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Acúfenos, cuando el ruido viene de

dentro
La audición es uno de los cinco sentidos del ser humano, el cual permite
que las vibraciones del sonido pasen desde el exterior hacia la parte del
cerebro que controla la audición. Un gran número de problemas pueden
ocurrir dentro de este complejo proceso debido a que las personas están
cada vez más expuestas al ruido excesivo.

Los auriculares, la televisión, las herramientas eléctricas, el secador de


pelo, los conciertos de música, las aspiradoras, las motocicletas, etc.,
contribuyen a este ruido. El ruido, así como el efecto acumulativo del
ruido en nuestras vidas puede causarnos problemas sobre las funciones
de nuestro sistema auditivo. Se denominan acúfenos o tinnitus a la
percepción de un sonido, en uno o en ambos oídos cuando no existe un
sonido externo que provoque dicha percepción. La persona que lo sufre
percibe un sonido aún en situaciones de absoluto silencio ambiental. Se
trata de un síntoma, no de una enfermedad y no debe ser confundido con
alucinaciones auditivas. El volumen de este sonido puede oscilar de leve
a moderado. Algunas personas lo describen como un rumor, otras como
un tarareo, un silbar, un ruido haciendo un clic, zumbidos o pitidos. Cada
persona puede experimentar versiones diferentes de estos ruidos. Los
ruidos que se oyen pueden ser intermitentes o continuos, puede ser un
sonido sólido o un sonido compuesto de varios tonos.

Es un síntoma tan frecuente que la mayoría de la población, en algún


momento de su vida, lo ha padecido. En algunas ocasiones los acufenos
pueden provocar verdaderas molestias y en estos casos es necesario
acudir a un profesional médico para su diagnóstico y posterior
tratamiento. Aunque su fisiopatología no está totalmente definida, se
piensa que podrían estar implicadas áreas del sistema nervioso central y
periférico, lo que explicaría la distinta percepción del síntoma por los
pacientes y justificaría en parte, la débil respuesta a los diferentes
tratamientos.

En España se calcula que hay un millón y medio de personas que sufren


acúfenos y, de ellos, el 80 por ciento son jóvenes. Entre las causas más
conocidas que pueden estar implicadas en los acúfenos:
• La exposición prolongada a ruidos de elevada intensidad.
• Estrés.
• Hipertensión arterial.
• Envejecimiento.
• Mala higiene del conducto auricular, exceso de cera.
• Fármacos ototóxicos.
• Infecciones en los oídos,
• Tumores en el sistema auditivo,
• Enfermedades cardiovasculares
• Problemas neurológicos, etc.

Algunos científicos sostienen que los acufenos pueden ser causados por
el insuficiente flujo de sangre en los oídos, el cual puede ser provocado
por la obstrucción de las pequeñas arterias en el oído interno por el
colesterol, causando el bloqueo de la circulación en el oído.

También pueden ser provocados por un ruido excesivo que causa un


espasmo en las arterias, reduciendo el flujo de sangre a la cóclea.

En algunos casos, los acúfenos no son más que un síntoma de otra


enfermedad y desaparece con la curación de dicha enfermedad. De una
manera u otra muchas veces los acúfenos son difíciles de manejar. Entre
los jóvenes, la exposición al ruido es una de las causas más probables
de la aparición de acúfenos. Los casos de daño en el oído y la pérdida de
audición se han ido incrementando en un número considerable con la
llegada de los reproductores personales de MP3, los videojuegos
ruidosos y el uso generalizado de los auriculares.

El 4% de la población española y de otros países industrializados padece


ruidos constantes graves en su oído y un 1% de la población padece una
situación de gravedad extrema que afecta a su vida cotidiana, llegando a
afectar a su estado emocional y psicológico.

El incremento de los niveles de ruido ha crecido de forma


desproporcionada en las últimas décadas y sólo en España se calcula
que al menos 9 millones de personas soportan niveles medios de 65
decibelios (db), siendo el segundo país, detrás de Japón, con mayor
índice de población expuesta a altos niveles de contaminación acústica.

El tratamiento de los acúfenos debe decidirlo y prescribirlo un profesional


médico. La mayoría de las personas durante la vida sufren en algún
momento acufenos los cuales pueden llegar a alterar de forma negativa
la concentración, el trabajo, el sueño, la relajación, la comunicación
normal con los demás y pueden incluso conducir a una depresión
psicológica. El consumo de ciertos nutrientes puede ayudar a reducir los
acúfenos así como completar los tratamientos tradicionales. Con una
buena nutrición es posible mejorar el funcionamiento de las células
auditivas y también proteger las células de la audición de los radicales
libres.

A continuación se destacan algunos de los principales suplementos para


el tratamiento de los zumbidos en los oídos:

– Ginkgo: (Gingko biloba) ha sido utilizado tradicionalmente para estos


casos ya que ayuda a mejorar el riego sanguíneo de la zona alta del
cuerpo y a incrementar el flujo sanguíneo en el aparato auditivo y
mantener el equilibrio.

– Pueraria lobata (kudzu): Tiene efectos antioxidantes. Contiene


flavonoides, ácido glutámico y otras sustancias. Tiene un efecto calmante
y reduce la probabilidad de sufrir acúfenos en los oídos.

– Vitamina C: Ayuda a proteger el oído contra la oxidación de los


radicales libres.

– La vitamina B6 estimula la actividad de los nervios que van hacia el


oído interno. Ayuda en el buen funcionamiento del sistema nervioso.

– Vitamina B1 (tiamina): interfiere en la actividad del sistema nervioso y


juega un papel importante en el mecanismo de la audición.

– Magnesio: Mejora la circulación y el estado de los nervios por lo que


facilita la audición en los enfermos de oído.

– Zinc: Es un mineral útil para reducir el ruido en los oídos. Se toma en


combinación con el cobre.

– Coenzima Q10 es un fuerte antioxidante similar a la vitamina E, que


mejora la circulación sanguínea en el aparato auditivo, abastece de
energía las células del aparato auditivo y protege las células contra el
daño de los radicales libres.

– Valeriana: calma el sistema nervioso central. Comer alimentos que


contengan pocas grasas saturadas de origen animal y comer aquellas
que contengan una gran cantidad de grasas insaturadas como el
pescado (salmón, trucha, atún, arenque, caballa, sardinas, anchoas, etc),
todo tipo de cereales, semillas, frutos secos, fruta fresca y verduras. El
omega-3 es un ácido graso importante, que nuestro cuerpo no puede
producir y debe ser obtenido a través de los alimentos.

Las Vitaminas A y E también juegan un papel importante en el


funcionamiento óptimo del mecanismo de la audición. Entre los alimentos
que contienen alto contenido de vitaminas A y E se encuentran el hígado,
el aceite de pescado, huevos, zanahorias, nueces, germen de trigo y
vegetales de hoja verde. Para el buen funcionamiento del aparato
auditivo hay que destacar la importancia de llevar un estilo de vida
positivo y saludable, que incluya el ejercicio regular, y mantener hábitos
de alimentación saludable.

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