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Pues bien, casi inmediatamente después del surgimiento del mercantilismo nace
una nueva revolución, la industrial. Esta nueva revolución fue la pieza que faltaba
y que encajaba para el perfeccionamiento del mercantilismo. Ahora para
comercializar era más rápido, la producción mecánica superaba con creces la
manual.
Ahora bien, se preguntará nuestro lector ¿a qué viene esta clase de historia, si
nuestro tema y finalidad son diferentes?, Pues mucho.
Ese fue el comienzo de nuestra era moderna. El centro de atención de esa época
fueron las industrias y empresas, aunque pocas y contadas, crecían verticalmente
a un ritmo vertiginoso. Al encontrar riqueza en la producción y venta de estos
bienes, el hombre quería más, por lo que tenía dos opciones; abrir nuevas plantas
productivas o detallar y analizar las existentes y aumentar su productividad. Fue
entonces cuando comenzaron a salir teorías que explicaban los procesos de
producción y la forma de aumentarlos; la principal y más famosa, la cadena de
producción de Henry Ford.
Estos análisis y teorías de producción tienen un único objetivo y es el dinero. La
finalidad de toda organización es básicamente su consecución.
Precisamente esa fue la conclusión a la que llegó nuestro protagonista Alex Rogo,
ingeniero y director de la fabrica del libro la meta, tras una inspección por parte del
Bill Peach, el vicepresidente de división, el cual, un día cualquiera llegó a la fábrica
a inspeccionarla y exigirle la entrega de un gran pedido retrasado, sólo en unas
pocas horas.
El libro La Meta nos detalla la vida del protagonista Alex Rogo en un lapso
aproximado de tres meses, el cual comienza con la visita del vicepresidente Bill
Peach y su exigencia de recomponer las riendas de la fábrica en un periodo de
tres meses o inevitablemente será cerrada, ya que, con datos, Bill Peachle
muestra a Alex Rogo que la fábrica la cual él preside, le está generando perdidas
a toda la compañía.
Alex entra en un periodo de tensión; tiene que dar un giro de ciento ochenta
grados, crear una pócima mágica para arreglar todo. En su intento, busca y se
encuentra con Jonah, quien es físico y asesor. Jonah, quien ve la situación como
un agente externo y tiene la facilidad de ver todo el panorama, ve los problemas
que tiene la fábrica de Alex, sin embargo, comenta Jonah, no puede decirle lo que
debe hacer, Alex debe analizar y descubrirlo, sin embargo, le explica que en su
proceso debe regular tres aspectos fundamentales que son:
Ingresos
Inventarios
Gastos de operación
Con esos parámetros la formula es fácil. Debe aumentar los ingresos de la fábrica,
reduciendo el inventario y todos los gastos de operación posible.
Por su parte, Alex entra más en declive cuando su relación familiar también se ve
comprometida porque ahora es necesario que pase más tiempo en la fábrica, por
cuanto su esposa le reprocha a cada instante.
Por lo tanto, para bajar los costos decidió adaptarse a la capacidad productiva de
la fábrica, y matar los tiempos improductivos. Para ello, se contaba con unos
robots que su capacidad se mantenía constante y sus fluctuaciones estadísticas
eran muy bajas, por lo tanto sus esfuerzos se centraron en producir lo que
realmente se podía producir.
Con el cálculo de los tiempos exactos, podía determinar qué cantidad y en cuanto
tiempo se podía producir una cierta cantidad de productos, lo que ayudó a
aumentar la confiabilidad de los clientes y el aumento de pedidos.
Así, Alex pudo dar el vuelco y girar el rumbo precisamente los ciento ochenta
grados que le habían exigido, analizando su sistema de producción, dándole
ganancias a la compañía, lo que suponía el ingreso constante de dinero, el
aspecto principal explicado en la primera parte del texto.