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ANTOLOGÍA DE LA POESÍA DE RAFAEL RIERA SIGUENZA

1
RAFAEL RIERA S.

CARCELES Y MOCEDADES

COLEGIO NACIONAL 26 DE NOVIEMBRE


1941 - 1981

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RAFAEL RIERA S.

CARCELES
Y
MOCEDADES

COLEGIO NACIONAL 26 DE NOVIEMBRE


ZARUMA - ECUADOR

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RAFAEL RIERA S.

DEDICATORIA:

- Al Colegio Nacional 26 de Noviembre en sus BODAS DE


RUBI

- A mi esposa: Carmen Otilia Romero J.

4
PROLOGO
La expresión de la "belleza se consigue por medio de las palabras y gracias a
la sensibilidad estética que es desarrollada con la ayuda de las escuelas y
géneros literarios”; de ahí que la literatura, al decir de Julián Marías, no
tiene escalones, aunque ciertamente tiene jerarquías.

Los poetas nacen y se hacen, traen como parte de su ser ciertas tendencias
hacia el arte literario, las mismas que van tomando forma, enriqueciéndose
y mejorando con la práctica y la experiencia, hasta convertirse en la máxima
expresión de un sentir.

Rafael Riera Sigüenza, es un poeta importante que nos obsequia una nueva
manera de mirar y entender las cosas y realidades. Posee dotes muy
elevados que los pone de manifiesto a través de una necesidad inevitable,
originada en una bien definida sensibilidad, que en ocasiones le lleva a una
verdadera plenitud.

En sus obras, se encuentra un desfile interminable de musas cargadas de


inspiración, que le dan variedad a su producción, sobre todas, Polimnia y
Calíope, por cuanto su poesía,» esencialmente lírica, relieva una bien
utilizada elocuencia. Canta al niño, canta a la mujer y su belleza, canta a la
realidad social y con entusiasmo y rigor canta todo en general.

Su nuevo folleto que hoy lanza a la luz con el título de CARCELES Y


MOCEDADES, es el compendio de un encierro en sí mismo, cuando en una
de las mejores £ etapas de su vida, su juventud inicial, florece la ilusión roja
del amor, cuya ardiente llama se ve amenazada, pero antes que extinguirse,
resurge hacia la consecución de sus aspiraciones, debido a la persistencia de
su propio corazón.

La mayoría de las composiciones de Cárceles Mocedades, es una poesía


enamorada que refleja las experiencias radicales de su vida, con la
imprescindibles presencia de un amor tierno, tímido, vacilante, amenazado,
feliz, que dentro de su intensidad -lírica, nos pinta una línea intimista y
humanizada.

Se aprecia una especie de fusión con otro ser introducido en sus versos, un
ser que lo sublimiza y objetiviza en Belleza y Luz. La imagen femenina, con
sus propias cualidades, adquiere constante presencia y aparece como
sombra resplandeciente, porta, dora de la verdad y de la vida, en su bien
trazado poema que lo intitula Morena:

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Grandioso panorama femenino,
morena de mis sueños y esperanzas,
única dueña del feliz camino
pleno de paz, de luz y de bonanza.

Entre el yo del poeta y ese yo que para sí mis mo conciben los lectores,
aparece en el poema Mi Vida, un yo transido de relación entre los
desdoblamientos individuales, cuando dice:

Viajero principiante
con tantos años tristes,
apenas si comienzo
y estoy aniquilado.

Sus poemas son reveladores, sensitivos y algunas veces representativos,


reflejan un retrato en cuerpo y alma de las diversas realidades, el sentir de
una ciudad o un paisaje, el deseo de divinizar el amor humano; valor poético
que se apoya siempre sobre una experiencia o ensoñación, con temas que
suscitan amplia admiración y despiertan nuestro espíritu, brindándonos la
oportunidad de entender, que la expresión artística, guarda una estrecha
relación con la vida de un creador y con las formas de vida de una época.

Lcdo. E. Federico Bustos Rojas

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MI GRAN COLECCIÓN

Rayo que anuncia la insomnial partida


y se arrebola en florescencia negra,
clavado vertical en un abismo
de incierta juventud enmarañada,
bañada de amargura,
de penumbra aureolada;
repleta de vacío,
un cono sin profundo,
ahogadas en dolor Tlas ilusiones,
con furor tronchadas las ventanas nuevas
sin huella cierta del fugaz paseo.

Allí, siempre un fantasma vigilante,


en cada despertar en cada aliento,
aun sabiendo la derrota nueva
reinsistir en la pelea nueva,
una pelea mínima:
como buscar los soles
de la buena ventura
o los amores míticos,
para caer en el castigo injusto
del sermón patriarcal y sentencioso
del buitre familiar y filosófico.

Y en ese maremágnum de comienzos


deshacer crucigramas, laberintos,
acicateados por el cruel misterio.
el porqué del principio y los finales,
un Cristo limosnero y sus ministros lobos,
el misterio del Ser
y del no Ser,
que cierra su cordel indiferente
al cuello de esta letra principiante
para dejarla como t minúscula.

Así las horas de este drama corto


montado en las auroras del camino
transcurre cual suspiro agonizante
apenas transparente en el martirio,
ausente de ternura,
de consejos serenos,
de esperanzas pequeñas;
las endebles quimeras

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sepultas en aristas insondables
la muerte en espera con pie firme
muy pronto llegará, ella no falta.

AGONÍA ÚLTIMA

Cuando sé' que te has ido el dolor se agiganta


y es costumbre del duelo sin consuelo llorar;
y en estas soledades del polvo se levanta
tu lejana figura y tu tierno mirar.

Orillas amorosas de playas muy distantes


se traga el horizonte en cada atardecer
y mueren de nostalgia mis súplicas amantes
mirando en su retorno constante anochecer.

El plazo será eterno como querer en vano


contar exactamente las gotas al caer.
En la distancia nuestra, tu mano con mi mano
no enlazarán sus dedos para tejer la flor.

Las tardes serán largas, las tardes serán tristes


y llorarán las tardes viéndome a mi llorar
y cada hoja seca que el vendaval envista
será un pañuelo blanco perdiéndose en el mar.

Cien años son escasos para medir el plazo


que sufrirá mi alma queriéndote olvidar
y aunque no lo consientas por siempre en estos brazos
apretaré el recuerdo adhiriéndote a mí.

Y aún después de muerto mis carnes serán flores


con gamas de ultratumba allá en la eternidad,
y en el último esfuerzo por tener tus amores
dibujarán mis huesos tu nombre y tu virtud.

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SENTENCIA

Removeré valientemente la lejana


perspectiva fugaz de mis delirios
en la inmóvil y álgida mañana
de aurorales fulgores de martirio.

Para inquirir a los escombros yertos


si existe una ceniza que la quiera.
La sentencia fue que muertos
se pudran amores y quimeras.

Bajo tierra profunda y solitaria


sellada por abismos insondables
que no aflore una huella ya jamás.

Constancia: Una frase lapidaria,


ocho letras doradas e imborrables,
duras y terminantes: NUNCA MAS.

9
LA LUNA

Ayer paseé mis dichas por las breñas


al borde del abismo sin profundoó
que trazan las quebradas y las peñas
con tétrica fachada de otros mundos.

La luna parecía enamorada


del rígido poder de las montañas
porque fresca y lozana perforaba
las rocas con metal en las entrañas.

Oh novia de las rocas azuladas,


en bordes de profundo suspendida
que buscas noche a noche sus miradas
y besas locamente sus heridas.

Si miras fijamente los fragmentos


de cuerpos que reclaman tus calores,
que buscas mis despojos por momentos
sangrantes en mi pecho abandonado.

Helados estarán pálidamente


así como las piedras y las rocas
la muerta juventud y la presente
lucha con la materia que tú tocas.

Leyendo a la luz de tus neones


que llegan a la tierra tan glaciales
mis viejas esperanzas e ilusiones,
mis nuevas convulsiones invernales.

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INÚTIL Y EN VANO

En vano mi sufrir y mi lamento.


Inútil este arribo a su horizonte,
mustios ocasos han robado el fuego,
hoy sólo encuentro de amor la nada.

Mi alma viajera le traía alegre


todo un océano de dulzura nueva,
venía en risas derramando llanto,
hoy ya sin llanto sólo llora sangre.

El cauce de mi sangre amoratada


es un riacho dibujando absurdos
signos malignos de brutal olvido
en una carcajada de despecho.

Así debemos terminar febrero


como en los campos las verdosa hierbas
en pocas horas con vestuario nuevo
deseando otras estrellas y roclos. Formatted: Font color: Red

¿Por qué decirle adiós…. ser tan tirano?.


No puede soportar tanto quebranto
ahora hasta mi sombra ya le estorba,
bien sabe que jamás yo puedo herirla.

11
LA CIUDAD DE ELLA
Puntas de catedrales saludando a los cielos
besos de viento y cruces en la altura celeste;
fábricas que señalan el punto del trabado
y la ciudad que corre gritando por las calles.

Quizás todo se envuelve con el motor que suena


y el yunque hecho fogata y el hierro que se funde.
Las ventas y los gritos, minutos en subasta,
una marcha confusa de todos contra todos.

Y sigo mi camino entre letreros vivos


Oyendo agudos gritos y pactos sin colores
con todo repitiendo sus cadencias alegres
y todo confirmando la tristeza del sauce.

Mi camino que busca ya no tiene su Norte


y en convenio amistoso les imploro a las horas
que brinden a mi huella un destello de lumbre,
pueda saber que existo, sabiendo que ella existe.

Sin envoltura y solo cuento todas las cosas


buscando en cada una la meta perseguida,
una mujer callada con la bondad a mano
que lleve en sol y lluvia mi vida hasta el ocaso.

12
AMOR Y LLUVIA

Momento de lluvia copiosa y serena,


que moja los muros vidriosos del aire
y riega cantando mi tétrica pena,
este amor de siempre tan contradictorio.

Que vive intangible en todas las cosas


y es viento, arco iris y hasta cruel relámpago
que labra incesante una frágil rosa
invariablemente compuesta con llanto.

Amar con delirio cuando llora el mundo


por los grandes ojos del azul lejano
y mojar de lluvia este amor profundo
es vivir los años en cortos segundos.

Oh lluvia que cantas con las ilusiones


que brotan lucientes de vértices huecos
y en tus blandos hilos y largos tendones
amarras dos besos, dos penas, dos polos.

Amar con la lluvia es llorar sin calma


el dolor de niños que nos llega a todos
que brota sencillo, máas pronto la llama
que cruel se agiganta, incendia y nos mata.

Oh mujer de bronce, morena copiosa,


que hablas en notas errantes de lluvia
y ríes y creces cual marina rosa
en la esquina triste de mi desventura.

No te vayas nunca con ningún verano.


Recuerda del cielo su lluvia y mi llanto
que estrechó los cuerpos y enlazó las manos
bajo el peso fresco de un océano inmenso.

Si partir debemos que el cielo lo diga


con señal de lluvia mojándonos fresca
y pueda gritarte: Hasta pronto amiga,
mientras me desgarro en gris aguacero.

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QUE SEAMOS FELICES
Si amor, cuando todo se ha ido
al abismo insondable
del cansancio y la pena
nos conviene partir calladamente
por caminos distantes,
hasta el próximo fuego que levante
nuevamente los sueños que murieron.

Nos veremos en las hondas soledades.


Más allá nos veremos...
quemando poco a poco
en la lejana fogata del olvido
los últimos escombros del pasado.
Allá donde las huellas
sean apenas leves y casi transparentes
llenas hasta el hastío
con la absurda y más cruel indiferencia.

La falta que tendremos


lo borrará el silencio.
Si nunca comprendimos
que sentirnos Juntos o vivir lejanos
nos era indiferente,
ahora da lo mismo,
igual que mucho antes.

He sido triste porque traigo penas


desde la cuna o quizá desde antes.
Yo germiné y me nutrí de llanto
y nací y estoy aquí y siempre triste.

Si nada existió que nada exista,


que seamos felices
lejanos y distantes.

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LA GUZLA CANTARINA

Única cuerda del llorar sonoro


la guzla es el latido de mi pena
que dice en su cantar, muy tristemente
famélica canción.

El débil despertar de los acordes


dormidos en la cuerda solitaria,
hirientes como dardos de ocarina,
avivan el dolor.

Y canta mi existencia extrañamente,


una tonada de negrura y miedo
y al son de ella las ideas danzan
en la confusa vastedad que calla.

Sin fe presiento que en la negra sombra,


vacía de luceros y de luna
el sol me donará flechas brillantes
tal vez por caridad.

Entonces cambiarás del triste canto,


oh cuerda de mi alma adolorida,
al himno del ansiado sortilegio,
al himno del amor.

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BELLEZA Y LUZ

Incendio de gracia
mujer cristalina
suspiro, cadencia,
ternura y canción.

Tus ojos destronan


la lumbre del cielo
y el azul celeste
se queda en los dos.

Tu voz es un trino
de brisa ondulantes
y dulce destello
tu cuerpo de sol.

Tus labios encierran


en su risa el mundo
y el mundo se anida
en tu corazón.

Pedazo de llama
que alumbra distancias
y prende en los pechos
suspiros de amor.

Que la vida cante


por tu boca tierna
y que tengas siempre,
dicha, gloria y paz.

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PASEO MARINO
Benditas aguas con vaivén de ondas,
Visión ignota de un abismo cierto,
misterio tropical y líquida fronda,
en grandes dientes al azul abierto.

Bogando en tu verdor de sin finales


me alejo de la playa y de su puerto,
mientras se pinta el cielo de arreboles
y el mar entierra mi cariño muerto.

Perdido en el confín y sin orilla,


me uno a los caprichos de las olas
errantes y revueltas en huida.

El mundo embriagador lejano brilla


y sigo triste, aunque triste a solas,
rimando la amargura de la vida.

AH0RA SOY FELIZ


He cruzado el dintel de la esperanza
por el camino amante
por la segura senda
que me entregó tu diáfana existencia,
tu fragante cuerpo de gardenia pura.

A la esencia frágil,
a la paz risueña,
a la risa pura con mirar de sombra,
al claro bronce con grandeza de alma,
al fresco oasis con verdor de amores.

Soy feliz por segundos


cuando suspiro y pienso
que la senda soñada por la infancia,
ahora es ya tangible realidad.

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MORENA

Magnética figura de azabache


que tienes el sabor de la canela
la dulce pena de la negra noche
y el ritmo coquetón de la palmera.

Maduro fruto del florido huerto


gustosos más que nunca así morenos,
del beso juguetón mojado puerto
son tus labios ardientes y serenos.

Salud, salud oh vino delicioso,


la copa del moreno contenido
colmado de un encanto misterioso
así los ojos de mi amor querido.

Grandioso panorama femenino,


morena de mis sueños y esperanzas,
única dueña del feliz camino
pleno de paz, de luz y de bonanza.

No sé si escucharás este mi canto,


lejano amante de tu encanto ausente,
no alberga nadie un peor quebranto
de saberte, cerca y de tu amor distante.

Tanto divago con tu ausencia cierta


morena dé mis sueños, de mis ansias,
abridme presta las angostas puertas
que llevan a tus místicas estancias.

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DEJAME ADIVINARLO

Ábreme tu sencilla paz de fuente


en una noche larga con estrellas,
para que pueda remover cantando
sus aguas cristalinas
y en el fondo observar absorto y tenso
la fuerza del amor que me profesan

No me lo digas con palabras nunca,


déjame adivinarlo en tu mirada,
en tu reír gracioso
y en el romperse de tu pelo negro,
como prisión de tallos trasnochados
cayéndose dormidos
sobre mi cuerpo ansioso de tu cuerpo.

Bajo cualquier silencio


ábreme tus entrañas
y deja que de lluvia
inunde tu figura de leyenda,
una lluvia de besos
cayendo torrenciales en tu boca.

Así, sin que lo digas


sabré exactamente si me quieres.
Sabré con todo acierto
los enlaces ocultos
que atan mi existencia a tu existencia.

Callada como noche taciturna


paseando con lejanas lunas blancas,
cual inmóvil momento a media noche
deja que te contemple
y en tus ojos esquivos
mi porvenir encuentre
y sepa que el momento que te tengo
es la base de toda una aventura.

Eterna diosa mía,


quiero leer en tu silencio ausente,
toda la plenitud de tu presencia,
Deja erigir un trono para darte
o quizá simplemente
dejar tu vida sin la vida mía.

19
RETORNO TRIUNFAL
Triunfal volveré cuando de soles
se inunde mi existencia con la tuya
y pueda recoger alegremente
aquello que robé la lejanía.

Tendré la recompensa merecida


al sufrimiento que me dio tu ausente
quedarte quieta en la visión distante
sin darle ni una prisa a mi desierto.

Entonces robaré con cruel demencia


toda la ensoñación enajenada,
todo lo cobraré, estrictamente,
mi sufrir, mi llorar y mis locuras.

Tendré la fuerza de tejer la dicha


dejando en cada beso un nuevo lazo
que apriete más y más nuestras dos vidas
hasta ser eternamente inseparables.

AÑORANZA

Amiga inseparable de mi vida


tormento de mi débil juventud
siendo puñal que abres una herida
engendras en mi anhelo una virtud.

Ultimo fruto del amor primero


fueron tus ojos de mirar oscuro,
radiante luz, en dos luceros negros
para el amor inquebrantable muros.

No quiero recordar los plenilunios


al pie de la fronda perfumada
si comprendo que todo el infortunio
tórnese cruel si pienso en ti, amada.

20
Amarte fue mi único aliento
cubierto con el manto de la luna
oyendo de los grillos el lamento
perdidos en lo negro de la bruma.

Recuerdas, princesita, de mis ojos


el llanto que enjugaban tus mejillas,
que viéndome postrado ya de hinojos
secabas con tu pelo mis pupilas

Vanos recuerdos para tiempos viejos


escritos en el libro del olvido
inútil batallar con los despojos
fugaces como huellas en el lodo.

FEBRERO VEINTICINCO

Febrero con su cuenta


de días veinticinco
y este chillar de lluvia
ahogándose en la niebla
y mi soñar profundo y mi clamor distante
que llama incongruente
a la mujer amada.

Febrero que termina


en esta tarde muerta
con cruces de silencio
metidas en la niebla
reabre nuevas tumbas
a esta mi añoranza.

Con las sombras las siete


y en mi sufrir las doce
sólo un retrato triste
me juzga tristemente.

Tardes más largas cubrirán de hielo


el frío de su ausencia.
Noches más negras borrarán la imagen
de su retrato inerte.
Y en este destruirme bajo su luz lejana;
juro buscarla en una tarde triste
donde irrumpir con risas y campanas.

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PARA MIRARTE SIEMPRE

Para mirarte apasionado siempre


imaginé una morada transparente
de vidrios y de aire,
de tules y de gasas
con ángulos brillantes que diluyan
tu dulce cuerpo en la mirada mía

Así cuando despierten


riendo de placer tus ojos negros
verán en la distancia
los míos confundidos
con la verde mirada de los montes.

Para mirarte apasionado siempre


yo bajará una lámpara del cielo
que arda noche y día
y alumbre tiernamente
tu carita de arena,
tus ojazos de duelo
y tu cuerpo de bronce

Una casa incolora


que pinte únicamente la dulzura
de tus años primeros,
para vivir de la presencia tuya
como aurora serás cuando despierta
golpeando cariñosa
con su varita de luz y de canciones
mi ventana sombría
y mi loco desvelo

Tú serás cristalina
como la lluvia escasa
y tu casa una gota
compacta de rocío alabastrino
con grandes ventanales
para mirarte siempre
oculta en la mirada de los montes.

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Cuando pueda mirarte
apasionado siempre
en tu casa incolora
yo guardaré en un suspiro el ansia
para volar al fondo de tu cuerpo
y quedaré sin vida
tendido en la calleja
de tanto amor por ti.

Y tú airosa y frágil
cobijarás de risa
mi pobre corazón

ALTAR Y CARIÑO

La noche despejé la negra bruma


y el duelo de las sombras se esfumaron.
Toda tristeza caminó a la tumba
y el dolor llora abismos
porque no alcanza a doblegar la cumbre

Ahora los destellos de la dicha


rompen fronteras en tu excelsa lumbre
y el camino ondulante
de tu gracia morena
ha dejado una playa
en el mar de dolencias que amargaba mi vida.

Ya tengo una firmeza para darte,


blancor de iglesia a tu blancor de novia
y al trinar de mañanas
y sonar de campanas
llevarte a los altares de mi suerte
y decirte en un beso
el gozo de morirme
llamándote mujer, esposa mía.

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DIOSA DE CAMPO
La blonda cabellera desgreñada,
capullos tornasoles por los campos,
de cielo coronada
bañada de sudores y de llanto,
hermosa flor de liz en rayo de oro
recorre la distancia entre rumores
de orquestas y de flores.

Robando la distancia vaporosa,


herida por la brisa mañanera,
ardiente y generosa,
es amor y es delicia y es quimera,
en florea diluidas
sus plantas que de pétalos se adornan.

Venid, por fin, venid inmaculada,


oh diosa campesina y solitaria,
al fin enamorada
fundíos con mi pobre y triste historia.

Seremos los primeros invitados


al casorio triunfal en los altares
del prado verde y del riacho alado,
la comba con su manto de azahares.

MAÑANA TE VERE

Mañana te veré fragante aurora


envuelta en los albores de una nube,
cruzar las flores cuando el cielo llora
endechas de rocío que yo tuve.

Mañana volverás a ser el canto


del frágil picaflor en la enramada
cubierta con verdor de amargo llanto
allá en las ausencias de la nada.

Mañana encenderás la débil llama


que fuera en otros tiempos fuego ardiente

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que mueren sin poder su débil calma
helada en, los recuerdos de la mente.

Mañana se abrirán los infinitos


tesoros oprimidos dé tus besos
que fuera un largo año mudo grito
ahogado en los letargos del regreso.

Cuando salga la aurora en mi agonía


retornará la luz de tu presencia
con ella arribará la vida mía
que tienes en tu haber toda mi ciencia.

Mañana, amor ausente,


se fundirán dos cuerpo para siempre.

ADIOSES OBLIGADOS

La calle te miró
y tú premiaste su mirada fría
regando primorosa
aromas de princesa.
Dejando a cada paso tu figura
regada por la luna
que confundió tu cuerpo con la piedra

El cielo suspiró
y tú emprendiste un vuelo a las alturas
a conversar con mil constelaciones
regada de luz blanca
por sendas tan azules
que apenas divisé tu piel morena.

Manos tendió la noche


desde el negro misterio de la sombra
buscando tu cintura,
delgada plataforma
para llegar al seno de tu boca.
Las sombras te besaron
y tu besaste su bocaza negra.

Metido entre las piedras de la calle,

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fingiendo ser lucero en la distancia
oculto en la negrura de la noche.
también yo te miré
amor, y en tu cintura
mis manos apoyé
para llevar a tu dulzura un beso.

No puedes me gritaron
tus tiernas ilusiones,
tus años soñadores.
No puedes, no,
dijeron tus gracias juveniles
y yo llorando digo:
nunca jamás... adiós.

PAISAJE Y REALIDAD
Límite de Ecuador,
puño de Independencia,
bodega inagotable,
y paisaje sublime.

Tu vientre taladrado
ha parido petróleo,
ha brotado oro negro
huérfano de padre y madre

Los buitres imperiales


escarban incesantes
con garras de taladros
y arañas helicópteros.

Tus ocasos de sangre


en los ríos zambullen
y el cantar de las ramas
se derrama en el viento.

Las cigarras trituran


noche a noche el follaje
y en la selva pululan
millares de luciérnagas.

La enredadera labra

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mi palacio de flores
y en su estancia flamean
guacamayos hermosos.

Una mujer, adoro,


a ella he entregado
el haber cotidiano,
-alegrías y penas-.

El primero de octubre
ha nacido mi hijo
y con él resucitan
esperanzas sin fin.

Apenas me comprenda
le diré que el Oriente
es almuerzo de gringos,
que el petróleo navega
vientre extraño a engordar.

POR SIEMPRE

Aunque el silencio de mi voz ausente


no pueda sorprenderte con su acento
y en la intangible soledad del viento
no escuches de mis penas el lamento.
¡yo siempre te hablaré!

Aunque el aliento que te daba abrigo


no encienda tus mejillas de ambrosía
y tenga que morir muy frío el día
porque mi ausencia sola está contigo,
¡tu vida cuidaré!

Aunque las tardes nuevo sol entierren


sin la figura de tu débil sombra
y en el misterio como muerta alondra
la luna blanca tu ventana cierre
¡ tu sueños velaré! .

Contigo como aurora y como luna


Contigo como río en el océano.
Contigo recogiendo con mis manos
tus días y tus noches, una a una,
¡contigo hasta morir!

27
Y aunque la parca en una loza fría
haga un museo con mi noble sueño;
será de tumba mi dorado empeño
pidiéndote en la muerte compañía
¡de muerto te amaré!

CANTO MORENO

Extracto florido Dos noches tus ojos


de cuento y leyenda tu cuerpo el encuentro
repleta redoma de un lienzo famoso
de canto y de miel. de algún gran pintor.

Bañada de aljófar Tus labios se queman


brillante y de sombra en los soles largos
cual diosa vestida y llegan cegados
de luz vesperal. de grana y calor.

Sirena de aquellas Una obra nueva


que Ulises temía de cielo y de sombra
por su gracia extraña hecha para el verso
y aroma de abril. sonoro y gentil.

28
POR MIS HERMANOS

¿Desde cuándo? No sé, pero presiento


en mi vivir un aletear de cumbre
y en mis adentros un volcán yo siento
que enciende con su fuego nueva lumbre.

¿Acaso ha despertado el cruel bramido


de la estirpe gloriosa, ya extinguida
y en mis entrañas su ideal dormido
impulsa, a las alturas mi partida?

¿Acaso es el dolor de los hermanos


clavados en la mueca de la nada
que buscan en mis manos nuevas manos
que aplaquen el dolor de su morada?

Por ellos tengo listo el equipaje


para emprender mi viaje a las alturas
y desgarrar mi cuerpo en el paisaje
como ofrenda a su indómita bravura.

MI CANTO

Con lágrimas de súplica te añoro,


canto querido, vida de mi vida,
eres espejo del correr sonoro
de agua pura en playa adormecida.

Cascada de diamantes, tu hermosura,


fatal abismo, mi fatal porfía.
Estoy agonizando en tu procura
rimando mis delirios cada día.

Atiéndeme un segundo solamente


gritar deseo con sin par denuedo
las ansias imposibles de mi pecho.

Que llegues muy callada y de repente


de novia vestida con paso muy quedo
y alientes mi cuerpo de ansiarte deshecho.

29
NAUFRAGO
Náufrago de un azul,
náufrago de un ensueño sin fronteras
he suspendido mi veloz carrera
sobre el lomo ondulante de mi ola.

Es un naufragio de mirar de ébano,


un naufragio moreno.
Y aunque mi vida desgarrando mares
rompe los vientos mientras cruje el mástil
siento dos manos como aurora y puerto
llevando a tierra mi barcaza vieja.

Y en un esfuerzo singular me yergo


entre la bruma que vomita espuma
y ya en mi puesto de argonauta joven
rumbo a la playa mi naufragio pongo.

Puerto de luz y azahar encuentro


y aquella que salvó mi barca vieja
ahora es la condueña de mi pena
y aunque el peligro del oleaje fiero
dos barcas amenaza sin remedio
ella me dice entre dulzura y canto:
"Sufrir entre los dos es más hermoso".

LOS ZARUMAS

Cultura del ayer, flor extinguida,


campanillas silvestres de los siglos,
desconocidos pétalos y rosas invisibles
deshojan los Zarumas en tambores.

Es flor mitificada con olvidos,


lejana huella de pisa libre
en voces de dulzainas y ocarinas,
rudo tambor con golpes de silencio.

30
Son tus hijos, Zaruma, los primeros
que a labrar vinieron tus altares
en la fértil ladera de Vizcaya
besada por los ríos opulentos.

La estirpe de metal dorado al fuego,


parte del gran rescate de Atahualpa,
codicia de viajeros. Los Zarumas
pulieron el metal para extinguirse.

Es el canto presente, oh Zaruma,


que tus hijos, artistas de cimientos,
te dejan admirados al mirarte
engalanada de extraña iridiscencia.

Luz que en escalas se proyecta al cielo


cuando la noche sus fauces ennegrece;
jardín que bulle en fuentes y metales
cuando, oro y sol, el día resplandece.

MI VIDA

Las noches de tertulia me hermano con la vida


no calman mi tristeza, teniendo muerte cierta.
penumbra sin lucero,
abismo indefinido. Absurdos contundentes
trocados en consuelo
El canto de sirenas que labra palmo a palmo
se pierden en la bruma la tumba, mi morada.
y solamente escucho
las voces de la muerte. Acuáticos suspiros
que empañan generosos
Viajero principiante apenas tienen vida
con tantos años tristes, inválidos luceros.
apenas si comienzo
y estoy aniquilado. Será la loza fría
el bálsamo sagrado
Las horas trasnochadas que cure las heridas
alumbran mi bohemia, que llevo en equipaje.
claveles de esperanza,
rosales sin cariño. Suspiro que se pierde
etéreo en la distancia
Pues soy una pavesa buscando en los espacios
que firma su réquiem, un mundo sin nostalgias.

31
CUARZO

32
RAFAEL RIERA S

CERCA
DEL
CUARZO

Los versos del minero portovelense

1989

33
DEDICATORIA:

Al minero de Portovelo que a cambio

de persecución, oro y sangre recibiera

túneles vacíos y un río que ya no canta.

Al Colegio "TRECE DE MAYO" de Portovelo

34
PRÓLOGO

Zaruma fue fundada por el Capitán español don Alonso de


Mercadillo en 1549, y años más tarde, el Rey Felipe II le concedió el
título de Villa de San Antonio de Zaruma del Cerro de Oro, por la
inmensa riqueza de sus minas, de cuyas entrañas extrajeron, los
conquistadores, durante la larga etapa colonial, grandes cantidades
del apetecido metal que iban a llenar las arcas reales.

Alcanzada la independencia en 1822 y constituida la República en


1830, diversas Compañías extranjeras se interesaron por explotar el
mineral que yacía abandonado, y fue la "English Zaruma Gold Mining
Company", que se formó en Londres en 188O, con un capital de
250.000 libras, la que al final, obtuvo de nuestro Gobierno la
correspondiente autorización para extraer la riqueza. Pero esta
Empresa fracasó, a causa de una deficiente administración. Le
sucedió la "South American Development Company", compuesta por
capitalistas norteamericanos, que comenzó a operar en Portovelo en
1896.

Esta poderosa Empresa, que explotó el mineral por más de


cincuenta años y que durante su permanencia ejerció una marcada
influencia en el País, hizo de Portovelo un pequeño Estado propio
dentro de nuestro Estado, en el cual asomaban, por donde se lo mire
las garras del imperialismo yanqui, absorbente y despótico. En él la
única ley que imperaba, sé puede decir, era la voluntad del gringo
abusivo.

Los trabajadores de la Empresa no tenían, hasta 1936, en que se


expidió el Código del Trabajo, casi ninguna garantía. Eran sometidos
periódicamente a exámenes médicos en el Hospital "Curipamba", de
la misma Empresa, y cuando el facultativo descubría que padecían de
alguna enfermedad grave, eran despedidos inmediatamente, sin
ningún miramiento. Simplemente, ya no servían para seguir siendo
explotados.

Dentro de los socavones, muchos mineros morían aplastados por


la roca, porque nadie exigía seguridades para su vida, y los más
fallecían consumidos por la tuberculosis, contraída en el rudo y
agotador trabajo, dejando a su respectiva familia sumida en el dolor
y la miseria. Al Estado nada le importaba la suerte de sus hijos.

Para estar informada de todo, mantener el orden y proteger sus


bienes, la Compañía contaba con Corresponsales en las principales
ciudades de la República, con un bien organizado servicio secreto y
con un Cuerpo de Policía, y además, con una numerosa Corte de
aduladores y soplones que se encargaban de llevar a la Gerencia,

35
gratuitamente, toda clase de chismes. Por ello, se producían, a veces,
despidos inesperados, sin que el empleado o trabajador echado
sorpresivamente a la calle supiera porqué. Eran los efectos del
"soplo" o de la intriga malévola.

Y es de esa época ya pasada, pero de la cual quedan aún muchos


testimonios y recuerdos, que el joven poeta -Rafael Riera Sigüenza
extrae temas, como de una cantera, para inspirarse en ellos y hacer
poemas de corte vanguardista, En su primer canto, "Cronología
Breve", hace, con la rapidez del relámpago, un resumen de más de
cuatro siglos de explotación aurífera y humana, iniciada por los
españoles que arrebataron su libertad y sus bienes a la afrentosa
condición de esclavo, y concluida, si es que así puede decirse, con el
cierre de los trabajos mineros por parte de la "South American
Development Company", en 1950.

Por eso dice:

"Los años coloniales


fueron mina flotante
de América a España;
el indio envilecido,
condenado, preso
por el metal precioso"
…………………………………….
"La historia en sol y sangre,
torrente de millones
setenta veces siete
y todo en oro
se rubrica con saña
con las garras de S.A.D.C.O.
de los brazos de U.S.A.

Concluye el canto pintado, en magnifica estrofa, la triste suerte del


antiguo campamento minero, después del saqueo de su riqueza:

"Hoy se tuerce la vida


del noble Portovelo
entre el túnel vacío
y un río que no canta"

En el laboreo de las minas, ha sido y será siempre el minero el


personaje más importante. Taladra la roca y abre poco a poco el
socavón hasta encontrar la veta aurífera para extraer de ella la
riqueza. Realiza su la labor de día o de noche en las condiciones más

36
insalubres en la oscuridad, sin aire suficiente, a veces mojado hasta
la corona, aspirando gases y en medio del peligro. Termina sus días,
casi siempre, aplastado por la roca o víctima del bacilo de Koch, que
destruye sus pulmones.

Para el poeta Riera Sigüenza, el minero es:

"Vivo taladro humano


al fondo de la roca".
"Compañero constante
del moho purulento,
del sediento vampiro
y el estruendo mortal".

Alude a su destino cuando dice:

"Aquí en Portovelo,
en el Cantón Zaruma,
hay un rio de sangre
incontenible..."

Se refiere seguramente a la sangre que escapa, de repente, a


chorros por la boca y extingue la vida de tanto minero apuñalado por
la tisis.

Lleno de justa indignación, que le enciende la sangre y se


convierte en llama en las interioridades de su ser, flagela con la fusta
de sus versos a esa clase de hombres despreciables que, por
conservar un cargo o conseguir un favor, desempeñan humildemente
cualquier oficio o traicionan sin ningún escrúpulo a sus más íntimos
amigos o compañeros de trabajo. Llamándolos por su propio nombre,
"esbirros", anatemiza así y condena al cadalso a aquéllos que hicieron
de tales en tiempos de la SACO.

"Criminales de oficio,
puño descuartizado
brutal contra la Patria,
animales espías,
criollos agringados,
raza de vende hermanos,
alimañas domésticas,
fraternales de Judas".

"Si el gringo nos mataba,

37
!vosotros al cadalzo,
tristes lacayos falsos¡"

Los poemas que siguen, escritos bajo el titulo general de


"Persecuciones" son la franca denuncia de lo injusto, humillante y
sucio que se hizo y de airada protesta por lo que, por torpeza o
cobardía, se dejó hacer.

Corresponden, naturalmente, al tiempo en que eso sucedió, y si


bien podría decirse que los motivos en que se hallan inspirados
pertenecen al ayer, su contenido refleja, aparte del hecho ocurrido, la
posición marxista de su autor.

El poeta habla en forma hiperbólica cuando le da a Rosa Vivar


"valiente mujer humilde", una dimensión que no tiene y establece un
desproporcionado paralelo entre ella y el Cid, héroe nacional español
y personaje estelar de la Literatura Universal.

Son bellas, eso sí, las metáforas con que abrillanta su personalidad
y exalta sus méritos, sobre todo en la primera estrofa:

"Mujer
fina estatua de mangle,
espiga, trinadora,
torrente, río, mar"»

"Mujer incontenible:
al puño, un débil brazo, soñadora;
al gringo inmenso y fuerte,
tu finura,
rosa blanca"

En resumen, el señor Riera Sigüenza nos ofrece en este pequeño


libro un manojo de poemas de su cosecha lírica, de fondo histórico,
social y revolucionario, elaborados con versos diáfanos y concretos,
pero también, la mayoría de ellos, fustigantes.

Prof. Héctor A. Toro B.

38
CRONOLOGÍA BREVE

En la tierra de América
brilló la brasa inerme
que tentó en Babilonias
allende los imperios.

Mina reinstalada
en espaldas criollas
antes que Rumiñahui,
el oro en Cajamarca
para librar al Inca.

Para matarlo fue


que la codicia
despierta con el oro sus puñales
y mata sin piedad por otro tanto.

Los años coloniales


y la mina flotantes
de América a España
el indio envileció,
encadenado, preso
por el metal precioso.

Oro que en nuestras hembras


hollaron los hispanos;
en los obrajes, oro;
oro en los latifundios;
en los santuarios áureos
el dorado metal crucificado.

En las batallas luego


de Ayacucho y Pichincha,
Bolívar y su genio
ahuyentaron a España;
en emboscada Sucre,
solitario Bolívar,
fueron las nobles victimas
del metal refulgente
que en molinos de agua
desgranábase en peñas
aquí en Portovelo.

Por el Océano Atlántico

39
franceses e ingleses..
Y el oro ecuatoriano
instaló bacanales,
soberbios escenarios
de morbosas comedias.

La historia en sol y sangre,


torrente de millones
setenta veces siete
y todo en oro
se rubrica con saña
con las garras de S.A.D.C.O.
de los brazos de U.S.A.

Hoy se tuerce la vida


del asiento minero
entre el túnel que espera
y un río que no canta.

MINERO

Vivo Taladro humano


al fondo de la roca.

Compañero constante
del moho purulento,
del sediento vampiro
y el estruendo mortal.

Aquí, en Portovelo,
en el Cantón Zaruma,
hay un río de sangre
incontenible……

En la plaza del pueblo


esperan los cadalsos
sin plazo y sin medida.

Se fragua allá en el fondo


la flor de libertad.

40
SOUTH AMERICAN DEVELOPMENTO Co.

Aurora ennegrecida
de fatídico día.

Dorada tez
para metal dorado;
pelo de sol
para brillante cuarzo;
tal para cual
oro con oro.
Una astuta certeza.

Zaruma mestizada
con España y América
en la morena sombra de la tierra
convertida en esclava.

Nosotros en la mina:
Taladro, puño, pólvora.

Para los niños gringos:


¡ORO¡

41
PÓLVORA
Fuerza de mil,
Hércules división de socavones,
hermana del ciclón entre cenizas,
hermana del ciclón entre cenizas.
El hombre canaliza tu fiereza
y labra con tu suerte ira o arte.

Arte de repujar la selva inhóspita


y la gigante roca impenetrable.
Infatigable punto de partida:
pólvora industria,
pólvora dique,
pólvora dinamo,
amiga pólvora.

Ira relampagueante entre soldados,


herida espolvoreada en las batallas,
fogonazo de miembros dislocados,
huida en la silente
madre de hijos huérfanos.

Para el minero exhausto


en hondos socavones kilométricos,
refugio sin aliento y sin medida,
tétrica galería,
telaraña terrible
de gases inflamables*

Fuerza de mil,
pólvora rápida,
matas con el sonido,
con la roca que salta enloquecida
levantando la asfixia.

En cada fogonazo
hombres descuartizados,.
endeble residual de miembros rotos.
las vísceras sangrantes,
los lamentos perdidos.

Los gringos retozaban en la orilla


el chispeante champán
de sus orgias.

42
ESBIRROS

Criminales de oficio,
puño descuartizado
brutal contra el hermano,
animales espías,
criollos agringados,
raza de vende Patria,
alimañas domésticas,
fraternales de Judas,
ni el Dante en su Comedia
os brindó el Infierno.

Vosotros al cadalso,
tristes lacayos cómicos.

43
PERSECUCIONES

44
PRIMERA

De insectos anegado
un árbol desleñado,
ennegrecido y pálido,
con esquirlas grisáceas
luego de los estruendos
surge en el balde negro
un minero agotado.

Espera aquí su hermano,


pulpo de los patronos,
con cien manos, cien ojos,
con venganzas arteras
a rebuscar su horario
de cuarzo cotidiano.

Vapulean al hombre,
lo desnucan entero
por la pepa de oro.

También en sus entrañas,


lobos equivocados,
escarban temerarios.

Son las heces hurgadas


por las heces humanas.

Son las ramas taladas


por las hachas traidoras.

La hirsuta piel rasgada


por rapiñas y cuervos.

45
SEGUNDA

El salario es exacto
para los intestinos.

De dónde los domingos


bohemios y elegantes…..?

¡Espíen al ratero,
recojan sus caminos!

Aquí el plato es gringo,


nada para el mitayo.

46
TERCERA

Minero sospechoso
hacia el cadalso.
(La barra descubierta
guardianes colocaron
en el cuarto minero)

En una hora incógnita


entre sombra y desprecio
el estorbo minero
inocente perdíase.

Raza de encubridores,
raza fiera,
vosotros sentenciasteis inocentes
como Judas al Cristo
Socialista.

47
CUARTA

Anoche recogieron dos cadáveres


envueltos en arbustos, putrefactos

Eran los dos mineros


que en busca de sus sustentos anochecieron y
hallaron sus auroras destiladas
hace meses de pena de sus hijos
de su esposa querida.

En las sombras buscaban


en recodos y huecos
el cuarzo enriquecido.

En las sombras hallaron


en malezas pajizas
el oro de su muerte.

48
QUINTA

Dos mineros hablaron


del whisky noche a noche
de los gringos borrachos
con gringas prostitutas
en secretas orgías.

El primero quedaba
tres niveles adentro;
el otro cabizbajo
se iba sin adioses.

Las orgías tejieron


noche a noche las redes
para pescar mineros
que olían su existencia.

Las orgías mataron


con whisky y prostitutas.

49
SEXTA

El antiguo minero,
el de pulmón robusto,
quien empeñó entusiasta
su río incontenible,
al final una sombra
perseguida.

Buscar los mil pretextos y suplirlo,


hallar muy raros síntomas y darle
un breve pasaporte al cementerio.

Así, tan fácil hombre,


el próximo minero jubilado,
luego de una ampolleta
clavada en sus vejeces
se iba una mañana con la muerte.

50
SEPTIMA

La luz de un sindicato
el contrato legítimo,
entre los lobos chispa,
partió una alborada sin destino.

El eje de la mina,
el pulso del taladro
tras las vetas esquivas,
murió tan simplemente como lluvia
que corre en la pendiente
sin ayuda.

Porque su luz quemaba,


porque su voz dolía,
apagaron su lumbre,
silenciaron su canto.

Partió porque entre hermanos


abrió sus soledades silicosas
con la vibrante luz de las ideas.

51
OCTAVA

A Rosa Vivar, valiente mujer


humilde que opuso su débil
fuerza al gringo fuerte.

Mujer,
fina estatua de mangle,
espiga trinadora,
torrente, río, mar.

Mujer incontenible:
al puño, un débil brazo, soñadora;
al gringo inmenso y fuerte,
tu finura,
rosa blanca.

Pariente de batallas diferentes:


El Cid hacia el destierro,
tu….. allí mismo;
el Cid cazando lobos,
tu...entre ellos;
el Cid llanto en sus hijas,
las tuyas……violadas
el Cid coraza y yelmo,
tu pecho…..una barrera;

El Cid en su Babieca,
tu corcel...las ideas;
el Cid una leyenda,
tu lucha legendaria.

Fuiste tenaz y fuerte,


ejemplo de varones.

Te debe una proclama Portovelo,


la Sultana, una estatua;
la Patria, un monumento.

Fina estatua de mangle,


mujer de realidades,
te deben los poetas
un canto de recuerdo.

52
Casa de la Cultura Ecuatoriana
Núcleo de El Oro

CHASQUI…….
Orense

POESIA INFANTIL

1973 POETAS JÓVENES


№3
ORENSES

53
La Literatura es una de las más bellas manifestaciones del Arte.
Recorrer sus senderos es dar expansión al espíritu, para saturarse de
lo bello y lo sublime, de la naturaleza y del amor, de lo real y lo
quimérico

El verso o la prosa rememoran múltiples instantes de nuestra


existencia o lo proyectan hacia un futuro de risueñas esperanzas....

Y si la frase va dirigida al niño, es una melodía de inocencia, de


candor y de alegría.

RAFAE RIERA S., nos entrega sus ensayos: MI POESIA EN LA


ESCUELA; un manojo de versos que aspira unirlos a la plática diaria
con el niño. Maestro joven, en plenitud de anhelos y aspiraciones,
trajina con paso prometedor por el sendero de la poesía. Su
presentación no es necesaria, porque a través de sus publicaciones
hemos conocido sus bien trazados versos. No sabe de la injusticia,
porque ama la libertad; su metáfora de corte modernista, luce
apropiadamente en sus composiciones. Unas veces se manifiesta
soñador emocionado; en otros casos, su pensamiento lo envuelve en
un rígido pragmatismo.

54
EL 24 DE MAYO DE 1822

En la cumbre
del bravo Cada sol
Pichincha, coronada recordemos
con sangre el triunfo
de héroes, como impulso
destronó el Mariscal a las lindes del bien.
de Ayacucho
el dominio Pues los Pueblos
del blanco que quieren
español. ser libres,
no con sueños,
Y feliz hechos
una clara son.
mañana, En la Patria
resonó por siempre
la alborada flamee
del triunfo LIBERTAD,
y. después, IGUALDAD,
LIBERTAD ECUADOR.
ECUADOR.

55
LA FIESTA DEL DIRECTOR

Una canción, un poema,


un buen presente, un discurso;
pasaremos en seguida
al gran baile de ocasión.

Todos con ropa muy limpia,


el pelo puesto en su sitio,
el corazón palpitante,
puede empezar la función.

¡Muy buenas, tengan Ustedes!


El programa de la tarde,
sencillo como nosotros,
saluda al buen Director.

'Maestro, padre y amigo,


guía y sostén de la escuela,
, recibe este ramillete
de cariño y gratitud"

La ventura te depare
mil años de buena vida
y que la escuela conserve
tu estela de clara luz.

LA NAVIDAD

Brilla serena Juega la ronda


la noche clara. con las estrellas
Con mil estrellas la noche clara
quiere jugar. llena de luz.

En las vitrinas Los niños cantan,


lindos juguetes clarines suenan
viendo a los niños en esta noche
quieren saltar. de Navidad.

56
EL VENDEDOR

Ya cruza la calle
el grito del día;
¡Escobas, escobas!
¿quién quiere comprar?

En una ventana
se asoma el cliente
que quiere su escoba
por nueva cambiar.

Yo compro.... tú vendes,
me compras... te pago.
Deseo en mi casa
la sala barrer.

EL SOLDADO

Sembró su cuerpo en la guerra,


con una bala en el pecho.
Ya nunca tuvo regreso,
su novia no lo verá.

Tejió un vestido de pena,


no con hilo, con recuerdos.
Un soldado tan valiente
en su pecho vivirá.

En el patio de una casa,


dos claveles han brotado;
la guerra tuvo un soldado
y el soldado un gran amor.

57
AMÉRICA

América de todos
América hermana
de Alaska a Patagonia,
de la llanura al Ande,
del tranquilo Pacífico
al encrespado Atlante.

Patrimonio de raza
indígena y colona
-de blancos y morenos-
fundidos para siempre
en el himno del pueblo:
América de todos,
América hermana.

Naciones a colores
de cisnes y gaviotas,
de sol, de mar, de playas,
de águilas y cóndores,
de fríos y calores,
de cumbres y de valles:
América de todos,
América hermana.

De idiomas diferentes,
de creencias distintas;
multinacer de formas,
de vidas de horizontes.
Eres distinta en una:
América de todos
América hermana.

58
EL ORO

Emporio tropical, sol de frontera,


mártir de guerra y de la paz emblema;
con el trabajo como insignia y lema
marchas pujante a la luciente esfera.

El mundo ha conocido tu riqueza:


"Bodegas verdes, por los anchos mares"
dejando a cada puerto los manjares
y en el manjar: El Oro en cada mesa.

El mar con marfil de las gaviotas


enlazan himnos de paisaje y gloria
quemados por el sol que alegre brilla.

Formatted: Indent: Left: 0"

En ese marco de belleza brota,


en el yunque del brazo, la victoria
del hombre que vigila la semilla.

59
SOL ZARUMEÑO

Reloj que pende del cielo,


moneda grande de oro
hecha de papel brillante.
En tu lúcido destello
tienes oculto un tesoro
de perlas, lumbre y diamantes.

De Zaruma enamorado
-de su cielo y de sus niños-
no fallas allá en la altura
tu cabello dorado
y tu brillante corpiño
¡mañanero, mañanero!

Prendes el canto en las aves,


pintas de verde los campos,
abres las claras mañanas;
eres la mágica llave
que enciende lindos colores
en las lejanas montañas.

Y en el camino a la escuela
recorres a nuestro lado
con tu vestido de fiesta
dando luz a nuestros ojos,
calor a nuestra existencia
y a todo el mundo la vida.

60
LA CALLE DE LOS RECUERDOS

Que ancha me parecía


la calle de mis infancias,
como una llanura inmensa
regada de sol y luna.

GCuando la noche brillaba


se oía la gran orquesta
de gargantas silbadoras
bajo la esquina querida.

Era el templo de mis ansias,


refugio de mis conquistas,
…soledad en mi tristeza...
y alegría en mi contento

Yo crecí junto con ella,


con ella me hice hombre,
hasta que un día muy triste
tuve que dejarla sola.

Hoy el trabajo me lleva,


las circunstancias me alejan,
llevando el gran vacío
de la calle que he perdido.

61
ESTA ENFERMA Ml MAMA

La lluvia cae, se queja el viento,


el sol no brilla, qué triste está.
Con fiebre intensa mi madre santa
esta mañana se despertó.

Doctor, le pido, dígame presto,


quiero un consuelo... ¿Cuál es su mal ?
Ayer contenta, feliz, alegre
entre sus brazos estuve yo.

Bien, hijo mío, yo sé el remedio


que un instante la salvará.
Ella ya sabe que tú en la escuela
no te preocupas por estudiar.

¡Mamá... maimita... oiga a su hijo!


hoy le prometo que cambiaré.
Si fui muy vago, seré estudioso.
Si fui molesto, seré ejemplar.

Lindas canciones entona el viento


brilla sereno el claro azul.
Esta mañana mi madre buena
con un abrazo me despertó

62
EL TRABAJO
Es la hora del trabajo,
del estudio, del progreso.
En los átomos del viento
se respira su canción.

Con su fuerza creadora


brota el árbol, crece el fruto,
que alimenta, que sustenta,
que nos da nuevo vigor.

Yo bendigo su existencia.
Su presencia es garantía,
en mi Patria tan querida
de un brillante porvenir.

Porque un pueblo que trabaja


tiene el pan de cada día,
el honor de la constancia
y la alegría de vivir.

Se trabaja con el brazo,


con la mente se trabaja.
En la escuela el niño estudia
y el estudio es trabajar.

63
CANTO AL AIRE

No te siento, ni te miro,
ni adivino tu simpática figura;
sin embargo. . .
soplas fuerte en el camino de mi sangre
y en los campos y en las calles te respiro.

En tus alas vuela el eco de las ondas


y en mi casa
no te miro, pero siento tu voz fuerte
que me llega por tus venas
hasta el radio que te espera
con su caja de colores.

En tu lomo
cruza raudo con su carga,
desafiando la distancia de los mares,
de los montes y los valles,
el avión.

¡Aire mío... aire nuestro!


Eres mío por herencia de mis padres.
Eres mío por derechos de mi sangre.
Eres mío por la Patria que cobijas,
por el germen que alimentas
y la planta que maduras.

No te miro, ni te siento,
ni adivino tu simpática figura;
sin embargo...
por tu gracia
me palpita el corazón.

64
LA TARDE SE ACABA

Anaranjado el sol en el oeste


como un viejo reloj, cansado y triste
se acerca a la montaña.

Es el aviso mustio del eterno silencio,


cuando el sol ya sin fuerzas
se caiga en el vacío.

El hombre de la mina
alza su adiós de manos
y persigne silbando
alguna esperanza que lo aliente.

La campana del pueblo


ha doblado la tarde;
sólo la noche trae
un cansancio de sombras.

Ha nacido la luna
hija del sol que ha muerto
y en la mente de todos
queda el recuerdo grato
del sol anaranjado
que dibujó la tarde
y que pacientemente
mañana brillará.

65
LA LLUVIA
Las nubes
están serias
la tarde,
negra y triste,
ha comenzado
a llorar.

Cae el agua
silba el viento
y en la calle
grita el lodo
porque alguien
lo aplastó.

Corren, corren
los pequeños
bajo el manto
de cristal.

Y las gotas
transparentes
con placer
quieren cantar.

Es la ronda
de la lluvia
que en la calle
va a empezar.

Es la rueda,
rueda, rueda
de los niños
al llover

66
EL ORO EN SU MUERTE
DRAMA EN CUATRO MOMENTOS

(adaptación del relato “El Oro en su muerte” con


poemas de “Cerca del Cuarzo”)

PERSONAJES:

EDWARD: Minero petrolero,


Edad entre 30 y 35 años.
Viste ropa minera:- botas, casco,
lámpara de carburo, pico, cuña, dinamita .
SIDITEY: Minero petrolero soñador hermano del anterior.
Edad entre 20 y 25 años.
Viste parecido a Edward.
LA MUERTE: Mujer vestida de blanco.

VOCES: 1, 2 y 3.

ESCENOGRAFIA:

Está dividida en cuatro segmentos iguales de dos en dos.


1. Interior de una mina.
2. La superficie por la noche.
3. La superficie de día.
4. En la misma mina.

PRIMER CUADRO
INTERIOR DE UNA MINA

(Semioscuridad, sonidos de agua, golpes de metales).


SIDNEY: ¿Qué enorme este laberinto Aquí, cabe un santuario, el
más grande de la tierra.

EDWARD: La pólvora tiene mano de escultor, Mira esto, parece una


mula ciega. Esto, un minero agotado.

SIDNEY: Un Guayasamín con su dolor y muerte.

EDWARD: ¿Un qué? Ya comienzas con tus dificultades.

67
SIDNEY: ¿A dónde irá ese riachuelo?

EDWARD: No te preocupes de pendejadas. Piensa que con este oro


compraremos el mundo.

SIDNEY: Compraremos el mundo.

EDWARD: Este es el famoso frontón en el que los gringos han


sacado toneladas de oro.

SIDNEY: íHemos llegado! Vivaaaa. Este es el frontón de los


gringos. Digo este es el frontón descubierto por los
gringos.

EDWARD: Preparemos los materiales, porque este es el lugar en el


que dispararemos.

(Preparan las herramientas. Sídney coge el barreno para que


Edward golpee. Luego de cada golpe, sube y gira el barreno.
Unos dos minutos de trabajo animado con frases espontáneas)

EDWARD: Los huecos deben ser hechos en círculo. Uno más


profundo en el centro. Este es el secreto para que salga
todo. Una gran tajada de roca.

SIDNEY: Tengo miedo a la dinamita.

EDWARD: De eso me encargo yo. Coloca los tacos y las mechas.

SIDNET: Las mechas más largas se prenden primero.

EDWARD: Clare, se calcula para que todas se consuman iguales y la


dinamita haga un solo disparo.

SIDNEY: Comienzo a encender.

(Prende tres o cuatro luces de fiesta que pueden estar


colocadas en un tablero y corre a esconderse)

SIDNEY: (Mientras su hermano termina de prender las luces). Con


cuidado.

EDWARD: (Corre confuso por la escena) ¿Dónde estás?

SIDNEY: ¡Acá, por acá!

(Acurrucados en una esquina esperan el dispare del petardo. Se


abrazan, ruedan, tosen)

68
LA MUERTE: (Recorre la escena con paso ligero en busca de los
mineros).

VOZ 1. Sois como la pólvora apisonada, vapuleada y


explosionada; dos petroleros achicharrados,
achucharrados.

VOZ 2: Fuerza de mil,


hercúlea división de socavones,
hermana del ciclón entre cenizas.

VOZ 3: En cada fogonazo


hombres descuartizados,
endeble residual de miembros rotos,
las vísceras sangrantes,
los lamentos perdidos.

ESWARD: ¿Cuánto tiempo pasaría?

SIDMEY: (Grita) ¡Viva el oro una gramputaaaa¡

ESWARD: ¿Estás loco, chucha?

SIDMEY: Sueño y mis sueños me traicionan.

EDWARD: Pueden oírnos los perros cazadores, los guardianes.

SIDMEY: Este es nuestro oro, al enorme hueco soñado, nuestro


cuarzo, nuestro frontón principal

(Los mineros recogen y escogen al material)

VOZ 1: En la tierra de América


brillo la brasa inerme
que tentó en babilonias
allende los imperios.

VOZ 2: Oro que en nuestras hembras


hollaron los hispanos;
en los obrajes, oro;
oro en los latifundios;
en los santuarios áureos
el dorado metal crucificado.

VOZ 3: Hoy se tuerce la vida


del asiento minero
entre el túnel que espera

69
y un río que no canta.
EDWARD: Los gringos se van porque no les conviene el Código de
Trabajo y no quieren participar sus ganancias a ningún
cholo cabrón.
SIDNEY: Dicen que han tenido pingües ganancia:

EDUARD: Mejor sería decir ganancias máas pingos (Ríe señalando su


sexo).

SIDNEY: Por eso pudimos llegar a este lugar, al que hemos querido
venir desde que tenemos uso de razón.

EDWARD: Chanquemos. (Hacen como que trituraran el material).


Trae el platón, Sidney.

SIDNEY: Déjame platonear. (Se acerca al riachuelo y platonea


una y otra vez). Presta la panela y la naranja agria.

EDWARD: No se ve ninguna huevada. Ojalá con el azogue. (Destapa


un frasco pequeño y derrama azogue en el platón).

SIDMEY: No asoma la cola dorada. Casi he terminado.

VOZ. 1: En la superficie es domingo, con ropa limpia, putas


frescas, gringotas a caballo trotando a Zaruma.

VOZ 2: Por el Océano Atlántico


franceses e ingleses...
Y el oro ecuatoriano
instaló bacanales,
soberbios escenarios
de morbosas comedias.

(Se apagan las luces, suenan pasos, se oyen voces. LA MUERTE


comienza a insinuarse entre las rocas).

EDWARD: ¿Oyes?

SIDNEY: Parece que se desenrollara el cable del pique principal.

EDWARD: Nos descubrieron.

SIDNEY: Deben ser los guardianes.

EDWARD: Apurémonos recogiendo todo. (Recogen herramientas,


colocan cuarzo en los saquillos. Corren alrededor de la
escena, al comienzo rápido, luego, con el cansancio, al

70
trote y al paso. Edward continúa su huida, mientras
Sídney sube por una escalera. Suena un disparo y cae
Edward. LA MUERTE se solaza sobre el cadáver de
Edward. Se escuchan disparos y lamentos. Sídney
continúa suspendido en una escalera.

VOZ 1: Criminales de oficio,


puño descuartizado
brutal contra el hermano,
animales espías,
criollos agringados,
raza de vende patria,
alimañas domésticas,
fraternales de Judas,
ni el Dante en su Comedia
os brindó el infierno.

VOZ 2: Guardianes de la mina,


criminales de oficio,
marchad hacia el cadalso,
tristes lacayos cómicos.

SEGUNDO CUADRO
LA SUPERFICIE POR LA NOCHE

(Sidney descansa entre matorrales, a distancia LA MUERTE que


ha triunfado).

VOZ 1: Buscabais los caminos para huir, pero sois animales


acorralados, enjaulados, sacrificados por los guardianes
cazadores.

VOZ 2: En las sombras buscaban en recodos y huecos el cuarzo


enriquecido.

VOZ 3: En las sombras hallaron en malezas pajizas lejos de los


disparos el oro de su muerte.

SIDNEY: (Incorporándose). Al fin, he llegado a la superficie. Parece


una chimenea de la mina. Trepar fue como subir por un
embudo de mierda, arañándome por su panza. El
riachuelo me orientó. ¿Dónde estará mi hermano?
¡Edward, Edward! Estará escondido dentro de la mina.
Mañana nos encontraremos. ¿Qué hora es? Las once de la

71
noche. Debe ser el domingo que agoniza... Ya nos
acercamos a la fría madrugada del lunes. Si. Porque todos
los lunes de la vida son fríos y aburridos. ¡Edward,
Edward¡

VOZ 1: Es la luna llena de tu libertad momentánea. La noche se


acurruca, los matorrales abren sus piernas para que
puedan copular las estrellas.

SIDNEY: ¡Edward, Edward! ¿Dónde te quedaste?

VOZ 2: Es la víctima de la persecución, es un vacío adolorido, ha


muerto la carrera de tu hermano, sólo sonará su silencio.

SIDNEY: ¡Edward! íEdward! ¡Edwardí ¿Por qué no vienes ?

VOZ 2: Ya no regresará, cayó asesinado por la bala servil.

VOZ 3: Porque su luz quemaba,


porque su luz dolía,
apagaron su lumbre,
silenciaron su canto.

TERCER CUADRO
LA SUPERFICIE DE DÍA

(Las luces encendidas).

SIDNEY: Aunque estoy aquí, sigo corriendo solo.

VOZ 1: Mataron a tu hermano. Lo dijo el cura en misa de ocho.

SIDNEY: Ríos, pájaros, rocas, caminos ¿Dónde quedó mi hermano?

VOZ 1: El cura dijo: Encontraron al ciudadano Sidney entre los


matorrales, al otro lado del río Amarillo. Murió en
accidente.

SIDNEY: Sidney soy yo. Estoy vivo. A mi hermano lo asesinaron


dentro de la mina. Lo asesinaron.

VOZ 2: Tu hermano Sidney murió en accidente.

SIDNEY: Nos persiguieron. Escuché los disparos. Mataron a mi


hermano. Yo estoy vivoooo.

72
Yo Sidney estoy vivooooo.
VOZ 3: Fue un accidente.

SIDNEY: Lo mataron, hijos de zorraaaa.

VOZ 3: LA HISTORIA LO REGISTRARA COMO ACCIDENTE Y


PUNTO.
CUADRO CUARTO
EN LA MISMA MINA

(Sidney con trazas de minero. Han pasado muchos años).

SIDNEY; Han pasado tantos años y todavía busco a mi hermano; Me


hubiera gustado morir junto a él, pero matando a los
esbirros cazadores. Hace poco que he regresado a este
lugar en el que soñamos. He muestreado mil veces más y
nada.

VOZ 1: Fue una estúpida ilusión.

SIDNEY: Por eso vamos a Palestina, a Minas Nuevas, a cuatro.


Caminos, a Nambija, a la Ponce, a…..

VOZ 2: Pero tú estás muerto, Sidney?

SIDNEY: Mataron a mi hermano y no a mí.

VOZ 3: La historia te ha pulverizado. Quisiste robarle los huevos


al águila.

SIDNEY: En verdad, yo morí con mi hermano.

VOZ 1: Ese es el oro de su suerte.

SIDNEY: Los dos morimos.

VOZ 2: Es el oro de su muerte.

TELON

Zaruma, octubre 9 de 1991

NOTA: Ante la insistencia de Luis Felipe Valverde Sigüenza, he


intentado esta obra

73
Rafael Riera S

Las
Rosas
Violadas

Auspicio del Colegio Nacional "26 de


Noviembre"

Zaruma
19 8 5

74
DEDICATORIA:

A mi esposa que alumbró con


un nuevo hijo esta corta
existencia.

75
PRESENTACIÓN

Rafael nos hace una nueva entrega. Esta vez, pequeña, pero de
profundo sentido humano y de variadas emociones .Tan pronto nos
habla de la "rosa violada" como del gigante verdinegro, manso lomo
de arbustos (el gran Zaruma-Urcu), para entrar luego a filosofar
sobre la vida de los siglos, sin olvidar el dolor de la madre ausente y
la sentencia final de amores muertos; "¡Nunca más!" ; así como al
hipócrita y felón que espía los bosques dorados y encendidos para
"abrir las heridas con hachas silenciosas".

Es que RAFAEL DE JESUS RIERA SIGUENZA, conocido vate


azuayo, de fluidas y encontradas emociones ha contagiado de los
cambiantes panoramas de su hermosa provincia fuente de inspiración
de consagrados poetas cuencanos. RAFAEL es capaz de cantar al
amor en sus más sublimes expresiones, con dulzura, con exquisita
ternura, como es capaz también de rechazar la felonía, el engaño, la
mentira, la cobardía, con precisos y fulgurantes rayos montalvinos.

RAFAEL es autor de unos cuantos folletos llenos de colorido,


fruto de su constante y diaria inspiración, como: ZARUMA DEL CERRO
RICO, MI POESIA EN LA ESCUELA, POEMAS DE MI PUEBLO, CERCA
DEL CUARZO (dedicado a Portovelo), CANTO MINIMO A LA
PROVINCIA DE EL ORO, CARCELES Y MOCEDADES, etc.

La Comisión de Extensión Cultural del Colegio Nacional "26 de


Noviembre" se complace en publicar esta nueva producción del
compañero profesor del Plantel , que así demuestra una vez más sus
afanes por la cultura y las cosas bellas de ésta su tierra de adopción.

Zaruma, Octubre de 1985

Prof. Ángel P. Iñiguez Asanza.

76
LAS ROSAS VIOLADAS

No eras un ramillete
de extrañas floraciones;
solamente una rosa
con su mínimo tallo;
pero tan diferente
en los jóvenes ojos:
la secreta figura
de los sueños ardientes,
la pastora de blanco
de los prados fantásticos.

Como un débil cristal,


listo a trisarse, rosa;
ayer lo predicaron
las voces descaradas
de los hombres más grandes
que habitan las esquinas;
aseguró el más macho:
"Yo le rompí su
virgen en la cama del llano".

"Ya cortaron la rosa",


"Trizaron sus cantares",
"adiós hembra" gritaba
el huracán del chisme.

Su vientre, núbil vientre,


delgado como el agua
que escapa a los potreros
por canales estrechos;
su vientre, parte angosta
de la única copa
que bebieron los sueños
se ampliaba sin remedio.

La pastora querida
de los sueños fantásticos,
toda desbaratada
por los hombres más grandes
que habitan las esquinas,
trasnochan, felonean,
con risas descaradas,
era rosa finada

77
de los sueños dorados.

Han pasado los años,


en un bar soñoliento
junto a la plaza vieja
vende licor picante;
aquel que, atrás los años,
muy macho le estrujara
la cintura delgada,
vive como cliente
de la cantina oscura.

Ay dolor de la rosa
cuidada por mis ansias,
ay ventura del macho
que alcoholizó la vida,
ay la estrecha ventura
de amar en sociedades
que asfixian rosas blancas
y a jóvenes robustos
transfórmanlostransformándolos en largas
figuras desgastadas.

Y en la senda bucólica
de tibias muselinas
van los poetas regios
hilvanando salterios.

Y los poetas tristes


riman sus interiores
mientras hay cantineras
cual flores de vallados
por bestias violadas.

Y los poetas áureos


de las casas fantásticas,
nenúfares y ninfas,
traslúcidas madréporas,
ocasos y rocíos,
que nunca conocieron
las calles de los pueblos
entonan sus querencias
con guitarras de nácar.

Cantad poetas nuevos


las rosas violadas.

78
UN CERRO AL OESTE DE ZARUMA

Cono de arboladura gris y verde


erguido entre breñales amarillos,
de piedras saltamontes salpicado,
oh gran Zaruma-Urcu en el Oeste.

-o-
En el tiempo de lunas, mensajero
de rocas en amores; entre cerros
el nocturnal abrazo y amorío
plasmados en leyendas encantadas.

-o-
Cuando te vi, gigante verdinegro;
cuando te ollé, manso lomo de arbustos;
hoy, pequeño y desigual cofre de tierra
sembrado ovoidal en los sentidos.

-o-
Tu cuello ha desangrado por los cortes
de una espiral de los pies a la cabeza
y tu cabello arbóreo sorprendido
silente yace a ras de tierra y piedra.

-o-
Eres el calendario de los siglos,
génesis de Zaruma, los hachazos
reducirán a golpes tu estatura,
desplumarán tu abrigo vegetal.

-o-
Este poema para tu existencia,
homenaje y defensa de tu vida;
con la última roca que resistas
serás Zaruma-Urcu eternizado.

79
AUSENCIA DE MADRE
Madre,
estoy solo
cuando quise ser múltiple
abrazo en tu mirada.
Se rompió mi partida
entre tu nieto enfermo
y la mañana negra
con la ausencia de siempre.
Quise, no pude,
tenerte en los regalos
de la burguesa forma,
asirte en los rescoldos
de las ansias de verte.

No importa,
la tajante experiencia
me asesora
quo estarás esperándome
así como los siglos
esperan en América
el abrazo del hombre
para su madre tierra.
Por ello estoy tranquilo
en la mitad del árbol
sin luz de mi estatura.

Estoy;..
tal como antes
envuelto en los cristales
de las susceptibilidades.
Ansioso y asfixiado
por todo lo que tengo
y lo que no tengo
Espero con paciencia,
madre buena.

Algún día...
no sé……
culminará la espera
en tu dulce mirada
que anhelan mis trasnoches
y será el abrazo
más grande de la tierra.

80
SENTENCIA

Removeré altivo la lejana


perspectiva fugaz de mis delirios
en la inmóvil y álgida fontana
de mi alma en las cumbres del martirio.

Para inquirir a los escombros yertos


si existe una ceniza que la quiera.
La sentencia dictada fue, que muertos
se pudran los amores y quimeras.

Bajo tierra profunda y solitaria


sellada por abismos insondables
que no aflore una huella ya jamás.

Constancia: Una frase lapidaria,


ocho letras pequeñas e imborrables
duras y terminantes: ¡Nunca más!

81
CUIDATE DE LA SOMBRA

¿Quién espía los bosques


dorados y encendidos
para abrir las heridas
con hachas silenciosas?

Nadie tala los bosques


(no los veo),
los días continúan deshojándose
azules, despejados o sombríos.

Nadie busca la casa


para hurgar sus calores;
los niños en oleadas
llegan hasta la arena
de la grisácea vida.

Sólo una sombra veo,


mi sombra taciturna;
ella corta los árboles,
ella rompe los nidos.

¡Cuídate de la sombra
donde mora el hipócrita.

82
UN DIARIO IMPERFECTO
SINOPSIS DE LA VIDA DE LOS SIGLOS

PRIMERO

Nos calzaron el sol con miopías,


el hambre a carcajadas
el dolor con paciencia:
¡Perdona y serás salvo!

Como rey a horcajadas


en un trono inconcluso
nos legaron espejos
de un nacer sin ser nadie cada fin de semana,
nos doraron la píldora.

Esclavos con quimeras


caminamos.

Perdidos en las calles,


sin esquinas de apoyo,
con un molde de arriendos,
de limosnas y ayunos……
Un horario de pobre
con siestas abundantes en la tripa vacía.

Recuerdo las palabras:


"El hambre dignifica,
eleva el pensamiento,
engendra las virtudes".

Todo primaveral tras los ojos cansados,


el uno casi muerto y el otro plañidero,
mitad cuerpo de hombre,
mitad agonizante
arrugado
des
tino.

83
SEGUNDO

Después, tantos patíbulos:


la pierna abierta al blanco,
el sol del Evangelio predicando corderos,
escondiendo los lobos,
la letra encarcelada.
Nos torcieron la nuca
como a gallo engañado,
nos doblaron la vida,
¡Qué inútil la montaña con su magia de altura!
¡En vano los tambores,
las quipas y sus mingas!

Soñando adoloridos
a la luz de la luna?
bajo el grito del látigo
que artero describía
su fábula de cascos,
de sangre, de ignominias……

Todo con reverenciase

TERCERO

Pensamos despertar como leño reseco


con el soplo del viento encendiendo cristales,
como un mar que se alza con su grito de sales
tras la alegre gaviota,
-ilusión de ser libres-.

Lloramos esperanzas
ante la dulce incógnita.
“Ya basta de silencios,
un suicidio quedarse,
dejarse arrastrar por la corriente,
esperar el milagro
en el mar de la angustia.

"Soñar ya nunca más,


nuestra alma tiene hambre
y el milagro no llega,
el tiempo

84
teje muecas de ponchos
en mitayos que mueren.

"Nada del hombre


para crear,
todo para aguantar,
para buscar el cielo
con cara y vida de demonio hambriento."

Abrimos así estrellas al abismo,


profundo, milenario,
extendidos los huesos,
erguidos cara al cielo
con los puños aún vivos
esgrimiendo ilusiones
con la flor del trabajo
en la luz del futuro
tímida y fulgurante
sin doctrinas ni credos
que aprisionan y matan en iglesias fantasmas.

Caminar hacia arriba


por sobre la pisada del colono.
Impulsar los destinos más allá de la aurora.
Ser árbol que da frutos,
enlace de senderos,
de ciudades y campos.
Instalar centros nuevos
para hacer igualdades;
un potente carcajo en las ideas,
un fusil que no pida,
un corazón de lucha.

Realidades moviéndose...
Un desbocarse de cascadas puras,
de talleres y brazos;
un cantar de llanuras
con petróleo y ganado,
un enjambre de ansias,
un impulso patriota
de vencer por la Patria.

Frente alta, corazón enhiesto,


pie firme al suelo,
midiendo realidades.

85
CUARTO

¡Qué amplio el horizonte para mirar los mares


nuestras doscientas millas saludando al atún.
el azul de los Shyris resguardando el petróleo
para dar abundante lluvia, trabajo, pan.
sin extraños destinos.
ya no las regalías.
Portovelo nos grita con su huella de gringos
tragándose la mina, llevándose la Patria.

Y los cerros gigantes


a los siglos elevan
una antena de triunfo,
con sus manos de nieve
nos refrescan la senda;
y nos libra su fuerza
del llanto y del gemido.

El indio como hombre


apegado a su tierra,
ya nunca huasicama
midiendo los centímetros
para cavar su tumba.

Los pájaros cantores


enlazan estandartes
en las ramas del pobre,
como orfebres condueños
de la obra luciente
de una Patria social.

El Oriente encontrado
señala chaquiñanes
a la choza y al llano
desde el metal tejido
en la torre estatal

Hermanos sin extraños,


dueños de la riqueza
que brota en las laderas,
en los cerros y llanos...
del maíz sonriente

86
con granos de justicia.
Así: Libertad, Ecuador,
Trabajo:
¡Siempre!

87
Colección de Autores Zarumeños

Lic. Rafael Riera Sigüenza


Nro. 11

Casa de la Cultura Ecuatoriana


Núcleo de El Oro - Extensión Zaruma
1993

88
La Casa de la Cultura Ecuatoriana, Extensión Zaruma,
con la publicación de su serie AUTORES ZARUMEÑOS,
pretende exaltar los valores que, en el amplio campo de las
letras, las artes y las ciencias, se han destacado en el
devenir de los años y han permitido que la Sultana de El
Oro, mantenga su hegemonía como una de las ciudades
cultas de la Patria.

Es menester aclarar que el contenido de cada número,


abarca únicamente una síntesis de la producción de los
diversos autores, que es abundante y de mucho valor,
quedando en el anhelo institucional, publicar en tiempo
futuro, todo aquello que pueda seguirse investigando y
atesorando sobre cada uno de ellos.

89
Lic. Rafael de J. Riera Sigüenza

POESÍA

NO 11

CASI DE LA CULTURA ECUATORIANA


"BENJAMÍN CARRIÓN"
NÚCLEO DE EL ORO - EXTENSION ZARUMA
1993

90
PRESENTACIÓN
Con esa misma "necedad de amar" traducida en sus versos,
Rafael Riera Sigüenza, se obstinó hasta los últimos meses de su
existencia, en la búsqueda por crear y abordar otros caminos en el
tratamiento del lenguaje, al dejarnos una nueva selección de su
quehacer literario, manifestación vital de sus relaciones con las cosas
y con el mundo que le tocó vivir.

Son versos que recorren desde les más recónditos conflictos de


su ser, la pródiga geografía en donde echó raíces hasta la solidaridad
con el dolor de los humildes. y los problemas de América. Todo ello y
en una mezcla de angustia y desconsuelo, de afán y esperanza por
mejores días.

La poesía fue para Rafael Riera, la manera de exterioriza los


sentimientos a la mujer amada, con todas sus vicisitudes y
contingencias;

Mi gozo nace de tu tierna risa


que hiende el aire y cruza soberana
la triste latitud de mi añoranza
que pudo transformarse con la gracia
de su cuerpo muerto en flor de primavera.

Mas un espíritu marcadamente sensible, no dejó de trasladar a


sus versos, el sufrimiento que aqueja al pueblo, asumiendo una
actitud de rebeldía y un acento melancólico, frente a la explotación y
dependencia de siglos. Es entonces, cuando el espacio poético se
ocupa de los seres más desprotegidos. Por los versos deambulan
como en la vida, madres angustiadas tras sus hijos, pobres que
destilan desconsuelos, manos vacías que no consiguen empleo,
prostitutas bajo noches frías, etc.

En el poema "En esta noche fría", se lee:

Y la callada pesadumbre aciaga


siembra de pasos la doliente calma
y mira suspendidos en portales
carne de cera pálida, esqueletos
que sueñan librarse con la sombra
del hombre que es la carne de su carne.

91
En un incesante desfile de imágenes y figuras literarias, estos
seres luchan con la vanidad de los potentados, las injusticias del
sistema y la ambición del imperio, aferrados a la esperanza de
nueves tiempos. Y, hasta que esos tiempos lleguen, "Círculo gris" es
la expresión del vacío, sin llegar a perder el aliento.

Rafael Riera, residió en Zaruma, desde sus inicios en el


magisterio. Desde entonces cultivó la poesía e incursionó en el teatro
y el relato, mereciendo por su valor estético triunfos locales y
provinciales. No pudo por lo tanto desligar de su temática el entorno
de sus vivencias. El "Canto a Piñas" y a la "Sultana Zaruma", son la
descripción poetizada de un paisaje de requiebros andinos, de casas
bailarinas y soleadas campiñas, pobladas de mujeres "con sonrisa de
arroyo y miradas de selva".

Amor, paisaje y hombre, gravitan en la poesía de Rafael Riera y


nos trasmiten su personal valoración del mundo y de la vida. En
homenaje a su memoria, la Casa de la Cultura, Núcleo de El Oro,
Extensión Zaruma, ofrece esta publicación, para que los lectores –
como es mi caso- disfrutemos de estos versos y apreciemos el
vibrante mensaje de un poeta que partió misteriosamente, cuando
aún prometía mucho de su creación.

Martha Romero A.

92
ATAUD EN HOMBROS

Pasó el gran cortejo


de negro elegante,
caras circunspectas,
ojos trasnochados
sin muestras de lágrimas.
Ataúd brillante
flotaba en el aire.

Pasa el buen cortejo


un tanto ligero;
lágrimas amargas
en rostros de pena;
la caja muy negra
de un buen terciopelo;
azadas metálicas
en el carro fúnebre.

Pasará un cortejo
sin negro y sin lágrimas;
ni caja brillante,
ni carroza, ni hombros.
Simplemente un muerto
asignado al hueco
que buscó sin miedo.

Escoge poeta
tu cortejo, ahora.

93
CANTO A PIÑAS

Canto a la tierra pródiga


tañida de recuerdos,
en lomos de colinas recostada
que bordean pendientes abismales
o se remontan al cielo en pos de lumbre.

La tierra de jardines y de arcillas


donde se enlazan en retozos libres
mil sementeras que destilan mieles
con los breñales callados y amarillos.

En el cartón rugoso de la sierra,


simulando una casa de familia
el humo de tu vida serpentea,
tus brazos de ternura se entreabren,
las calles en declive se repletan,
las casas como hundiéndose
en la quebrada larga
simulan aves triscando en los hierbales,
saturada de paz, Ciudad de Piñas.

Eres para el recuerdo una quimera


al mirarte de viajes revestida,
porque de atravesar por tus campiñas
y escuchar el sonido de tus risas
eres como la amante que se fuera
y un día repentino retornara.

Tus hijos compararan tu figura


con la hija del mar en las montañas,
pluricolor de ORQUIDEA entre los troncos,
hermana del rubí deshecha en pétalos,
noble mezcla de rostros de mujeres
con sonrisas de arroyos y miradas de selvas
y vaya que al hacerlo he comprendido
que dieron mayor lustre a las orquídeas.

Florece diariamente en los caminos


que siempre te visitan para verte,
no habrá mejor anhele en cada paso
que prolongar la vida con empeño
para aspirar la flor que tú atesoras,
¡sur andina ciudad ecuatoriana!

94
MAÑANA PARTIRÉ

Mañana enrumbaré mi débil paso


dejando etéreo delirante huella
que nadie sepa la morada nueva
ni puedan consolarme cariñosos.

Pues hoy comprendo que un amante empeño


sin merecerle tomará mi duelo
y doble pena, duplicada cuita,
robará de dos almas la amargura.

Las flores saltarines del camino


al soplo de la brisa mañanera
coquetas doblarán su frente roja
brindándome su adiós entre fragancias.

El río llorará huidas gotas


deshechas en diamantes y zafiros
que luego de saltar iraánse abajo
gritando agonizantes mi partida.

Mañana beberé otro rocío.


Fulgores me darán otras mañanas.
sorpresa de otros campos generosos
será de mis señales el encuentro.

Mas quiero solamente en mi partida


divorcio del amante y generoso
que busca consolarme, duplicando
la triste despedida ¡sólo mía¡.

Deseo ser el paño de mi llanto


Internamente, la tumba de mi pena.
Será muy justiciero y generoso
volar con blancas alas de cariño.

Que nadie llore porque yo no sufra.


El ave su trinar vuelva gracioso,
dibuje el cielo primoroso engaño
con nubes encendidas en fogata.

95
Por siempre, guardaré mi llanto y pena
en gruta refundida en mis entrañas.
Podré seguro soportar el duelo
sin ser culpable de la angustia ajena.

Entonces, moveré mi débil paso


dejando etérea, delirante huella
que nadie sepa la morada nueva,
ni puedan consolarme cariñosos.

DESILUSIÓN

Solitario crucé los caminos


sin más guía que un rayo de luna
y en las noches templé mi destino
sepultando el dolor en la bruma.

Ella quiso alcanzar mis herranzas


con un beso de paz cristalina
y esmeraldas de nueva esperanza
fulguraron con luz diamantina.

Hoy, aquella que alero me diera


me ha clavado el puñal de la muerte;
ha trocado la dulce quimera
en doliente canción de mi suerte.

Ni veranos, ni soles, ni estíos


detendrán mis senderos de hombre;
su cariño se irá por el río.
vendrá, ay amor, otro nombre.

96
LA ESPINA DEL DOLOR

La luna que alumbraba aquel rosal


trajo la ternura de su amor;
ardiente conquisté la tierna flor
y abrigo y comprensión yo le brindé.

Más tarde, de su limpia y blanda tez


la espina del dolor sutil brotó;
clavóse temeraria hasta el dolor
y el llanto en mis pupilas encendió.

Ahora solitario en un portal


que lleva a las incógnitas del mar
presiento que un pañuelo de mujer
auroras abrirá en mi sufrir.

Ya mismo, nueva luna y nueva flor


alentarán tal vez un nocturnal……
Quizá mi necedad de amar y amar...
me extrae el cruel veneno del dolor.

TODO DE TI

Tiene mi excelsitud tu esencia pura


como fuente que brilla en el océano inmenso
de mi antigua soledad y amargura.

Mi gozo nace de tu tierna risa


que hiende el aire y cruza soberana
la triste latitud de mi añoranza
que pudo transformarse por tu gracia
de cuerpo muerto en flor de primavera.

Mi rudeza se nutre de tu ingenio


que alberga y que destila,
en una sencillez de mujer buena,
nítido resplandor de inteligencia.

Ingenio, alegría, canto y risa


todo lo extraje de tu entraña tierna,

97
de tu corola virgen de temprana rosa
reventando en botones de fragancia
en tristeza y en el gozo mío.

Tus ojos encendieron en fulgores


la obscura fachada de mi tedio
y me entregaron una luz eterna
que me guía, me alumbra y me cobija.

Tu boca que se pinta en el ocaso


con el dulce brillar de frutas rojas
dibujó misteriosa y tentadora
una huella imborrable de dulzura
donde pudo el suspiro ser un beso

Todo la plenitud de tu figura,


desde la amplia comarca de tu pelo
hasta el suave requiebro de tus dedos,
abarca infinito todo el mundo,
todo el mundo de mi alma que te adora

Y si el instante que me da la vida


no basta para amarte como anhelo
mis delirios saldrán de ultratumba
a decirte, sin voz, que aún te quiero.

98
DESHIELO

De hielo,
dos estatuas -labios muertos-
torrentes fugitivos
de tu boca a la mía
y salvación
amada.

Las tetrainterrogantes
estiradas,
sorprendidas,

GREDA DE SOMBRAS

Un inicio de luciérnagas viajeras


que giran débilmente en la penumbra
ahonda los despojos de las sombras
que lamen con sus lenguas
las calles y las plazas,
los parques y las casas
y la oscura epidermis del hastío
enfermo de nostalgias y recuerdos.

Pena y melancolía
dos lemas que la cítara desgarra
en la inmóvil estancia de las hojas
mecidas por el viento
que filtran los hilillos de la luna
por el resquicio abierto
desde la comba fría
a las charcas dormidas en las calles.

Es la noche molécula viajera


que nace en cada plaza
en círculos opacos
y moja con su llanto
los muros enlutados del espacio

99
y mata con su aliento
el revolar luciente
de lánguidas luciérnagas inquietas.

Noche de huella incierta


que eleva mil castillos fantasmales
que guardan largas salas de capricho
en inmensos espacios de cansancio.
Castillos que se yerguen misteriosos,
negros y taciturnos,
fieros y legendarios,
hambrientos de luciérnagas y luna
en vaga procesión de luz y sombras.

Álgida noche larga,


lágrima maciza y embrujada
que ahogas tu nostalgia solitaria,
aplacad por piedad vuestra amenaza
y dejad que respiren los pulmones.
Que se forme la idea
y tenga longitud el pensamiento.
No ahorquéis infame
con el compacto cordel de los submundos
la débil juventud.

CIRCULO GRIS

Cansancio de horas tardías y lentas


que impulsan ocasos
en torno al empeño,
en torno al deseo,
marcando con cruces alientos de vuelo.

El paso del tiempo la escena transforma,

100
mas queda la huella,
el sello profundo
del dolor que llora su marca de fuego.

Y mientras deseamos combinar el mundo


en varios matices que dejen consuelo,
al fin encontramos
el mismo vacío y el mismo cansancio.

Vacío de horas que cambian la escena,


pero que incapaces se vuelven oscuras
porque cada instante
-aunque es nuevo todo-
queda inconfundible la pena escondida.

Así caminamos
cual gris poli insecto que escribe la vida:
que borra severa la huella del gozo
y deja marcada con cincel de bronce
la hora más triste, la hora más negra.

Buscamos las alas tranquilas del alba


pare hender lejanos en pos de quimeras;
mas llega el ocaso con garras sombrías
y ahoga el suspiro,
y troncha entre risas
nuestro tierno y frágil anhelo que nace.

Por eso no quiero


la quebrada lira
que dará canciones sin compás ni gracia.
Cuando triste canto
lo haré en el invierno, con cítara nueva
emulando el canto de un pájaro anciano
que entona en las ramas su grito final.

Lo haré con el llanto del río que deja


en profundas dunas y cortas raíces
su hilo de plata,
cambiado su canto
en bruma que llora con voz demencial.

Cantaré con notas


de lluvia que cae, que choca, que muere
en rocas macizas
que guardan dolientes

101
abismos de sombras sin gracia y sin luz.

Por eso yo pido


la cítara nueva
que suene profunda con ecos de muerte,
y rompo sollozos
dolientes y tiernos
el último aliento que guarda mi ser.

CANTO EQUINOCCIAL

Falso América fuera


si callara mis silencios aterrados
si ahogara con abejas
mil lobos asfixiados.
Con voz de asesinados,
de madres tras sus hijos,
de incógnitas sangrientas
de los monstruos gorilas,
de las lúcidas vidas
que envueltas en proclamas
caen sobre cementos
en cada medio día,
de cárceles secretas,
de entierros clandestinos.

Se vive y resucita
en medio de golpistas,
circunspectos gorilas,
y uniformen sablistas.
Enlodados y todo,
envueltos en papeles amarillos,
con la espada en los ojos
y la bota en el pecho
levantamos las manos
como lo hiciera Víctor
en su última escena,
como Camilo Torres
en el fusil la hostia.

Gritarte con Neruda que agoniza


en el charco de Chile;
con Bolívar que cruza

102
con su siembra en los mares;
con Martí en las batallas
de la espada y la idea;
con el Che fusilado,
multinacer de fuerzas
en Ches multiplicados;
con Fidel, estratega
que cabalga y que triunfa
en su propio CABALLO.

SULTANA ZARUMA

Pequeñita ciudad de requiebres andinos,


ventana al mar,
con calles juguetonas y casas bailarinas
que recorren las lomas y visitan el valle
cual bandada de cisnes que quisieran volar.

Te miré desangrar enclavada


a galería y cuarzo
y ellos, los niños dólares, retozaban.

Estamos suspendidos,
por dentro armazón, por fuera el hambre.
En esqueleto de madera y túneles solitarios
desfilan por el vientre.

El ciclo disimulaba,
el sol regaba polvo para borrar las huellas.
El llanto se ahogaba en el Amarillo.
El gringo mataba, espiaba, reía.

Y sin embargo... viviste Zaruma,


flotaste Portovelo.
Ahora buscamos el camino del impulso.
Imploramos al río, saludamos al viento.
Bendecimos la tierra y esperamos la lluvia.

En cada loma sembramos árboles


y plantamos ganado en cada prado.
El pastizal despierta y el cielo le hace guardia,
brota la lechería.
¡Zaruma florecida con mieses y ganado!

103
De la entraña dorada
brotaron tallos de raíces áureas,
se labra un nuevo mundo
borrando desperdicios
que aún quedan,
que aún quedan.

¡Recuperaremos! ¡Floreceremos!
seremos nuevamente saludables,
crecidos, hermanos,
porque no han muerto las mañanas,
ni se ha secado el brazo.

¡Nuestra esposa, nuestra!


¡Nuestros hijos, nuestros¡
¡Nuestra tierra, nuestra riqueza, nuestras!

PARA LOS QUE NO VEN

No miremos más allá de los comienzos


o mejor que los mundos
se consuman inmersos
a espaldas del ojo.
Ocupados en nosotros mismos,
extasiados en media calavera,
haremos malabares con la vida,
cambiaremos en un punto minúsculo,
giraremos
y
caeremos
al
mismo
orificio.
Estáticos,
pasivos con los siglos
después de tantos otros
en la misma postura.
La piedra y sus congéneres
el hachazo no lloran.
Cortan,

104
cavan abismos de petróleo,
nos carcomen el vientre con metálicas garras,
con fantasmas a diésel nos despintan el viento
¡no importa¡
Que nos tuerzan el tiempo
Como a gallo engañado
con regalos fantasmas en la boca vacía,
que nos tapen los ojos
con papeles imprentas
y fábricas de letras,
que nos limpien los sesos
¡no importa¡
Lavado el cerebro:
El Oriente es un mito,
el petróleo destruye,
los dólares foráneos son regalos,
el pueblo es minoría,
la propiedad privada es dueña del futuro.
Entonces,
gracias señores Texaco, Shell, Caimán
y más.
¡Viva el despilfarro!
Yo, Juan, Jacinto, Manuel, José
somos imperdonables
olvidad que os tengamos por ladrones.
Serían incompletos estos versos
sin la dulce sonrisa,
el sarcasmo, la burla
del gringo bondadoso
y el criollo servil.

PREÁMBULO Y DEFINICIÓN
Regreso del suplicio de las manos vacías,
de suplicar ansioso un empleo cualquiera,
de buscar destrozado
carnes, huesos, alma.

El tiempo nos ofrece


una vida vacía.
Quiere eternizarse como luna incurable

105
en la noche llaga ,
dramatizando un reguero de lumbre.

Ayuné sol y luna,


mendigamos, ayunamos pueblo,
y en todas las vacantes:
NO HAY VACANTES,
y en todos los trabajos:
NO HAY TRABAJO.

Ya cansado el ayuno
cierto día un letrero:
TRABAJO Y CONDICIONES:
No tendrás en los huesos,
mínimo plazo treinta años,
un rescoldo de calcio,
los dientes
cerraránse herméticos
para ver, oír y callar.
AGUANTARÁS MAS
Y SIN QUEJARTE.

Los quebrados sentidos no verán el dolor,


ni el propio ni el ajeno,
serán baluartes de mi fuerza
y darán testimonio
de milagros grandiosos
en favor del humilde.
El látigo certero simulará caricias,
la miseria, mullida alfombra
para dormir tranquile;
los robos -teje y maneje de los señores-
serán graciosas artes
de los niños simpáticos.

HABRA CAMBIOS SUBSTANCIALES:


morena chicha por dorado whisky,
poncho de lana
por traje sintético;
dedos por joyas nuevas;
el hambre de dos vidas
por un banquete espléndido;
HAMBRE
NI SED
NUNCA.

106
Podrás sombrar en la conciencia ajena
la anemia en los suburbios;
secar la tripa propia,
telarañas tejer
y ahorcarte.

El tiempo quiere eternizarse


por los siglos de los siglos
con preceptos que yo,
rescatado del fango,
os entrego suburbios,
fábricas, minifundios…..

La vida sonreirá con sangre siempre


y el diente temerario de contados
lleno estará de uvas y banquetes.

Nosotros
sin médula,
sin huesos,
ni conciencia

II

No queremos más tiempo para aguantar


no más para morir.
Ardan los mandamientos,
mueran los hacedores.

No sigas el desfile de hermanos al silencio,


de hombres que se inclinan en la tumba del rico,
cóndores que aletean en el fondo del cerro,
meses crucificados en la minga de pocos,
jardineros tan sólo de nombres y apellidos.

Defendamos la tierra,
la base y la subtierra,
el trabajo y el fruto,
educación,
hijos, nietos y bisnietos.
Ya nunca los preceptos,
jamás burdos engaños,
días estrangulados.

Nada de eternidades,

107
a luchar con el sol que saldrá mañana,
antes que salga el sol
con nuestra mente más allá del lucero.

Unidos,
desde hoy
para ser libres.

EN ESTA NOCHE FRÍA

Se retiraron en tropel las sombras


en el antiguo manto del azul lejano
para mostrarnos un puñal de plata
que afila sanguinaria
la luna pensativa
en el magno esmeril de la distancia
para enviar en fragmentos dislocados
estrellas bancas de fulgor helado
como un neón en crisis.

En esta noche fría,


mueca arrugada de cristal de luna,
y aleteo incesante
de insectos polvorientos
que cruzan el fermento del pantano
repleto de edificios arrugados,
prisioneros estáticos y yertos
como bandada de palomas muertas,
por la calle fría y la vieja plaza,
sale la gente a divagar ansiosa.

Y la callada pesadumbre aciaga


siembra de pasos la doliente calma
y mira suspendidos en portales
carne de cera pálida, esqueletos
que sueñan con librarse con la sombra
del hambre que es la carne de su carne.

Y bajo techo desigual y ralo


amamanta una madre
con la gota penúltima

108
que anuncia un rescoldo
de vacío.

Por las callejas dispares tras el río


bajan a prisa loca
las parejas borrachas;
la desnudez y el frío,
el vicioso y la angustia,
interrumpidos por un carro loco
de un enorme señor con prostitutas.

En esta noche fría


qué deseos de ser
un segador rasante,
un limpiador de hambres y miserias
con el puñal de plata
que afila sanguinaria
en el negro esmeril de la distancia
la luna pensativa.

ES LA HORA
En un campo de cenizas
donde yace cruel y fiero
un azufre de esqueleto hacia la luna
y que sueña
bajo un techo sin familia
mientras muere
en sus labios de sepulcro abandonado
un cigarro,
surge el hombre.

Es el pobre que destila desconsuelos


y se embriaga y se destruye
bajo el peso del bolsillo sin trabajo,
de la casa sin comida,
de los perros que destronan con sus lenguas
de los rostros las basuras,

109
de los silentes niños
sin color de arreboles
por anemias arteras.

No revienta
la monstruosa vanidad del potentado
y en el suelo
rompen llanto los ensueños destrozados,
y en las plazas y en las calles más lejanas,
juegan lágrimas,
rompen sueños de comida con sus ansias
los que viven en el fondo del imperio.

No se enluta
la rugiente vastedad de los poderes,
es la enorme y gigantesca línea curva
que aprisiona
a los círculos burgueses una especie
con igual característica de humanos
que ensañados se solazan en racimos
mientras tuercen los del pueblo sus pulmones
porque ajeno es hasta el aire que respiran.

Es la hora
sin minutos de paciencia
que se enlute con la angustia de los pobres
todo el cielo enriquecido de los pocos,
de los unos que revientan
sus banquetes y racimos
sobre nosotros angustiados por el hambre.

Es la hora
de rencor
o
destruirnos.

110
CÁNCER ASESINO IMPLACABLE

Existes,
monstruo de mil tormentera,
tridente infernal;
eres un imperfecto estado traicionero
que golpea rugiente,
que se aleja sarcástico
para volver con saña,
amoratado y negro
a secar el oxígeno,
a estrangular neuronas,
morfinas a doler.

Tu arte es cecinar
la carne viva, nunca,
te ablandan los gemidos
las noches sin aliento,
los bellos hijos grandes,
el hogar, y con furia
despellejas el hueso
con paciencia, esparce inmundicias en las venas,
exprimes, destartalas
y ríes purulento, ensombrecido,
con blanquísimos dientes
entre labios resecos,
con soñolientos ojos
en el rostro de cal.

¿Quién te puso en la vida


a cortar los trigales
antes de madurar?

La brutal felonía
que borda con metrallas y cohetes
los límites hermanos
esparció
tu semilla
en el viento.

Estás incontenible
en tu loca carrera
hasta que un plenilunio
te detenga
quizá.

111
Si es verdad que la luna
infla y desinfla el mar,
con la misma certeza
descubrirán el cieno
dónde habitas falaz.

Te matarán entonces
asesino asesino.
Ese minuto el hombre
con metrallas y bombas
un monstruo,
hermano o primo tuyo,
instalará
en el viento
quizá.

112
RECITAL POETICO EN HOMENAJE
A LOS SESENTA AÑOS DE LA
REVOLUCIÓN RUSA

Por: Rafael Riera S.

1977

Machala, noviembre fi de 1977

113
ESTA CANCIÓN ANTIGUA
Esta canción ya vieja
es de mi primavera
ligera, distraída,
de lágrimas en flor.

Esta canción, señora,


cada vez le cantaba
en la noche de luna,
desde la calle fría,
a su tibio soñar.

Ud. no lo sabía,
era lirio, azucena;
yo el arroyo intrincado
que tropieza en las piedras
en cada movimiento,
atraído a los mares
bullanguero a morir.

Tantos años y más...


de tierra en esa tumba
y por sobre la pena,
pisonando el silencio,
la distancia, el dolor.

Esta canción de ahora


era de amor, señora;
señora de otro alero
de la perdida flor,
susurra por la casa
mientras mis hijos oyen
una canción de besos
de su madre, mi amor.

Aquella primavera
vive o tal vez murió.

114
EL GUADUAL

Espalda al sol
el flaco guadual de pelo en hojas
encierra un remolino de verdura,
un palacio de pájaros,
una escoba dorada,
un fleco de color.

Allí los tordos ágiles


hacen los malabares con su sombra
son saltimbanquis negros
en el tallo doblado,
o trapecistas leves en los arcos en flor.

Las churucas de felpa


amarilla en negruras
rodean las raíces de retazo en retazo,
entre insectos soleados,
rebuscando el instante del armónico son.

Cataratas de grana
en las tardes de sangre;
despeinado escenario
de una danza de pulpos;
cómo se abrillantan las hebras orientes,
cómo chorrean claras las gotas de la noche
hacia el flaco destino
de llenar los toneles de escaleras tan débiles
y peldaños de cal.

En la mañana abierta:
libro de letras múltiples, encendidas, mojadas
donde leen los hombres
un concierto de picos
y un verdusco chorrear.

Por la innúmera base


el agua de la altura descifra laberintos
y en gotas espaciadas,
cada tonel delgado
se escurre hacia los centros
de otra raíz en flor.

Guadúas verdinegras, harapientas, pulusas


en vuestra cabellera dorada, desteñida

115
se destilan las gotas
como la vida nuestra
hasta el fin,..
guadual!

LA MUERTE EN EL INGENIO
Por destruir el hambre de dos vidas,
para pagar la misa al señor cura,
para comprar un metro de potrero
bajaste de los cerros,
buen hermano.

Traías la figura de tu suerte:


bajo el poncho oculta la injusticia;
tras los ojos ahogados los lamentos;
la boca asaeteada por silencios
que el rictus de lo amargo dibujaba;
un secreto de túneles adentro
clavados cual puñales en los siglos.

Bajabas a la zafra del Ingenio


a matizar con tu serena frente
la tropical cadencia de la caña;
a decorar los campos verde mares
con ponchos tricolores;
a dejar la fuerza del trabajo,
a desmontar la caña,
a cargar como bestias,
a extraer la miel,
a ensacar azúcar,
bajabas a la zafra del Ingenio.

El día del aumento te mintieron,


mintieron de mañana,
de tarde, al medio día...
te mintieron.

Y luego el latigazo sin motivo,


la metralla que ruge
y el golpe que desnuca;

más allá el canal,


embudo de ratones;
acá la trompa abierta

116
del caldero rugiente;
por entre los hierbales,
bajo los verdes árboles,
cadáveres, cadáveres.

La muerte en el Ingenio
fue la paga;
el rugir de metrallas,
el aumento;
muerte sin compasión a
a la indiada
que zafreros e indios
sobran en los linderos.

El llanto y la tristeza
retornaron al páramo;
volvieron sin consuelo
a descolgar recuerdos
con gemidos y llantos,
a rebuscar el cómo
y el porqué
de la muerte

Con claror socialista


llegará a tus cerros
más temprano que tarde.
el día de otra zafra,
el día del azúcar para el pueblo;
será color carmín como el ocaso
porque nunca, ya nunca,
se extinguirá la sangre,
zafrero asesinado.

CANTO EQUINOCCIAL
Falso
que un hombre nuestro
cual disco democrático
abriera sus silencios aterrados
para hablarte de paz.

Falso como palmera


que añora su oxígeno
y riera en la arena

117
si abrazara en ovejas
este grito de lobo.

Con voz de asesinados,


de madres tras sus hijos,
de incógnitas sangrientas
que envueltos por cementos
irrumpen en proclamas
así te cantaré, Unión Soviética
que aún sin conocerte
yo te añoro.

Cantarte con Neruda que agoniza


en el charco de Chile;
con Bolívar que cruza
con su siembra en los mares;
con Martí en las batallas
de la espada y la idea;
con el Che fusilado
doblemente en leyendas;
con Fidel circunspecto
que cabalga y que triunfa
en su propio caballo.

Se muere y resucita;
por una muerte cruenta
gérmenes que pululan,
de aquí, mi canto, Rusia,
con sabor de golpistas,
atronar de gorilas
y uniformes sablistas;
pero que tiene el oro
de labrar los crepúsculos
en la selva y el páramo
de océano a océano.

Gritos de atrapados
que deshacen cadenas;
sombras de analfabetos
que dibujan auroras;
cantos que erupcionan
volcanes de impaciencia.

Enlodados y todo,
envueltos con papeles amarillos,
con la espada en los dientes
y la bota en el pecho

118
levantamos las manos
como lo hiciera Víctor
en su última escena;
como Camilo Torres
al elevar su hostia
para decirte: Salve
tierra que no conozco,
pero que admiro
y amo.

Machala, noviembre 8 de 1977

119
RAFAEL RIERA S

ZARUMA DEL CERRO


RICO

1978

120
ZARUMA CERRO RICO

Dedicado a Zaruma al
celebrar el X Festival del Café

Auspiciado por:

Club de Ajedrez Alekhinne


Zaruma

1977-1978

121
A manera de Prólogo

Después de cruzar este umbral, el lector entrará a un pequeño


cuarto poético creado por la sensibilidad artística de Rafael Riera
Sigüenza

Son dieciséis cuadros que exaltan a Zaruma, a esta ciudad y a


esta tierra que tan dentro llevamos.

El poeta vino de lejos y prendió aquí sus raíces. Llegó,


seguramente, en una tarde madura de verano; por eso, su
imaginación desbordante de bellas imágenes logró para Zaruma esta
expresiva metáfora: "Acuarela con sol".

Y en todos los cuadros poéticos, ricos en imágenes literarias


decidoras, sutiles y espontaneas, resaltan el paisaje y la mujer
zarumeños el bullir de la ciudad fraternal; la promesa de sus niños y
hasta su luto reciente y eterno.

Los poemas recogidos en este librito son para los zarumeños


una invitación nueva; invitación a admirar más este suelo, conocerlo
más hondamente. Los versos del poeta son una exhortación a
arraigarnos más en la tierra nativa, con cuyo engrandecimiento todos
estamos comprometidos.

El Club de Ajedrez Alekhinne, con motivo de la celebración del X


Festival Nacional del Café en homenaje a Zaruma, ha auspiciado la
publicación de estos poemas de Rafael Riera, savia joven y
prometedora.

Gonzalo Alvarado A.

SULTANA ZARUMA

Pequeñita ciudad de requiebros andinos,


ventana al mar,
con estiles juguetonas y casas bailarinas
que recorren las lomas y visitan el valle
cual bandada de cisnes que quisieran volar.

El autor.

122
ACUARELA CON SOL

Prende, Zaruma, singular guirnalda


en el Ande traviese y destrozado
que viaja por América Latina.
Es un brillar de extensas esmeraldas
y flechas ricas de metal dorado,
¡aquí nace el amor, aquí termina:

Su torre de los cielos suspendida,


plateada alondra, residual de luna,
albergue señorial de las campanas,
divorcio de techumbres inclinadas
tiene a su haber la singular fortuna
de ser el mirador de la SULTANA.

Desfile sorprendente de equilibrio,


las casas engarzadas en la altura
quieren huir, saltar como el suspiro
pero la roca con amado brío
les coge de su ingrávida cintura
con manos de corolas y zafiros.

Divina gala del jardín humano,


regalo singular de primavera,
exaltan, las mujeres el paisaje.
Vestales del Olimpo ecuatoriano
tienen de mar, de playa y cordillera:
amalgama de bosques y de oleajes.

Girón de paraíso interandino,


antena enhiesta de cultora y gloria,
puñado de valor, manojo de oro,
cielo con sol, techo azulino,
desde la mina espeluznante historia
donde la muerte se robó un tesoro.

Lanza, Zaruma, claridad tu vida


pues tienes lumbre, ventanal andino,
allá en el cielo tricolor radiante,
luz de mujeres en crisol fundidas
y tea de granito alabastrino
bajo la tierra en el metal ardiente.

Dejo mi lira descansar dormida,

123
pues, eres, oh Zaruma, poesía;
canto de sol en versos infinitos
y puedo marchitar tu faz risueña
queriendo en vano con virtual porfía
librar en rimas, este amante grito.

Zaruma, abril 19 de 1968

VISIÓN NOCTURNA

Cada noche en las sombras que comienzan


envuelto en el lejano
romperse de luciérnagas y ramas
contemplo tu figura fulgurante
de calles que se encuentran
y casas que se besan en la frente:
es tu sueño, Zaruma, entre la fronda
ardiente, generosa, deslumbrante
y el beso de ramajes entreabiertos
en labios de corolas de carmines.

Como un peldaño de luz hacia la luna,


camino reluciente
trazado entre las peñas aureoladas,
asciendes al lucero
y en el añil del cielo
dejas un beso blanco
que se abre al infinito en una nube:
Es tu sueño, Zaruma, que te lleva
a encender el fuego de los astros,
a jugar con la luna
la ronda de los árboles lucientes.

En el paso silente de la sombra


el timbal del reloj
golpea claro
como el cristal en grito de metales,
es el músico eterno
en vigilia constante
que ahonda los minutos
quemando los segundos de los siglos:
es tu sueño, Zaruma, en cruz de torre
que alarga su blanquísima figura

124
para besar como luciente novia
a la doncella lúcida
que es la estrella del Sur.

El frío que me abraza cariñoso


camina con la niebla trasnochada
que se rompe en espuma,
que cubre levemente de gris claro
las techumbres rojas y las calles largas
y juega gigantesca
con la luz del bombillo
que pelea incesante contra insectos de polvo:
es tu sueño, Zaruma, entre la niebla
-casa de mil torneros-
que enviste los rosales,
las calles, los balcones,
sorpresiva, callada,
como guardián nocturno
que esgrimiera algodón.

Un enorme barco que navega en olas


de hojas y de lomas
y un vigía que contempla el paso
triunfal de su partida:
Tú la nave, Zaruma, yo el vigía
que admira tu camino
y pinta en su deseo la morada
de la tierna mujer,
¡la dueña mía¡

Zaruma, noviembre 15 de 1968

125
LA TORRE DE LA IGLESIA
Enjoyada y brillante
con la aurora,
base de lanzamiento
en medio día.
Ensangrentada y triste
en el ocaso,
oscura y fantasmal
junto a los grillos.
Rayo de luz flotante
en noches claras.

Torre piramidal:
reloj del pueblo,
guía de caminantes centenarios,
nido de golondrinas siderales.

Desde el camino
taladro de montaña,
desde el parque, tu amigo,
plata falsa
de un farol inmenso
y apagado.
Desde el amor:
símbolo para luchar.

En ti viven los siglos repicando.


Testigo de viajeros
sin retorno,
testigo de torrentes
y arco iris,
testigo de sonrisas
y de llantos,
de látigos en minas
y de gringos.

126
CAFÉ ZARUMEÑO
Planta de talle débil, tembloroso
y recargada de flores azucenas,
de rápidos pedazos de hojas verdes
y un estuche moreno y perfumado.

Toda de las laderas con ocasos,


de tibio sol y sombra de hojas anchas:
cual débil bailarín de gorra blanco
en frescos escenarios de neblina.

El aroma extraño que prodigas


trasciende en serpentinas presurosas
y es como un despegarse de oleajes
hacia la dicha eterna de las cumbres.

Moreno de secretos caminantes,


del flaco guadual pequeño hermano;
llegas al mundo con la línea negra
de la firma espiral de zarumeño.

CENTRO ESCOLAR
Al Centro Escolar
Guillermo Maldonado V.

Centro Escolar, señor, hermano mío,


perenne enarbolar de una esperanza;
reflejas el claror del fiel rocío
en la senda floral de la enseñanza.

Nacer y ser tu ánimo alimenta


forjas el umbral en el camino
el niño que en los ámbitos sustenta
el débil aureolar de su destino.

Centro Escolar, señor, hermano mío,


estela de un azul jamás sombrío
en la ronda celeste de los niños.

Núbil canción en danza de gargantas


cae entonan las esplendidas e inquietas,
auroras encendidas de los sueños.

127
FLORILEGIO
Mira, Zaruma, del jardín sus galas
que ríen con perfil de castañuelas
en el prisma arco iris, sol y lluvia,
están aquí para dejar sus dones.

La humilde violeta con voz débil


cual gota anochecida en par de labios
reverente ha llegado para darte
el cálido mensaje en una nota.

Geranios, azucenas, claveles, hierbabuenas,


también la platinada estrella sin espacio,
hasta aquí, Zaruma iridiscente,
han traído un cantar en cada pétalo.

Las gotas en cascadas desde arriba


con su tic tac golpean en desorden,
es una danza frenética de flores
brillantes con collares de agua clara.

No quiere el girasol, está muy serio;


falla al empeño, cargado con centellas,
sacude sus cabellos; con dulzura
y emprende con temor la danza alegre.

Zaruma de torrentes deshojándose


en todos los jardines en vorágine,
una danza en huida,
de manos agitándose en adioses.

Flores en los recodos, suspendidas,


en el verde descenso, en las laderas;
allá junto al amor, en los dolores
flores para Zaruma, rojas flores.

Tu cielo es una flor de azul de ojos,


tu entraña representa flores áureas,
flores son tus mujeres. Tu presencia
es rara flor abierta entre los Andes.

128
PUEBLO EN FERIA

Cuando por las veredas asoma el domingo


se matizan las calles con lindos colores
y en los balcones que penden del cielo
vemos la dulce mujer que cautiva
brindando dulce, su amor al mirar.

La banda dominguera se escucha en el viento


cimbreantes bellas rodean el parque
y en los alambres las aves recitan
pequeños versos de paz y hermandad.

Es la feria que corre locuaz, incansable


mientras resuenan alegres campanas
desde la torre que alza serena
su cuerpo frágil regado con sol.

Al caer de la tarde se traza una cinta


de gente altiva que vuelve a su casa,
es un desfile rojizo, jadeante...
de un sol de nácar herido en su luz.

PARA MACHALA
Desde el altar
del Ande en crucigrama
donde canta la bruma cenicienta
con sabor de café negro retinto,
adviene la Saltana con cantares
el trópico de mares
y de ocasos,
de gaviotas y brisas,
¡a Machala¡

Es un mirarse
de cumbres y sabanas,
de montes seculares
con olas que se alejan,
de ríos torrentosos
con plácidos meandros.

129
Un hermanarse,
ahora,
por sobre las palmeras
del viento fresco y fuerte
con la brisa delicia
un diálogo hermano
del cielo de Zaruma
con este de Machala.

PARA ARENILLAS

He mirado tu Escudo y tu Bandera,


en ellos predomina el color verde,
fertilidad de suelo en mil jardines,
fertilidad patriota en tantos mártires.

Puerta del Ecuador, arco del triunfo,


hija del río plácido, del huerto
rico como la miel de las abejas,
de naranjas de mirar redondo,
de almibaradas tardes de ciruelas.

Permite que te canten, centinela,


las voces de Zaruma castellana,
desde la cumbre al mar somos hermanos
de triunfos, de dolores, de esperanzas.

Hermanos en ocasos desangrándose,


en noches sorprendidas con negruras
como ésta de canción y serenata
ante el balcón cristal de Arenillas.

130
KATIUSHKA
Para mi hija

Pequeña niña frágil:


fulgor, luna, cristal;
dulce capullo blanco:
cristal, luna, fulgor.

Por ti la primavera
encendida y azul
comparte tiernamente
la vida familiar.

Por ti, la melodía


única, do-mi-sol,
con tu presencia canta
desde la cuna en flor.

Desde la cuna blanca


perfume de alhelí
trasciende por la estancia,
por ti, niña, por ti.

Cristal de voz futura,


latir débil, brotar
de misterioso germen,
manantial, manantial.

Bienvenida Katiushka
al mundo sin color,
te daremos abrigo,
contra el frío calor.

Te daremos muy poco


si poco es el amor.
Gastaremos la vida
en pintarte el dolor.

131
OTRO CANTO PARA ZARUMA
¿Se cansará la mano, agradecida mano
de entonar la alegría de la flor que marchita,
resembrada en Zaruma, -obra de caminante-,
entreabriera en su túnel de nuevo el arco iris?

Sin colores la senda, mortaja de montaña,


blanca nieve silente, agria y entallecida,
había conquistado la rama de la angustia
quebrada por la burla del mundo en cada esquina.

Pero llegó Zaruma con nieve de cafetos


cuál estrellas pequeñas de cielos en los llanos;
con azul de infinito cuando no cenicienta,
pincelando los días con ojos de dulzura.

Pero llegó Zaruma con ríos que descansan


al pie de matorrales, su rápida huida;
frescos como el recuerdo de años de rocío.
cuando aramos endebles auroras despejadas

Llegaron los frutales perfumes ya perdidos


a dibujar el croquis feliz de los errantes
para darme en ternura de una mujer e hijos
un templo que ya en ruinas se moría en el pecho.

Y se escuachó en Oriente -punto de referencia


de más de cuatro vientos,» de más de cuatro Nortes-
la voz de las montañas regadas por inviernos
que gritaban en páramos: levanta, amigo y anda.

Los pasos ya perdidos encontraron entonces


la madrugada aquella que incineró la dicha
y pude sin tropiezos continuar el deshielo
hasta prender de nuevo la luz de la esperanza.

La tibieza adorada de tu amistad, Zaruma,


encendió las cenizas que en un fuego risueño
iluminó el abismo y sepultó la sombra;
se adelantó a la altura y entreabrió una ventana.

Hoy, Zaruma, te debo la voz de la alegría


y con ella, aún joven, dilatada, serena
te dejo esta cosecha de versos en invierno,
como un río de letras que bordean tu vera.
Zaruma, enero 14 de 1977

132
JOSÉ ANTONIO JARA AGUILAR

Las cuerdas del silente estado de la nada


reviven al conjuro de nostalgias de vuelta
y en la senda empinada de Zaruma en declive
los cantos revividos deshojan sus querencias.

Brota de las distancias el viejo pentagrama,


que a la luz de faroles encendió las esquinas
y arrancó los suspiros de las bellas amantes
con el mágico acorde del amor en canciones.

Oh Chaso en pentagrama que cantas con tu ausencia


los puentes amorosos de las hondas distancias
y retornas cantando por los vientos alados
a prender tu sonrisa en cada plenilunio.

Persistirá tu nombre, José Antonio viajero,


ante el balcón abierto con mil lunas y estrellas
y sobre el tintineo de la calle de piedra
semejará tu nombre un eterno farol.

Zaruma, julio de 1977

133
AL CLUB DE AJEDREZ ALEKHINNE

Dentro del pergamino milenario

de cerros arrugados, caprichosos,

abierto hacia el azul cual campanario

un juego de ajedrez surge glorioso.

Peones en vanguardia y en tropeles

las torres en apoyo, los alfiles

con cruce diagonal, y los corceles

con ataque saltón labran pretiles.

Allí crece la paz como un frondoso

y corpulento árbol de auroras

que pintan nuevo sol en el Oriente.

Es el centro del ámbito rocoso

un núcleo cerebral, una corola

abriéndose en científicos torrentes.

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