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Presentado por: Adriana Nosa Gómez

He querido hablar acerca de la séptima falacia: La globalización universaliza y


homogeniza los patrones de consumo, de comportamiento y culturales de la
humanidad.

Estoy totalmente de acuerdo con ver esta premisa como un engaño, ya que hoy en día
nos han intentado vender la globalización de esta forma, pero esto no está de acuerdo
con la realidad, porque aunque todos puedan tener las mismas aspiraciones y
preferencias, no todos podrán consumir y gastar en iguales condiciones. Aquí valdría
la pena preguntarse: ¿Serán todas las personas tratadas en igualdad de
condiciones, tanto en términos de oportunidades como de logros? ¿Tendrán
todas las personas iguales posibilidades de acceder a un trabajo? ¿Serán todos
iguales ante la ley?

La respuesta es obvia, por lo tanto ésta es una mentira más de las tantas que
promociona y catapulta la globalización. Esto partiendo que, todos somos testigos que
el proceso de globalización, es un proceso que abarca fundamentalmente a los países
desarrollados y a las regiones que dan muestra de un relativo desarrollo y deja a un
lado, excluyéndolas del mercado mundial, a vastas regiones del planeta como es el
caso de algunas de las nuevas Repúblicas Independientes de la antigua URSS, y
ciertos países del África, además expulsa a miles y miles de personas que no les
representan beneficio alguno. Muchos aseguran que la globalización beneficia a
todos por igual, pero día a día vemos con asombro que cada vez son menos los
cada vez más ricos y cada vez son más los cada vez más pobres.

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