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Sector primario

La media de edad de los agricultores alaveses que reciben subvenciones es de 63


años, en un territorio donde solo el 1’6 por ciento de la producción es agrícola o
ganadera, un 5 por ciento si se le suma la industria alimentaria. Son solo 3.000
familias las que en nuestro territorio se dedican al sector primario. Es
imprescindible que se unan jóvenes a esta actividad, si bien, como ha destacado
el titular de la cartera de Agricultura, la gran dificultad en Álava es la falta de
parcelas disponible. Un sector que debe subsistir con los 24 millones de euros que
recibe de la PAC, la Política Agraria Común.
Dado que estamos a las puertas de una nueva negociación de la PAC,
desde Álava se reivindicará un modelo más descentralizado, y con una gestión
administrativa más sencilla para el sector.
Aginako, por otra parte, ha avanzado un plan piloto en Rioja Alavesa para analizar
parcela a parcela su capacidad para elaborar vinos diferenciados, como paso
previo a la creación de una denominación propia dentro de la de Rioja.

Sector Secundario
Las ventas del comercio minorista subieron en agosto el 3,2% respecto al
mismo mes de 2018, con lo que sumaron once meses consecutivos al alza
aunque ralentizaron su avance frente a julio, cuando aumentaron el 4,8%, según
los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Corregidos los efectos del calendario (diferencia de días hábiles), las ventas
repuntaron igualmente el 3,2%, una décima menos que en julio, según la
misma fuente, que destaca que es la primera vez desde septiembre de 2016 que
las ventas corregidas crecen a tasas superiores al 3 % dos meses seguidos.
La ocupación repuntó el 1,1% en agosto, mes central de las vacaciones de verano
y de afluencia masiva de turistas, y sumó 64 meses al alza, según los datos del
INE, que revelan que en el acumulado desde enero, las ventas han subido el 2,2%
y el empleo el 1,1%. En agosto, la cifra de negocio en las estaciones de servicio
avanzó el 1,4%, mientras que en el resto del comercio se incrementó el 3,4%.
Las ventas de alimentación aumentaron el 1,7%, las de equipamiento para el
hogar el 2,3%, las de equipamiento personal (ropa y accesorios) el 2,4% y las de
otros bienes el 4,2 %.
Por modos de distribución, el pequeño comercio elevó sus ventas el 0,6%, en las
pequeñas cadenas el negocio subió el 6%, en las grandes cadenas el 5,3% y en
las grandes superficies el 2,9 %.
Las ventas minoristas se elevaron en todas las autonomías, lideradas por
Andalucía (5,5%), Madrid (4,9%) y Murcia (3,9 ). Llama la atención que en
comunidades turísticas como Canarias (1,4%), Baleares (2,8%) o Cataluña (2,9%),
las ventas repuntaron por debajo de la media nacional. En lo que respecta al
empleo, en las estaciones de servicio se incrementó el 2% y en el resto del
comercio al por menor el 1,1%.
En las tiendas unilocalizadas la contratación subió el 0,6%, en las pequeñas
cadenas el 0,3% y en las grandes cadenas el 3%. Por contra, en las grandes
superficies descendió el 0,1%.
Por autonomías, el empleo subió en todas menos en Asturias, donde bajó el 0,3%,
y en Extremadura, donde retrocedió el 0,1%. Los mayores incrementos se dieron
en Baleares (2,1%) y en Comunidad Valenciana (1,6%).

Sector Terciario
La pedagogía es anacrónica, siempre llega tarde, decía Ortega y Gasset. En
la Universidad Complutense lo admiten: las escuelas se han adelantado y la
academia llega a marchas forzadas al cambio pedagógico. Pero llega. Desde el
próximo curso, la Complutense de Madrid será la primera universidad pública que
dé un vuelco a la forma de enseñar a los futuros maestros con un aula que rompe
con la pedagogía tradicional. Se llama Hiperaula y es un espacio en el que no hay
jerarquías; profesores y alumnos están al mismo nivel. Allí no existe un estrado
para el docente. Tampoco una pizarra. Y se acaba con las clases a puerta cerrada
con la introducción de la codocencia: los profesores darán clases conjuntamente.
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 El 30% de los universitarios no encuentra trabajo cuatro años después de
graduarse
 “La educación concertada es una trampa”

“Está demostrado que un grupo heterogéneo de estudiantes mejora los resultados


académicos; los más avanzados tiran de los otros. Pero para un solo profesor es
muy difícil trabajar con diferentes capacidades y velocidades de aprendizaje”,
explica Gonzalo Jover, decano de la Facultad de Educación de la Complutense.
En su opinión, uno de los dramas del modelo tradicional es que no consigue
retener a los alumnos —la tasa de abandono escolar española es del 17,9%, por
encima del 10% de media europea—. Por eso, la Hiperaula busca promover la
codocencia, que es la presencia de más de un profesor en el aula.

“El 20% de la efectividad de un profesor depende de la que tuvieron sus


compañeros en años anteriores. Es lo que se llama efecto contagio entre pares, o
lo que es lo mismo, todo lo que absorbe un docente al colaborar con otro”, explica
Eva Flavia Martínez, investigadora en la Facultad de Educación de la Universidad
de Harvard. Ese dato se desprende de un estudio realizado en más de mil
escuelas en Carolina del Norte publicado en 2016.
En España, inmersa en una parálisis del modelo educativo con reformas que no
ponen el foco en la formación docente, solo el 19% de los profesores se forma en
programas de observación entre iguales, frente al 40% de media de los países de
la OCDE. La colaboración entre docentes requiere estructuras planificadas, no
sale de la improvisación. “Esos procesos implican un cambio cultural, hay que
poner en marcha la tutorización entre iguales y equipos dedicados a supervisar y
evaluar esa colaboración”, explica la investigadora en relación al modelo educativo
de Canadá, uno de los 10 países del mundo mejor posicionados en el informe
PISA, el estudio elaborado por la OCDE que mide el rendimiento académico de los
estudiantes en matemáticas, ciencia y comprensión lectora.

En la Complutense reconocen que se han adelantado al cambio legislativo, y que


en la escuela pública es muy complejo implantar la codocencia porque necesita
inversión. Más profesores por centro. De momento, es la concertada la que va por
delante y en ciudades como Madrid el colegio Padre Piquer, con un perfil de
alumnado con bajos ingresos, ya está practicando esas fórmulas con hasta tres
docentes por clase. “Viajamos por Europa para conocer la realidad de las aulas y
en un colegio público de un pueblo de Gales encontramos tres profesores para 20
niños. No podíamos esperar más para traerlo a España”, señala Jover. De los 400
docentes de la Facultad de Educación de la Complutense, ya se han formado 115
para poder hacer uso de las tecnologías que incluye la Hiperaula.

Aulas desmontables

La idea de dar un vuelco a la forma de enseñar a los maestros surgió de la


indignación. La Facultad estaba anticuada, y las salas hablaban por sí mismas. En
el aula de informática, los ordenadores estaban encadenados a las mesas, que a
su vez estaban atornilladas al suelo junto a las sillas. Ahora en ese espacio las
sillas (que son ergonómicas) tienen ruedas, hay pantallas gigantes colgando de
las paredes que los estudiantes pueden usar como ordenador, mesas
desmontables y hasta medidores de ruido para impedir que los debates se suban
de tono. No hay un orden establecido, cada clase tiene su propia estructura.
Ese modelo pedagógico no es un invento del siglo XXI. El método Montessori,
desarrollado a principios del siglo XX por la doctora italiana Maria Montessori
basado en la idea de que los más pequeños aprenden de forma natural si se les
permite seguir sus instintos, ya contemplaba la libertad de movimiento como clave
del aprendizaje. “Montessori decía que el mobiliario clavado al suelo es un tipo de
servidumbre. Hay que romper con los manuales escolares del siglo XIX, que
todavía hoy seguimos usando, en los que se mostraba la forma correcta de
sentarse. Hay que traer a la universidad los cambios que se están dando fuera”,
explica Mariano Fernández Enguita, profesor de Educación en la Complutense e
impulsor del proyecto, que le ha costado unos 100.000 euros a la universidad.

Un grupo de profesores aprende a usar las instalaciones tecnológicas de la


Hiperaula de la Complutense. KIKE PARA

“Los profesores fuimos buenos alumnos, aceptamos un modelo de enseñanza sin


cuestionarlo y luego lo reprodujimos, pero no hay ninguna investigación que
explique por qué los estudiantes están alineados frente al profesor ni por qué hay
que guardar silencio durante 45 minutos”, añade Fernández Enguita. “Hay que
recuperar todas las fuentes de dónde se puede extraer información, el maestro ya
no es el que alimenta de contenidos. En el pasado se desterró todo lo que estaba
fuera de la escuela y ahora es eso lo que hay que recuperar”.

En la web de Hiperaula, por la que el próximo curso pasarán unos 500 alumnos de
Magisterio y del máster en Formación del Profesorado para Secundaria, se explica
el motivo de la ruptura con el modelo tradicional de enseñanza. Desde la biblioteca
de Alejandría las aulas universitarias han tenido una estructura parecida: un gran
auditorio en el que uno se dirige a muchos. La transformación del aula lleva años
siendo promovida por instituciones como la OCDE, en su informe Innovative
Learning Environments (de 2015), la red europea de escuelas European
Schoolnet, en su proyecto Future Classroom, o incluso por el Ministerio de
Educación en su laboratorio Aula del Futuro. Pero los cambios metodológicos y de
materiales (relacionados en gran parte con el uso de tecnología) no han llegado
todavía a las fábricas de maestros.

EL MODELO INNOVADOR NO SE PUEDE QUEDAR EN INFANTIL

“Hay resistencia al cambio. En Infantil el camino está hecho, sí se entienden las


ventajas del modelo. Pero, ¿qué pasa con Primaria y Secundaria?”, lanza Mariano
Fernández Enguita, profesor de Educación de la Universidad Complutense. Uno
de los colegios que les ha servido de inspiración es el concertado Padre Piquer,
en la Ventilla, un barrio humilde en el norte de Madrid. Allí acuden alumnos a partir
de 12 años que no tienen asignaturas ni libros de texto. Desde 2003, trabajan con
materiales digitales en grupos de unos 60 alumnos y con tres o cuatro profesores
en el aula. La función del docente es guiar al estudiante para que lidere su propio
proyecto de aprendizaje. Su metodología funciona: tienen un 85% de alumnos
graduados y un absentismo del 0,7%. De sus 1.100 alumnos, el 77% perciben
alguna beca, lo que quiere decir que la mayoría procede de familias con bajos
ingresos y eso incrementa el riesgo de abandono escolar.

Los centros de la Fundación Trilema, con seis colegios concertados en diferentes


autonomías, son otro ejemplo de codocencia. “Nuestro mayor problema han sido
las familias, nos costó mucho que comprendieran el modelo; ven 60 niños en un
aula grande y no se fijan en que hay varios profesores”, explica Carmen Pellicer,
presidenta de la fundación. Cuenta que el primer año es complicado, los
profesores son reacios a tener otros adultos en el aula juzgando su trabajo.
Permitir que los alumnos sean autónomos es el otro gran freno. En su colegio de
Soria los resultados hablan: en un solo año el fracaso escolar pasó del 60% al
10% en un centro con un 70% de alumnos inmigrantes. “La mayor ventaja de la
atención personalizada es que permite aplicar diferentes metodologías según las
necesidades del niño, es un gran avance”, dice Pellicer.

Sector Cuaternario

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