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una descripción de los nueve prototipos básicos de la personalidad, desde una doble
perspectiva dinámica y evolutiva. Inferimos cuales pueden ser las pautas de aprendizaje
familiar, aplicadas a las dos fuentes pulsionales por excelencia: la agresividad y la sexualidad.
PALABRAS CLAVE: Prototipos de la Personalidad, Carácter, Desarrollo, Aprendizaje. ABSTRACT
A twofold description (dinamical and developmental) of the nine basic personality prototypes
is presented. We infer the possible familiar learning patterns, which are applied to the two
more important drive systems: agressivenes and sexuality. KEY WORDS: Personality
Prototypes, Character, Development, Learning.
Introducción El estilo dogmático que impregna las breves páginas que siguen no surge porque
se presente aquí un sistema definitivo, sino que se debe, bien al contrario, a una necesidad
expositiva, por lo que el lector lo sabrá perdonar. Cuando se pretende poner orden en una
serie de ideas, de por sí complejas, en ocasiones es conveniente no vacilar mucho sobre su
naturaleza. Luego la práctica irá perfilando el modelo o lo destruirá por completo. Esa
intención debe bastar, también, para justificar un trabajo tan poco respetuoso de las normas
académicas como este. El valor del mismo, de existir, habrá de residir en el logro conceptual, y
no en la minuciosidad de las citas bibliográficas. ARRIBA TABLA I ARRIBA FIGURA 1
ENUNCIADOS BASICOS 1. La agresividad es la primera pulsión (Freud) que aparece, y que
puede ser reprimida, la sexualidad es la segunda. 2. Tanto la agresividad como la sexualidad
buscan dominar (conquistar) al objeto (la destrucción es un accidente). 3. La agresividad puede
ser totalmente reprimida (vuelta hacia adentro), no así la sexualidad (pulsión social). 4. La
represión de la agresividad es condición previa para la represión de la sexualidad, pero no a la
inversa, también es más determinante en la formación del carácter. Ambas represiones se
producen de forma simultánea. 5. El carácter se forma a través de las pautas de aprendizaje
temprano (familiar). 6. El desarrollo evolutivo tiene dos dimensiones: vertical (niveles: de
abajo a arriba,I-II-III) y horizontal (etapas: de izquierda a derecha,A-B-C). 6.1. Cada estructura
se produce por el tipo de pulsión reprimida, el momento evolutivo y la fuerza (o el modo) de la
represión. 6.2. El eje vertical es sincrónico y el horizontal, diacrónico. 6.3. El eje horizontal (A-
B-C) supone un aprendizaje suave, una "socialización", mientras que el vertical supone la
supresión brusca (en especial de la agresión). ENUNCIADOS DERIVADOS 1. (A-I) La
personalidad agresiva es la más primitiva y la menos socializada, supone la ausencia de toda
represión y, por tanto, la no maduración. La represión brusca de la agresión, su eliminación,
lleva a la personalidad esquizoide. (A-II) El esquizoide se siente malo, pero no culpable; esto
tiene que ver con su vivencia extraña de las relaciones, y con la sensación de extrañeza que
producen (típica de la esquizofrenia, Bleuler). (A- III) Si, simultáneamente a la represión de la
agresión, el sujeto es eróticamente hipervalorado -por su entorno- alcanza la posición
narcisista. No tiene represión de la sexualidad (que aparece en la siguiente fase) pero sí control
(precario) de la agresión: se mostrará agresivo si su imagen es amenazada. Para alcanzar ese
nivel el camino habitual es la fusión con uno de los progenitores, habitualmente la madre, en
detrimento del otro (ausente o comparsa). El sujeto vence en el Edipo, aunque se trata de una
pobre victoria, pues el vínculo obtenido es rudimentario. 2. (B-I) Si la agresión no es eliminada,
sino demorada, se pasa a la etapa B, inaugurando el mecanismo de explosión-bloqueo, propio
del núcleo confuso. (B-II-III) Cuando, en esa fase, las explosiones son fuertemente reprimidas,
el carácter se desplaza a la posición confusional y, gracias a la valoración erótica, a la fóbica,
pero ahí ya se ejerce la represión sexual, pues la fusión erótica con el progenitor llegado un
momento se rompe (el sujeto primero vence y luego pierde en el Edipo, lo que lleva a que la
victoria sea un anhelo presente pero inalcanzable. El explosivo-bloqueado muestra una
dinámica similar, se le ofrece una imagen identificatoria, agresiva, inalcanzable, pues sus
expresiones de agresión son rechazadas, devaluadas (fóbicos y explosivos hacen el "ridículo").
3. Los pasos intermedios (II, B) son inestables, provocados por la situación traumática que
supone la represión de la agresión. Esto debería explicar su infrecuencia como estructuras del
carácter y la dificultad histórica en su definición y descripción. Como muestra de esa
inestabilidad señalamos la presencia patente de la ansiedad (sobre todo en B). La inestabilidad
en el nivel intermedio (II) se expresa por la inconsistencia de los vínculos: el otro no representa
ese papel preponderante que tiene en I y III, y por la vivencia de extrañeza, no hay un área de
conflicto definida, "pasa que no pasa nada" (Caparrós). Podríamos decir que se ha producido la
represión de la agresión, pero no ha habido el suficiente afecto como para pasar la nivel III,
esto da lugar a estructuras poco socializadas: todas las personalidades del nivel II son
"subproductos" del I, tras la represión brusca de la agresividad. 4. El paso al siguiente escalón
(C y III) debe entenderse como una superación del conflicto, gracias a la valoración erótica, y la
"recuperación" de algunos mecanismos de la etapa primera (nunca llegan a desaparecer): -El
histérico maneja ciertos elementos del narcisismo, el obsesivo ciertos elementos sádicos. -
Narcisista, fóbico e histérico manejan la agresividad de forma más adaptativa que las
personalidades del nivel I. 5. Las personalidades de la tercera etapa (C) no se forman tanto de
abajo a arriba, por la represión de la agresión y de la sexualidad, sino en horizontal, como
evolución de las personalidades contiguas del núcleo confusional. Hay que exceptuar la
personalidad sumisa, que deriva de la rígida. El sujeto nunca vence en el Edipo y termina
resignándose. (C-I) El rígido aprende no sólo a demorar la agresividad, sino a desplazarla. (C-II)
La personalidad sumisa procede de la rígida, como decimos, por represión de la agresión.
Puede sorprender que consideremos la estructura sumisa como poco socializada, lo cierto es
que el sumiso puede depender de cualquier grupo marginal. (C-III) En la personalidad
histriónica, por su parte, nos parece identificar una pauta alternante, de acercamiento-
alejamiento. El sujeto realiza auténticos esfuerzos por captar la atención, pero el afecto nunca
es logrado. 6. En la personalidad narcisista el sujeto vence en el Edipo. Decimos, por tanto, que
agresiva y esquizoide son preedípicas. La narcisista, al vencer, podría decirse que también,
porque nuestra idea del Edipo entraña la existencia de una pérdida afectiva. En el narcisista,
no obstante, la victoria supone la existencia de un tercero, ante el que se vence, pero también
el riesgo -vivido de forma abrumadora- de la herida narcisista por la posible derrota. En la
medida que el narcisismo se mantiene, como anhelo o como breve vivencia, en el núcleo
confusional, el riesgo de herida narcisista se halla presente, pero la vivencia predominante es
la depresiva. En el núcleo depresivo, finalmente, el narcisismo se externaliza, se socializa en
conceptos abstractos: la justicia (obsesivo), la obediencia (sumiso) y el amor (histérico), por
ejemplo. Pero estos conceptos socializados son caminos indirectos para satisfacer la pulsiones
primitivas. 7. Si lo analizamos en cuanto a ideal del yo vs. yo ideal damos la siguiente
secuencia: en el núcleo esquizoide se produce la identificación (o la no separación) de ambas
instancias con un concepto grandioso; en el confusional se produce la radical separación de
ambas, con breves coincidencias en lo grandioso; en el núcleo depresivo, finalmente, se
produce una aproximación de las instancias (disminuye la idealización), pero el sujeto tiene
ante sí la tarea de hacerse perdonar su falta. Las formas de hacerse perdonar en el núcleo
depresivo varían: el obsesivo trabaja hasta la extenuación, cumple con sus deberes; el sumiso
sigue todos los deseos del otro; el histérico "representa" el papel grandioso, como sucedáneo
de lo que ya no puede ser, para hacer "creer" al otro, como camino a la seducción. 8.
Repetimos que la evolución horizontal es mediante el afecto: desde el núcleo familiar
disgregado (A), hasta el núcleo familiar fundido (C) (aviso: el núcleo familiar no es igual para
todos sus miembros). También podemos decir que si no hay afecto no existe evolución. El
agresivo llega al bloqueo cuando mediante la agresión directa no obtiene el afecto del objeto.
El ideal del yo omnipotente en su agresión se vuelve inalcanzable y las descargas se convierten
en intentos fallidos por alcanzarlo. El ideal del yo agresivo sigue estando presente en el rígido,
pero ya no es omnipotente, la omnipotencia se ha traspasado a la norma o la ley, conceptos
sociales (Moisés con las tablas), la demora de la agresión es constante, pero se expresa
indirectamente, se desplaza, es más fácil de observar por los demás que por él mismo. 9.
Cuando la represión de la agresión inicial es destructiva, en lugar de la personalidad esquizoide
se produce la base de la esquizofrenia. Cuando eso ocurre en B o en C se producen las psicosis
mixtas o depresivas. La represión de la agresión es destructiva cuando se realiza sin afecto.
Además, para que se reprima la sexualidad tiene que haber vínculo afectivo. Entre las
personalidades del nivel II y las psicosis hay una tenue frontera. Comentario : Sobre los
momentos evolutivos (meses, años) en que se produce el aprendizaje de las diferentes pautas
de comportamiento no tenemos nada que decir. Como es habitual, esta es una reconstrucción
a partir de la observación de pacientes adultos, porque es en los adultos donde mejor se
aprecian las estructuras de carácter (pero todas las pautas de relación familiar, en clínica, son
primitivas). Suponemos, no obstante, que los elementos básicos del carácter están
determinados al llegar a los seis años.
FÓBICA AUTOIMAGEN Las oscilaciones, en la mayoría de los casos, son desde el deterioro a
períodos, breves, de dilatación. De hecho a menudo se les confunde con depresivos.
Normalmente actúa como una persona que carece de importancia, pero si se indaga se
descubre una gran ambición. CULPA La culpa puede ser intensa pero por reconocerse incapaz
de haber resuelto una situación, no por haber realizado un acto reprobable. El fóbico a veces
se defiende de la culpa aduciendo su incapacidad. ANSIEDAD Normalmente alta, por temor a
hacer algo mal (ridículo) o ser atacado por los otros. En momentos de crisis llega a tener
vivencias de despersonalización. VÍNCULO Sumiso pero absorbente, busca una aceptación
plena. Pocas relaciones íntimas.