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Juan Heiblum Amaya

Razón y libertad
Una lectura de Hegel desde Marcuse

En el presente ensayo cuestionaré la relación que hay entre libertad y razón en la filosofía
de Hegel. Esta cuestión nace del libro de H. Marcuse Razón y revolución, en donde el
filósofo de la teoría crítica afirma: “El sistema de Hegel es la última gran expresión de
este idealismo cultural, el último gran intento por hacer del pensamiento el refugio de la
razón y la libertad”1. Intentaré cuestionar esta afirmación de Marcuse, no desde la
veracidad sobre la cuestión histórica de si fue o no “la última gran expresión…” sino,
adentrándonos a cuestionar por qué Hegel encuentra en el pensamiento el refugio de la
razón y de la libertad.
“En 1793 —según nos informa H. Marcuse— Hegel escribía a Schelling: «La razón
y la libertad siguen siendo nuestros principios»” ¿Qué debemos entender cuando Hegel
dice que estos siguen siendo? Para dilucidar esta cuestión creemos preciso marcar un
marco histórico para contextualizar la ferviente búsqueda por la libertad que entablan los
pensadores del idealismo alemán. Primero que nada, Alemania está pasando por una
compleja estructura politico-social que ha devenido en una búsqueda por abolir las viejas
relaciones feudales y alzar un Estado soberano. Heidegger, al inicio de su libro Shelling
y la libertad humana, nos recuerda que Alemania sufre la opresión francesa y todo el
pensamiento se ve subyugado por las ideas de libertad ilustrada. Pero esta búsqueda
por un nuevo refugio para la libertad no inicia con el idealismo, los filósofos que preceden
a Hegel también buscaban en el pensamiento el refugio de la libertad y de la razón. Sin
embargo, el motivo por el cual éstos hacen del pensamiento su refugio es porque el
presente social y político que viven es sumamente hostil. La miseria del mundo les obliga
a dar un paso hacia ellos mismos y construir tal refugio desde adentro de la razón.
En analogía con la Critica a la filosofía del derecho de Hegel -donde Marx propone
que: la miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la

1
Marcuse, H. Razón y revolución. Altaya, Barcelona: 1994. p.21

1
miseria real-”2, podemos pensar que la miseria de la razón —que Hegel critica— es la
expresión de la miseria real. Pero dentro del marco de la filosofía del idealismo alemán,
en específico dentro del proyecto de Hegel, esta realidad se ve trastornada. La realidad
ya no es esta miseria del mundo exterior, la realidad es aquello que construye la
consciencia. Desde el isomorfismo hegeliano que se levanta entre razón y realidad,
podemos recordar un momento final de las Lecciones sobre la filosofía de la historia
universal, en donde define la razón separándola de la realidad de una forma cabal: “Pero
esta realidad no debe ser exteriormente objetiva, sino que aquel espíritu que se piensa
a sí mismo debe ser libre en ella, y por tanto, (…) debe reconocer como suyo este
contenido”. La libertad solo será la libertad que se piense en el espíritu, no aquella
libertad empírica que se encuentra fatuamente en el mundo.
Desde la ilustración alemana se da el giro copernicano donde la libertad se inserta
dentro del sujeto. El caso paradigmático de esta interiorización la realiza I. Kant desde la
distinción que marca entre libertad en sentido positivo y libertad en sentido negativo. La
libertad en sentido negativo es esta libertad de la voluntad atada a los obstáculos de la
naturaleza. Ahí todavía se mantiene un sentido de la libertad que apela al exterior. Pero
es justo cuando Kant da el paso a la libertad en sentido positivo, en donde exige que el
sujeto se autolegisla desde la autonomía siguiendo el imperativo categórico. Este
proceso inviste a la razón como la morada de la libertad. Proponemos, desde esta
lectura, que Hegel continua el proceso que inauguró Kant.
Ante la grandeza edificante de la ilustración alemana llega el idealismo. Pero ¿en
qué difiere la libertad en sentido positivo que propone Kant con la razón como refugio de
la libertad en Hegel? Es decir ¿por qué Marcuse coloca a proyecto de Hegel como la
mayor expresión de esta búsqueda? Propondremos responder esto desde la noción de
sistema. Solo en tanto la razón y la realidad sean la misa, la libertad podrá estar absuelta
de todos los obstáculos del exterior. El sistema propone englobar razón y realidad, es un
ensamble del saber que pone todo junto desde el absoluto. Así subvierte el proyecto
kantiano que colocaba límites para que la razón se apropiara de la libertad, ya que ésta
era meramente noúmenica. Si desde Kant puede haber conocimiento, mas no

2
Marx, K. Crítica a la filosofía del derecho de Hegel. Signo, Buenos Aires, 2005, p.50.

2
entendimiento de la libertad, desde Hegel la libertad es explícitamente manifiesta desde
el Espíritu que la piensa y la concibe.
Pero ¿qué se necesita para que la razón pueda hospedar a la libertad? Marcuse
nos recuerda que no siempre fue así, antes de la ilustración, p. ej., la razón y la libertad
estaban claramente separadas. Solo en la medida en que la realidad se haya vuelto
racional, es decir, haya llegado a su punto de madurez, se podrá identificar con la razón:
“(…) para Hegel, la razón sólo puede gobernar la realidad si la realidad se ha vuelto
racional en sí misma. Esta racionalidad se hace posible cuando el sujeto penetra en el
contenido mismo de la naturaleza y de la historia”3. El tema ahora es dar cuenta no de
cómo la realidad se volvió racional (pues eso implicaría hacer un análisis histórico de la
ilustración como este momento seminal, para recordar a Kant, en el que la humanidad
llegó a su mayoría de edad) sino de por qué importa que el sujeto penetre en la historia
para que la realidad se vuelva racional.
El sujeto que en su razón alojará la libertad tiene que percatarse de su propia
condición de sujeto racional antes de poder dar este paso como morada. Es por ello que
el sapere aude kantiano es la condición de posibilidad para que la autonomía se dé. Solo
un sujeto que se atreve a pensar podrá salir de la penosa minoría de edad que
caracterizaba a la época pre-ilustrada. Un sujeto que se atreve a pensar es, a su vez, un
sujeto que puede ejercer como legislador de su propia moral. La heteronomía no tiene
lugar a partir de este giro copernicano que coloca al sujeto como su propio centro, sino
que, por el contrario, una ética heterónoma descentraría al sujeto. Es por ello que es
desde la autonomía de la razón que el sujeto podrá ser libre e imponerse leyes
(imperativos) que gobiernen al sujeto. De aquí que se pueda preguntar ¿no es este
movimiento que pone al sujeto en su propio centro el corolario de un Espíritu hegeliano
que es autoconciencia de sí?
El espíritu hegeliano podrá, en efecto, encarnar esta conciencia que sabe de sí —
como propusimos en el párrafo anterior— pero, para que esto se dé, es necesario que
vea su recorrido, es decir: el cómo llego al punto en el cual se encuentra. Debemos, por
ende, demostrar que la conciencia, para que devenga Espíritu, debe estar atravesada
por la historia. Habiendo dado ese paso podremos ver que el Espíritu —conciencia que

3
Marcuse, H. Razón y revolución. Altaya, Barcelona: 1994. p.14

3
sabe de sí a través del recorrido de su gestación y gracias a su autofundamentación en
el sistema— encarna la posibilidad de hacer de la razón —como señala la prerrogativa
de Marcuse— el refugio de la libertad.
Si la libertad tiene que estar en la razón hasta que la realidad misma se haya
vuelto racional es porque la conciencia tuvo que haberse percatado tanto del camino que
la condujo a esta racionalidad como de su contenido. Pero decir que la libertad está en
la razón no significa que esté fundamentada en la conciencia sino que, como es
conciencia de esa razón, ésta se autofundamenta a sí misma. Ese es el proyecto del
idealismo alemán en tanto sistema: buscar desde la identificación entre realidad y razón
la autofundamentación de la libertad. A primera vista, empero, parecería que esto
conlleva a un absurdo ya que se esta cohesionando la libertad adentro del absoluto que
representa la razón. Sin embargo, intentaremos dar cuenta de cómo el absoluto no solo
no niega a la libertad, sino que es necesario que aquel se dé para que ésta también se
dé.
Al inicio de El espíritu en la Fenomenología del espíritu, Hegel define espíritu, en
su relación con la razón, como: “La razón es espíritu en tanto que eleva a verdad la
certeza de ser toda realidad y es conciencia de sí misma como de su mundo y del mundo
como de sí misma”4. Si hay libertad ésta tiene que estar autofundamentada, de lo
contrario la libertad estaría determinada por su fundamento. Al igual que Schelling, en
sus Investigaciones filosóficas e torno a la libertad humana y los objetos con ella
relacionados, busca demostrar que solo desde el panteísmo podemos ser tan libres
como Dios; Hegel ve que la libertad no puede ser existencia fundada en algo exterior a
ella, tenemos que buscar a la libertad en tanto sea en sí su propio fundamento. Pero la
libertad puede, en efecto, ser su propio fundamento, ya que se da en la razón y ésta es
la realidad que debe ser sometida al escrutinio de la razón a través de la autonomía que
juzga a la razón desde su devenir histórico. El Espíritu, como realización de esta razón
que se ve a sí misma (autoconciencia), es la misma libertad autofundamentándose. Es
decir: la libertad (en sentido positivo) que permite que la razón se autolegisle está, de
hecho, dentro de la misma razón. Es en ese proceso que la razón da cuenta tanto de su
contenido como de su proceso.

4
Hegel, G. W. F. Fenomenología del espíritu. FCE, México: 2015. p.259

4
Para concluir nos aventuraremos a pensar si Hegel logró, en efecto, ese último
gran intento por hacer de la razón el refugio de la libertad. Como podemos ver, fue
siguiendo esa camino que esbozó Kant como Hegel radicalizó la interiorización de la
libertad a la razón para construir su idealismo. Muchas han sido las lecturas que colocan
a Hegel como una ruptura con Kant, y justo desde esas lecturas es cómo podría parecer
que esta propuesta es absurda. Sin embargo hay otras lecturas, como la de Robert B.
Pippin, que afirman que el idealismo de Hegel es una continuación de la filosofía
trascendental de Kant. Nosotros nos subscribimos a esta última postura y respondemos
afirmativamente a la afirmación que Marcuse pronunció en Razón y revolución, en efecto
la razón como Espíritu (conciencia que alcanza conciencia de sí) debe hospedar a la
libertad y solo desde la libertad la razón puede identificarse con la realidad. La razón no
solo hospeda a la libertad sino que es necesario que la hospede para que pueda ser
identificable con la realidad. Pues es en la libertad donde la realidad se ha vuelto racional,
desde la humanidad logró el sapere aude gracias a la autonomía de la razón.

Bibliografía:

Hegel, G. W. F. Fenomenología del espíritu. FCE, México: 2015.


Hegel, G. W. F. Lecciones sobre la filosofía de la historia universal. Alianza, Madrid: 2012.
Marcuse, H. Razón y revolución. Altaya, Barcelona: 1994.
Heidegger, M. Schelling y la libertad humana. Monte Avila, Caracas. 1996
Marx, K. Crítica a la filosofía del derecho de Hegel. Signo, Buenos Aires, 2005, p.50.

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