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ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUITECTURA

“Año contra la lucha de la corrupción y la impunidad”

ARTÍCULO DE OPINIÓN

“LA ARQUITECTURA PARA LA EDUCACIÓN”

AUTOR(ES):

Rojas Dávila, Juan Roberto

ASESOR:

Ollague Díaz, Mario Alejandro

Cacatachi – Perú

2019
CONTENIDO
1. INTRODUCCIÓN: ....................................... 3

2. OPINIÓN: ................................................... 3

3. ARGUMENTACIÓN: ................................... 4

4. CONCLUSIÓN: ........................................... 5
1. INTRODUCCIÓN:
Un abuelo se dirige a unos niños sentados a su alrededor, en un corro sobre
el suelo; y les cuenta historias fascinantes sobre el universo y la existencia.
Lo miran fijamente, sin pestañear: le escuchan con la boca abierta. Se beben
sus palabras; y, de tanto en tanto, se oye el vuelo de una mosca: he ahí la
escuela. El abuelo representa la sabiduría y la experiencia; los niños la
apertura a lo nuevo, la ansiedad por saber y la personalidad en construcción.
Y todas las escuelas del mundo serían recreaciones más o menos pálidas de
esta situación esencial. La arquitectura se ve a sí misma ante el deber de
acoger esa escena; y la buena arquitectura escolar sería aquella capaz de
perfilarse a la altura de las aspiraciones y los anhelos que aglutina: de
ofrecerse a su servicio.

2. OPINIÓN:
Desde luego, esa existencia de que el anciano habla a los niños es mucho
más cruda e impía de lo que parece. El margen que deja a esos anhelos suele
ser más bien estrecho, y apenas caben las ilusiones. Un frío pragmatismo
pugna por hacerse con el control de nuestros hábitos, individuales y
colectivos. Se trata de un utilitarismo helador e implacable; y hemos de estar
prevenidos porque, de lo contrario, nos conquista sin que nos demos cuenta.

La observación puede aplicarse a los diversos aspectos de nuestra vida, y


acaso tenga particulares visos de actualidad. Se diría que no hacemos sino
degustar los frutos amargos de un racionalismo de vía estrecha, asociado a
la lógica del dinero: un racionalismo pretencioso y seguro de sí, pero incapaz
de hacerse cargo de nuestras necesidades por aplicarles una interpretación
reduccionista y contable.
3. ARGUMENTACIÓN:
La reflexión debiera llevarnos a reconocer, por contraste, el compromiso
vocacional de muchos colegas arquitectos que, cuando tienen la oportunidad,
diseñan edificios cargados de ambición, a pesar de la dureza y hostilidad de
las circunstancias. Y ha de animarnos a esperar mucho más de los resultados
de su labor.

Estamos ante un arte posibilista y enormemente condicionado. Si hay logros


habitativos en los espacios que usamos es, quizá, gracias al empecinamiento
de unos profesionales siempre motivados, a pesar de las dificultades. El
nuestro es un oficio bastante utópico; la mayoría de los arquitectos trabajan
con una afición desinteresada, movidos por la pasión de crear y aportar; y
hay que superar algunas dicotomías demasiado rígidas. Frente a lo que a
veces piensa la gente, la arquitectura busca mucho menos el protagonismo
que la eficiencia; eso sí, a un nivel que a veces le lleva a asumir inevitables
dosis de protagonismo. Y demanda nuestra comprensión, en la misma
medida en que espera nuestra exigencia.

La arquitectura para la educación ha de sentir de manera especial este reto.


No en vano se asocia a la formación del criterio y la personalidad. Educa
nuestra sensibilidad: nos pule el gusto; y en consecuencia, tiene una doble
responsabilidad.

ICOMOS, Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, es una ONG global


asociada a la UNESCO que promueve la preservación del patrimonio
edificado. En este año 2013, con motivo del Día Mundial de los Monumentos
y Sitios que celebra el 18 de abril, quiere reflexionar acerca del patrimonio
educativo en los diversos contextos geoculturales. La educación ha sido
practicada, desde siempre, en una amplia variedad de lugares: desde los
espacios abiertos, la sombra protectora de un árbol o el ágora, hasta los
edificios institucionales destinados a este fin: escuelas, universidades,
madrasas, academias, bibliotecas, monasterios... Muchos de ellos son
también reconocidos por su valor histórico o artístico, y representan una parte
importante de nuestra herencia cultural. Su protección y conservación viene
a ser, al mismo tiempo, celebrar la educación como derecho y tarea.

El admirado Louis Kahn define la escuela en términos semejantes a los


aludidos: "La escuela comenzó con un hombre bajo un árbol; un hombre que
no sabía que era un maestro y se puso a discutir de lo que había comprendido
con otros que no sabían que eran estudiantes. Éstos se pusieron a reflexionar
sobre lo que había pasado entre ellos y sobre el efecto benéfico de ese
hombre. Desearon que sus hijos también lo escucharan, y así se erigieron
espacios y surgió la primera escuela". La escuela, concluye, "es un lugar
donde es bello aprender".

4. CONCLUSIÓN:
Seguramente será bello aprender en un espacio diseñado al efecto y
realmente atractivo: funcional en tanto también elegante y hermoso. Este es
el desafío que tiene ante sí nuestra arquitectura: sepamos apreciarlo y
demandarlo, con decisión y apertura, con magnanimidad y amplitud de miras:
es mucho lo que hay en juego.

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