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Un libro caballeresco
Desde la Edad Media, en las épocas donde los respetados y valerosos caballeros
viajaban por todas las naciones conducidos por su espíritu de batalla en busca de riqueza y
fama, estaba muy presente el concepto y la importancia del honor en la alta sociedad de aquel
entonces. Ningún caballero podía permitir que otro hombre manchara su honor, dañando su
moral y su reputación ante la sociedad. Este concepto caballeresco fue remediado con las
prácticas de los “duelos o lances”, dados principalmente en los pueblos bárbaros asentados
después de la caída del Imperio Romano, siendo de mayor importancia en el Sacro Imperio
Romano Germánico que lo implementó como ley, a la que llamaron “duelo judicial”1. A
medida del tiempo su legalidad iría menguando con el avance de la modernidad debido a ser
considerado un acto de barbarie, pero esto no fue un impedimento para que este fenómeno
Si bien existieron códigos de honor por toda Europa desde el siglo XV, en España fue
publicó el libro que sería el origen de momentáneas amistades de dos bandos que se
declaraban la guerra a muerte por aquellos tiempos de los años 50, ni los católicos ni los
comunistas podían verlo sin sentir repudio o cólera (Tamariz, 1997). El libro “Código del
Honor de España” (Figura 1) escrito por el reconocido Marqués de Cabriñana del Campo,
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Mencionado en el libro Die konzilien deutschlands und reichsitaliens 916 – 1001. Recopilado por
Herausgegeben Von Ernest-Dieter Hehl en el año 1987. Se hace mención a prácticas de duelo en un ámbito
judicial, donde el ganador es el acreedor de la verdad.
Julio de Urbina y Ceballos Escalera, un político español que no tenía idea el impacto que
Los duelos por el honor eran una práctica muy común en el Perú del siglo XX, era la
forma en que los hombres arreglaban sus problemas personales que uno de ellos hubiera
empezado manchando el “honor” del otro. Aunque en la actualidad, y también para algunas
personas de aquella época, pueda parecer algo infantil o estúpido, era muy difundido y
acogido por la población en esos años. Hasta en la actualidad se puede encontrar algunos
guiños o referencias en series de televisión que pasan desapercibidas por la gente pero que en
Según el Código de honor de España Art. 1, toda acción u omisión que denote
realiza con intención de perjudicar la buena honra y fama del que se siente ofendido. De
realizarse esta falta de respeto, el ofendido puede solicitar una reparación por armas en
nombre del honor de ambas personas. (Urbina, 1900). Este artículo sería determinante para la
infinidad de duelos que se celebrarían en cada lugar de ambos continentes ya que era
fundamental señalar al ofensor que normas había infringido de dicho código. Para clasificar
los agravios el libro indica en el Art. 2, “existen tres tipos de ofensas: Las leves, que afectan
al amor propio del agraviado; las graves, que atacan al honor del agraviado; y las gravísimas,
que amedrentan de manera física al ofendido, como también a terceros que el agraviado
brindaba amparo y protección” (Urbina, 1900, p.4). Después de ello señala la nota del Art. 7,
“las armas que puede elegir el ofendido, son la espada, el sable o la pistola, únicas admitidas
por el uso, pero no tiene derecho a usar sucesivamente distintas [sic] clases de armas”
La gran influencia que dejó España debido a la conquista, hizo que tomemos de
referencia a ese país en cuanto las costumbres y tradiciones, y entre ellas estaría el concepto
de honor. Por ello era lógico, según el pensamiento de aquella época, que el código de honor
que debería regir en el Perú fuera el de España lo que orientó que éste sea regidora de todos
Si bien los duelos eran considerados prácticas que solo los hombres intelectuales
ejecutaban entre ellos, y mayormente se daba entre ellos, en el mundo del hampa de antaño
también estaba muy presente el honor y la forma de arreglar las disputas entre caballeros (El
Comercio, 2000). Y precisamente no podemos empezar a analizar los duelos más importantes
de nuestro país sin antes mencionar este icónico duelo que tuvo predilección en los medios de
El porqué de la gran fama de este duelo se basa en el cómo ocurrieron los hechos y la
disposición de la población de bajos recursos que lo acuñaron como una leyenda urbana. En
la zona conocida en aquel entonces como “El montón” en Rímac, actualmente el Barrio
obrero (Peramás, 2018), el 2 de mayo de 1915 se batirían a duelo Cipriano Moreno, alias
“Tirifilo”, un ladrón de gran porte y experimentado en los duelos a “chaveta limpia” (El
Comercio, 2000), conocedor de los duelos según los inmersos en el mundo delictivos de
aquellos años, que había acudido días atrás a un prostíbulo donde tendría una riña con Emilio
Willmann, alias “Carita”, por los servicios lujuriosos de la conocida meretriz Teresa, alias
condujo a Carita a cometer un robo para que la policía lo capturara ya que Tirifilo, a pesar de
ser ladrón, era un soplón de la policía. Estos dos hechos serían el detonante para la ira de
Haciéndole creer que Tirifilo iba a ser un juez en un duelo, Carita logró llevarlo a “El
Montón” donde Tirifilo queda sorprendido al darse cuenta que él era el que se batiría a duelo
comportamiento del aún algo joven Carita (Figura 1). Frente a las vías del tren que conducía
Tirifilo logró hacerle un gran corte en la cara a Carita logrando tener las expectativas de la
victoria en el combate, sin embargo, Carita logró revertir los hechos haciendo retroceder a su
oponente lo que ocasionó que se tropezara con los rieles del tren, oportunidad que Carita no
En la Lima de aquel entonces, señala Carlos Aguirre, era dejado de lado a las personas
de mal vivir señalados como “la plebe urbana”, en un proceso de modernización del estado en
encajaban ni con la clase obrera ni con la clase burguesa, eran vistos como la peste del país
(2019).
Debido al pensamiento de aquella época fue que tuvieron que agruparse entre ellos
ellos, la conceptualización de la mujer más como objeto sexual que como persona, etc.
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Los padrinos era un concepto que no practicaban regularmente los hampones, es por ello que se le conocía a
su forma de interpretar el honor como “Códigos viriles”.
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Llamados así a los líderes hampones de aquella época, proveniente de la palabra “Fighters” que significa
peleadores.
Por ello mismo podemos observar como ese comportamiento y predisposición de los
hampones de aquella época por la visión de la mujer como objeto sexual sigue vigente de
señala, “los hombres aspiraban a ser los únicos detentadores y guardianes, las mujeres debían
ser depositarias de este honor” (p.143). Dejando reflejar la actitud patriarcal dominante de
aquel entonces.
Figura 1: Representación artística del duelo entre Carita y Tirifilo llamada “Duelo en
Malambo”.
Archivo de la Municipalidad Metropolitana de Lima
Figura 2: Reconstrucción del momento del asesinato de Tirifilo en frente de las vías del
tren hacia Ancón.
Archivo del Diario El Comercio
Después de este mítico duelo se popularizó el uso de las chavetas en el mundo del
hampa para arreglar sus disputas por muchísimos años. Sin embargo, en el ámbito político era
donde se podía ver los duelos en todo su esplendor de las reglas citadas en el Código de
honor.
Si bien Tamariz (1997) señala que los duelos tuvieron gran incidencia en la época del
escasa debido a la represión a los medios de aquella época por parte del gobierno, los cuales
información para que no sea divulgado. Sin embargo, en la mesa para el almuerzo familiar no
podía faltar la típica conversación de la política actual y en aquel entonces el tema principal
era las discusiones entre, el presidente del Congreso Constituyente, Luis Antonio Eguiguren;
y Luis Alberto Flores, presidente del Consejo de ministros de Sánchez Cerro durante
mediados del año 1932 y que se convertiría en el presidente del partido Unión Revolucionaria
posteriormente.
Ambos compañeros del Coronel Luis Sánchez Cerro, Eguiguren era de la misma
ciudad que el militar, Piura; y Flores fue un partidario acérrimo de Unión Revolucionaria lo
cual se ganó el cariño del coronel al acompañarlo en sus recorridos por el país. Sin embargo,
esto no pudo evitar las disputas generadas entre ellos, Eguiguren era un creyente de la
Por esos años el Poder Legislativo se veía en riñas con el Ejecutivo, lo cual generó
amenazas contra Eguiguren y su familia ya que este había aprobado el voto de censura contra
Flores. Un 20 de mayo de 1932, Flores renunció a su cargo generando así una fuerte discordia
entre estos personajes. Debido a las amenazas, Eguiguren se asiló en la Embajada de Chile
con su familia para evitar cualquier atentado contra su vida y la de sus allegados, sin
embargo, debido a la represión violenta liderada por Flores que ejecutó contra una revuelta en
el Callao, Eguiguren publicó en el diario “El Callao” señalando la actitud que tomó Flores
como un tipo preponderante y autoritario hacia las medidas tomadas contra los manifestantes,
y de incumplir con las promesas de garantías para la vida de los parlamentarios (La Prensa,
1932, don Manuel Diez Canseco y don Luis Gonzáles Orbegozo quienes debatirían los
hechos de la ofensa con los padrinos de Eguiguren, don Erasmo Roca y don Emilio Romero.
Llegando a la conclusión que el día siguiente sería el comentado duelo a pistola con 4 balas, y
Amancaes4, afortunadamente ninguno de los combatientes logró asestar un tiro contra el otro
observar cómo era manipulado el concepto del honor para llevarlo a un ámbito político. En
este caso, los padrinos de Eguiguren señalaron que no se trata de una ofensa hacia Flores
debido a que el supuesto ofensor solo se limita a narrar los hechos ocurridos en el puerto
lanzando una crítica a las medidas represivas y sanguinarias de Flores lo cual no sería un
ataque a su honor (La Prensa, 1932). Sin embargo, los padrinos de Flores argumentaban que
era una ofensa directa a su apadrinado ya que lo da a ver como una persona de carácter
personalidad de Flores era muy temperamental con sus enemigos políticos, llegando a batirse
a duelo en múltiples ocasiones tratando de aliviar sus debates ideológicos de esta manera,
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Lugar preferido de los contendientes a duelo de la primera mitad del siglo XX.
Según Tamariz (1997) convivió entre los peruanos un célebre personaje, reconocido
por ser un gran conocedor del arte de los duelos y, además, padrino de muchísimos lances de
caballeros en la historia peruana, don Miguel «Gaviota» Mujica Gallo (Figura 3).
Sin embargo, existía un personaje clave que era un fiel apasionado de estas prácticas
pseudoprofesionales, el gran Miguel «Gaviota» Mujica Gallo (Figura 2). Persona de gran
conocimiento en el arte de los duelos, el más grande de su época, llegando a ser padrino de
incontables duelistas a lo largo de la primera mitad del siglo XX, siendo principalmente
el caso de José Antonio Cáceres Godot (sanchezcerrista) y Manuel Tello (leguiísta). El joven
Cáceres Godot había publicado un artículo periodístico donde insultaba al señor Manuel
Tello que le doblaba la edad. Una falta seria que el partidario de Leguía no pasó por alto
acusando que el padre del joven Cáceres había hecho negocios con el expresidente del
oncenio y que por ello le parecía raro que éste milite en el partido opositor. La respuesta del
calle propiciándole dos bofetadas, se había declarado el duelo. Después de hacer la respectiva
invitación por parte de los padrinos y pactar los preparativos, los dos combatientes se
señor Tello acabaría con la vida del joven Cáceres de un balazo en la cabeza.
Figura 1: El “Código del Honor en España” escrito por el marqués de
Cabriñana que poseía Miguel Mujica Gallo.
Archivo Revista Caretas
dichosos duelos es la de los capitanes Herbozo y Fierro, pero a diferencia de los demás
duelos, este no se realizó con las normas fijadas en el “Código de Honor” desatando una
batalla sin padrinos, sin médicos y sin lugar acordado, lo hicieron a su manera. Se encerraron
en un cuarto de su cuartel militar donde se enfrentaron a duelo con sables, decididos a que
solo uno saldría con vida de ese lugar. El desenlace hubiera sido trágico de no ser por la
habitación para salvarlos a ambos. Cuando entraron a la sala del combate ambos estaban
El gran Mujica Gallo presenció y narró muchísimos más duelos entre personajes
políticos famosos de aquella época, como por ejemplo: Los dos más famosos duelistas, el
periodista Federico More y el líder político Luis A. Flores representando a la UR, que
llegaron a enfrentarse hasta 5 veces cada uno. Otro caso es el duelo de honor más sangriento
de esos años representado por los políticos Alfonso Pardo Vargas y Juan Brysson que
Pero el último duelo de gran interés en Perú y que marcaría la carrera política de un
líder histórico sería el jueves 19 de enero del año 1957 entre el diputado Eduardo Watson
república.
Su duelo había sido originado por un comentario del diputado Watson ante una
manifestación del sr. Belaúnde Terry quien no dudó en desafiarlo a un duelo que se haría
escuchar hasta en las casas más humildes y pacíficas de los barrios limeños. Todos
tiene exactitud del lugar de dicho lance ya que ambos querían mantenerlo en discreto y los
medios de comunicación de la época dan versiones diferentes. Los periodistas del diario “El
Comercio” señalaban que fue en una terraza con dirección a Ancón, en la av. Panamericana
Tamariz Lúcar5 de la revista “Caretas”, señalan que fue en una terraza de Miraflores.
Al margen del lugar de tan caballeresco acontecimiento, se conoce muy bien que fue
en el transcurso de entre las cinco y siete de la mañana. Ambos trataron de evadir a la prensa,
como Belaúnde, quien no durmió esa noche en su casa de Inca Rípac logrando evadir a
periodistas que esperaban su salida de su residencia. EL padrino del futuro presidente fue
nada más ni nada menos que el gran conocedor ya mencionado, Miguel Mujica Gallo, y el del
diputado Watson era el reconocido jurista y abogado, aún vivo y personaje que el redactor de
Tamariz, Belaúnde tuvo el control del encuentro mientras el diputado solo se limitaba a la
defensa terminando éste con unos cortes en la oreja y algunos rasguños, mientras que el
arquitecto terminó con unos rasguños en la mano (Figura 4 y 5). Si bien ninguno de los dos
había antes practicado ni un poco de esgrima, la noticia se había hecho tan viral que no había
forma de echarse para atrás. Sin lugar a dudas este evento marcó un hito en la vida de este
flamante político ya que no volvería a haber un duelo que diera tanto de que hablar y,
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El gran periodista es uno de los pocos que pudo entrevistar al gran Miguel Mujica Gallo, del cual se hace gran
mención en este escrito.
Figura 3: El arquitecto Belaúnde Terry y el ingeniero
diputado Watson Cisneros plasmados en una caricatura
satirizando su encuentro.
Archivo Revista Rochabús
entre las personas mayores de las calles de cada ciudad del Perú que, con nostalgia, narran
estas historias de honor. Y tal como me dijo uno de mis maestros, Ernesto García Torres,
citándolo: “Si ofendiste a alguien, ya sea amigo o enemigo, y éste te estrecha el rostro de
manera seria y efusiva, ya sabes que debes tomar unas clases express de esgrima, una espada
bien afilada y conseguir un buen padrino que sepa lo necesario para salvar tu dichoso honor,
¡carajo!”.
BIBLIOGRAFÍA: