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En la antigua Grecia, el término democracia surgió como respuesta al uso del poder por parte

del pueblo en la toma de decisiones políticas mediante mecanismos participativos donde eran
ellos quienes tenían el poder de elegir a sus representantes para buscar juntos un bien común.
Siendo dicho mecanismo ejercido a través del voto, donde se buscó que los representantes
fueran elegidos de manera transparente, evitando así que se perpetuaran en el poder o que
buscaran beneficios propios acatando las necesidades de las mayorías, sin vulnerar los
derechos de los individuos o excluir las minorías. Por tal razón se dice que “La democracia
es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” dicho por Abraham Lincoln y que se traduce
como la definición clásica de dicho concepto.

Durante el siglo XXI, América Latina ha tenido un gran avance en materia de democracia:
las cifras han demostrado que a partir de los años 80 los procesos electorales han sido más
competitivos y transparentes, lo que se ha traducido en que en más personas han tenido
acceso a la educación y salud que antes eran casi imposibles de conseguir para muchas
personas aun cuando son derechos universales, las personas fueron perdiendo el miedo a
expresar y defender sus ideas, haciendo uso de los mecanismos democráticos y espacios para
el debate. No obstante, continuamos siendo la porción del continente con más desigualdad,
si medimos el alto nivel de pobreza en el que se sume más de un tercio de su población, las
precarias condiciones de muchas personas debido a la carencia de servicios básicos en zonas
alejadas, o los índices de criminalidad, que pese a haberse reducido, no han sido eliminados
por completo.

Gran parte de sus problemas radica en sus mecanismos democráticos, que no garantizan la
participación abierta y no son objetivos en materia de rendición de cuentas, en teoría porque
nosotros creemos vivir en democracia cuando en realidad no sucede de este modo; confiamos
en que tenemos el poder, decimos dudar de los políticos, pero la verdad hemos sido
representados por ellos, porque les hemos dado toda nuestra confianza.

Basándonos en la columna de Rodrigo Uprimmy podemos decir que la constitución es algo


que en Colombia siempre hemos convivido y es bueno saber que han sido muy pocos años
en los cuales en Colombia se vivió una Dictadura como lo está haciendo en este momento
Venezuela, esto conlleva al desorden civil donde es difícil mantener unas reglas, estas
constituciones nos ayudan a reconocer los derechos de cada uno, la Constitución es necesaria
en una sociedad democrática, siendo entre las leyes la más principal, fundamental y en
nuestras palabras el padre de las leyes que da elementos y bases a una sociedad para tener
reglas y normas, en Colombia antes de 1.991 la formación de la constitución se basaba en los
triunfos bélicos o de contiendas políticas... (La Constitución de 1991 perspectiva (II) el diario
El Espectador, 18 de julio 2011, 11 pm, por Rodrigo Uprimmy)

Con la constitución de 1991 se transforma Colombia en un estado Laico dando poder


absoluto al pueblo dejando a un lado la monarquía y el poder de uno solo, ahora el pueblo es
libre de tomar sus decisiones de forma democrática siendo un “Estado Social de Derecho”,
con esta nueva Constitución permite a todo ciudadano tener libre expresión con autonomía y
conciencia, pero bajo unas reglas muy sencillas, debe haber tolerancia sin esto es muy difícil
llegar a un acuerdo. En una sociedad como Colombia nos encontramos con muchas culturas
las cuales influyen y hacen

que perdamos la tolerancia al no aceptar que todos somos diferentes, creyendo que como
fuimos educados y criados es la forma correcta y los demás deben seguir nuestras reglas,
cada individuo es único, de nada sirve unas normas o querer hacer democracia si primero no
aceptamos la opinión de los demás, escuchando y mirándolo de todos los puntos de vista, con
la tolerancia viene el respeto, cada uno somos seres humanos que necesitamos ser
escuchados, todos en igualdad de condiciones donde el voto es de un pueblo no de un
individuo, esta es la idea de la Constitución de 1991 que a pesar de sus debates y mitos nos
dan la oportunidad de ser libres, elegir nuestra religión, nuestro pensamiento, siempre y
cuando este no afecte, dañe, lastime o agreda a nosotros mismo o a la sociedad.

Podemos decir que a partir de la constitución de 1991 Colombia se transforma en un país con
democracia Participativa, donde los ciudadanos pueden ahora tomar ciertas decisiones del
gobierno y este a su vez abre espacios para ejercer este tipo de participación, siendo este un
sistema que defiende la soberanía de un pueblo por el cual el pueblo tiene derecho a elegir a
sus gobernantes, también controlar sus acciones, aunque este tipo de democracia en nuestros
tiempos no ha sido estricta y es ahí donde se vuelve una democracia antigua donde el más
poderoso gana, el narcotráfico, la politiquería rompen este proceso, volviendo nuestra
democracia en una democracia de mentiras, no se toman en cuenta principios fundamentales
de una democracia que debe ser justa, equitativa, sin discriminación, si monarquía. Hay que
tener en cuenta que una democracia Moderna se hace por el crecimiento en la tecnología, la
educación, la política, pero la corrupción hace decaer la democracia en nuestro País, es así,
que tenemos líderes de baja condición académica y cultural.

(Nuestra Democracia Participativa, El Colombiano, 24 de Mayo 2016, por Ana Cristina


Aristizábal Uribe)(La Democracia en Colombia, la Patria, 21 de Noviembre 2017, por Luis
Prieto)

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