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Análisis del problema.

Tierrabomba, zona insular perteneciente al departamento de Bolívar. Posee


unas 1984.99 hectáreas de superficie, se encuentra al sur de la ciudad de
Cartagena de Indias y al norte de la península de Barú.

Con una extensión de 19.84 Km y una población aproximada de 9.000


habitantes. Desde sus inicios, hace aproximadamente 463 años, los isleños han
sufrido por la falta y escasez de agua potable y obviamente por la falta de
tratamiento de este preciado líquido vital en la sociedad. Día a día se evidencia
el panorama al que se enfrentan los isleños por la carencia de agua potable
alrededor de la isla, debido a la ausencia de acueducto y alcantarillado. Esta
problemática que existe desde tiempos atrás de la conquista española,
obviamente por su ubicación insular.

El origen de la población se ha visto influenciado por tres culturas y etnias


totalmente diferentes, ante la llegada de los españoles y los esclavos africanos,
fueron exiliados de sus tierras los indígenas. Se estima que no superaban los
600 habitantes, pero a través del tiempo de la densidad demográfica ha
cambiado de una manera demasiado drástica. El siguiente grafico nos muestra
el significante cambio en la población de Tierrabomba.

La población ha tenido un grandísimo cambio en su cantidad de habitantes. Nos


deja reflejado que la cantidad de personas que habitan en la isla está creciendo
de una forma brusca. Esto nos exalta la magnitud del problema a los que se
enfrenta diariamente la población frente a la escasez del agua en esta zona.

Los problemas de agua potable en Cartagena, específicamente en las zonas


rurales es un problema dramático para los habitantes pero que sin embargo se
ha presentado desde siempre. Los habitantes se han visto obligados a recurrir a
la recolección de aguas lluvias, pozos, entre otras. Los habitantes de
Tierrabomba no se han quedado atrás en estas formas de recolección.

Los isleños han implementado muchas formas de recolección de agua desde sus
orígenes. En la época colonial, los españoles construyeron en Tierra Bomba un
pozo o también llamado aljibe muy cerca al mar, que les permitió recolectar el
agua lluvia y a veces agua dulce de acuíferos subterráneos. Opciones que no
brindaban, ni brindan seguridad para su salud, pero que definitivamente
calmaban su sed. Aunque han pasado 463 años desde la construcción de este
aljibe, que ahora parece más un botadero de basura, sigue siendo utilizado por
los habitantes para recolectar agua, especialmente para ser usada en el aseo
personal.

Así como el aljibe o los otros métodos de recolección del agua no son para nada
seguras ni saludables. Las aguas contaminadas son el mayor peligro para una
población que está en constante crecimiento, la formación de enfermedades por
culpa de la contaminación del agua recolectada para el consumo es muy regular
en la isla, la necesidad conlleva a las personas a utilizar cualquier método de
recolección de agua, llegando al extremo de en casos utilizar el agua salada del
mar, lo cual causa una reacción negativa en toda la población.

El desprecio del cumplimiento de los gobiernos y los entes encargados de la


problemática por culpa de la escasez de agua potable en la isla.

El tratamiento del agua salada para el consumo es una de las medidas que más
conviene a una población rodeada de agua salada y que mantiene una lucha
constante para no morir de sed. El tratamiento del agua salada se ve de manera
lógica, como el escape a la problemática que viven los habitantes de
Tierrabomba.

El agua en esta zona se maneja como un negocio que sin duda beneficia a unos
pocos y pone en riego a muchos más, el día que llega el bongo a Tierra Bomba.
Todos los domingos, este barco transporta desde Cartagena a la isla el recurso
hídrico. Por medio de unas mangueras, el bongo abastece las albercas que son
en su mayoría privadas. Los isleños deben pagar entre 800 y 1.000 pesos por
cada pimpina de agua a los propietarios de las albercas, convirtiendo este
recurso en un negocio.

Sin duda es la única forma en que los isleños tengan agua totalmente potable en
sus hogares, pero debemos tener en cuenta que la población pobre que oscila
en esta zona es de una mayor magnitud en relación con el tamaño de la
población. El pago mensual del servicio oscila entre 200.000 y 250.000 pesos
por domicilio, partiendo de que un solo galón cuesta 800 o 1000 pesos,
dependiendo de circunstancias surrealistas de modo, tiempo y lugar, y del poder
adquisitivo, que aquí constituye el drama del día a día. Sin duda es una cifra
exorbitante que tienen que pagar una de las poblaciones más pobres de toda
Colombia que está siendo dejada en el olvido de los entes gubernamentales.

Se expone el papel del Estado frente a la escasez de agua potable en la isla. Por
medio del informe ‘El derecho al agua’ de la Organización Mundial de la Salud y
la ONU fundamentamos que es el gobierno el encargado de suplir este recurso
a las comunidades. Es por ello que, hablamos de lo que ha hecho la Alcaldía de
Cartagena, sus proyectos y desaciertos frente a la situación, y así mismo, de la
función de Aguas de Cartagena (Acuacar), empresa encargada de suministrar
los servicios de acueducto y alcantarillado en la capital de Bolívar.

La alcaldía de Cartagena ha realizado propuestas y compromisos con los


habitantes de la isla, pero que desafortunadamente solo han quedado en
palabras.
En respuesta a las responsabilidades que tienen tanto la Alcaldía como Aguas
de Cartagena, ambas afirman que han tomado partido frente a la situación de
Tierra Bomba y otras zonas rurales de la ciudad.

Uno de los primeros intentos del Distrito de Cartagena por llevar agua potable a
la isla de Tierra Bomba fue la construcción de un tanque de almacenamiento
comunitario con una capacidad de 125 metros cúbicos, que hoy por hoy se
encuentra en los distintos corregimientos. Sin embargo, su construcción no
cumplen con los requisitos de salubridad para almacenar agua y ahora estas
edificaciones son "elefantes blancos"

Otro intento por garantizar el agua potable a la isla la realizó el ex alcalde Manolo
Duque, quien prometió la instalación de plantas desalinizadoras en cada uno de
los corregimientos, un proyecto que se finalizaría en su último año de mandato y
que no llegó a comenzarse, pues Duque fue suspendido de su cargo.

En su momento, La Defensoría del Pueblo, institución del Estado colombiano


responsable de impulsar la efectividad de los derechos humanos de los
habitantes del territorio nacional, especialmente en las zonas más vulnerables
apoyó la idea de Manolo Duque. Frente a las acciones que ha planteado este
organismo, hablamos con el Defensor del Pueblo (2016-2017) del departamento.

La necesidad de los habitantes ha tenido importancia también política. Nadie en


Tierra Bomba olvida el día que decidieron no votar en las elecciones
presidenciales del 2014. Fue exactamente el sábado 24 de Mayo cuando se
reunieron los habitantes para impedir que la Registraduría Nacional instalara las
urnas y dejara el material electoral. Las causas de este acto rebelde, fueron los
diversos problemas sociales que siempre han acompañado a esta comunidad
afrodescendiente; la falta de infraestructura, la erosión costera y la falta de
servicios públicos, especialmente el agua potable.

Asimismo, Aguas de Cartagena considera que la desalinización es una


oportunidad para las zonas insulares de la ciudad, por ello aún en 2019 no
descarta esta posibilidad. No obstante, la empresa asegura que antes de
emprender su instalación, es necesario realizar una serie de estudios que
determinen la mejor alternativa de abastecimiento.

Por ahora, los habitantes seguirán viviendo con las falsas promesas de los
nuevos alcaldes que aseguran se realizarán inversiones para garantizar el
acceso al agua potable a todos los habitantes de la isla de Tierra Bomba, un
pueblo que se resiste a morir de sed y cuya única solución que han encontrado
es unir fuerza y empoderarse de su situación.

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