Sei sulla pagina 1di 12

GENÉSIS DEL ESTADO

SOCIAL DE DERECHO Y
LA
CONSTITUCIÓN DE 1991
CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA
AUTOR: Camilo Andrés Fajardo Gómez
ÍNDICE
Acceso rápido
Este material pertenece al Politécnico
Grancolombiano y a la Red Ilumno. Por ende, son
de uso exclusivo de las Instituciones adscritas a
la Red Ilumno. Prohibida su reproducción total
o parcial.
ÍNDICE
1.
Génesis del
Estado Social de Derecho y la Constitución de 1991
1.1.
Estado absolutista
1.2.
Estado Liberal
1.3.
Estado de Bienestar
1.4.
Estado Social de derecho
4
CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA
3
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
EJEMPLIFICACIÓN
DE LAS TEMÁTICAS
1.
Génesis del Estado Social de Derecho y la Constitución de 1991
La gran novedad de la Constitución colombiana de 1991 es la declaración de que el Estado
colombiano es un Estado Social de Derecho. Este cambio de perspectiva significará todo un
cambio y una reorientación distinta del estado y de la sociedad, que urge ser comprendida en
profundidad en aras de poder entender
la sociedad en la que estamos. Antes de iniciar con un
análisis de la génesis histórica del Estado Social de Derecho conviene
que analicemos un
caso
tomado de la vida real de nuestra sociedad, en donde pretendemos evidenciar la importancia
de este concepto.
En Colombia el sistema de prestación de servicios de salud públicos ha avanzado
paulatinamente hacia la crisis y el descala
bro general. No solo hay graves deficiencias en temas
de cobertura y calidad de los servicios de salud, pues la mayoría de colombianos sufre por el
acceso a ellos, sino que también se ha ido evidenciando como económicamente el sistema
mismo es insostenible
y en un futuro inmediato se quebrará por completo. Ante esta situación,
en diciembre de 2009 el
Gobierno
de Álvaro
Uribe declaró el estado de emergencia
social
mediante el Decreto 4975,
pretendiendo así responder al estado de
crisis del Sistema General
de Salud Social.
Para este gobierno, la crisis se había acentuado ante las múltiples demandas
que los usuarios interponían exigiendo tratamientos y medicinas muy
costosas, pero también
ante el aumento desmesurado de los precios
de las medicinas, el bajo control y fiscalización de
los recursos, entre otras causas. Todo esto finalmente llevó a que para 2009 la deuda con las
distintas empresas promotoras de salud y las instituciones prestadoras de salud, ascendiera a
cifras exorbitantes impagables para el estado colombiano.
En medio de esta crítica situación y bajo el amparo de la
declaratoria de
emergencia social, el
presidente Uribe decretó
diversas medidas en aras de normalizar la estabilidad del sistema de
salud. Entre las medidas más significativas
que se tomaron
están las siguientes. Primero, que
todo tipo de prestaciones que estuvieran fuera del plan obligatorio de salud, como un cáncer o
el tratamiento paliativo del VIH,
ya no serán costeadas por el Estado sino
por el
patrimonio de
los pacientes o sus familiares. Si estos últimos no tenían cómo asumir estos tratamientos
costosos el Estado crearía un Fondo para las prestaciones excepcionales en Salud (FONPRES), en
aras de financiar a quienes sin
tener el dinero a la mano tengan
la capacidad de endeudamiento
para
asumir financieramente este tipo de deudas. Segundo, se establecieron decretos con la
finalidad de establecer estándares obligatorios para los médicos en materia de tratamientos y
medicamentos, menoscabando la autonomía del médico para ordenar medicamentos o
tratamientos costosos.
Meses después de que el
presidente de la República tomara esta decisión y ejerciendo el
trámite ordinario que tiene cualquier decisión gubernamental después de la Constitución de
1991,
la Corte
Constitucional
practicando
la potestad que tiene de ejercer el control
constitucional del Estado colombiano, es decir
, la facultad para revisar si lo que se legisla u
ordena está acorde con la Constitución, señaló
en la sentencia C-2015/10
que este decreto de
emergencia social era inexequible, o mejor aún irrealizable, que no se podía realizar, conseguir
o llevar a efecto. Dentro de las razones que se esgrimieron, que son múltiples, la Corte
Constitucional
señaló que los Estados de Emergencia solo podían ser invocados cuando
pretendían
resolver crisis sobrevinientes
o que irrumpen sin que el gobierno haya podido
resolverlas a partir de los instrumentos y facultades ordinarios que tiene a la mano.
Lo que
quería señalar la corte era que los decretos que ordenó el Presidente Uribe amparado bajo el
estado de emergencia eran insostenibles y
de este modo,
la situación que apuntaba a resolver
podría ser resuelta mediante mecanismos ordinarios y no necesariamente decretos
presidenciales con fuerza de ley.
La crisis
en la salud no es un problema sobreviniente, que ha
aparecido de improvisto.
En ese sentido, dado que los problemas en el sistema de salud en
Colombia son crónicos y no aparecieron el 23 de diciembre de 2009,
día en que se declararon
los mecanismos excepcionales,
la Corte Constitucional echaba abajo los decretos presidenciales
de excepción.
Así las cosas, la Corte en su sentencia señalaba
que,
si bien la gravedad de la crisis de la salud
ameritaba una solución inmediata, esta no debería pasar por encima de
los derechos de las
personas y de los mecanismos de gobierno ordinarios.
Me refiero a lo siguiente. En el Estado
Colombiano se ha establecido que en derecho la facultad legislativa reposa sobre todo en el
Congreso de la República; las leyes deben tener un
trámite ordinario en este tipo de instancias.
Ahora bien, si se acepta que en casos excepcionales el Presidente de la República declare
decretos con fuerza de ley, esto solo puede suceder en
casos sobrevinientes.
En síntesis, si bien
la estabilidad financiera de todo el sistema de salud estaba en crisis, la solución no debería
darse a partir de un desmonte de los derechos sociales. Antes bien, la Corte Constitucional
insistió en que el Estado debería hacer uso de alternativas gubernamentales corrientes como el
aumento de los impuestos a las bebidas alcohólicas, los cigarrillos y los juegos de azar, en aras
de fortalecer financieramente el sistema de salud. En
conclusión,
el Estado Social de derecho no
se podía desmontar así financieramente estuviera en peligro su estabilidad; la Corte ordenó al
Estado a que estableciera medidas preventivas que fortalecieran al sistema de la crisis en la que
se hundía. En síntesis, en el Estado de derecho los derechos sociales son de
vital importancia.
1.1.
Estado absolutista
En la semana anterior hemos hecho referencia al concepto de Estado. Hemos comprendido a
qué nos referimos con soberanía, con poder político
y, en síntesis, hemos entendido la
importancia y pertinencia del Estado. Ahora nos ocuparemos del Estado desde una perspectiva
distinta, pues lo abordaremos como realidad
jurídico
-política desde una perspectiva histórica y

02 ------- DESAROLLO
6
CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA
5
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
política, abordando el problema de su génesis histórica, entendiendo cómo se fue configurando
hasta lo que es
hoy en día. Si bien el concepto de Estado no surgió en América ni en el contexto
colombiano en particular, la idea es que podamos reflexionar sobre el contexto colombiano,
pues muchas de estas teorías han impactado nuestra realidad social y política, concr
etamente la
idea del Estado Social de derecho.
El Estado como existe hoy en día no siempre ha sido así. Como Institución política por excelencia
ha estado sujeto a diversos procesos históricos
que lo han impactado. Lo cierto es que conviene
aclarar que el
Estado es una institución jurídica y política que es netamente moderna. Así las
cosas,
podemos afirmar con certeza que en el mundo antiguo no hubo Estado. Por más que en
las civilizaciones que tuvieron lugar en Roma y Grecia se haya alcanzado un altísimo g
rado de
organización, estas no eran
estados.
Si en la semana anterior señalamos que el concepto de
Estado requiere de los conceptos de territorio, nación y soberanía popular, en el organizaciones
políticas griegas y romanas no existía el concepto de nación
y mucho menos el de soberanía
popular.
Así mismo, podemos afirmar que en la Edad Media no hubo estados, a lo sumo en el
territorio existían diversas unidades políticas desconcentradas sin que ninguna de ellas
reclamara un poder soberano como lo hace el Estado hoy en día.
Por supuesto, en las
sociedades antiguas el proyecto de construcción de la nación, de esa identidad política
compartida, o lo que Benedict Anderson llama la “comunidad imaginada”, también está
ausente.
La primera forma histórica que tiene el Estado es el Estado absolutista, del
siglo XVI
al siglo XVIII.
Si bien no es ya el Estado como lo conocemos hoy en día, ya comienza a esbozar elementos que
lo caracterizarán. Uno de los conceptos fundantes del Estado es la idea de que el poder político
se concentra
y se ejerce sobre un territorio delimitado. En este caso, con el Estado absolutista,
la presencia de un rey en un territorio, comienza a darse la centralización y concentración del
poder político, lo cual en la Edad Media no se había realizado del todo.
El Estado absoluto será la primera forma estatal pues con ella se da la concentración del poder
en un soberano, así como se comienzan a configurar los primeros ejércitos nacionales, que
como señalamos ya estarán respaldando al poder
político que se ha consolidado, pero también
sirven a los intereses de la nación, no como los ejércitos de las naciones antiguas que sirven solo
a los intereses del monarca.
Es en los distintos estados absolutos que distintos territorios son
integrados bajo el poder
de un solo monarca.
Así mismo, ya aparecen en el Estado absolutista
tres elementos que lo configuran como Estado moderno: territorio, nación, soberanía.
Cuando nos referimos al territorio estamos hablando del espacio geográfico en donde la
autoridad y el
derecho
tienen
validez. Ese elemento es clave, no se puede olvidar como toda
Constitución señala y describe muy bien cuáles son los límites territoriales del poder estatal.
El
Estado se realiza en un territorio específico, con unas fronteras bien delimitadas, en donde
ejerce todo su poder. Pero también,
estas fronteras delimitan el poder del Estado en términos
de legitimidad jurídica: el derecho, la ley, es válida en territorios específicos; la ley del estado
colombiano es válida en el territorio colombiano.
En cuanto a la “nación” se trata de un elemento correlativo a la fundación
del Estado Moderno.
Por “nación” entendemos que es una “comunidad política imaginada”. Esto quiere decir que
los
habitantes de un territorio constituyen una identidad común que los agrupa e identifica.
Muchas veces la “nación” se funda en elementos raciales, culturales, religiosos, ideológicos, etc.
Lo cierto es que las naciones son una creación, una suerte de artificialidad, en aras de constituir
esa identidad política común de los habitantes del territorio específico.
Por supuesto, cuando
estamos en un contexto de multiculturalismo y globalización, la idea
de nación comienza a
quebrarse
o a ser problemática pues los flujos de personas y culturas son constantes.
El
elemento “nación” es importante pues les permite a los habitantes de un territorio construir
una identidad compartida que les permita consolidar un proyecto político común. Por eso,
muchas comunidades políticas a lo largo de la historia han consolidado nacionalidades a partir
de elementos religiosos, elementos culturales, una historia común, etc.
Finalmente, por “soberanía” comprendemos la capacidad que tiene el poder político de ejercer
dominio sobre el territorio. La idea fundante del Estado moderno es que la soberanía
territorial
reposa en un único poder y no puede ser compartida. Por eso, páginas atrás señalamos cómo
los monarcas absolutos situaban su poder por encima del poder eclesial, pues no es sostenible
que el poder estatal esté
sometido a otro poder, máxime si se considera a sí mismo como
soberano.
Este elemento es clave, pues la consolidación del poder estatal reclamará que dentro
del territorio no se reconozca como soberano a otro poder que no sea el del Estado. Esa es la
razón que llevará a que el Estado reclame autoridad por encima de las autoridades religiosas e
incluso por encima de las autoridades locales que han existido tradicionalmente en los distintos
territorios. Piénsese,
por ejemplo
, en las autoridades indígenas que existen en muchos lugares
de Colombia. Si bien el Estado reconoce su autoridad y legitimidad,
pues son autoridades
ancestrales, el Estado de Colombia es soberano y
como autoridad es jerárquicamente superior a
cualquiera de ellas. Lo mismo podríamos decir de la relación entre el Estado Colombiano y las
autoridades religiosas de las distintas iglesias, incluso de la iglesia católica: el Estado es
soberano, superior.
1.2.
Estado Liberal
El Estado absoluto no se consolidó del todo en Occidente
en todos los lugares. Si bien podemos
mencionar a Francia o Inglaterra como ejemplos de estados absolutos, otros países no tuvieron
esta experiencia, como sucedió en Italia o Alemania que se consolidaron de manera muy tardía.
Muchas naciones se consolidaron de manera muy tardía e incluso a lo largo del siglo X
X hemos
sido testigos de la desintegración de antiguos Estados-nación que hoy ya han desaparecido:
Yugoslavia, Serbia y Montenegro, Checoslovaquia. Así mismo, hay naciones que no se han
logrado consolidar del todo como Estados, pues la soberanía del Estado
es constantemente
retada por actores legales e ilegales a lo largo del territorio, como sucede con Colombia.
Efectivamente, la existencia de las guerrillas, el paramilitarismo, las mafias y las bandas
criminales, son una prueba palpable de que el Estado no es soberano en todo el territorio.
8
CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA
7
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
Ahora bien, cuando nos referimos al Estado Liberal, estamos señalando una nueva
transformación del Estado que se caracteriza sobre todo por la independencia de los poderes
económicos de los políticos y por la
aparición de los derechos individuales.
Es decir, si en un
principio señalamos que el Estado se va transformando a partir de
un conjunto de fenómenos
históricos, culturales y políticos;
cambios como la Reforma protestante, la aparición de la
burguesí
a, el
descubrimiento de américa
y varios descubrimientos científicos, ayudaron a la
aparición del pensamiento liberal y, claro está,
del Estado liberal.
Por supuesto, grandes
procesos sociales y políticos a lo largo de los siglos XVIII y XIX, como la revolución
inglesa
de
1689 o la Revolución Francesa de 1789, propiciaron la consolidación del Estado liberal.
John Stuart Mill, pensador inglés que se caracterizó por su defensa del pensamiento liberal,
planteó en una de sus más famosas obras, “Sobre la
Libertad”,
que la primera y más importante
característica del pensamiento liberal era la idea de ofrecer garantías que protegieran a los
individuos del poder del Estado absoluto. Si los primeros teóricos del Estado como Thomas
Hobbes habían señalado la importancia de
que el Estado existiera y concentrara soberanamente
todo el poder en pro de la garantía del orden, Mill plantea con la siguiente metáfora el
problema de que el Estado concentre todo el poder:
“Antiguamente, por lo general, el gobierno estaba ejercido por un hombre, una tribu, o
una casta, que hacían emanar su autoridad del derecho de conquista o de sucesión,
pero en ningún caso provenía del consentimiento de los gobernados, los cuales no
osaban, no deseaban quizá, discutir dicha supremacía, por muchas precauciones que
se tomaran contra su ejercicio opresivo. El poder de los gobernantes era considerado
como algo necesario, pero también como algo peligroso: como un arma que los
gobernantes tratarían de emplear contra sus súbditos no menos que contra los
enemigos exteriores. Para impedir que los miembros más débiles de la comunidad
fuesen devorados por innumerables buitres, era indispensable que un ave de presa
más fuerte que las demás se encargara
de contener la voracidad de las otras. Pero
como el rey de los buitres no estaba menos dispuesto a la voracidad que sus
congéneres, resultaba necesario precaverse, de modo constante, contra su pico y sus
garras. Así que los patriotas tendían a señalar lími
tes al poder de los gobernantes: a
esto se reducía lo que ellos entendían por libertad. Y lo conseguían de dos maneras: en
primer lugar, por medio del reconocimiento de ciertas inmunidades llamadas
libertades o derechos políticos; su infracción por parte d
el gobernante suponía un
quebrantamiento del
deber y tal vez el riesgo a suscitar una resistencia particular o
una rebelión general. Otro recurso de fecha más reciente consistió en establecer frenos
constitucionales, mediante los cuales el consentimiento d
e la comunidad o de un
cuerpo cualquiera, supuesto representante de sus intereses, llegaba a ser condición
necesaria para los actos más importantes del poder ejecutivo”. Mill (pp.20
-21)
En síntesis, es claro para nosotros
que en aras de garantizar el orden
social debe existir el
Estado, y el Estado debe tener el monopolio del poder político. Como lo señalamos antes, si
cada individuo lucha por sus intereses individuales y nadie piensa en los
intereses comunes el
caos sobrevendría sobre la sociedad. El Estado es necesario y para que haya orden el Estado
debe tener poder. Sin embargo,
la crítica de Mill apunta a la idea de
: ¿qué garantiza que el
poder mismo del Estado no se vuelva
contra los individuos y sus intereses y acabe
destruyéndolos? El poder absoluto de muchos monarcas pasó por encima de la vida y los
intereses de muchos individuos sin que existiera alguna alternativa para detener estos abusos.
Así las cosas, el pensamiento liberal, como lo señala Mill, busca plantear “inmunidades” a los
abusos del poder absoluto. Los más importantes y reconocidos recursos ante el abuso del poder
siempre han sido dos: garantizar derechos individuales y la división del poder político.
a)
¿Qué
son los derechos? Dice Mill que son garantías individuales que protegen a los
individuos ante el abuso del poder. Con esto quiere señalar que por encima de los
derechos no puede pasar el poder soberano y con esto se da un gran avance de la
humanidad en el
reconocimiento del valor y la dignidad humana. Me explico, si bien en
los orígenes del Estado señalamos que se constituye como una institución soberana que
concentra todo el poder político y sobre la cual nada ni nadie tiene supremacía, con el
discurso de
los derechos individuales cambia esta situación.
El Estado sigue siendo la
institución soberana por excelencia, pero se rinde ante la dignidad humana pues
reconoce unos derechos sobre los cuales no puede pasar. Desde ya el Estado no podrá
nunca esgrimir ni
nguna razón válida para no reconocer la dignidad y supremacía de los
derechos individuales. Derechos que hoy llamamos de “primera generación”, y que
protegen la vida, la libertad individual, la igualdad, la libertad personal, de escoger
profesión u oficio,
la libertad económica, de opinión, de expresión, de prensa, entre
otros. Se trata de un hecho invaluable en la historia del mundo. Desde este instante en
occidente y en el mundo entero reconocemos que
todos los individuos tenemos un
valor
y una dignidad sobre la cual no puede pasar ni siquiera el poder político.
Por supuesto, es clave afirmar que cuando
estamos hablando de “igualdad”,
en ningún
sentido se trata de igualdad material. El liberalismo defenderá la “Igualdad formal”, o la
idea de que ante el poder y la ley todos somos iguales y por eso debemos ser tratados de
la misma forma. El debate sobre la igualdad material
o que todos tengamos acceso a la
misma cantidad de riqueza o a su distribución, se inaugurará con la aparición del
pensamiento comunista que surge ante la crisis del Estado liberal.
b)
La división del poder político es la otra clave en aras de prevenir los abusos del poder.
Hoy por hoy esta característica del pensamiento liberal sigue siendo una fórmula
dominante en occidente y en el mundo
entero. Gran parte de los abusos del poder se
generan porque el poder se concentra, por eso la mejor alternativa para evitar los
abusos es dividir el poder. El antecedente más claro de esta idea es Montesquieu quien
plantea que institucionalmente el Estado
debe dividir sus poderes en tres: rama
legislativa, ejecutiva y judicial. La rama legislativa será la encargada de formular las le
yes
y dichas leyes
serán la base de las decisiones gubernamentales de la rama ejecutiva o de
10
CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA
9
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
gobierno,
pero también estas ley
es serán
el fundamento de la impartición de justicia que
es el rol de la rama judicial. Así las cosas, no existe concentración del poder político, ni
tampoco abusos de poder.
Ahora bien, la última característica que va a
definir el pensamiento liberal
y, por lo tanto,
al
Estado liberal, es como lo señalamos antes,
la idea de que no debe haber restricciones políticas
a las relaciones económicas, o mejor aún, la idea de que el Estado no debe inmiscuirse en las
dinámicas comerciales del mercado. Esta teoría ha
sido conocida usualmente bajo la
denominación

laisse faire
”, dejar hacer, dejar pasar
y lo que traduce es que el Estado tiene
muy pocas funciones, pues casi todas las tareas de regulación social se dejan en manos de las
dinámicas de oferta y demanda del mercado.
Una vez aparece la burguesía, clase social que impulsa el mercantilismo, la industrialización, así
como el comercio a gran escala, se comienza a demandar que el Estado retire todo tipo de
restricciones económicas y deje que el mercado fluya regido únicamente bajo las dinámicas de
oferta y demanda. Así, la única tarea que le quedaba al Estado era el de procurar que el
mercado funcionara procurando que no se constituyeran monopolios ni oligopolios. Así las
cosas,
el problema de la distribución de la
riqueza deja de ser un tema político, pues el mercado
a partir de la oferta y la demanda distribuye la riqueza entre los individuos a partir de la
participación y el éxito que tenga cada individuo en la inserción en el mercado.
Este énfasis del Estado liberal en las libertades del mercado para muchos anticipó el éxito del
capitalismo salvaje. Este es un tema objeto de un profundo debate; por supuesto,
muchos
pensadores proclives al mercado señalarán que la pobreza y la desigualdad surge cuando el
mercado
no funciona de manera óptima. Otros plantean que el mercado absolutamente libre de
toda regulación abandona a la sociedad en manos de los intereses del capital, que no persigue
otro asunto sino la acumulación de dinero sin importar los derechos o las personas mismas.
Insisto, es un tema que se debate actualmente con mucha fuerza. Sin embargo
, hay que señalar
que cuando el Estado deja de regular las relaciones económicas y se exilia en la
retaguardia
observando como la sociedad se abandona a la lógica del
mercado, comienzan a haber unos
grandes perdedores en medio de las lógicas de oferta y demanda. Es decir, es innegable que no
todos entran en las mismas condiciones de competencia en las relaciones económicas, que los
mercados en ese sentido no son justos
y que en este sentido hay perdedores y ganadores
cuando la sociedad es regulada por la oferta y demanda. Así las cosas, es innegable que el
Estado liberal al dejar la sociedad en manos del mercado y el libre mercado facilitó el auge de
la
Revolución
Industrial y el capitalismo. Pero,
también esto significó que el Estado se dejara de
preocupar por garantizar condiciones dignas para muchos empobrecidos, pues las demandas
económicas deberían ser resueltas por el mercado mismo. A lo sumo,
el Estado Liberal se
preocupó
por proteger la
libertad, la propiedad privada
y que el mercado funcionara
óptimamente.
El estado entregado a las dinámicas del mercado sin ningún tipo de restricciones prontamente
también se vio sujeto a sucesivas crisis que no son otras sino las
crisis del capital mismo. Para
finales del siglo XIX y principios del siglo XX las crisis de
l capitalismo fueron tan hondas
(desempleo, oferta sin demanda)
que sin problema a lo largo de todo Europa se engendraron
alternativas políticas alternativas al liberalismo de mercado. Dentro de estas alternativas
podemos contar con la Revolución socialista
rusa de 1917, el estado Nacionalsocialista alemán
de Hitler o la revolución China de Mao Tse Tung.
1.3.
Estado de Bienestar
Una de las crisis económicas más graves a
lo largo del siglo XX fue la “Gran Depresión” de 1929.
No solo tuvo lu
gar en los Estados Unidos sino también en
gran parte de los países de occidente,
llevando a la economía mundial a un nivel de deterioro que se extendió hasta inicios de la
década de los
cuarenta. Para muchos países significó la caída en las rentas nacionales, caídas en
los ingresos fiscales, así como de los precios y de la demanda en general. Todo esto llevó
a un
congelamiento del comercio en general que redundó
en un desempleo epidémico que llegó
incluso al 40% en muchas ciudades.
Ante esta situación de crisis, y como alternativa a las revoluciones o estados totalitarios que se
gestaban en diversos lugares del mundo, el gobierno de EEUU en cabeza de Franklyn Delano
Roosevelt propuso las políticas del denominado
“New Deal”. Se trató de políticas novedosas en
las que el Estado jugaba un papel preponderante en la provisión de bienes básicos a la sociedad,
sobre todo salud y educación, pero
fundamentalmente como
pro veedor de fuentes de trabajo a
partir de sus inversiones en distintos sectores. En el corazón de estas nuevas políticas se
abandonaba la idea de que el Estado debería quedarse contemplando como el mercado
funcionaba libremente en la sociedad. Antes bien, e
l Estado debería intervenir en la sociedad
generando empleo, provisionando bienes a los más necesitados, etc.
Las nuevas políticas de Roosevelt también tuvieron eco en distintos lugares de Europa en donde
distintos Estados iban transitando de estados exclusivamente liberales a estados de bienestar,
donde el estado asume el rol de ser el artífice del desarrollo económico y del bienestar de los
ciudadanos en términos de garantía de derechos. Por supuesto,
no se trataba de ningún tipo de
socialismo, sino más b
ien de una nueva concepción del estado que
, inspirada en las teorías
económicas de John Maynard Keynes, señalaba
que el Estado debería tener un rol dinamizador
en el crecimiento económico de la sociedad por medio del intervencionismo en la economía a
travé
s del aumento del gasto público en la
provisión de servicios y bienes sociales básicos como
educación, salud y trabajo.
Así las cosas, el Estado liberal
se transformaba
sin necesidad de
convertirse
en un
estado socialista, pues sin negar
los derechos a las libertades individuales ni a
la propiedad privada, reorientaba
sus obligaciones respecto a los derechos y al manejo de la
economía, con una fuerte preocupación por la igualdad material.
Sin embargo, a pesar de que muchos estados europeos se transformaron en Estados de
Bienestar, en donde el estado tiene fuertes obligaciones económicas y sociales respecto a sus
ciudadanos en pro de la garantía de bienes y derechos sociales como salud, educación y trabajo,
12
CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA
11
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
es evidente que este tipo de organización de la sociedad tiene que tener un fuerte res
paldo
económico que la sustente; los gastos son enormes. Por eso, el estado de bienestar va a estar
sujeto a críticas por parte de diversos sectores pues
implica un gasto enorme para el Estado el
sostener una carga económica del tamaño de la totalidad de la sociedad, cuando lo que se
busca es asegurar la salud, la educación, el trabajo y la vivienda. Para muchos sectores
conservadores el costo del Estado de
bienestar es excesivo y claman constantemente por la
reducción de su tamaño, dejando al Estado solamente a cargo de responsabilidades relativas a
la seguridad y la defensa. Por otra parte, las crisis económicas asociadas a la crisis del petróleo
de los años setentas, llevaron a que diversos países comenzaran a desmontar paulatinamente e
l
estado de bienestar pues no tenían sustento financiero.
Al d ía de hoy,
los pocos estados
de bienestar que subsisten imponen una carga fiscal y tributaria
a sus ciudadanos, gravándolos con grandes impuestos en aras de hacer el
estado de bienestar
sostenible: Dinamarca cuenta con el índice de impuestos más altos de todos los países de la
Unión europea, cerca del 48%.
Para la década del ochenta son muchas las críticas que tuv
o que afrontar el Estado de Bienestar.
Entre las más reconocidas están las posturas que lideraron la
primera ministra británica
Margareth Tacher
y el presidente
de EEUU
Ronald Reagan
a favor del desmonte del estado de
bienestar. Tanto Reagan como Tacher
señalando que significaba una carga económica para la
ciudadanía y a la vez le restaba eficiencia al Estado. Estas posturas políticas van a abogar porque
el Estado ceda estas obligaciones sociales a actores privados que
sean los proveedores de
estos
bienes b
ajo la lógica del mercado, garantizando así una mayor eficiencia en el servicio. Esto va a
dar inicio a los procesos de privatización del Estado que llevaron incluso a que en varios países
latinoamericanos optaron por esta nueva lógica neoliberal.
1.4.
Estado Social de derecho
El Estado social de derecho no es propiamente el estado de bienestar. Sin embargo, el estado
social de derecho atribuye al Estado y a la sociedad una responsabilidad compartida respecto al
desarrollo y la dignidad humana. Los antecedentes
del estado social de derecho en Colombia de
1991 pueden ubicarse en el estado alemán de la Constitución de 1949 y la constitución española
de 1978 que habla de un “Estado social, democrático y de derecho”.
El Estado Social de Derecho
da un paso
más allá del Estado liberal y comprende que no solo
debe trabajar por la garantía y el goce efectivo de los derechos individuales, sino que a la vez
deben prevalecer los derechos sociales
por encima de todo. El maestro Carlos Gaviria lo
explicaba con contundencia. Señalaba que,
si bien los derechos individuales hacían un énfasis en
la libertad individual, la autonomía, la libertad de pensamiento, la libre expresión y el respeto a
la vida, estos derechos no eran suficientes para vivir una vida digna. Por eso, se hacía necesario
comenzar a garantizar una serie de derechos sociales que dieran plenitud
a la vida humana
como el derecho al trabajo, a la salud, a la educación, etc. En síntesis, el derecho a la vida
parece vacío si no viene acompañado de una garantía adicional a derechos sociales básicos.
Así, el Estado de derecho
consiste en el deber de
l Estado
de procurar
el mínimo existencial, es
decir, el mínimo vital
para todos los ciudadanos.
Por lo tanto, el Estado adquiere la obligación
de garantizar un mínimo de derechos que hagan posible la vida digna de las personas. Ya es bien
conocida bajo esta lógica la política del mínimo vital de agua en Bogotá, por ejemplo, para
muchas familias de bajos ingresos. Por otra parte, el Estado adquiere también la obligación de
trabajar en pro de la igualdad real de los ciudadanos, no solo ofreciendo mecanismos de
protección de derechos sino a la vez facilitando medios que permitan la realización de los
mismos, en pro de
un goce efectivo de los mismos.
Así las cosas, el Estado social de derecho se asocia a la defensa de los derechos económicos,
sociales y culturales, como la defensa del derecho a la Salud, consagrado en la Constitución y
desarrollado por l
a Ley 100 de 1993. En dicha ley se
establece un régimen subsidiado para todos
quienes no pueden pagar o cotizar el servicio de salud.
Así mismo, el Estado social de derecho
otorga
especial protección
a grupos vulnerables, como la mujer cabeza de familia, la mujer
embarazada, los discapacitados, las minorías étnicas, las minorías sexuales, los niños, las
personas de la tercera edad, los homosexuales, etc.
En aras de entender como el Estado social de derecho busca proteger la dignidad humana,
conviene revisar la sentencia T-499 de 1992 de la Corte Constitucional.

Principio fundamental de la dignidad humana
1. El respeto de la dignidad humana debe inspirar todas las actuaciones del Estado. Los
funcionarios públicos están en la obligación de tratar a toda persona, sin distinción alguna, de
conformidad con su valor intrínseco (CP arts. 1, 5 y 13). La integridad del ser humano constituye
razón de ser, principio y fin último de la organización estatal.
El principio fundamental de la dignidad humana no sólo es una declaración ética sino una norma
jurídica de carácter vinculante para todas las autoridades (CP art. 1). Su consagración como valor
fundante y constitutivo del orden jurídico obedeció a la nece
sidad histórica de reaccionar contra la
violencia, la
arbitrariedad
y la injusticia, en búsqueda de un nuevo consenso que comprometiera a
todos los sectores sociales en la defensa y respeto de los derechos fundamentales.
El hombre es un fin en sí mismo. S
u dignidad depende de la posibilidad de autodeterminarse (CP
art. 16). Las autoridades están precisamente instituidas para proteger a toda persona en su vida,
entendida en un sentido amplio como "vida plena". La integridad física, psíquica y espiritual, la
salud, el mínimo de condiciones materiales necesarias para la existencia digna, son elementos
constitutivos de una
vida íntegra
y presupuesto necesario para la autorrealización individual y
social. Una administración burocratizada, insensible a las necesi
dades de los ciudadanos, o de sus
mismos empleados, no se compadece con los fines esenciales del Estado, sino
que, al contrario,
cosifica al individuo
y traiciona los valores fundantes del Estado social de derecho (CP art. 1).”
Sentencia T-
499 Corte Consti
tucional de Colombia
14
CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA
13
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GLOSARIO DE TÉRMINOS
Autonomía
:
Estado y condición del pueblo que goza de
entera independencia política. La
Condición del i
ndividuo que de nadie depende en ciertos aspectos. |Potestad de que, dentro del
Estado, pueden gozar municipios,
provincias, regiones u otras entidades de él para regir
intereses peculiares de su vida interior, mediante normas y órganos de gobierno propios. Pero
en este último sentido, la autonomía supone la unidad de los entes autónomos dentro del
Estado único. Se trata simplemente de una descentralización administrativa y política, que no
debe confundirse con lo que en un Estado federal representan las provincias o Estados
miembros, que son no autónomos, sino independientes, salvo en las facultades a que hayan
renunciado para delegarlas en el Estado federal
(Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y
Sociales)
Estado de Derecho:
En su definición existen profundas divergencias. Para algunos autores, todo
Estado lo es de Derecho, puesto que se rige por normas jurídicas, cualquiera que sea su
procedencia o la autoridad de que dimanen, con tal que tenga la posibilidad de hacer cumpli
r
sus determinaciones dentro del orden interno. En consecuencia, el concepto sería aplicable lo
mismo a un gobierno democrático y constitucional que a uno autocrático y tiránico. Sin
embargo, la mejor doctrina es absolutamente contraria a esa tesis, por entender que el Derecho
no puede estar representado por la voluntad de una persona o de una minoría que se impone a
una mayoría, y, en ese sentido, sólo es Derecho la norma emanada de la soberanía popular en
uso de su poder constituyente. De ahí que Estado de Derecho equivalga a Estado constitucional
(v.) con el contenido dado a esa idea. El Estado de Derecho es aquel en que los tres poderes del
gobierno, interdependientes y coordinados, representan, conforme a la conocida frase de
Lincoln, el gobierno del pu
eblo, por el pueblo y para el pueblo. A este respecto dice Sánchez
Viamonte: “Los tres poderes o ramas del gobierno
-pertenecientes a un tronco común-
nacen
del pueblo en forma más o menos directa. Los tres actúan, pues, en su nombre, bajo el imperio
de las normas constitucionales. El gobierno es la colaboración y concurrencia de los tres,
identificados a través de la norma jurídica, que fundamenta y caracteriza al Estado de Derecho”
(Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales)
Estado constituci
onal:
De acuerdo con la opinión de Linares Quintana, el que se caracteriza por
garantizar la libertad como finalidad suprema y última del Estado; por limitar y fiscalizar el
poder estatal por medio de su división en razón de la materia y, a veces, del terr
itorio; por la
juridicidad o imperio del Derecho; por la soberanía popular o gobierno de la mayoría con la
colaboración y fiscalización de la minoría y respetando los derechos de ésta. (V. ESTADO,
ESTADO DE DERECHO.) Añádase que todas las características señaladas por el autor citado se
derivan de la Carta Magna o Constitución (v.), generalmente escrita, por la cual se rige u
organiza la nación (Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales)
Libertad:
Estado existencial del hombre en el cual éste
es dueño de sus actos y puede
autodeterminarse conscientemente sin sujeción a ninguna fuerza o coacción psicofísica interior
o exterior” (J. C. Smith). La libertad representa un concepto contrario al determinismo y ofrece
extraordinaria importancia en relación con el Derecho Político, ya que la libertad es el
fundamento no ya de un determinado sistema de vida, sino de la organización del Estado. La
libertad constituye la idea rectora de los Estados de Derecho y de los gobiernos democrático-
liberales. De ahí
que la libertad resulte siempre desconocida y atropellada por los regímenes
totalitarios, tiránicos, dictatoriales y autocráticos
(Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y
Sociales

Potrebbero piacerti anche