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LA POSVERDAD
I. LA VERDAD
La palabra verdad deriva del latín veritas, y se entiende ésta a una concordancia
existente entre lo que se dice/piensa/cree con lo que “es”. Se trata simplemente de
lo cierto, de lo que no se puede dudar. Como vemos, esta definición parece no
acarrear grandes problemas para la vida cotidiana (los perros tienen cuatro patas,
es una verdad que nadie puede negar ni discutir), pero se topa con ciertas
limitaciones cuando se analiza de una manera más profunda.
Estos problemas se acentúan aún más en materia religiosa, ya que toda religión es
portadora de la verdad, sobre todo de aquellas que son trascendentes para
el hombre. El sentido de la vida, de dónde venimos y hacia dónde vamos, son
respuestas que toda religión otorga y son rotuladas bajo el término de verdad.
lleva a la verdad, más bien sirve como herramienta de navegación que nos ayuda
a acercarnos a la verdad, si sabemos cómo usarla y lo que estamos buscando.
* Empíricas. - La fortaleza de las verdades empíricas radica en el hecho de que
siempre estén abiertas al escrutinio, a la revisión y a la objeción. El principio
empírico de la experiencia como árbitro de la verdad no debe confundirse con la
falacia de que ver es creer. Según Aristóteles la solución de una dificultad reside
en el descubrimiento de hechos, pero Bacon reconoce que ante los nuevos hechos
encontramos resistencias basadas en prejuicios, asunciones y creencias
prioritarias. La verdad empírica es demasiado modesta para reclamar certeza,
siendo aún más admirable por ello.
* Creativas. - Surge la idea de que es posible convertir algo en verdadero
simplemente diciéndolo, siendo éste un tipo de tontería a la que nos ha conducido
el mundo posverdad. Las verdades se crean todo el tiempo, cambiando la realidad
para bien o para mal. La imaginación es necesaria para la creatividad, pero para
crear nuevas verdades la imaginación no es suficiente.
* Relativas. - Para Baggini, la idea de verdades relativas no implica que no exista
una verdad independiente de ellas. Se dan diferentes usos del lenguaje según las
diferentes características del contexto. Ante diferentes realidades podemos hablar
de diferentes verdades.
* Poderosas. - El poder puede distorsionar a la evidencia científica. Lo que se
acepta como verdad depende de algo más que hechos o pruebas. En este caso
haríamos bien en preguntar, ¿cui bono?, ¿quién se beneficia con cada versión de
la verdad? Aunque el escepticismo de Foucault parecía extenderse a afirmar que
lo que llamamos "verdad" no es más que la expresión del poder, para que su
argumento resulte convincente tenemos que aceptar que existen verdades que no
son meras expresiones de poder.
* Morales. - Los hechos morales no pueden someterse a la demostración empírica.
Cuando hacemos afirmaciones morales estamos expresando una preferencia,
revelando nuestros gustos éticos. Los juicios morales no requieren de pruebas
lógicas. Nuestros sentimientos están configurados según lo que consideramos
como verdadero, de manera que corregir las percepciones falsas altera nuestros
juicios morales.
Aunque es más que respetable que cada ser humano se acoja a su verdad, es cierto
que tendemos a adoptar esa verdad al disfraz que más nos acomode: ya sea a
nuestro pensamiento, a nuestra circunstancia, a nuestra ideología, o incluso a
nuestra rebeldía. Todo eso lleva que el sentido verdadero vaya perdiendo forma;
a que la desconfianza se adueñe de criterios que no hacen bien a la mente humana;
a que se limite la inventiva, se aumente el afán de comparar, se reduzca la
profundidad de analizar situaciones que contradicen el sentido común.
Es la preocupación de una sociedad que comparte otros criterios, otras
aspiraciones y sobre todo que ve el poco esfuerzo que transmite a generaciones
que necesitan una orientación certera de la verdad.
LA POSVERDAD
posible por hacer que esas falsedades parezcan explicar la realidad o, al menos,
que no parezcan mentiras.
Keyes también nos habla de la “rutinización” de la deshonestidad en la vida
contemporánea, en la cual “el engaño se ha convertido en un lugar común a todos
los niveles”. (pg.50)
Los avances de las tecnologías de la comunicación propician que las
oportunidades para engañar a otros hayan aumentado exponencialmente. Según el
autor, la investigación ha confirmado que mentimos mucho más a menudo por
teléfono que en persona. También advierte que “el advenimiento de las
computadoras agregó una gama completamente nueva de excusas perfectas para
nuestro arsenal «posveraz»”, y que “una mentira digitalizada no se siente como si
tuviera la misma gravedad que la que se pronuncia en persona o se murmura por
teléfono”. Para Keyes, “la tecnología moderna engrasa el deslizar de la
posverdad”. (pg.51)
Posverdad científica
Bibliografía
Nogués, G., (2018), Pensar con otros: una guía de supervivencia en tiempos de
posverdad, El Gato y la Caja.
Morales, E. (2018), La posverdad y las noticias falsas: el uso ético de la
información, México, Universidad Autónoma de México.
Álvarez, R., (2018), Estado del arte: Posverdad y fake news,
Academic, R., (2019), La posverdad de la burbuja informativa. The conversation,
recuperado de https://theconversation.com/la-posverdad-de-la-burbuja-informativa-
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