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Elementos Indispensables para Construir un Marco Conceptual

Mirtha Lorena Agudelo Arias.

Enero 2017.

Universidad Cuauhtemoc.

Doctorado en Ciencias de la Educación.

Definición Teórico Conceptual en el Marco de la Investigación


Desarrollo

Hablar sobre los Alcances e Impacto del Pensamiento Colonial en la Educación de Colombia,

requiere revisar la historia de la Educación Latinoamericana y ver como a lo largo del tiempo

se han ido creando inconscientes colectivos en torno al cómo, qué y cuándo enseñar, así

como al quien debe hacerlo y donde se debe generar ese acceso al conocimiento, influenciado

por el pensamiento norteamericano y europeo en asocio con las religiones, quienes deciden

cuales son las dinámicas pedagógicas más pertinentes para las exigencias de la época y los

contextos.

Sin desconocer una cada vez mayor conciencia e independencia de los modelos educativos

prevalentes, dado por un acceso más efectivo a la información y a la diversidad de criterios,

pensamientos y culturas.

Afirma Ocampo (2012) que, desde la época de la colonia, la "Educación” tuvo como fin, la

adaptación y la subordinación de los habitantes del nuevo continente desde un enfoque

religioso. Bajo la influencia del pensamiento iluminista europeo a mediados del siglo XVIII e

inicios del XIX, la idea educativa de la época colonial empieza a transformarse para dar paso

a un concepto de educación donde esta subordinación y adaptación están regidas por los

comienzos del movimiento racionalista. Al conformarse los Estados Nacionales

independientes, el sistema educativo se homogeniza en todo el continente americano y sufre

un cambio estructural sin perder en lo conceptual su esencia. Es digno de mencionar que, en

la segunda mitad del siglo XIX en contraposición a las ideas imperantes, surgen grupos

anarquistas y socialistas y gobiernos nacionalistas populares que proponen algunas prácticas

pedagógicas de trascendencia política. En el escenario de este mismo siglo aparece la

concepción civilizadora como modelo educativo.


Lo anterior, confirma que la religión ha marcado en Colombia como en Latinoamérica, el

desarrollo de la Educación, ya que es desde la creencia que los españoles generaron al

conocer las nuevas tierras de américa, “Las Indias Occidentales”, como se decidió que los

pueblos indígenas que allí habitaban debían ser “culturizados”, pero sobre todo

evangelizados, para garantizar su obediencia y condescendencia a la luz del sometimiento y

temor a Dios.

De igual forma, el binomio catequesis-castellanización fue la clave de la Conquista.

Pretextando "la defensa" para difundir la fe católica en tierras desconocidas, una “defensa”

que en verdad sólo tiene como motivo el llenar las arcas de la Corona Española con las

riquezas del Nuevo Mundo, los conquistadores echan mano de la violencia para someter a los

indígenas a sus leyes. Las misiones evangelizadoras que arriban hacen uso del "mensaje de

Dios" para imponer la religión cristiana y extender los dominios conquistados. Las primeras

instituciones educativas en el Nuevo Mundo estuvieron bajo el control religioso. La

educación se estratifica por razas: la educación para los blancos, los mestizos, los criollos, los

indígenas y los negros. Tal estratificación genera un conflicto permanente entre los diferentes

grupos que se agudiza al paso de los años. (Herrera, 1993).

Los españoles por atribuirse la pertenencia a una raza superior, consideraban como un

derecho natural el ejercer poder sobre el resto. Estas diferenciaciones se agudizan cada vez

más y a medida que los hijos de españoles nacidos en américa adquieren mayor madurez

política e intelectual, se originan fuertes enfrentamientos que desembocan en las guerras de

independencia. Por consecuencia, la educación se jerarquizó con base en las diferencias

socio-raciales (Ocampo, 2012).


De ahí que la educación variara en calidad, profundidad y proyección de acuerdo al grupo

social al que se pertenecía y a las actividades destinadas para cada quien dentro del contexto

socio político de la época. Desde los inicios de la Conquista fueron crearon centros

educativos con distintas finalidades. Una de ellas por ejemplo consistía en formar a las élites

que ocuparían puestos de poder. Se crean universidades a donde asisten exclusivamente

blancos y criollos distinguidos. Los mulatos, los negros y los esclavos, así como también los

hijos de padres o nietos penitenciados por el Santo Oficio no tenían acceso a los centros

universitarios. En los lugares donde había escuelas los indígenas debían pagar tanto por

asistir como por los maestros (Herrera, 1993).

Ideas que aún prevalecen en las dinámicas educativas a pesar de las trasformaciones y

desarrollos Sociales, culturales, científicos y tecnológicos, ya que como es conocido por

todos, existen en la actualidad Instituciones Educativas de Élite donde se privilegia la

enseñanza de grupos de poder que han de señalar la ruta y liderar los procesos sociales, frente

a Instituciones Públicas con recursos limitados donde se educa la fuerza de trabajo del país y

uno que otro líder contrario a las normas preestablecidas, que en contadas ocasiones logra

generar trasformaciones lo suficientemente fuertes para emanciparse y desarrollar modelos

propios con respeto por las particularidades de las comunidades, ya que la mayoría de estos

líderes cuando consigue llegar a lugares de poder y decisión, terminan por adaptarse y

apropiar el canon de conducta prevalente. Es por ello que, los intentos educativos en América

Latina han estado influenciados por las diversas corrientes de pensamiento ideológico

europeo. A través de su desarrollo se van nutriendo de algunos elementos de estas corrientes,

más, sin embargo, son las intenciones político-pedagógicas las que constituyen su

idiosincrasia.
El control y la dominación de las mayorías y la estratificación social como forma de

garantizar la reproducción del sistema político se ven reflejados en la educación.

Cada estrato tiene acceso a determinados conocimientos. Para los privilegiados y

distinguidos, las universidades y los colegios; para los todos los demás, la religión y los

oficios.

De igual forma, la implementación de modelos extranjeros como la llamada “escuela

lancasteriana, que perpetua modelos de mediocridad y acentúa la idea de tercermundismo,

hizo que los americanos del sur, queriendo cortar los últimos lazos de la colonización hispana

aceptaran la tutela mental, cultural, político y económico de la Europa moderna y su

expresión en América. En uno y otro caso la colonización que ha originado la supuesta

debilidad de los latinoamericanos permitiendo su derrota y su atraso en la incorporación a la

civilización, es substituida por otra colonización. Una colonización que no será ya impuesta,

sino aceptada libremente (Herrera, 2012).

Sin Embargo, es a partir de los contenidos pedagógicos y de sus intenciones donde se

constata la necesidad de crear nuevos caminos para la transformación de una sociedad en

construcción, en donde los grupos sociales sean los que incidan en la creación de un proyecto

histórico que respete la idiosincrasia de los pueblos y promueva la justicia, la equidad y la

calidad, permitiendo la distribución equilibrada de la riqueza.


Conclusiones

Cuando se lee a Boaventura de Sousa Santos o a Ramón Grosfoguel o a cualquier otro

estudioso del fenómeno educativo en américa latina, se empiezan a entender muchas de las

dinámicas que existen dentro de los centros educativos colombianos, ya que esas dinámicas

institucionales, así como los procesos académicos están influidos por la forma como fuimos

conquistados y colonizados, de igual forma, por el hecho de que fue la corona española quién

llego a estas tierras e impuso su dominio a través de sus ideas.

De ahí que se crea que lo que venga de Europa y ahora de los Estados Unidos, es lo ideal y lo

pertinente, pues hemos crecido con ese credo, adaptándonos y asimilando las formas de hacer

las cosas que ellos promulgan, muchas veces en detrimento de la idiosincrasia y la esencia del

ser latinoamericano.

Nos han enseñado a pensar que somos culturas menores, que ocupamos un lugar apenas

notorio dentro del contexto global y que es mejor acercarnos a esas grandes potencias para

alcanzar las metas que como país nos merecemos, sin embargo, no todo es cierto ni mentira,

es importante ver como esa influencia nos ha construido un ser Colombiano y que

trasformaciones se han generado a partir de ello, pero también como el aceptar o discrepar de

esa influencia ha hecho que nos pensemos desde nuestras propias necesidades y lecturas,

haciendo que aunque prevalece una gran necesidad de guía y control por parte de otros

países, esto ha derivado en una búsqueda de interacciones cada vez más amplias, que nos

permitan crecer con los otros y reconocer que no estamos solos en el planeta. Todo ello desde

la certeza de que es la educación la que promueve esas interacciones.


Ahora bien, es el conocimiento y la profundidad del mismo lo que probablemente nos

garantice la pertinencia y asertividad de nuestras ideas y propuestas, conocimiento no solo de

las posturas epistemológicas y antropológicas de otros pueblos y autores, sino de nuestras

propias culturas y saberes, para intentar no caer en equívocos que perpetuen dinámicas

subyugadoras y violentas, haciendo más difícil las trasformaciones que requiere el

fortalecimiento de la educación en Colombia, pero siempre desde prácticas en donde se

permita la participación de todos y todas, desde sus miradas, saberes y propuestas que

enriquezcan la construcción y logren la necesaria trascendencia.

“Lo que planteo no es populismo. De lo que se trata es de retomar el pensamiento crítico de

múltiples orígenes y de integrarlo al canon, sin excluir a nadie de la conversación y sin

situar a nadie por encima de nadie. Una conversación donde todos participen como uno

entre otros. Eso es descolonización en la universidad, en la academia: una reubicación del

centro, que implica salirse del centro” (Grosfoguel, 2013)


Bibliografía

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Grosfoguel: Trasmodernizar los feminismos.

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Grosfoguel, R. (2013), Para una descolonización epistemológica del paradigma moderno del

conocimiento, Conferencia en el CEIICH/ UNAM, México.

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para la Investigación Educativa y El Desarrollo Pedagógico -IDEP- Primera Edición.

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