantes para que pueda recordarlo.
Un hombre tenso se agarra a sí mismo. No es libre, no es receptivo para lo que le viene del exterior.
Es desconfiado y quiere defenderse, quiere hacer todo el mismo, sin dejar que las cosas maduren y
sin remitirse a una fuerza más elevada: su frente se pliega. Quiere cumplir su propia voluntad con
obstinación, contra todo: aprieta los dientes y tensa la mandíbula inferior. Para alcanzar la relajación
completa es muy importante captar que es el yo agresivo, dominador, angustiado, el que nos
impone un cuerpo es trecho, tenso y comprimido.
Aprendiendo a relajarnos, nos daremos cuenta de que la relajación completa nos lleva a perder
nuestra agresividad y nuestra angustia. Nos desatamos: si queremos relajarnos a los hombros, no
es necesario bajarlos mecánicamente: esto no sería más que un ejercicio técnico que permitiría
solamente un resultado exterior sin efecto durable. Se trata de abandonarse así mismo en los
hombros, lo que tendría consecuencias para toda la personalidad.
d. LOS OJOS
Los ojos son una parte importante del cuerpo. La Bienaventuranza del cristiano consiste en ver el
rostro de Dios, por eso no se puede dejar de hablar de los ojos al describir el papel del cuerpo en la
meditación.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 110
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Concretamente podríamos hacernos la pregunta si hay que meditar con los ojos abiertos o cerrados.
La tradición cristiana de la oración no tiene regla fija, en nuestra libertad podemos hacerlo de una u
otra manera. Sin embargo, aquellos que han tenido una larga experiencia de oración cristiana,
meditan espontáneamente con los ojos cerrados. Esto favorece el recogimiento, alcanzamos más
profundamente las profundidades cuando nos alejamos conscientemente de la superficie.
Pueden existir, sin embargo, razones para meditar con los ojos abiertos:
1. Podemos ser victimas de una imaginación desenfrenada que produce cantidad de imágenes.
Basta entonces abriré los ojos para calmarla.
3. Los ojos abiertos pueden igualmente construir un puente entre la meditación y la vida.
En la meditación con los ojos abiertos o más bien entre abiertos, estos deben estar inmóviles,
dirigidos hacia un punto, eventualmente una cruz o una imagen, a una distancia aproximada de un
metro. No debe tener la mirada fija en un punto. El hecho de fijar la mirada es una actitud típica
del yo que quiere agarrar y dominar, los ojos deben estar pasivos, es decir en reposo y receptivos.
e. INCORPORAR LA FE
La meditación no es un trabajo de un alma que planea entre las nubes. Dado que el cuerpo
participa en ella, se convierte en obra del hombre entero. Una meditación enraizada en la totalidad
de la persona humana, incluida la dimensión corporal, produce efectos muy profundos. Por medio de
la lectura y del estudio podemos enriquecer nuestro conocimiento de la fe. Pero por la meditación
en la que el cuerpo esté implicado, incorporamos nuestra fe a nuestra naturaleza, de tal manera que
se convierte en una parte de nosotros mismos, en carne y sangre propias.
La oración verdadera no está fuera de la vida, es vida ella misma, vivida en su plenitud.
7. TRASCENDER EL CUERPO
El hombre necesita un cuerpo para ser él mismo, pero sólo el cuerpo glorificado estará
verdaderamente adaptado al espíritu que por la gracia ha llegado a ser el portador de la vida divina.
CUESTIONARIO
2. La forma del hombre es una Cruz levantada ¿Qué significado tiene para Usted la línea vertical y la
horizontal en la descripción de la cruz humana?
10. ¿Qué razones importantes podríamos tener para hacer nuestra meditación con los ojos abiertos?
3. OBJETIVO : Que nuestra meditación nos conduzca a ver las cosas de una manera
distinta, en relación con la naturaleza, con las cosas y las personas, para
poder visualizar mas y mejor a Jesús, y así con El, y en El, realizar su
voluntad.
- Aprender a mirar
- Ser para la escucha
Una de las preguntas que nos podemos hacer al empezar nuestras meditación, es ¿Cuánto tiempo
debemos dedicarle a esta actividad importante en nuestra vida cristiana?, ¿Una hora por la mañana
y otra por la tarde o por la noche? Si así pensamos es que no habremos comprendido de que se
trata. La meditación ha de ser en nosotros una actividad mental permanente.
Si la meditación no llena toda tu jornada, no tendrás ningún resultado. La lectura que has realizado
no tendrá objeto esta actividad mental.
Cada persona, en la libertad que le da Dios, tiene su forma, su manera de ver las cosa; y casi
siempre creemos ser los dueños de la verdad absoluta. Pues este criterio muy personal, nos ha
llevado casi siempre al error, y entonces hemos vivido, en la oscuridad, en las tinieblas. Hoy para ti,
Cristo es la Luz, el te dice “Yo soy la Luz del Mundo” (Jn 8,12), con El tenemos que ver las cosas de
una manera distinta, por que nuestros pensamientos no son sus pensamientos.
Tenemos que aprender a ver las cosas en su estado original, evitando mezclarlas constantemente
con nuestros juicios, nuestros recuerdos, nuestras experiencias anteriores, nuestras aspiraciones.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 112
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Nuestro contacto con las cosas no debe establecerse solamente por medio de la percepción.
Tenemos que encontrar la sensación original y pura.
Por medio de la percepción conocemos las cosas, las evaluamos, las etiquetamos, las mantenemos
en los límites de su contenido objetivo concreto.
La percepción implica la relación “sujeto” – “objeto”. Estos objetos están a mi servicio y pueden
enriquecerme, todo ocurre en la “esfera del tener”. Me apropio de las cosas para aumentar mis
bienes para que puedan servirle y contribuir a mi éxito en el mundo. Todo esto está justificado; las
cosas tienen una dimensión pragmática, representa un material de trabajo a partir del cual el hombre
puede desplegar su vida en el mundo. (Gen 1,28).
a) APRENDER A MIRAR
Miramos pero no vemos, Jesús nos dirá: Tienen ojos pero no ven; y es verdad, cuando no ponemos
atención a las cosas y no descubrimos que hay detrás de lo que vemos entonces no apreciamos lo
que vemos. O simplemente vemos lo que queremos ver y no lo que las cosas nos dicen o nos quieren
decir.
Es necesario que las cosas puedan de nuevo revelarse en su plena “relatividad”; constatando como
las cosas no son más que “relación”, como nos remiten a otras, al “Otro”. A partir de ese momento
las cosas no nos parecerán tan claramente delimitadas; ya no serán opacas, sino transparentes, ya
no están muertas sino vivas, ya no están mudas sino que empiezan a hablar,. Todas tienen un
rostro, ojo, boca. Todas las cosas vienen a nosotros como un “tu”.
Así pues, veo una rosa. Mi primera reacción es la de pensar: “Que rosa tan bonita” La rosa queda
reducida a una existencia mínima completamente limitada. Algo insignificante, una fuente que se
agota rápidamente.
Puedo también detenerme, renunciar a aprisionar a la rosa en una actitud racionalista e intentar
estar completamente abierto a lo que pueda comunicarme. La rosa entonces al mirarme, tiene un
rostro. Sin pensar, sin juzgar, apaciblemente alcanzó una nueva dimensión y la misma rosa parece
como dotada de una profundidad hasta entonces ignorada. Si me detengo más tiempo aún, la rosa
me desvelará su misterio; su unidad con el ser, con Dios.
b) También en la escucha es necesario aprender a ser receptivo, plenamente abierto al mugido del
oleaje, al ruido de la caída de las hojas muertas, al piar de los pájaros en los matorrales y en los
árboles, sin el menor comentario. La escucha como pura sensación.
No creamos que sólo es posible meditar en un lugar tranquilo, en una atmósfera favorable. Si
encontramos ese sitio, debemos ciertamente servirnos de el con agradecimiento. Pero, si es
imposible, será necesario integrar lo que nos molesta y aceptarlo amigablemente. Es posible.
Tenemos que comprender que nuestra paz, nuestra alegría no dependen de cosas exteriores, sino de
la manera como reaccionamos ante ellas. Lo importante no es lo que ocurre sino la manera como la
tomamos. Lo mismo ocurre con el ruido. No es el ruido el que molesta u obstaculiza nuestra
meditación, sino nuestra reacción errónea ante su irrupción.
Aquel que se irrita ante los diversos ruidos, cuando medita, hará bien en empezar su meditación por
una pura escucha. Esto significa dos cosas 1) Por una parte ser receptivo sin emitir juicios o
apreciaciones. Constatar, simplemente, La pura escucha comienza siempre por un punto de
interrogación y no por un punto de admiración. Es necesario escuchar como lo hace el recién nacido
en su cuna. Escucha los gritos del primer piso, pero no murmura: “Vaya pelea”. Son sonidos puros
los que llegan al niño, sonidos sin etiqueta. Por ello es necesario antes que nada neutralizar la
conciencia. Después no excluir ningún ruido o sonido dominante o por el más simpático, sino
acogerles a todos.
Viviendo en una pura escucha entramos en contacto real con la reacción y con el Creador, se produce
entonces algo maravilloso: podemos perfeccionar la obra de arte. Y jamás nos cansaremos del
mundo o de la vida. Cada día es nuevo como el primer día de la creación.
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Cuando vivimos con otros, el peligro de reducir a los demás y de ser reducidos por ellos a la
categoría de objetos es aún mayor. Y esta reducción es a menudo irrevocable. Ningún hombre es
tan peligroso como el que cree tener experiencia. Siempre “sabe” cómo el otro va a reaccionar. La
encierra así en modelos prefabricados y le obliga a reaccionar de manera estereotipada, lo que
confirma la opinión, por parte del que tiene “experiencia”, de que puede apoyarse sobre ella. Al
atribuir al otro un cierto número de cualidades y defectos, según las observaciones establecidas en
diferentes circunstancias, ya no es a él que vemos, sino a la representación subjetiva que nos
hacemos de el.
Por el contrario, cuando vivimos con alguien, es muy liberador para ambos el no colgar etiquetas
definitivas sobre el otro, sino por el contrario profundizar y poner continuamente en cuestión las
tomas de posición. Para el que no tiene “experiencia” o si cree tenerla, no se apoya sobre ella, cada
hombre es único y recibe en cada instante la posibilidad de ser único y de actuar de manera original.
¡Qué maravilloso es encontrar a alguien que no excluya nada, que preserve todas tus posibilidades!.
Es entonces cuando puedes expansionarte y dar curso libre a tu espontaneidad.
La vida en el mundo nos obliga a veces a juzgar y a tomar posición. En nuestra cabeza se encuentra
el locutor que se pasa el día comentando acontecimientos y encuentros. Hay que hacerle callar, no
combatiéndole sino desinteresándose de el completamente. Si observa que no escuchamos sus
comentarios se calma.
Ciertas personas tienen miedo de que su facultad de juicio se atrofie sino la ejercen
permanentemente, temen convertirse en tontas e inadaptadas a la vida en el mundo, hay que
comprenderlas, al principio, en efecto, sí sólo intentamos ser abiertos y receptivos tendremos como
una sensación de vértigo. No estamos seguros de nosotros mismos. Esta sensación de
incertidumbre hace que nos atrevamos a abandonar lo que hemos acumulado durante muchos años.
Pero, poco a poco observamos que no es posible dominar completamente una situación a menos que
estemos totalmente abiertos.
El que se esfuerza en ser cada vez más abierto llega a observar como surge en el una intuición
nueva. Nacen ideas que no son resultado de comparaciones o de reflexiones, ya no es necesario
reflexionar durante mucho tiempo sobre las decisiones que hay que tomar; se toman, puede
decirse, por sí misma cuando están maduras.
Existen personas privilegiadas que perciben más fácilmente que otras la voz interior. Para esto es
necesario colocarse bajo la inspiración del Espíritu, hay que cambiar de Maestro. La decisión de
abandonar esta autodirección y de seguir la orientación del Espíritu día tras día, paso a paso, tiene
como resultado la rápida aparición de nuevas tareas con dimensiones completamente nuevas.
Para saber todos los días cual es la voluntad de Dios debe recogerse en silencio, Cada mañana, el
tiempo de recogimiento es un factor fundamental de mi existencia. Una flor presupone el plan de
crecimiento inscrito en la semilla. Ahí tiene o tenemos un paralelismo con la oración del “Padre
Nuestro” el hágase tu voluntad, es la condición del venga a nosotros tu reino.
San Francisco de Sales dice lo mismo: “Mi querido Teófilo, por lo que se refiere a los éxtasis
sagrados, los hay de tres clases. Uno es el del entendimiento, otro el de la afección y el tercero el de
la acción”. Dedica un capítulo a cada uno de estos éxtasis y escribe al final: “La tercera especie de
éxtasis....corona a las otras dos: es el éxtasis de la obra y de la vida”. No es que el trabajo amenace
la vida interior. Se trata en definitiva de darse y perderse así mismo,. Esto puede hacerse tanto
durante el tiempo de trabajo como durante el tiempo del recogimiento y de la meditación.
DARSE El que quiere hacer de su trabajo una meditación, debe olvidarse de sí mismo. O para
decirlo más claramente: debe morir. Si nos preguntamos así mismos, ¿Cómo podremos llegar a ser
dignos de Dios? La respuesta ha de ser de inmediato: “Por tu muerte”. No la muerte física, sino la
del yo miedoso, agresivo, ávido de poder. Este yo que dice siempre: “Me gusta, no me gusta” el yo
que vive en un nivel en que se deja conducir por otro tipo de deseos.
Trabajar sin pensar en el resultado que vamos a obtener contribuye eficazmente a despegarnos del
“yo”. En general pensamos más en el resultado que en el trabajo que estamos haciendo.
Evidentemente, es necesario conocer las razones de tal o cual trabajo. Este debe ser de alguna
utilidad. Pero no hay que pensar en los frutos del trabajo durante su ejecución. El trabajo requiere
que se concentre en el toda la atención, lo cual exige y crea al mismo tiempo, un gran desapego. La
sabiduría oriental dice que la libertad no consiste en hacer lo que se ama, sino en amar lo que se
hace. El trabajo aporta incesantemente nuevas ocasiones de dejar que muera el pequeño yo. Que
el trabajo te enriquezca o te empobrezca, que se te felicite o se te vitupere por el, eso no tiene
importancia. Tú haces lo que debes hacer. El resultado está en manos del Señor. Preocuparse del
resultado es casi siempre preocuparse de la propia gloria, de la propia promoción, de la propia
situación económica.
Cuando se trabaja sin querer alcanzar un resultado, sin buscar un beneficio, sino únicamente porque
esa es la tarea del momento, uno se da cuenta de que está en su propio centro. Sin abandonarle,
se alcanzan las cosas. Generalmente es lo contrario lo que ocurre ponemos el trabajo como una
especie de asfixia: Como si nos perdiéramos a nosotros mismos de manera angustiosa. Mientras
dura el trabajo no tenemos la sensación de estar presentes a nosotros mismos. Si, constatamos a
menudo que nos hundimos en el trabajo. Pero a veces observamos (cada vez más frecuentes, si
somos fieles a la meditación) que esta presencia ante nosotros mismos permanecerá incluso durante
el trabajo.
En el niño el ser divino no está aún aprisionado. El niño nos pone en contacto con el misterio de
Dios. Dios, es, en efecto, como un niño: su trabajo es un juego. En El, la seriedad y la alegría son
una misma cosa. “Yo estaba allí, como arquitecto y yo era todos los días como una delicia,
jugando en su presencia en todo tiempo, jugando por el orbe de la tierra, y mis delicias es estar con
los hijos de los hombres” (Prov. 8, 30 – 31).
Dios y los niños juegan y bailan juntos. Viven en el corazón de la realidad, mientras que los adultos
se quedan a menudo en las apariencias. Pero todos, incluso los adultos hastiados, están invitados al
banquete de bodas (Mt 22,9) “El silencio de las esferas es como la música de bodas....Nada, a
pesar de nuestra desesperación, puede cambiar la realidad de las cosas o empañar la alegría de la
danza cósmica que jamás acaba.
A menudo nos quejamos de que los tiempos son malos, de que el mundo está perdido, de que la
humanidad camina hacia la aniquilación. Estas lamentaciones no son nuevas. Agustín decía: “Ya
los tiempos son malos, son difíciles, pero los tiempos somos nosotros. Tal como somos, así son los
tiempos”. El que quiera transformar el mundo debe comenzar por transformarse así mismo,
observaras entonces que empiezas a ver el mundo de una manera diferente.
La apariencia del mundo depende de la mirada del hombre. Si concede mucha importancia a la
forma exterior de su cuerpo, si es grande o pequeño, feo o hermoso, verá a los demás como feos o
hermosos, atractivos o repulsivos. Si se identifican con su inteligencia tenderá a calificar a los
hombres en inteligentes y tontos. Pero si pone el acento sobre el ser divino, descubrirá en todas las
partes, en todos los hombres esta vida divina. La profundidad última del corazón, es también la
profundidad última del mundo. El mundo antiguo desaparece y nace un mundo nuevo: un mundo
que no es el producto de un pasado que data de miles de millones de años, sino que crea instante
tras instante. Un mundo cuya única finalidad es cantar al amor de Dios.
CUESTIONARIO
2. ¿Nuestra meditación a partir de la Palabra de dios, debe incluir como referencia, nuestros juicios
nuestros recuerdos, nuestras experiencias anteriores y nuestras aspiraciones?
4. ¿Qué debemos experimentar cuando ponemos atención a las cosas que vemos?
5. ¿Qué hacer para no juzgar a los demás, aún cuando la vida en el mundo nos obligue a veces a
hacerlo?
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8. El decir “tengo mucho que hacer y no tengo tiempo para meditar”, ¿crees tu hermano, que es
una proposición válida?
10. ¿Debemos pensar más en el resultado, que en el trabajo que estamos haciendo? ¿Por qué?.
DESARROLLO
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1. ANIMACIÓN:
2. MOTIVACIÓN:
3. OBJETIVO: Fijarnos en el presente, es la dimensión de eternidad del tiempo, por tanto hemos
de considerar en primer lugar, la relación entre tiempo y eternidad.
a. INTRODUCCIÓN
5.1TIEMPO Y ETERNIDAD
La eternidad no es un tiempo sin fin, la vida eterna de la que habla la Biblia es algo que existe ya
ahora, en el corazón de los hombres. Dios “ha metido la eternidad en el corazón de los hombres”
(Ecle 3, 11). Y Jesús dice: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti” (Jn 17, 3). El hombre
pertenece a la vez al tiempo y a la eternidad. Su misma vida, ligada al tiempo, esta llena de
eternidad. No podría reflexionar sobre el concepto de tiempo si no tuviese ya en alguna medida
fuera del tiempo; de la misma forma que no podría plantearse la cuestión de la esclavitud o de la
alineación si no estuviese en sí mismo un núcleo de libertad.
La vida eterna no está, pues, reservada al cielo. “Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que baja del
cielo” (Apoc. 21, 1). Existe una palabra eterna, llena de vida y que es accesible al hombre: la
palabra de Dios. Existe una palabra eterna: la Eucaristía. En cualquier momento de su vida el
hombre puede alimentarse de eternidad.
Sólo lo que es eterno puede crear presente, pues lo eterno es presente, que no termina, que no
pasa, es decir, que no se convierte en pasado. La eternidad entra en el tiempo de una manera muy
especial cuando al llegar la “plenitud de los tiempos”, Dios entra en la historia del hombre por la
encarnación. Por la encarnación es la misma eternidad la que comienza a existir en el tiempo. La
esencia del tiempo se transforma. Quizá fuera mejor decir que la encarnación ha manifestado la
esencia profunda del tiempo: desde el origen todo ha sido, en efecto creado el Verbo (Jn 1,3) El
instante de la encarnación ha reconciliado el cielo con la tierra, la eternidad con el tiempo. Dios se
ha hecho hombre en medio del curso de la noche “cuando el reloj marcaba cero” (Sap 18, 14-15)
El eterno ahora de Dios aparece en la tierra cuando el tiempo se para. Hay en la historia un instante
eminente, el gran instante de la encarnación, en el que el tiempo y la eternidad se unen. Ese
instante aporta a todos los demás instantes una dimensión de eternidad. Esto significa que cuanto
más enraizado en Cristo está un hombre en mayor medida su ser se concentra en el presente.
Así pues existe un tiempo que pasa, que es puro transcurso y un tiempo en Cristo que esta lleno de
eternidad. El que toma en serio el instante y vive en el tiempo de Cristo, vive sobre la tierra pero ya
en la eternidad. Cuando muera – en realidad la palabra “morir” no se puede aplicar a El (Jn 11, 26)
- pasa de la eternidad a la eternidad, de la eternidad en la tierra a la eternidad del cielo. El instante
decisivo de su vida no es la muerte física sino el instante en que comienza a creer en Jesús: en el
mismo instante, comienza a vivir en un “ahora” eterno”. Esta es la razón por la que los que viven
aquí en la tierra en la fe de Jesús, están unidos a los que viven en el cielo: viven en la misma
eternidad.
Aunque somos seres profundamente eternos, la superficie de nuestra vida se extiende a lo largo del
tiempo. Un pequeño trozo de vida en cada instante. Cada instante lleva consigo su tarea. La vida
llega a ser muy sencilla cuando la vivimos en cada instante.
Un solo acto de amor nos hará conocer mejor a Jesús. Tenemos la certeza inquebrantable de que
cada instante totalmente lleno tiene mucho fruto y consecuencias imprevisibles. Cada instante lleno
de un “¡sí, Padre!” tiene un eco que no se apaga jamás. Suponte que estas meditando y observas
de repente que tus pensamientos están ocupados en una discusión con tu jefe. Reaccionas: “Es
desesperante jamás sabré meditar”. Puede ser, pero no necesariamente.
Los grandes místicos han tenido también distracciones en su oración. La única cosa necesaria es
volver inmediatamente a la oración en el instante mismo en que descubres que está distraído. Poco
a poco debes desarrollar una vigilia y una atención que te hagan captar esos instantes al vuelo,
llenarlos de amor y hacer de ellos la fuente de otros instantes análogos.
Los que un día descubrieron la alegría de la oración se quejan de no tener tiempo para orar.
Quisieran orar continuamente, lo que significaba para ellos pensar siempre en Dios. Dan demasiada
importancia a la conciencia, a los estados de conciencia.
Puede constatarse que cuanto menos se queja uno de no tener tiempo para la oración, más progresa
en el camino de la meditación. Diciendo “si” a Dios en cada instante, se llega a ser un instrumento
cada vez más flexible en sus manos.
El instante presente es el lugar de encuentro entre la vida eterna y la vida cotidiana. El que vive en
el presente vive en Dios y en la eternidad. Cada instante aporta una voluntad concreta de Dios para
este instante. Cuando se acepta esta voluntad de Dios, el instante llega a ser exactamente lo que
Dios quería que fuera: una pequeña parte de la Historia Sagrada, de esta historia de Salvación que
nuestra vida debe llegar a ser. El presente es el único lugar de nuestra vida en que podemos estar
unidos a Dios.
Tomando en serio el instante y la tarea que nos ha sido encomendada, debilitamos a nuestro
egoísmo, nuestro yo egoísta, este yo que piensa en el resultado futuro: dinero, posición, éxito,
estima: o que se teme que algo del pasado pueda tener consecuencias desagradables. Si se vive el
instante, este egoísmo pierde todas sus posibilidades.
El que vive el momento presente está, de manera misteriosa pero completamente real, en
meditación continua. Se observa esto al volver a meditar después de haber trabajado plenamente
en el presente: tal meditación no supone un cambio, pues de alguna manera ha estado siempre
presente y no hacemos más que reanudarla. El que se pone a vivir el instante observa que el
instante se abre poco a poco y aparece lleno de Dios.
Estar presente
Vivir en el instante es estar presente. Se trata de estar presente en lo que ocurre ahora y presente
en su yo auténtico. Estas dos formas de presencia son correlativas: no se puede vivir en profundidad
sino se vive el presente, y viviendo el presente encontramos su naturaleza más profunda. Se puede
decir que uno de los grandes pecados del hombre es su ausencia. No esta disponible, no toca lo
esencial. En lugar de captar la vida en el momento en que transcurre ante el, espera a que se haya
alejado y llega siempre demasiado tarde. O demasiado pronto, cuando no espera que la realidad
esté ahí.
Para estar presente es necesario ser humilde. No podemos estar presentes en toda la longitud de
una línea, sino en un punto.
Cada vez que oímos la advertencia de Pablo: “Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la
salvación (2 Cor 6. 2), resuena de forma nueva cada vez más apremiante, más exigente y decisiva.
El presente alcanza su próximo cuando se puede decir, por ejemplo, con Juan de la Cruz: “Ahora
que estoy tan fortificado en amor....rompe la delicada tela de esta vida”. Es un eco de las palabras
de Jesús: “Ahora Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que temía a tu lado antes que el
mundo fuese.....Ahora voy a ti. (Jn 17, 5 – 13).
Un día en que Teresa del Niño Jesús estaba en cama, gravemente enferma (dos meses antes de su
muerte), la Madre Agnés le confesó su temor de verla sufrir aún más. Teresa respondió: “Nosotros
avanzamos en el camino del Amor y por eso creo que no podemos pensar en el dolor futuro por que
eso es una falta de confianza y es como entrometerse en la creación”. Aquí se encuentra la vida
presente su fundamento teológico más profundo. Dios es el creador y el hombre su creación.
El hombre debe quedarse en su sitio y dejar que Dios cree, recibir de El su ser en el presente sin
querer dirigir demasiado el proceso de creación. Por sus preocupaciones y su angustia respecto al
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futuro, el hombre obstaculiza la obra creadora de Dios. La experiencia muestra que lo que se teme,
tiende a producirse. El miedo a la úlcera de estómago es a menudo la causa de que ésta se
produzca. No podemos hacer a Dios responsable de ella.
Al inquietarnos nos interponemos en la obra de dios. Una antigua sabiduría aconseja que no
debemos anticipar nuestra dificultades. Correríamos en efecto el riesgo de vivirla dos veces.
¡Cuántos problemas inútiles nos provocamos a nosotros mismos al querer ayudar a Dios en la obra
de su creación!.
Para vivir en el presente es necesario ser conscientes, estar atento. Se trata de estar plenamente
despiertos. Es necesario comprometerse totalmente en lo que se hace y no dividir sus fuerzas
interiores. Estar completamente disponibles, como María. “He aquí la esclava del Señor”.
Existe una mala espiritualidad (y todos estamos más o menos contaminados por ella) que divide la
vida en campos sagrados y profanos: meditar, ir a misa, pertenecer a lo sagrado; pero la cocina, la
casa, la higiene corporal, es evidentemente algo profano.... No; en realidad todo es sagrado. Todo
entra en la santa liturgia que celebramos de la mañana a la noche y de la noche a la mañana. Si,
incluso el sueño es una acción santa y por eso nos preparamos a él por medio de la oración: “Me
acuesto en paz, y enseguida me duermo” (Sal 4,9).
Jesús penetra la misma realidad. Para el que vive así no hay posición entre el trabajo realizado con
atención y el pensar en Dios. Algunos ejemplos podrán concretar esto:
a) Lavarse ducharse por la mañana: Que todo hombre se lave: Señor, concédeme tener buena
salud, estar alerta, viviente, plenamente despierto.” De mi falta purifícame, lávame y quedaré más
blanco que la nieve” (Sal 51, 4-9). El Bautismo muestra que el agua está ligada a la energía
purificadora del Dios que perdona.
b) Comer: Dios ha creado al hombre de tal manera que necesita comer. Puede comprender así que
no recibe la vida de sí mismo. No se basta así mismo, no es su propia fuente de vida. Esto
aparece claramente en la bendición de la mesa, tradicional en la Iglesia, en la que citamos el
Salmo 145, un maravilloso canto de alabanza al Creador: “Los ojos de todos están fijos en ti,
esperan que les des a tiempo el alimento: abres tú la mano y sacias el deseo de todo ser
viviente” (Sal 145, 5-6).
c) Correr: Quizás corras regularmente para mantenerte en forma. ¿Cómo hacerlo? Pablo nos
instruye: “ ¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, más uno solo recibe el
premio? “¡Corred de manera que lo consigais!” (1 Cor 9, 24).
d) Caminar: Existen varias razones para caminar. Podemos salir para respirar el aire fresco, vivir en
el presente significa entonces, que nos abrimos verdaderamente al aire y al viento. Pero? Qué es
el aire? Una imagen del Espíritu Santo que llena el mundo. La palabra griega “Pneuma” significa
al mismo tiempo espíritu, aire y viento. Nos abrimos, pues, conscientemente al Espíritu de Dios.
e) Cocinar: Dios ha colocado al hombre para que la domine (Gen 1, 26) Ha puesto y pone la
continuación de la creación en sus manos. Podemos hacer la experiencia de que estamos
hechos para ser “buenos administradores de las múltiples gracias de Dios” (1 Pe 4, 10) al
realizar un trabajo tan aparentemente ingrato como la cocina. La cocina puede convertirse en
un escenario en que la historia de la creación se haga presente ahora, con un ser humano en el
papel principal. Preveemos, como Dios un número infinito de combinaciones a partir de un
número limitado de ingredientes. Como Dios, utilizamos a menudo la misma receta, pero el
resultado es diferente cada vez. Y cada vez es un milagro.
En un instante en que estés libre abres el Nuevo Testamento y lees “Dad gracias al Padre, con
alegría” (Col 1, 12). Si vives en el presente no esperaras a haber olvidado la exhortación de Pablo,
sino que comienzas inmediatamente a dar gracias al Padre con alegría. Cuando alguien te pide: “?
Quieres rezar por mí? La única reacción adecuada es hacerlo inmediatamente. Ahí se encuentra la
solución a un problema que muchos no saben como resolver. Su conciencia les reprocha
permanentemente que han prometido rezar por alguien y prácticamente no piensan en ello. Si se
ha prometido rezar, lo mas prudente es cumplir la promesa en el mismo instante.
El tercer medio que puede ayudarnos a vivir cada vez más en el presente es, paradójicamente,
pensar a menudo en la muerte.
a) Superar el tiempo
Antes no teníamos nunca bastante tiempo, sobre todo para lo esencial Vivíamos en tensión por el
hecho de que siempre teníamos más cosas que hacer de lo que nos era posible en el tiempo de que
disponíamos. Existía una enorme desproporción entre trabajo y tiempo, ahora esto cambia. La vida
en el presente libera gran cantidad de tiempo que antes estaba perdido debido a nuestra dispersión:
no dedicábamos al trabajo más que la mitad de nuestro ser; a veces el trabajo estaba mal hecho y
había que rehacerlo. Ahora trabajamos con todo nuestro ser y con soltura.
Muchos problemas se eliminan, entonces, por sí mismo. Por ejemplo, ciertos problemas de orden
exegético. ¿Ha existido verdaderamente el paraíso con su jardín? ¿Cuándo ocurrió el pecado
original?. El autor de estos relatos se situaba por encima del tiempo cuando Dios compuso. El que
vive con los ojos abiertos observa que el jardín del Edén y el pecado están presentes aquí.
Es sorprendente constatar que la filosofía griega ha concedido muy poca atención al concepto de
novedad mientras que la palabra “nuevo” o “nueva” aparece sin cesar en el “Nuevo Testamento”.
Un cielo nuevo y una nueva tierra; la Nueva Jerusalén; el vino nuevo; un canto nuevo; un hombre
nuevo; y por fin, lo que resume todo: “He aquí que hago todo nuevo; (Apoc 21,5) vivir en el
presente abre al hombre a lo que es nuevo. En él experimenta su afinidad con él totalmente nuevo.
Dios. Tomas de Aquino describe “las cosas antiguas han pasado, todas las cosas son, a partir de
ahora, la repetición estéril de costumbres estereotipadas.
Existe una manera de trabajar que no se opone a la oración, sino por el contrario está llena de ella.
Una manera de trabajar que supera la tensión entre oración y trabajo. Se puede ser contemplativo
en medio de la acción, ideal que San Ignacio de Loyola señaló a los Jesuitas, casi todos los grandes
místicos han desarrollado una increíble actividad, pero esta no amenazaba a la oración, sino que
era más bien fruto de ella, era oración.
Uno de los signos más seguros de desarrollo espiritual es una reconciliación creciente. El que
madura vive cada vez más reconciliado. Reconciliación también entre diferentes aspectos de la
existencia, principalmente entre oración y trabajo.
Cuanto más vivimos en el presente, más empezamos en el presente, más empezamos a presentir
algo de esta unidad y armonía en Dios. Dios trabaja en el descanso y descansa en el trabajo. Y
nosotros vamos hacia ello, modestamente, cada vez más, no de manera rectilínea, pero sí por etapas
con altibajos.
Cuanto más se vive en el tiempo, más se trabaja como dios, es decir, simplemente siendo. No se
busca por medio de tal o cual trabajo, ganar algo, llenar los graneros. Se es, simplemente; se ama;
se da; se sirve.
CUESTIONARIO
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6. ¿Hay oposición entre el trabajo realizado con atención y el pensar en Dios? Cite un ejemplo.
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Hasta ahora, es dios quien nos habló a través de la Lectura y la Meditación. La oración es la fase en
que nos preguntamos: ¿Qué es lo que el texto divino nos hace decirle a dios? O sea ¿Cuál es
nuestra respuesta?
La oración corresponde, pues, a nuestra parte en el diálogo. Sin embargo, recordemos que aún
antes de la lectura y en la meditación hubo oración, pues todas estas fases están interrelacionadas
y a veces juntas durante la dinámica de la Lectio Divina. Sin embargo debe haber un MOMENTO
especial, propia, exclusivo dedicado a la oración. (*1)
¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
Según el diccionario Webster es: “un conjunto de palabras que usamos para dirigirnos a Dios”.
Según el monje Guigo: Oración es el impulso fervoroso del corazón hacia Dios, pidiendo que aparte
los males y conceda las cosas buenas”. Según estas definiciones, muchas personas piensan que orar
es “ALGO” (palabras) que se dicen o recitan mecánicamente cuando se tienen necesidades que no
se pueden satisfacer humanamente. Aun el monje Guijo enfatiza la “petición” para que Dios nos
cubre del mal y conceda “todo lo que es bueno”. (*2)
De la misma manera que lo hacemos con nuestro Padre de la tierra en que hay familiaridad y
soltura; al que acudimos diariamente para saludarlo y pedirle ayuda o consejo, para contarle
nuestras cosas confiando en que seremos acogidos y amados: así mismo debemos acercarnos a Dios
a “Conversar” abiertamente con “El” todas las cosas, en la confianza que el Señor nos ama, nos
comprende, nos recibirá, nos ayudará, nos guiará.
Estos “encuentros” con Dios son los momentos más importantes de la vida: en ellos “seremos
realmente nosotros mismos” frente a “Aquel” que todo lo conoce de nosotros y aún así nos ama
sin condición. Es en la oración que abrimos el corazón y fluye el diálogo, fluyen nuestras gracias
por la nueva oportunidad, porque podemos contarle nuestros proyectos, nuestros problemas,
agradecerle por la felicidad que estamos experimentando, o pedirle ayuda si estamos en peligro o
algo nos agobia, o implorar ayuda, o discernimiento si estamos desorientados o asustados, etc. Es
también el momento de escuchar a Dios en gozosa y confiada espera. El Señor siempre responde;
puede ser con “PALABRAS” que pone en nuestra mente o en nuestro corazón, sea a través de la
vida, de los acontecimientos, de otras personas, etc.
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 124
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
Para poder captar esta respuesta es preciso desarrollar atención, crecer en nuestra intimidad con el
Señor, aprender a “sentir su presencia inefable”, a “reconocer su yo” y su “acción” de respuesta
que muchas veces es en nuestra vida en una forma que no es exactamente aquella que nosotros
esperábamos. Por eso, la oración es también un desafío y una aventura. (*3)
Es un desafío porque requiere de: humildad, fe, disciplina, Humildad, que significa “ser como niños:
sencillos y dependientes, confiados en la presencia de nuestro padre que lo puede todo.
Fe, que es el requisito básico para ser oídos, pues como dice la escritura en Hebreos 11, 6: “Pero
sin fe es imposible agradarle, pues cada uno se acerca a Dios sin antes creer que existe y que
recompensa a los que lo buscan.”
La fe no la podemos producir, es un don de Dios pero hay que “creer” que la tenemos mediante la
gracia del Bautismo que la libera en nosotros mediante el poder del Espíritu Santo. Sin embargo, hay
tiempos de sequedad en que no sentimos la presencia del Señor, en que orar resulta arduo y tedioso
y a veces hasta desalentador. En estos momentos debemos leer el capítulo 11 de Hebreos. Otros
textos que nos pueden también ayudar son: Marcos 11, 24. La oración solo puede brotar si HAY FE;
pero la fe solo puede ser viviente si se ora. La oración es la expresión más elemental de la fe, es el
movimiento del hombre voluntariamente hacia Dios. (*4)
Es un círculo de Amor y Fuerza.
Disciplina.- La oración es un “ejercicio vital integral” que exige que se le dediquen determinados
momentos del día, sea al amanecer, al anochecer o a la hora que más le convenga a cada uno según
las circunstancias propia de su vida, su trabajo o su actividad diaria. Pero debe dársele prioridad a la
oración frente a cualquier cosa. Debemos vencer la tentación común de pensar que no hay tiempo,
que tenemos demasiado que hacer, que no pasará nada sino oro, pues “aquella ocupación es más
urgente”, no debemos hermanos engañarnos a nosotros mismos; dejemos de intentar engañar a
Dios. Es mucho mejor no emplear tales disculpas y enfrentar la verdad: “No quiero orar
sencillamente”, “no tengo ganas de orar”. Estas frases no suenan bien pues muestran la verdadera
mezquindad de nuestras almas, pero son verdad. Enfrentando esta verdad podremos superar la
mezquindad, el desgano el desierto, las resistencias que todos tenemos. Por lo demás, debemos
saber que aquí, EN LA ORACIÓN está en JUEGO ALGO muy importante; SIN oración se marchita,
se acaba la fe y se atrofia la vida cristiana: Así como no se puede vivir sin respirar, así tampoco
puede un cristiano ser tal sin orar. (*5).
ESPONTANEIDAD
Finalmente, la oración provocada por la meditación será espontánea, pura, que brotará en el
momento en que reaccione el corazón dependiendo de cuán bien se hizo la Lectura y de la
profundidad con que se hizo la meditación. La respuesta será:
a) De Alabanza
b) Acción de gracias
c) De Súplica
d) De Perdón
Inclusive puede ser de discernimiento, de imprecación o de sorpresa como fueron las oraciones de
JOB, de Jeremías, de los SALMOS.
La oración de respuesta puede ser no sólo personal, sino también comunitaria, tal como lo veremos
en la próxima lección.
EL PODER DE LA ORACIÓN
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 125
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
Un último aspecto que no debemos olvidar es que la “PALABRA DIVINA” no sólo dice, sino que hace.
Un ejemplo concreto es la Eucaristía. La Palabra: “Esto es mi cuerpo” “Hace lo que dice”. En el
Génesis 1,3 Dios habla y las cosas comienzan a existir. Este es el poder infinito que tiene el VERBO.
La Palabra divina es al mismo tiempo “palabra y hecho “, “DICE Y HACE”, es “LUZ Y ES FUERZA”,
es “PALABRA Y ESPIRITU”.
La Lectio Divina rescata estos dos aspectos: por la lectura descubre la idea, revela el mensaje y
enseña; por la meditación y sobre todo por la oración, se crea el espacio donde la “PALABRA HACE
LO QUE DICE”. Desde la eternidad Dios Padre pronuncia su pala-bra y coloca en ella TODA la
fuerza de su espíritu. Esta palabra increíble alcanza toda su plenitud al hacerse carne en Jesús, en
quien reposa toda la fuerza, la luz y la vida de Dios. Todo esto lo podemos intuir al leer el famoso
prólogo del Evangelio de San Juan 1, 14-17. Es Jesús la PALABRA VIVA, respuesta definitiva de Dios
para todo y para Todos los seres humanos.
BIBLIOGRAFÍA:
*2.- IBID
CUESTIONARIO
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3. En qué radica:
a) El poder de la Oración
b) El poder de la Palabra Divina.
LECTIO DIVINA
a) El recogimiento
Vivimos por lo general volcados al mundo exterior; somos arrastrados de una impresión a otra:
trabajamos, luchamos, nos afanamos y morimos en el mundo y esto nos hace distanciarnos cada vez
más de nuestro centro que es el Espíritu que nos da la vida. Según observan los especialistas este
hombre que vive sumergido en el torbellino de las exigencias de la vida y en el barullo de los
quehaceres externos, llega a perder su seguridad interior, y trae su aparente seguridad o
autosuficiencia, le acecha la angustia, la preocupación, la inseguridad. De ahÍ la necesidad que
tiene el hombre moderno de buscar en encontrar su centro personal, aquel soporte al que puede
asirse por ser el punto de gravedad de su ser desde el cual pueda salir al mundo y el que pueda
salir al MUNDO y al que pueda retornar para restablecer sus energías personales. Es así que la
persona necesita de la Oración para permanecer sana espiritualmente. (*1)
Pero orar no es fácil, hay que serenarse, aquietar todos los deseos, pensamientos, sentimientos,
impresiones que nos trae la vida, el trabajo, el mundo. Tomar en serio la Oración significa
prepararnos adecuadamente para hacerla, lo mismo que hacemos para hacer bien cualquier asunto
humano. Todo aquel que se propone realizar un trabajo serio, no se entrega a el sin pre-meditación,
sino que se “recoge” para prepararse a las exigencias de tal trabajo. Así como quien sabe apreciar
la buena música no llega al concierto en el último instante, sin transición desde el bullicio de la vida
de la ciudad, sino que llega a tiempo a la sala de conciertos y se “prepara” para la audición,
“recogiéndose dentro de si”, distanciándose de la dispersión exterior.
La oración, siendo un acto religioso existe esta misma preparación, que llamaremos el
“Recogimiento”, que significa, en primer lugar, que el hombre se sosiega y se asienta. En general
los hombres “Modernos” vivimos arrastrados por multitud de cosas y acontecimientos, excitados
por impresiones agradables o desagradables; oprimidos por la necesidad de cosas, por deseos, por
temores, pasiones. Constantemente estamos impelidos por alcanzar algo, construir o destruir. Todo
esto convierte al ser humano corriente en un ser desasosegado, incapaz de fijarse en un punto o de
profundizar, vivimos como “consumidores” insaciables de personas, cosas, pensamientos, palabras,
etc., pero quedamos siempre insatisfechos por haber perdido en gran parte la conexión con nuestro
centro vital y pese al enorme “saber y poder” que existe, experimentamos, desorientación, vacÍo
interior. Debe pues, todo ser humano, orar.
¿Pero en este estado de ánimo podrá la persona común orar? Si, pero solamente, si se libera de su
desasosiego y se serena.
Por tanto es preciso el “recogimiento” que significa centrarse durante un tiempo en aquello que es
lo único importante; debe desasirse de “TODO LO DEMÁS”; todo lo demás no cuenta. Esto
significa “Hacerse presente” ante Dios y “Permanecer ante El” GUARDANDO SILENCIO en
viviente intimidad. Este “Recogimiento” significa alcanzar nuestra “unidad interior” Ya los
maestros de Vida Espiritual hablan de la necesidad de “superar la Dispersión que nos caracteriza a
todos debido a que nuestros pensamientos discurren de un objeto a otro, nuestros sentimientos
cambian, son imprecisos y muchas veces nuestra voluntad no es dueña de la situación.
En este caso, bastante común, no existe una persona unitaria, sino una maraña de pensamientos,
un flujo de sensaciones y un barullo de impresiones. El recogimiento es todo lo opuesto a esta
dispersión. “Recogimiento” implica que la persona ha “recogido” sus pensamientos, sus
sentimientos y emociones. Y ha preparado así para la oración, un “Espíritu Unificado”, un estado
de Espíritu similar a aquel que caracterizó a Samuel cuando fue llamado y pudo decir: ¡Aquí
ESTOY” (1 Samuel 3, 10). Con este recogimiento debe empezar la oración.
Sólo recogiendo nuestro espíritu podremos hacer silencio, no sólo exterior sino principalmente
interior. Esto significa aquietarnos, serenarnos, armonizarnos con nuestro ser esencial. Toda oración
comienza en el silencio, en esa quietud podemos ponernos bajo las manos del Señor. Este es el clima
que necesitamos para empezar ese “Diálogo divino” que es la oración. Siempre se dice que el
silencio es más grande y profundo que las palabras. De la montaña y del desierto –lugares de
silencio- vinieron los grandes santos. Jesús oró en las madrugadas, en noches enteras en lugares
silenciosos: vea Marcos 1,35; Lucas 9, 18. El mismo, se calló 30 años y habló solo 3. El Señor nos
hablará, sólo sí lo podemos “Escuchar” y esto será posible sólo sí hacemos silencio. Este
“recogernos” y “Silenciar” nuestro interior crea la apertura y el “espacio interior” para la oración.
Este espacio se constituye sólo cuando el “HOMBRE se pone en la PRESENCIA DE DIOS. Este
espacio es similar al que se constituye o desaparece con la “Estima”, el “respeto” o el amor que las
personas se ofrecen mutuamente. Es entonces que el ser Humano puede decir: “Aquí está Dios, el
QUE ES, el VIVIENTE y el SANTO de quien habla la revelación y “aquí estoy también Yo”; no
como estoy en la vida cotidiana como alguien indeterminado, que se sienta a la mesa en la casa, que
circula por las calles de la ciudad, y trabaja en la oficina, sino que “Aquí estoy Yo, en mi verdad, en
cuanto soy yo mismo en toda mi miseria y en todos mis dones que Dios quiso darme cuando me
creó”.
ESTAMOS aquí Dios y mi ALMA en este “espacio vital” en que se puede experimentar la
presencia de Dios. Esta es una experiencia personal, muchas veces esta presencia de Dios es de tal
manera que nos estremece con su majestad y nos desborda con su cercanía, en tal sentido que
habríamos entrado en el SUBLIME e íntimo misterio del diálogo con Dios. Pero otras veces, la
mayoría de las veces no sucede así, sino que todo permanece en silencio. El Señor, permanece en la
oscuridad, guarda silencio. En tal caso, debe fluir la oración sostenida por la fe y por la
perseverancia.
Una vez que ha fluido el ser en ese “discurso” donde se refleja nuestro itinerario personal, en un
esfuerzo por vaciarnos de nosotros mismos, para dar el lugar a “Dios”, a los hermanos, a la
comunidad, debemos otra vez silenciarnos para ESCUCHAR a Dios y a los demás. Me refiero al
“Silencio interior del corazón”, sin el cual no será posible que escuchemos al Padre, ni a Cristo. Este
silencio es muy difícil de lograr para la mayoría de nosotros: Si cerramos los ojos por un momento y
observamos lo que ocurre en nuestro interior, lo más probable es que nos veamos sumergidos en un
mar de pensamientos (palabras, monólogos, ruidos; nuestra propia voz interior compitiendo con el
recuerdo de otras voces e imágenes. Evitar el ruido exterior ya es una ayuda para lograr el
silencio interior, pero no lo es todo; pues puede ser que callemos la boca pero entonces el ruido
interno se haga más estruendoso, y no seamos capaces de orar. El ruido interior está ahí en la
mente; el silencio según sostiene el Padre Anthony de Melo S.J. consiste en que nos hagamos
conscientes de dicho ruido y que lo hagamos callar y lleguemos a dominarlo. (*2).
A esto, se refería Jesús cuando nos recomienda en Mateo 6, 6-8: “Tu, cuando reces, entra en tu
pieza, cierra la puerta y reza a tu Padre que comparte tus secretos”. Esta es una indicación de
entrar en nosotros mismos, cerrar nuestra mente y corazón a todo ruido externo o interno,
concentrarnos en “El” y escucharlo. Cierra la puerta es cerrar nuestra atención a las
preocupaciones, inquietudes, emociones, y a cualquier influencia; la puerta deberá quedar
firmemente cerrada, de lo contrario, el estruendo del mundo se colará y ahogará la voz de Dios. (*3)
Después de recogernos, silenciar y escuchar, recién comprenderemos. Todos nosotros tenemos sed
de ser comprendidos, necesitamos que se nos entienda, es ahí que entra el “Señor quien
COMPARTE con nosotros nuestros secretos”, es el Señor el único que lo comprende TODO, sin
JUZGAR. Así nos lo mostró Jesús en el episodio de la Mujer Adúltera; (Juan 8, 1-8). Frente a la
mujer adúltera, Cristo guarda silencio y escribe en la arena....y cuando se levanta, con su sabiduría
rompe el dilema que le presentaron: “El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”. Esto es
algo que nunca debemos olvidar al orar, exponer “todo lo que nos embaraza, o lo que obstaculiza
nuestra fe, pues Cristo es básicamente Amor y comprensión. Durante su vida no hubo nadie que no
fuera comprendido por El. Cristo jamás se equivocó pues con su “comprensión” vislumbró la sed
de arrepentimiento en la curiosidad de Zaqueo, el ansia de verdad en la velada asiduidad nocturna
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 128
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
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de Nicodemo, la necesidad de perdón en la vida desordenada de la samaritana; vio la sed de
salvación en el Buen Ladrón, etc. Todos sus encuentros con los hombres fueron “DIALOGOS” donde
fluyó la comprensión. Con El todos los pecadores se sintieron aliviados, consolados, animados,
restaurados.
Esta seguridad de que seremos “comprendidos” porque “nuestro Padre” comparte con nosotros
todas las facetas de nuestra vida, nos debe llevar a orar con sinceridad, con total confianza y
apertura.
La oración es el momento supremo del “Encuentro con Dios, con Jesucristo. Es la oportunidad no de
leer nuevos libros, ni de escuchar nuevas ideas, sino de “DIALOGAR” DE ENCONTRARNOS con
Jesucristo. Dios espera nuestro tiempo nuestra atención y todo NUESTRO AMOR. Jesús quiere ser
conocido y AMADO personalmente, por eso le preguntó a Pedro, antes de confiarle su función
pastoral: SIMON, hijo de Juan, ¿ME AMAS MÁS QUE ESTOS? POR TRES VECES: (Ver Jn. 21, 15-17)
Por eso, hermanos, cada vez que oremos vayamos pidiéndole sobre todo el único y mayor don, el
don de “Dios mismo”, el don del amor. Para esto, como dicen los santos y Padres de la Iglesia así
como el padre Anthony de Mello: “Para conseguir una verdadera experiencia de Dios, el hombre
debe poseer dos condiciones: tener el deseo de Dios y tener valor y generosidad”.
La primera es muy importante; “tener el deseo de Dios”. Dios no puede resistirse al hombre que le
desea ardientemente * Por eso dice, en proverbios 8,17 “Quiero a los que me quieren y me dejaré
encontrar por los que me buscan” o también en el Salmo: “Me buscarás y me encontrarás, porque
me buscarás con todo tu corazón” en Dios no en nuestros problemas. Por eso la primera y más
grande oración es la Alabanza que se centra en “El que le expresa su amor, su adoración, su
admiración, su devoción, su alegría....De allí que en alabanza Dios derrame toda bendición: Pues el
quiere adoradores, hijos que le amen totalmente (ver Éxodo 23, 24) También dice el Señor: “Por
que Yo quiero Amor, no sacrificios, y conocimiento de Dios más que victimas” (Óseas 6,6). Si
vamos a la oración con amor no existirá esa premura por terminar. Tomemos conciencia hermanos
que la razón principal por la que no encontramos a Dios es por que no lo deseamos con el ansia
suficiente: nuestras vidas están tan llenas de tantas cosas, preocupaciones, ansiedades, proyectos,
etc. Que postergamos lo verdaderamente importante, lo capital: esto es nuestra relación con “Aquel”
que puede llenar todo nuestro ser. (*4).
Si no tenemos este amor, este deseo de Dios, encontraremos toda clase de excusas para no orar. Por
ahí debemos empezar, darnos cuenta y si sinceramente encontramos que no tenemos este deseo de
Dios, debemos pedirlo.
Si oramos así, Dios nos escuchará y nos contestará, la mejor respuesta es que nos transformará y
podremos también nosotros amar de verdad, con madurez. Este amor estará lleno de energía, de
luz. “El que ama, deja libre al otro, lo hace crecer, le da luz, le da aire, sin ser posesivo” (*4) este
amor en nosotros nos permitirá ser realmente cristianos, pues este es el primero y gran
mandamiento en el cual se resume y se cumple toda la ley y los profetas.
d) Servir Finalmente, si amamos a raíz de una oración desinteresada y apasionada por Dios,
tendremos la actitud del servicio, pues como dicen los poetas y como lo enseña el Cristo, el
que ama no puede sólo pensar o quedarse en lo emocional o sentimental; el que ama actúa,
sale de sí, se entrega en servicio. Toda la vida de Cristo desde su encarnación, fue un
servicio a la humanidad. No podemos quedarnos en el mero: “Señor, Señor “ y luego seguir
viviendo cómodamente ignorando que el Pueblo de Dios tiene hambre y sed de su “Palabra” y
de su amor a través de la bondad, de la generosidad, del sacrificio, de la donación de sí de
todos aquellos que creen en Dios. La oración verdadera conduce a la acción, a construir el
Reino (Ver citas Santiago 2, 14-26; Mateo 5,20; Mateo 23, etc.)
BIBLIOGRAFÍA:
CUESTIONARIO
4. Da otros dos ejemplos en los que Jesús mostró su COMPRENSION después de una oración.
5. Tener la Experiencia de Dios requiere dos condiciones, ¿Cuáles son ¿ frente a El examina si
las tienes y pídeselas si no las tienes.
DESARROLLO
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¿CÓMO ORAR?
“Señor nos hiciste para Ti, y nuestro corazón esta inquieto hasta que descanse en ti” (San Agustín).
El ser humano tiene hoy más hambre de Dios, de su palabra, de su amor, que nunca antes. Por eso
hoy como nunca antes, el hombre necesita orar. Orar sabemos todos de manera intuitiva pero orar
de manera intensa, para arrancar a Dios el don supremo de su “amor” y con el todo lo demás, es
una gracia que sólo puede ser producida por el Espíritu del Señor. Por esto, trataremos en este
acápite de resumir los métodos de oración, que bien empleados, pueden conducirnos a un verdadero
encuentro con dios.
El primer método que adoptaremos es aquel, que el mismo Señor Jesucristo, el maestro de la oración,
nos enseñó. De hecho para los cristianos, no hay otro maestro.
Esta es la misma pregunta que los apóstoles le hicieron a Jesús. En Lucas 11, leemos: “ESTANDO
EL orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: “Maestro, enséñanos a
orar, como enseñó Juan a sus discípulos”. Así mismo, cuando cada uno de nosotros tenga
dificultades para orar, debe recurrir directamente a Jesús y decirle: “Señor, enséñame a orar”,
díselo todo el día sin tensión ni ansiedad, con la firme esperanza de que “EL” habrá de enseñártelo.
Siguiendo el mismo pasaje evangélico que hemos citado, vemos que el Señor Jesús empezó a
enseñarles y les dijo: “Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu
reino”...Meditando sobre estas palabras concluimos que Jesús nos enseña a comenzar, no por
nosotros mismos, sino por el “Padre”. No por nuestros intereses y necesidades, sino por su reino.
Así también lo mandó Jesús en otro pasaje (Mateo 6, 33) “Buscad primero el reino de Dios y su
justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura”. En esto así como en toda su vida, la oración de
Jesús estuvo: “CENTRADA EN DIOS”. Si avanzamos en el padre, Nuestro dijo enseguida: “HAGASE
TU VOLUNTAD” A través de todos los evangelios, vemos que la gran obsesión o ilusión de Jesús no le
interesaba tanto que le digamos a El, ¡Señor, Señor! Sino que HAGAMOS la voluntad de su Padre, así
como “EL” la hizo. Démonos cuenta que, aún con todo el amor que nos tenía, la idea de padecer la
pasión le repugnaba, pero lo hizo por el gran amor a su Padre. Jesús le dijo: “Padre aparta de mí
este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya” Mateo 26, 42; Lucas 22, 42; Marcos 14,
35-36. Esta es pues la segunda lección que Jesús nos da cuando nos enseña a orar. Nos enseña a
comenzar por Dios, a interesarnos por que venga su reino, porque sea glorificado su nombre, para
que se HAGA su santa voluntad, y esta es la razón por la cual falla mucho nuestra oración por estar
centrada demasiado en nosotros, en el hombre y no en Dios.
Generalmente vamos desde meditación - distracción, sabiendo que muchas veces el 90% del
tiempo es distracción ¿No será esta tu experiencia? ¿qué hacer? Saque entonces Usted su rosario
“ SEÑOR ESTA ES TU OBRA PARA NUESTROS HERMANOS ” 131
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA DE LIMA PRIMER SEMESTRE
CENTRO CARISMÁTICO DE FORMACIÓN - 2003 MANUAL DE ESTUDIO No 1
y rece un misterio pidiéndole a la virgen que le conceda la gracia de la oración, la gracia de superar
sus distracciones. Generalmente, meditación y reflexión profundas son un puro don de Dios, que
sólo se logran a base de “pedir” y “suplicar” . Pida entonces “suplicando” con un corazón
necesitado y quebrantado, la gracia de orar, la gracia de ser generoso con Cristo; pidamos como
niños con simpleza, con sencillez de corazón sin palabras rebuscadas. Seamos sencillos, pidamos
como los niños que dicen: Padre, concédeme aprobar los exámenes, etc. No hagamos discursos.
Más que meditaciones y reflexiones rebuscadas, lo único que necesitamos es “Energía, Fuerza
espiritual, valor y perseverancia. Para ello sólo debemos “pedir con absoluta seriedad, con total
convicción”. La conclusión que sacaremos es que no pongamos toda nuestra confianza en la
meditación sino que confiemos más en el Poder que tiene la simple oración humilde de petición.
Esta oración semilla de corazón suplicante concreta tiene mucho poder, da mucha paz. Con ella
constataremos cuanta razón tenía San Pablo, cuando nos dice en Filipenses 4, 5-7: “Alégrense en el
Señor en todo TIEMPO. Les repito: Alégrense y den a todos muestras de un espíritu muy
comprensivo. El Señor está cerca: No se inquieten por NADA. En cualquier circunstancia recurran a
la oración y a la súplica, junto a la acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces
la paz de Dios, que es mucho mayor que lo que se puede imaginar les ayudará a confiar en su
corazón y en sus pensamientos, en Cristo Jesús.
Estas palabras son totalmente ciertas, la verdad que ellas encierran hay que experimentarla y
testificarla.
CUESTIONARIO
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2. ¿Cuál es la primera pauta que Jesús nos dio para orar bien?
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5. ¿Porqué nos recomienda San Pablo que no nos inquietemos por nada? ¿esto qué significa?
Interprete, medite y ore.
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Aquí no daremos a conocer cómo a de funcionar un grupo de oración, sino que trataremos sobre:
*antes que nada: “TODA Oración en Grupo auténtica supone haber hecho, la Oración personal o
privada.
“El Señor está presente cuando estamos reunidos en grupo: en una comunidad vuelta hacia Dios por
la oración, Dios ACTUA, pues el mismo Jesús lo prometió: Mateo 18, 19-20:
“Os aseguro también que si dos de vosotros se PONEN DE ACUERDO en la tierra para pedir “ALGO”
sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están DOS O
MAS reunidos en mi NOMBRE, allí estoy YO”.
Debo Creer y esperar que “EL” estará en el grupo por lo tanto debo abrirme a la
presencia del Señor en medio de multitud.
*También debo abrirme al mismo tiempo al hermano, a su persona (Saludarnos, Acogernos) estar
atento a su plegaria, a sus sentimientos, a su situación.....Por lo tanto no es cuestión de venir a
orar cada uno su propia oración sino “ENCONTRAR un CLIMA para “ORAR JUNTOS”: ALABANZA
CONJUNTA, CLAMOR UNÁNIME en torno a un ruego” ESTAR UNIDOS en el Amor y en la Fe” Sólo así
fue que ocurrió el prodigio de Pentecostés: Hechos 1, 14.
“Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de María, la Madre de
Jesús”.
o Esta Unidad de objetivos, de intenciones y de amor es el CLIMA interior que debe reinar en una
Asamblea, unirse en torno a algo que agrade a Dios, a algo que todos necesitemos, a algo que
nos supere. Ejemplo: Cuando tras haber sido apresados y conducidos al Tribunal, Pedro y Juan
vuelven a los suyos y les cuentan lo ocurrido....Hechos 4, 23-31.
“Una vez libres, vinieron a los suyos y les contaron todo lo que les habían dicho los sumos
sacerdotes. Al oírlo, todos s UNA elevaron su voz a Dios, y dijeron: “Señor, tu que hiciste el cielo
y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos....(y pidieron juntos) “Señor CONCEDE a tus siervos que
puedan predicar tu PALABRA con toda VALENTÍA, extendiendo su mano para realizar curaciones,
señales y prodigios por el nombre de tu SANTO siervo, Jesús”. Acabada su oración retembló el
lugar donde estaban reunidos, y TODOS quedaron llenos del ESPÍRITU SANTO y predicaban la
PALABRA DE DIOS con valentía. Ellos no permanecían encerrados en el individualismo (que conduce
a la rutina y al conformismo) sino que tenían un “Espíritu de Cuerpo”, un Espíritu Solidario, pedían
lo que todos ellos necesitaban.
Es un organismo “VIVO” (*2). Así como no podemos comprender a una persona si la estudiamos
como simple suma de ojos, corazón, pies, etc; así TAMPOCO se puede concebir a un grupo si lo
considero como simple suma de personas.
¿Hay cohesión? (¿responden como una unidad frente a propuestas o peligros?, ¿Hay íntimas
relaciones primarias?, Ejm.: se ayudan cuando están enfermos o en crisis algunos de sus
miembros, o se llama y dan cuenta cuando alguien falta ¿están pendientes unos de otros?
En 1961 el Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II (25 de Diciembre de 1991 EXHORTABA:
“Renueva en nuestro TIEMPO los prodigios como de un NUEVO PENTECOSTÉS; y CONCEDE QUE LA
IGLESIA SANTA reunida en UNANIME Y MAS INTENSA PLEGARIA en torno a María, madre de Jesús y
bajo la dirección de Pedro, DIFUNDA EL REINO DEL DIVINO SALVADOR, que es reino de verdad, de
Justicia, de Amor y de Paz. Amén”
En 1979 Juan Pablo II decía: “Veo en la R.C.C., que está en todas partes La riqueza del Señor. Yo
estoy convencido de que este MOVIMIENTO es un SIGNO de su acción, convencido que este
MOVIMIENTO ES UN IMPORTANTE COMPONENTE DE ESTA TOTAL RENOVACIÓN ESPIRITUAL DE LA
IGLESIA. (*4).
El Episcopado Latinoamericano reunido en PUEBLA a comienzos de 1979 nos orientó respecto a los
G.O.
*El Centro del Grupo de Oración es “El Señor Resucitado” que es fiel a sus promesas. (Mateo 18,
19-20).
*La fuente de oración del grupo es el Espíritu Santo que inspira y ora en nosotros (Romanos 8, 26-
27).
*La finalidad del grupo es “llevarnos a una profunda Renovación de TODA nuestra VIDA en
relación con nuestros hermanos, también EN UN APRENDER A VIVIR GUIADOS por el AMOR Y LA
PALABRA de dios, dóciles a su Espíritu como María. Lucas 1, 38: “Hágase en mí según tu PALABRA”.
-Reconocer con la VIDA Y la palabra que Jesús es el Señor. (Filp. 2, 11; 1 Cor 12, 3; Rom 10, 9).
*El vehículo más importante de la Oración Comunitaria es la Reunión o Asamblea sea en el Templo
y/o en CASAS particulares para orar.
San Pablo orienta a las Comunidades carismáticas en las siguientes cartas: 1 Cor 14,
26- 33; Ef 5, 18b-21; Col 3, 16-17.
-Que TODO sirva par EDIFICAR (cántico, enseñanza, revelación, hablar en lenguas, etc) no para
dominar ni para llamar la atención, ni para lucirse.
-Que todo se haga en forma decente y ordenada, porque Dios no es Dios de desorden sino de PAZ”.
-NO se emborrachen: el Vino lleva al Libertinaje; más bien LLÉNENSE DEL ESPÍRITU SANTO.
-Aliméntense con la PALABRA: Col 3, 16: “Que la Palabra Cristo, habite en ustedes con todas sus
riquezas”.
-HAYA mucho amor entre todos (Ef 5, 1: “Esfuércense por imitarlo. SIGAN el camino del Amor, a
ejemplo de Cristo, que los amó a ustedes” Ef 5, 21: “Sométanse unos a otros, por amor a Cristo”.
Mateo 11, 12: “El reino de los cielos sigue padeciendo violencia, y solamente los Violentos
consiguen alcanzarlo” Frente al poder del MAL: injusticia, violencia, capitalismo exacerbado,
pornografía, opresiones, desintegración Familiar, enfermedades, etc. Nuestro Corazón siente
desfallecer ¿Qué hacer? (mirarnos a nosotros mismos o absorbernos en oír problemas?. No, rompe
con la depresión y el Hipnotismo de las dificultades (*5), vuélvete a Dios, pon tus OJOS en el Señor,
en lugar de mirar hacia abajo, levanta tus OJOS y tu VOZ hacia Dios, di junto con el salmista:
“A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo, (Salmo 123) así como miran los ojos de una
esclava la mano de su dueña, así están nuestros ojos, observando al Señor, nuestro Dios hasta que
se conduela de nosotros”.
Salmo 121: “Dirijo mi mirada hacia los montes en busca de socorro, mi socorro me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Tomar conciencia antes de empezar una alabanza, venimos muy dispersos del mundo llenos de
inquietudes de preocupaciones, problemas, etc. Para orar es necesario “CALMARSE, SERENARSE,
APARTARSE de todo este TUMULTO y Disponerse a entrar en la Presencia del Señor. Esta oración
será un diálogo por lo tanto será necesario “Hacerse Presente” entonces para ello será necesario:
Oramos juntos todos, por eso el Señor Jesucristo nos enseñó a orar:
-Orar para que todo sea para “EDIFICACIÓN” de la Asamblea (1 Cor 12), para lo cual se requiere
“LA RECONCILIDACIÓN de unos con otros”. Con la Reconciliación y el perdón mutuo caen cadenas:
o Facilitar la apertura, y hacer que nos sintamos “POBRES”, humildes, COMO “niños” (Mateo 18,
3) y tengamos “SENSIBILIDAD ESPIRITUAL” ante el hermano, con actitud de acogida, haciendo
nuestra su oración y su ALABANZA veremos que si cada uno olvida sus propios problemas, para
orar más con el hermano y por el hermano, comprobará que su problema se ha solucionado.
5. OBJETIVOS A CONSEGUIR
1. Tenemos un sentido profundo de la “Presencia del Señor, ahí en medio de los que se reúnen,
de lo cual se obtiene una forma peculiar de GOZO- FORTALEZA Y ALIENTO por lo tanto en
grupo experimentamos más la misericordia del Señor.
2. Nos compromete más con los hermanos en el silencio y en el amor. No importa cuánta
oración individual tengamos “Si corremos el riesgo de ir a buscarnos a nosotros mismos en
nuestra oración”. La CALIDAD de nuestra oración ha de tener su manifestación en la
“CALIDAD de nuestra relación con el prójimo”.
3. El grupo nos lleva a crear “UN MISMO ESPÍRITU (Hch 2, 46; 5, 12) “UN SOLO CORAZÓN UNA
SOLA ALMA” (Hch 4, 32).
Los grupos mediante la oración comunitaria llegarán a ser “Todos del mismo sentir, con un mismo
amor, un mismo Espíritu, unos mismos sentimientos” (Flp 2,2).
-Nos instituye, nos guía, nos camia mediante su palabra y nosotros le respondemos a partir de lo que
somos y de nuestra vida.
¿NO ES ACASO EN EL “DESIERTO” - ahí donde no hay voces DONDE DIOS HABLA? ¡OH GRACIAS
DIOS MIO, HABLAME!
Es la falta de silencio interior que nos impide también abrirnos unos a otros. Para acoger a alguien
debe haber dentro de nosotros silencio que nos permita “captarlos y amarlos”. Así podemos
“Sentir” a cada una de las personas. “Nos permite captar mediante la intuición y más allá de las
palabras una pena escondida, un secreto, anhelo, una necesidad”.
No hay silencio: vino la palabra y no nos dimos cuenta, todo se lo llevaron los pájaros.
*Se acoge la palabra, pero como no se hizo limpieza no puede dar frutos, pues el corazón está lleno
de deseos y de preocupaciones por lo tanto FALTA PURIFICACIÓN, FALTA LUZ, surgen otras palabras
que la ahogan.
*La palabra se acoge, se escucha, penetra en el corazón y da frutos pues se la recibe ne lo más
profundo y nos hace cambiar.
Este cambio no es fruto de mi esfuerzo sino de la acción del espíritu en mi existencia concreta.
Bibliografía:
*3 IBID
*4.- Orientaciones para los grupos de oración: Renovación Carism´patica Católica : Jorge A. Bravo
M.S.J. Trujillo 1984.