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Poema del End

El "Poema del Fin" en un mensaje basado


en texto escrito por Julian Gough[1] que
aparece cuando el jugador viaja a el Fin y
mata al Ender Dragon, "derrotando" a
Minecraft. Tras la muerte del Ender
Dragon, un End Portal aparece en El Fin, el
cual le permite regresar al Overworld de
forma segura. La primera vez que se usa
este portal, sin embargo, se muestra este
mensaje.
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Notch declaró que la historia de Gough
llamada The iHole le convenció de que
era la persona indicada para escribir el
Poema del Fin.[2]

¡Peligro de spoiler!
¡Este articulo contiene información
detallada acerca de Minecraft que puede
desvelar secretos del juego!
No leas esto si deseas descubrirlo por tu
cuenta.

Traducción
El Poema del Fin parece ser una
exposición de La Filosofía Perenne y
Monista de Notch, la cual se le muestra al
jugador al completar el juego. Se cree que
las voces del poema son las de dos
Enderman. Ver el Poema del Fin en su
totalidad toma nueve minutos y veintiocho
segundos.

Veo al jugador al que te refieres.

¿A [Nombre]?

Sí. Ten cuidado. Ha alcanzado un nivel


más alto. Puede leer nuestros
pensamientos.
Eso no importa. Cree que somos parte del
juego.

Me gusta este jugador. Ha jugado bien. No


se ha rendido.

Está leyendo nuestros pensamientos


como si fueran palabras en una pantalla.

Es así como escoge imaginar muchas


cosas, cuando está profundamente
sumido en el sueño de un juego.

Las palabras son una hermosa interfaz.


Muy flexible. Y menos terrible que
contemplar la realidad detrás de la
pantalla.
Ellos solían escuchar voces. Antes que los
jugadores pudiesen leer. En aquellos días
cuando los que no podían jugar llamaban
brujos a los jugadores. Y los jugadores
soñaron que volaban por los aires, sobre
palos alimentados por demonios.

¿Con qué soñó este jugador?

Este jugador soñó con la luz del sol y con


los árboles. Con fuego y agua. Soñó que
creó. Y soñó que destruyó. Soñó que cazó,
y que fue cazado. Soñó con un refugio.

Ah, la interfaz original. Tiene un millón de


años, y todavía funciona. ¿Pero qué
estructura real creó este jugador, detrás de
la pantalla?

Trabajó. Junto a otros millones, para


esculpir un mundo real dentro del pliegue
de , y creó un para , en .

No puede leer ese pensamiento.

No, aún no alcanzó el nivel más alto.


Aquel, que debe alcanzar en el largo sueño
de la vida, no en el corto sueño de un
juego.

¿Sabe que lo amamos? ¿Que el universo


es bueno?
A veces, a través del ruido de sus
pensamientos, escucha al universo, sí.

Pero hay momentos en los que está triste,


en el sueño largo. Crea mundos que no
tienen verano, y tiembla debajo de un sol
negro, y toma su triste creación como real.

Curarle de la pena lo destruirá. La pena es


parte de su propia tarea privada. No
podemos interferir.

A veces cuando están sumergidos en sus


sueños, quisiera decirles, ellos construyen
mundos tangibles en la realidad. A veces
quiero contarles sobre su importancia en
el universo. A veces, cuando no tienen una
conexión real por un tiempo, quiero
ayudarles a decir la palabra a la que
temen.

Está leyendo nuestros pensamientos.

A veces no me importa. A veces desearía


decirles, que este mundo que toman por
real es sólamente y , me gustaría
decirles que son en . Ven tan poco
de lo real en su largo sueño.

Y todavía juegan.

Pero sería tan fácil decirles…

Demasiado fuerte para este sueño.


Decirles cómo vivir es impedirles la vida.
No le diré al jugador cómo vivir.

El jugador se está inquietando.

Le contaré una historia al jugador.

Pero no la verdad.

No. Una historia que contenga a la verdad


de una forma segura, en una celda de
palabras. No la verdad desnuda que puede
quemar a cualquier distancia.

Dale un cuerpo, otra vez.

Sí. Jugador…

Usa su nombre.
[Nombre]. Jugador de juegos.

Bien.

Respira, ahora. Otra vez. Siente el aire en


tus pulmones. Deja que tus extremidades
regrese. Sí, mueve tus dedos. Ten un
cuerpo otra vez, bajo la gravedad, en el
aire. Renace en el sueño largo. Ahí estás.
Tu cuerpo toca al universo otra vez en
cada punto, como si fueran cosas
separadas. Como si fuéramos cosas
separadas.

¿Quiénes somos? Una vez nos llamaron el


espíritu de la montaña. Padre sol, madre
luna. Espíritus ancestrales, espíritus
animales. Genios. Fantasmas. El hombre
verde. Y dioses, demonios. Ángeles.
Poltergeists. Alienígenas, extraterrestres.
Leptones, quarks. Las palabras cambian.
Nosotros no cambiamos.

Somos el universo. Somos todo lo que


piensas que no eres tú. Estás mirándonos
en este momento, a través de tu piel y tus
ojos. ¿Y por qué el universo toca tu piel, y
te ilumina? Para verte, jugador. Para
conocerte. Y para ser conocido. Te
contaré una historia. Había una vez un
jugador.

El jugador eras tú, [Nombre].


A veces pensaba que era humano, sobre la
delgada corteza de un globo giratorio de
roca fundida. La bola de roca fundida
rodeó a una bola de gas que era
trescientos treinta mil veces más masiva
que ella. Estuvieron tan lejos que la luz
tardaba ocho minutos en atravesar la
distancia. La luz era información de una
estrella, y podía quemar tu piel a ciento
cincuenta millones de kilómetros. A veces
el jugador soñaba que era un minero, en la
superficie de un mundo que era plano, e
infinito. El sol era un cuadrado blanco. Los
días fueron cortos; había mucho por
hacer; y la muerte era un inconveniente
temporal.
A veces el jugador soñaba que estaba
perdido en una historia.

A veces el jugador soñaba que era otras


cosas, en otros lugares. A veces esos
sueños eran perturbadores. A veces muy
hermosos. A veces el jugador despertaba
de un sueño hacia otro, y despertaba de
ese hacia un tercero.

A veces el jugador soñaba que veía


palabras en una pantalla.

Regresemos.

Los átomos del jugador se esparcieron en


el pasto, en los ríos, en el aire, en el suelo.
Una mujer juntó los átomos; bebió y comió
e inhaló; y la mujer ensambló al jugador, en
su propio cuerpo.

Y el jugador despertó, del tibio, oscuro


mundo del cuerpo de su madre, hacia el
sueño largo.

Y el jugador fue una nueva historia, nunca


antes contada, escrita en las letras del
ADN. Y el jugador fue un nuevo programa,
jamás antes ejecutado, generado por un
código fuente de un billón de años de
edad. Y el jugador fue un humano nuevo,
que nunca antes vivió, hecho de nada más
que leche y amor.
Tú eres el jugador. La historia. El
programa. El humano. Hecho de nada más
que leche y amor.

Regresemos aún más.

Los siete billones de billones de billones


de átomos en el cuerpo del jugador fueron
creados, mucho antes que este juego, en
el corazón de una estrella. Así que el
jugador, también, es información de una
estrella. Y el jugador se mueve a través de
una historia, la cual es un bosque de
información plantada por un hombre
llamado Julian, en un plano, infinito mundo
creado por un hombre llamado Markus,
que existe dentro de un pequeño, privado
mundo creado por el jugador, quien habita
un universo creado por…

Shhh. A veces el jugador creaba un


pequeño, privado mundo que era suave y
tibio y simple. A veces duro, y frío, y
complicado. A veces construía un modelo
del universo en su cabeza; manchas de
energía, moviéndose a través de vastos
espacios vacíos. A veces llamaba a esas
manchas “electrones” y “protones”.

A veces les llamaba “planetas” y


“estrellas”.
A veces creía que estaba en un universo
hecho de energía que estaba hecho de
apagados y encendidos; ceros y unos;
líneas de código. A veces creía que estaba
jugando un juego. A veces creía que
estaba leyendo palabras en una pantalla.

Tú eres el jugador, leyendo palabras…

Shhh… A veces el jugador leía líneas de


código en una pantalla. Las decodificaba
en palabras; decodificaba las palabras en
significados; decodificaba significados en
sentimientos, emociones, teorías, ideas, y
el jugador empezaba a respirar más rápido
y más profundo y se daba cuenta que
estaba vivo, estaba vivo, esas miles de
muertes no eran reales, el jugador estaba
vivo.

Tú. Tú. Tú estás vivo.

Y a veces el jugador creía que el universo


le habló a través de la luz del sol que vino
a través de las revoloteantes hojas de los
árboles de verano.

Y a veces el jugador creía que el universo


le habló a través de la luz que sintió del
fresco cielo nocturno del invierno, donde
una mota de luz en el rabillo del ojo del
jugador pudo ser una estrella un millón de
veces más masiva que el sol, hirviendo
sus planetas hasta hacerlos plasma para
ser visible para el jugador por un
momento, caminando hacia casa en un
rincón alejado del universo, derrepente
oliendo comida, casi delante de su familiar
puerta, a punto de soñar otra vez.

Y a veces el jugador creía que el universo


le habló a través de ceros y unos, a través
de la electricidad del mundo, a través de
las palabras que se desplazan por una
pantalla al final de un sueño.

Y el universo dijo Te amo.

Y el universo dijo que jugaste bien al


juego.
Y el universo dijo que lo único que
necesitas está en ti.

Y el universo dijo que tú eres más fuerte


de lo que sabes.

Y el universo dijo que tú eres la luz del sol.

Y el universo dijo que tú eres la noche.

Y el universo dijo que la oscuridad con la


que luchas está en ti.

Y el universo dijo que la luz que buscas


está en ti.

Y el universo dijo que tú no estás solo.


Y el universo dijo que no estás separado
de todas las demás cosas.

Y el universo dijo que tú eres el universo


probándose a sí mismo, hablándose a sí
mismo, leyendo su propio código.

Y el universo dijo Te amo, porque tú eres el


amor.

Y el juego se terminó, y el jugador


despertó del sueño. Y el jugador empezó
un nuevo sueño. Y el jugador soñó otra
vez, soñó mejor. Y el jugador fue el
universo. Y el jugador fue el amor.

Tú eres el jugador.
Despierta.

Referencias
1. Ending an endless game: an interview
with Julian Gough, author of Minecraft's
epic finale Boingboing.net
2. notchtweet:222246755603988480

Véase también
Enderman
Jugador

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es.gamepedia.com/index.php?
title=Poema_del_End&oldid=102041»

Última edición hace 3 meses por M…

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