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GERARDO BOTERO ZULUAGA

Magistrado ponente

STL10253-2019
Radicación n.° 85511
Acta No. 26

Bogotá, D. C., treinta y uno (31) de julio de dos mil


diecinueve (2019).

Decide la Corte la impugnación interpuesta por JAIRO


RAFAEL Y MAXELA RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, contra la
sentencia proferida por la SALA DE CASACIÓN CIVIL DE
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, el 20 de junio de
2019, dentro de la acción de tutela que promovieron los
recurrentes contra la SALA CIVIL FAMILIA DEL
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE
CUNDINAMARCA, trámite al que se vinculó a todas las
autoridades Judiciales y partes e intervinientes en el
proceso de pertenencia con radicado No. «2013-00021-00».

I. ANTECEDENTES

Los accionantes instauraron acción de tutela con el


propósito de obtener el amparo de sus derechos
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fundamentales al debido proceso, igualdad y a una vivienda


digna, presuntamente vulnerados por la corporación
accionada.

Informa, que Leonor Echeverría de Ovalle instauró


demanda de «pertenencia por prescripción ordinaria» contra
Carlos B. Rodríguez, Federico García Torres y María Aurora
Rodríguez Díaz, por medio de la cual solicitó se declarara
que adquirió por prescripción adquisitiva ordinaria de
dominio, el inmueble identificado con el folio de matrícula
inmobiliaria No. 50S-755314.

Señala, que el conocimiento fue asumido por el


Juzgado Segundo Civil del Circuito de Soacha, el que
mediante auto del 24 de septiembre de 2013, admitió el
libelo, en el cual también se ordenó emplazar a los
demandados y a las personas indeterminadas.

Acreditado el fallecimiento de María Aurora Rodríguez


Díaz, se ordenó el emplazamiento de los herederos
indeterminados de la mencionada; se requirió a la parte
actora para que indicara si tenía conocimiento de la
existencia de herederos determinados, y se ordenó la
suspensión de la actuación, de acuerdo a lo establecido en
la normatividad asignada para el asunto.

Se reconocieron como sucesores procesales a los hoy


accionantes, quienes oportunamente contestaron la
demanda, se opusieron a lo pretendido y propusieron las
excepciones de mérito que denominaron «ilegitimidad en la

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causa por pasiva, no ser la demandante poseedora del


inmueble que pretende usucapir y falta de título y causa en
la acción», reanudándose el proceso mediante auto de 13 de
diciembre de 2016.

Informa, que una vez efectuado el emplazamiento de


los demandados determinados, Carlos Braulio Rodríguez y
Federico García Torres y de las personas indeterminadas, se
procedió a designarles curador ad litem, quien dio
contestación a la demanda por escrito del 21 de noviembre
de 2017, sin oponerse a lo pretendido, siempre que se
demostraran los fundamentos de hecho y de derecho
invocados.

Expone que se abre el debate probatorio a través de


auto del 18 de diciembre de 2017, desprendiéndose del
certificado especial para pertenencia que solamente
figuraban como titulares del derecho real de dominio los
tutelantes, se dispuso que la parte pasiva estaría integrada
por ellos, al habérseles adjudicado el inmueble objeto de
litigio, con posterioridad a la presentación de la demanda,
concretamente el 15 de diciembre de 2015, dentro del
proceso de sucesión de su señora madre María Aurora
Rodríguez Díaz, el cual fue conocido por el Juzgado Quinto
de Familia de Bogotá.

Que terminada la etapa probatoria, se señaló fecha


para la celebración de la audiencia de alegatos y fallo, la
cual se realizó el 26 de junio de 2018, por parte del juzgado
de instancia, el que negó las pretensiones invocadas en el

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libelo.
Manifiesta, que inconforme con lo resuelto la parte
demandante interpuso el recurso de apelación, quien en esa
diligencia manifestó los reparos concretos en que
sustentaba el recurso.

Indica que el 8 de agosto de 2018, la Colegiatura


accionada admitió la alzada propuesta contra la sentencia
de instancia, estableció como fecha para celebrar la
audiencia de sustentación y fallo el día 10 de diciembre de
ese mismo año a las 3:30 pm, instalada la misma se
decretaron de oficio unas pruebas y se prorrogó el término
para dictar sentencia.

Expone que por intermedio de los autos del 8 y 20 de


febrero de 2019, se puso en conocimiento los documentos
allegados por la parte actora, entre ellos los de la Notaría
Séptima de Bogotá, el Juzgado Quinto de Familia de Bogotá
y el Juzgado de primera instancia.

El Tribunal querellado profirió sentido del fallo el 20


de mayo de esta calenda, manifestando que se revocaría el
fallo de instancia; emitiendo la sentencia el «24 de mayo de
2019», en la que revocó lo dispuesto en primera instancia;
declaró que Leonor Echeverría de Ovalle, adquirió por
prescripción ordinaria de dominio el inmueble ubicado en la
carrera 6 No. 11-88 y 11-94 del Municipio de Soacha,
identificado con el folio No. 051-13370; ordenó la
inscripción en el respectivo certificado de tradición y

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libertad y el levantamiento de la medida de inscripción de la


demanda.

Reprochan los actores la sentencia de segunda


instancia que revocó la de primer grado, y que en su lugar
acogió las pretensiones de la demanda de pertenencia, sin
que se efectuara un estudio adecuado de las normas que
regulan los juicios de pertenencia, ni de la situación fáctica
y probatoria presentada y además, se analizaron nuevas
pruebas de las cuales no se les permitió su contradicción.

Expone como petición especial la revocatoria de la


sentencia del Tribunal.

II. TRÁMITE Y DECISIÓN DE INSTANCIA

Mediante proveído del 6 de junio de 2019 se dio curso


a la acción de tutela y se ordenó el traslado a todos los
involucrados para que ejercieran su derecho a la defensa y
contradicción.

Dentro del término el Magistrado Ponente de la


Colegiatura censurada manifestó, que fue remitido el
proceso con el fin de resolver el recurso de alzada
presentado contra la sentencia emitida el 26 de junio de
2018, por el Juzgado Segundo Civil del Circuito de Soacha,
el cual fue desatado el 24 de mayo de esta data.

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Informa que el día 10 de junio de este año, la


Magistratura resolvió la solicitud de aclaración presentada
por la parte pasiva, resolviéndose desfavorablemente.

Solicita se deniegue la protección reclamada al no


vulnerar la Sala derechos fundamentales.

El Juzgado Segundo Civil del Circuito expresa que la


señora Leonor Echeverría sí ostentó la calidad de poseedora
del inmueble solicitado en usucapión; que solo hasta el 12
de septiembre de 2012, se secuestró el inmueble dentro del
proceso de sucesión de Josefina Díaz de Rodríguez, sin que
haya oposiciones a la misma o incidente de levantamiento
de la diligencia, es decir, no se efectuó actuación alguna
dirigida a la recuperación de la posesión.

Solicita sea desvinculado de la actuación y no se han


vulnerado derechos fundamentales.

Los accionantes Jairo Rafael y Maxela Rodríguez


indican que los documentos se encuentran en el expediente
por el cual desató el recurso de apelación por el profesional
del derecho de la parte demandada, que se les hace raro la
falta de presencia de la señora Leonor Echeverry a absolver
el interrogatorio de parte ante el Juzgado de Fusagasugá,
argumentando enfermedad, sin que la incapacidad este
autenticada, por lo que solicitan al Magistrado de la Corte
se digne ordenar la comparecencia de la citada señora para
que aporte la incapacidad medica actualizada.

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Que el Tribunal permitió que la parte pasiva disfrute


de las mejoras de acondicionamiento para los locales; que el
accionante es discapacitado y enfermo como consecuencia
de un accidente, y admitió un proceso de pertenencia
cuando era un reivindicatorio sobre la cual debió
pronunciarse.

El abogado Jesús Antonio Peña Montaña, quien


presuntamente funge como apoderado de los señores Jairo
Rafael y Maxela Rodríguez en el proceso de pertenencia,
hoy accionantes, aporta memorial en dos folios en el cual
señala en 14 numerales sus inconformidades.

Debe aclararse que no aparece poder que acredite el


derecho de postulación para esta acción,

La Superintendencia de Notariado y Registro expresó


que el inmueble que se pretende adquirir por pertenencia
con radicado 2013- 00021, que es de conocimiento del
Juzgado Segundo Civil del Circuito de Fusagasugá, se
encuentra ubicado geográficamente en el Municipio de
Soacha, cuyo número de matrícula inmobiliaria no se
conoce.

Surtido el trámite de rigor, la Sala cognoscente de este


asunto constitucional en primer grado, mediante sentencia
del 20 de junio de 2019, negó la protección constitucional
solicitada.

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Sustentó su decisión manifestando, que en efecto la


sede plural accionada al desatar el recurso de apelación que
interpuso la parte demandante contra la decisión de primer
grado, valoró en conjunto los medios probatorios obrantes
en el proceso, el marco legal y jurisprudencial que regula el
asunto y determinó que de los mismos derivaba una
conclusión diferente a la expuesta por el a quo.

Al respecto señaló:

«Para la Sala resulta evidente la condición de poseedora de


la acá demandante Leonor Echeverría sobre el predio objeto
material de este proceso, que ella ha estado de vieja data ligada
al mismo, primero lo ocupó en arriendo junto con Patricio Cardozo
su esposo y después de la muerte de éste, continuó cancelando
arriendo a Josefina de Rodríguez hasta el año 1984 cuando
hicieron un contrato de promesa de venta sobre el predio que no
pudo perfeccionarse con la escritura respectiva debido a
inconsistencias en el certificado de libertad y tradición del bien.

En este contrato de promesa no se dispuso la entrega


anticipada de la posesión del bien, pero el inmueble lo venía ella
detentando de tiempo atrás como su arrendataria, la promesa de
venta fue celebrada el 22 de mayo de 1984, entre la acá actora y
Josefina Díaz de Rodríguez, se pactó como precio de venta la
suma de $2.000.000…, que la promitente compradora refiere
haber cancelado aportando los recibos por este concepto visibles
a folios 51 a 53 del c.2 copias de pertenencia.

Se convino allí que la firma de la escritura sería ‘después


del 20 de enero de 1985, pero el inmueble quedará hipotecado en
primer grado hasta que se haya cancelado totalmente el valor
convenido’; pero la protocolización no fue posible pese a que se
canceló el precio, porque había inconsistencias en el folio de
matrícula inmobiliaria, esto último se demuestra con la expedición
de la Resolución No. 415 de agosto 11 de 2004, de la
Superintendencia de Registro e Instrumentos Públicos, donde se
incorporaron varias anotaciones entre ellas que el folio matriz del
predio número 50S-569640 al que aludían los demandantes en
pertenencia en el proceso anterior, se segregó el 50S-755314, que
corresponde al bien acá pretendido, pues del predio de mayor
extensión se habían realizado varias ventas.

Ahora bien, también se desprende de la prueba recaudada


en el proceso de pertenencia inicial que ante la frustrada

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trasferencia del dominio, empezó la acá demandante a ejercer


actos de señorío intervirtiendo su título de tenedora, derivado del
contrato de promesa, que desligándose del mismo pasó a ejercer
posesión al empezar a arrendar el inmueble, como se demostró
con los recibos cancelados por el señor Efraín Gutiérrez a la
actora por concepto de pago de canon de arrendamiento del
‘Teatro Luz Alba’, entre 29 de junio de 1987 a 1989, que siguió
ejecutante por el trascurso de los años con varios arrendatarios,
defendió su posesión cuando dos de ellos pretendieron
adjudicarse el inmueble y continuó su ejercicio después de la
terminación de aquel proceso, un poder de disposición sobre el
inmueble que se deriva de los medios de persuasión ya
reseñados, que no se discuten, y permiten afirmar que seguía
vigente al momento de secuestrarse el inmueble en el proceso
sucesoral. (…)».

Concluyó el Juez constitucional, que al haber


establecido el Tribunal accionado que la demandante no
perdió la posesión del inmueble, luego del embargo y
secuestro decretado dentro del proceso de sucesión,
procedió a señalar que:

«Y en segundo lugar porque la posesión que venía ejerciendo la


demandante sobre el predio que reclama en pertenencia desde el
año 1987, cuando decide arrendar por cuenta propia el inmueble
y lucrarse del mismo, invirtiendo su condición de tenedora
derivada de la promesa de venta suscrita y asumiendo la
condición de poseedora, para el día 19 de julio de 2012, en que
se practica la cautela, ya constituía una prescripción adquisitiva
de dominio configurada, pendiente no más de su declaratoria y
ello hace imposible que pueda predicarse de la misma su
interrupción. (…).

Así mismo, téngase en cuenta que solo hasta el 24 de


octubre de 2013, se realizó la entrega del bien a los herederos de
María Aurora Rodríguez, cuando ya se había formulado la
presente demanda (15 de julio de 2013). (…).

Sus actos posesorios no cesaron con la citada diligencia


porque la secuestre ejerció funciones de mera tenedora, a fin de
ejercer la custodia y administración del bien basta obtener una
decisión judicial que ordenará la entrega del bien a quien resulta
favorecido con el fallo, en este caso dentro del juicio de sucesión
adelantado por María Aurora Rodríguez Díaz, siendo causante la
señora Josefina Díaz de Rodríguez, trámite en el cual como se
advirtió la señora Leonor Echeverría concurrió poniendo en
conocimiento que ejercía posesión en el predio desde el año 1984

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y sus actos fueron reconocidos por autoridades judiciales en


sentencia que quedaron debidamente ejecutoriadas. (…).

Así las cosas, demostrados por la actora los presupuestos


exigidos para la prosperidad de la acción incoada, se accede a
las pretensiones de la demanda,…».

Consideró la Sala querellada, que debe precisarse que


la inconformidad de los promotores del resguardo se enfila
más bien a combatir el criterio del Tribunal, lo que
constituye una disputa de pareceres que no puede ser
zanjada por este sendero residual, so pena de invadir
esferas ajenas, sin tener como soporte un sustento
plausible, porque, como es sabido (…) al sentenciador de tutela
le está vedado reexaminar si el juzgador acusado realizó la más
convincente o adecuada de las interpretaciones, pues tal tarea está por
fuera de sus facultades1 (…) (CSJ. 20 sep. 2012, rad. 2012-

00245-001).

También, aclaró que no le asiste razón a la parte


accionante cuando afirma que no se le permitió debatir las
pruebas decretadas en segunda instancia, por cuanto en las
providencias del 6 y 20 de febrero de 2019, la Colegiatura
censurada ordenó poner en conocimiento los documentos
allegados con ocasión al decreto de algunas pruebas en
segunda instancia, diferente es que en las oportunidades
procesales no se hubiera hecho uso de los medios
adecuados para controvertir tales medios probatorios.

III. IMPUGNACIÓN

1 CSJ. SC, 20 de septiembre de 2012, rad. 2012-00245-01)

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Inconforme con la anterior decisión, la impugnó como


reposa de folios 118 a 120, para lo cual expuso que la Corte
no tuvo en cuenta que Leonor Echeverría Cortés no se
opuso a su debido tiempo a la diligencia de secuestro y
embargo efectuado el 19 de julio de 2012, en el proceso de
sucesión en el predio que interesa en el presente asunto.

Indica que desde el año 2010, la señora Josefina Díaz


de Rodríguez quien es la verdadera titular de dominio del
predio y no el señor Carlos Braulio Rodríguez, quien falleció
el 26 de junio de 1962, se abrió el proceso de sucesión el
cual lo continuó su hija María Aurora Rodríguez Díaz,
basándose en la legitima posesión de la herencia. En estas
condiciones es de considerar, que la posesión no se
suspendió sino que se perdió definitivamente para Leonor
Echeverría, porque los suscritos en calidad de herederos de
María Aurora Rodríguez Díaz son los que han continuado
cobrando arriendo, pagando impuestos, haciendo mejoras,
etc.

Informa, que el inmueble les fue entregado a ellos


como propietarios de acuerdo a la sentencia del Juzgado
Quinto de Familia; que además al declarar como poseedora
a Leonor Echeverría, esto permitirá que terceras personas
se apoderaron de más de la mitad del predio.

Expone que el perjuicio que le causa la decisión es


terrible, porque de los emolumentos que produce el
inmueble es que deriva su sustento; que a Leonor nadie la
ha visto desde el año 2014, y una excusa medica es la que

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justifica la no comparecencia. Solicita que se revoque y


dicte la que en derecho corresponde, que según asesoría de
su abogado las normas procedimentales son de obligatorio
cumplimiento para partes y jueces por mandato del artículo
13 de la ley 1564 de 2013 y antes por el CPC.

IV. CONSIDERACIONES

De acuerdo con el art. 86 de la Constitución Política y


con los decretos que reglamentaron su ejercicio, la acción
de tutela fue establecida para reclamar, mediante un
procedimiento de trámite preferente y sumario, la
protección inmediata de los derechos constitucionales
fundamentales, cuando quiera que éstos resulten
lesionados o amenazados por la acción o la omisión de
cualquier autoridad pública o de los particulares en los
casos expresamente previstos por la ley, siempre y cuando
no exista otro medio de defensa judicial, a no ser que se use
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable.

Atendiendo los principios de la cosa juzgada y de


autonomía judicial, esta Sala ha mantenido el criterio de la
improcedencia de la tutela contra providencias o sentencias
judiciales, salvo que, con las actuaciones u omisiones de los
jueces, resulten violados, en forma evidente, derechos
constitucionales fundamentales.

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Es relevante precisar en el presente asunto, que


siendo la acción de tutela un mecanismo de protección
excepcional frente a providencias judiciales, su prosperidad
va ligada al cumplimiento de «ciertos y rigurosos requisitos
de procedibilidad”, establecidos en la CC C-590/05 y T-
332/06, los cuales implican, no solo una carga para el
accionante en sus planteamientos, sino también en su
demostración, tal como lo ha expuesto la propia Corte
Constitucional, pues las sentencias que hacen tránsito a
cosa juzgada, gozan de la triple presunción de acierto,
legalidad y constitucionalidad, que brindan seguridad
jurídica a las decisiones judiciales, necesaria para la
consolidación del Estado de Derecho.

Descendiendo al sub júdice, pretende la parte


accionante la protección del derecho fundamental al debido
proceso, igualdad y una vivienda digna; como petición
especial solicita la revocatoria de la sentencia Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cundinamarca -Sala Civil –
Familia del 24 de mayo de 2019, que revocó lo dispuesto en
el Juzgado Segundo Civil del Circuito de Soacha el 26 de
junio de 2018; que en la decisión en comento se declaró que
Leonor Echeverría de Ovalle, adquirió por prescripción
ordinaria de dominio el inmueble ubicado en la carrera 6
No. 11-88 y 11-94 del Municipio de Soacha, identificado con
el folio No. 051-13370; ordenó la inscripción en el
respectivo certificado de tradición y libertad, el
levantamiento de la medida de inscripción de la demanda.

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Como lo alegado por la parte quejosa, se centra en la


violación al derecho fundamental al debido proceso,
consagrado en el artículo 29 de nuestra Constitución
Política, erigido como de aplicación inmediata conforme al
85 ibídem, debe tenerse en cuenta, que este es una
institución que comprende numerosas garantías que hacen
parte del Estado Social de Derecho, cuyo objeto es la
exigencia de que todos los procedimientos judiciales o
administrativos, se adelanten acorde con las reglas
preestablecidas, de tal forma, que las actuaciones estén
dentro del marco jurídico señalado, procurando evitar
acciones arbitrarias, asegurar la efectividad y el ejercicio de
los derechos que le asisten a los administrados, lo cual
comprende igualmente el principio de legalidad, que
representa un límite al actuar del poder público.

Bajo el anterior panorama, la Sala procederá a estudiar


los elementos de convicción que obran en el expediente, con
el fin de determinar si, en efecto, la Corporación Judicial
accionada transgredió el derecho fundamental al debido
proceso invocado por la accionante.

Debe la Sala indicar, que aclarado por el Tribunal


censurado, la forma por la cual la parte actora adquirió la
posesión del inmueble pretendido por esta vía y llevó a cabo
además los actos para que se surtiera el cambio del título
de mera tenedora que inicialmente ostentaba, se procedió a
establecer hasta qué momento tuvo la condición de
poseedora, para ello se estableció:

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«2.4. Ahora bien, para entrar a la solución de uno de los


problemas jurídicos planteados, es menester establecer hasta
cuándo ostentó la demandante la condición de poseedora del
inmueble; para la juez de instancia lo fue sólo hasta e 12 de
septiembre de 2012 cuando en el proceso sucesoral de la anterior
propietaria y promitente vendedora Josefina Díaz de Rodríguez, se
secuestró el inmueble, pues la acá demandante no defendió su
ejercicio posesorio, ni oponiéndose a la diligencia ni formulando
incidente de levantamiento de la cautela, ni promoviendo las
acciones posesorias, siendo entonces su posesión interrumpida por
ese hecho.

2.4.1. Al plenario en esta segunda instancia, como prueba de


oficio se allegó el proceso de sucesión de Josefina Díaz de
Rodríguez, quien falleció el 1º de febrero de 1992, adelantado ante
el Juzgado 11 de Familia de Bogotá, en donde se reconoció como
heredera a María Aurora Rodríguez; allí se señaló como partida
única el inmueble denominado ‘Lote de terreno junto con la casa de
dos pisos sobre él construida, ubicado en la Cra. 6ª No. 11-94 (hoy
Cra 6ª No. 11-88)’ con una extensión superficiaria de 337.50m2, y
matrícula inmobiliaria No. 50S-59640 (…).

En auto de 30 de noviembre de 2011, se ordenó el embargo y


posterior secuestro del inmueble (…), (…).

La diligencia de secuestro se adelantó el 19 de julio de 2012,


por la Inspección Segunda Municipal de Policía de Soacha, diligencia
que fue atendida por los señores Argemiro Llano Cuadros y Jaime
Quiroga, quienes manifestaron que desde hacía más de 4 años se
encontraban pagando arriendo por ese predio, que inicialmente le
pagaban al señor Nehemías Ulloa que se anotó era arrendatario de
la actora y luego a Leonor Echavarría, aproximadamente desde
septiembre de 2011, quien va personalmente a recoger el dinero, y
le pagaban al considerarla dueña. Allí se designó como secuestre al
auxiliar de la justicia Nelsy Camacho… .

El 25 de julio siguiente se agregó el despacho comisorio


debidamente diligenciado y se dejó a disposición de las partes por el
término de 5 días (…), ese mismo día, a través de apoderado judicial
Leonor Echeverría, aportó memorial ante el Juzgado de Familia,
informando tener interés como tercera interviniente en el proceso… .
A su vez presentó memorial solicitando las correcciones
correspondientes a la dirección del inmueble cautelado, alegando
que no es el mismo que pretende la demandante en el juicio
sucesorio. (…).

En providencia de 6 de agosto de 2013, se ordenó la entrega


del inmueble y se comisionó al inspector de policía de la zona,
diligencia que se adelantó el 24 de octubre de 2013, atendida por
Emilio Escobar Díaz y Alba Luz Venegas, arrendatarios. (…).

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Ante el fallecimiento de la señora María Aurora Rodríguez Díaz


…, los aquí demandados Jairo Rafael y Maxela Rodríguez
Rodríguez, iniciaron el juicio sucesorio en calidad de hijos, el 2 de
julio de 2014, el cual se declaró abierto por auto de 7 de julio
siguiente. (…) .

2.4.2. Ha de señalarse que la interrupción natural de la


prescripción tiene lugar según el artículo 2553 del Código Civil,
‘cuando sin haber pasado la posesión a otras manos, se ha hecho
imposible el ejercicio de actos posesorios, como cuando una heredad
ha sido permanentemente inundada’; y ‘cuando se ha perdido la
posesión por haber entrado en ella otra persona’.

En el caso no se discute y sí se deja acreditado que la causa


que genera la pérdida del control del inmueble por la acá
demandante es el secuestro del mismo que se presenta en la
sucesión de su dueño, hecho que la juez califica de interrupción de
la posesión que ejercía la actora.

Sin embargo tal raciocinio no parece acertado, pues sobre ese


fenómeno la Corte Suprema de Justicia tiene sentado: ‘No sobra
recordar al respecto que el concepto técnico del corpus, como
elemento estructural de la posesión, hace referencia al poder,
señorío o subordinación de hecho que el sujeto tiene sobre la cosa, el
cual puede estar materializado con el contacto o la aprehensión que
ejerza sobre la misma, aun cuando no se identifica con ella. Así, es
perfectamente posible que el poseedor mantenga tal calidad aunque
no detente físicamente la cosa, siempre y cuando ésta se encuentra
bajo su control o el de aquellos que lo ejerzan en su nombre.

Dentro de ese contexto es que, como ya lo tiene precisado la


Corte, según detalle que más adelante se verá, se debe descartar
que las medidas cautelares de embargo y secuestro, sea que se
adopten en un proceso ejecutivo o en uno de otra naturaleza,
produzcan la interrupción natural de la prescripción adquisitiva.

En efecto, tratándose de bienes raíces es claro que el embargo,


por sí sólo, no traduce ninguna imposibilidad física o jurídica para
que, quien viene poseyendo el bien en que recae el mismo, pueda
continuar realizando sobre él actos de señorío …, ni importa, per se,
la pérdida de éste de la posesión …, puesto que esa particular
medida no modifica el carácter de bien comerciable que el mismo
ostenta, ni afecta en nada la aprehensión material de la cosa con
ánimo de dueño de quien así la detente.

Por su parte, el secuestro en esencia, se contrae a la entrega


del bien al auxiliar de la justicia que se designe, para que lo
custodie, conserve o administre, y, posteriormente, lo entregue a
quien obtenga una decisión judicial a su favor …, detentación que
realiza como mero tenedor, reconociendo dominio ajeno …, de lo que,
al tiempo, se desprende que la detentación de la cosa cautelada por

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parte del secuestre no es a nombre propio, ni con ánimo de señor y


dueño’. (…).

2.4.3. En el caso, la diligencia de secuestro del juicio sucesorio


se realizó el día 19 de julio de 2012, (…).

Y aunque la demandante no inició incidente de levantamiento


del secuestro ni inicio amparo posesorio, no puede concluirse que
ese secuestro del inmueble generó la interrupción y pérdida de la
posesión (…), como lo concluyó el a quo.

En primer lugar, porque como se señaló en antecedencia,


desde la doctrina de la Corte Suprema de Justicia no puede
considerarse que esa cautela de secuestro genere a partir de su
práctica la interrupción de la posesión de la demandante, pues ‘… ni
el embargo, ni el secuestro de un bien, traducen la interrupción de la
prescripción adquisitiva, puesto que medidas judiciales de ese linaje
constituyen apenas títulos de mera tenencia (…). ». (Subraya del
texto)

Se encontró igualmente, que al establecer la


Magistratura accionada que la demandante no perdió la
posesión del inmueble, luego del embargo y secuestro
decretado dentro del proceso sucesorio, procedió a
señalar que:

«Y en segundo lugar porque la posesión que venía ejerciendo la


demandante sobre el predio que reclama en pertenencia desde el
año 1987, cuando decide arrendar por cuenta propia el inmueble y
lucrarse del mismo, invirtiendo su condición de tenedora derivada
de la promesa de venta suscrita y asumiendo la condición de
poseedora, para el día 19 de julio de 2012, en que se practica la
cautela, ya constituía una prescripción adquisitiva de dominio
configurada, pendiente no más de su declaratoria y ello hace
imposible que pueda predicarse de la misma su interrupción. (…).

Así mismo, téngase en cuenta que solo hasta el 24 de octubre


de 2013, se realizó la entrega del bien a los herederos de María
Aurora Rodríguez, cuando ya se había formulado la presente
demanda (15 de julio de 2013). (…).

Sus actos posesorios no cesaron con la citada diligencia


porque la secuestre ejerció funciones de mera tenedora, a fin de
ejercer la custodia y administración del bien basta obtener una
decisión judicial que ordenará la entrega del bien a quien resulta
favorecido con el fallo, en este caso dentro del juicio de sucesión

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adelantado por María Aurora Rodríguez Díaz, siendo causante la


señora Josefina Díaz de Rodríguez, trámite en el cual como se
advirtió la señora Leonor Echeverría concurrió poniendo en
conocimiento que ejercía posesión en el predio desde el año 1984 y
sus actos fueron reconocidos por autoridades judiciales en sentencia
que quedaron debidamente ejecutoriadas. (…).

Así las cosas, demostrados por la actora los presupuestos


exigidos para la prosperidad de la acción incoada, se accede a las
pretensiones de la demanda, (…)».

También está claro, que la Sala del Tribunal realizó una


exposición amplia y jurídica de la normatividad pertinente
para el asunto de estudio, precisando los elementos
constitutivos necesarios para declarar la pertenencia por
prescripción ordinaria de dominio del inmueble identificado
con matricula inmobiliaria No. 051-13379, a favor de
Leonor Echeverría de Ovalle.
A su vez, el Magistrado Ponente de la colegiatura
censurada, en la respuesta aportada informa que el día 10
de junio de este año, resolvió desfavorablemente la solicitud
de aclaración presentada por la parte pasiva, en
consecuencia, el derecho a la igualdad predicado por el
tutelante se le ha respetado al resolverse sus peticiones en
su debida oportunidad.

Desde ya advierte la Sala, que la presente acción no


tiene vocación de prosperidad, por cuanto resulta
improcedente fundamentar la queja constitucional en
discrepancias de criterio debido a interpretaciones
normativas o probatorias, realizadas por los jueces
naturales, como si se tratara de una instancia más y
pretender que el juez constitucional sustituya en su propia
apreciación, el análisis que hicieron los jueces instituidos

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Radicación n.° 85511

para tomar la decisión correspondiente dentro de los litigios


sometidos a su consideración

Analizado lo expuesto por la Sala Homologa Civil,


precisa esta Corporación que la conclusión a la que arribó, se
encuentra dentro del marco de lo razonable y de los
parámetros de la hermenéutica jurídica, sin que le sea dable
interferir al juez constitucional, en los asuntos de resorte de
los jueces naturales, bajo el argumento de tener una mejor
interpretación jurídica o fáctica, ya que lo cierto es que si la
otorgada por aquéllas tiene mínimas exigencias de
argumentación y fundamentación, tal como pasa con la
providencia atacada, ésta debe permanecer amparada bajo el
principio constitucional de autonomía e independencia
judicial, inclusive luego de ser cuestionada en sede de tutela,
máxime cuando la autoridad judicial encartada, edificó su
decisión de conformidad con los preceptos normativos que
gobiernan el caso en concreto.

Es relevante enfatizar que, esta Sala ha reiterado que


quien acuda a la acción de tutela, no puede pretender enervar
decisiones judiciales alegando meramente una interpretación
diferente a la realizada por el juez competente, presentando
así su disenso o su inconformidad frente a las mismas, toda
vez que los simples criterios dispares de quienes hacen uso
del mecanismo constitucional, no son suficientes para
desvirtuar providencias judiciales que, si se encuentran
dentro del marco de lo razonable, no pueden sino mantenerse
como válidas dentro del ordenamiento jurídico.

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Radicación n.° 85511

En este orden, la circunstancia de que la aquí


accionante, no coincida con el criterio de la autoridad judicial
a quien la ley le asignó competencia para fallar el caso
concreto, o no la comparta, en ningún caso invalida su
actuación y mucho menos la hace susceptible de ser
modificada por vía de tutela.

Sin que se hagan necesarias otras consideraciones,


habrá de confirmarse la sentencia impugnada.

V. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,
RESUELVE:

PRIMERO.- Confirmar el fallo impugnado.

SEGUNDO: NOTIFICAR a los interesados


telegráficamente o por cualquier otro medio expedito.

TERCERO: REMITIR el expediente a la Corte


Constitucional para la eventual revisión del fallo
pronunciado.

Notifíquese y Cúmplase.

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Radicación n.° 85511

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO


Presidente de la Sala

GERARDO BOTERO ZULUAGA

FERNANDO CASTILLO CADENA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

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JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN

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