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INTE:RPRE:Tf.\CIÓN BfBLICf.\
1 Los adherentes a la crítica de la redacción sugieren que la interpretación de las Escrituras comenzó mucho antes
que Esdras.
Historia de la interpretación bíblica 43
en cualquier texto, y (2) tenía importancia cada detalle incidental del
texto. El rabino Akiba, en el siglo primero d. c., finalmente extendió eso
para mantener que cada repetición, figura retórica, paralelismo, sinóni-
mo, palabra, letra y aun las formas de las letras tenían significados
ocultos" Ese "letrismo" (enfoque indebido de las letras de las cuales se
componían las palabras de las Escrituras) era llevado muchas veces al
extremo que el significado que el autor tenía en mente era pasado por
alto y las especulaciones fantásticas de los rabinos tomaban su lugar.
En la época de Jesucristo, la exégesis judía podía clasificarse dentro
2
de cuatro tipos principales: literal, midráshico, pesher y alegórico. El
método literal de interpretación, mencionado como peshat, al parecer
servía de base para otros tipos de interpretaciones. Richard Longenecker,
citando a Lowy, sugiere que la razón para la relativa infrecuencia de
interpretaciones literalistas en la literatura talmúdica es "que se suponía
que este tipo de comentario era conocido por todos; y ya que no había
disputas al respecto, no fue registrado.,,3
La interpretación midráshica incluye una variedad de dispositivos
hermenéuticos que fueron desarrollados considerablemente durante la
época de Cristo y que siguió siendo desarrollado durante varios siglos
después.
Al rabino Hillel, cuya vida antecede al surgimiento del cristianismo
por una generación o más, se le considera como el que desarrolló las
reglas fundamentales de la exégesis rabínica que recalcó la comparación
de ideas, palabras o frases halladas en más de un texto, la relación de
principios generales a casos particulares, y la importancia del contexto
4
en la interpretación.
Con todo, la tendencia hacia una exposición más fantasiosa que
conservadora continuó. El resultado de esto era una exégesis que (1) daba
significados a textos, frases, y palabras sin consideración al contexto en
el cual se trataba de aplicar; (2) combinaba textos que contenían palabras
o frases similares fuera que los textos se refirieran o no a la misma idea;
1 Milton S. Terry. Hermenéutica bíblica (reimpresión ed., Grand Rapids: Zondervan, 1974), p. 609. Publicado en
español por CLlE.
2 Richard Longenecker, Exégesis bíblica en el período apostólico (Grand Rapids, Eerdmans, 1975), pp. 28-50.
3 !bid, p. 29
4 Para un análisis más completo de las reglas del rabino Hillel, véase J. Bowker, El Targum y la literatura rabínica
(Cambridge: University Press. 1969), p. 315; Y Longenecker, Exégesis bíblica en el período apostólico, pp.
34,35.
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y (3) tomaba aspectos incidentales de la gramática y les daba pertinencia
l
interpretativa. Se dan dos ejemplos de tal exégesis en seguida:
1 Bernard Rarnm, Inrerpretación bíblica protestante, 3ra. ed. rev. (Grand Rapids, Baker), p. 24.
2 Ibid., p. 26.
3 Ibid., pp. 27,28: F. W. Farrar. Historia de la interpretación, pp. 149-151, en A. Berkeley Míckelsen, Illterpre-
tondo la Biblia (Grand Rapids, Eerdmans, 1963), p. 29.
4 Ramm, Interpretación bíblica protestante. p. 28.
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En resumen, durante el primer siglo d.C. los intérpretes judíos
estaban de acuerdo en que las Escrituras representan las palabras de Dios,
y que estas palabras están llenas de significados para los creyentes. La
interpretación literal se empleaba en esferas de interés judicial y práctico.
La mayoría de los intérpretes emplearon las prácticas midráshicas,
particularmente las reglas desarrolladas por Hillel, y muchos usaron
suavemente la exégesis alegórica. Dentro de la comunidad judía, sin
embargo, algunos grupos fueron en direcciones separadas. Los fariseos
continuaron en el desarrollo de la exégesis midráshica con el propósito
de vincular su tradición oral más estrechamente con las Escrituras. La
comunidad de Qumrán, creyendo que ellos eran el verdadero remanente
fiel y los destinatarios de los misterios proféticos, siguieron empleando
los métodos midráshicos y pesher para interpretar las Escrituras. Y Filón
y los que deseaban reconciliar las Escrituras judaicas con la filosofía
griega continuaron desarrollando los métodos de exégesis alegórica.!
1 K. Fullerton, Profecia y autoridad, p. 81. citado en Rarnrn, Interpretación bíblica protestante, p. 31.
2 Citado en Terry, Hermenéutica bíblica, p. 639.
3 Daniéiou, Orígenes, p. 184, citado en Rarnrn, Illferpretación bíblica protestallfe, p. 32.
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le dio gran importancia a 1 Corintios 2:6,7 ("hablamos sabiduría de Dios
en misterio").
Orígenes creía que así como el hombre consistía de tres partes -
espíritu, alma y cuerpo - también las Escrituras poseían tres sentidos.
El cuerpo es el sentido literal, el alma el sentido moral y el espíritu el
sentido alegórico o místico. En la práctica Orígenes típicamente desa-
creditaba el sentido literal, rara vez se refería al sentido moral, y cons-
tantemente empleó la alegoría, ya que sólo la alegoría conducía al
verdadero conocimiento.\
Agustín (354- 430 d.C.)
En términos de originalidad y genio, por mucho Agustín es el más
grande de esta época. En su libro sobre doctrina cristiana, estableció
diversas reglas para la exposición de las Escrituras, algunas de las cuales
siguen en uso actualmente. Sus reglas incluían las siguientes, según el
resumen de Ramm:
l. El intérprete debe poseer una genuina fe cristiana.
2. Debe tenerse en mucha consideración el significado literal e histó-
rico de las Escrituras.
3. Las Escrituras tienen más de un significado y por tanto el método
alegórico es adecuado.
4. Hay significado en los números bíblicos.
5. El Antiguo Testamento es un documento cristiano porque en él se
describe a Cristo de principio a fin.
6. La tarea del expositor es entender el sentido del autor, no dar su
propio sentido al texto.
7. El intérprete debe consultar el verdadero credo ortodoxo.
8. Un versículo debe estudiarse en su contexto, no aislado de los
versículos que lo rodean.
9. Si el significado de un texto no es claro, nada en el pasaje puede
constituirse materia de fe ortodoxa.
10. El Espíritu Santo no es un sustituto para el necesario aprendizaje de
las Escrituras. El intérprete debe conocer hebreo, griego, geografía
y otros asuntos.
11. El pasaje oscuro debe dar preferencia al pasaje claro.
2
12. El expositor debe tomar en cuenta que la revelación es progresiva.
1 Louis Berkhof. Principios de interpretación bíblica (Grand Rapids: Baker, 1950). p. 20.
2 Ramm, Interpretación bíblica protestante, pp. 36. 37.
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En la práctica Agustín abandonó la mayoría de sus propios principios
y tendió hacia la excesiva alegorización; esta práctica hizo que sus
comentarios fueran de los menos valiosos de sus escritos. Él justificaba
sus interpretaciones alegóricas con 2 Corintios 3:6 ("Porque la letra mata,
mas el espíritu vivifica"). Él interpretaba que este texto quería decir que
una interpretación literal de la Biblia mataba, pero una interpretación
l
alegórica o espiritual daba vida.
Agustín creía que las Escrituras tenían un sentido cuádruple: histó-
rico, etiológico, analógico y alegórico. Su punto de vista llegó a ser el
2
predominante en la Edad Media. Así la influencia de Agustín en el
desarrollo de una exégesis científica fue mixta: en teoría expresó muchos
de los principios de sana exégesis, pero en la práctica no logró aplicar
tales principios en su propio estudio bíblico.
1 lbid., p. 35.
2 Berkhof, Principios de interpretación bíblica, p. 22.
3 Ramm, Interpretación bíblica protestante, p. 48.
4 ¡bid., pp. 49,50.
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Los principios exegéticos de la escuela de Antioquía pusieron el
fundamento de trabajo de la hermenéutica evangélica moderna. Lamen-
tablemente, uno de los estudiantes de Teodoro, Nestorio, llegó a partici-
par en una de las mayores herejías respecto a la persona de Cristo, y su
asociación con la escuela, junto a otras circunstancias históricas, condu-
jeron con el tiempo al fallecimiento de esa prometedora escuela de
pensamiento.
1 Robert Grant, Breve historia de la interpretación bíblica (Nueva York: Macmillan, 1963), p. 119.
2 !bid., pp. 119,120.
3 George Eldon Ladd, Teología del Nuevo Testamento (Grand Rapids: Eerdmans, 1974), p. 13,
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punto de lo absurdo. Creían que cada letra, y aun cada posible transpo-
sición o sustitución de letras, tenía un significado sobrenatural. En el
intento de descubrir misterios divinos, ellos recorrieron los métodos
siguientes; sustituir una palabra bíblica por otra que tenía el mismo valor
numérico; agregar al texto al considerar cada letra individual de una
palabra como la letra inicial de otras palabras; al sustituir nuevas palabras
en el texto por un intercambio de alguna de las letras de las palabras
l
originales.
Entre otros grupos, sin embargo, se empleaba un método de inter-
pretación más científico. Los judíos españoles de los siglos doce al
quince incentivaron un retorno al método gramático-histórico de inter-
pretación. Los victorinos de la abadía de San Víctor en París, alegaban
que el significado de las Escrituras se hallaba en su exposición literal
más bien que en la alegórica. Ellos sugirieron que la exégesis debiera dar
origen a la doctrina en vez de hacer que el significado de un texto
coincidiera con la enseñanza eclesiástica previa.
El individuo que hizo un significativo impacto sobre el regreso a la
interpretación literal fue Nicolás de Lira (1270?-1340?). Aunque él
estaba de acuerdo en que había cuatro sentidos en las Escrituras, dio
decidida preferencia al literal e insistió en que los otros sentidos debían
hallarse firmemente fundados en el literal. Se quejaba de que los demás
sentidos se usaban para apagar el literal, y aseguraba que sólo el sentido
2
literal debiera usarse como base para la doctrina. Las obras de Nicolás
de Lira influyeron profundamente en Lutero, y hay muchos que opinan
que sin esa influencia Lutero no hubiera dado inicio a la Reforma.
1 Citado en F.W. Farrar, Historia de la interpretación (1885: reimpresión oo. Grand Rapids, Baker, 1961). p. 347.
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protestantes comenzaron a desarrollar credos para definir su propia
postura. Hubo un momento en que casi todas las ciudades importantes
tenían su propio credo favorito, a la vez que prevalecían amargas con-
troversias teológicas. Durante esa época los métodos hermenéuticos eran
con frecuencia pobres, porque la exégesis llegó a ser la sirvienta de la
l
dogmática, y con frecuencia degeneró en simple prueba de textos.
Farrar, al describir a los teólogos de esa época, dice que leían "la Biblia
con la mirada feroz y antinatural del odio teológico.,,2
Pietismo
El pietismo surgió como una reacción a la exégesis dogmática y con
frecuencia amarga del período confesional. A Felipe Jacobo Spener
(1635-1705) se le considera el líder del avivamiento pietista. En un
tratado titulado Anhelos Piadosos, él pedía el fin de la controversia inútil,
y un retorno a los intereses cristianos mutuos y a las buenas obras, mejor
conocimiento bíblico de parte de todos los creyentes y mejor capacita-
ción espiritual para los ministros.
A. H. Francke ejemplificó muchas de las cualidades que el tratado
de Spener pedía. Además de ser erudito, lingüista y exegeta, fue activo
en la formación de muchas instituciones destinadas al cuidado de los
desamparados y de los enfermos. Él también participó en la organización
del trabajo misionero para la India.
El pietismo hizo significativas contribuciones al estudio de las
Escrituras, pero no fue inmune a la crítica. En sus mejores momentos los
pietistas combinaron un profundo deseo de entender la Palabra de Dios
y apropiarse de ella para sus vidas con una fina apreciación de la
interpretación gramático-histórica. No obstante, muchos pietistas poste-
riores descartaron la base de interpretación gramático-histórica, y depen-
dieron en su lugar de una "luz interior" o "una unción del Santo". Esas
exposiciones, basadas en impresiones subjetivas y reflexiones piadosas,
con frecuencia resultaban en interpretaciones que se contradecían entre
sí y tenían muy poca relación con el sentido del autor.
Racionalismo
El racionalismo, la posición filosófica que acepta la razón como la
única autoridad que determina las opciones o el curso de acción de