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Aspectos biográficos.
La Idea de Platón era ética, ontología y teoría del conocimiento, todo en uno. El
método de la división la disolvió en varias disciplinas; pero en consonancia con la
pugna de Platón por la unidad, edificó Aristóteles por debajo de ellas un concepto
correspondiente a la Idea, un concepto común a la realidad y al conocimiento, que
unificara la multiplicidad ya en la raíz. Hay alguna mayor justificación para emplear
la expresión con referencia al mundo de las Ideas de Platón. Aquí indica la entrada
en la conciencia filosófica de lo invisible e inteligible, y especialmente el lado
objetivo de las Ideas como una especie más alta de realidad no aprehensible por
la experiencia. Con esto se enlaza en la última fase del desarrollo de Platón el
problema religioso de la teología teleológica, que vino a ser el punto de partida de
la metafísica de Aristóteles. Mientras que Platón había fijado desde el primer
momento su vista en el pico más alto del mundo de las Ideas, creyendo que toda
certidumbre tenía directamente sus raíces en el conocimiento de lo invisible e
inteligible, la metafísica de Aristóteles está construida sobre la base de la física,
tomando así la dirección opuesta.
Aristóteles introdujo la discontinuidad lógica que caracterizaba, asimismo, el
mundo ideal de Platón en el mundo visible. Según Platón, es la imagen más feliz
el mundo de las apariencias el flujo heraclitiano de todas las cosas, en que hacen
su aparición ciertas islas duraderas. Aristóteles no veía la naturaleza así; para él
era un cosmos en el que* todo movimiento giraba en torno a los centros fijos de
las formas perdurables. Sin embargo, no impuso, como cabía temer, a la realidad
viva la rígida jerarquía de un mundo de conceptos abstractos; sus formas operan
como las leyes constructivas de todo proceso.
Aristóteles abandona la teoría de la virtud de Platón por una teoría de tipos
vivientes, adaptada a la rica realidad de la vida moral en todas las manifestaciones
concebibles, incluyendo la economía, la sociedad, las relaciones de clase, el
derecho y los negocios. Entre este estudio realista de la vida cívica y las elevadas
ideas recibidas de la filosofía religiosa de Platón que forman la armazón del
conjunto, hay una gran tensión. Aunque Aristóteles explica los tipos del hombre
justo, del valiente, del orgulloso, del liberal y del magnificente por medio de un solo
concepto formal de la virtud, el principio del justo término medio, y aunque no
desarrolla sus tipos mediante una pura descripción, sino mediante una
construcción dialéctica en que cada rasgo está lógicamente enlazado con los
demás, su contenido está tomado de la experiencia, y los tipos mismos brotan de
relaciones de hecho tales como se dan realmente.
Así como en ontología hizo dar a la Idea de Platón frutos en la aprehensión del
mundo de las apariencias, de igual manera hizo en la ética adoptar a la voluntad
del individuo moral la norma trascendental, objetivándose a sí misma en esta
forma. Naturalmente que una vez interiorizada así la norma pierde su carácter de
validez universal, pues no hay imperativo alguno que sea igualmente obligatorio
para todos los hombres, si se exceptúa una generalización puramente formal o
desprovista de todo contenido. La finalidad de Aristóteles es la de unir la idea de
la completa obediencia a la norma con la mayor variedad individual. La
personalidad moral es “ una ley para sí misma". De esta manera entra la idea de
la autonomía moral de la persona, que había sido extraña a Platón, por primera
vez en la conciencia griega.
La ampliación de la “filosofía” platónica hasta hacer de ella la ciencia universal fue
un paso que impuso a Aristóteles su alta estimación de la experiencia y su principio
de que la especulación debe basarse en la realidad perceptible. No obstante, sólo
tuvo lugar gradualmente, porque, aunque Aristóteles fue por naturaleza un
investigador desde un principio y sobresalió como el gran lector entre los
platónicos abstractos la actitud intelectual de su primer período, el período
trascendental, es incompatible con su ulterior devoción sin reservas al mundo
infinito de los hechos. Desde el comprender teoréticamente la necesidad de
introducir la experiencia en la esfera del pensamiento filosófico, fundando
lógicamente un concepto del ser cercano al mundo de las apariencias, hay todavía
mucho trecho hasta el recoger y trabajar una gigantesca masa de hechos
puramente por el interés de ellos mismos; y allí donde poseemos una visión
detallada del desarrollo intelectual de Aristóteles, podemos aún ver claramente
cómo una vez que puso el pie en este camino se vio conducido paso a paso más
lejos por él.
b) Escritos metafísicos:
Los libros Metafísicos.