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CASO CLÍNICO N°3

Anamnesis:
Niño de 2 años y 2 meses de edad que ingresa desde Urgencias remitido por su pediatra
de Atención Primaria por anorexia importante y palidez. Consultaron por presentar desde
dos días antes anorexia muy marcada, tomando apenas sólo lácteos. En los tres o cuatro
meses previos quizá notaban cierta palidez, si bien no les llamó la atención. Unos cuatro
meses antes, coincidiendo con una consulta por una infección respiratoria alta, ya se les
propuso en el Centro de Salud la realización de analítica, que no efectuaron. No presentaba
fiebre, tos, diarrea, vómitos ni otros síntomas.
Su actividad era aparentemente normal. Nacimiento a la 37 semana de edad gestacional.
Peso normal al nacimiento. Lactancia materna hasta el 6ª mes, desde entonces toma leche
entera de vaca. Diversificación no reglada. Gluten desde el 6º mes. Desde el año, come
escasa carne y dieta variada, de lo mismo que el resto de la familia, si bien en poca cantidad.
No sigue control del niño sano, sí acude ocasionalmente al pediatra en procesos agudos.
Vacunación incompleta por decisión propia. No hay otros antecedentes significativos.
Exploración física:
Peso 12,2 kg (p25), Talla 90 (p75), TA 100/56. Palidez intensa de piel y mucosas. Soplo
sistólico II-III/VI, sin ritmo de galope. No hepatoesplenomegalia. Faringe hiperémica,
glositis. Resto de exploración, no presentaba otros hallazgos.
Exámenes complementarios:
Hemograma: Hb 4,3; nº de hematíes 3,22 millones por mm3 ; Hematocrito 14,9; Volumen
Corpuscular Medio –VCM– 46,4 fL; Hemoglobina Corpuscular Media –HCM– 13,3 pg;
Concentración de hemoglobina –CHCM– 28,7 g/dL; dispersión de hematíes 22,6%;
Leucocitos 10.720 /mcL (fórmula con autoanalizador N29 L41 M 15,5 E 9,7 Eosinófilos
totales 1.040 LUC 3,4) Plaquetas 447.000.
Ferritina marcada hipocromía y frecuentes eliptocitos. No alteraciones en serie blanca.
Tratamiento:
Después de transfusión de un concentrado de hematíes (hemograma postransfusión: Hb
8,2, Hematocrito 25,9 VCM 57,2 HCM 18,2), se inició ferroterapia oral a 3 mg/Kg/día, y
luego a 5 mg/Kg/día, que toleró bien, más un polivitamínico. A los 7 días de iniciado el
tratamiento: Hb 9,8 y VCM 66,3. Los demás estudios complementarios no dieron otra
alteración (urianálisis, estudios de parásitos, bioquímica básica, estudio de coagulación,
cultivos de faringe, urocultivo, coprocultivo, serología salmonella typhi, parathyi, brucella
(rosa de Bengala), toxoplasmosis, citomegalovirus, mononucleosis –Paul Bunnell–
anticuerpos antigliadina, radiografía de tórax, ecografía abdominal, estudio cardiológico).
En revisión a los dos meses y medio presenta: Hb 14,1 Hcto 40,9 VCM 73. Posteriormente
la evolución clínica, ponderoestatural y analítica durante un año ha sido satisfactoria.
INTRODUCCION
La anorexia nerviosa es un trastorno del comportamiento alimentario que se caracteriza por
una pérdida significativa del peso corporal producida normalmente por la decisión voluntaria
de adelgazar. Este adelgazamiento se consigue suprimiendo o reduciendo el consumo de
alimentos, especialmente "los que engordan" y también con cierta frecuencia mediante
vómitos, uso indebido de laxantes, ejercicio físico exagerado y consumo de anorexígenos,
El trastorno suele iniciarse entre los 14 y 18 años de edad, pero en los últimos tiempos está
descendiendo la edad del inicio.
El paciente anoréxico experimenta un intenso miedo al aumento de peso a pesar de que
éste disminuye cada vez más y de una manera alarmante. Se produce una distorsión de la
imagen corporal, lo que obliga a mantener la dieta.
El hecho de la pérdida de peso es negado prácticamente siempre por el enfermo y no suele
tener conciencia de la enfermedad. Esta malnutrición produce alteraciones, síntomas y
trastornos: hipotensión, alteraciones de la piel, caída de cabello, trastornos
gastrointestinales, etc. También se dan síntomas de ansiedad, depresión y obsesivos. Esta
malnutrición también provoca tristeza, irritabilidad, aislamiento social e incluso ideas de
muerte y suicidio.
Las preocupaciones por el alimento se hacen auténticamente obsesivas. Los pensamientos
y actitudes relacionados con el cuerpo, el peso y la alimentación, y la evolución de la
enfermedad indican que después del diagnóstico, un 25% de las pacientes siguen siendo
anoréxicas, un 40 % tiene síntomas depresivos y un 25% obsesivos. La mortalidad se sitúa
entre el 8 y el 10% pero cuando la enfermedad dura más de 30 años este dato se eleva al
18%.
Tras doce años de evolución de la enfermedad en una persona la curación se considera
prácticamente imposible.
Aproximadamente la mitad de las pacientes anoréxicas experimentan episodios bulímicos,
esto es también un trastorno del comportamiento alimentario caracterizado por la presencia
de episodios en los que el enfermo ingiere cantidades de alimento superiores a lo normal,
aunque en principio el bulímico no desea en absoluto ese atracón. Después de estos
atracones, siguen vómitos, laxantes, diuréticos.
En la aparición de la anorexia intervienen factores socioculturales, es la presión por parte
de la sociedad, de los medios de comunicación, el anhelo de delgadez.
Intervienen también factores individuales, como son los cambios corporales que obligan a
fijar la atención sobre el propio cuerpo. Es este el momento en que el adolescente compara
su imagen corporal con el modelo estético corporal presente en su medio social.
Se habla también de la familia como factor importante en la aparición de la anorexia aunque
no es algo específico en la enfermedad. Se ha observado que hay un predominio de estilo
educativo sobreprotector y también excesos de trastornos alimentarios, afectivos y de
ansiedad en los familiares de anoréxicos.
MATERIAL Y METODOS
• Caso clínico
• Literatura sobre el tema

RESULTADOS

 Peso 12,2 kg (p25) y Talla 90 (p75)


 Hb 4,3
 nº de hematíes 3,22 millones por mm3

DISCUSION
Los cambios fisiopatológicos que se producen en la AN son parecidos a los observados en
otros estados de inanición. Cuando un individuo se somete a una situación de ayuno
prolongado tienen lugar en el organismo una serie de mecanismos de adaptación
encaminados a mantener la vida. Todas aquellas funciones «no vitales» (crecimiento,
reproducción) pasarán a un segundo plano. Tales adaptaciones, sin embargo, no ocurren
sin un coste: se produce un deterioro funcional en otros sistemas que limitan la capacidad
del individuo para realizar normalmente sus actividades físicas y mentales. Desde el punto
de vista metabólico, a parte de un intento de conservar la energía, uno de los mecanismos
más importantes es la cetoadaptación.
A diferencia de lo que ocurre en otras situaciones de déficit de ingesta, en las que en un
primer momento existe un aumento del gluconeogénesis a partir de aminoácidos
musculares, glicerol y lactato, en la AN no se produce esta cetoadaptación y las reservas
de glucosa, proteínas y micronutrientes se conservan a expensas de utilizar sólo los
depósitos grasos.
Al mismo tiempo el perfil hormonal es característico: existe un descenso de la
concentración de insulina, IGF-1, catecolaminas y triyodotironina y un incremento del
glucagón y de la hormona del crecimiento. Estas alteraciones nos hacen comprender los
signos y síntomas que experimentan estos pacientes como son la intolerancia al frío,
disminución de la frecuencia cardiaca, respiratoria, estreñimiento etc.
Además, pueden causar la anemia normocítica normocrómica, la leucopenia y
trombocitopenia moderada que son frecuentes en la AN. La anemia puede deberse a la
menor demanda metabólica y a la baja ingesta de hierro y folatos. Tras la realimentación
puede empeorar debido a la hemodilución. La leucopenia y/o linfopenia se presentan en los
casos de malnutrición severa, existiendo un aumento de susceptibilidad a las infecciones.
CONCLUSION

Es una enfermedad multicausal donde interaccionan aspectos biológicos, psicológicos,


familiares y socioculturales con una falla en la adaptación al medio social que intenta ser
compensada por conductas patológicas vinculadas a la alimentación y preocupación
excesiva por el cuerpo.
Los rasgos familiares que pueden conducir a producir anorexia son poca comunicación,
imposibilidad de resolver conflictos, sobreprotección de los padres, reglas
rígidas, límites generacionales inexistentes y alta expectativa hacia los hijos, entre otros; Es
decir, la anorexia nerviosa constituye un trastorno relevante dentro del grupo de los diversos
trastornos de la conducta alimentaria, que ha ido en aumento en estos últimos años.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

ALEXANDER, R. (1994) Lucas and Diane M. Hure. Behavioural Disorders Affecting Food
Intake: Anorexia Nervosa and Bulimia Nervosa. Modern Nutrition in Health and Disease.
Maurice E Shils, James A Olson, Moshe Shike. Malves (USA): Lea Febiger. 977-1006
https://www.monografias.com/trabajos/anorexia2/anorexia2.shtml

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