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DOMINGO XXII (TO) ciclo B

 Cumplir los mandamientos para vivir y entrar a tomar posesión de


la tierra prometida. Deuteronomio 4, 1-2. 6-8.
El domingo anterior la palabra invitaba hacer una elección por Dios,
Josué y su familia lo hacen, aceptando a Dios como su Señor; de igual
manera el pueblo asume una profesión de fe en Dios como su Dios y su
salvador.
Cumplir los mandamientos para vivir, es decir, para obtener sabiduría e
inteligencia, el pueblo que cumple los mandatos del Señor es un pueblo
que brillará ante los otros pueblos, respondiendo a la premisa de que
ser sabio es el arte de vivir bien, y en este caso, asumir los mandatos
del Señor.
Para la experiencia de nosotros como pueblo de Dios esto trae
consecuencias interesantes en consonancia con la armonía que
proporciona la fidelidad a estas enseñanzas.
La pregunta ¿Dónde hay un pueblo (nación) grande que tenga unos
mandatos y decretos tan justos, como toda esta ley que yo les propongo
hoy? Esto contrasta con las leyes humanas que en ocasiones favorecen
a los más poderosos, excluyendo a los débiles o pobres. Bastaría
cumplir la ley de Dios para la armonía en el mundo.
Salmo 14: ¿quién puede hospedarse en la casa del Señor?
El justo, el honrado, el que tiene intenciones leales, el que no calumnia,
ni difama, el que no es usurero. El que así obra nunca fallará; el salmo
nos ayuda a completar con actitudes practicas el cumplimiento de la ley
de Dios.
Carta de Santiago
Todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba: del Padre.
Santiago nos invita a acoger con docilidad la palabra de verdad que ha
sido injertada en nuestros corazones y que es capaz de salvar. Bastaría
con hacer un recorrido bíblico para recordad que la Palabra es creadora,
como en la narración del primer relato de la creación, la Palabra dice y
se obra; de igual forma descubrir en la palabra fiel de Dios que libera,
que da sustento al pueblo, o la palabra de Jesús que sana, salva que
resucita.
Esta Palabra es pues para oírla, como en el Deuteronomio, escucha
Israel… pero no se debe quedar ahí, es para practicarla o mejor para
vivirla.
Santiago invita a una religiosidad autentica, enfocada en la atención a
los huérfanos y a las viudas; en una palabra, a la caridad, a la
misericordia. Y dice a mantenerse incontaminados del mundo, es aquí
donde podemos mirar el evangelio de hoy, que relación establecemos
con el mundo, con las cosas del mundo, las consideramos positivas o
dañinas.
Aparecen la pregunta de los fariseos por lo que es puro (lavarse las
manos o no). Como la higiene que practicamos que es algo exterior y
necesario. Pero hay que ir mas al fondo, al interior, lo dice Jesús, hay
que mirar el corazón, de que está lleno nuestro corazón.
La hipocresía: honrar con los labios, pero no con el corazón (desde
dentro).
Es una oportunidad para revisar mi corazón: la intolerancia cuando
vamos en la calle, las palabras cargadas de odio hacia el otro, rencores
en el hogar, palabras ofensivas.
No miramos al otro como hermano, lo miramos desde arriba hacia
abajo.

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