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425-CAS-2007

SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las ocho


horas y quince minutos del veinticuatro de noviembre de dos mil diez.

El recurso de casación que se conoce fue interpuesto por el defensor particular licenciado
Adolfo Antonio Ramírez Andrade, impugnando la sentencia condenatoria pronunciada a las
catorce horas y treinta minutos del veintisiete de junio de dos mil siete, por el Tribunal Segundo
de Sentencia de esta ciudad, contra el imputado ERNESTO ALEXÁNDER LEMUS, por el
delito de POSESION Y TENENCIA previsto en el Art.34 Inc.3° de la Ley Reguladora de las
Actividades Relativas a las Drogas, en peligro de la Salud Pública.
La parte resolutiva de la sentencia recurrida en lo medular expresa: "A) CONDÉNASE
como autor directo, al imputado ERNESTO ALEXÁNDER LEMUS, de generales expresadas en
el preámbulo de esta sentencia por el delito de POSESIÓN Y TENENCIA, en perjuicio de la
SALUD PÚBLICA a cumplir la pena de SIETE AÑOS DE PRISIÓN y al pago de una multa de
DIEZ SALARIOS MÍNIMOS MENSUALES URBANOS VIGENTES, ascendiendo dicha multa a la
cantidad de pago de QUINCE MIL DOSCIENTOS CINCUENTA Y DOS COLONES O SU
EQUIVALENTE DE UN MIL SETECIENTOS CUARENTA Y TRES DOLARES CON NUEVE
CENTAVOS DE DÓLAR (...) B) CONDÉNASE asimismo al imputado ERNESTO ALEXÁNDER
LEMUS a la pena accesoria de inhabilitación absoluta en lo relativo a la pérdida de los
derechos de ciudadano por el tiempo que dure su condena; C)ABSUÉLVESE a dicho imputado
del pago de toda responsabilidad civil y costas procesales, de conformidad al Art. 181 Cn."
A solicitud del recurrente se ordenó la celebración de audiencia para la discusión y
fundamentación oral del recurso, la cual no fue realizada por haber desistido de la misma el
licenciado Ramírez Andrade, según acta de las once horas y treinta minutos del diecinueve de
noviembre de dos mil diez.
CONSIDERANDO.
1-PRIMER MOTIVO. El abogado defensor alega la inobservancia de los Arts. 130 Inc.
1° y 357 N°2 y 3 ambos del CPP, aduciendo que la sentencia contiene el vicio de falta de
fundamentación, en base a las razones que a continuación se sintetizan: -Que la fundamentación
es contradictoria ya que en relación al testigo José Felipe Quinteros, por una parte al expresar la
síntesis de los fundamentos cuando se dio lectura posterior a la deliberación, se afirmó que se le
negaba valor por falta de credibilidad y por otra ya en la sentencia lo valora positivamente en una
parte desfavorable al procesado -Que no se valoró la pericia dactiloscópica ni los documentos
presentados referidos al giro económico del imputado.
1.2-En cuanto a este motivo, dentro de los fundamentos expuestos por el recurrente, se
destaca, que finalizada la respectiva deliberación, y al constituirse nuevamente el colegio de
jueces a la sala de audiencias, para leer la parte dispositiva de su decisión, en relación al testigo
José Felipe Quinteros, se dijo que: "no les merecía fe, ya que se observaba nervioso al momento
de su declaración y que por ser su sobrino al cual estaban acusado (sic) se determinaba que su
afán era favorecerlo... y por tal no sería tomada en cuenta su declaración "; mas, afirma el
impugnante, que ya en la sentencia, sí fue valorada esa prueba testimonial y que de ella se ha
derivado elementos apreciados como de cargo en contra de su defendido, lo cual viene
interpretando el casacionista como una contradicción dentro del razonamiento probatorio del
Tribunal de Instancia, que se traduce en una motivación insuficiente de la decisión que invalida la
sentencia de acuerdo al Art.362 N°4 CPP.
1.3-Sobre este punto, se hace ver que la obligación de los Jueces penales de fundamentar
sus resoluciones regulada en el Art.130 CPP, particularmente cuando se trata de la sentencia
definitiva, la cumplen mediante la expresión de su criterio jurídico y fáctico del caso, en la
sentencia documento, es decir que es en esta donde se formaliza dicho acto procesal con arreglo
al Art. 357 CPP por ser el medio idóneo para garantizar la perdurabilidad de la declaración del
juzgador acerca de las razones en las que justifica la decisión adoptada, asegurando por esta vía
su ulterior control, verbigracia mediante recursos. De modo, que a la hora de examinar la
coherencia del razonamiento probatorio, el análisis deberá centrarse en la justificación del fallo
contenido en el acto formalizado de acuerdo a la citada disposición.
Ésta es la interpretación que se deriva razonablemente del texto de la ley y de la
naturaleza de los actos procesales en comento. Efectivamente, el Art.358 Inc.2° CPP dispone que
cuando se difiera la redacción de la sentencia, como en el presente, "el presidente del Tribunal
leerá tan sólo su parte dispositiva y relatará al público, sintéticamente los fundamentos que
motivaron la decisión ", y luego agrega "anunciará día y hora dt. la audiencia para la lectura
integral", y finaliza en el inc. 3°" "La sentencia quedará notificada con la lectura integral". Lo
que la norma esta preceptuando es que excepcionalmente, podrá hacerse saber adelantadamente
la paste resolutiva, facultando al Tribunal para diferir hasta por un plazo máximo de cinco días,
la redacción de los fundamentos de la decisión. En ese orden lógico, el relato sintético de la
motivación que acompaña a la lectura del dispositivo, no puede entenderse como definitivo,
especialmente tomando en cuenta que por definición se tratará de una exposición que, no
obstante pretender abarcar los elementos esenciales, no deja de ser general, lo que de suyo
generaría dificultades a la hora de querer encontrar en ella, por ejemplo, la completitud que
debe caracterizar a una correcta fundamentación.
Coherente con lo anterior, el expresado adelantamiento no tiene un efecto notificador, sino
que este se producirá hasta "la lectura integral" de la sentencia, Art.358 Inc.3° CPP, resultando
que será sobre este documento que las partes podrán ejercer sus derechos, especialmente el
impugnativo. Afirmación válida para el recurso de casación específicamente cuando las partes,
como en el caso que ahora nos ocupa, pretendan que se case la sentencia por ver contradicciones
esenciales en su argumento probatorio.
Siguiendo la premisa aceptada arriba, que la sentencia existirá jurídicamente hasta que se
formalice como tal, se advierte que uno de los dos juicios en que el recurrente basa su reclamo, el
que supuestamente esta insertado en los fundamentos sintéticos que se expusieron oralmente en
conjunto con la lectura de la parte dispositiva, por encontrarse fuera de la sentencia, no es válido
para establecer una contradicción insalvable y decisiva en el argumento fáctico base de la
resolución, lo que lleva a concluir que no queda demostrada la pretendida fundamentación
contradictoria alegada mediante este motivo casacional.
1.4-En lo que respecta al punto que el Tribunal de instancia omitió valorar C el análisis
practicado por el dactiloscopista de la División de la Policía Técnica y Científica de la Policía
Nacional Civil, Feliciano Neftalí Ramírez Erazo, se observa que el mismo aparece relacionado en
la fundamentación probatoria descriptiva del proveído, sin embargo no consta en el texto de la
sentencia que se le haya negado o asignado valor. No obstante, se comprueba mediante la
inclusión hipotética de dicho medio prueba, que no tiene carácter decisivo, en base a los
argumentos que siguen: a) Según resolución proveída por el Juez Sexto de Instrucción de San
Salvador, las ocho horas con treinta minutos del día trece de noviembre del año dos mil seis
(fs.250) la experticia ordenada tenía como objeto el "levantamiento o extracción de huellas
dactilares en una serie de evidencias: Tres cacerolas de aluminio, dos medianas y una pequeña
", las que de acuerdo a los hechos acreditados fueron hallados en "la parte de atrás de la casa (...)
conteniendo la pequeña, residuos de sustancia sólida, la cual dio resultado positivo a cocaína
base libre "; para después compararlas con las huellas del imputado Lemus, a fin de determinar si
fue él quien las lanzó al lugar en el que fueron encontradas. El perito dijo "que no fue posible
revelar y recolectar fragmentos de huellas papilares" por lo que "las impresiones digitales y
palmares tomadas al imputado (...) no se compararon" de modo que no se llegó a emitir un
dictamen concluyente respecto del pretendido análisis comparativo susceptible de valoración y
que excluyera al procesado de la ejecución de esa puntual circunstancia. b) La prueba en mención
está referida sólo a una porción de los hechos, circunscrita a establecer si fue el imputado Lemus
quien lanzó el objeto que contenía residuos de droga, mas en forma alguna este fragmento
fáctico, tiene la virtualidad de modificar el núcleo esencial del hecho comprobado consistente en
el hallazgo de "un galón plástico (...) conteniendo en su interior ciento quince porciones
pequeñas y seis medianas de sustancia sólida, cada una envuelta en recortes de papel aluminio y
una porción mediana de polvo blanco húmeda (...) dio resultado positivo a cocaína base libre
conocida como crack y el polvo blanco a cocaína clorhidrato" (fs.445 vto.) lo cual se encontraba
en un ámbito de su disponibilidad, dato objetivo del que razonadamente el sentenciador ha
derivado en parte, el conocimiento y voluntad de la realización del tipo penal objetivo que se le
reprocha al señor Lemus, "el acusado Ernesto Alexánder Lemus, residía y era responsable de la
casa objeto del registro (...) para la materialización de la acción típica (...) será necesario llegar
al convencimiento de que la droga es posesión de alguien, bastando (...) se le sorprenda con la
droga dentro de su ámbito de acción y disponibilidad. El convencimiento sobre la posesión de la
droga secuestrada al imputado (...) y su inherente tenencia nos la proporcionan los testimonios
de Miguel Ángel Rivera Martínez y Luis Alonso Velásquez Bolaños, como también el testigo de
descargo José Felipe Quinteros, así también el contenido del acta de aprehensión y registro en
la casa del encartado". En conclusión, la prueba pericial que el impetrante acusa que se omitió
valoras no tiene carácter dirimente.
1.5-En cuanto al cuestionamiento dirigido contra la interpretación que el sentenciador ha
efectuado del hallazgo de una balanza "sobre el piso debajo de la cama", quien ha apreciado que
"por experiencia es del conocimiento que son utilizadas por narco-comercializadores;
indudablemente que la cuantía del tóxico y la forma peculiar en que se encontró la droga y las
herramientas utilizadas para efectuar la preparación y distribución de la misma (balanza),
constituyen factores de estimables indicios de una vocación de tráfico", no demostrándose por el
recurrente, que exista arbitrariedad en la invocación que el sentenciador efectúa de conocimientos
empíricos para emitir el juicio en comento, más cuando, el criterio externado por el juzgador se
basa no en el mero hallazgo aislado de dicho instrumento, como lo insinúa el impetrante, sino que
conjuga en su razonamiento otros elementos probados (hallazgo de droga, la cantidad de ésta y la
forma en la que estaba convenientemente cubierta y separada) lo que le permitió justificadamente
asignarle a aquella circunstancia, un significado en su contexto concreto, criterio plenamente
coincidente inclusive con la opinión doctrinaria que cita.
1.6- Otro punto de la resolución cuestionado mediante este motivo, es que el tribunal "se
pronunció sobre declarar decomiso (sic) el dinero bajo ningún elemento objetivo que
determinara su ilícita procedencia", planteamiento que no es sostenible, ya que en las páginas
29-30 de la sentencia, el a quo ha valorado las pruebas incorporadas al juicio relacionadas con
este tema, y justifica las razones por las que le niega valor para determinar la insuficiencia de las
mismas para acreditar que el dinero secuestrado al procesado provenía de su actividad económica
como "miembro activo y motorista" de la Asociación Cooperativa de Transporte Ruta Once "B"
de R.L., ya que de acuerdo al sentenciador la fuente de ingresos residía en "un microbús tipo
coaster con su respectiva línea de transporte" adquirido tres meses antes de la captura del
procesado "lo cual no resultaba lógico ni congruente en razón de evidenciar esta
circunstancia una sobrada disponibilidad económica para adquirir los bienes muebles antes
relacionados y el vehículo tipo pick up decomisado y el inmueble de habitación que se
relaciona que pertenecía también al imputado, en el cual se efectuara su captura",
conclusión que resulta razonable además si se conjuga con el hecho acreditado por el a quo, que
la droga incautada la poseía con un fin de tráfico, circunstancia que coloca al sujeto activo dentro
de un ciclo económico ilícito, actividad que per se trae aparejada una contraprestación, de ahí que
incrementos patrimoniales que no guarden proporción con los ingresos ordinarios tendrán en
concreto un significado conectado con la actividad ilícita, siempre que no haya una prueba en
contra que rompa esta cadena de inferencias. Se desestimará el presente motivo.
1.7- Finalmente, conviene destacar, que dentro de los párrafos destinados a la
fundamentación de este primer motivo, el casacionista ha expuesto una variedad de
señalamientos en los que sin demostrar vicios en las inferencias probatorias, está más criticando
el valor de ciertas pruebas en sí mismas, cuestionando su credibilidad o suficiencia, temática
perteneciente al debate propio del juicio oral ante el Tribunal de Instancia y no en sede
casacional, verbigracia cuando en el fs.474 vto. se refiere a los testimonios de Miguel Ángel
Rivera Martínez, Luis Alonso Velásquez Bolaños, Manuel; Salomón Mejía Rosales y Javier
Rubén Guillén Ordóñez, respecto de los cuales afirma que "nunca el tribunal sentenciador
analizó la parcialidad con la que declararon".
2-SEGUNDO MOTIVO. Se acusa la violación del Art.4 C.P. manifestando que la
condena se basa en un de responsabilidad objetiva.
Para fundamentar su reclamo, en lo medular ha expuesto que "la posesión ilícita, no
puede deducirse del sólo hecho de que porque el imputado reside en el lugar con su compañera
de vida, por el hecho de poseer antecedentes policiales, adecuó su comportamiento a uno de los
verbos rectores regulados en el tipo penal, pues la descripción penal de posesión y tenencia,
regula una conducta delictiva en contra del ordenamiento jurídico"; más adelante, en el acápite
referido a la solución pretendida agrega: "no habiendo determinado la acción determinada por
mi cliente en el delito atribuido, declaren ha lugar a casar la sentencia por estar prohibida por la
ley este tipo de responsabilidades; en la cual no se consideró la dirección de la voluntad de mi
representado".
2.1-Estudiada la sentencia en forma integral, hallamos que la pretensión
planteada no encuentra apoyo, ya que aquélla sí contiene los elementos argumentativos
necesarios que se reclama que están ausentes en la resolución, que han sido valorados en
conjunto y de los cuales se aprecia claramente que el fallo no se basa en el mero hallazgo de la
droga en el lugar de residencia del procesado Lemus, sino que, sin dejar de ser ese un hecho
esencial, se ha tomado en consideración otras circunstancias individualizadoras que le son
propias, y que se predican exclusivamente de él y no de otras personas que estaban en la casa al
momento del registro policial, tales como "que el acusado Ernesto Alexánder Lemus, residía y
era responsable de la casa objeto del registro", que con anterioridad al registro de la vivienda, y
en el marco de una investigación previa "fue visto realizando transacciones de drogas ",
circunstancia que declara el a quo haberla derivado entre otras pruebas, de la testimonial de
Javier Rubén Guillén Ordóñez (pág. 27 de la sentencia); que la droga fue descubierta
específicamente en la parte de la casa en donde se encontraba el acusado ( pág.26); que el
juzgador también ha tomado en cuenta "una sobrada disponibilidad económica" de dicho
imputado, que no acorde con su actividad económica demostrada (págs. 29-30) datos objetivos de
los que se ha derivado razonadamente que la droga estaba dentro de un concreto ámbito de
disponibilidad del señor Lemus, que evidencian tanto el conocimiento como la voluntad de la
posesión (dolo); y de igual forma la finalidad de tráfico en la que se basa la agravante específica
aplicada, sobre lo cual se aportan argumentos en la página 28.
Así, en la página 30 de la sentencia, el a quo ha concluido: "Se ha demostrado (...) que
el imputado ERNESTO ALEXÁNDER LEMUS, fue visto realizando transacciones de drogas y al
ser requisada la vivienda donde residía, se encontró ciento quince porciones pequeñas y seis
medianas de cocaína base libre, cada una envuelta en recortes de papel aluminio y una porción
mediana de cocaína clorhidrato envuelta en plástico transparente, realizando con ello actos
directos y apropiados a una actividad ilícita en contra de la salud pública, actuación que realizó
en calidad de autor directo (...) al imputado se le decomisó una cantidad de treinta y cuatro
punto gramos de cocaína base libre, conocida como crack (...) decomisándosele también ocho
punto gramos de cocaína clorhidrato". Asimismo, en la página 32, reitera el sentenciador "los
hechos ocurrieron mientras se daba vigilancia a la vivienda donde reside el imputado, quien
fue visto realizando transacciones de droga y al registrar su vivienda se encontró droga, dinero
en efectivo y utensilios relacionados con la comercialización de la droga".
También, por carecer de sustento en los hechos desde ya procede descartar "una co-
posesión ilícita" en relación con la compañera de vida del imputado, que aparece apuntada
ligeramente en la ruta discursiva del recurrente, pero que no pasa de configurar una llana opinión,
que no tiene aptitud demostrativa de vicios que invaliden el fallo. Se desestimará este motivo.
3- Finalmente, advierte esta Sala que el imputado Ernesto Alexánder Lemus, fue también
condenado en la sentencia recurrida al pago "de una multa de diez salarios mínimos mensuales
urbanos vigentes, ascendiendo dicha multa a la cantidad de (...) quince mil doscientos cincuenta
y dos colones o su equivalente de un mil setecientos cuarenta y tres dólares con nueve centavos
de dólar".
Dicha pena principal se encontraba vigente a la fecha de proveída la sentencia respectiva,
prevista en el art.34 inc.3° de la Ley Reguladora de las actividades relativas a las drogas, el cual
mandaba: "la sanción será de seis a diez años de prisión; y multa de diez a dos mil salarios
mínimos mensuales urbanos vigentes".
Sin embargo, con posterioridad, la Sala de lo Constitucional de esta Corte, mediante
sentencia pronunciada en proceso de Inconstitucionalidad 27-2006 y otros acumulados; a las
ocho horas y cuarenta minutos del nueve de octubre de dos mil siete, resolvió: "Declárase
inconstitucional, en lo relativo a la consecuencia jurídico-penal de multa, el art.34 de la Ley
Reguladora de las actividades relativas a las drogas, por inobservancia del principio
constitucional de legalidad penal, en la medida que el reenvío para su complementación no tiene
existencia alguna en el Decreto Ejecutivo n°83, de 23- VIII- 2006, publicado en el Diario Oficial
N°156, tomo 372, de 24-VIII-2006", la cual fue publicada en el Diario Oficial número 196 tomo
377 del 22 de octubre de dos mil siete.
El art. 77 "F" inc.3° Ley de procedimientos constitucionales en lo pertinente regula: "La
sentencia definitiva no admitirá ningún recurso y será vinculante de un modo general para los
órganos del Estado, para sus funcionarios y autoridades y para toda persona natural y jurídica".
Debido al carácter vinculante general de la sentencia de inconstitucionalidad, previsto en
la disposición antes relacionada, se ha producido un efecto derogatorio del art.33 inc.3 LRARD
en lo tocante a la pena de multa para el delito de Posesión y Tenencia, quedando en concreto la
multa impuesta al imputado Lemus, desprovista de una base legal y constitucional. De ahí, que
mantenerla implica violación al derecho del procesado Lemus a que se le garantice la legalidad
de la pena a que se le condena, art.1 inc.1° CP, la que supone, no sólo que se "haya establecido
con anterioridad" la pena, sino que ésta sea constitucionalmente válida, cualidad de la que no
gozaba la de multa prevista en el art.33 inc.3 LRARD, por lo que ha sobrevenido un vicio que se
incardina en la causal de nulidad absoluta prevista en el art.224 n°6 CPP.
Consecuentemente, procede anular de oficio la sentencia vista en casación, exclusivamente
en lo relativo a la condena a pena de multa, art.225 inc.1° CPP.
POR TANTO: Con arreglo a las consideraciones que anteceden, disposiciones legales
citadas y Arts.50 inc.2° n°1, 130, 357 y 427 CPP, en nombre de la República de El Salvador, esta
Sala RESUELVE:
1) NO HA LUGAR A CASAR la sentencia impugnada, por los motivos alegados en el
recurso.
2) ANÚLASE de oficio la sentencia recurrida, exclusivamente en cuanto se le condena al
imputado Ernesto Alexánder Lemus, a la pena de de diez salarios mínimos mensuales urbanos
vigentes, que suman quince mil doscientos cincuenta y dos colones o su equivalente de un mil
setecientos cuarenta y tres dólares con nueve centavos de dólar.

Vuelvan las actuaciones del proceso al Tribunal de procedencia juntamente con esta
sentencia para su cumplimiento.
Notifiquese. --------R. M. FORTIN H.-------M. TREJO.----------GUZMAN U. D. C.---
------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.-----
-----RUBRICADAS.—ILEGIBLE.

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