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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL

NOMBRE: Samantha Minaya


CURSO: Segundo “D”
FECHA: 26 de julio del 2019

Trabajo de investigación N°2 – Segundo Hemiciclo

LA POSVERDAD

I. LA VERDAD

¿Qué es la verdad?, ¿qué quiere decir ‘verdadero’?, he aquí interrogaciones cuya


respuesta se adecua a la respuesta que traiga consigo la filosofía.
Para Platón el mundo en el que vivimos no es más que un reflejo imperfecto de
un mundo suprasensible, de las «ideas», donde la verdad es un ideal a alcanzar
junto a la belleza y el bien.
Sin duda uno de los puntos de inflexión se produce con el pensamiento de René
Descartes. Este filósofo francés rompe con la tradición occidental, introduciendo
lo que se conoce como duda hiperbólica (duda de los sentidos, de si estamos
despiertos o no, o si somos engañados por un «genio maligno»). Como
vemos, utiliza la duda como método para alcanzar la verdad.

Ya lo dice Aristóteles: “Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es


falso, o de lo que no es que no es, es verdadero”.

La palabra verdad deriva del latín veritas, y se entiende ésta a una concordancia
existente entre lo que se dice/piensa/cree con lo que “es”. Se trata simplemente de
lo cierto, de lo que no se puede dudar. Como vemos, esta definición parece no
acarrear grandes problemas para la vida cotidiana (los perros tienen cuatro patas,
es una verdad que nadie puede negar ni discutir), pero se topa con ciertas
limitaciones cuando se analiza de una manera más profunda.

Estos problemas se acentúan aún más en materia religiosa, ya que toda religión es
portadora de la verdad, sobre todo de aquellas que son trascendentes para
el hombre. El sentido de la vida, de dónde venimos y hacia dónde vamos, son
respuestas que toda religión otorga y son rotuladas bajo el término de verdad.

La deformación y manipulación de la verdad tienen una larga historia, pero a nivel


estatal comenzó a ser conocida tras la Revolución rusa que dio un sesgo político la
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"verdad" como instrumento del poder. En el siglo XX cualquier aficionado a la


historia tiene un campo de investigación jugosamente amplio para seguirle la pista
a los falsos rumores, noticias manipuladas, propaganda descaradamente errónea,
desinformación en suma que hizo decir a alguien "en una guerra, la primera
víctima suele ser la verdad. Ahora podríamos decir: en la supuesta "paz" del siglo
XXI la primera y más importante causa de desequilibrio y de conflicto se llama
"posverdad".

¿Cuál ha sido la importancia social de la verdad?

Si hablamos de la verdad y su importancia en la sociedad pongámosla como un


valor ético y a su vez respondemos la pregunta que se establece.
Se considera la “verdad” como un valor ético, da sentido al respeto ante los
demás hombres, constituye uno de los pilares básicos sobre los que se asienta la
conciencia moral de la comunidad y abarca todos los ámbitos de la vida humana.
La “verdad” es definida como el momento en el cual una intención, un
propósito, deben encontrar una verificación en la realidad, es sin dudad, según
Sposken (1982) una de las exigencias éticas fundamentales de nuestra actitud
vital. La verdad constituye uno de los puntos más importantes de la convivencia
humana.
Nada tan destructivo para las relaciones interhumanas como la falta de
sinceridad y la mutua desconfianza.
La veracidad es uno de los presupuestos fundamentales de la convivencia
humana, en las relaciones con los demás tenemos derecho a que sean sinceros
con nosotros, tanto en el pensar, como en el hablar, como en el obrar.
Pongamos un ejemplo claro de esta relación de confianza, entre la enfermera y el
paciente, la obligación ética de decir la verdad adquiere una determinada
acentuación, pues no se trata sencillamente de la comunicación de hechos
objetivos. La verdad puede anunciarle vida y bienestar o liberación respecto al
miedo o a la inseguridad, pero también, puede ser el anuncio de su condena al
sufrimiento o la muerte; mucho depende como se diga la verdad al individuo.
La obligación ética de la veracidad se ve más concretamente cuando se tiene en
cuenta los intereses del paciente, y la situación del individuo en sí.
Para el hombre de hoy sigue teniendo vigencia la veracidad como actitud ética
global de su existencia. Sin esta actitud no tendría sentido ni la vida personal ni la
relación interpersonal.

 ¿Cómo ha cambiado históricamente la verdad y qué tipos de verdad se han


construido?

Blatt hace un breve repaso histórico. “Tanto el trascendentalismo religioso


tradicional”, dice, “como el materialismo del siglo XIX, postulaban, sustentados
consciente o inconscientemente en actos de fe, la existencia de verdades absolutas,
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universales e inmutables. Estas se consideraban reales, aunque inalcanzables para


neoplatónicos religiosos o laicos; postergadas a paraísos “post mortem” para los
creyentes justos (y sólo para los de la propia confesión) o a punto de alcanzarse
aquí en la Tierra para el cientificismo mecanicista inspirado en Newton. El
cambio, entonces, habría ocurrido cuando, a partir de la segunda mitad del siglo
XX, esas certezas relativistas o deterministas, de escépticos y dogmáticos se
moderaron, como demuestra la creciente atracción del budismo y su doctrina de
la impermanencia, así como las verdades probabilísticas de la física cuántica, la
desconocida materia y energía oscura que compondría 95% del cosmos, la
indefinición neurológica de la conciencia, los multiversos y la poco intuitiva
noción de espacio y el tiempo.

En torno a la verdad se habla de tres requisitos:

o Hay un punto de referencia y algo que se compara con él.


o En la comparación, uno de los términos es un pensamiento.
o Hay verdad si coinciden. Según donde se establezca la comparación,
aparecen los distintos tipos y definiciones de verdad.
Existen varios tipos de verdad; a continuación, explicaré de que se trata cada una
de ellas:
* Eternas. Parecen ofrecer la paradoja de que la mayoría de las personas creen
en una revelación que la mayoría de las personas considera falsa. Pero no se trata
de una verdadera paradoja, ya que, como no hay apoyo mayoritario por ninguna
opción, una minoría ha de ser correcta, lo cual lleva a mantener la racionalidad de
la creencia.
* Autoritarias. - La confianza en la visión de las autoridades y la autoridad de
nuestra comprensión es, de hecho, históricamente omnipresente. Cualquier
persona puede convertirse en una autoridad epistémica. Las dos formas más
comunes de validación de la autoridad epistémica son la experiencia o lo divino.
Incluso en la religión, la autoridad descansa usualmente en algún tipo de demanda
a la experiencia.
* Esotéricas. – La idea de verdades esotéricas, verdades escondidas, ha estado
presente desde la antigua Grecia. Algunas de estas verdades no están meramente
escondidas, sino que están disfrazadas por algún tipo de engaño. Cualquier
persona que se preocupe por la verdad necesita disponer una forma de distinguir
entre tramas plausibles e inverosímiles, pero normalmente no solemos tener
conocimiento ni tiempo disponible para ello.
* Razonadas. – La luz de la razón nunca es pura. Las personas a menudo
confunden la exposición de las limitaciones de la razón con su desacreditación.
La razón es una herramienta imperfecta con usuarios imperfectos. La razón no
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lleva a la verdad, más bien sirve como herramienta de navegación que nos ayuda
a acercarnos a la verdad, si sabemos cómo usarla y lo que estamos buscando.
* Empíricas. - La fortaleza de las verdades empíricas radica en el hecho de que
siempre estén abiertas al escrutinio, a la revisión y a la objeción. El principio
empírico de la experiencia como árbitro de la verdad no debe confundirse con la
falacia de que ver es creer. Según Aristóteles la solución de una dificultad reside
en el descubrimiento de hechos, pero Bacon reconoce que ante los nuevos hechos
encontramos resistencias basadas en prejuicios, asunciones y creencias
prioritarias. La verdad empírica es demasiado modesta para reclamar certeza,
siendo aún más admirable por ello.
* Creativas. - Surge la idea de que es posible convertir algo en verdadero
simplemente diciéndolo, siendo éste un tipo de tontería a la que nos ha conducido
el mundo posverdad. Las verdades se crean todo el tiempo, cambiando la realidad
para bien o para mal. La imaginación es necesaria para la creatividad, pero para
crear nuevas verdades la imaginación no es suficiente.
* Relativas. - Para Baggini, la idea de verdades relativas no implica que no exista
una verdad independiente de ellas. Se dan diferentes usos del lenguaje según las
diferentes características del contexto. Ante diferentes realidades podemos hablar
de diferentes verdades.
* Poderosas. - El poder puede distorsionar a la evidencia científica. Lo que se
acepta como verdad depende de algo más que hechos o pruebas. En este caso
haríamos bien en preguntar, ¿cui bono?, ¿quién se beneficia con cada versión de
la verdad? Aunque el escepticismo de Foucault parecía extenderse a afirmar que
lo que llamamos "verdad" no es más que la expresión del poder, para que su
argumento resulte convincente tenemos que aceptar que existen verdades que no
son meras expresiones de poder.
* Morales. - Los hechos morales no pueden someterse a la demostración empírica.
Cuando hacemos afirmaciones morales estamos expresando una preferencia,
revelando nuestros gustos éticos. Los juicios morales no requieren de pruebas
lógicas. Nuestros sentimientos están configurados según lo que consideramos
como verdadero, de manera que corregir las percepciones falsas altera nuestros
juicios morales.

 ¿Por qué se vuelve crucial el problema de la verdad hoy en día?

La verdad es un valor vinculado a la honestidad que implica la actitud de mantener


en todo momento la veracidad en las palabras y en las acciones.

Siendo la verdad el compendio de la certeza; aquella que no da lugar a la duda,


me sorprende actualmente las opiniones tan diversas que existen.
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Aunque es más que respetable que cada ser humano se acoja a su verdad, es cierto
que tendemos a adoptar esa verdad al disfraz que más nos acomode: ya sea a
nuestro pensamiento, a nuestra circunstancia, a nuestra ideología, o incluso a
nuestra rebeldía. Todo eso lleva que el sentido verdadero vaya perdiendo forma;
a que la desconfianza se adueñe de criterios que no hacen bien a la mente humana;
a que se limite la inventiva, se aumente el afán de comparar, se reduzca la
profundidad de analizar situaciones que contradicen el sentido común.
Es la preocupación de una sociedad que comparte otros criterios, otras
aspiraciones y sobre todo que ve el poco esfuerzo que transmite a generaciones
que necesitan una orientación certera de la verdad.

Se ha tomado la dañina costumbre de no oír lo que nos conviene, lo que no nos


autoriza a seguir con nuestra mentira. Por con siguiente se cambian las reglas del
juego, entra la manipulación del poder sobre la información que masifican los
medios de comunicación y hasta internet.
La falta de verdad empobrece las ilusiones nobles, escasea la creación de
proyectos realizables y cansa a una juventud que podría dar un buen juego a
nuestra sociedad. Por el contrario, recae en beneficio de otras opciones, no tan
ilusionantes, con matices de enfrentamientos, de falta de proyectos para el
progreso, y creando en su objetivo: rivalidad entre ciudadanos, incluso entre
hermanos.

 LA POSVERDAD

El fenómeno de la posverdad y las noticias falsas es una fuente inagotable de


análisis. Y dada la gravedad del asunto, no es para menos.

La posverdad se ha definido como un contexto cultural e histórico en el que la


contrastación empírica y la búsqueda de la objetividad son menos relevantes que
la creencia en sí misma y las emociones que genera a la hora de crear corrientes
de opinión pública.
Básicamente, la palabra sirve para señalar una tendencia en la creación de
argumentos y discursos que se caracteriza por partir de la asunción de que la
objetividad importa mucho menos que el modo en el que lo que se afirma encaja
con el sistema de creencias que sentimos nuestro y que nos hace sentir bien.
La posverdad supone un emborronamiento de la frontera entre la verdad y la
mentira, y crea una tercera categoría distinta a las dos anteriores. Una en la que
un hecho, ficticio o no, es aceptado de antemano por el simple hecho de encajar
con nuestros esquemas mentales.
A la popularización de posverdad se le ha unido la del concepto alternativ facts,
que en español se traducen como "hechos alternativos". Pero con un matiz: los
hechos alternativos, a diferencia de las mentiras en general, tienen detrás un
potente aparato mediático y propagandístico que los respalda y que hará todo lo
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posible por hacer que esas falsedades parezcan explicar la realidad o, al menos,
que no parezcan mentiras.
Keyes también nos habla de la “rutinización” de la deshonestidad en la vida
contemporánea, en la cual “el engaño se ha convertido en un lugar común a todos
los niveles”. (pg.50)
Los avances de las tecnologías de la comunicación propician que las
oportunidades para engañar a otros hayan aumentado exponencialmente. Según el
autor, la investigación ha confirmado que mentimos mucho más a menudo por
teléfono que en persona. También advierte que “el advenimiento de las
computadoras agregó una gama completamente nueva de excusas perfectas para
nuestro arsenal «posveraz»”, y que “una mentira digitalizada no se siente como si
tuviera la misma gravedad que la que se pronuncia en persona o se murmura por
teléfono”. Para Keyes, “la tecnología moderna engrasa el deslizar de la
posverdad”. (pg.51)

 Posverdad informativa o noticiosa

En 1932, Aldous Huxley publicó la primera edición de su novela Un mundo feliz, un


retrato de un mundo distópico en el que los individuos son programados y segmentados
en diferentes categorías que aniquilan toda creación personal y tribalizan a una sociedad
donde el entendimiento intergrupal resulta imposible. En la historia de Huxley, cada
individuo debe permanecer en su lugar, pensar y hacer lo que se espera de él. Un mundo
de posverdad y de burbujas sociales diseñado para el control. Una realidad que sentimos
presente en nuestros días.
Desde que Pariser introdujo el concepto de filtro burbuja para explicar la construcción de
nichos ideológicos en Internet, gran parte de las investigaciones sobre la desinformación
se han centrado en describir cómo los usuarios de las redes se recluyen en estas cámaras
de eco ideológicas.
Ahora la gente se informa por Facebook, a través de lo que otras personas
comparten, lo que se puede comparar con lo que antes era el "dicen por ahí", y
esas fuentes casi nunca son confiables.
Una de las razones que explican la propagación de contenidos dudosos tiene que
ver con cuestiones psicológicas y de dinámicas de redes. Investigadores como
Yochai Benkler, de la Universidad de Harvard, apuntan a que los seres humanos
con intereses afines tienden a encontrarse –hoy ayudados por las plataformas
sociales en Internet–, y crean clústeres en los que grupos de individuos, con
informaciones acomodaticias, ratifican entre sí sus creencias descartando los datos
que apuntan en direcciones opuestas a sus prejuicios. Esto genera burbujas de
información en las que solo ven contenidos afines a sus pensamientos y sus
amigos.
El triunfo de la posverdad ha llevado a muchos analistas a hablar de un cambio de
paradigma. Es cierto que el embuste informativo ha existido siempre, pero sí
preocupa el hecho de que la verdad parece haber dejado de ser relevante. Mucho
de lo que hoy se afirma como verdadero ya no tiene ninguna base en la realidad y
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abundan los supuestos expertos dispuestos a demostrar cualquier afirmación por


dinero, cercanía con el poder o posibilidad de influencia, mientras el resto difunde
esos bulos por ignorancia.
Como ejemplos claros de la influencia de la cultura de la posverdad podríamos
mencionar el hecho que llevó a utilizar por primera vez el concepto "hechos
alternativos" en un contexto de política profesional. Kellyanne Conway, la
mencionada jefa de la campaña de Donald Trump, justificó las barreras
interpuestas a los ciudadanos provenientes de países de tradición musulmana que
quieren entrar en los EUA señalando que dos refugiados iraquíes habían estado
involucrados en la matanza de Bowling Green. La matanza de Bowling Green no
ha existido.
Otro ejemplo simple de posverdad son las declaraciones de Sean Spicer,
Secretario de Prensa de la Casa Blanca, asegurando que los medios de
comunicación habían ocultado deliberadamente la asistencia masiva de
ciudadanos con la que contó la investidura presidencial de Trump; según él, la
inauguración con la mayor audiencia del mundo.
Pero, por supuesto, los hechos alternativos no han nacido con Trump; son una
constante en política. Aquí podríamos mencionar, por ejemplo, las afirmaciones
provenientes del gobierno español de que las pensiones están garantizadas cuando
los indicadores que cruzan demografía con datos socioeconómicos muestran lo
contrario. Si encaja un discurso que despierta fuertes emociones porque nos
representa, es válido, sea cierto o no.

La posverdad puede remontarse hasta la Segunda Guerra Mundial, donde Joseph


Goebbels proclamaba su célebre frase “ “Miente, miente, miente que algo quedará,
cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá.” Actualmente utilizada por
varios asesores de campaña de políticos.

 Posverdad científica

Según Rubio (2017), en relación a la posverdad, uno de los efectos indeseados ha


sido que la noción de una verdad científica, única y universal, se ha vuelto cada
vez más remota para los ciudadanos. Según el autor, los políticos contemporáneos
han aprendido a utilizar esta situación a su favor.
Las prioridades posverdad han impulsado el surgimiento del “negacionismo
científico”. Esto supone un peligro cuando se amenaza la salud pública o la
seguridad de los demás.
Pero, en la salud pública como en la política, la Posverdad genera una volatilidad
asombrosa. Cuando se confía menos en una investigación basada en evidencia que
en una anécdota, y la autoridad institucional se presta menos atención que las
teorías de conspiración, las consecuencias pueden ser repentinas y mortales. Para
ser eficaz, la vacunación depende de la "inmunidad colectiva": es decir, un nivel
de consumo tan alto que la enfermedad deja de propagarse. Si esa inmunidad
sobrevivirá a la histeria continua sobre la vacunación es una pregunta abierta.
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En ciencia, una teoría es una explicación de los fenómenos naturales capaz de


predecir observaciones futuras y de sobrevivir a múltiples esfuerzos lógicos para
refutarla. La confusión ocurre cuando se usa la palabra "teoría" como sinónimo
de hipótesis, conjetura, opinión o especulación. Tal falta de rigor promueve la
confusión entre hechos y ficciones sin sustento en la realidad o hipótesis que son
el punto de partida de la investigación.
El término "teoría" no debería aplicarse a las explicaciones que no son lo
suficientemente específicas como para someterse a la contrastación empírica y a
la posibilidad de ser refutadas. El intuicionismo es producto de la pereza
intelectual, de la ignorancia y de la confusión entre la evidencia psicológica
(subjetiva) y la certidumbre gnoseológica (lógica, argumentativa). Es la única
filosofía que se auto justifica, que no requiere pruebas ni argumentos. Según el
epistemólogo Mario Bunge: “el intuicionismo arrogante y dogmático, linda con
el mesianismo, parece más un desorden psiquiátrico que una actitud filosófica”.
Existen disciplinas enteras basadas en ese error y, lo que es más grave aún, asisten
a pacientes a diario.

Bibliografía

 Nogués, G., (2018), Pensar con otros: una guía de supervivencia en tiempos de
posverdad, El Gato y la Caja.
 Morales, E. (2018), La posverdad y las noticias falsas: el uso ético de la
información, México, Universidad Autónoma de México.
 Álvarez, R., (2018), Estado del arte: Posverdad y fake news,
 Academic, R., (2019), La posverdad de la burbuja informativa. The conversation,
recuperado de https://theconversation.com/la-posverdad-de-la-burbuja-informativa-
118657

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