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Enmarcado el horizonte, solemnes cantos en el diurno aire rodeaban a la villa de

Laero, humos provenian de sus herrerias y cargueros iban y venian por las rusticas
calles de Laero, veianse los estandares colgados por la calle principal que rodeaba
a la alcadia.
Eran tres hijos pertenecientes a la casta real, Rufus, Johanson y Adriel, su padre
un monarca hereditario formado en el arte de la administracion y rutinario en las
jergas de la nobleza, llamabase Vendrick.
Rodeabales con reconocimiento el pueblo, gratos eran los tiempos y la guerra aun no
acontecia el periferio, Vendrick habia restaurado su pueblo desde los siete años de
catarsis de su padre, Laero.
Laero empezo su reinado a los 23, su padre fue traicionado por parte de su esposa y
el amante de esta, triste fueron las memorias de Laero.
Laero en sus trece años fue desterrado de su tierra, su madre la innombrable, le
intento asesinar.
La escena fue funesta, yacia su padre sobre la alfombra de terciopelo y su rostro
no demostraba odio ni amargura, solo una tristeza profunda.
Laero desde el portico observaba, la dicha de tener una familia de la realeza se
habia desvanecido, como la neblina que huye del diurno.
Le acosaban las miradas de su tio y su amante, como orbes que orbitan la
melancolica Tierra, con su aura celestial e infinita.
Su madre empezo a acercarse, detras de ella una estela de furor y horror reunia,
Laero desconcertado hecho a correr.
Dulces aromas emanaban de su alma, en una catarsis de auroras melancolicas, su
memoria perdura como atadura a su sufrimiento en aquel prado nocturno afueras de la
villa donde yacia ahora, del mundo ajeno se dio cuenta, mientras la luna adormecia
su cansada alma.
Dos dias bajo el leve sol, Laero sufrido vagabundeaba, el padro lleno de geranios
le gemia y susurraba, su encanto le habia dejado respirar durante aquel Tartaro en
el que padecia, aunque encantador era la vision romantizada que tenia sobre ello,
real era el sufrimiento.
Encontraselo dos señoras de lento andar pues desmayado estaba, Laero tuvo suerte
ese dia, ya que con delicadez se lo llevaron a la

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