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Introducción
Antecedentes de la reivindicación
Requisitos de la reivindicación
Efectos de la reivindicación
Conclusiones:
Bibliografía
Introducción
CAPITULO I:
Antecedentes de la reivindicación
CAPITULO II:
Requisitos de la reivindicación
El bien en Litis debe estar bajo la posesión de otra persona ajena al propietario,
ni que tenga título legítimo para la posesión. Si el poseedor fuese el dueño; la
acción será improcedente y el actor condenado a pagar las costas del juicio.
El articulo 952 C.C que quien adquiere un bien por prescripción puede
promover acción para que se le declare propietario y que la sentencia que
defina ese proceso será título para la inscripción del derecho en el registro
pertinente y para cancelar el título del anterior propietario.
Esta acción podría ser enervada si se estimase como título del prescribiente, la
sentencia y no la posesión, pues el propietario citado en el proceso, podría
reclamar la reivindicación, que siendo imprescriptible según el Art. 927 C.C
procedería mientras no se haya producido la prescripción.
Con relación a la herencia del código de 1948 contiene dos acciones que
conviene diferenciar. La petitoria de herencia que se dirige contra quien posee
todo aparte de los bienes a título de heredero, debiendo corresponder esos
bienes al actor, quien no los posee (Art. 634 C.C).
.Esto quiere decir que la herencia vendida a un tercero antes de que se tenga
posesión del bien por parte del heredero el acto de reivindicación procedería
automáticamente contra el tercero; sin antes previa demanda.
.En este caso hay excepción y el primero que inscribió la propiedad se queda
como propietario.
CAPITULO III:
A) Bienes reivindicables:
b) Los muebles inscritos en los registros de bienes muebles: los artículos 2043
y 2044 del código civil son inscribible en el registro los bienes muebles
identificables esto es, aquellos que por sus caracteres naturales o adquiridos
sean susceptibles de ser individualizados. La individualización ha de servir para
poder identificarlos en cualquier momento y consiguientemente los hace
susceptibles de reivindicación.
Sobre ellos se puede constituir prenda sin desplazamiento, de acuerdo con las
normas de los artículos 1055 y 1059 del código civil. Los muebles registrables
conforme a ley, son los identificables.
c) Los muebles perdidos: Aquellos en que sin voluntad del poseedor se pierde
la posesión, sin saber tampoco el lugar donde se encuentran.
B) Bienes no reivindicables:
Si hubiese sido resultado de algún acto ilícito, quedara para los propietarios
realizar las acciones civiles o penales pertinentes.
e) Los billetes de lotería: Art. 1947 C.C dice los contratos de lotería, pronósticos
sobre competencias deportivas, apuestas hípicas, peleas de gallos y otros
espectáculos similares se rigen por las normas legales o administrativas
pertinentes. Entre esas normas especiales tenemos la Ley de 25 de octubre
1895, que dispone que solo se pagara la lotería a la presentación del billete y
que no se admitirá prueba en contra del tenedor del billete. Salvo el caso de
robo o apropiación ilícita, que no paralizaran el pago y podrán ejercitarse en la
vía pertinente.
El art. 665 del código civil concede además la acción reivindicatoria contra el
tercero no heredero, que sin buena fe, hubiese adquirido los bienes
hereditarios por efecto de contrato a título oneroso celebrado con el heredero
aparente.
j) La cuota que tiene el copropietario: el artículo 979 del código civil que
cualquier copropietario puede reivindicar el bien común. Será la totalidad del
bien en copropiedad.
La copropiedad es forma del derecho de propiedad que reclama una pluralidad
de sujetos sobre un objeto indiviso. Se trata de un derecho de propiedad plural,
cuya proporción es conocida, pero que no se sabe en qué parte de la cosa
radica.
CAPITULO IV:
Una de las primeras formas de extinción de este derecho, será el acto jurídico.
la destrucción de la cosa o su aniquilamiento total para su destino, es otra
forma de extinción de este derecho y son también la expropiación y la
prescripción. Por lo tanto no es exacta la tesis de la eternidad del derecho de
propiedad.
El artículo 968 del código civil agrega una causa para la extinción del derecho
de propiedad, se trata del no uso, el inciso 4° se refiere al abandono del bien
durante veinte años a cuyo término pasara a poder del estado. (El bien se
incorpora en el dominio del estado).
Puede suceder, y sucede, que el bien se encuentra en poder de otro, sin que
haya sido reclamado por plazo mayor al de la prescripción larga, debido a
interrupciones del plazo prescriptorio y que estando próximo a vencer el plazo
prescriptorio se interpone la acción reivindicatoria, que siendo imprescriptible
podría ser ejercida en cualquier momento.
CAPITULO V:
Efectos de la reivindicación
b) Restituir los frutos a su valor si el poseedor fue de mala fe: el artículo 910 del
código civil establece que l poseedor de mala fe está obligado a entregar los
frutos percibidos y si no existen a pagar su valor estimado al tiempo que los
percibió o debió percibir.
CAPÍTULO VI:
Si fuese una posesión de mala fe, a sabiendas que no sea título y sin embargo
se hicieron mejoras útiles, estas no serán de reembolso, pues el criterio legal
es de reembolsar únicamente las mejoras hechas de buena fe.
CAPITULO VII:
Conclusiones:
Como acción reivindicatoria puedo apreciar, que viene a ser una forma de
garantía o una acción garantista del derecho de propiedad, la cual va a ayudar
al propietario a que se le restituya la posesión del bien o de la propiedad.
Bibliografía
Carlos Ferdinand Cuadros Villena. Derechos reales. Tomo II. 1° edición. Año
1995. Editorial Cultural Cuzco S.A.
Alberto Vásquez Ríos. Derechos Reales. Propiedad. Tomo II. 2° Edición. 1996.
Editorial San Marcos.
DEDICATORIA
NOTA:
TEMA-2
El Pleno Casatorio Nacional en materia civil se realizó en Lima, los días 6 y 7 de junio 2008.
Se trataron los siguientes temas: tercería de propiedad contra bienes afectados con garantía
real y contra bienes embargados, reivindicación y mejor derecho de propiedad, la actuación
del martillero público.
1.- La reivindicación, es una acción real, pues nace de un derecho que tiene este carácter, el
dominio, el cual le permite exigir el reconocimiento de ese derecho, y consecuentemente la
restitución de la cosa por el tercero que la posea
2. Para que la acción reivindicatoria, que se fundamenta en un derecho real, quede
subordinada a la acción personal de nulidad, es necesario que se deriven de un mismo
hecho, es decir que primero haya nacido una acción personal entre el demandante y el
causante del actual poseedor, que los vincule contractualmente, para que luego nazca de esa
obligación, la acción real de parte del demandante, contra el tercero que está en posesión
del inmueble.
3. Para efecto de establecer los elementos de la acción reivindicatoria, lo que se requiere es
que se pruebe quien es el actual poseedor del bien, pues contra él se dirige la acción, no
importa cuanto tiempo lo ha tenido en su poder, sino que en el momento de solicitarla la
tiene.
4. La acción de nulidad, que es personal, se dirige contra los que celebraron el acto o
contrato nulo y contra los posteriores propietarios; y la acción reivindicatoria, que es real,
contra el actual poseedor de la cosa, y ésta prospera sólo si es acogida la primera.
5. Son tres los principales puntos que deben de establecerse o probarse por la persona que
ejerce la acción de dominio o reivindicación en el proceso respectivo: el dominio de la cosa
por parte del actor; la posesión de la cosa por el demandado; y, la identificación o
singularización de la cosa reivindicada.
6. La acción reivindicatoria es una acción real, pues nace del derecho de dominio que tiene
este carácter; está dirigida a obtener el reconocimiento del citado derecho y la restitución de
la cosa a su dueño.
7. El carácter real de la acción reivindicatoria, se distingue de otras acciones de restitución,
nacidas de relaciones contractuales obligatorias, las cuales son de naturaleza personal, como
las acciones del arrendador, del comodatario, etc. que pueden interponerse por el que está
ligado contractualmente con el demandado, sea o no dueño de la cosa cuya restitución se
persigue.
8. La acción real de reivindicación, la otorga la ley, al propietario de una cosa singular de la
que no está en posesión, para que la ejerza contra la persona que está poseyéndola.
9. Todas las reglas del título de la reivindicación, se aplican al que posee a nombre ajeno,
reteniendo indebidamente una cosa raíz o mueble, aunque lo haga sin ánimo de ser señor o
dueño, es decir, aunque sea mero tenedor, porque la citada disposición, sin hacer
excepciones, en forma expresa, amplía, extiende, todo lo regulado respecto al poseedor de
cosa ajena, al tenedor de ella.
10. Para que proceda la acción reivindicatoria se exigen los siguientes elementos: propiedad
de la cosa; posesión de la cosa por el demandado; y singularidad de esa cosa.
11.- Debe exigirse la acción de nulidad previa o conjuntamente a la reivindicatoria,
únicamente cuando exista entre demandante y causante o demandado, una acción personal
que los vincula, de no existir la misma no es requisito previo la interposición de la nulidad,
12. Cuando la acción de nulidad y la reivindicatoria emanan de circunstancias o hechos
diferentes, que no crean un vínculo contractual entre demandante y demandado que dé lugar
a una acción personal, no es condición sine que non, para que proceda la acción
reivindicatoria, intentar la de nulidad, y en consecuencia debe dirigirse la acción
reivindicatoria contra el actual poseedor
13. La prueba de la acción reivindicatoria se establece con tres requisitos; estos son: el
derecho de dominio de quien se pretende dueño; la determinación de la cosa que se
pretende reivindicar y la posesión de la cosa por el demandado.
14. La determinación del inmueble que se pretende restituir, constituye un requisito
indispensable para que tenga efectos la acción reivindicatoria.
15. Resulta incongruente confirmar una sentencia que ordena la restitución del inmueble en
disputa, cuando únicamente se toma en consideración dos de los tres elementos que se
exigen para establecer acción reivindicatoria, al considerar probados sólo el dominio y la
determinación de la porción del inmueble en litigio.
16. El reivindicador debe probar, en primer lugar su derecho de dominio sobre la cosa que
trata de reivindicar; en segundo lugar, la posesión de la cosa por la parte demandada; y por
último, la identificación de la cosa que reivindica.
17. La ley ha concedido la acción reivindicatoria como una medida de protección al dominio,
la cual tiene por objeto el reconocimiento del dominio y la restitución de la cosa a su dueño
por el tercero que la posee.
18. En la acción reivindicatoria, el actor no pretende que se declare su derecho de dominio,
puesto que afirma tenerlo, sino que demanda del juzgador que su derecho de dominio sea
reconocido y, como consecuencia, que ordene la restitución de la cosa a su poder por quien
la posee.
19. En la acción reivindicatoria la carga de la prueba pesa sobre el reivindicante. El
demandado solo estaría obligado a probar el justo dominio en caso que lo alegara como
excepción.
20. El actor debe acreditar plena y totalmente ser el dueño de una cosa singular y no estar
en posesión de ella, para que su acción reivindicatoria prospere.-
LA ACCION REIVINDICATORIA.- CONCEPTOS
Sobre el tema, cabe señalar que un sector todavía numeroso de la doctrina hispano parlante
señala que uno de los llamados atributos de la propiedad está dado por la facultad de
reivindicar el bien. En efecto, para este sector de opinión, la posibilidad que tiene el
propietario de reivindicar, es una clara manifestación del denominado ius reivindicandi, el
cual, a su vez, sería una especificación de la llamada persecutoriedad.
Esta manera de ver las cosas no puede ser compartida porque, entre otras cosas, olvida que
las situaciones jurídicas subjetivas, en tanto posiciones que ocupan los sujetos respecto de
las normas jurídicas, son solo instrumentos que el legislador otorga a los sujetos para la
satisfacción de sus intereses. Son éstos, entonces, los que constituyen la base de la
calificación jurídica operada por el legislador. Ahora bien, nadie se atrevería a negar que el
derecho de propiedad, como todo derecho subjetivo (y no como poder, como erradamente lo
denomina el artículo 923 del Código Civil), es una situación jurídica subjetiva. Y si ello es así,
no se entiende cómo es que se puede sostener que la posibilidad de reivindicar pertenece al
contenido del derecho de propiedad. Nos explicamos, si las situaciones jurídicas subjetivas
son instrumentos para la satisfacción de intereses, resulta evidente que el ordenamiento
debe asignarles adecuados medios de tutela en el caso que el interés que les sirve de
presupuesto sea efectivamente lesionado o, por lo menos, cuando exista la objetiva
posibilidad de que la lesión se produzca. Si la lesión de produce, el interés cambia, ya no es
el mismo, de modo que el ordenamiento debe asignar otro instrumento para la satisfacción
de ese nuevo interés. Esto es, precisamente, lo que acontece con la llamada acción
reivindicatoria, disciplinada por el artículo 927 del Código Civil.
Si el propietario es privado de la posesión del bien materia de su derecho por parte de quien
no ostenta una justificación para poseer, el ordenamiento le otorga un medio de tutela,
dándole el derecho de reivindicar que es otro derecho distinto de aquél que tutela porque,
entre otras cosas, está dirigido a satisfacer un interés distinto. Por ello, resulta claro que, en
tanto mecanismo de tutela, el derecho de reivindicar no forma parte del contenido de la
propiedad: sirve como un medio que la tutela, pero no se confunde con ella. Solo surge,
como todo medio de tutela, en caso de que se verifique una situación anómala que, en este
caso, es la desposesión ilegítima del propietario por obra de un sujeto que no tiene título
para poseer. Ahora bien, la accesión es un modo de adquisición del derecho de propiedad
que se inserta en un supuesto de hecho complejo que hace depender la adquisición del
derecho de propiedad de la presencia de una serie de circunstancias que pueden resumirse
de la siguiente manera, tal como está en indicado en el artículo 938 del Código Civil:
adquiere la propiedad por accesión el sujeto a cuyo bien se ha unido o adherido
materialmente otro. Como señala Gonzáles Barrón (Derechos Reales. 2ª Edición. Jurista
Editores. Lima, 2005; p. 637), el presupuesto para que opere este instituto es que existan
dos bienes, uno de los cuales tiene el carácter de principal y el otro de accesorio. En tal
sentido, como anota el autor citado, es necesaria la modificación objetiva del bien que
adquirirá la calificación de principal como resultado de la adhesión material del bien que será
considerado como accesorio. Por otro lado, el artículo 941 del Código Civil, establece que:
“Cuando se edifique de buena fe en terreno ajeno, el dueño del suelo debe pagar el valor de
la edificación, cuyo monto será el promedio entre el costo y el valor actual de la obra. En el
segundo caso, el invasor debe pagar el valor comercial actual del terreno”. La idea que
subyace a esta norma es que la propiedad se mantenga en una sola esfera jurídica porque la
copropiedad acarrearía situaciones de conflicto no deseables porque atentarían contra la
eficiencia del sistema.
Como puede observarse, la norma otorga un derecho potestativo al propietario del suelo
para que pueda sujetar al sujeto que ha construido de buena fe en su terreno, ya sea a la
modificación de su esfera jurídica en virtud de la “apropiación” de lo edificado, ya sea al pago
de un crédito consistente en el valor del terreno, convirtiéndose, de este modo, en su
acreedor. Finalmente, y en relación con el caso contenido en la sentencia materia de este
comentario, debemos indicar que el propietario del terreno sobre el cual ha sido levantada
una construcción (con buena fe) puede valerse de la llamada acción reivindicatoria, dado que
esta, como se ha visto, procede en los casos en que existe un propietario que ha sido
privado de la posesión del bien contra el sujeto que posee sin ser propietario, cosa que,
como se comprenderá, ha ocurrido en el caso materia de la sentencia que antecede a estas
líneas.
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REIVINDICACION. Casacion
noviembre 03, 2009
ABOGADOS
Casación Nº 1112-2003-PUNO
Jorge Avendaño V.
En esta oportunidad comentaremos la Casación Nº 1112-2003-PUNO,
expedida por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema
de Justicia de la República y publicada el 31 de julio del año 2006. En ella se
establece que mediante el proceso de reivindicación no se puede definir cuál
de las partes tiene mejor derecho de propiedad.
La acción reivindicatoria y sus implicancias jurídicas han generado diversas
interpretaciones en sede judicial. Ciertamente, existen posiciones contrarias en la
jurisprudencia civil sobre la procedencia de esta acción cuando se interpone contra
un poseedor que alega ser el propietario del bien reclamado.
En la parte considerativa de la resolución de Casación Nº 1112-2003-PUNO, se
señala que el Juzgado y la Sala Civil de la Corte Superior de Puno declararon
infundada la demanda de reivindicación propuesta, porque el demandado había
alegado tener un título de propiedad sobre los inmuebles cuya restitución se
pretendía.
Confirmando el criterio de las instancias inferiores, la Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia expresó lo siguiente:
“Cuarto: Que los órganos de mérito han determinado que tanto las demandantes como el
demandando han sustentado su derecho respecto de los predios materia de litis con títulos
que no
han sido declarados inválidos, y que siendo así la posesión ejercida por el demandado no es
en
calidad de poseedor no propietario sino en calidad de ocupante de los predios como
propietario;
concluyéndose en las sentencias de mérito que no es mediante el proceso de reivindicación
que se
puede definir cuál de las partes tiene mejor derecho de propiedad respecto de los aludidos
predios.
Quinto: Que al haberse desestimado la demanda porque no se ha podido acreditar que el
demandado (…) posea ‘en calidad de poseedor no propietario’ sino que se encuentra
acreditado que
posee los predios sub litis en calidad de propietario, no es posible declarar la facultad
reivindicatoria
contenida en el artículo 923º del Código Civil a favor de la parte actora”.
Pues bien, la Corte Suprema de Justicia declaró infundado el recurso de casación
interpuesto por los demandantes, estableciendo que la pretensión de reivindicación
no procede cuando el demandado alega, como justificación de su posesión, tener un
título de propiedad sobre el bien reclamado, ya que dicha acción no sería la
apropiada para dilucidar el mejor derecho de propiedad.
STUDIO
JORGE AVENDAÑO V.
ABOGADOS
Siguiendo esta postura, cuando el demandado arguye que su posesión se funda en el
derecho de propiedad que detenta sobre la cosa reclamada, deberá seguirse,
previamente al proceso de reivindicación, uno de mejor derecho de propiedad.
La acción de mejor derecho de propiedad tiene como única finalidad obtener una
declaración de que el actor es el verdadero propietario del bien. En estricto, es una
acción de mera declaración de propiedad. No procura la restitución del bien a favor
del propietario no poseedor. A diferencia de la reivindicación, es una acción carente
de condena al poseedor ilegítimo.
Con el criterio de la Corte Suprema de Justicia, se creó -jurisprudencialmente- una
vía previa para la acción reivindicatoria. Primero debía declararse quién era el
propietario del bien reclamado, y luego debía plantearse dicha acción reivindicatoria.
En nuestra opinión, esta creación responde, de forma directa y flagrante, al
desconocimiento de lo que realmente supone la institución civil de la reivindicación.
La reivindicación importa la restitución del bien a su propietario. Para su
procedencia debe existir siempre un examen previo sobre la propiedad del
accionante. Y es que la acción reivindicatoria persigue que sea declarado el derecho
de quien la interpone y que, en consecuencia, le sea restituida la cosa sobre que
aquél recae.
Por lo tanto, la reivindicación implica, de manera inseparable, el reconocimiento del
dominio y la restitución de la cosa a su propietario por el tercero que la posee.
Pues bien, atendiendo al examen de la titularidad del derecho de propiedad que
entraña la reivindicación, es perfectamente posible que en dicha vía, frente a un
poseedor que alega su legitimidad, la autoridad judicial emita un pronunciamiento
declarando a quién corresponde la propiedad del bien. Esto es natural y no admite
ningún cuestionamiento racional.
En este orden de ideas, no tiene ningún sentido que se exija la declaración de
propiedad como un requisito previo y autónomo al proceso de reivindicación. Este
proceso por sí mismo importa un examen de la propiedad del accionante. En caso
dicho análisis fuera favorable, se declarará el derecho del propietario y se ordenará al
poseedor ilegítimo que restituya el bien. Si por el contrario el análisis conduce a un
resultado desfavorable al demandante, la acción deberá ser declarada infundada.
Por todo lo expuesto, estamos en contra de lo resuelto por la Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema. Estimamos que sí es posible discutir el
mejor derecho de propiedad en un proceso de reivindicación.
NOTA:
TEMA-4
La Acción Reivindicatoria
Concepto
La acción reivindicatoria es aquélla en la cual el actor alega que es propietario de una cosa que
el demandado posee o detenta sin derecho para ello y, consecuencialmente, pide que se le
condene a la devolución de dicha cosa.
La acción en ciertos casos permite obtener también la restitución o el valor de frutos y gastos;
pero ello no es de la esencia de la reivindicación. El fundamento de la acción es el derecho de
propiedad y en particular el derecho de persecución característico del mismo. Su fuente legal
es el artículo 548 del Código Civil.
Caracteres
2º La acción reivindicatoria es una acción petitoria, de modo que el actor tiene la carga de
alegar y probar su carácter de titular del derecho real invocado (en concreto, de la propiedad).
3º En principio, es una acción imprescriptible, lo que se debe al carácter perpetuo del derecho
de propiedad. En nada contradice lo expuesto el hecho de que la acción reivindicatoria no
proceda contra el tercero que haya usucapido la cosa, ya que entonces no es que haya
operado la prescripción extintiva de la acción reivindicatoria sino que el actor ya no es
propietario de la cosa en virtud de la prescripción adquisitiva operada en favor del
demandado.
Sin embargo, prescribe por dos (2) años la acción del propietario para reivindicar las cosas
muebles sustraídas o perdidas de conformidad con los artículos 794 y 795 del Código Civil
(C.C., art. 1986).
4º En principio, es una acción restitutoria en el sentido de que tiene por objeto obtener una
sentencia que condene al reo a devolver una cosa, razón por la cual presupone que el
demandado tenga la cosa en su poder. En este aspecto la reivindicación se diferencia
netamente de la acción de declaración de certeza de la propiedad que sólo persigue la
declaración dicha sin condena de restitución, y que, por lo tanto, puede ser intentada por el
propietario que tenga en ello interés legítimo aun cuando el demandado no tenga la cosa en
su poder.
Sin embargo, en un caso excepcional la acción reivindicatoria declarada con lugar puede no
conducir a la restitución de la cosa sino al pago de su valor.
Condiciones
Si la cosa pertenece a varios dueños, cada comunero puede reivindicar en nombre propio la
cuota que le corresponde.
Las entidades públicas también pueden reivindicar los bienes de su dominio privado.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que si el poseedor o detentador después de la demanda
ha dejado de poseer la cosa por hecho propio (por ej.: haberla enajenado), está obligado a
recobrarla a su costa por cuenta del demandante; pero que si así no lo hiciere, deberá pagar su
valor, sin perjuicio de la opción que tiene el demandante de intentar su acción contra el nuevo
poseedor o detentador (C.C., art. 548, ap. único). Como se observa en el caso de que el
demandado satisfaga el valor de la cosa, por excepción, la reivindicación se transforma en una
acción de resarcimiento.
A) Se requiere la identidad entre la cosa cuya propiedad invoca el actor y la que posee o
detenta el demandado.
C) No es cierto que los bienes muebles por su naturaleza no sean reivindicables en virtud de lo
dispuesto en el artículo 794 del Código Civil. En efecto, la reivindicación de dichos bienes
procede si se prueba la mala fe del poseedor; que la cosa es una cosa sustraída o perdida, o
que el poseedor no es un tercero.
El actor tiene la carga de probar que es el propietario de la cosa que reivindica, que el
demandado la posee o detenta y la “identidad de la cosa”..
B) En todo caso, el actor puede hacer libremente la prueba de su propiedad, No está limitado a
la prueba escrita sino que puede recurrir a cualquier prueba legal incluso a las presunciones
hominis.
a) Que ninguna de las partes presente títulos de propiedad (hechos o documentos que
demuestren la propiedad), caso en el cual la demanda debe ser declarada sin lugar tanto por
no haber hecho el actor la prueba que le exige la ley como por aplicación del principio de que
en igualdad de condiciones es mejor la situación de quien posee.
b) Que sólo presente títulos el reivindicante, caso en el cual la decisión debe favorecerle a
condición de que sus títulos prueben su propiedad, o, al menos, que tiene un derecho mejor y
más probable que el demandado.
c) Que ambas partes presenten títulos. Cuando éstos son derivativos deben distinguirse a su
vez dos situaciones en materia de inmuebles:
a’) Si los títulos proceden del mismo causante, priva el que fue registrado primero si se trata de
un acto entre vivos y el último válido si se trata de testamentos.
b’) Si los títulos provienen de distintos causantes, la situación debe favorecer al actor si sus
títulos prueban su derecho de propiedad o, al menos, que tiene un derecho mejor y más
probable que el reo; caso contrario, la sentencia debe favorecer al demandado.
2° Al actor incumbe probar también que el demandado es el poseedor o detentador de la cosa
que reivindica para lo cual también puede hacer uso de cualquiera de los medios de prueba
previstos porla Ley.
Sin embargo, en su caso, puede probar que el reo dejó de poseer o detentar la cosa por hecho
propio después de la demanda judicial porque en tal hipótesis el demandado está obligado a
adquirir la cosa por cuenta del demandante o a abonarle su valor (C.C., art. 548, ap. único).
Naturalmente en orden a esta última eventualidad el actor en ese caso tiene la carga de la
prueba del valor de la cosa.
3° Aun cuando está implícita en las pruebas anteriores la doctrina destaca que el demandante
debe probar la identidad de la cosa en el sentido de que la cosa cuya propiedad alega es la
misma que posee o detenta el reo.
1º El demandado puede desde luego oponer las excepciones de rito: contradecir la propiedad
que invoca el actor, probar que él no es poseedor o detentador de la cosa o que ésta no es la
misma que pertenece al demandante.
B) Que el actor está obligado a garantizarle la posesión pacífica de la cosa. Esta sería la
excepción procedente si, por ejemplo, una persona ha vendido a otra una cosa que en ese
momento no le pertenecía, luego la adquiriese y posteriormente pretendiera reivindicarla de
aquella persona a quien se la había vendido.
Dicho sea de paso, el actor que haya recibido el valor de la cosa no pierde el derecho de
reivindicar contra el nuevo poseedor o detentador; pero en tal caso habrá de devolver al
anterior poseedor o detentador la suma que recibiera de él en lugar de la cosa (Messineo,
citado en Aguilar).
Puede ocurrir además que la sentencia establezca obligaciones de restituir frutos o productos,
de reembolsar gastos necesarios o de indemnizar mejoras, todo conforme a las reglas
estudiadas con motivo de la posesión.
Bibliografía
Aguilar Gorrondona, J. L. (2007). Cosas, bienes y derechos reales. Derecho Civil II. Caracas:
Universidad Católica Andrés Bello, 8ª Edición.
Código Civil de Venezuela. (1982). Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 2.990, fecha:
Julio 26, 1982.
NOTA:
TEMA-5