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SOCIEDADES MERCANTILES
INTEGRANTES:
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
CENTRO TUTORIAL DE EDUCACIÓN VIRTUAL
El contrato de sociedad mercantil se define como aquel por el cual dos o más personas se
obligan a poner en fondo común bienes, industria o alguna de estas cosas para ejercer una
actividad comercial y obtener lucro, con ánimo de partir entre sí las ganancias.
Sin embargo, este criterio se está viendo de nuevo desdibujado, en principio por las
respectivas regulaciones de sociedades anónimas y de responsabilidad limitada, que
declaran la mercantilidad de las mismas, cualquiera que sea su objeto.
Últimamente se han introducido elementos de mayor confusión, pues pese a haber sido
anulados por el Tribunal Supremo en sentencia de 24 de febrero de 2000 el artículo 81.3 y
el 269 bis del Reglamento del Registro Mercantil, que tenían por objeto permitir la
inscripción en el Registro Mercantil de todas las sociedades civiles, preceptos introducidos
mediante disposición adicional única del Real Decreto 1867/1998, el legislador persiste en
la inclusión de las sociedades con objeto claramente civil en el Registro Mercantil, en
particular mediante la Ley 2/2007, de 15 de marzo, de sociedades profesionales, que en su
exposición de motivos declara mercantiles, a los efectos del título competencial estatal, sin
más explicaciones.
Pese a la apariencia de libertad de forma consagrada por el artículo 122 del Código de
Comercio, al establecer “Por regla general las sociedades mercantiles se constituirán
adoptando alguna de las formas siguientes..., en realidad, no es posible la constitución
válida de una sociedad que no revista alguna de las formas previstas en la Ley, pues en tal
caso, no tendría acceso al Registro Mercantil, conforme a su Reglamento regulador, ni
quedaría válidamente constituida.
Por lo cual este documento nos ayuda a comprender todo lo que abarcan las sociedades
mercantiles.
MARCO CONCEPTUAL
Son dos o más personas que crean relaciones de obligación y patrimoniales mediante un
trato unitario para la consecuencia de un fin común.
Las sociedades mercantiles pueden constituirse bajo el régimen de capital fijo o de capital
variable, por lo tanto, no debe pensarse que la sociedad de capital variable es una sociedad
más que hayamos omitido, sino que, cualquiera puede adoptar esta modalidad. La
constitución de las sociedades mercantiles deberá hacerse ante un notario público, mediante
escritura social que inscribirá en el registro público de comercio.
Enseguida se citan algunos de los principales datos que deberá contener una escritura
constitutiva de una sociedad mercantil.
Al momento de constituirse una sociedad a la vida jurídica una nueva persona ésta es un
sujeto jurídico que tiene capacidad de goce y capacidad de ejercicio distinto de las personas
que la conforman o que la integran y que crean un ente diverso el cual tiene características
propias las cuales son las siguientes:
Patrimonio Activo: Que se refiere a los bienes y derechos de una sociedad y que
puede ser aportado al momento de la constitución de la sociedad mercantil, en un aumento
de capital, en un aumento del haber social o con las ganancias obtenidas por la sociedad.
Patrimonio Pasivo: El patrimonio pasivo de una sociedad está constituido por las
obligaciones de la misma y estas se pueden adquirir desde el momento de la creación de la
sociedad mercantil y consisten en deudas y obligaciones de dar o de hacer.
Los diversos tipos de sociedades mercantiles responden a las finalidades económicas que
los socios desean satisfacer, y la ley suministra variadas formas de organización con
distintos grados de responsabilidad de sus integrantes. Tanto la sociedad civil como la
mercantil tienen personalidad jurídica, y esta se adquiere con el cumplimiento de las
formalidades exigidas por el Código de Comercio.
Garriguez (1977) expone que hay dos momentos para considerar la sociedad, el periodo de
fundación o de constitución que es dominado por la concepción contractual en tanto que la
sociedad no tiene todavía personalidad jurídica y el periodo de funcionamiento a partir del
cual la sociedad va aparecer como un grupo organizado, dotado de una personalidad moral
y cuya situación jurídica podrá entonces apreciarse en forma diferente por latería de la
institución.
Según Sandoval López (1994): Las compañías de comercio son de las especies siguientes:
APORTACIONES SOCIALES
Partiendo de la definición legal de sociedad como un contrato por el cual dos o más
personas se obligan a poner en común dinero, bienes o industria con ánimo de lucro o partir
entre sí las ganancias (artículo 1665 del Código Civil y artículo 116 del Código de
Comercio), las aportaciones sociales constituyen propiamente ese dinero, bienes o trabajo
que los socios ponen en común para formar o integrar el patrimonio social y para
desarrollar su objeto social, formándose un acervo con los bienes de contenido económico
que pasa a ser titularidad del ente social que surge del contrato.
Si, por el contrario, se toma como referencia fundamental el hecho de que a través de la
aportación social, dejando al margen al socio industrial que se limita a aportar trabajo, se
produce una salida de un bien desde el socio hacia el patrimonio común que surge y
constituye la base inicial de las relaciones societarias, puede considerarse igualmente la
aportación social, siguiendo a Garrido Esa, como acto o negocio jurídico por el que se
produce dicho desplazamiento patrimonial.
Efectuando una particular referencia a los bienes y derechos que pueden ser objeto de
aportación social, nos centraremos en las sociedades capitalistas, que prácticamente copan
todo el tráfico mercantil y, teniendo presente que, el artículo 60 de la Ley de Sociedades de
Capital prescribe que toda aportación se considera realizada a título de propiedad, salvo que
expresamente se estipule de otro modo.
Así, podrán serlo todos aquellos derechos y bienes patrimoniales susceptibles de valoración
económica, como dicen dichos preceptos legales, por lo que no debe existir duda alguna en
cuanto a la posibilidad de aportar cualquier bien mueble o inmueble cuya titularidad se
ostenta y dotado de un valor económico, es decir, susceptible de generar la correspondiente
demanda en caso de introducción en el comercio, con independencia del contenido de
aquella y de su importancia económica, siendo extensible lo expuesto a todos los restantes
derechos patrimoniales susceptibles de transmisibilidad, incluidos los derechos de
propiedad industrial e intelectual, aunque teniendo bien presentes respecto estos últimos
que debe estarse a los que son derechos patrimoniales estrictos, es decir, a los derechos de
explotación de la obra, pues el derecho moral de autor, con todas las facultades que
comprende, es irrenunciable e inalienable (artículo 14 de la Ley de Propiedad Intelectual).
En definitiva, cabe la aportación tanto del derecho de propiedad sobre un bien, que en el
caso de bienes materiales viene a identificarse o confundirse con el propio bien, como la de
aquellos derechos que en el caso de bienes de la misma naturaleza no atribuyen la plenitud
de facultades que pueden ejercitarse sobre los mismos sino solo algunas de las mismas
atinentes a su disfrute directo e inmediato pero, en todo caso, dotadas de un significado
económico que trasciende inexorablemente al derecho y a su valoración.
Aportaciones dinerarias
Pueden realizarse tanto en euros como en moneda extranjera, aunque en este último caso
deberá determinarse su equivalencia en euros, lo que es consecuente con la integración de
las aportaciones sociales en el capital social y la necesaria determinación en euros del
mismo conforme a la regulación de las sociedades anónimas y limitadas.
A la emisión del citado informe pericial en los términos generales referidos puede
recurrirse también en el ámbito de las sociedades de responsabilidad limitada, circunstancia
que tiene una indudable trascendencia, ya que excluye a los socios cuyas aportaciones no
dinerarias se hayan sometido a dicha valoración pericial de la responsabilidad solidaria de
la realidad y valoración de las aportaciones no dinerarias.
La citada responsabilidad opera al igual que el informe de los expertos independientes, eso
es, como mecanismo de control de la integridad y efectividad del capital social por las
funciones que se le asignan en el momento de constitución de las aportaciones sociales,
surgiendo la misma en caso de ausencia de entrega a la sociedad de los bienes relacionados
en la escritura de fundación o de aumento de capital social y que, a tenor de la misma,
deberían haberse integrado en el patrimonio común, así como en el caso en que, habiéndose
aportado realmente los bienes, la valoración asignada a los mismos y que consta
efectivamente en la correspondiente escritura es superior a la que realmente ostentan.
A los mismos fines y, tanto en el caso de las sociedades anónimas como en el de las de
responsabilidad limitada, se establecen otra serie de reglas, recogidas en los artículos 64, 65
y 66 de la Ley de Sociedades de Capital:
Esa correlación inicial entre el patrimonio formado por el conjunto de las aportaciones
sociales y la cifra de capital se rompe de manera inmediata en cuanto comienza su andadura
la sociedad, dado que seguirá invariable el capital y el patrimonio aumentará o disminuirá
en función de la marcha de los negocios sociales, operando así el capital como cifra de
garantía y retención en los sentidos previamente puestos de manifiesto.
En inmediata y directa relación con lo expuesto, en función de las aportaciones que realice
cada socio en relación con su valor económico, se ostentaran mayores o menores derechos
y facultades en la sociedad, con independencia del éxito que, a la postre, pueda conllevar la
gestión de los bienes y derechos objeto de las mismas en el desarrollo del objeto social en
orden al fin lucrativo perseguido.
Así, en el caso de la sociedad colectiva, sin perjuicio de las detracciones específicas del
acervo común que el artículo 139 del Código de Comercio permite a los socios para atender
gastos particulares en los términos consignados en el mismo, cada socio participará en las
ganancias sociales a prorrata de la porción de interés que cada cual tuviere en la compañía,
circunstancia que, en función de las aportaciones sociales, se determinará en la escritura de
constitución con expresión numérica de la participación que corresponde a cada socio,
siempre teniendo presente que el socio industrial (que solo aporta trabajo) figurará en la
clase del socio capitalista de menor participación. De igual modo, las pérdidas se imputan
en la misma proporción que las ganancias, aunque excluyendo a los socios industriales.
Asimismo, la posición de socio industrial determinada por el contenido de la aportación
social supone ciertas especialidades, como la prohibición de ocuparse en negocios de
especie alguna salvo si la compañía se lo permitiere expresamente. Lo expuesto respecto la
sociedad colectiva es aplicable a la sociedad comanditaria, como tipo de sociedad
personalista que también lo es, aunque limitándolo a los socios colectivos, ya que respecto
la otra clase de socios que también concurren en este tipo social, los socios comanditarios,
debe tenerse presente que mientras no hay diferencia alguna en el caso de ganancias
sociales, la aportación social que realizan o se obligan a hacer opera además como límite en
el caso de pérdidas, estimándose por ello que la misma es esencial en este caso porque no
solo cumple la función de señalar lo que el socio comanditario está obligado a aportar a la
sociedad, sino también hasta donde llega su responsabilidad por las deudas sociales, pues
las pérdidas no pueden alcanzarle más allá de su aportación.
En cuanto a las sociedades capitalistas, la participación que cada uno tenga en el capital
social como consecuencia de su aportación social (que habrá determinado que haya
recibido un determinado número de acciones o participaciones sociales según se trate de
sociedad anónima o de responsabilidad limitada) determina en muchos casos la proporción
en que se participa en los derechos sociales (caso del reparto de ganancias, suscripción
preferente de acciones o derecho a la cuota de liquidación) y las posibilidades de actuación
al respecto en el seno de las relaciones internas societarias (posibilidad de examen de la
documentación contable de la sociedad o de solicitud de convocatoria de juntas
extraordinarias), sirviendo de índice de referencia de lo expuesto, en el ámbito de las
sociedades anónimas sobre todo, que más que de socios (condición que presupone que se
ha adquirido dicha cualidad mediante la aportación social y que se ostentan determinadas
participaciones capital en correspondencia a aquella aportación) debe hablarse de acciones
como cada una de las partes en que se divide el capital social (así, incluso se considera más
conveniente no hablar de reunión de socios sino de acciones). En todo caso lo que no puede
perderse de vista es que la intensidad con que se ejerciten los derechos fundamentales del
socio de asistencia y voto en las juntas generales dependerá del porcentaje con que se
participe en el capital social fruto de las aportaciones iniciales o posteriores (en caso de
ampliación de capital).
METODOLOGIA
Tienen obligaciones propias que recaen sobre la empresa y no sobre sus socios.
Ante una deuda que no se puede pagar, la empresa responderá sólo con el capital aportado
en el momento de su constitución, no con el patrimonio personal de los socios.
Deben tener una razón social única y además debe estar seguida por la palabra limitada o su
abreviatura “Ltda.”
El capital social está compuesto por las cuotas parte (todas del mismo valor) que los socios
pagarán en el momento de su constitución.
Cada socio tendrá un porcentaje de la empresa en función de las cuotas parte que posea.
Además tendrá un voto por cada una de ellas.
Las decisiones dentro de la sociedad se tomarán por consenso. Para aprobar una decisión se
debe contar con la mitad más uno de los votos.
Otra de las ventajas de las sociedades limitadas consiste en que, al tener personería jurídica
propia, los derechos y obligaciones que le son inherentes recaen sobre la empresa y no
sobre sus socios.
Desventajas de la sociedad limitada
La desventaja más marcada que presenta la sociedad limitada radica en que para su
constitución se requiere aportar el capital social íntegro, lo que en muchos casos representa
una suma de dinero muy elevada. Esta particularidad dificulta en muchas ocasiones la
formación de la sociedad limitada, pues los socios no disponen del capital mínimo
necesario para establecerse.
Por ello muchas empresas empiezan utilizando otras formas jurídicas, hasta lograr acumular
un capital que les permita cubrir el monto que dedicarán a la fundación de la sociedad
limitada.
En resumen, la sociedad limitada es una forma jurídica que permite que dos o más personas
reúnan sus capitales individuales para crear una empresa mayor y más sólida. Si bien es
más difícil de formar, sobre todo en lo relativo al capital inicial necesario, cuenta con la
ventaja de que sólo responderá ante las deudas adquiridas con dicho capital, protegiendo así
a los socios de posibles situaciones de pérdida de su patrimonio personal ante una situación
de riesgo dentro de la empresa.
Sociedad anónima
Junto a la sociedad limitada (S.L.), la sociedad anónima es otro de los tipos de asociación
más comunes entre las empresas colombianas. Ambas son formas jurídicas que se
relacionan con una imagen de solidez y que además protegen a sus socios y accionistas más
que otras formas de asociación, a la hora de enfrentarse a un imprevisto.
Definición y características
En este apartado es importante resaltar que hay una diferencia entre socio y accionista. El
accionista es aquel socio que ha hecho un aporte de capital y posee acciones de la empresa,
lo que le otorga el derecho de votar en los procesos de toma de decisiones.
Por su parte, un socio es una figura que no ha hecho aporte de capital, por lo que aun siendo
socio, no tiene los mismos privilegios que un accionista.
A la primera clase (los que se comprometen ilimitadamente) se les llama socios gestores o
colectivos, y a los que se comprometen limitadamente se les denomina socios comandito.
COMANDITA POR
ÁREA DE INTERÉS COMANDITA SIMPLE
ACCIONES
Se realizará al disminuir el
Cuando las pérdidas reduzcan
capital social a una tercera
Disolución el capital social en un 50% o
parte o menos producto de
menos.
pérdidas.
Básicamente ambas figuras (comanditas simples o por acciones), son sociedades civiles que
requieren de la participación activa de todos sus socios. Recordemos que una comandita
simple se caracteriza por poseer mayor radio de acción en comparación de la comandita por
acciones, aunque ambas dependan de la aprobación de todos sus socios para definir las
acciones de las mismas.
En ambos casos, el capital social de estas figuras legales estará constituido por aportes
provenientes de sus socios comanditarios o con los de éstos y, simultáneamente, con los de
los socios colectivos (en las simples será bajo la figura de aportes sociales y en las
comanditas por acciones, será a través de instrumentos denominados acciones).
Es importante recordar que ambas figuras económicas son totalmente legales en nuestro
país y estas deben acatar todas las normativas y leyes colombianas vigentes, a fin de
garantizar a cada uno de sus socios la transparencia en sus acciones y la seguridad de su
inversión.
CONCLUSIÓN