Sei sulla pagina 1di 2

UNIDAD EDUCATIVA FISCOMISIONAL DON BOSCO LA TOLA

AREA DE CIENCIAS SOCIALES 2015-2016


HISTORIA SEGUNDO BI
TEMAS A INVESTIGAR Y DESARROLLO DE LOS MISMOS

Hoja No. 6

NOMBRE DEL ESTUDIANTE: Zeuzky Daniela Guayasamín Jacho FECHA: 2016-09-30


TEMA: 6.2 Contribución política, intelectual y militar de los líderes al proceso de independencia: Washington, Bolívar y San
Martín.
OBJETIVO: Consultar el legado de los líderes en el proceso independentista de América mediante las diferentes fuentes de
consulta para evaluar el proceso desarrollado por nuestros próceres.

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar , (Caracas,
24 de julio[1] de 1783 — Santa Marta, Colombia, 17 de diciembre de 1830) fue un militar y político venezolano, una de las
figuras más destacadas de la Emancipación Americana frente al Imperio español junto con el argentino José de San Martín.
Contribuyó de manera decisiva a la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. Le
fue concedido el título honorífico de Libertador por el Cabildo de Mérida en Venezuela que, tras serle ratificado en Caracas,
quedó asociado a su nombre. Los problemas para llevar adelante sus planes fueron tan frecuentes que llegó a afirmar de sí
mismo que era "el hombre de las dificultades" en una carta dirigida al general Francisco de Paula Santander en 1825.
Participó en la fundación de la Gran Colombia, nación que intentó consolidar como una gran confederación política y militar
en América, de la cual fue Presidente. Bolívar es considerado por sus acciones e ideas el "Hombre de América" y una destacada
figura de la Historia Universal, ya que dejó un legado político en diversos países latinoamericanos algunos de los cuales le han
convertido en objeto de veneración nacionalista. Ha recibido honores en varias partes del mundo a través de estatuas o
monumentos, parques, plazas, etc.
Una vez en Venezuela empezó a hacer gestiones para promover el regreso de Miranda, que como resultado de estas
gestiones, llegó a Venezuela en el bergantín inglés Avon el 10 de diciembre de 1810 ante una fría recepción oficial por parte
de la Junta Suprema, que poco después lo nombró Teniente General.
Miranda pronto empezó a tener conflictos con el Jefe Militar del Gobierno, el Marqués del Toro, por su incapacidad para
controlar la rebelión realista de Coro y mientras tanto, las circunstancias políticas habían favorecido la aparición en Caracas
de organizaciones como la Sociedad Patriótica, que era una especie de asociación independentista que funcionaba como foro
de debate político que divulgaba sus conclusiones en una publicación propia titulada El Patriota de Venezuela.
Bolívar fue un miembro importante de esta asociación que estuvo muy implicado en las movilizaciones posteriores ocurridas
el 5 de julio de 1811 para ratificar la Declaración de Independencia, y que defendió posturas opuestas a la Constitución del
21 de diciembre de 1811 al considerar que era una copia literal de la que regía en los Estados Unidos que no se adaptaba a la
realidad del momento en Venezuela.
George Washington fue el comandante en jefe de las fuerzas rebeldes contra el Imperio Británico, también un gran impulsor
de la revolución. Comando al ejército rebelde en la decisiva batalla de Yorktown en 1781 lo que llevo a la rendición del Imperio
Británico. Fue el primer presidente de los Estados Unidos. Atendiendo a este panorama, los americanos acertaron de pleno al
elegir a su comandante en jefe, George Washington. Por su temperamento y su capacidad, Washington era el hombre ideal
para este tipo de campaña. Sin ser un gran líder en el campo de batalla –peleó en nueve batallas y perdió en seis-, era un
fabuloso estratega que, además, comprendió su tarea maravillosamente bien. Su objetivo era formar un ejército y mantenerlo,
sea como fuere, en el campo de batalla durante el mayor tiempo posible, abastecerlo y financiarlo.
Gracias a su eficacia, permitió que Norteamérica resistiera ocho años luchando contra una de las mayores potencias mundiales.
Y, sobre todo, permitió que el Congreso siguiera funcionando y, en ese tiempo, consiguiera conformar definitivamente la
nación norteamericana, una nación que maduró de manera formidable durante el curso de la guerra. Se siguieron recaudando
impuestos, las magistraturas siguieron funcionando, las cortes de justicia celebraron sus juicios, las legislaturas gobernaron, y
los gobiernos de los estados siguieron trabajando. Gracias a todo ello, los británicos nunca se enfrentaron a un mero grupo de
rebeldes organizados como una guerrilla, sino contra una nación unida en torno a un objetivo.
Además, el propio Washington tuvo a bien realizar una actuación militar impoluta que incluso sus enemigos le reconocieron:
jamás realizó nada mezquino, cruel o vengativo. Se comportó como un caballero, dándole más lustre al ejército continental y
avergonzando a muchos generales británicos. Todo ello a pesar de contar con pocos recursos
–Nunca superó los 60.000 hombres- de armas, municiones, cañones, transportes, ropa y dinero. En cierto sentido, Washington
supo hacer de la necesidad virtud, obteniendo lo suficiente para seguir adelante y administrándolo de una forma excelente.

El coronel José de San Martín era gobernador de Cuyo cuando los chilenos derrotados en Rancagua emigraron a Mendoza.
Como San Martín necesitaba asegurar la independencia de Buenos Aires, hasta entonces amenazada por las tropas realistas
ubicadas en Alto Perú, tenía planeado ayudar a la independencia de Chile. Para ello, pretendía armar un ejército para atacar
el virreinato, y luego desalojar las fuerzas situadas en el altiplano.
Obtuvo apoyo del gobierno de Buenos Aires y simuló intenciones pacíficas ante Mariano Osorio. Además, liberó a los esclavos
negros, con el compromiso de que se alistasen en sus tropas, e incorporó a los ciudadanos chilenos que habían emigrado con
Bernardo O’Higgins, así como a aquellos soldados de Carrera dispuestos a colaborar.
Los guerrilleros
Mientras organizaba el Ejército Libertador de los Andes, San Martín enviaba emisarios a Chile para mantener informados a los
patriotas chilenos sobre lo que estaba ocurriendo al otro lado de la cordillera. Entre estos agentes destacaron Pedro Aldunate
de Toro, nieto del Conde de la Conquista; el abogado Manuel Rodríguez y el arriero Justo Estay. De todos ellos, el que mayor
popularidad alcanzó fue Rodríguez, que se convirtió en el personaje principal de un sinnúmero de leyendas heroicas.
Batalla de Chacabuco
La gran precisión con que San Martín organizó el movimiento de tropas desconcertó a los realistas, al mando de Rafael Maroto,
quienes solo alcanzaron a reunir un número cercano a los 1.600 hombres, entre chilenos y españoles.
San Martín -que sabía que el ejército de Maroto solo estaba separado de los patriotas por la Cuesta de Chacabuco- ordenó
que las divisiones cayeran sobre las fuerzas realistas. El 12 de febrero de 1817 O’Higgins inició el combate, y la llegada de las
filas de Soler consumó la derrota de los realistas.
San Bruno fue apresado en el campo de batalla, y luego de ser enjuiciado, se le fusiló en la Plaza de Armas; a Marcó del Pont,
en tanto, se le capturó en la hacienda Las Tablas y fue confinado a la ciudad de San Luis (Argentina).

BIBLIOGRAFIA

http://www.monografias.com/trabajos10/sibo/sibo.shtml
George Washington durante la Guerra de la Independencia | La guía de Historia
http://www.laguia2000.com/estados-unidos/george-washington-durante-la-guerra-de-la-
independencia#ixzz4LhvRLSiP
http://www.lacapitalmdp.com/noticias/La-Ciudad/2012/07/08/223548.htm
http://www.laguia2000.com/estados-unidos/george-washington-durante-la-guerra-de-la-independencia

Potrebbero piacerti anche