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TEMA 1: EL ARTE PALEOCRISTIANO Y BIZANTINO EN ESPAÑA

(introducción)

Marco temporal: surge tras la muerte de Cristo, siglo I d.C, los apóstoles tienen la tarea
de expandir la doctrina por el mundo, así que el arte paleocristiano es el arte de los
primeros cristianos y abarca desde el siglo I hasta el siglo V.
Hay dos etapas: desde el 330, en el Edicto de Milán, en el que se toleran otras religiones
en el Imperio Romano y esta antes es una religión prohibida y clandestina y desde el
punto de vista artístico apenas encontramos arte monumental. La liturgia cristiana es
muy simple y se llevará a cabo en las domus eclesiae o tituli eran casas particulares de
patricios romanos, de personas acomodadas que ofrecían sus casas para la celebración
de la liturgia, la religión se practica de forma clandestina.
La primera etapa del arte paleocristiano es anterior a las domus eclesiae y son
importantes sobre todo las catacumbas porque es aquí donde aparece la primera
iconografía cristiana.
Encontramos loculi, cripta, arcosolio y cubículo.
Una vez la religión es tolerada, los cristianos tienen libertad para celebrar su culto y
usan basílicas, ya que las domus eclesiae se quedan pequeñas, y necesitan un lugar. El
modelo que utilizan es el de las antiguas basílicas romanas.
La basílica romana estaba situada en el foro, con función civil y sirve de modelo por sus
grandes dimensiones.
Además de las basílicas en esta segunda etapa del arte paleocristiano aparece la
escultura paleocristiana, que se reduce básicamente a los sepulcros, será de tipo
funerario pues querían evitar la idolatría.
No obstante, dentro de la cultura paleocristiana debemos representar algunos temas en
escultura exenta, parten del moscóforo, el buen pastor, Cristo joven con un cordero,
cristo como doctor sentado en su trono. La escultura funeraria dentro del arte
paleocristiano tendrá gran importancia.
Este arte que en un principio se gesta en Italia se va expandir por toda Europa y a otras
provincias del arte paleocristiano y entre estas provincias destaca Hispania. Tenemos
constancia de la presencia de determinadas comunidades en los siglos II y III, sin
embargo los restos arqueológicos y artísticos, se fechan los más antiguos en el siglo IV.
Esos restos son extremadamente complejos de estudiar, pues en su mayor parte son
arqueológicos, es decir, que sólo se conservan cimientos.
El mayor arte se da en los sepulcros. Entre las tipologías paleocristianas conservadas en
España destacan: basílicas, martiria, es decir, edificios con funciones funerarias y
construidos para albergar los restos de algún mártir y sobre todo los sepulcros.

Un ejemplo de un antiguo martiryum paleocristiano del que tenemos constancia es el


antiguo martiryum de Santiago de Compostela, llamado el Locus Sancti Iacobi. Este
martiryum estaba inspirado en los antiguos heroa romanos. Los heroa eran monumentos
de carácter pagano que se levantaban sobre el terreno donde había muerto un héroe. Era
un edificio conmemorativo y los cristianos utilizarán esos antiguos modelos paganos
para recordar a sus mártires.

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Sobre el lugar donde fue enterrado el apóstol Santiago se levantó un pequeño edificio
que estaba dividido en dos plantas, la planta inferior, se utilizó con función funeraria y
la planta superior contenía un altar y se utilizaba para las celebraciones religiosas.
Atraídos por la protección del santo, comenzaron a enterrarse otros fieles junto a las
reliquias. A estos enterramientos se les conoce como sepulcros ad sanctum, es decir,
junto al santo. Era muy frecuentes en la Edad Media que junto a los restos de un santo o
mártir se conservaran los restos de un fiel. El hombre de la Edad Media estaba
obsesionado con la muerte y pensaba mucho en la otra vida. Les preocupaba el juicio
final y salvación en la otra vida.
Hay constancia de la existencia de múltiples martirya, de este tipo por todo el suelo
hispano, pero la mayoría han desaparecido porque sobre ellos se construyeron iglesias y
catedrales en fechas posteriores, como Santiago de Compostela.
El cristianismo en España se extendió por las ciudades pero muy pronto también por las
zonas rurales. En estas zonas rurales eran muy frecuentes la existencia de la villae
pertenecientes a ricos propietarios convertidos al cristianismo y que utilizaban sus
viviendas tanto para las reuniones litúrgicas como para mausoleos, como es el caso de la
villa y mausoleos romanos como Centcelles. Esta villa era una antigua villa romana y
una de sus dependencias se utilizó como mausoleo familiar.
El modelo utilizado para esta construcción fue el de los antiguos mausoleos romanos y
paleocristianos como el ejemplo de Santa Constanza en Roma, era un edificio de planta
centralizada, con una cúpula, una zona subterránea para los enterramientos y un
segundo nivel, a nivel del suelo a modo de capilla.
Su particularidad es que conserva algunas partes de mosaicos en su cúpula.
Los temas elegidos son los de la propia iconografía cristiana. Temas como Adán y Eva,
Daniel y los leones, etc, que expresaban la salvación gracias a la fe en la divinidad.
Restos de basílicas paleocristianas se han conservado en varias provincias de España, es
decir, lo único que se ve, es su silueta y planimetría.
La particularidad de las antiguas basílicas hispanas paleocristianas es que en su mayor
parte tienen un gran ábside contrapuesto y cuando esto ocurre hablamos de ábside y
contraábside.
Estas basílicas tienen planta rectangular, suelen tener tres naves, separadas por
columnas y en torno a ellas una necrópolis. Luego estas basílicas se acabaron
convirtiendo en el centro de necrópolis. Una de estas basílicas es la de San pedro de
Alcántara, también llamada de Vega del Mar en la provincia de Málaga.
La existencia de estas sepulturas en el exterior se debe a la prohibición de realizar
enterramientos en el interior de las iglesias, tras el concilio de brava en el año 561.
Esto se prohíbe pues en las más famosas se tenía que ir sorteando las sepulturas y
emitían un olor desagradable. Sí se podían realizar sepulcros como arcosolio abiertos en
el muro exterior de la iglesia.
El ábside contrapuesto que vemos aquí parte de las basílicas paleocristianas del norte de
África. La función del contraábside era funeraria. El contraábside actuaba para la
celebración de liturgias fúnebres. El ábside principal contenía el altar y en el
contraábside se celebrarían liturgias y sepulcros de medios privilegiados de la sección
medieval.

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Sin duda la importancia del arte paleocristiano se encuentra en el arte funerario, en
España conservamos una buena colección y la mayor parte se encuentra en grandes
museos y el museo Marés de Barcelona.
Otros de estos sarcófagos fueron reutilizados en posteriores fábricas románicas y
góticas.
En este sentido destaca la colección de sarcófagos conservada en la iglesia de San Félix
de Gerona. Aquí hay hasta seis o siete frisos empotrados en el muro del presbiterio de
antiguos sarcófagos paleocristianos. También se da el caso de que algunos de ellos
fueron utilizados como tumbas de reyes.
Uno conservado en el Museo Arqueológico nacional del París, el sarcófago de Astorga.
Entre los conservados en España se aprecia una diferencia notable de calidad y esto se
debe a que una parte se importó desde Roma y en el caso de calidad inferior se
realizaron en talleres hispánicos.

Los sarcófagos no importados desde Roma están fechados en una cronología más
cercana, pues a partir de la crisis se dejaron de importar obras procedentes de Italia. A
partir el siglo V comienzan a aparecer múltiples talleres hispanos que se especializan en
la realización de los sepulcros, parecidos a los romanos pero con calidad inferior.
Los temas más representados son Adán y Eva, las curaciones milagrosas de Cristo, la
Resurrección de Lázaro, la multiplicación de los panes y los peces y el sacrificio de
Isaac.

Falta principio día 3 marzo

Cruz de los ángeles siglo IX. En esta cámara santa destacan dos piezas, una de ellas es
la llamada cruz de los ángeles, fechada, gracias a la inscripción que se encuentra en el
reverso de la pieza, en el año 808.
Se trata de un encargo del rey Alfonso II el Casto que lo donó a la catedral de Oviedo,
fundada por él.
Según la tradición, esta cruz fue realizada por unos ángeles que se encontraban en
Oviedo como peregrinos.

Hoy día se ha hecho la prueba del carbono 14 en el soporte y se sabe que fue realizada
en esa época. Pretendían convertir la obra en una pieza no hecha por manos humanas,
buscaban el prestigio de la monarquía asturiana. Está realizada en un núcleo de madera
y recubierta con láminas de oro y sobre estas láminas se incrustaron piedras preciosas y
semipreciosas y camafeos de origen romano.
Al igual que en las piezas del imperio carolingio se utilizó la filigrana para decorar los
brazos de la cruz, esta es una de las piezas, que pertenece al reinado de Alfonso II.
Esta cruz fue utilizada como relicario. En el interior de uno de los brazos se ha
encontrado un pequeño receptáculo donde se encontraba un fragmento de la cruz de
Cristo, sería una cruz relicario.

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La segunda pieza relevante de la cámara santa es la Cruz de la Victoria, en este caso,
100 años después, en el año 908 y por lo tanto, pertenece a Alfonso III el Magno, es
más tardía pues pertenece a la última fase del reinado.
También hay una tradición legendaria vinculada a esta cruz y es que según la leyenda,
el núcleo de madera de la cruz perteneció a Don Pelayo y la utilizó en la batalla de
Covadonga.
Según la leyenda, Don Pelayo enarboló esta cruz para que los ejércitos cristianos
ganaran la batalla, sin embargo, hoy día, se sabe que esto no es cierto, pero su nombre
viene de ahí.
Hoy día se ha convertido en el símbolo del principado de Asturias. Es una cruz latina,
cada uno de los brazos remata en un trilóbulo y está completamente recubierta de oro y
piedras preciosas.
Se cree que se utilizó en el marco de las procesiones litúrgicas. No se pensó para ser
expuesta sino procesionada.
La cruz de los ángeles es el símbolo de la ciudad de Oviedo.
La obra actual es producto de una restauración ya que fue robada y las láminas de oro y
piedras preciosas quitadas.

¿ARTE MOZÁRABE O DE REPOBLACIÓN?


El primero en aplicar el apelativo de arte mozárabe fue Manuel Gómez Moreno. Utilizó
el arte de mozárabe para designar a un estilo que presentaba notables paralelismo con el
arte.
Según Gómez Moreno, En el siglo X, los mozárabes procedentes de Al Ándalus huyen
por ser fruto de las persecuciones y se instalan en el norte y llevan una cultura visual de
todo lo que habían visto en Al-Ándalus. Estos mozárabes serán los responsables de las
construcciones del arte cristiano en el siglo X. Es un arte realizado por mozárabes.

Mozárabe: cristianos que viven en territorio musulmán.


Mudéjar: musulmanes en territorio cristiano.
Mulabí: musulmán convertido al cristianismo.
Morisco: musulmán convertidos al cristianismo por obligación, musulmanes bautizados.

Sin embargo en la actualidad profesores como Isidro Vango Torviso de la Universidad


autónoma de Madrid, y otros, dicen que este término debe ser estudiado y cuestionado
para aplicarlo a un momento artístico.
En ese momento, todas las tierras de la meseta norte castellana estaban siendo
repobladas no sólo por mozárabes sino también por pobladores de la cornisa cantábrica.
Esas personas también se encuentran tras la construcción de estos edificios. Por otro
lado el hecho de que estos cristianos ya no ocuparan tierras pertenecientes al islam bajo
el dominio musulmán, les libra de este nombre de mozárabe, pues están en territorio
cristiano y por ello hoy se apuesta por el término de arte de repoblación.
Lo que está claro es la dependencia del arte califal y los elementos arquitectónicos
procedentes del arte califal y que se utilizan en el arte de repoblación son los siguientes:
el arco de herradura con dos tercios de radio de peralte. Este arco además suele ir

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enmarcado por un alfiz y en algunos casos presentan bicromía en rojo y blanco. Otro
resultado son los abovedamientos califales como las bóvedas califales o cordobesas son
aquellas bóvedas que presentan nervios y que no se cruzan en el centro.
También se utilizan las bóvedas gallonadas. Aquellas con aspecto de media naranja, es
decir, con usos cóncavos que la convierten en media naranja. Y los modillones de royos
utilizados en los aleros de los tejados. Es lo que en el románico conocemos como
canecillos. En el arte mozárabe se prefiere la decoración floral o vegetal.
En muchos de ellos se presentan animales fantásticos o temas eróticos. La mayor parte
de edificios mozárabes se presentan en el norte de la provincia castellana, son las
mesetas de Burgos, León y Soria, las que más edificios presentan. Sólo podemos hablar
de un edificio mozárabe construido en Al Ándalus, y el único conservado en Al Ándalus
fue el de la basílica de Bobastro. Es decir, si hablamos de un edificio mozárabe tuvo que
ser construido dentro de Al Ándalus. Allí en el siglo IX había una fortaleza en la que se
recluyó Omar Ibn Hafsun. Este personaje era un noble musulmán que se reveló contra el
poder califal convirtiéndose al cristianismo y utilizó como sede de esa rebelión el
territorio de Bobastro, con su fortaleza desde el siglo IX.
En ese territorio de Bobastro tras su bautismo mandó construir una iglesia con planta
basilical, tres naves separadas entre sí por arquerías de herradura. Más cerrada y con un
transepto no sobresaliente en planta y una cabecera triabsidal y está excavado en parte
en la roca y se trata de una iglesia de tipo rupestre.
De esta iglesia se han conservado las ruinas y alguna arquería de las naves laterales. El
estado de conservación se debe a un incendio provocado por Abderramán III. La iglesia
acabó siendo incendiada por los musulmanes.
En este caso sí deberíamos hablar de arquitectura mozárabe, pues fue realizada por
mozárabes en territorio musulmán.
El único ejemplo mozárabe sería este.
Las iglesias que pertenecen a este estilo y se concentran en el norte de la actual
comunidad de castilla y León, destacan San Miguel de la escalada en la provincia de
León, la Iglesia de San Febrián de Mazote, en Valladolid y la Iglesia de Santiago de
Mazalba en la provincia de León. El turismo prerrománico es rural, para visitar estos
sitios hay que ir con coche y por caminos de tierra. San Miguel de la escalada es una
iglesia que perteneció a un antiguo monasterio, (es decir, hablamos de una iglesia
monástica) del que no se conserva nada más que el templo. Además de la arquitectura
destaca por la presencia de un importante scriptorium en el que se llevaron a cabo
códices miniados, el scriptorium de San Miguel de la escalada. Es una iglesia de planta
basilical con tres naves en el brazo principal, separadas por arcos de herradura, en la
diferencia de altura entre las naves destaca la presencia de un claristorio, es una iglesia
de iluminación directa, y un transepto que no sobresale en planta. El transepto está
separado por el espacio de los fieles por medio de un iconostasio.
Por lo tanto, el transepto fue ocupado por los oficiantes de la liturgia y el resto de la
comunidad estaba privada de la vista al altar en momento del culto. Tenemos que contar
con la presencia de cortinas, ya que hoy sólo hay arcos.

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La cabecera tripartita presenta tres capillas cubiertas con bóvedas gallonadas, por lo
tanto, un elemento más de unión con la arquitectura califal. Tenemos que pensar que en
su origen fue un edifico decorado con pinturas en su interior y todos los edificios
estuvieron pintados como San Tullán. Destaca la presencia de un pórtico en el lado
meridional del templo, que enlaza esta construcción, con los laterales del templo.
El segundo ejemplo es el de San Cebrián de Mazote y es de gran interés pues se trata de
una iglesia contraabsidiada pues presenta un doble ábside en el este y el oeste.
Es un templo que se emparenta con las iglesias norteafricanas. Esta tipología de nave,
brazo principal dividido en naves y es una tipología muy diferente en el norte de áfrica.
Entre los elementos pertenecientes a Córdoba, destacan los arcos de herradura, que en
ese caso aparecen con la típica bicromía típica de la Mezquita de Córdoba.

Además de los arcos de herradura, destacan las cúpulas gallonadas que cubren el ábside
y el contraábside y las dos capillas del extremo del transepto. El transepto no termina en
un trastero recto, sino que destaca en bicromías.

Otro de los ejemplos destacados en Santiago de Peñalba de León, con bóvedas


gallonadas, arcos de herradura, y modillones de rollos en los aleros del tejado.

La miniatura: los Beatos


Además de la arquitectura en esta última fase del arte prerrománico español destaca la
ilustración de códices realizados en pergamino en los scriptoria de los monasterios.
A estas pinturas sobre libro se las conoce como miniaturas. El nombre deriba de minium
que era óxido de plomo utilizado con los pigmentos y aplicado sobre los pergaminos.
La miniatura mozárabe del arte de repoblación, alcanza su máximo esplendor en el siglo
X pero se prolongará durante el románico y los inicios del gótico. Es decir, es un estilo
que surge en este momento, pero tendrá continuidad en todo el románico y el siglo XII.
La miniatura mozárabe está vinculada al beato de Liévano.
Beato de Liévano era un monje que vivió en el monasterio de Santo Tovidio de
Liévano. Este monje escribió unos comentarios al Apocalipsis de San Juan. Este es el
último libro de la Biblia muy complejo, redactado por el evangelista San Juan en la isla
de Patmos.
En este libro se trata la lucha del bien frente al mal y la última parte se dedica al
enfrentamiento entre Cristo y el anticristo, así como la llega del Fin del Mundo y el
Juicio Final.
Por lo tanto un texto de carácter escatológico con abundantes alegorías y metáforas, no
fácilmente comprensibles ni siquiera para los monjes. Lo que hace el Beato de Liévano
es intentar escribir unos comentarios para aclarar el contenido del libro de San Juan.

Este texto tuvo un gran éxito y todos los monasterios encargaron una copia del texto
escrito por Beato de Liévano. Esos ejemplares con el tiempo serían completados con
ilustraciones que clarificaran aún más los textos. Tanto el texto como las ilustraciones
eran realizadas por monjes en el seno de los monasterios, en los scriptoria.

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Por ejemplo, el monasterio de San Miguel de la escalada fue uno de los templos
importantes. El scriptoria era una sala dedicada a la decoración de las miniaturas y allí
podían trabajar varios monjes vidriados cada uno en la realización de un arte y lo más
común es que trabajaran varios especialistas.
Un monje se dedicaría a realizar el texto, otro se especializaría en la realización de
escrituras y un tercero especializado en la realización de pergamino. Conocemos el
nombre de alguno de los miniaturistas que trabajaban en estos códices pues su nombre
aparece citado en el nombre de los mismos.
Entre estos miniaturistas destaca Magius, el monje Emeterio y más importante aún, la
monja Eune. Es una mujer religiosa especializada en la realización de miniaturas.
Muestra la torre de un monasterio con las influencias mozárabes y una sala con sus
correspondientes inscripciones, uno está en un atril, otro copiando un texto y un tercero,
hoy casi perdido, con unas tijeras en las manos cortando el pergamino.
En algunos casos el miniaturista era copista.
El nombre de Santo Todivionse utilizaría para denominar a los monjes que hablaran de
ello.
Hoy día se conservan 32 beatos y a pesar de que es una producción española, la mayoría
se conservan en el extranjero.
Los beatos no sólo se realizan en el siglo XI y XII y a pesar de la cronología tardía de
algunos, se respeta el mismo estilo, es decir, los beatos del románico, se siguen
haciendo con las mismas características del siglo X.
Entre los beatos mozárabes destaca el beato de Tábara, llamado así pues perteneció al
antiguo monasterio de Tábara y más importante aún el beato Morgan, conocido también
como Magius o San Miguel de la escalada.
Con una cronología ya tardía, perteneciente al siglo XII destaca el beato de Don
Fernando y Doña Sancha.

El beato Morgan es una de las joyas de la arquitectura mozárabe y se conserva en la


biblioteca Morgan de Nueva York. Es un comentario del apocalipsis, con ilustraciones
realizadas por el monje Magius.
Este ejemplar estuvo presente en la historia del Monasterio de San Miguel de la
Escalada en el siglo XIV.
A partir de estos ejemplos vemos como es esta escritura mozárabe y los ejemplos
pueden ser a una página o a dos. Utilizan colores vivos, muy pocos elementos del
paisaje y cuando aparecen están esquematizados y alejados de la realidad. Lo más
frecuente es que los personajes estén ambientados en una zona determinada y que los
fondos se ocupen con una abundante faja de color.
Están realizados con un dibujo muy expresivo y de la anatomía de los personajes, lo que
destaca es el rostro, pues está simplificado al ojo mínimo y en el resaltan los ojos de las
miniaturas mozárabes y querían expresar a través de ellos a personajes alucinados. Era
una manera de reflejar el mundo espiritual y trascendente al que pertenecían. Algunos
han relacionado estos ojos con los sucesos del año 1000. Carecen de volumen y
claroscuros y se ha visto gran influencia de la miniatura en los relieves románicos.

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Grabar: todo lo que vimos se podía aplicar a la miniatura mozárabe, son personajes del
mundo trascendente visual, son personajes planos, hieráticos, desproporcionados, sin
ambientación espacial.

Cuando aparece algún detalle obviamente tiene las mismas características que la
arquitectura coetánea, es decir, que esa arquitectura islámica y cordobesa también se
aprecia en las miniaturas.
Son escenas ambientadas en lugares indeterminados con colores vivos que representan
escenas del apocalipsis. Los contemporáneos de estas arquitecturas veían reflejado el
contexto histórico en el contenido de las mismas, identificaban al anticristo con el islam.
No dejaba de ser una esperanza para estos cristianos en el siglo X, el castigo del infiel y
la salvación de los cristianos.
En portadas tanto de estructura monumental, en capiteles y los beatos.

En este beato, uno de los mejores códices beatos, en la presencia del demonio, el
demonio tiene los ojos picados, algo muy común en el arte medieval, la censura visual.
Antes cuando un personaje les daba miedo lo destruían o lo tapaban las partes que le
daban miedo.

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