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VITAMINA Nº 1
LOS TRES ÁRBOLES
LA TIENDA DE DIOS
Abrió Dios una tienda muy hermosa en un famoso Centro Comercial. Esta tienda fue abierta
para que todas las personas pudieran comprar todo lo que quieran, para comprar lo que precisen.
Una persona muy necesitada, llega a la tienda muy temprano. La tienda celestialmente decorada
con unos angelitos y unas angelitas fuera de serie. Uno de los ángeles le pregunta:
El señor, abstraído ante la decoración, dijo: - Verás yo tengo muchos problemas y vengo a
comprar soluciones. Tengo que hacer un pedido grande.-
-Los ángeles le contestaron: -No se preocupe que aquí le vamos a surtir de todo lo que usted
quiera.-
-¿Todo, todo?
-Sí todo
-No. Aquí no se paga con dinero. Aquí se paga con capital emocional.
El hombre se animó y dijo: -Bien, anóteme ahí en el pedido- El ángel tomó su bloc y su pluma
celestial y le dijo:
-Pues mira. En la noche siento como si se me saliera el corazón, taquicardias, dolores del riñón,
me duele el brazo izquierdo........
-Bueno, con mi pareja. ¡ Qué bárbaro !. No nos decimos buenos días, nos ladramos los dos
-Mis hijos. Unos adolescentes, me han chocado el automóvil, beben alcohol, no respetan a sus
mayores, etc...
-Muy bien, dijo el ángel. Unos jóvenes integrados. ¿Qué mas?
-La política en mi país. Desearía que sanara la economía, de que ojalá saliéramos de ese 26,4 %
de desempleo abierto, de que las cosas nos vayan mucho mejor a los españoles en la comunidad
económica europea, y en definitiva una economía mejor para toda Europa.
-La verdad me duelen los jóvenes drogadictos, los niños golpeados y maltratados, las personas
abandonadas, los ancianos desprotegidos. Me gustaría que todo esto se terminara en mi nación,
en toda Europa y en el mundo si es posible.
-No. Es todo.
El ángel desapareció entre las puertas de la trastienda para surtir el pedido. Al cabo del rato el
ángel apareció de nuevo portando un pequeño sobre blanco, del tamaño de una tarjeta y le dijo
al señor:
El hombre extrañado ante le pequeñez del sobre le comentó: ¿Aquí está todo?¿Aquí en este
pequeño sobre está todo el pedido?
-El ángel le sonrió y le dijo: - Sí señor, ahí está todo lo que usted me pidió.
El hombre dijo:
-No entiendo.-
-El ángel le contestó: -Usted no ha entendido nada. Aquí se venden semillas, no frutos. Usted
debe de sembrarlas. Usted debe de regarlas. Usted debe cultivarlas, y usted necesita trabajar
para recolectarlas.
-¿Oye ángel, y no es posible que Dios haciendo un milagro extraordinario, componga toda la
humanidad de una sola vez?
-No señor. Dios hizo ese milagro el día y la hora que usted nació. Le dio todo lo necesario para
hacer el mundo que a usted desea tener. Animo, póngase a trabajar. Llegó el momento de actuar.
VITAMINA Nº 3
TIEMPO DE VIVIR
¡Vivir!
Es vibrar cada instante ante la emoción de percibir la maravilla de la creación que nos rodea.
Vivir es entender que cada minuto que transcurre no volverá, es atraparlo intensamente porque
forma parte del tiempo, que sabemos, que ha quedado en el ayer.
Vivir es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad y llevar a su máxima expresión
nuestra capacidad de ser.
Vivir es gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.
Vivir es aprender más cada día, es evolucionar y cambiar para hacer de nosotros un ser mejor
que ayer. Un ser que justifica su existir.
Vivir es amar intensamente a través de una caricia, escuchar en silencio la palabra del ser
amado, es perdonar sin réplica una ofensa, es aspirar la presencia del otro, es besar con pasión a
quien nos ama.
Vivir es comprender al amigo ante la adversidad y aunque se tengan mil argumentos para
contradecirlo y justificarlo, finalmente solo escucharlo, es tener la capacidad de regocijarme
ante sus triunfos y realizaciones.
Vivir es sentir que nuestro existir no fue en vano, y en la medida en que nos atrevamos a dar lo
mejor de nosotros en cada momento, logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para
amar.
Es tiempo de vivir.
VITAMINA Nº 4
UNA FABULA DE AMOR
Sorprendidos le preguntaron:
-Un par de ojos es para que pueda apreciar la belleza que le rodea.
-Uno más para comprender cada acción que realicen mis hijos.
-El tercero para leer el pensamiento, las palabras no pronunciadas, con unos ojos que puedan ver
los corazones y ante los cuales no puedan haber secretos.
-Los últimos, para poder apreciar la presencia de Dios en la paz de un niño durmiendo.
-Los primeros dos son para servir, desde esforzarse en el trabajo más arduo hasta cultivar la flor
más delicada.
-Dos más serán para acunar a cada uno de mis hijos, y llenarlos de caricias, de ternura y amor.
Los ángeles cada vez más intrigados de lo que hacía su Señor, no cesaban de preguntar:
-Oye Señor. ¿Y este ser tan raro tendrá alguna misión en especial?
-Miren. Con un solo beso podrá mitigar el llanto de un niño, perdonar la falta más grave, dar
aliento a un valiente, acariciar el alma de un anciano, seducir al guerrero más poderoso y dar
compañía con sólo recordarla en la soledad.
-Pero su fortaleza es incalculable. Puede soportar hambre, miseria, dolor, abandono, pero jamás
se dará por vencido.
-Sabe hacer milagros con los alimentos.
Uno de los ángeles tocó el rostro y ante su sorpresa se dio cuenta que tenía una lágrima.
-¿Qué es?-preguntó-
-El bálsamo del amor. Es la expresión sublime ante el dolor de mis hijos.
-Su aroma permanecerá por siempre, y su nombre estará escrito de forma indeleble en la historia
de la humanidad.
Finalmente, hizo una larga pausa como meditando el nombre que le daría, y sonriendo ante lo
más sublime de la creación dijo:
VITAMINA Nº 5
UNA ENTRVISTA CON DIOS
Un hombre, de unos 45 años aproximadamente, consiguió una entrevista con Dios. Una
entrevista con Dios, algo imposible, pero él lo consiguió.
Llegó temprano a su hogar, lavó su coche, se duchó, se arregló como nunca, se puso sus mejores
prendas, se perfumó y salió con dos horas de antelación. En el camino, tuvo problemas
gravísimos. Le cogió un aguacero, pinchó una rueda, le cogió un atasco de tráfico. Estaba
detenido en el atasco y los minutos pasaban inexorablemente.
De pronto vio que se le acercaba un niño por el arcén vendiendo miserables cajitas de dulce y
pañuelos de papel. Se paró junto a su ventanilla y pudo ver una churretosa carita que le ofrecía
una sonrisa junto con sus cajitas de dulce. Vio como tiritaba de frío por la humedad de sus ropas
y este hombre con un gran sentimiento de piedad y espiritualidad, buscó su cartera para
comprarle una cajita de dulces.
Al girarse para tenderle las monedas, vio que el niño no estaba. Al abrir la puerta de su coche se
dio cuenta de que aquel niño estaba tumbado en el suelo presa de un ataque de epilepsia. El
hombre inmediatamente lo tomó entre sus brazos, le sacó la lengua para que no se la mordiera,
lo subió en el asiento del lado de su coche, y con mucha dificultad salió del embotellamiento
como pudo. Lo llevó al hospital, se los entregó a las enfermeras y se quedó unos minutos para
ver si el niño reaccionaba.
Retomando el camino hacia su cita, los minutos corrían inexorables. Y al llegar al lugar de la
cita, consultó su reloj y se dio cuenta que había llegado 10 minutos tarde. Y Dios ya se había
ido. El hombre se encolerizó y dijo: Dios mío ¿porqué no me esperaste?. Tú sabes que tuve que
atender al niño. Solo 10 minutos Dios mío. He esperado toda una vida y tu no me has esperado
tan solo 10 minutos......
VITAMINA Nº 6
ÉXITO O FRACASO
VITAMINA Nº 7
CARTA A UN AMIGO
Querido amigo:
Te escribo porque tengo necesidad de decirte algunas cosas de mi vida que pesan
profundamente y que solamente tú puedes comprender. Aunque me duele confesar mi verdad,
ha llegado el momento de confiártelas. No había tenido tiempo para hacerlo antes.
Amigo. No he tenido tiempo para escucharte, mucho menos para merecer tu amistad, pero la
verdad siempre consideré que contigo no iba a poder hacer negocios. Tu charla me parecía
intranscendente, sentía que iba a perder mi tiempo sin sentido. Sé que me buscaste más de una
vez. Que tenías la necesidad de que te escucharas y esperabas mi comprensión y consuelo. Pero
la verdad, mi tiempo lo dediqué solo a aquellos que me dejaban dinero. Ahora entiendo qué
importante es tener amigos en la virtud y no solamente socios en la utilidad. Ahora sé que la
amistad es un solo corazón que late en dos cuerpos, y es la expresión sublime del amor. Te
confieso que me siento solo. Y que he comprendido que únicamente lo barato se compra con
dinero. Que un amigo sincero no tiene precio.
No tuve tiempo para amar a mis padres. Aquellos ancianos que dieron la vida por mí. Aquel
hombre que puso todo su esfuerzo para forjar en mí un ser de provecho y aquella mujer que tejió
mi alma con su ternura y paciencia que cuidó de mí hasta el fin de sus días y que siempre me
concedió su comprensión y su perdón. Y cómo fastidiaban con sus achaques de viejos y quién
iba a tener tiempo de aguantar sus eternas conversaciones y anécdotas repetidas mil veces
viviendo siempre en el pasado. Recuerdo cómo esperaba noticias mías, haciendo suyas mis
derrotas y alegrías. Ahora que soy padre comprendo que el amor es en esencia: paciencia y
capacidad de perdón. Cuanto me toleraron. Pude haberles dado un poco más de mi tiempo en su
soledad.
No tuve tiempo para estar cerca de mi hermano. Guardábamos tantas rencillas y diferencias...
Fuimos concebidos en el mismo vientre y las mismas lágrimas curaron nuestras heridas. Sé que
me necesitaba. Pero nunca lo conquisté como amigo. Podíamos haber sido entrañables
compañeros.
No tuve tiempo para amar a mi pareja cuya ofrenda de adolescencia fueron su juventud y sus
ilusiones. No tuve tiempo para darle la felicidad que buscaba cuando se unió a mí. Cuántas
humillaciones y desprecios sufrió porque creí que no comprendía mi lucha y realización. Ahora
sé que su silencio fue presencia y compañía. Que era parte de mi aventura diaria de vivir, pero la
olvidé en el camino.
No tuve tiempo para amar a mi nación. Tierra a la que pertenezco, tierra que todos los días me
entregó sus frutos. Lugar de oportunidades, de realizaciones, origen de mis hijos y de mi hogar.
Sólo me serví de ella encerrándome en mi bienestar. No comprendiendo el esfuerzo que
hicieron mis antepasados y la sangre que tantos derramaron para ofrendarme la libertad. Ahora
comprendo que nuestro hogar es donde nuestro origen ha germinado. Que es el espacio en el
que tenemos el compromiso de mejorar. Cuantas injusticias a mí alrededor. Cuanta necesidad de
niños marginados, de campesinos de manos encallecidas que ven sus esperanzas truncadas, pero
yo solamente tenía tiempo para mi bien-vivir. Después de todo lo que me ha dado reflexiono.
¿Mi país ha sido bueno conmigo? Y me pregunto: ¿Habré sido yo bueno para mi nación?.
No he tenido tiempo para amar a mis hijos. Estuve siempre tan atareado en cosas tan
importantes como el trabajo diario, las finanzas, la televisión y muchas ocupaciones que los
pequeños no entienden. Les debo las caricias que siembran la generosidad en el corazón de los
niños. El escucharles para que sientan la dulzura de la compañía. El patear un balón para que
aprendan a dar espacio a la alegría. Una sonrisa para que sepan reír a la vida. No tuve tiempo de
verlos crecer. Yo justificaba mi ausencia por su bien. Tenía tanto trabajo que me olvidé forjarles
para una vida superior. Pero qué sabían ellos qué dura era la realidad. Qué equivocado estaba.
Me preocupé por darles todo lo necesario, pero olvidé formarles un corazón que tuviera ideales
y fortaleza para vivir. Recuerdo sus caritas de niños y sus miradas suplicándome un beso de
ternura. Creía que yo no tenía tiempo de cursilerías. Al adolescente lo marginé y me negué a
comprenderlo en su despertar. A encontrarle un destino alto y noble y a apoyarlo en su plena
realización. No tuve nada más que críticas y sermones severos que sólo me alejaron de él. Ahora
me pregunto: ¿Qué calidad hijos heredé al mundo?
VITAMINA Nº 8
DONDE ESTARAN LAS MANOS DE DIOS
Señor, cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza yacen olvidados,
cuando la tierra está quebrada y abandonada me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil, cuando veo al prepotente,
pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino y carentes de
recursos para defender sus derechos me pregunto. ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando contemplo esa anciana olvidada, cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía
algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos
de Dios?
Cuando veo al moribundo en su agonía lleno de dolor, cuando observo a su pareja y a sus hijos
deseando no verle sufrir, cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito
de súplica de paz, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?.
Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, y ahora embrutecido por la droga y el alcohol,
cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni
destino, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro
se refleja ya el hastío de vivir y buscando sobrevivir se pinta la boca, se ciñe el vestido y sale su
cuerpo a vender, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando aquel pequeño a altas horas de la noche me ofrece su periódico y su cajita miserable de
dulces sin vender, cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán tiritando de frío con unos
cuantos periódicos que cubren su frágil cuerpecito, cuando su mirada me reclama una caricia,
cuando lo veo sin esperanzas vagar con la compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿Dónde
estarán las manos de Dios?
Y me enfrento a Él y le pregunto: ¿Dónde están tus manos Señor? Para luchar por la justicia,
para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y
ternura a los olvidados.....
-¿No te das cuenta que tú eres mis manos?. Atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para
dar amor y alcanzar estrellas.
Y comprendí que las manos de Dios somos tú y yo. Los que tenemos la voluntad, el
conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y justo.
Aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la llamada del destino.
Aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se reten a sí mismos para ser las
manos de Dios.
Señor: Ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían
dar. Te pido perdón por el amor que me distes y que no he sabido compartir. Las debo de usar
para amar y para conquistar la grandeza de la creación. El mundo necesita esas manos. Llenas
de ideales y de estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una nueva civilización
que busquen valores superiores que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y
puedan llegar al final vacías porque entregaron todo el amor para lo que fueron creadas. Y Dios
seguramente dirá: ¡¡¡ Esas son mis manos !!!
¿TRIUNFADOR O PERDEDOR?
¿Y TU QUE ERES?
¿TRIUNFADOR O PERDEDOR?
VITAMINA Nº 10
LOS OJOS DEL CORAZON
Un soldado americano en la guerra del Vietnán, fue alcanzado por una bala en una zona del
cerebro, que le dejó ciego totalmente. Una vez que llegó a su pais los doctores le dijeron que no
había cura posible ni remedio.
Un buen día, oyó hablar del sistema de lectura y escritura Braille para incapacitados visuales.
Algo se removió dentro de su ser y vio un rayito de luz en su alma. Se levantó, se aseó, se
afeitó, vistió su mejor ropa, y salió a la calle.
Ingresó en una escuela para ciegos donde aprendió Braille, y además, en esta escuela existía
talleres para todas las profesiones, donde aprendió varios oficios. Este hombre desarrolló una
destreza manual fuera de lo corriente.
Con el tiempo conoció a una hermosa mujer y tras dos años de noviazgo, se casaron. Al año
tuvieron un hijo totalmente normal. Cuando el niño cumplió los 9 años, le dijo a su padre:
(El caleidoscopio es un cilindro de madera en cuyo interior se alojan varios cristales de colores
y en distintos ángulos. Tiene unos dibujos en uno de su extremos en material translúcido. Y
cuando se gira este cilindro, la luz incide sobre la parte translúcida y se puede apreciar la
sensación de movimiento por el lado opuesto.)
El padre lo buscó por infinidad de tiendas, pero no lo encontró. Decidió fabricarlo él mismo, y
como había desarrollado tal destreza manual, buscó los materiales y lo fabricó el mismo. Tomó
los cristales, los pulió en muchas facetas, lo montó en el cilindro de madera y lo pintó con
alegres dibujos.
El mismo día del cumpleaños de su hijo, se lo entregó envuelto en un precioso papel de regalo.
El niño al verlo se quedó totalmente fascinado. Se lo llevó al colegio para que todos sus
compañeros y profesores pudieran verlo. Todos los chicos se quedaban maravillados ante aquel
objeto. Uno de los profesores de ciencias se lo pidió para verlo. Lo probó y le preguntó al niño:
El niño se quedó perplejo y reaccionando con furia mezclada con orgullo, le contestó:
- Sí señor. Mi papá está ciego, pero solamente está ciego de los ojos.