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La característica más relevante del siglo XX en la economía Colombiana fue el proceso de

industrialización que comenzaba a surgir, los superávit en capital resultado de la


comercialización de los productos agrícolas más importantes como el café junto a los
esfuerzos del Estado en modernizar las instituciones e infraestructura del país fueron acciones
clave en el ordenamiento financiero, estos cambios se desenvolvieron en un momento donde
se impulsaban ideas intervencionistas que buscaban cambiar la cara de una nación retrasada
por factores como la violencia y malas decisiones que junto a carencias en recursos locales
afectaron a la sociedad, el apoyo externo era inevitable en cuanto a conocimientos técnicos
y recursos financieros que ayudaran a mejores ingresos de exportaciones e importaciones
aunado a nuevos conocimientos que desarrollaran nuevos campos productivos y el
mejoramiento de la mano de obra.

No, obstante para que esto sucediera era necesario compartir dichas metas en el ámbito
internacional, pues, se observaba fuerza en países como Estados Unidos e Inglaterra donde,
y debido a la post guerra habían endurecido sus decisiones políticas y económicas lo cual les
estaba generando éxito ante la comunidad internacional, por un lado, era importante para el
país crear instituciones públicas que organizaran y controlaran todos los sistemas de
producción de la misma manera que tecnificar esos mismos organismos como también buscar
los recursos pero de la manera más adecuada que no fuera a llevar al país a la quiebra y como
no mirar países industrializados con economías tan dinámicas frente a desarrollos tan lentos
como los de sur América, y porque no aprovechar los conocimientos de sus creadores.

Es así como el Estado Colombiano decide buscar ayuda a través de misiones


interdisciplinarias que fueran efectivas en la búsqueda de estos objetivos a corto y largo plazo
basados en su experticia y con intereses comunes el país dio sus primeros pasos de la mano
de dichas comisiones, no, obstante era muy difícil pronosticar los resultados y poner en una
balanza las estrategias y decisiones que ofrecieran justicia para ambos lados y con más razón
para un país que veía en el tratado de Panamá la salida a muchos de sus problemas o por lo
menos eso era lo que ellos veían en su época ya que las opiniones estaban divididas pues una
vez se ratificó el tratado que derivó en una indemnización aunado a las grandes exportaciones
de café hacia los Estados unidos la nación entro en una época de auge que como resultado
comienzan los gastos públicos desmedidos y de igual manera el cáncer que hoy por hoy
aqueja a la sociedad, la “corrupción”.

Pero, claro, esta bonanza resultado del desarrollo del país hizo que nacieran nuevos tratados
y acuerdos comerciales lo que exigía mayores demandas por parte del estado y si bien es
cierto la comisión Kemmerer sugería lo que para ellos eran los mejores movimientos
económicos estaban parcializados en sus propios intereses donde, en resumen lo que querían
era un país bien estructurado el cual pudieran endeudar pero al mismo tiempo garantizar esa
deuda, y un país que necesitaba infraestructura, crear y desarrollar su sistema financiero
sumado a la crisis que económica que vivía era evidente que iba a necesitar más recursos
para salir de esa hecatombe por lo que en principio eran los Londinenses la potencia del
mercado Colombia paso a confiar más en los norteamericanos basados en el crecimiento
exponencial que venían desarrollando en su economía.

Para Kemmerer como lo dice Jorge Valencia en su texto “En general, dos temas de gran
importancia tocan con las recomendaciones de Kemmerer en Colombia: la moneda y la
banca, por una parte y el tema fiscal por la otra”1 esto hizo que sus principales
recomendaciones fueran la creación del banco central, operar bajo el patrón oro y una
legislación bancaria junto con una superintendencia, todo esto copiado del sistema que
utilizaba Nueva York, para la parte fiscal sugirió una ley orgánica de presupuesto como
nuevos procesos para recaudar y manejar las rentas del gobierno.

El gobierno tomo sus propuestas creando y organizando el banco central de acuerdo a sus
recomendaciones tanto quien y como se dirigía lo que generaba confianza a la hora de
relacionarse con el extranjero, por otro lado recomendó la unificación y conversión de la
deuda externa para que hubiera más confianza en los prestamistas extranjeros, centralizo y
ajusto el presupuesto oficial ya que en parte ese gran endeudamiento se debía a que los

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estados descentralizados hacían sus propias deudas con otros países, de la misma manera se
unifico y convirtió los bonos y cedulas del tesoro Nacional en billetes emitidos por el banco
central, se forjaron restricciones y fuertes revisiones a la banca privada y finalmente una
comisión que fiscalizara el proceso.

Es evidente que el país necesitaba reorganizarse financieramente pues, de una deuda externa
de US$ 3.000.000 en 1925 pasó a US$ 27.000.000 en 1926 y para 1927 ya era de US$
37.500.000 por supuesto debido a que los préstamos que hacían los banqueros de los Estados
Unidos a su acomodo dueños de firmas con baja reputación donde la recomendación de la
comisión sobre endeudamiento se aceleró por encima de lo esperado, para 1930 vendría una
nueva comisión Kemmerer lo cual garantizo más deuda con el fin de cubrir las deudas del
estado lo que al mismo tiempo también garantizaba el manejo del país a su acomodo por
parte de Estados Unidos, no en vano el punto de vista de británico sobre la comisión como
lo menciona Jorge Valencia en su texto “El embajador británico en Bogotá expreso sus
temores sobre la prometedoras recomendaciones de este, porque los métodos bancarios y
financieros corrían por vías muy distintas a los británicos”2.

Si bien es cierto muchos países en vía de desarrollo necesitan construir vías para sacar sus
productos como el conocimiento para manejar sus finanzas, también lo es la asertividad de
sus decisiones en materia de solicitar ayuda a economías más desarrolladas, no se puede
negociar con un país que por un lado proclama su doctrina “América para los Americanos”
donde cualquier intento de colonización o intervención de otro país será respondido con
contundencia por parte de este, no tolerando ninguna clase de intromisión pero por otro lado
ellos si lo pueden hacer, como afirma Marcelo Bucheli en su escrito Negotiating under the
Monroe Doctrine “ la expansión del capital americano en América Latina y sus negociaciones
con el gobierno Colombiano solo pueden entenderse en el contexto de la expansión
económica y política de los Estados Unidos y Gran Bretaña”3.

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Cada tratado como el de Herrán - Hay que otorgó a los Estados Unidos el derecho de construir
un canal en territorio Colombiano, entre otros, solo son sinónimos de no permitir que nada
se interponga entre los intereses de los Americanos y países bajo su dominio, las “ayudas”
con doble intención como las sugerencias que se hicieron el asesinato de Gaitán, o el apoyo
para combatir la guerrilla que después se convirtieron en autodefensas, la guerra contra las
drogas justo después de que abandonaran el primer lugar como exportadores de marihuana
son eventos que como bien lo menciona en su columna de la revista semana Antonio
Caballero “Esas dos guerras que han dominado nuestra historia de los últimos 70 años se las
debemos directamente a la ayuda de los Estados Unidos”4 han permitido un atraso mayor al
país en lo económico pero sobre todo en lo social.

Bien se ha ganado Colombia su apelativo como el “Coloso de Sur América” pero a precios
muy altos, si bien, se aprende de otras culturas como la necesidad de ayudas económicas es
claro que la enfermedad está sembrada y ahora comienza a dar sus frutos con niveles de
corrupción nunca antes vistos y una violencia de tal magnitud que opaca todos los tratados y
lecciones aprendidas y es de ahí la importancia de encontrar un punto de equilibrio como lo
resalta en su columna del Espectador Juan Manuel Ospina. “Hoy ya ni la caficultura ni el
país son los mismos de entonces, pero lejos se está de celebrar su entierro o de pretender que
ésta pueda continuar como si nada hubiera pasado. Necesita, como tantas cosas en el país,
“ponerse al día” para avanzar sin perder la esencia de lo que somos y hemos sido como
sociedad”.5

Colombia es una Nación con grandes recursos y con una sociedad trabajadora y con ideas es
necesario comenzar una nueva era con sus propios desarrollos donde impulsar la educación
y el progreso sea su prioridad y tal vez algún día se pueda decir “Colombia para los
Colombianos”.

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