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CAPITULO ÚNICO
DERECHO DE CONTRATOS EN LA ACTIVIDAD MINERA EN CONCORDANCIA A
LA LEY GENERAL DE MINERÍA D. L. Nº 708 Y EL D. S. Nº 014-92-EM
1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ACTIVIDAD MINERA.
1.1. EN EL DERECHO ANTIGUO.
Las primeras minas explotadas fueron las que aparecían en la superficie del
suelo o estaban situadas a muy poca profundidad; debían ser consideradas como
accesorio de la superficie y después, a medida que aumentaba su importancia,
convertida en propiedad de los príncipes. En realidad, la minería en esta época
ofrecía únicamente un interés histórico, mas no del punto de vista en que debemos
tratarla, ya que no se tienen noticias acerca de la existencia de normas genéricas o
particulares que regularan el dominio de las minas y su aprovechamiento.
1.1.1. EN GRECIA.
Se carece de referencias fidedignas acerca de que en Grecia haya existido
un régimen especial para las minas. Empero, puede inferirse a través de disposiciones
aisladas y del propio régimen político que, de hecho, se seguía un sistema regalista,
el cual permitía al Estado retener el dominio de aquellos minerales que,
preferentemente, utilizaban en la construcción de sus magníficos monumentos, así como
también entregar el dominio útil a los particulares bajo la condición que estos fuesen
trabajados, con pena de sufrir graves sanciones.
1
el 1/24 del producto extraído de la mina; que toda la producción de minerales era
especialmente registrada por organismos estatales; que existía una verdadera
burocracia para controlar la producción minera y verificar el cumplimiento de los
contratos que el Estado celebraba con los particulares; y que regía un sistema de
sanciones de bastante rigor. Debe concluirse que el sistema imperante en Grecia se
acercaba más al regalismo que al accesionismo.
1.1.2. EN ROMA.
En el Derecho Romano de la primera época, las minas se encontraban
sometidas al mismo régimen jurídico que la propiedad superficial, de suerte que el
dueño de ésta tenía el dominio de todo lo que se hallaba comprendido en el perímetro
de su heredad. Tanto podían tener ese dominio los particulares como el Estado, pero
en este caso debía tratarse de tierras de dominio privado.
En general, todas las normas que se dictaron fueron para regular el dominio y
la explotación de las minas de mármol, que era la substancia mineral de mayor
aplicación y por la cual los romanos sentían verdadera predilección. Tal legislación
fue abarcando posteriormente las demás substancias minerales, sin que se dictaran
normas especiales relativas a estas.
2
El Estado no ejerció derechos de propietario, sino sobre las minas situadas en
tierras de su dominio privado o del dominio público. Las disposiciones permisivas,
restrictivas y prohibitivas de los diversos códigos romanos en materia de propiedad,
exploración y explotación de minas, se refieren principalmente, o a la especie de las
canteras de mármol o a determinadas provincias o a regiones y con fines transitorios
y limitados.
1.1.3. EN ESPAÑA.
Recién en el año 1228 es que se dicta en España el primer ordenamiento que
contiene disposiciones específicas de Derecho Minero. Se trata del Fuero Viejo de
Castilla, el cual disponía que todas las minas de oro, plata y plomo no pudieran ser
labradas sin el mandato de éste. Corresponde al Rey Alfonso X, apodado El Sabio,
el mérito incuestionable de haber incorporado a la legislación las primeras normas de
sentido orgánico reguladoras de la riqueza minera. El principio de utilidad pública es
el principio que, en el Derecho Minero moderno, gobierna en todas las naciones del
mundo. Es en las Siete Partidas donde aparecen, en efecto, normas expresas que
regulan no sólo el dominio de las minas, sino también las instituciones del cateo, del
canon, etcétera. Las partidas establecían el siguiente régimen: el dominio depende de
la situación de las minas, son del rey si se hallan en sus tierras, y de los particulares si
se hallan en tierras del dominio privado.
La facultad de dar permiso para buscar metales pertenece, por una razón de
utilidad pública, al rey. En 1387, se dictó el ordenamiento mediante el cual se
reservaron todas las minas metálicas, pero reconociendo a los vecinos del reino el
derecho de buscar y catear en sus tierras y heredades ajenas, las minas de oro, plata,
azogue, estaño, piedras y otros metales, siempre que no se causara perjuicio a los
dueños de esas tierras y que contaran con el permiso de éstos. "Esta facultad de buscar
y catear minas en tierras ajenas tendía al fomento de la industria y parece que, para
entonces, ya el rey no reconocía a los particulares su dominio sobre las minas, sino a
los que las hubieran ya descubierto".
3
En 1580, se dictan las Ordenanzas del Nuevo Cuaderno, que constituye el
primer monumento legislativo del Derecho Minero y que, por alcanzar tan Elevada
jerarquía, sirvió de fuente a toda la legislación posterior dictada en Europa y en los
países hispanoamericanos e, inclusive, al Código de Minería argentino.
Dice al respecto González que "el primer cuerpo de doctrina que aparece con
toda la importancia de un código especial es la ordenanza de agosto de 1584,
llamada la Ordenanza del Nuevo Cuaderno, y que forma la Ley de la Novísima
Recopilación. Comprende casi todas las bases actuales de la jurisprudencia minera y,
sobre sus fundamentos, se ha desarrollado la legislación hispano-americana. Nuestro
código la ha tenido en cuenta en muchas de sus disposiciones y ha informado las leyes
de todos los países de origen español".
1.1.4. EN FRANCIA
El Derecho Minero en Francia ha sido dividido en cinco períodos, de los cuales
nos interesa únicamente el último, que abarca la época comprendida desde la
revolución hasta nuestros días. En 1791 fue sancionada la ley minera, que se estructuró
sobre la base del principio que se sustentó en el seno de la Asamblea Nacional,
referente a que las minas estaban a disposición de la nación. En concordancia con este
principio se declaró, además, que la concesión minera se entregaba por tiempo
limitado (50 años como máximo).
La ley de 1791 fue sustituida por la ley del 21 de abril de 1810, llamada
también Código Minero Napoleónico. "El gran momento moderno del Derecho Minero,
como sistematización de principios doctrinarios, fue la ley francesa de 1810, el Código
Minero Napoleónico, que se convierte en padre universal, habiendo sido adoptado en
bloque por algunas naciones europeas". La ley de 1810 se estructuró sobre la base
del principio que sentó el propio Napoleón, en el cual, la mina constituye una
propiedad nueva y distinta del suelo y que nace con el descubrimiento. Este principio,
que no era nuevo, ya que había sido seguido y observado por las colonias españolas,
se convirtió en la espina dorsal del sistema de aquella ley.
1.1.5. ITALIA
4
Por Real Decreto N° 1443, de fecha 29 de julio de 1927, se unificó la
legislación minera bajo los siguientes principios: que el Estado es dueño de las minas
y, como tal, solo él puede conferir permisos para investigar y dar concesiones de
explotación; que para adquirir una concesión de investigación o de explotación es
siempre necesario acreditar la correspondiente idoneidad técnica y económica para
conducir la empresa, comprobada por el ministerio de la rama; que las minas son
bienes de utilidad pública; que es obligación del concesionario mantener las minas en
explotación, salvo que por razones justificadas, el Ministerio de Economía consienta la
suspensión de los trabajos o la gradual explotación del yacimiento; que la explotación
debe realizarse con los medios técnicos y económicos adecuados a la importancia del
yacimiento y, durante la suspensión de los trabajos, de cuidar de los mismos; que toda
transacción respecto de la concesión debe ser autorizada por el Estado.
1.1.6. ALEMANIA.
El moderno Derecho Minero alemán se orienta a la nacionalización y en cierto
modo a la socialización. Aquí se ha seguido también la corriente, cada vez más
acentuada en la legislación moderna, de pretender a la protección de la riqueza
minera y del personal ocupado en las minas. Así se han dictado disposiciones
especiales acerca de la creación y funcionamiento de escuelas de minería en distintas
partes del territorio alemán, que tienen por objeto crear especiales aptitudes en el
personal técnico y administrativo encargado de ellas. La ley sobre el certificado de
previsión social de los mineros contiene prescripciones orientadas a proteger al minero
que ha estado ocupado durante largo tiempo en trabajos subterráneos, a cuyo efecto
hace una minuciosa clasificación de los mineros sujetos al seguro social y la obligación
de ser ocupados en cargos vacantes del Estado o de instituciones privadas, aquellas
personas provistas del certificado de previsión social.
Las ordenanzas del 14 de julio de 1948, sobre explotación y las del año
siguiente, sobre mejoramiento de la situación de los mineros, personal técnico y
administrativo, así como también de la productividad minera en la república alemana,
y la ley del 14 de marzo de 1951, de protección de los yacimientos contra la
edificación, etcétera, completan una legislación avanzada en materia de minería.
1.1.7. Chile
El nuevo Código de Minería Chileno fue aprobado en 1983, diferenciándose
básicamente del anterior en que la constitución de todos los derechos mineros sería
por resolución judicial, suprimiéndose la constitución de concesiones mineras por la vía
administrativa, dispuesta por la legislación anterior para determinadas substancias
minerales. Asimismo contempla el aumento del número de substancias minerales
denunciables; el reforzamiento y modernización de la concesión de exploración; la
atribución al objeto de la concesión de todas las sustancias minerales denunciables; la
precisión de los terrenos solicitados en concesión y empleo del sistema de coordenadas
U.T.M. en las mediciones de la cara superficial de la concesión en trámite y de la
5
constituida; la amplia publicidad en beneficio de terceros interesados; y un sinnúmero
de perfeccionamientos de las normas del código de 19326.
6
1.3.3. EXPLOTACIONES AL DESCUBIERTO.
Las explotaciones al descubierto se emplean con frecuencia, aunque no
siempre, para extraer carbón y lignito. La principal diferencia entre estas minas y las
de cielo abierto es que el material de desecho extraído para descubrir la veta de
carbón, en lugar de transportarse a zonas de vertido lejanas, se vuelve a dejar en la
cavidad creada por la explotación reciente.
1.3.4. CANTERAS.
Las canteras son bastantes similares a las minas a cielo abierto y el equipo
empleado es el mismo. La diferencia es que los materiales extraídos suelen ser
minerales de construcción. Casi todo el material se transforma en productos.
Para poder acceder al yacimiento de mineral hay que excavar una red de
galerías de acceso, que se suele extender por la roca de desecho que rodea el
yacimiento.
La minería subterránea es la más peligrosa, por lo que se prefiere emplear
alguno de los métodos superficiales siempre que resulte posible.
7
Todas las minas presentan problemas de seguridad, pero se considera que las
subterráneas son las más peligrosas. El peligro se deriva de la naturaleza de la mina:
una construcción de roca natural que no es un buen material de ingeniería.
Estadísticamente, las minas subterráneas son más peligrosas que las de
superficie y, por lo general, las de roca blanda son más peligrosas que las de roca
dura. Las causas principales de accidentes en la mayoría de las minas son los derribes,
esto es, los derrumbamientos de grandes rocas de las paredes de la mina. Este tipo
de accidentes también incluye las caídas de rocas desde los mecanismos de transporte.
Además del riesgo de accidentes, los mineros pueden contraer una serie de
enfermedades laborales. Esto ocurre sobre todo en las minas subterráneas.
8
depósitos naturales1. Constituyen recursos imprescindibles que, una vez transformados,
serán utilizados por el hombre para satisfacer sus necesidades.
En general, los minerales son sustancias sólidas, siendo los únicos líquidos
el mercurio y el agua. Todas las rocas que constituyen la corteza terrestre están
formadas por minerales. Los depósitos de minerales metálicos de valor económico se
denominan yacimientos y la explotación de estos metales es la que ofrece interés.
1.5.3. MINA.
Diremos que, etimológicamente, el término mina tiene su origen en el
vocablo minare que equivale a "conducir", de donde se puede deducir que la mina es
un conducto y por su extensión se aplica el término mineral.
1
Enciclopedia Jurídica OMEBA
9
Es una disciplina que tiene por objeto regular y ordenar, mediante normas
legales, las relaciones que nacen del trabajo de la industria minera y otras conexas.
El Derecho Minero posee también un contenido jurídico-económico. Porque la minería,
entendida como tal, es una actividad industrial por excelencia, por cuanto genera
riquezas (divisas).
El Estado viene a ser el sujeto principalísimo y activo de esta rama del Derecho,
es el que regula esta actividad, concede el derecho para ejercer la actividad
exploratoria y extractiva, fiscaliza el cumplimiento de las obligaciones, impone las
sanciones, etc.
1.6.2.2. COSAS.
Las cosas son los yacimientos concedidos (las concesiones mineras) y los
productos que se extraen, benefician y comercializan (los minerales).
2
Daniel Moscol Aldana. Manual de Derecho Minero e Hidrocarburos
10
Da una relación jurídica entre los mineros, el Estado y los propietarios del suelo
donde se encuentran los yacimientos mineros, producto del proceso de
industrialización minera.
Desde el punto de vista natural, no existe una diferencia física pero sí existe
una ideal o imaginaría. (Apreciación natural).
Además, el Art. 954° del Código Civil señala que "la propiedad del predio se
extiende al subsuelo y al sobresuelo, comprendidos dentro de los planos verticales del
perímetro superficial y hasta donde sea útil al propietario, el ejercicio del derecho".
3
Martín Belaunde Moreyra – Derecho Minero y Concesión.
11
1.6.4.2. EXISTENCIA DE DOS DERECHOS REALES SIMULTÁNEOS
En nuestra regulación jurídica existen, simultáneamente, dos derechos reales
sobrepuestos sobre una misma extensión:
La propiedad civil de un particular sobre un predio determinado que no
comprende la riqueza minera; y
Un derecho real, derivado de una concesión que otorga el derecho a extraer
el recurso minero4.
4
24 Código Civil Peruano de 1984.Art. 954, y La Constitución Política del Perú de 1993.
12
El propietario del suelo lo es también del subsuelo, sin limitación alguna, siendo,
en consecuencia, propietario de las minas o yacimientos minerales subyacentes a la
superficie. Se basa en la concepción romanista en la figura de la accesión mediante
la cual el subsuelo, lo accesorio, sigue lo principal, "Accesorium sequitur principale". De
esta manera se proclama la unidad real del suelo y subsuelo como fundamento de su
unidad legal.
Muchas han sido las objeciones que a esta teoría se han formulado, si bien
creemos que la más acertada es aquella que mantiene lo erróneo de atribuir al
subsuelo y su posible riqueza, el carácter de accesorio respecto del suelo, máxime si
se tiene en cuenta que el valor de lo que se halla en el subsuelo es superior en
innumerables ocasiones al valor del suelo. De otra parte, los yacimientos minerales no
son fruto del suelo bajo el que se yacen, de acuerdo con la más pura interpretación del
propio Código Civil en su Art. 890°, al decir que son frutos los provechos renovables
que produce un bien, sin que se altere ni disminuya su sustancia; asimismo el Art. 891°
dice que son frutos naturales los que provienen del bien.
Este sistema sostiene que la mina es accesorio del dominio del suelo superficial,
por cuanto jurídicamente, lo accesorio corre la suerte de lo principal, esto es, que el
propietario de un inmueble tiene derecho de todo lo que se une accesoriamente por
obra de la naturaleza o por la mano del hombre o por ambas causas.
13
De acuerdo a este sistema de ocupación, quien ocupa o descubre un yacimiento
e inicia su explotación se convertirá en su titular o propietario. Es decir, que es
opuesto al sistema Res Nullius y se basa en el principio de que el que posee el
dominio de la mina es quien la descubre y la trabaja.
14
1.8. DESARROLLO MINERO
15
1.8.6. Transporte Minero: Sistema utilizado para el transporte masivo y continuo
de productos minerales mediante métodos no convencionales. Es común en
la mediana y gran minería.
5
ANACLETO GUERREWRO, Víctor R. -"Guía de Procedimientos Administrativos. 2da Edición
Aumentada y actualizada".
16
Es decir, la concesión es el acto jurídico reglado, en cuya virtud el Estado se
desprende de una porción de su dominio para entregar su titularidad a él mismo como
persona de derecho privado o a los particulares6. Puede ser entregado por tiempo
indeterminado o determinado.
6
MARTÍNEZ, Víctor. "Derechos Reales en Minería". Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1982. Pág.
11.
17
La concesión minera no puede tener una extensión menor de 100 hectáreas
(una cuadrícula), ni mayor a 1000 hectáreas (10 cuadrículas) salvo las siguientes
excepciones:
Las que son solicitadas en zonas de frontera.
Las que formen parte de una acumulación de concesiones mineras.
Las que son solicitadas sobre derechos mineros o aprobados antes del 15 de
diciembre de 1991.
Las que son solicitadas en zonas urbanas o de expansión urbana - Ley 27015.
El Art. 1419° del Código Civil.- Dice que "por el contrato de opción, una de
las partes queda vinculada a su declaración de celebrar un contrato definitivo
y la otra tiene el derecho exclusivo de celebrarlo o no". El Art. 1423° reduce
el plazo como máximo de seis meses. Siendo esto así, este contrato es de
naturaleza especial, por no parecer a ningún otro y solo se cumple cuando se
hace definitivo, siendo que es un nuevo contrato preparatorio; en consecuencia,
se denomina opción porque en el convenio interviene la voluntad unilateral
del optante, que se obliga a futuro a favor del opcionante u opcionario en un
corto de tiempo.
18
El Art. 133° de la Ley de Minería.- señala que para el caso de omitirse el
plazo, se tendrá por entendido que es de cinco años a partir de la suscripción
del contrato. Pueden entregarse en opción las alícuotas de una concesión.
19
Seguridad real que sin desposeer al propietario del bien, permite al acreedor,
hacerlo vender al vencimiento de la obligación, cualesquiera que sean las manos en
que se encuentren para hacerse pagar con el precio que se obtenga, preferentemente
a los demás acreedores". Es así que la institución de la hipoteca es un valioso
instrumento de crédito, por cuanto son bienes hipotecables todos los bienes que pueden
venderse, que son embargables y pueden venderse.
20
La más extendida es aquella que consiste en un gravamen que afecta porcentualmente
el valor bruto de los minerales extraídos. Se trata de un gravamen ad valoren que se
impone sobre la producción y no sobre las utilidades. Es por ello un gravamen "ciego",
que no toma en cuenta los márgenes entre costos y precios posibles de obtener en
el mercado.
21
de su comunidad; debiendo calcularse sobre la base de la totalidad de ingresos y
rentas provenientes de la explotación de recursos naturales de sus circunscripciones.
22
Principios generales:
Libertad para la configuración de los contratos.
Aplicación supletoria de las disposiciones del derecho común en todo lo que
no se oponga al TUO (Código Civil, Ley General de Sociedades)
Formalidades (para su eficacia ante el Estado y
terceros): escritura pública e inscripción registral
Importancia de las normas registrales (requisitos de contenido de los contratos).
Particularidades derivadas de la naturaleza fortuita o aleatoria de la actividad
minera.
Contratos nominados. Sin embargo, en la aplicación del principio de la autonomía
de voluntad de las partes, pueden celebrarse otros contratos no específicamente
regulados en la Ley General de Minería. Ejemplo: Contratos de servidumbre,
constitución de regalías (pago por onza extraída/cubicada, net smelter returns,
net profit interest, etc.)
El uso del término concesión se entiende en un sentido lato (se refiere a los 4 tipos
de “concesiones mineras”).
Título Décimo Tercero TUO Ley General de Minería (DS 014-92-EM)
Reglamento de Diversos Títulos del TUO (DS 03-94-EM)
Normas Registrales
23
Nacional de los Registros Públicos Nº 200-2001-SUNARP
SN publicada el 27.06.01):
a. Sociedades Legales (supletoriamente al Reglamento del Registro Público de
minería)
24
establece ningún plazo, éste será de un año).
Existe la posibilidad que un titular de una concesión minera celebre uno o más
acuerdos o contratos de explotación sobre su derecho minero y de celebrar acuerdos
25
o contratos de explotación sobre áreas de concesiones mineras pertenecientes a
terceros se da en cualquier momento en el caso de invitación formal formulada por
el titular del derecho minero. Esta posibilidad también se da en el caso de
ocupaciones pacíficas ocurridas antes de la entrada en vigencia de la Ley, siempre
que el derecho minero de terceros no haya caído en causal de extinción y que las
partes estén de acuerdo.
PROYECTO MINERO
El TITULAR de las CONCESIONES MINERAS desea desarrollar su potencial
geológico.
El INVERSIONISTA está dispuesto a invertir en la exploración de las
CONCESIONES MINERAS a cambio de una opción de compra para adquirir una
alícuota (70%) de las mismas.
En caso de ejercer la opción de compra, habrá un condominio y una sociedad
legal que será titular de las CONCESIONES MINERAS.
Las partes desean ser titulares de participaciones sociales (escritura pública para
transferirlas) y acuerdan que en caso de ejercicio de la opción, ambos
transferirán sus alícuotas a favor de una sociedad anónima de propósito
específico (la SOCIEDAD) de la que ambos serán accionistas (70% el
INVERSIONISTA y 30% el TITULAR).
Si la participación accionaria del TITULAR se redujese a menos del 10%, el
26
TITULAR transferirá sus acciones al INVERSIONISTA y éste constituirá Regalía NSR
a favor del TITULAR.
El TITULAR le otorgará al INVERSIONISTA una opción de compra sobre la Regalía
NSR.
La materialización de la transacción comercial descrita precedentemente,
requiere la celebración de:
contrato de opción de compra
contrato de transferencia
contrato de cesión minera
constitución de una Regalía NSR y su correspondiente opción de compra
27
especiales; y, por otro, que se mantenga al día el derecho de vigencia. El artículo
20° de esta ley orgánica es el que establece las diferentes retribuciones económicas
a las que tiene derecho el Estado por la explotación de sus recursos naturales no
renovables, diferenciando el derecho de vigencia de otras contraprestaciones.
28
que, además del compromiso del Estado de proteger la propiedad privada y las
actuaciones legítimas que de ella se deriven, pueda exigir también un conjunto de
deberes y obligaciones concernientes a su ejercicio, en atención a los intereses
colectivos de la nación.
En consecuencia, el contenido esencial del derecho de propiedad no puede
determinarse únicamente bajo la óptica de los intereses particulares, sino que debe
tomarse en cuenta, necesariamente, el derecho de propiedad en su dimensión de
función social. No hay duda que las acciones que el Estado lleve a cabo respecto a
los bienes que, siendo patrimonio de la nación, son concedidos en dominio privado,
se encuentran legitimadas cuando se justifican en la obligación de atender el bien
común, que es la función social de la propiedad en sí misma.
En una economía social de mercado, tanto la iniciativa privada como la inversión
cumplen también una función social, a fin de coadyuvar a logro del bienestar
general. En consecuencia, atendiendo a la utilidad y beneficio que los recursos
naturales -en este caso, los minerales no renovables- pueden generar a la nación, es
justificable la exigencia de deberes y obligaciones que las empresas que los reciben
en concesión tienen frente a la colectividad.
ESTADO Y CONCESIÓN:
La naturaleza de la concesión mantiene una relación unívoca con la naturaleza misma
de los recursos sujetos a explotación minera, puesto que se trata de recursos naturales
29
renovables y no renovables cuya titularidad la ejerce la nación, en tanto que el
Estado es soberano en su aprovechamiento. Por ello, su apropiación y utilización no
están sometidas a la libre empresa, "(...) que parte de la iniciativa de sus respectivos
propietarios en la correspondiente explotación y se ordena sobre fórmulas de
transmisión total o parcial de derechos o de los productos respectivos, según el
Derecho Privado".
Ningún privado puede utilizar dichos recursos sin una previa concesión administrativa,
" la cual se otorgará con fines distributivos de recursos de alta significación económica
y social, desde la perspectiva de su mejor utilización social"
La primera disposición del artículo 66° de la Constitución Política establece que "los
recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la nación. El Estado
es soberano en su aprovechamiento". Ese es el punto de partida del análisis que a
continuación se efectuará, a fin de establecer la naturaleza y el régimen jurídico que
les corresponde a los recursos naturales en su condición de patrimonio nacional.
Los recursos naturales renovables y no renovables, al ser bienes que integran el
dominio público cuyo titular es la nación no son objeto de un derecho real de
propiedad en el sentido civilista del mismo configuran lo que se denomina una
"propiedad especial". Ésta se caracteriza por estar sometida a una normativa
específica de Derecho Público, que consagra su indisponibilidad, dada su naturaleza
de inalienable e imprescriptible, a tenor del artículo 73° de la Constitución Política
del Perú, quedando, en consecuencia, excluida del régimen jurídico sobre la
propiedad civil.
Para ejercer un control de constitucionalidad acorde con las instituciones y valores
consagrados por la Constitución, el tribunal considera necesario enfatizar que existe
un régimen jurídico propio y autónomo de los bienes objeto del dominio público, que
no se funda en la idea de un poder concreto sobre las cosas en el sentido jurídico-
civil y, por tanto, de señorío.
Voluntad constituyente que encuentra su soporte legislativo en la primera parte del
artículo 4° de la Ley Nº 26821, que señala que "los recursos naturales mantenidos
en su fuente, sean estos renovables o no renovables, son patrimonio de la nación".
Son los frutos o los productos como en este caso el producto minero los que sí pueden
ser objeto de dominio privado por parte de los titulares de los derechos concedidos
sobre ellos. Por ello es que el artículo 66°, in fine, de la Constitución, reconoce que
"la concesión otorga a su titular un derecho real", que, sin embargo, dada la especial
naturaleza del objeto sobre el cual recae, no puede ejercitarse afectando los fines
públicos concomitantes de dichos bienes.
CONCESIÓN MINERA
De acuerdo a lo expuesto en los fundamentos precedentes, el Estado no solo conserva
los poderes de vigilancia y control, que implican no solo velar por el fiel cumplimiento
de las obligaciones asumidas por los titulares de las concesiones mineras, enunciadas
en el Capítulo I, Título VI del D.S. Nº 014-92-EM, Texto Único Ordenado de la Ley
General de Minería, sino también establecer las condiciones de la utilización de los
recursos naturales. Por ello, el particular se encuentra subordinado al desarrollo
30
legislativo y reglamentario que realice la Administración a la luz de la Constitución
y atendiendo a razones superiores de interés general. En este sentido es que el
artículo 64° del D.S. Nº 014-92-EM. Ha previsto la cancelación como un supuesto de
extinción de la concesión, en los siguientes términos: "Se cancelarán los petitorios o
concesiones, cuando se superpongan a derechos prioritarios, o cuando el derecho
resulte inubicable".
El ejercicio de las potestades que forman parte de la naturaleza esencial de la
Administración no será, desde luego, abusivo ni supondrá la imposición de medidas
irrazonables y desproporcionadas, ni la aplicación de gravámenes o cargas
administrativas que lesionen los derechos fundamentales de contenido patrimonial las
libertades de empresa y de contratar, de los cuales son titulares las empresas
mineras concesionarias.
Si bien es cierto que la libertad contractual deriva de la ley, no puede discutirse la
facultad administrativa de regularla por razones del orden público; ello, empero, no
es óbice para discutir la legitimidad de la ley cuestionada respecto a la posible
vulneración de otros bienes jurídicos constitucionales.
31
simplificado de la concesión minera de exploración y explotación. Adicionalmente,
debe tenerse en cuenta que el texto del antiguo Decreto Legislativo 109 estaba
pensado para un régimen económico en el cual el Estado tenía una participación
preponderante a nivel empresario en la actividad minera (básicamente a través de
sus empresas sectoriales: Centromín Perú que ejercía actividad minera extractiva y de
exploración, Minero Perú que ejercía la actividad de comercialización de los minerales
y el Banco Minero). Precisamente, el cambio de 1991, obedeció a una figura de
liberalización en el sector minero, la cual se manifestó en la derogación de la gran
mayoría de las normas que concedían atribuciones y derechos al Estado para
participar en la industria minera como agente económico. Como toda norma de
liberalización, el Decreto Legislativo 708 concedió un distinto papel al Estado en la
regulación del sector, dándole un rol de autoridad en el sistema, y relegando su
posición de agente empresarial en el mercado minero.
4.2. NUEVAS PERSPECTIVAS Y BENEFICIOS SE HAN LOGRADO EN PERÚ
De otro lado, creo que es por todos conocido, el gran empuje que ha significado
para la economía peruana el auge del sector minero, sobre todo en la coyuntura que
se viene viviendo desde el año 2001 en adelante, gracias a los precios elevados de
los minerales en los mercados internacionales. Precisamente, hay que tener en cuenta
un dato importante: los minerales que produce el Perú fundamentalmente son
commodities, sus precios no los fija el mercado peruano, sino que son negociados día
a día en diferentes mercados internacionales. Por tal razón, en la minería se habla de
ciclos de precios, a veces son altos y a veces son bajos de acuerdo a las coyunturas
de los mercados internacionales. Actualmente, debido al crecimiento económico de
varias naciones como China, los minerales se encuentran en una coyuntura de precios
altos. Sin embargo, esto es algo que no se sabe si va a durar muchos años más o no,
es muy difícil hacer predicciones sobre la duración del ciclo de precios altos, al menos
en términos económicos. En tal sentido, hay que tener bastante cuidado con respecto
a la aplicación de políticas cortoplacistas en el sector minero: por el contrario, es
importante propiciar la estabilidad legislativa y del régimen tributario aplicable al
sector minero, a fin de no retraer la inversión.
Considero que gran parte del gran número de inversiones que se viene
realizando en el Sector, es debido, así como por el potencial geológico que tiene el
país, también por la estabilidad de nuestra legislación y la predictibilidad de nuestras
políticas y su aplicación; sinceramente, el dato de la legislación y su aplicación
predecible son importantes para atraer inversiones. Sin embargo, no debe dejarnos
de llamar la atención que en el “ranking” anual de jurisdicciones atractivas para la
inversión minera elaborado por el prestigioso Instituto Fraser para el año 2006/2007
(Fraser Institute Annual Survey of Mining Companies 2006/2007), el Perú salga en
lugares de “media tabla” en varias categorías, sobre todo por los problemas sociales
que aquejan al desarrollo de nuevos proyectos mineros, así como por la incertidumbre
respecto a procesos como la regionalización y los problemas medio ambientales.
4.3. LOS PRINCIPALES VACÍOS QUE PRESENTA LA NORMATIVA VIGENTE
Por último, en cuanto a los “vacíos” que ustedes señalan en su pregunta, yo les
contestaría señalándoles que en vez de denunciar falta de normas, más bien
deberíamos proponer la actualización de varias partes de la Ley, que ha sido
sometida a varios cambios posteriores a la dación del TUO. Creo que hay que mejorar
algunos aspectos vinculados a la actualización de varias partes del TUO (básicamente,
32
un “acomodamiento” a la Constitución vigente y a la legislación de 1991 en adelante),
y por otro lado, reevaluar algunos aspectos del régimen tributario que han sido
derogados (como los beneficios de reinversión del artículo 72 inciso b) del TUO de la
Ley General de Minería), así como mejorar aspectos vinculados a la estructura de los
procedimientos administrativos (que tienen una impronta bastante judicializada). En
realidad, fuera de mejorar algunas normas, y revisar algunas partes del TUO para
su modificación, desde el punto de vista administrativo no habrían vacíos que
requieran la adopción de cambios estructurales en la legislación básica del sector.
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4.5. EL PROBLEMA PARA LA EJECUCIÓN DEL GASTO ESTÁ EN EL SNIP O EN
EL MEF.-
Dicho problema reside en la falta de capacidades institucionales y de recursos
humanos capacitados dentro de la Administración Pública local y regional, para poder
gestionar proyectos adecuados para una inversión social sostenible y no regida por
vaivenes políticos. Salvo honrosas excepciones (documentadas por ejemplo, por
Ciudadanos al Día), no existe la capacidad de generar proyectos sostenibles, ni
tampoco capacidades para la ejecución del gasto en aquellas regiones y municipios
que perciben ingresos por el canon minero. En tal motivo, un punto importante en la
agenda es reforzar las capacidades humanas e institucionales de las entidades que
perciben recursos por canon, lo cual implica prestar especial preocupación en la
reforma del régimen de personal de la Administración Pública del país, el cual se
encuentra paralizado desde hace tiempo en el Congreso de la República.
Clásicamente la justificación de la deducibilidad de los gastos de una empresa
para efectos del Impuesto a la Renta se ha basado en el principio de causalidad.
Supóngase que una empresa minera que está explotando un yacimiento destina
fondos para el bienestar de la comunidad donde está ubicado este (construcción de
colegios, hospitales, centros de purificación de las aguas de los ríos, etc.).
4.6. EL INTERÉS QUE DEBE PRIMAR, VARIABLES QUE DEBEN TENERSE EN
CUENTA E INFORMALIDAD MINERA UN FACTOR DETERMINANTE
PARA PODER RESOLVER ESTE CONFLICTO
Creemos que más allá de los incidentes ocurridos, y que son de conocimiento
público, creo que estos son problemas que vienen desde hace muchos años atrás y que
no han sido solucionados adecuadamente en base a diálogo y transparencia.
Lamentablemente han existido muchos entredichos y un fuego cruzado de acusaciones
bastante ideologizadas en torno al conflicto de Majaz (azuzadas irresponsablemente
por ONG’s y personas irreflexivas, fundamentalistas), que reflejan una constante
acaecida en varios conflictos anteriores, que no han podido solucionarse, justamente
debido a conductas a veces, muy intolerantes, que no propician la idea de diálogo,
sino, todo lo contrario propagan la idea de enfrentamiento y “lucha de intereses”.
Inclusive, su pregunta estaría en esa línea, al proponer que la minería y el desarrollo
sostenible son conceptos antónimos, enemigos, incompatibles, una suerte de conceptos-
némesis. Entiendo que todo esto no es así.
no creemos que exista un “interés que debe primar sobre el otro”. Esto no es
cierto, los intereses no “priman” sobre los otros si previamente ha existido diálogo y
transparencia entre ambas partes, las cuales mantienen intereses que deben marchar
en cooperación. Hoy por hoy, las empresas que tienen internalizadas conductas que
reflejen buenas prácticas corporativas, saben que no pueden “llegar por la puerta de
atrás” para realizar negocios e inversiones en sectores extractivos. Por el contrario,
las empresas (sobre todo las extranjeras) que realizan inversiones en esta clase de
negocios conocen perfectamente que la integración, el diálogo, la política del “buen
vecino” y de cultivar relaciones con los pobladores adyacentes al desarrollo de la
actividad extractiva, son la verdadera “licencia social” con la que deben contar para
que la industria minera pueda convivir en armonía con los intereses de las
comunidades. Yo rechazo fuertemente el concepto de licencia social (la mayoría de
juristas lo hace) porque en realidad no es correcto que la población se irrogue poderes
estatales – el Estado es el único que otorga, en uso de su dominio eminente, las
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autorizaciones, permisos y licencias necesarios para operar negocios como el minero.
Las poblaciones no autorizan nada, porque justamente no tienen poderes para
hacerlo, no son la autoridad, ni pueden tomar los poderes del Estado por la fuerza.
Lo correcto es entender que esta “licencia”, más que un “permiso”, es una constante,
una constante de buenas relaciones, transparencia, diálogo e integración entre los
intereses de las empresas y de las comunidades. En la medida que exista un concepto
de “alianza privados – comunidad”, el poblador va a percibir que no es un “conflicto
de intereses” o “lucha de clases”, sino que se trata de integrar la industria, el progreso
y la inversión, con la tradición, el respeto por las leyes y los derechos consuetudinarios,
así como los derechos de las comunidades. Esto es algo posible, en lo que se puede
creer (de hecho se produce ya en varias zonas).
Es obvio que la actividad minera va a causar cambios en el entorno, en el
paisaje, en la forma de vida de muchas comunidades. Pero el hecho de causar cambios
no significa que estos cambios no sean compensados o no sean informados con la
transparencia del caso. La concesión minera no otorga una patente de corso ni
tampoco los empresarios mineros son unos corsarios. Existen en el país muchos ejemplos
de cómo las empresas mineras se han integrado exitosamente a las comunidades, las
cuales entendieron el cambio y de un inicial rechazo pasaron a apoyarlo.
Las variables a considerar son varias, pero fundamentalmente deben
analizarse los escenarios desde el punto de vista de las acciones del Estado, de los
empresarios y de los afectados directamente por la actividad minera. Creo que desde
el punto de vista del Estado deben discutirse prioritariamente temas como la presencia
del mismo en zonas alejadas de nuestro territorio, la necesaria mejora de la ejecución
del gasto social y de los ingresos percibidos por vía canon, así como la construcción
de mayores y permanentes escenarios de diálogo, sin desmedro ni olvido del principio
de autoridad, básico para hacer cumplir las políticas estatales sobre la materia.
Asimismo, desde el punto de vista del Estado se requiere seguir incrementando la
fuerza de fiscalización y de seguimiento del cumplimiento de las obligaciones legales
de las empresas mineras. Por otro lado, desde el punto de vista de las empresas,
considero que es necesario seguir avanzando en la adopción de buenas prácticas
empresariales en relación con las comunidades directamente afectadas con la
actividad minera, así como a mejorar políticas de diálogo, transparencia e integración.
Sin políticas empresariales claras y transparentes, así como voluntad de diálogo, no
habrá consenso ni aceptación de las empresas, y creo que este es un mensaje que
estos actores tienen claro. Por último, y not at least, considero que desde el punto de
vista de los pobladores, se requiere seguir trabajando en mejorar los canales y
espacios de diálogo con las autoridades y las empresas, así como preocuparse en
participar activa y responsablemente en las fases de transparencia, audiencias
públicas y de participación ciudadana que se dan en el marco de los procedimientos
administrativos vinculados al otorgamiento de los permisos ambientales otorgados por
el Estado. Tal vez es una cuestión de mejorar marcos legales, afinar algunas políticas
públicas, pero también, como dijo el cantautor Fito Páez, se trata también de una
“…cuestión de actitud”. Se trata de propiciar la tolerancia y la confianza en las
actitudes de ambas partes, y de dejar de ver la minería como un negocio que fagocita
la riqueza de nuestro país, sino por el contrario, verla como lo que es, como el motor
de las grandes inversiones y de la generación de riqueza, trabajo y mejoras para
nuestras comunidades.
Ahora bien, desde el Ministerio de Energía y Minas se vienen planteando
nuevas políticas públicas sostenibles en el tiempo para mejorar la actuación del Estado
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en el escenario de la relación tripartita Estado-empresarios-pobladores. En esta línea
se están dando importantes pasos en los últimos años, como la creación de una
Dirección General de Gestión Social, encargada de participar y propiciar en el
diálogo pobladores-empresas, así como de hacer un seguimiento de tales diálogos y
de sus resultados. Por otro lado, la reciente escisión de las funciones fiscalizadoras y
sancionadoras del MEM y su traslado al ahora OSINERGMIN, es también un hecho
que ha permitido separar las funciones promotoras de las sancionadoras en materia
minera, lo cual es un avance para muchos. Asimismo, se viene mejorando y
perfeccionando reglamentaciones ambientales y técnicas para mejorar el marco de la
participación ciudadana y para propiciar el desarrollo sostenible. Esto es muestra del
significativo interés y atención que el Estado, a través del MEM, viene brindando al
sector minero, de manera permanente, y particularmente durante la actual gestión.
4.7. MECANISMOS ADMINISTRATIVOS PUEDEN EMPLEARSE PARA EVITAR
QUE SE CAUSEN DAÑOS AL MEDIO AMBIENTE EN EL ACCIONAR DE
LAS EMPRESAS MINERAS.-
Consideramos preciso esclarecer algunas inquietudes que generalmente se
suscitan sin tener mucha información sobre la materia, debido a que es una pregunta
recurrente la que ustedes formulan, sobre la presunta necesidad de establecer
“mecanismos de compensación” para “indemnizar daños ambientales”, cuando en
realidad, la legislación ya prevé mecanismos prolijos para asegurar el cumplimiento
de las obligaciones ambientales, tanto durante la operación minera, como al cierre de
dichas operaciones.
Las empresas mineras están sujetas actualmente a una regulación ambiental,
tanto para el desarrollo de sus actividades como para el cierre y término de las
mismas. Cuando las empresas están activas, la legislación actual establece una
regulación bastante prolija, mediante la evaluación ambiental de las actividades de
exploración y de explotación. Básicamente se emplea la técnica prospectiva de la
Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) y sus variantes para analizar y proponer
medidas concretas para evitar o paliar los impactos a futuro que la actividad minera
va a causar en el ambiente y el entorno de la población (lo cual incluye medidas de
monitoreo permanente y fiscalización), así como la técnica del Plan de Cierre de Minas
(nuevo instrumento de gestión ambiental regulado por la Ley 28090 y su Reglamento,
Decreto Supremo N° 033-2005-EM), instrumento este último que permite que la
empresa minera garantice la remediación ambiental de las áreas afectadas por la
actividad minera durante su ejecución. Este instrumento de gestión denominado Plan
de Cierre contiene una serie de medidas que la empresa debe disponer al momento
de clausurar sus operaciones e incluye dentro de sus novedades, la obligación de
constituir una garantía económica (que puede ser una carta fianza, una póliza de
caución, un fideicomiso en garantía e inclusive una fianza sin beneficio de excusión)
necesaria para la aprobación del referido Plan. En tal sentido, existen mecanismos
legales aptos y regulados en nuestro país que constituyen un medio de enforcement de
la obligación de preservar el medio ambiente que tienen las empresas mineras.
Asimismo, el sector minero es el campo sectorial que más ha avanzado en regulaciones
técnicas y ambientales (ECA’s y LMP’s) en el ámbito de las actividades extractivas,
teniendo estándares altos de cumplimiento de tales normas.
Tal vez lo que sucede es que en el Perú se sigue teniendo una visión por la cual
no existirían mecanismos legales de vigilancia y fiscalización sobre el cumplimiento de
las obligaciones medio ambientales en la minería, lo cual no es cierto, debido a que
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tales mecanismos si existen y son diariamente aplicados. La actividad minera no es una
actividad libre de supervisión, por el contrario, es permanentemente fiscalizada en
procura de la preservación del medio ambiente, y tal vez, lo que debería hacerse es
enfatizar más la fiscalización y el control permanente. Aquí es preciso mencionar que
mucha de la mala imagen de la minería se debe al problema sempiterno de la minería
informal, la cual causa mucho daño al sector, pues es una verdadera fuente de
contaminación, que se realiza al margen de la ley y sin responder por ello. En tal
sentido corresponde adoptar acciones para combatir dicha minería ilícita que debe
responder por las afectaciones al ambiente.
Por otro lado, en lo que respecta a los pasivos ambientales mineros
abandonados y/o no remediados, se trata de una realidad distinta: aquí hablamos
de pasivos que tienen muchos años en el país y que nunca fueron remediados debido
a problemas de determinación de responsabilidad (las empresas que los generaron
ya no están en el país, las antiguas empresas estatales generadoras de pasivos fueron
privatizadas, hay empresas que ya no existen como tales, los socios no han querido
asumir la responsabilidad monetaria, etc.). En tal sentido, existe desde hace poco la
Ley N° 28271, la cual establece un régimen jurídico para la determinación de la
responsabilidad por los pasivos y un papel preponderante del Estado para la
remediación de tales pasivos. Precisamente, el MEM y el FONAM vienen
implementando varios programas de colaboración destinados a la remediación de
tales pasivos, lo cual es una tarea de largo aliento, pero necesaria para llevar a la
práctica la mejora en la salud de la población y la preservación del medio ambiente
y del entorno.
A nivel internacional, pueden considerarse como competidores directos del
Perú, en el tema minero, a países como Chile o México. ¿Cómo se ha manejado el tema
de concesiones en esos países? ¿La reglamentación normativa peruana en que medida
difiere con la internacional? ¿Hay algún procedimiento o institución importante a nivel
internacional que pueda ser aplicable en el Perú?
Creemos que una primera respuesta a sus interrogantes reside en señalar que
dependiendo del tipo de metal, existe una relación de competencia. Lo importante del
Perú es que es un país polimetálico, y que se encuentra en los primeros puestos de
producción a nivel mundial con respecto a metales muy valiosos como el oro, la plata,
el cobre, estaño y zinc, a diferencia de Chile o México, que generalmente tienen
abundancia de un solo recurso (Chile – cobre, México – plata). No podría decir que
existe una “competencia directa” sin precisar lo anterior, sería una competencia con
respecto al tipo de metal de que se trate, porque en realidad nuestra riqueza
prospectiva y mineral es mucho mayor que dichos países.
Ahora bien, en lo que se refiere al tema del régimen jurídico de las concesiones
mineras, Chile tiene un sistema jurídico distinto al nuestro para el otorgamiento de los
derechos mineros, puesto que mientras nosotros tenemos un sistema administrativo
(donde el INGEMMET – entidad pública que absorbió al antiguo Instituto Nacional de
Concesiones y Catastro Minero / INACC – otorga las concesiones mineras), en dicho
país, el Código de Minería y la Ley N° 18.097 – Ley Orgánica Constitucional sobre
Concesiones Mineras, establecen que las concesiones se otorgan mediante un proceso
judicial, que culmina en una sentencia (auto de amparo) que confiere el derecho, con
carácter constitutivo. Asimismo, en Chile se diferencian dos trámites, el otorgamiento
de concesiones de exploración (temporales por un breve plazo) y el otorgamiento de
concesiones de explotación (con un plazo máximo determinado por ley). En nuestro
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país, se otorga una sola concesión minera, irrevocable y sin límite temporal alguno, la
cual incluye los derechos de explorar y explotar el mineral (aunque para realizar
dichas operaciones se requiere tramitar dos permisos independientes distintos del
otorgamiento de la concesión). Además, si es que se quisiera comparar los regímenes
de concesiones en razón a que en Chile la concesión se otorga por vía judicial y en
Perú por vía administrativa, no hay que olvidar que en Perú, pese a que la concesión
es un acto administrativo, este tiene la virtud de ser irrevocable, es decir, nadie por
motivos de “oportunidad, mérito o conveniencia” puede desconocer una concesión
minera otorgada en la vía administrativa, la cual, luego de ser inscrita en los Registros
Públicos, pasa a gozar de la protección registral. Las concesiones mineras en el Perú
no pueden ser revocadas a libre albedrío de la autoridad, ni tampoco “dejadas sin
efecto”: la única causal de pérdida del derecho minero es la caducidad, declarada
como “último recurso” ante la falta de cumplimiento de la “obligación de trabajo del
derecho minero” contenida en el TUO de la Ley General de Minería.
Ahora bien, en Chile el otorgamiento de concesiones mineras es un proceso
largo y que insume bastante tiempo, en la medida que tiene carácter judicial. Nosotros
en cambio, tenemos la ventaja de tener un sistema administrativo bastante confiable,
que ostenta claras formas de predictibilidad y estabilidad en su interpretación, a la
par que usamos un sistema único de determinación de los derechos mineros mediante
un sistema de cuadrículas. Inclusive ha recibido varios premios (el antiguo INACC
recibió un premio de buenas prácticas gubernamentales) y además constantemente es
usado como modelo internacional. Creo que frente al sistema chileno, nuestro sistema
de otorgamiento de derechos mineros es muy superior, y no tendríamos mayor
innovación o cambio que hacer. Si ustedes se dan cuenta, más allá de ciertos cambios
relativos a partes tributarias o sobre temas netamente sociales, el TUO de la Ley
General de Minería es una norma estable, que no cambia al vaivén del tiempo, sino
que básicamente es una legislación que genera una sensación de abierta seguridad
normativa para el sector en la regulación minera.
Por otro lado, en comparación a México, observo que la Ley Minera federal
de 1992, consagra también un régimen administrativo para el otorgamiento de
concesiones, diferenciándose las concesiones de exploración y de explotación (al igual
que Chile). Asimismo, se establece que las concesiones se pueden realizar por
pedimento (“a pedido de parte”) o por concurso público celebrado por el Estado.
Observo igualmente que las concesiones de exploración y de explotación tienen
plazos determinados y máximos, a diferencia de lo que ocurre en el Perú. Me parece
que la Ley minera mexicana tiene una impronta bastante intervencionista, que no la
hace tan atractiva en estos tiempos globales.
En definitiva, más allá de algunos pequeños ajustes y “aggiornamentos”
puntuales, pienso que nuestro marco legal no tiene mucho que mirar hacia
Latinoamérica. Tal vez lo propio sería mirar a marcos más avanzados como la
legislación de algunos estados de USA, de algunos estados de Canadá y varios países
africanos, a fin de mejorar algunos aspectos puntuales de nuestra regulación
administrativa básica de la actividad minera.
CONCLUSION
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La minería en el Perú es un aporte importante para el desarrollo de nuestro país en
vista que gracias a la producción de la minería el Perú tiene una estabilidad
económica, por ende debemos impulsar a la formalización de las empresas mineras
artesanales e informales, no solo para la protección de los derechos de los
trabajadores sino para la protección del medio ambiente y su explotación dentro del
marco del ordenamiento jurídico nacional.
Como conclusión nosotros damos el punto de vista de que los contratos mineros se
puede dar de la siguiente manera, que puede ser mediante el contrato de
transferencia, para que se opera la enajenación, el traspaso, la transmisión de la
totalidad o parte de los derechos mineros, el derecho conferido por el estado, sea a
personas naturales o jurídicas para el ejercicio de la actividad minera. De igual forma
se puede dar los siguientes contratos en la minería, el contrato de opción, contrato
de hipoteca y el contrato de prenda para realizar diferentes actividades formales.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
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http://www.monografias.com/trabajos97/derecho-minero-peru/derecho-minero-
peru3.shtml#ixzz3y4fOh3Uu
http://www.monografias.com/trabajos97/derecho-minero-peru/derecho-minero-
peru.shtml#ixzz3y4g0uUVZ
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