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- Antecedentes de los caminos, en dos paginas realizar una relatoría de los


antecedentes de los caminos en una aproximación histórica nacional, con al
menos 6 figuras, fotos o imágenes explicativas. Con base a esa información
recopilada deberá de realizar un infograma en Power Point.

Aun antes de la invención de la rueda, la que se supone ocurrió hace unos diez mil
años (en Mesopotamia con los Sumerios), Wright y Dixon (2011) es indudable que
hubo alguna forma de transporte individual o masivo de personas.
Muchas de las migraciones en los primeros periodos históricos involucraron a un
gran numero de personas y se cubrieron relativamente grandes distancias.
Se establecieron rutas más o menos regulares y con ello se abrieron brechas, se
formaron veredas, senderos o sendas, y se construyeron caminos.
Cuando llegaron los españoles a México, el territorio era un imperio de caminantes
que se comunicaban a través de miles de kilómetros de senderos —angostos,
empinados, largos—, sin más señalización que la posibilidad de que una persona
pudiera transitar por ellos, buscando la distancia más corta. Con los invasores
llegaron los caballos, los palanquines y los carros tirados por mulas y corceles.
Muchos de los senderos prehispánicos fueron utilizados para comunicar a la Nueva
España, modificando sus características físicas. Se alteraron las rutas: la pendiente
se hizo más suave en algunos casos y la huella más amplia. De acuerdo con las
necesidades económicas de la época, se construyeron nuevos caminos, se abrieron
las rutas a las minas y a la colonización de los desiertos del norte.

La construcción del primer camino en México fue la calzada México–Xochimilco,


según lo establece Francisco González de Cosío, en la Historia de las obras
públicas en México, cuando los habitantes de este poblado —pensando que la
suerte que sufrían los de Azcapotzalco y Coyoacán, pudiera ser la suya, al ser
víctimas de los mexicas— creyeron encontrar en la guerra el remedio a sus temores,
lo que movilizó su ánimo en tal sentido. A la postre resultaron vencidos, y se les
impuso como tributo “dar piedra pesada y liviana, edificar las casas de los
vencedores y construir esta calzada de tres brazas de ancho”.
De esa manera no sólo atendieron la construcción de caminos, sino que además se
preocuparon de su conservación, para lo cual los monarcas y caciques emitían las
disposiciones sobre la época y manera de reparar los caminos, lo que se efectuaba
con los prisioneros al finalizar la temporada de lluvias.

Durante el movimiento insurgente, los caminos y transportes heredados de la


Colonia sirvieron para que los ejércitos de ambos bandos transportaran víveres y
material de combate.
En 1827 se creó la junta encargada de cuidar los caminos que estuvieron a cargo
de los consulados, y de 1834 a 1838 se dictaron diversas disposiciones para la
apertura de nuevos caminos y el mejoramiento de los existentes, así como sobre la
obtención de fondos para los mismos.
El 24 de septiembre de 1842 se promulgó el decreto y reglamento para la
construcción de caminos.
El artículo primero de ese ordenamiento consideraba tres clases de caminos. “La
primera comprendía las rutas que desde la capital federal conducían a las de los
estados y a los puertos de Veracruz y Acapulco. La segunda la componían los
caminos que iban de la capital de una entidad federativa a otra y de ésta a los
puertos de mar principales y a las fronteras de las repúblicas vecinas”. “La tercera
clase la formaban las comunicaciones interiores de las capitales de los estados con
los pueblos, o de pueblo a pueblo en cada uno de ellos, o de un estado con los
pueblos de otros colindante. Los caminos que sólo iban a las haciendas y los
ranchos se consideraban privados y en tal calidad no se incluyeron en la
clasificación anterior”.
En 1846, se fundó la Dirección General de Colonización e Industria, a cuyo cargo
quedó la construcción y reparación de caminos, misma que estuvo en funciones
hasta 1853, en que fue sustituida por la Secretaría de Fomento.
El 15 de junio de 1855, el presidente Santa Anna expidió el decreto para la
clasificación de los caminos y el establecimiento del peaje. En medio de las
vicisitudes que caracterizaron al efímero imperio de Maximiliano, éste atendió las
vías de comunicación, y en 1865 creó el Consejo Superior de Caminos y Puentes,
que daba especial atención a la conservación de la carretera México-Veracruz.
En 1867, desparecido ese imperio, el presidente Benito Juárez estableció un
impuesto destinado a la construcción y conservación de caminos. Ese impuesto
sustituyó el pago de peaje creado por Antonio López de Santa Anna, pero fue
derogado en l868, y a partir de entonces se aplicaría, por primera vez, un
presupuesto para la construcción de obras públicas, entre ellas los caminos.
En 1891 Porfirio Díaz establece la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas
(scop), encargada de la planeación, construcción y conservación de los caminos.
En la época porfiriana se saltó de la vereda y el camino de herradura, directamente
al ferrocarril. En 1893, el objetivo principal era alimentar las estaciones de los
ferrocarriles y, en menor cuantía, comunicar zonas que carecían de medio de
transporte.
No obstante, a Carranza se debe la creación el 11 de enero de 1917, de la Dirección
de Caminos y Puentes, como organismo especializado dentro de la Secretaría de
Comunicaciones y Obras Públicas. Durante los siguientes gobiernos revolucionarios
—hasta Álvaro Obregón—, se apreció un impulso real a la labor caminera, al
incrementar la construcción de carreteras y al celebrarse en la ciudad de México el
Primer Congreso de Caminos, en el que surge el proyecto de legislación para
promover la construcción y conservación de los caminos de México.
Los primeros esfuerzos fueron encaminados a
lograr la comunicación carretera entre la capital
del país y las principales ciudades, puertos y
fronteras, fortaleciendo los vínculos políticos y
administrativos de la nación. Posteriormente se
continuó con la construcción de carreteras de
penetración hacia regiones poco pobladas, pero
de gran capacidad económica, lográndose su
incorporación al concierto nacional y el
consiguiente aumento de la producción.
La red carretera del país nace en el año de 1925, cuando la Comisión Nacional de
Caminos inicia la construcción de carreteras. En ese entonces sólo se contaba con
28,000 kilómetros de brechas y veredas no aptas para la circulación de automóviles.
Inicialmente la construcción de carreteras
respondió a la necesidad de unir a la región
central con la frontera norte y a necesidades
completamente regionales, originando una red
radial formada por grandes ejes troncales que
enlazaron a las principales ciudades del país.
Hoy en día, la red nacional de carreteras cuenta con más de 374 mil km de longitud.

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