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1.

LAS CUATRO CARACTERÍSTICAS DE LA VERDAD DEL SUFRIMIENTO

Las Cuatro Nobles Verdades deberían meditarse considerando dieciséis aspectos:

1. Los Cuatro Aspectos de la Verdad del Sufrimiento

“Los fenómenos, como los agregados físicos y mentales, debido a sus características que
hacen que surjan procesos continuos de producción momentánea y desintegración, son
transitorios.”

2. Como los procesos de cambio son impulsados por el karma, los agregados llevan en sí
la naturaleza del sufrimiento.
3. Debido a que no hay un “Yo Independiente” que está separado de los agregados, éstos
son vacíos de existencia inherente.
4. Como les falta la existencia de cualquier tipo de persona o de un “Yo” que los mantenga,
no tienen existencia propia.

Estos puntos han sido sacados del Abhisamayalankara (El Ornamento para una Realización
Clara), por Maitreya. En la tradición Mahayana, cada Noble Verdad tiene cuatro
características. A pesar de que algunos comentaristas como Lobsang Gyatso, les llama los
cuatro “aspectos”, él también ha utilizado esas cuatro “características” que es como yo les
llamaré a fin de evitar confusiones con los tres aspectos y las doce maneras o formas.

Es muy importante comprender el desarrollo de la realización de las Cuatro Características


de la Noble Verdad del Sufrimiento. Si leemos textos, como puede ser el
Abhisamayalamkara, u otros textos Mahayana, o comentarios sobre los mismos, cada Noble
Verdad se explica en relación con sus Cuatro Características, como una guía para que el
practicante pueda realizar su practica a través del camino de la Liberación y de la
Iluminación. Algunas veces se han llamado colectivamente los Dieciséis Atributos. Explicaré
los cuatro diferentes tipos de las Cuatro Características al final de cada Noble Verdad.

Las Cuatro Características de la Primera Noble Verdad son:

1. Impermanencia.
2. Sufrimiento.
3. Vacuidad.
4. El No-Yo.

1.1 Impermanencia

La primera de las Cuatro Características de la Verdad del Sufrimiento es la impermanencia.


El Budismo habla a menudo sobre la impermanencia como una forma de comprender la
muerte, pero ésta no es la única razón para dar esta enseñanza. Naturalmente, la muerte es
una señal de impermanencia y si tenemos una idea de lo que significa la impermanencia,
podremos manejar la muerte más fácilmente, pero la razón principal para comprender la
impermanencia es comprender que el Apego a los Cinco Agregados es el sufrimiento.
A fin de comprender el Sufrimiento Penetrante debemos comprender cómo funcionan estos
diferentes niveles de impermanencia. Generalmente, podemos comprender que las cosas
vienen y van. Vienen debido a causas y condiciones, permanecen hasta que su duración de
vida se acaba y entonces, se extinguen. En este nivel no es difícil comprender que estas cosas
son impermanentes.

Más allá, están los niveles más sutiles de impermanencia que podemos llamar “Cambiantes
de Momento a Momento”. Esto no es demasiado difícil de comprender. Pero el aspecto que
suele ser difícil para nosotros de entender en la filosofía budista es que cuando un fenómeno
llega a ser debido a causas y condiciones, estas mismas causas y condiciones en el mismo
momento que lo producen contienen las semillas de su propia destrucción.

Hace unos años en un programa de la BBC, sobre el cuerpo humano, un científico dijo que
los genes se destruyen a sí mismos a través del mismo proceso de ser creados;
simultáneamente con su formación, empiezan a crear la condición de su destrucción.

Si miramos a una mesa, por ejemplo, vemos que es impermanente. Todos sabemos como
llega a ser a través de la colección de diferentes causas y condiciones que la forman. Esta ahí
ahora, pero desaparecerá algún día, o bien a través del proceso natural de desintegración, o
por otro tipo de fuerzas, como puede ser que alguien la queme. Desde el momento de su
creación, dado que una mesa desde el punto de vista budista es solamente un proceso de
cambio de momento a momento, en el mismo momento de la creación, no permanece estática,
se mueve hacia su desintegración. Esto indica que las causas y condiciones que produce este
fenómeno contiene la semilla para su destrucción.

Si entendemos este tipo de proceso, tenemos la clave para comprender el proceso que produce
el sufrimiento.

La mesa desde el principio, llega a ser por mediación del poder de otras cosas. La cosa misma no
tiene poder por sí misma para poder llegar a ser. Y de la misma manera que sucede con la mesa,
todo lo demás está bajo el poder o influencia de otros. Nada es realmente libre en este contexto,
todo descansa en el poder de otros factores que llegan a ser.

Por ejemplo, yo no tengo otra opción que quedarme en Jamyang. Mi estancia en Jamyang es
debida al poder o influencia de otros. Esto me produce un tipo de problema. Si me gusta o
no es un asunto distinto que tiene que ver con emociones, pero el hecho es que mi estancia
en Jamyang está totalmente en el poder de otros, por lo que no tengo opción de elegir. ¿Podéis
ver entonces que tanto si me gusta o no la situación comporta un tipo de sufrimiento?.

No estoy diciendo que la mesa es infeliz, ni que yo sea infeliz, sino que debido a que estoy
bajo el control de otras fuerzas, existe un nivel sutil de sufrimiento involucrado en este tipo
de situación.

No necesitamos ir tan lejos como considerar la vacuidad de la mesa o de Gehse Tashi. Si


solamente miramos a la existencia por si misma, veremos lo que es, o como señala Su
Santidad, “La existencia no iluminada”. Nuestra presencia o existencia no iluminada está
totalmente bajo el poder de la ignorancia y el engaño. Si este es el caso, podemos comprender
que nuestro presente estado de no Iluminación es Dukkha.

1.2 Sufrimiento

Desde el punto de vista budista, nuestra existencia presente en sí misma ha llegado a ser
debida a la ignorancia y las emociones aflictivas. Este es el segundo de los Cuatro Aspectos
del Sufrimiento.

Necesitamos comprender esto de manera clara. Sólo por el hecho de tener los Cinco
Agregados, por si mismos conforman sufrimiento. ¿Por qué? Esto es así porque estos
agregados son producidos por la ignorancia y las emociones aflictivas, o podemos decir
también por la confusión fundamental, así pues no es posible llegar a la felicidad pura. No
sólo en el transcurso de esta vida, sino también en el transcurso de nuestra próxima vida.

Por otro lado, buscamos de liberarnos del sámsara. Necesitamos también comprender que
dentro de la profundidad del sufrimiento, existe la oportunidad de poder producir las causas
y condiciones que se requieren para liberarnos.

En nuestra vida cotidiana tenemos mucha confusión: ¿Qué es la verdadera felicidad y el


verdadero sufrimiento? En muchos aspectos no podemos diferenciar entre las dos, por lo que
esta característica nos viene bien para ayudarnos a diferenciarlas.

Por ejemplo, antiguamente en la India muchas tradiciones no budistas entendían que el sólo
desarrollo de la concentración como una forma de cesar las sensaciones cotidianas, era una
forma de cesar el sufrimiento en los niveles sensoriales. Estas tradiciones, creyeron que esto
era la realización completa.

Si concentramos nuestro esfuerzo en reducir nuestra implicación con los objetos sensoriales,
podremos reducir y finalmente rechazar todos nuestros sentidos como el oído, la vista, etc.
Si desarrollamos esto hasta sus últimas consecuencias, renaceremos en un reino vacío de
objetos sensoriales. ¿Ello significa el fin de nuestro sufrimiento?

El nivel más profundo del sufrimiento es estar en posesión meramente de los Cinco
Agregados Contaminados. En el budismo, existen tres reinos: el del Deseo, el de la Forma y
el de Sin Forma. Nosotros nos encontramos en el reino del Deseo. Se compone de los seis
objetos sensoriales (la visión, el oído, el olfato, el gusto, el tacto y el pensamiento).
Podríamos decir que nuestro mundo se define por nuestros sentidos, debido a que en todo
momento nuestra mente está buscando a cualquiera de ellos con un deseo insaciable de
obtener sensaciones de una manera u otra. Por ello, se denomina el reino del Deseo.

En el reino de la Forma, hay muy pocos objetos sensoriales y en el reino Sin Forma no hay
ninguno. En algunas tradiciones no budistas, éste representa el máximo nivel de realización.
En el budismo no. El reino Sin Forma aún se encuentra en la existencia cíclica, aún es
Sámsara y sujeto al sufrimiento.
Si desarrollamos ciertos niveles de concentración desarrollaremos ciertos niveles de
realización. Es posible renacer en un reino sin sufrimiento burdo, sin objetos sensoriales,
pero aún así estaríamos expuestos al sufrimiento. La segunda característica, el ‘sufrimiento’,
hace hincapié en el hecho de que siempre que renazcamos en estos tres reinos
experimentaremos el sufrimiento.

1.3 Vacuidad

La tercera característica de la primera verdad noble es la vacuidad.

Vacuidad, aquí, se refiere a la vacuidad de un yo percibido como una realidad permanente,


unitaria e indivisible. Muchas personas piensan que el yo o el alma es un fenómeno
individual, que en estos agregados siempre cambiantes existe algo que está separado del
cuerpo y de la mente, algo inmutable que mantiene la esencia de "yo". La noción de vacuidad
en esta tercera característica -que no hay un "yo" que existe aparte de los agregados-, es un
nivel muy burdo de ausencia de autoexistencia.

Siempre estamos identificándonos con el "yo" y este "yo" se asocia siempre con uno de los
cinco agregados. Es pues el apego a estos agregados lo que se ha de comprender como
sufrimiento y abandonar. Para comprender esto, debemos comprender primero qué es el "yo".
Según la filosofía budista, lo que nosotros llamamos "ser", "individuo" o un "yo", no es más
que una combinación de fuerzas físicas y mentales o energías siempre cambiantes que pueden
dividirse en los cinco agregados.

1.4 Ausencia de autoexistencia

La cuarta característica de la primera verdad noble es la ausencia de autoexistencia. Aquí,


ausencia de autoexistencia se refiere a estar vacío de una persona autoexistente; es la ausencia
de existencia independiente o substancial en la persona.

Esto está relacionado con nuestro modo instintivo de sentir que somos algo más que la mera
combinación de agregados físicos y mentales. Aunque el "yo" no sea completamente
independiente de los cinco agregados, creemos que hay algo ahí que es una persona o una
identidad autosustentada, un "yo" que es una realidad autosuficiente y substancial.

La característica previa, la vacuidad, tenía como propósito refutar la noción equivocada de


que el yo es completamente independiente de los cinco agregados. La presente característica
refuta la noción errónea de que el "yo", todavía percibido como autosuficiente o substancial,
puede, no obstante, ser hallado dentro de los cinco agregados. Desde el punto de vista budista,
esta clase de "yo" no existe y, por lo tanto, se le denomina ausencia de autoexistencia.

Voy a poner un sencillo ejemplo para que comprendáis lo que se quiere decir con "persona
autosustentada". En nuestro concepto habitual de "yo y mis cinco agregados", tengo con
frecuencia la sensación de que yo soy el que controla los cinco agregados y que éstos se
hallan bajo mi control. El ejemplo tradicional es el del rey y sus súbditos. El rey está en su
castillo y es totalmente diferente de sus súbditos, a quienes controla. Del mismo modo, la
tercera característica, la vacuidad, refuta el concepto erróneo de que el "yo" es totalmente
independiente de los agregados, diciendo que está vacío de existencia independiente.

Un ejemplo de la cuarta característica es el del ejecutivo y sus empleados. El ejecutivo trabaja


en la oficina, forma parte de la empresa pero, aún así, es él quien controla. En la vida siempre
hay alguien que es jefe, pero los jefes son como nosotros. Así pues, aquí se señala nuestra
noción equivocada de que, aunque el "yo" no sea completamente independiente de los
agregados, es de algún modo autosuficiente dentro de los agregados. La cuarta característica,
ausencia de autoexistencia, afirma, pues, que este concepto es erróneo, que no existe nada
que sea una "persona autosustentada".

La tercera característica es más burda, la cuarta es más sutil. La tercera se comprende más
fácilmente, ya que mediante la lógica, puedes ver claramente que el "yo" existe dependiendo
de los cinco agregados, que no hay un "yo" que sea el poseedor, "el rey", allí, controlando
los cinco agregados como "súbditos". Es mucho más difícil comprender que tampoco dentro
de los cinco agregados hay, en absoluto, un "yo" autoexistente.

Si la diferencia entre la ausencia de un "yo" y la ausencia de autoexistencia parece muy sutil,


debemos recordar que tal distinción cobrará mayor importancia a medida que profundicemos
en la psicología budista y en las teorías de la vacuidad, como haremos en el futuro. Si bien
todas las escuelas filosóficas budistas coinciden en que el "yo" es los cinco agregados, las
escuelas inferiores -la escuela Vaibasika y Sautantrika- afirman que hay una entidad con
existencia substancial que puede ser establecida como el "yo".

Adoptando, sin embargo, el punto de vista de la escuela superior, podemos analizar cada uno
de los agregados y preguntarnos si alguno de ellos es el "yo". ¿El agregado de la forma es el
"yo"? Obviamente no. ¿Nuestras sensaciones son el "yo"? De este modo podemos ver que
ninguno de los agregados es el "yo". De hecho, si lo analizamos con suficiente detenimiento,
llegaremos a la visión de la escuela superior: que el "yo" no es más que una etiqueta para este
conjunto siempre cambiante de cuerpo y mente. Nagaryuna emplea el término "meramente
etiquetado". En el próximo módulo, Las Dos Verdades, estudiaremos el significado exacto
de este importante concepto filosófico.

Entonces, ¿Cómo nos pueden ayudar a entender la naturaleza de la Verdad del Sufrimiento
estas dos características? Si creemos que el “yo” es el rey y que los agregados son súbditos
a quien subyugar, ¿cómo nos puede causar esto sufrimiento? Debemos comprender que los
Cinco Agregados son el sufrimiento, o mejor dicho, nuestro apego a ellos es el sufrimiento
en lugar de creer que sufrimos por el hecho de poseer los Cinco Agregados.

Tampoco hay ninguna duda de que a menudo nos confundimos nosotros mismos cuando
identificamos estos Cinco Agregados como un “yo” y luego sufrimos por ello.

Pero éstas son las cuestiones principales y tal como dijo Buda en algunos casos se requiere
sabiduría para poder investigar su verdadera naturaleza. A un nivel menos sutil, podemos
entender todo esto con alerta mental, sin llegar a la sabiduría que comprende la vacuidad.
Si repasamos todas estas características de una en una, ello nos ayudará con toda seguridad
a comprender nuestra vida con más claridad y nos mostrará no sólo nuestra percepción
normal de las cosas, sino como son las cosas en realidad.

2. El Apego a los Cinco Agregados es Dukkha

Sí el “Yo” no es más que una mera etiqueta sobre los Cinco Agregados y éstos no son más
que sufrimiento, entonces el panorama es bastante negro. Para eliminar el sufrimiento
debemos eliminar los agregados y por lo tanto dejar de existir. Sobre este tema, hay
divergencia de opinión entre las tradiciones Theravadin y Mahayana.

Rahula afirma que debemos entender claramente que Dukkha y los Cinco Agregados son lo
mismo. Los Cinco Agregados en sí mismos son Dukkha. Esta es la opinión que mantienen la
mayoría de los filósofos Theravadin. Buddha mantiene:

“¡Oh Bikhus! ¿Qué es Dukkha? Debemos decir que es los


Cinco Agregados del Apego.”

A partir de aquí parece ser que los Cinco agregados en sí mismos no son Dukkha. Si
aceptamos el significado literal es el apego a ellos lo que es Dukkha. Rahula, sin embargo,
entiende que los Cinco agregados en sí mismos son Dukkha. A mí me parece que si eso fuera
verdad, no habría manera posible de decir que los Cinco agregados son el Yo. Aquí parece
haber cierta contradicción, pues siempre se nos ha dicho que el Yo puede liberarse del
sufrimiento, mientras que aquí se nos dice que el yo es sufrimiento.

Todas las tradiciones budistas aceptan el no-yo, pero cuando lo intentan explicar, hay
diversas explicaciones. No hay duda alguna desde el punto de vista del budismo de si el yo
existe o no. Esta bastante claro que existe. Existe porque experimentamos algo. El concepto
del no-yo rechaza la confusión que a menudo hay sobre la existencia de un yo auto-existente.

Pero si el yo es los agregados y los agregados son el sufrimiento, ¿Cómo vamos a lograr el
estado de budeidad? Si mis cinco agregados son solamente sufrimiento y yo estoy intentando
eliminar el sufrimiento, entonces no quedará nada. Ello me produce un cierto miedo en mi
interior, lo cual indicaría que en el fondo, creo que mis cinco agregados son mi yo.

Es esa idea del yo que tenemos en la mente la que no existe. Esa es realmente la confusión.
El tercer y Cuarto Aspecto de la Verdad del Sufrimiento hablan de ello del tipo de yo que no
existe.

Según la tradición Theravadin, cuando el Buda histórico, el Buda Sakyamuni, llegó a la


Iluminación bajo el árbol Bodhi, su cuerpo físico, los Cinco Agregados, todavía eran Dukkha.
Pero en el Mahayana y sobre todo en el Tantrayana, los Cinco Agregados tienen numerosos
niveles. Algunos son muy sutiles. Por ejemplo, en el Tantrayana, los Cinco Agregados
representan, a un cierto nivel, los Cinco Dhyani Budhas, las Cinco Energías Primordiales.
Debemos explorar todas estas ideas.

En Las Cuatro Nobles Verdades del Ven. Jhan Sumedo, en la sección que trata sobre el
Sufrimiento y la Visión de uno mismo, habla muy hábilmente del yo, sobre todo para los
Occidentales. Dice: “Hay sufrimiento” en lugar de “Yo sufro”. No penséis: “Yo sufro”, dice,
pensad: “Existe el sufrimiento”. No esta diciendo que los Cinco Agregados son el
sufrimiento. Si decimos: “Estoy sufriendo” entonces debemos localizar el “yo”. Nos dice que
nos olvidemos de esto y que simplemente meditemos en el hecho de la existencia del
sufrimiento. Creo que es muy hábil.

De las cuatro principales escuelas filosóficas Indias que estudia el Budismo Tibetano, hay
una pequeña parte de una escuela menor que dice que los Cinco Agregados son el “yo”.
Todas las demás dicen que no es así. En cuanto al punto de vista de Nagaryuna que es el más
sutil, éste nos dice que el “yo” no es más que una mera etiqueta. Esto puede ser ciertamente
aterrador.

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