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ENSAYO

ACCION DE TUTELA
Por:
LAURA DANIELA VIDALES
STIVEN GARZON
UNIVERSIDAD DEL TOLIMA
IBAGUE

ACCION DE TUTELA

La acción de tutela ha sido tratada en diferentes naciones para garantizar


los derechos fundamentales de las personas, independientemente de la forma de
gobierno, existen normas que protegen los derechos de unos pero que también
vulneran los de otros, convirtiéndose en una condición general que reclama
mecanismos de protección para todos los ciudadanos.
De igual manera, en México, fue incluida en la norma el recurso de amparo,
debiendo el Estado garantizar la protección de los derechos constitucionales, lo
cual también sucedió en España con la reforma al código de 1921, adicionando los
perjuicios futuros que se podrían presentar por los daños ocasionados.
Como afirma Charry (2002): “la acción de tutela permite la materialización
de las disposiciones superiores en casos particulares y concretos, la interpretación
de la norma fundamental y la construcción de espacios jurídicos antes
inexistentes”.
Por tal razón, al ser el anterior argumento una justificación general para
todos los países con sistemas judiciales, es claro que el sistema colombiano
también obedece a dicha afirmación, teniendo en cuenta que su evolución viene
siendo gracias a la transcripción y aplicación de otros modelos desarrollados en
diversas naciones, tales como la española y la mexicana.
De esta manera, es necesario remitirse al sistema mexicano, ya que como
menciona Quinche (2014)., es allí de donde se desprende el llamado Recurso de
Amparo, el cual tenía por objeto la protección de los derechos de las personas
cuando estos eran violados o vulnerados, y que para el año de 1840 tuvo su
mayor incidencia, a través de un proyecto de constitución en el cual se brindaba el
poder de amparar el goce de sus derechos limitándose a reparar el agravio en la
parte que hubiesen sido violadas. Quedando establecido para el año 1847 un
medio protector de la constitución, para defender al individuo contra las
violaciones cometidas por cualquiera de los tres poderes federales, agregando
garantías individuales. Por tal motivo, la Constitución mexicana de 1917 establece
como órgano de control constitucional al Poder Judicial Federal, facultándolo para
modificar los actos de autoridades o leyes violatorias de garantías individuales,
creando el “Juicio de Amparo” tal como lo afirma Bernal (2013).
Sin embargo, esta acción de tutela al estar relacionada directamente con la
protección de derechos fundamentales, concibe un gran protagonismo al interior
del sistema judicial Colombiano, el cual se ha destacado por su alta ineficiencia,
generada en primera instancia por lo mencionado en una de las actas de la
Asamblea Nacional Constituyente, en la cual se indicó que la Constitución Política
debería tener un orden numérico para efectos de organización, pero que
desafortunadamente dicha numeración se tomó como argumento para establecer
una priorización de derechos, interpretando que el número uno era el más
importante y que los primeros tenían mayor relevancia que los últimos, lo cual
ocasionó que los jueces prestaran mayor importancia a las peticiones planteadas
para el reconocimiento de los derechos más relevantes.
De acuerdo a lo anterior, aunque el mecanismo tiene una concepción inicial
de inmediatez para el restablecimiento de derechos fundamentales, es evidente
que debido a los múltiples cambios originados por las diferentes concepciones que
manejan las cortes, las cuales, a través de actos legislativos, reformas legales y
reglamentarias, le han restado las virtudes convirtiéndolo en un mecanismo lento,
y difuso.
la ineficiencia actual en la aplicación del mecanismo, identificando las
variables que no permiten un adecuado funcionamiento del mismo y por ende las
lesiones que genera al interior de la comunidad y de los individuos, planteada a
través de como el interponer la tutela como principal medio para que sean
atendidas todas las necesidades, ha generado una amplia congestión al interior de
los juzgados, dando origen a procesos traumáticos de restablecimiento de
derechos, así como a la inequidad en las decisiones tomadas por parte de los
administradores de la justicia.
No obstante, y como complemento a la comparación entre los sistemas tras
naciones y el modelo colombiano, es imperativo remitirse a España, país que
también se encontraba en la etapa de interponer en las normas un recurso de
reparación para la garantía de sus derechos, el cual, al ser admitido por ese
sistema, fue delegado preliminarmente para el conocimiento de los jueces o
tribunales ordinarios, dando paso al Tribunal Constitucional, en caso de que no
sea resuelta la situación.
Por estas razones y evidenciando los beneficios que contiene la acción para
el pueblo en general, Colombia implementa la tutela como mecanismo de defensa
del individuo, con una diferencia respecto a la norma española, y es que en este
caso la acción es interpuesta ante cualquier juez, posteriormente es repartida
según el tema de la jurisdicción a quien corresponda y decidirá el juez a quien se
le asigne, siendo conocida por la Corte Constitucional por vía de revisión.
No se puede negar que una de las principales innovaciones de la
Constitución de 1991 fue la introducción de la tutela para la protección inmediata
de los derechos fundamentales. Pocos niegan el impacto de esta acción judicial:
en estos años, los jueces no sólo han resuelto más de 600.000 tutelas, sino que
además han debido pronunciarse sobre temas muy disímiles: situación de presos,
quejas de estudiantes, tragedia de los desplazados, peticiones de pensión y salud,
derechos de los trabajadores, alcance de la libertad de información, etc. Por el
contrario, la valoración de sus contribuciones genera controversias: para algunos,
la tutela no sólo representa un avance democrático indudable sino que incluso
constituye casi una revolución judicial pues permitió materializar los derechos
fundamentales en la vida cotidiana de los colombianos; otros en cambio, ven en
ella un nuevo factor de congestión judicial y de desarticulación institucional, que no
sólo ha afectado gravemente la eficacia de la justicia y la seguridad jurídica sino
que ha agravado los desequilibrios económicos y fiscales, por el ordenamiento de
gasto por los jueces.
Como complemento no debemos olvidar que gracias a la acción de tutela
hoy el derecho y la Rama Judicial se han democratizado, se han hecho más
asequibles al hombre de la calle. Sin duda alguna, es este el más relevante efecto
de la acción de tutela, darle al ciudadano un instrumento expedito para hacer valer
sus derechos; hacerlo sentir que tiene algún poder frente al Estado cuando pisotea
sus derechos fundamentales. Y eso ya de por sí la salva.
"El Estado Social de Derecho, con su lista inagotable de equivocaciones, no
iba a quedarse como fórmula escrita. Así que lo apuntalaron con la nunca bien
lamentada tutela, camino por donde llegamos de un solo salto al gobierno de los
jueces en materia económica. Que la Empresa de Acueducto no tenga dinero, o
no considere económica o socialmente razonable llevar agua a un barrio, eso no
importa. En un Estado Social de Derecho no puede haber barrio sin agua y basta
la sentencia de cualquier juez para que en 10 días el acueducto se extienda hasta
ese barrio o el gerente pare con sus huesos en la cárcel. Y así, sucesiva e
indefinidamente, viene la marcha inexorable de la estupidez judicial, que
ignorando todo en materia económica se volvió el factor esencial de la economía".
Esta diversa valoración de la tutela explica que haya habido varias
propuestas para reformar este mecanismo, y en muchos casos, restringir su
alcance; pero igualmente que esas propuestas hayan suscitado también
resistencias.
Para concluir, los derechos fundamentales en la historia se han visto
vulnerados de muchas maneras gracias a estas vulneraciones y violaciones se
han creado mecanismos para la protección de dichos derechos o para evitar la
violación de estos.
Dichos mecanismos se han abierto paso en la historia y el tiempo
protegiendo los derechos fundamentales y dando firmes principios a nuestros
actuales mecanismos constitucionales, uno y tal vez el más importante de todos
es el de acción de tutela que puede ser utilizado por todas las personas en caso
de una violación a sus derechos y esta acción debe ser respondida por las
autoridades encargadas para su inmediato cumplimiento.
A través de la historia hemos podido comprender que el tener en nuestras
manos un medio por el cual uno pueda defenderse de cualquier acto de la
autoridad que violente nuestras garantías individuales, representa una medida de
vital importancia y trascendencia en la vida jurídica de nuestra nación, ya que esta
figura ha sido difundida a muchas otras naciones, siendo de gran ayuda en la
construcción de una mejor impartición de justicia pugnando por la defensa de
aquellos derechos a los cuales todos somos acreedores, como lo son nuestras
garantías individuales.
El reconocimiento de ciertos Derechos, significo un acontecimiento para la
Constitución, y con el tiempo adquirieron calidad de leyes supremas dichas
Garantías fueron necesarias para la creación de la disciplina jurídica que explicara
el origen, desarrollo histórico y técnica de reconocimiento de las mismas y las
instituciones que se han ido creando parar protegerlas.
Podemos decir que la acción de tutela es un hecho indispensable para los
Proyectos de vida social que se ha ido transformando con el tiempo. Debido a los
requerimientos económicos, presiones sociales y a los Trastornos políticos del
país Y Mediante estas características en los derechos fundamentales, la
ciudadanía hace valer sus derechos frente al poder del Estado, trazando los
límites de actuación de este frente a los particulares. Y que consisten en el respeto
a los derechos del hombre, que a su vez están constituidos por la facultad de los
individuos para disfrutar de la igualdad, de la libertad, de la propiedad y de la
seguridad.
El uso masivo de la tutela en Colombia, ha servido para crear personas
activas y consientes de la existencia de derechos fundamentales, así mismo, que
se cuentan con los medios constitucionales y legales para hacerlos cumplir y exigir
su protección, accediendo a la administración de justicia fácilmente, en busca de
que el juez de tutela analice el caso y el mismo sea resuelto concreta y
oportunamente a favor de la persona a la que le fueron vulnerados sus derechos.
El excesivo número de tutelas interpuestas, como consecuencia de la inoperancia
de las entidades públicas y privadas, así como el incumplimiento de las normas
nacionales, ha conllevado a que las acciones de tutela se hayan incrementado en
los últimos años, donde el derecho fundamental que se buscó tutelar fue el de
Salud.
Las reformas que ha sufrido el mecanismo de la acción de tutela como las
reglas de competencia y reparto, se presentó como una soluciones temporales a
problemas mediáticos que se han presentado en las altas cortes, donde cada una
tiene su punto de vista, que incluye además intereses personales y políticos; por lo
anterior, dichas reformas no han generado un cambio de fondo atendiendo las
necesidades y esencia propia de la tutela, que en ultimas es la protección eficaz y
oportuna de los derechos fundamentales de las personas.
Para terminar, es necesario pensar en la acción de tutela más allá de su
consagración constitucional, con el fin de poder generar un estudio y un debate
acerca de cómo están funcionando los organismos y entidades del país, quienes,
con sus hábitos de irrespeto y constante violación a los derechos fundamentales,
han obligado a utilizar la tutela como único medio encaminado a hacer efectivos
sus derechos y encontrar así respuestas oportunas a las necesidades que se
presentan a diario.
La utilización de la acción de tutela para poder agilizar trámites de la
jurisdicción ordinaria debido a la implementación de procedimientos lentos,
dilaciones en los procesos y la congestión en los despachos judiciales, han
generado a las personas inseguridad jurídica debido a que no se respeta ni se
diferencia la competencia frente a la acción de tutela, ya que la concepción que se
tiene es que la única forma de conseguir soluciones oportunas es a través de este
mecanismo, todo basándose en la idea de la jerarquía de la norma superior y de lo
que la misma contempla.
De igual forma, se requiere que se fortalezca y regule de una forma
adecuada el incidente de desacato, ya que el mismo al no tener un tiempo de
ejecución, no permite que el fallo se cumpla de forma inmediata y oportuna,
quedando muchas personas con derechos fundamentales tutelados, pero con una
sentencia que nunca se materializo y ejecuto debido a que las diferentes
entidades se niegan a dar cumplimiento a los fallos.
Es así, que se deben tomar medidas serias y estrictas en las reformas que
se plantean en la tutela y el incidente de desacato; con el fin de mitigar la
inoperancia de los operadores judiciales para su pronto estudio y decisión como
de las entidades públicas y privadas que fungen como accionadas por la
vulneración de algún derecho fundamental, lo anterior para que no se siga
presentando el “mal uso” de esta herramienta jurídica. De esta manera creando
conciencia de la importancia, uso y efectividad de este mandamiento
constitucional.
REFERENCIAS

Alvis Pinzón, William “L


Charry (2002)
Quinche (2014).,
Bernal (2013).

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