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MAYAS:

Los mayas fueron un pueblo sedentario que se ubicaba geográficamente en el territorio del
sur de México, Guatemala y otras zonas de América Central. Los antiguos mayas fueron una de las
culturas mesoamericanas precolombinas.
Arte:
Arquitectura: los centros del poder religioso, comercial y burocrático crecieron para
convertirse en increíbles ciudades como El Mirador, Tikal, Chichén Itzá y Uxmal. La planificación
de los centros ceremoniales mayas estuvo marcada por la topografía y las condiciones del terreno, lo
cual determinó las formas y estructuras de las edificaciones. Participó de las características generales
de las culturas americanas, pero tuvo modalidades especiales, incluso de su propio estilo (el “arco
falso”, bóveda maya, cresterías, estelas y altares). Además, desarrollaron la pintura mural integrada a
la arquitectura. La cultura maya produjo una arquitectura monumental, de la que se conservan
grandes ruinas

Escultura: Incluye una gran variedad de


manifestaciones: altares, estelas, lápidas, dinteles
zoomorfos, tableros, tronos, jambas, columnas, figuras
de bulto y marcadores de juego de pelota. Sus
principales características son la utilización del relieve,
la monumentalidad en el tratamiento de los temas, el uso
del color en el acabado superficial, la dependencia del
ámbito arquitectónico, la profusión de signos
caligráficos y ornamentales.
Arte mural: Aunque utilizan tintas planas carentes de perspectiva los muralistas mayas
supieron crear la ilusión del espacio. Primero trazaban el dibujo en rojo diluido sobre una capa de
estuco, después se pintaba el fondo quedando las figuras en blanco y posteriormente se iban
rellenando los diferentes espacios con sus respectivos colores.
Cerámica: La cerámica polícroma —asociada con el mundo funerario— fue la más
extendida. Suelen ser cilindros, platos y fuentes donde la pintura cubría casi la totalidad de la
superficie. Los perfiles de los dibujos se realizaban en negro sobre un fondo monócromo, crema o
anaranjado. Las figuras antropomorfas alcanzaron también una gran popularidad y perfección. La
talla de las piedras
semipreciosas, en jade y
obsidiana, suponen una
valiosa aportación al arte
maya. Figuras humanas,
excéntricos y collares
alcanzaron un grado de
perfección que las hizo ser
incluidas en los ajuares de
las tumbas más
principescas.
Tejido y arte plumario: Los reyes y dignatarios aparecen vestidos con taparrabos, camisas,
capas, túnicas y mantas realizadas en algodón, piel y fibra vegetal. Los trabajos plumarios alcanzaron
un gran desarrollo.
Cultura: lograron un gran desarrollo en muchas áreas la astronomía, arquitectura, escultura,
pintura, cerámica, matemáticas. En cuanto al idioma, no hablaban uno solo, sino diversas lenguas
derivadas de una lengua ancestral denominada protomaya y que se situaría hacia el 2000 a. C. El
choltí clásico puede haber sido la lengua de prestigio de la élite maya del Clásico, utilizado en la
comunicación entre las entidades políticas, como la diplomacia y el comercio. El sistema de escritura
maya fue uno de los logros sobresalientes de los habitantes precolombinos de América. Fue el
sistema de escritura más desarrollado y sofisticado de Mesoamérica. La mayor parte de la escritura
maya precolombina existente data del periodo Clásico y está contenida en las inscripciones de piedra
de los sitios mayas, como las estelas, o en las vasijas de cerámica. Otros medios incluyen códices,
fachadas de estuco, frescos, dinteles de madera, paredes de cuevas, y artefactos portátiles elaborados
a partir de una variedad de materiales, incluyendo hueso, concha, obsidiana y jade. Al igual que las
otras civilizaciones mesoamericanas, los mayas utilizaban un sistema de numeración vigesimal. El
sistema numérico de rayas y puntos, que formaba la base de la numeración maya, estaba en uso en
Mesoamérica desde c. 1000 a. C. Los mayas lo adoptaron por el Preclásico Tardío, y añadieron el
símbolo para el cero. El sistema calendárico maya, como otros calendarios mesoamericanos, tuvo sus
orígenes en el período Preclásico. Sin embargo, fueron los mayas que desarrollaron el calendario a un
alto nivel de sofisticación, y lograron registrar con gran precisión los ciclos lunares y solares, los
eclipses y los movimientos de los planetas. Los mayas hicieron observaciones meticulosas de los
cuerpos celestes, registrando datos astronómicos sobre los movimientos del Sol, la Luna, Venus y las
estrellas. Esta información se utilizaba para la adivinación, ya que la astronomía maya servía
esencialmente propósitos astrológicos. Fue utilizado por el sacerdocio para comprender los ciclos de
tiempo pasados, y proyectarlos hacia el futuro para poder realizar profecías.
Economía: Se basaba en la agricultura; el principal cultivo era el maíz. Le seguía en
importancia el algodón. También cosechaban tubérculos, chile, calabazas, frijoles, cacao, vainilla,
árbol del pan, zapotes, etc., todos ellos de consumo directo e inmediato; y como plantas destinadas al
intercambio o que debían sufrir procesos de transformación, podemos mencionar el copal, caucho,
algodón, tabaco, achiote, madera y hojas de palmas, y la corteza del ficus. Los animales que se
cazaban o pescaban con destino a la alimentación o para aprovechar sus pieles, huesos, dientes y
grasa, eran venados, armadillos, pájaros de rico plumaje, jaguares, iguanas, y en los ríos, lagos y
costas de los mares, una gran variedad de peces, moluscos y crustáceos. Entre los recursos minerales
citaremos la piedra caliza, el pedernal, las arcillas y algunas piedras duras. Debido a la escasez de
agua se establecían cerca de pozos naturales que llamaban cenotes. Desarrollaron la industria textil,
alfarera y metalúrgica. Fabricaban las telas con algodón. Utilizaron el oro, la plata, el cobre y el
bronce en la fabricación de numerosos objetos, la mayoría de los cuales fueron sustraídos por los
conquistadores. La economía maya gira en torno a la explotación de los recursos del bosque tropical
húmedo para cubrir las necesidades de una sociedad compleja y estratificada. El modo de producción
viene definido por las relaciones económicas entre el campesinado y el grupo dirigente. La base de la
economía era una estructura de dominación derivada de la existencia de dos estamentos
fundamentales.
El comercio era un componente clave de la sociedad maya, y esencial para el desarrollo de la
civilización maya. Las ciudades que crecieron hasta convertirse en las más importantes, controlaban
el acceso a los bienes comerciales vitales, o a las rutas de portaje. Los mayas participaban en el
comercio a larga distancia en la región maya, Mesoamérica, y más allá. En Mesoamérica, las rutas
comerciales se centraron en el centro de México y la costa del golfo de México. Los mayas no tenían
animales de carga, por lo que todos los productos comerciales se transportaban en las espaldas de
porteadores cuando iban por tierra; si la ruta comercial seguía el curso de un río o la costa, los
productos se transportaban en canoas.
Organización política: Durante el periodo Clásico (300 al 900 d.C.) cada ciudad-Estado
maya era independiente y tenía un supremo gobernante llamado Kinich. Pero hacia el año 990 se
formó la “Liga de Mayapán”, integrada por Mayapán, Chinchen Itzá y Uxmal. Entonces el gobierno
pasó a manos del Multepal, un consejo integrado por los 3 Ah Tepal, jefes de las ciudades
confederadas. Hacia el año 1200 se desintegró la “Liga de Mayapán”, y el mundo maya se fragmentó
en 16 señoríos independientes, en los cuales el Halach Uinic era el máximo gobernante de una
ciudad-Estado, y era la autoridad religiosa. Era un cargo hereditario que se trasmitía al hijo mayor. Su
principal símbolo de poder era el “cetro de maniquí”, un bastón ceremonial que tenía la figura de
K´awiil, el dios de la vida Junto al Halach Uinic trabajaban varios funcionarios que él designaba
directamente (jefes de los pueblos, sacerdotes y consejeros especiales).
La sociedad maya del Postclásico estaba organizada jerárquicamente y se distinguían cuatro
clases sociales: la nobleza, el sacerdocio, los plebeyos y los esclavos. En cuanto a la nobleza, de sus
familias provenían los jefes locales, los miembros del consejo y los altos funcionarios. A diferencia
del período Clásico maya, los jefes militares desempeñaron un papel clave a raíz de la importancia
que jugó la guerra en estos siglos. En cambio los sacerdotes, que habían ejercido el poder político
durante el período Clásico, ahora estaban abocados al mantenimiento de los templos, la vida religiosa
y a las ciencias. El pueblo se componía de campesinos dedicados al cultivo del maíz, junto a
tejedores y alfareros. Con su trabajo mantenían a las clases sociales superiores, además de erigir
todos los centros ceremoniales y las calzadas de piedra que unían a las ciudades principales. La gente
del pueblo vivía en las afueras de los centros urbanos y su posición dentro de la escala social se
medía por la distancia que había entre su casa y la plaza central. Los esclavos constituían el último
eslabón en esta sociedad y adquirían su condición por nacimiento, robo, por haber caído prisioneros
en la guerra, ser huérfanos o haber sido comprados.
Religión: La religión de la cultura Maya se caracterizó
por el pasar de la vida alrededor de ciclos infinitos del universo.
De ese modo, se podrá notar que la religión Maya encuentra sus
raíces en el tiempo, siendo este diagramado mediante diversos
sistemas de calendarios basados bajo diferentes pautas,
dividiendo los ciclos de vida de la cultura Maya. Los Mayas
creían que el mundo había sido creado cinco veces y destruido
cuatro veces, siendo esta la base de la cultura religiosa
mesoamericana que se propagó desde el año 900 en adelante,
posteriormente adoptada por los Toltecas. Los dioses Mayas
eran en su gran mayoría reptiles, presentando dos aspectos
diferentes que simbolizaban su benevolencia y maldad. En
cuanto a la vida después de la muerte, los Mayas sostenían que
existía una compleja vida post-mórtum, en la cual el paraíso solo
se encontraba reservado para aquellos que habían sido
sacrificados, asesinados o muertos durante la niñez. Todo el
resto de las personas eran enviadas al xibal o infierno, el cual se
encontraba gobernado por los Dioses de la Muerte. Los mayas
edificaron numerosos templos alrededor de los cuáles se levantaban las ciudades. En los templos
daban doctrina los sacerdotes, quienes eran considerados de las altas clases sociales dentro de la
cultura maya. A diferencia de muchas otras culturas, las ceremonias religiosas contaban con una
amplia variedad de actividades, todas ellas relacionadas con las ofrendas y la devoción ante sus
divinidades. Es así como se podían ver competencias deportivas, espectáculos teatrales, danzas y
sacrificios. Los Mayas sostenían que los dioses necesitaban alimentos para poder obrar a su favor y
entre las ofrendas más preciadas, se encontraban los sacrificios humanos. Estas solían ser ofrendas de
sangre producidas por el corte de diversas partes del cuerpo humano, generalmente de los sacerdotes.
Usualmente se solía sacrificar la lengua, los labios o las orejas y cuanta más sangre se derramara,
mayor sería la voluntad de los dioses, siendo también directamente proporcional el tamaño de la
ofrenda con la posición de jerarquía del sacrificado. Incluso algunas ceremonias demandaban el
corazón vivo del sacrificado, siendo luego quemado para agasajar a los dioses. En la cultura maya los
dioses de mayor importancia son los dioses creadores. Existen tres generaciones de dioses creadores.
Las dos primeras generaciones fracasaron en su intento de crear el hombre y habría que esperar a la
tercera hornada para que el ser humano apareciera sobre la faz de la Tierra. Además de los dioses
principales, creían en ancestros, héroes, y espíritus animales.

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AZTECAS: Luego de recorrer diversos lugares se asentaron a inicios del siglo XIV en el valle
de México. Allí fundaron una ciudad llamada Tecnochtitlán, ubicada en el lado Texcoco. A partir de
su asentamiento fueron dominado toda la región, sometiendo a muchas ciudades, las cuales debían
brindar tributos.
Arte: Los aztecas fueron hábiles artesanos. Teñían
algodón, hacían cerámica y decoraciones muy diversas en
oro y plata. Como artículos de lujo, esculpían joyas finas
talladas en jade.
Arquitectura: Miles de artesanos trabajaron sin
descanso para construir y mantener los templos y palacios.
Pequeños templos se levantaron en lo alto de altas
pirámides construidas en tierra y piedra, con escaleras que
conducían a sus portales. Imágenes de piedra de los dioses,
en general, con forma monstruosa, y relieves con diseños
simbólicos, eran dispuestas en los templos y en las plazas.
Los aztecas sobresalieron en la construcción de templos,
pirámides y otros edificios. Tenochtitlan era una ciudad
muy bien estructurada en términos de arquitectura e
ingeniería. Contenía templos, palacios, monumentos y
mercados.
Pintura: hechas en paredes de templos, tejidos o
vasijas de cerámica. Con colores fuertes y vivos, los artistas
representaban escenas de la vida cotidiana, batallas, rituales
e imagenes de personajes importantes del imperio. Las
pinturas eran chapadas, sin profundidad y, muchas veces no
respetaron la proporcionalidad.
Escultura: muy expresiva y bien acabada. Estas
esculturas tenían un realismo significativo. Los aztecas
escultores utilizan basalto, oro, piedras y cerámicas para
hacer sus esculturas. Hicieron estatuas de los cuerpos
humanos, figuras sagradas, dioses aztecas, máscaras,
calendarios e imagen de animales. La escultura azteca más
famosa es la Piedra del Sol.
Arte con plumas: fue
uno de los tipos de arte
más destacados,
originales y únicos que
crearon los aztecas. Las
plumas se clasificaban
dependiendo la calidad, el
color y las dimensiones
que poseyera. Las plumas
más apreciadas eran las
del quetzal (verdes) las del tlauquecholli (rojas) y las del
xiuhtototl (azul turquesa). Con estas plumas realizaban
tapices y adornaban mantas, máscaras de rituales, escudos o
trajes de guerreros.
Orfebrería azteca: eran maestros en la fundición, combinando oro y plata, realizaban joyas
como collares, pendientes, pectorales, etc. También hacían figuras y recipientes. Sobre todo hicieron
piezas de joyería, aunque también se han encontrado algunos recipientes y figuras unidas. Los
metales se combinaron con piedras preciosas como el jade, amatista y turquesas.
Cultura: Los aztecas medían el tiempo según un calendario mucho más simple que el de los
mayas. Este calendario tenía 365 días, y un “año sagrado”, llamado Tonalamatl, de 260 días; unos
eran considerados muy propicios, mientras otros eran tenidos por nefastos. Este ciclo se dividía en 13
series de 20 días, cada una de las cuales se representaba por un símbolo; el conjunto de estos signos
puede verse grabado en la Piedra del Sol. La terminación de cada período de 52 años era celebrada
con ritos especiales; la manifestación más común consistía en destruir todos los utensilios
domésticos, que se reemplazaban luego por nuevos. La escritura azteca era simple. En los códigos
aztecas, escritos por lo general en tiras de papel de agave de varios metros, plegadas a modo de
abanico, aparecen figuras y jeroglíficos: lo que sugiere la ilustración, unido a los jeroglíficos, da
cuenta del significado.
Economía: La agricultura fue la base de la economía azteca, y el maíz, la calabaza y el
poroto, los cultivos más importantes. El comercio también era una actividad muy extendida.
Intercambiaban productos con pueblos de diferentes regiones. Los comerciantes llegaban hasta
lugares lejanos con artículos de mucho valor y de poco peso, como el cacao, gemas, algodón o
preciosas plumas. En la sociedad azteca se distinguían dos grupos sociales. Los pilli o nobles
formaban el grupo privilegiado. Eran los sacerdotes, los guerreros y los funcionarios de gobierno.
Poseían la propiedad de la mayoría de las tierras, no pagaban ningún tipo de tributo y controlaban el
Estado. A este grupo pertenecía el emperador o Tlatoani. Los macehuales o trabajadores comunes
constituían la mayor parte de la población y formaban el grupo de los no privilegiados. Eran los
campesinos, los comerciantes y los artesanos de las ciudades. Debían entregar tributos al Estado en
alimentos y trabajo. La entrega de una parte de lo que producían aseguraba la alimentación de los
sacerdotes, funcionarios y el emperador. Tenían la obligación de trabajar en la construcción de
edificios y templos pertenecientes a la nobleza. En esta sociedad también había esclavos, que en su
mayoría eran prisioneros de guerra.
La geografía determinó las técnicas agrícolas que debían utilizar. El regadío y las terrazas
estaban muy extendidos. Pero la técnica de las chinampas era las más utilizada. Éstas eran balsas de
tierra que flotaban en los lagos y sobre las cuales se cultivaba. Aunque los aztecas cultivaron el maíz,
principal alimento de la tribu, el tabaco, el cacao, el agave (del que extraían una bebida, papel y una
fibra textil), el tomate, la patata, la yuca, el pimiento, la cebolla, la vainilla, el limón, los frijoles y
otras variedades de frutas y legumbres, su técnica era bastante primitiva y sus procedimientos se
asemejaban a los de los mayas. Como éstos, se alimentaban de la pesca y de la caza (ciervos, jabalíes,
saínos, tortugas, cocodrilos, iguanas, ostras). Entre los animales domésticos conocían tan sólo el
perro y el pavo. Los aztecas realizaban trabajos de orfebrería, repujado sobre cuero y decoraciones
con mosaicos de piedra dura. La indumentaria reflejaba una inclinación marcada por los adornos de
lujo llamativo El artesanado estaba destinado al mercado interior. Los comerciantes se hallaban
agrupados en una corporación que tenía sus propios tribunales y sus divinidades protectoras
particulares. Recorrían las rutas del Imperio, y se internaban más allá de las fronteras, procediendo a
menudo a las expediciones militares. Viajaban generalmente a pie, y se dirigían con preferencia hacia
Guatemala y el Sur de México. Llevaban siempre un bastón al que hacían objeto de especial
veneración. Concluidas las operaciones del mercado, lo regaban con su propia sangre, practicándose
para ello una incisión en la lengua o el lóbulo de la oreja. Con los pueblos extranjeros trocaron,
además de los productos alimenticios, puntas de flechas, de piedra dura, tierra arcillosa de color rojo
vivo, abrigos hechos con pieles de conejo; cambiaban esta mercadería por ámbar, plumas de quetzal,
pieles de jaguar y de otros animales.
Organización política: los guerreros y los sacerdotes conformaban el grupo privilegiado y
ejercían el gobierno. La mayoría de la población, compuesta por campesinos y trabajadores urbanos,
debía entregar tributos en productos y trabajo. Estas sociedades estaban organizadas y gobernadas
por fuertes Estados teocráticos. Por esto, las primeras ciudades se organizaron alrededor del centro
ceremonial o templo. Los templos eran edificios que tenían funciones religiosas y también
económicas, dado que almacenaban y distribuían los productos tributados por los campesinos. A la
llegada de los españoles, las únicas sociedades urbanas que existían en América eran la azteca y la
inca; la cultura maya había desaparecido en el siglo XI d.C. Las sociedades aztecas fueron sociedades
urbanas. La expansión azteca se basaba en el poderío de su ejército. Muchas de las ciudades
conquistadas, a pesar de tener que entregarles tributo a los aztecas, conservaban sus propias
autoridades. Las rebeliones de los pueblos sometidos fueron frecuentes y muchos de ellos al
producirse la llegada de los españoles, se aliaron con éstos para derrotar a los aztecas.
La ciudad de Tenochtitlán: Estaba construida sobre las aguas del lago Texcoco. La
comunicación dentro de la ciudad se realizaba mediante calzadas canales. Su población era muy
numerosa. En el centro de la ciudad se encontraban 78 edificios, entre los que se hallaban el templo,
una cancha de pelota, los palacios de los señores y abundantes jardines y huertas. En la época de su
mayor esplendor, durante el gobierno de los once reyes, las ciudades que constituían el Imperio
azteca estaban unidas no sólo por una lengua común y por usos y costumbres similares, sino que
dependían de un poder central cuya sede se encontraba en Tenóchtitlán. Allí vivía el Jefe Supremo,
jefe militar, político y sumo sacerdote. Los Jefes tuvieron a su lado un consejo formado por nobles y
sacerdotes. En la época de la fundación de Tenóchtitlán, los habitantes de la ciudad fueron
distribuidos en calpullis, grupos familiares a los que se asignaba un barrio determinado. En la época
de mayor desarrollo del Imperio, su territorio comprendía veinte calpullis, establecidos no ya
teniendo en cuenta los grupos familiares, sino fundándose en factores y conceptos geográficos. El
calpulli era regido por un consejo de ancianos. Poseía un edificio en el que sesionaba el gobierno
provincial, y numerosos templos. Los que desempeñan cargos de más alta dignidad son el jefe militar
y el jefe civil, que es al mismo tiempo jefe religioso y administrador del erario público; se encarga de
recaudar las contribuciones en frutos, que la comunidad ofrece periódicamente al soberano, y las
entrega al consejo de ancianos a fin de que estas cosechas sean conservadas en silos colectivos.
Religión: Además de sus divinidades tribuales, su dios nacional
Huitzilipochtli, del dios mexicano Quetzalcoatl (serpiente emplumada) y
de las divinidades que gobernaban el aire y los vientos y protegían el
maíz, los aztecas adoptaron los dioses de los toltecas. Quetzacoátl, la
serpiente emplumada, era uno de los dioses principales de los aztecas. La
religión formaba parte de cada momento de la vida de este pueblo, las
conquistas la hacían en nombre de estos dioses y en su nombre también
realizaban sacrificios humanos. Con ellos alimentaban a los dioses con
sangre humana.
Creían en el más allá y en una vida que tendría lugar allí, en un
Cielo de Sol (Tlalocan), paraíso donde volverían a encontrarse todos los
aztecas muertos durante la cautividad; también creían en un limbo,
especie de reino infernal, poblado de divinidades que también veneraban;
allí los malos sufrían mil tormentos antes de ser reducidos a nada.
Admitían la vuelta de los difuntos a este mundo, pero con distinto cuerpo: por ejemplo, los guerreros
volvían bajo la apariencia de un colibrí. A estas divinidades debemos agregar a Tezcatlipoca (espejo
humeante), que parece haber sido la divinidad dueña de la vida y de la muerte. Una religión tan
compleja y con tantos dioses exigía un gran número de sacerdotes. Éstos, verdaderos sacerdotes-
verdugos, representaban la clase más culta de aquella sociedad. Entre los aztecas los sacerdotes eran
los dueños del conocimiento conservado en códices. Conocían la astronomía, la medicina y la
escritura. La mayoría de la población no tenía acceso a los saberes.
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INCAS:
Los Incas fueron los dirigentes del imperio americano más grande. Cerca del fin del siglo
XIV, el imperio comenzó a extenderse de su región inicial en la región de Cuzco hasta la región sur
de las montañas Andinas de América del Sur. Esta terminó brutalmente con la invasión española
dirigida por Francisco Pizarro, en 1532. En el momento de su rendición, el imperio controlaba una
población estimada en 12 millones de habitantes, lo cual representaría hoy Perú, Ecuador y también
una gran parte de Chile, Bolivia y Argentina.
Arte:
Arquitectura: Los Incas desarrollaron un estilo funcional de arquitectura pública que se
distinguió por sus técnicas avanzadas de ingeniería y de trabajo fino de la piedra. El plano de sus
ciudades estaba basado en un sistema de avenidas principales atravesadas por calles más pequeñas
que convergían en una plaza abierta rodeada de edificios municipales y templos. Las estructuras eran
de un solo piso, con un ensamblado de piedras talladas; también se usaban ladrillos de adobe y paja
en las regiones costeras. Para la construcción de grandes monumentos, unos bloques masivos
poligonales fueron ensamblados entre sí. En las regiones montañosas, como la espectacular ciudadela
andina ubicada en el Machu Picchu, la arquitectura inca refleja
adaptaciones del relieve natural.
Cerámica: El arte inca se puede separar en dos clases: la
ceremonial y utilitaria. La ceremonial era la que se enterraba con los
fallecidos, que estaba llena de bebida o de alimentos que utilizarían
los fallecidos en su camino hacia el “más allá”, pero cuando
llegaron los españoles a la alfarería inca dejó de lado su función
ceremonial y pasó a ser utilitaria.
Escultura: crearon muchos trabajos bien elaborados, la
mayoría fueron hechos de piedra, también de metales, como el oro y
la plata y la madera. Sus temas utilizados eran figuras
antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas con tamaños que podían
llegar a tamaño real o miniaturas. El arte inca en madera se
representaba a través de “keros”: vasos hechos con madera y que
poseían una decoración con diversos colores. Estos vasos estaban
decorados con diversas escenas mitológicas, aunque los queros de más antigüedad estaban decorados
con formas geométricas y pintadas con una pintura resinosa de color amarillo y rojo. También existió
otra clase de vaso denominado “pajcha”. Este tipo de vaso ceremonial se ajustaba a la forma de algún
animal. Solían tener la misma decoración multicolor que los “keros” pero sus dimensiones eran más
elevadas.
La pintura: Destacaron por sus murales y mantos. Los
murales se aplicaban sobre paredes enlucidas con barro empleando
pintura al temple. En el peróodo Horizonte Temprano, se utilizaba la
técnica en donde la pintura era aplicada directamente sobre la pared
enlucida, en cambio en el Período Intermedio Temprano, se cubría el
muro enlucido con pintura blanca para luego aplicarle el dibujo
deseado. También utilizaban otra técnica que consistía en trazar
motivos incisos sobre el barro húmedo para luego rellenarlo con
pintura.
Metalurgia y orfebrería: En la metalurgia, los incas
destacaron entre los pueblos precolombinos, perfeccionando las
técnicas heredadas de las culturas preincas. Trabajaban el oro, la
plata y el cobre. La técnica que usaban era la fundición los minerales
en crisoles de tierra cocida al fuego. Los metales más fuertes los
utilizaran para los instrumentos de labranza, armas y para hacer
instrumentos para tallar las piedras y los metales preciosos los utilizaron para objetos de orfebrería.
Música: Los incas produjeron un rico corpus de folclore y música, del cual sólo perviven
algunos fragmentos.
Economía: pueblo de agricultores avanzados: para cada zona desarrollaron una estrategia que
permitía obtener el máximo provecho. Utilizaron andenes o terrazas de cultivo para aprovechar las
laderas de los cerros, camellones o waru waru en zonas altas inundables, irrigaciones. Es destacable
la existencia de un arado de pie conocido como chaquitaclla. Los cultivos más importantes fueron la
papa y el maíz, además del ají, la chirimoya, la papaya, el tomate y el frijol. Las llamas fueron los
animales básicos de transporte; también se domesticaron las vicuñas y alpacas por su fina lana. Otros
animales domesticados fueron guanacos, perros, cobayas y ocas. Las principales manufacturas incas
fueron la cerámica, los tejidos, los ornamentos metálicos y las armas con bellas ornamentaciones. Las
autoridades de Cuzco lograron mantenerse en estrecho contacto con todas las partes del Imperio. Una
red de caminos empedrados que conectaban las diversas zonas de las regiones permitía esta
comunicación. Mensajeros entrenados o chasquis, actuando en relevos, corrían 402 km al día a lo
largo de esos caminos. Los registros de tropas, suministros, datos de población e inventarios
generales se llevaban a cabo mediante los quipus, juegos de cintas de diferentes colores anudados
según un sistema codificado, que les permitía llevar la contabilidad. Botes construidos con madera de
balsa constituían un modo de transporte veloz a través de ríos y arroyos.
Organización política: Administrativamente, todo el territorio estaba dividido en cuatro
grandes regiones o suyos (‘parte’), a ello debe su nombre Tahuantinsuyu (una palabra quechua que
significa ‘Tierra de los Cuatro Cuarteles’ o ‘de las Cuatro Partes’), que estaba subdividido en cuatro:
Antisuyu, Collasuyu, Cuntisuyu y Chinchasuyu. Un territorio de diversos terrenos y climas muy
marcados, que comprendía una larga banda desértica en la costa, entrecortada por ricos valles
irrigados; las altas cumbres y los profundos valles fértiles de los Andes; y las cumbres montañosas de
la selva tropical al Este. La palabra Inca designa al propio dirigente, así como al pueblo del valle de
Cuzco, la capital del imperio. La mayoría de las decenas de reinos pequeños mantenían su identidad,
aún cuando estaban ligados política y económicamente a los Incas. El Quechua fue el idioma oficial
y hablado en la mayoría de las comunidades hasta la llegada de los Españoles, pero al menos 20
dialectos locales subsistieron en varias partes del imperio. Los principales funcionarios eran:
el inca, el auqui (principe heredero), el consejo imperial, el apunchic (gobernador regional)
el Tucuy ricuy, y el curaca.
El Pueblo incaico era la clase inferior en esta jerarquía. El ayllu era la comunidad de
campesinos unidos por vínculos familiares, que tenían antepasados en común y habitaban un mismo
territorio. El Estado entregaba tierras a cada comunidad para su subsistencia. Anualmente, un
funcionario local asignaba parcelas a cada familia según el número de sus componentes. Pero los
campesinos no eran propietarios de las tierras y estas parcelas eran trabajadas colectivamente por
todos los miembros de la comunidad. El ayllu debía entregar fuertes tributos en productos y en
trabajo al Estado y a los curacas. La base de la cultura y la organización andina se encuentra en el
parentesco, en el ayllu, un conjunto de personas que se consideran parientes pues creían descender de
un antepasado común. Éstos están a su vez unidos por vínculos de reciprocidad, es decir, están
comprometidos a ayudarse mutuamente en las labores cotidianas
Religión: La religión estaba basada en la adoración del Sol. Los emperadores Incas eran
considerados como descendientes del Dios Sol y eran adorados como divinidades. El oro, símbolo
del Dios Sol, era muy explotado para el uso de los dirigentes y miembros de la elite, no como
moneda de intercambio, sino con objetivos decorativos y rituales. La religión dominaba toda la
estructura política. Desde el Templo del Sol en el centro de Cuzco, se podían trazar líneas imaginarias
en dirección de los lugares de culto de las diferentes clases sociales de la ciudad. Las prácticas
religiosas consistían en consultas de oráculos, sacrificios como ofrenda, transes religiosos y
confesiones públicas. El ciclo anual de fiestas religiosas estaba regulado por el calendario inca,
extremadamente preciso, así como el año agrícola. La religión tuvo un carácter de gran formalidad.
El dios supremo de los incas era Viracocha, creador y señor de todas las cosas vivientes. Otras
grandes deidades fueron los dioses de la creación y de la vida, Pachacamac, del Sol, Inti (padre de los
incas), y las diosas de la Luna, Mamaquilla, de la Tierra, Pachamama, y del rayo y la lluvia, Ilapa.
Las ceremonias y rituales incas eran numerosos y complejos, y estaban relacionados con cuestiones
agrícolas y de salud. En las ceremonias más importantes se sacrificaban animales vivos y raramente
se exigía la realización de sacrificios humanos como ofrenda a los dioses.

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