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La etología (del griego «ηθος» ethos, costumbre, y «λóγος» logos, razonamiento, estudio,

ciencia) es la rama de la biología y de la psicología experimental que estudia


el comportamiento de los animales en sus medios naturales,12 en situación de libertad o en
condiciones de laboratorio, aunque son más conocidos los estudios de campo. Al estudiar
especialmente el comportamiento en el medio natural, la investigación etológica se distingue
de la conductual, centrada en el medio artificial o de laboratorio.
Los científicos dedicados a la etología se denominan etólogos y estudian las características
conductuales distintivas de un grupo determinado y cómo estas evolucionan para la
supervivencia del mismo en un ambiente determinado. Su objeto de estudio es el
comportamiento animal en su interacción con el medio. Los seres humanos, también
animales, forman parte del campo de estudio de la etología. Algunos autores denominan a
esta especialización etología humana, diferenciándola expresamente de la psicología o
la sociobiología.3
Los objetivos de los etólogos son el estudio de la conducta, instinto y de las relaciones con el
medio, así como el descubrimiento de las pautas que guían la actividad innata o aprendida de
las diferentes especies animales. Así, los etólogos han estudiado en los animales aspectos
tales como la agresividad, el apareamiento, el desarrollo del comportamiento, la vida social,
la impronta y muchos otros.

La filogenia es la relación de parentesco entre especies o taxones en general.1 Aunque el


término también aparece en lingüística histórica para referirse a la clasificación de las lenguas
humanas según su origen común, el término se utiliza principalmente en su sentido biológico.
La filogenética es la parte de la biología evolutiva que se ocupa de determinar la filogenia, y
consiste en el estudio de las relaciones evolutivas entre diferentes grupos de organismos a
partir de la distribución de los caracteres primitivos y derivados en cada taxón, utilizando
matrices de información de moléculas de ADN y de morfología.12 Con esta información se
establecen los árboles filogenéticos, base de la clasificación filogenética. Esta clasificación
forma parte de la sistemática, que además también comprende los sistemas de
clasificación fenética y clásica o Linneana.
La necesidad de descubrir la historia evolutiva de los organismos se inició con la publicación
de El origen de las especies por Darwin en 1859. La incorporación de teorías evolutivas en los
sistemas de clasificación de los organismos es un proceso que hoy en día aún no está
terminado (de Queiroz y Gauthier 1992).3 Un paso crítico en este proceso fue la adquisición de
métodos explícitos para hipotetizar relaciones filogenéticas, ponerlas a prueba y verlas
reflejadas en las clasificaciones, métodos para los que biólogos como Willi
Hennig (entomólogo alemán, 1913-1976), Walter Zimmermann (botánico alemán, 1892-
1980), Warren H. Wagner, Jr. (botánico norteamericano, 1920-2000) y muchos otros han
hecho valiosos aportes.

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